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All content following this page was uploaded by José Alberto Martínez González on 17 April 2015.
ISBN-13: 978-84-694-2003-4
E mail: info@joseamartinez.com
Resumen:
Hace décadas que las empresas turísticas y las instituciones públicas vinculadas al sector
turístico comenzaron a adoptar los principios y herramientas de marketing para mejorar su
posicionamiento y adaptarse más eficazmente al contexto. Este proceso ha estado favorecido,
entre otras razones, por la elevada interconexión entre los sectores, por el carácter global de la
economía (especialmente del turismo), así como por el avance de las tecnologías y las
comunicaciones. La investigación de marketing permite la obtención de datos a partir de los
cuales adoptar decisiones de marketing más eficaces. Sin embargo, su uso es menos
frecuente de lo que sería deseable y, además, en muchos casos se lleva a cabo de manera
inadecuada, desequilibrada o de un modo excesivamente conservador. Este trabajo propone
una serie de retos y sugerencias para mejorar los procesos de investigación de marketing en el
sector turístico, identificando algunos errores frecuentes y describiendo algunos de los
principales avances en la era del marketing 3.0.
Palabras claves:
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turísticas habidas probablemente hubieran sido otras. Esta idea nos sugiere, al menos, tres
cosas (Frasquet, Vallet, Mollá y Gil, 2002):
b) Más información NO es igual a información útil. Incluso más información útil puede
suponer exceso de costes y otros inconvenientes.
c) En ocasiones es fácil acceder a los datos que se necesitan, pero en otros casos ello
exige el sacrificio de grandes cantidades de recursos, además de “logística”
relacionada con la investigación.
Por tanto, la investigación de marketing se lleva a cabo porque se necesitan datos internos o
externos a la empresa turística, bien sean cualitativos, cuantitativos o mixtos, de primera o de
segunda mano, relativos al pasado, al presente o al futuro. Además, el proceso de
investigación puede llevarse a cabo con los propios medios de la empresa, o subcontratarse a
terceros. Y puede ser de gran alcance o referirse a simples “pesquisas”. En fin, la combinación
de posibilidades son muchas, como puede apreciarse.
Pero, ¿por qué la investigación constituye una variable de marketing especialmente relevante
en el sector turístico? Las razones son varias (Martínez, 2010):
b) El carácter global del sector turístico, más aún incluso que en el caso de otros sectores,
implica que una cadena de intermediarios y procesos estén inter-relacionados y deban
estar coordinados, al margen de la diversidad cultural, estructural y socio-demográfica
de los diferentes contextos geográficos. Un turista de un determinado país puede hoy
contratar un producto turístico que incluya diversos traslados, actividades y
alojamientos en varios países. También constituye un asunto crítico disponer de datos
referidos a todos esos aspectos (Bigné, Andreu, Sánchez y Alvarado, 2008).
c) Además, el carácter dinámico del sector y los rápidos cambios que en los aspectos
anteriormente mencionados se producen conllevan también la necesidad de disponer
de información útil para mejorar los procesos decisorios. Todo ello implica, a su vez, la
necesidad de que los programas de investigación sean oportunos, rigurosos y
realizados rápidamente.
d) Por otra parte, la importancia del sector turístico en el conjunto del sistema económico
y social es tan elevada que se pone de manifiesto una mayor responsabilidad social
por parte de los agentes turísticos oficiales o públicos. Ellos son conscientes de que
ofreciendo información turística procedente de proyectos de investigación de marketing
consiguen apoyar y orientar a los demás agentes turísticos (turistas y empresas
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principalmente). Esto es especialmente cierto en el caso de Turespaña, Turismo de
Tenerife y Promotur (Gobierno de Canarias).
e) Por último, podemos mencionar dos factores más. El primero tiene que ver con el
carácter impredecible de los cambios que se producen en el sector turístico y en las
variables que le afectan. El segundo se refiere a los costes que se pudieran producir
por los errores derivados de inadecuadas decisiones tomadas sin haber realizado una
investigación de marketing previamente.
Por otra parte, investigación de marketing e investigación comercial tampoco son conceptos
sinónimos. La investigación comercial se centra especialmente en los asuntos vinculados a las
relaciones y procesos comerciales, es decir, aquellos que tienen que ver con los clientes y las
ventas, principalmente. Podemos afirmar que, además de poseer objetos de investigación más
restringidos, la investigación comercial posee mayor carácter operativo o funcional. La
investigación de marketing constituye una variable que engloba a la investigación comercial y
también posee un mayor carácter estratégico y a medio/largo plazo.
Los procesos de investigación en esta segunda fase se caracterizan también por ser más
rigurosos y estructurados, habida cuenta de la gran cantidad de información necesaria para
tomar decisiones acertadas – tanta como incertidumbre existía –, y de las limitaciones
presupuestarias y temporales existentes. Los avances en las tecnologías y en las
comunicaciones hicieron posible que, aún teniendo en cuenta el mayor calado de los proyectos
de investigación que se ponían en marcha, éstos se desarrollaran más eficazmente.
Actualmente y sobre todo desde la llegada de Internet asistimos a una tercera generación de la
investigación de marketing turístico más cercana al neuromarketing que a la investigación
tradicional, y que se caracteriza por (Díaz, 2010; Herrero, 2001; Otamendi, 2000):
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a) Los cambios en los procesos de investigación han ido parejos a los cambios del
marketing turístico en general y del marketing online en particular. De modo que los
instrumentos tradicionales de investigación mencionados anteriormente (cuestionarios,
entrevistas, observación, experimentación, etc.) se han ido integrando con las nuevas
tecnologías. De este modo los cuestionarios se “cuelgan” en las Webs o se envían por
e mail, y las entrevistas y las reuniones se desarrollan en los foros, chats y plataformas.
El mismo modo, la observación la llevan a cabo los investigadores a través de la
experiencia de los propios usuarios en la red (número de clics, enlaces visitados,
comentarios colgados por los usuarios, productos y servicios comprados, etc.), y las
técnicas proyectivas también se han utilizado en formato online, y así todo.
g) Las crisis producen incertidumbre y también exigen prudencia y control del gasto. Pero
las recesiones también implican un aumento de los procesos de investigación de
marketing. Esto ha sucedido – y sólo basta observar las noticias de marketing para
darse cuenta de ello – especialmente en el caso de las empresas que tenían una
buena posición competitiva y financiera cuando la crisis comenzó, y que desean seguir
teniéndola y salir fortalecidas de la recesión. No obstante, todo hay que decirlo,
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muchas empresas poseen una gran cantidad de datos pero no saben realmente qué
hacer con ellos.
h) Por último, las instituciones públicas turísticas han comenzado a realizar estudios e
informes sectoriales que son utilizados por las empresas privadas. Este es el caso de
los informes elaborados por Turismo de Tenerife, Promotur, Turespaña, Exceltur, etc.
Esto es debido, sobre todo, al hecho de que las instituciones hayan adoptado los
procesos y sistemas generales de marketing – no sólo los que tienen que ver con la
investigación -, que originariamente sólo empleaban las empresas y después los
partidos políticos. Por otra parte, todo hay que decirlo, los proyectos de investigación
que llevan a cabo las instituciones son excesivamente conservadores y cuantitativos:
edades de los turistas, número de pernoctaciones, gasto por día, etc. Esta información
es útil, pero es necesario ahondar en otras cuestiones.
¿Por qué no realizan las empresas turísticas más proyectos de investigación de marketing,
consiguiendo con ello mayor acierto en las decisiones comerciales que adoptan? Una de las
razones puede ser la falta de confianza en la propia investigación que, según manifiestan
quienes no la utilizan, no garantiza la recuperación de la inversión en términos de datos útiles.
Otras veces se trata de una cuestión de egocentrismo: muchos directivos de marketing creen
que lo saben todo y que no es necesario llevar a cabo investigación comercial alguna. En otras
ocasiones simplemente se aprovechan los datos de las investigaciones efectuadas por las
instituciones públicas. En fin, el abanico de explicaciones y excusas es amplísimo. Estos
constituyen, precisamente, los primeros retos (Ortega, 2010).
Estamos de acuerdo con Sánchez (2004) cuando afirma que las investigaciones de marketing
llevadas a cabo suelen caracterizarse más por su carácter operativo y a corto plazo que por su
interés por los asuntos estratégicos o a más largo plazo. Quizás las razones tengan que ver, al
menos en parte, con la ausencia de una visión estratégica y planificadora por parte de los
directivos de las empresas turísticas (Martínez, 2010). Este constituye otro de los retos
principales de las empresas turísticas, el cual implica adoptar otra perspectiva y otros procesos
de investigación de marketing.
Por otra parte y como afirman Gutiérrez, Aranda y Callejo (2006), el reducido uso de la
investigación de marketing por parte de las empresas no está en sintonía con los programas de
investigación de mercado que realizan las instituciones turísticas públicas. Los estudios
periódicos realizados por el Instituto de Estudios Turísticos de España (Ministerio de Turismo),
Turismo de Tenerife (Cabildo de Tenerife) o Promotur (Gobierno de Canarias) bien pudieran
ser de gran utilidad para los directivos de las empresas turísticas, bien sea directamente, por la
información que brindan, o como un instrumento útil para coordinar de manera integrada con
las instituciones públicas las investigaciones de marketing que las propias empresas lleven a
cabo. Y este constituye otro reto.
Los profesionales de marketing de las empresas turísticas debieran valorar más aún la
importancia que la investigación de marketing posee (Sánchez, 2004), porque permite obtener
datos útiles con los que mejorar los procesos de toma de decisiones de marketing. Esto exige,
ante todo, dejar a un lado el egocentrismo y asumir que la realidad turística es compleja y
global, además de extraordinariamente dinámica. Dicho de otro modo: los directivos de
marketing tienen que cambiar de actitud y aceptar que sus decisiones deben estar
fundamentadas en datos útiles externos e internos a la organización, no sólo en su propio ego.
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del marketing y de la investigación, que son materias abstractas y no tan precisas como
puedan serlo las finanzas.
Un asunto de especial importancia y otro reto para los directivos tiene que ver con la propia
naturaleza de los procesos de toma de decisiones llevados a cabo por los profesionales de
marketing. Si las decisiones se toman “de hoy para mañana”, como de hecho así sucede en
muchos casos, entonces no existirá un plazo entre la detección del problema de información y
la toma de decisión. Y es precisamente en la existencia de ese plazo en el que se fundamenta
la investigación de marketing. No tiene sentido, pues, desarrollar proyectos de investigación de
marketing si no existe una buena disposición a postergar, suficientemente, la toma de
decisiones.
a) Las necesidades reales de información no están bien definidas porque, entre otras
cosas, previamente no se ha clarificado el “problema” de investigación, ni se ha
determinado cuáles son los datos que ya se poseen. Estos defectos contaminan al
resto del proyecto. Por ejemplo, la “necesidad de conocer la satisfacción del turista por
el trato recibido en el hotel” constituye una necesidad demasiado genérica.
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opuesto, muchos directivos de marketing se están aventurando a utilizar de manera
descontrolada y abusiva los nuevos medios: redes sociales, telefonía móvil, etc. Como
siempre, todo es cuestión de acierto y equilibrio.
e) Escasa utilidad tiene que los objetivos sean los adecuados, o el hecho de gestionar con
acierto la muestra o seleccionar y diseñar las herramientas de obtención de
información si el trabajo de campo no se lleva a cabo con solvencia. Mainar (2006)
afirma que los errores en la fase de obtención de la información tienen mucho que ver
con la falta de habilidad, seriedad y preparación de los agentes investigadores. Y
también con la elección del momento para obtener la información o con la duración y
gestión de la interacción con el sujeto investigado. No obstante, en muchos casos
estos aspectos no son decididos por el propio investigador de campo (un encuestador
o un entrevistador, por ejemplo).
f) En algunos casos las investigaciones de marketing que se llevan a cabo por las
empresas turísticas suelen adolecer, como ya hemos avanzado en párrafos anteriores,
del rigor científico suficiente: las muestras son poco representativas y escasamente
aleatorias, el trabajo de campo es superficial, los soportes informáticos utilizados son
escasamente apropiados, hay falta de concreción de las hipótesis, es ineficiente la
explicación de los resultados y hay escasa profundidad y relevancia en la discusión y
las conclusiones. Este constituye otro de los retos.
Además de afrontar los retos que hemos recogido en el presente trabajo, señalamos a
continuación varias sugerencias adicionales que los profesionales de marketing de las
empresas y las instituciones turísticas podrían tener en cuenta al abordar los proyectos de
investigación, evitando así caer en los errores habituales (Rosenzweig, 2009):
Y los errores y aciertos acontecidos en una fase pueden transferirse a las siguientes,
comprometiendo o facilitando el éxito del proyecto en su conjunto, respectivamente. Tomarse
un tiempo para llevar a cabo la programación, realizar con detenimiento el cronograma y
elaborar el presupuesto constituye un reto de gran valor en investigación de marketing.
En muchos casos, determinados aspectos relevantes han quedado sin incluir en el proyecto y,
por tanto, no se obtendrá información acerca de ellos. Sugerimos a los profesionales de
marketing de las empresas y las instituciones turísticas que inicialmente “chequeen” una
relación de posibles ámbitos de investigación como la que sigue:
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Aspectos cuánticos: se refieren a hechos y cantidades, tales como el número de turistas que
visitan el hotel, la pernoctación, la cantidad de hoteles de similar categoría existentes en el
contexto, etc.
Conductas, procesos y ritos: tipo de agencias de viaje preferidas por los clientes, ritual
vacacional del turista, comportamientos estereotipados del cliente durante su estancia,
procesos de decisión de compra, etc.
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Como antes hemos mencionado, no son pocos los proyectos de investigación que se centran
en una muestra seleccionada inadecuadamente o establecida a conveniencia y de manera
subjetiva. No tiene mucho sentido desarrollar con acierto la programación y la implementación
del proyecto de investigación si los asuntos vinculados a la muestra no son abordados
correctamente.
Imagine que usted desea investigar a los tres mil quinientos clientes de su empresa turística.
¿Qué haría?, ¿elegiría a los que usted estime más conveniente por tener más cercanía con
ellos? Quizás fuera mejor eso que no hacer nada, pero en general es preferible especificar la
composición y características de la población para después calcular la muestra, componerla y
acceder a ella de manera estadística y objetiva. Insistimos en que a veces esto no es posible y
lo mejor será gestionar la muestra a conveniencia. Pero éstas deberían constituir excepciones
a la regla.
a) Formular hipótesis
b) Generar ideas, buscar nuevos productos…
c) Diseñar cuestionarios o instrumentos
d) Tratar temas personales o embarazosos
e) Sondear sentimientos, actitudes, puntos de vista, etc.
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Entre los inconvenientes y críticas vertidas sobre la investigación cualitativa y sobre las
técnicas que se utilizan en este tipo de investigación destacan:
a) Excesivamente subjetiva
b) Escasamente cuantificable
c) Las técnicas estadísticas son de reducida aplicabilidad
d) Poco generalizables sus conclusiones
e) Reducida perdurabilidad de las conclusiones: la gente cambia
f) Dificultad para ser aplicadas colectivamente
g) El contraste de hipótesis y de los objetivos requiere especialistas en detección de
motivaciones, deseos, temores, intenciones, frenos…
c) Eye Tracking: tecnología que permite calcular con gran precisión dónde está mirando el
turista, proporcionando una información valiosa sobre la percepción del consumidor.
d) Encuestas en redes: encuestas en las redes, como Facebook, que son menos
molestas y se aplican en entornos “de moda”.
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e) Webrunner 2.0: herramienta que permite conocer, de manera actualizada y accesible
en todo momento, todo lo que se habla en Internet sobre marcas y sobre la
competencia. La herramienta proporciona a las marcas un resumen diario y en tiempo
real de su clima de opinión online.
g) Mindbuzz: es una herramienta que mide de forma continua la presencia de las marcas
en los llamados medios sociales (foros, blogs, redes sociales, portales de vídeos como
YouTube o de fotos como Flickr). Mindbuzz tiene una vertiente cuantitativa, a través de
la cual se mide el volumen de la presencia de las marcas; y otra cualitativa, donde se
cualifica esa presencia en función del tipo de comentarios o contenidos que genera.
h) Neo: es una sala física equipada tecnológicamente para la interacción en tiempo real
con el turista, con una atmósfera que recrea códigos y estados de ánimo en función del
objeto del estudio, lo que proporciona al cliente un acceso privilegiado y no intrusivo a
la realidad del consumidor en su hábitat virtual y físico. Neo es un espacio interactivo
multimedia para la investigación etnográfica, que proporciona una experiencia en
directo con los consumidores.
j) Servicio de neuromarketing onsite. Se trasladan los equipos a las salas de los institutos
de investigación, de forma que estos puedan complementar sus estudios con análisis
de las reacciones inconscientes ante diferentes estímulos de marketing (conceptos,
spots, storyboards, packaging, PLV, etc.). Como afirma Díaz (2010), el neuromarketing
constituye una de las herramientas principales de la nueva era de la investigación de
marketing.
Bibliografía
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Díaz, P. (2010). Neuromarketing. En la frontera de la investigación comercial Marketing y
ventas, 258, 28-32.
Frasquet, M., Vallet, M. T., Mollá, A. y Gil, I. (2002). Tendencias de la investigación comercial
en España. Distribución y consumo, 12(61), 114-128.
Martínez, J. A. (2010). Retos del marketing turístico en España. Turismo y desarrollo local, 3(8).
Consultado el 15 de junio de 2011 en: http://www.eumed.net/rev/turydes/08/index.htm.
Páramo, R. (2007). Pros y contras de la investigación online. Marketing y ventas, 225, 8-15.
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