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Electricidad (I).

Introducción
La electricidad es el resultado de que los electrones se separen
temporalmente de los protones, creando así una diferencia de potencial
eléctrico (o voltaje) entre el área con un exceso de electrones y el área con
escasez de electrones. Cuando los electrones encuentran una trayectoria
eléctricamente conductiva para moverse, la corriente eléctrica fluye. Las
primeras aplicaciones eléctricas utilizaron la corriente continua (CC), en la
que la carga eléctrica del flujo de electrones es unidireccional. La CC se
produce mediante baterías, células solares fotovoltaicas (FV) y
generadores. La corriente alterna (CA) utilizada, por ejemplo, para
suministrar alimentación a oficinas y talleres, y para hacer
girar motores estándar de velocidad fija, se genera por un alternador.
Cambia periódicamente la magnitud y la dirección en un patrón sinusoidal
fluido. El voltaje, así como la intensidad, aumentan desde cero hasta un
valor máximo, a continuación descienden hasta cero, cambian de
dirección, aumentan hasta un valor máximo en la dirección opuesta y,
después, vuelven a cero. La corriente habrá completado entonces un
periodo T, medido en segundos, durante el cual ha pasado por todos sus
valores. La frecuencia, que es la inversa del periodo, indica el número de
ciclos completados por segundo y se mide en Hertzios. f=1/T f= frecuencia
(Hz) T= tiempo de un periodo (s). Las magnitudes de intensidad o voltaje se
indican normalmente mediante el valor cuadrático medio (VCM) a lo largo
de un periodo. Con un patrón sinusoidal, la relación de la media cuadrática
de la intensidad y el voltaje es: media cuadrática = (valor máximo) / V2.

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