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APICULTURA 2016 FAUBA.

A.M. BASILIO Y COL.

Alimentación y metabolismo
Alimentación natural
Las abejas obtienen de las flores néctar y polen.
La abeja es generalista (capaz de usar muchas especies diferentes como recurso alimentario) pero
selectiva (elige lo mejor de lo que tiene disponible en función de la palatabilidad).
El néctar provee energía, y es la base para elaborar un alimento concentrado que permite almacenar esa
energía (miel) para enfrentar épocas de carencia. El gusto del néctar, su concentración y abundancia
influyen en las preferencias de las abejas.
El polen es utilizado como fuente proteica, lipídica, de fibra, vitaminas y de minerales de la dieta. Su
palatabilidad depende del tipo de ácidos grasos presentes en el pollenkit o cubierta lipídica del polen. En la
colmena es depositado en celdas rodeando el nido, donde fermenta por acción de bacterias (lactobacilos) y
se utiliza en la alimentación de obreras jóvenes y larvas. Las proteínas y lípidos se almacenan a largo plazo
en el cuerpo mismo de las abejas.
La alimentación larval, (a base de jalea real y papilla basta) determina la salud y longevidad de los
adultos, y transitivamente, el bienestar de la colmena. Las abejas al emerger de la celda como imagos
deberían tener completas sus reservas corporales de grasas y compuestos nitrogenados (proteínas,
aminoácidos), que almacenan en un tejido especial del 5ª tergito abdominal (los trofocitos, antes
llamados adenocitos, del cuerpo graso). Esta reserva sirve para fabricar hormonas y tejido sexual (en reina
y zánganos), y jalea real y cera (en obreras). Cuando la alimentación en el estadio de la larva es
insuficiente, la reserva de los trofocitos también lo será, disminuyendo el período de vida de las abejas y
su capacidad de fabricar sustancias necesarias para su supervivencia y el desarrollo de la colonia. Las
reservas se movilizan para fabricación de la primera barrera defensiva del sistema inmune: las β
defensinas, equivalentes a las inmunoglobulinas de los mamíferos, en caso de infección.
En la fase adulta las obreras deben reponer el gasto que hacen de reservas pero es preciso que nazcan con
“el depósito lleno”. En períodos críticos, las nodrizas movilizan estas reservas para el desarrollo de sus
glándulas hipofaríngeas, cuya secreción (jalea real) es utilizada para la alimentación de las crías.
En casos extremos, donde no hay disponibilidad de fuentes proteicas, se reduce la cámara de cría

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rápidamente, llegando a utilizar muy ocasionalmente las larvas de zánganos del borde exterior del nido
como fuente de proteínas (canibalismo).
En las abejas que nacen y se desarrollan sin una correcta alimentación proteica la longevidad
disminuye hasta en un 50%.
Los requisitos energéticos de la colmena están cubiertos por el néctar o miel.

Alimentación artificial
La cosecha de miel y polen, introduce distorsiones que se intentan corregir con una alimentación
artificial para mejorar los beneficios económicos de la explotación apícola.
La alimentación artificial junto a otras medidas de manejo, se usa para: i) estimular el desarrollo de
la cámara de cría, de forma que la colmena (al estar más poblada) incremente su potencial productivo al
inicio de la floración principal, o bien de una especie que se necesita polinizar; ii) suplir deficiencias en el
alimento disponible, tanto reservas energéticas como requerimientos proteicos en un período en que los
aportes naturales pueden ser escasos.
Jarabe: Es una preparación en base a agua y azúcar (sacarosa). También se usa jarabe de maíz de alta
fructosa puro. La opción de alimentar con jarabe de miel no se permite en los protocolos de Buenas
Prácticas (aunque era muy común hace unos años). La miel puede conservar propágulos de enfermedades
con el riesgo de causar problemas sanitarios. Por otra parte al tener un olor más notorio para la abeja, el
jarabe hecho a partir de miel incita al pillaje. En todos los casos la colocación del jarabe debe ser al
atardecer. La densidad del jarabe variará de acuerdo al objetivo (incentivo o acopio de reservas).

Dieta de incentivo: se utiliza para estimular el desarrollo de la cámara de cría. Se brinda jarabe de
sacarosa (azúcar común) al 30% en agua- que semeja la entrada de néctar-. Este jarabe diluido puede
fermentar con mucha facilidad. Se recomienda extremando las medidas de higiene y además, no se debería
suministrar a las colmenas más de lo que puedan consumir y almacenar en un par de días. En localidades
con primaveras húmedas las abejas no pueden eliminar con facilidad el exceso de humedad del jarabe y
esta humedad contribuye a la aparición de enfermedades de la cría. En esos casos más seguro utilizar
jarabes al 50%. Estos se conservan mejor y permiten diferir las alimentaciones hasta una semana.
Dieta de sustitución energética: El jarabe va a sustituir la miel como alimento en la invernada o
bajo malas condiciones climáticas. Se suministra concentrado (no queremos estimular a la reina a aovar en
momentos inoportunos donde justamente faltan alimentos).
Dieta de complementación proteica: consiste en un preparado comercial, sobre la base de harina
de soja procesada, levadura de cerveza desactivada, complejos poli vitamínicos y aminoácidos (de uso
para apicultura o ganadería). A veces se prepara artesanalmente e incluye miel, proteína de leche y azúcar
impalpable. Se administra en los cabezales de los cuadros de la cámara de cría (o bien se espolvorea sobre
las abejas de la cámara de cría si es en polvo). Hasta el presente ningún alimento artificial puede sustituir
completamente al polen.
Manejo de la alimentación:

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En primavera:
El esfuerzo de crecimiento que realiza la colmena al comienzo de la primavera puede agotar las reservas
que sobraron del invierno, y si el ambiente no es muy pródigo, las abejas pueden morir de hambre. Es
necesario controlar la existencia de reservas desde el fin del invierno, y si son escasas, suministrar jarabe
de sustitución energética. Si el polen no abunda y hay cría es necesario aportar un sustituto proteico.
Todos estos manejos deben realizarse con cuidado de no dejar residuos que contaminen la futura
producción.
De acuerdo a los objetivos productivos se puede suministrar una alimentación estimulante
que induce a la colmena a estimular a la reina para que empiece a oviponer o aumente la frecuencia de
postura si ya hay huevos (simula entrada de néctar). El objetivo es que haya un desarrollo de cámara de
cría anticipado al que se esperaría en condiciones naturales. Se logra que haya más abejas disponibles para
que en el momento de la floración el número de pecoreadoras sea máximo. Es también una forma de
manipular la curva de población y acompasar el desarrollo de las abejas al recurso melífero de la localidad,
o en el caso de polinización de cultivos, a la demanda temporal de cada floración de interés económico. No
siempre es necesario o recomendable usar alimentación de incentivo.
En otoño-invierno:

Cuando no hay suficientes reservas alimenticias para sobrevivir hasta la primavera siguiente, es
necesario suministrar un jarabe de sustitución energética. Como vimos, xisten diversas formulaciones de
jarabe. Algunos también incluyen vitaminas y estimulantes. Para suministrar jarabes se utiliza distintos
tipos de alimentadores.
El suministro de complementos de polen puede ser necesario en casos especiales de floraciones
tardías, colmenas sobre exigidas o enfermas, o ausencia de flora polínifera. Como vimos, existen
preparados comerciales de complementos de polen o bien el apicultor puede elaborarlos.
Siempre que se use miel o polen estos han de ser de calidad sanitaria conocida. El uso de miel o polen
apícola en la alimentación de colmenas conlleva serios riesgos de aumento de enfermedades. Por otra
parte, el ingreso a la colmena de productos no apícolas (harinas, etc.) siempre asume el riesgo de dejar
residuos que, recirculando por la colmena contaminen el producto.
Otros tipos de alimentación.
Candy: Es una preparación especial, densa, de azúcar amasado con miel, que se usa fundamentalmente
para tapar la entrada de las jaulas de transporte de reinas. Alimenta y permite que al consumirse
lentamente, que la nueva reina se libere cuando las obreras ya se acostumbraron a su olor.

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