Está en la página 1de 17

UNIDAD 1.

Patrimonio

UNIDAD 1. PATRIMONIO

Introducción

El término patrimonio es equívoco, en tanto que existe un concepto vulgar -que se


refiere exclusivamente a los bienes que una persona ha obtenido a lo largo de su
vida- y otro abstracto jurídico –que específicamente se refiere a un atributo de
todos los sujetos de derecho, con independencia de que actualmente tengan
bienes, y/o sólo deudas, o tan sólo la mera posibilidad de tenerlos.

Desde esta perspectiva el patrimonio es el conjunto de obligaciones y


derechos subjetivos (derechos reales y de crédito) de contenido pecuniario,
inherentes a una persona y que constituyen una universalidad jurídica.

Es necesario hacer especial hincapié que en nuestro sistema jurídico el


patrimonio se encuentra unido de forma indefectible a cualquier sujeto de derecho
de modo tal que no puede prescindir del mismo.

Esto es, la persona jurídica -sólo por serlo- tiene la posibilidad de tener bienes
o contraer obligaciones presentes o futuras, y al conjunto de esos derechos o
facultades se les unifica en una noción abstracta a fin de poder explicar,
jurídicamente, a la sucesión y a la llamada prenda general tácita.

De lo anterior puede concluirse que el contenido de la noción abstracta de


patrimonio se circunscribe a todos los derechos subjetivos (aquellas facultades
específicas derivadas de una norma de derecho, lo que se traduce en derechos
reales y de crédito) y a las obligaciones.

En este sentido, el contenido del patrimonio se integra por dos elementos: el


activo, compuesto de derechos reales y de crédito, y el pasivo, que comprende
las obligaciones. Comúnmente los bienes se agregan dentro de la definición
señalada; sin embargo, opinamos que es suficiente mencionar derechos reales

1
UNIDAD 1. Patrimonio

para que se encuentren comprendidos en los bienes que son el objeto de los
mismos.

Por otra parte, desde nuestra perspectiva, sólo pueden ingresar a la


definición abstracta de patrimonio los derechos subjetivos privados de apreciación
pecuniaria, toda vez que éstos son los únicos con los que se explican a cabalidad
los objetivos de esta institución (la sucesión y la prenda general tácita).

Finalmente, cuando afirmamos que el patrimonio es una universalidad


jurídica queremos hacer notar que éste es un conjunto abstracto integrado por
varios entes pero que es diferente de las partes que le componen.

Debe recordarse que existen dos tipos de universalidad: la que es


comúnmente llamada "de hecho", conformada por un conjunto de entes fácticos
o materiales -como una biblioteca que está integrada por libros (universalidad de
hecho por cohesión) o una parvada (universalidad de hecho por distancia),
obviamente, la noción abstracta de biblioteca es diferente a la de cada uno de
los entes fácticos que la constituyen-; y la denominada "de derecho", compuesta
por un conjunto de entes jurídicamente existentes, por ejemplo, una herencia que
está estructurada por casi todos los bienes, derechos reales y derechos de crédito
del difunto -de cujus- (aunque la noción abstracta de herencia es diferente a la de
cada uno de los entes jurídicos que la integran.

Desde nuestra perspectiva, la utilidad de esta noción abstracta de


patrimonio se circunscribe exclusivamente a justificar la prenda general tácita y la
herencia o sucesión.

Se ha llamado "prenda general tácita" a la circunstancia por la que el


deudor responde del cumplimiento de sus obligaciones con todos sus bienes,
excepto los inalienables e inembargables, independientemente que éstos
hubiesen sido, o no, causa o razón de la deuda.

La denominación de esta institución en la doctrina y en la práctica es muy


desafortunada pues realmente no es prenda -ya que evidentemente no se refiere
a un derecho real de garantía sobre bienes muebles constituido en términos del
Código Civil-; tampoco es general -porque es sobre bienes y derechos específicos

2
UNIDAD 1. Patrimonio

pertenecientes a un individuo-; ni es tácita, pues la institución en estudio se


encuentra expresamente regulada en el artículo 2964 que señala:

Art. 2964. El deudor responde del cumplimiento de sus


obligaciones con todos sus bienes, con excepción de
aquellos que, conforme a la ley, son inalienables o no
embargables.

En este sentido la noción de patrimonio permite al acreedor cobrarse en


términos de ley con cualquier otro bien del deudor (aunque ese bien no fuere el
motivo de la deuda), puesto que todos los bienes y derechos presentes o futuros
del deudor se encuentran unidos indefectible y jurídicamente a su persona.

Asimismo, la única forma de explicar jurídicamente por qué una persona


puede adquirir sustancialmente el conjunto de bienes y derechos de quien ha
fallecido es a través del patrimonio. La definición legal de herencia es la siguiente:

Art. 1281. Herencia es la sucesión en todos los bienes del


difunto y en todos sus derechos y obligaciones que no se
extinguen por la muerte.

El heredero accede a la masa hereditaria como a un conjunto de bienes


porque eso era antes del fallecimiento del autor de la sucesión y, posteriormente al
mismo, continúa manteniendo esa característica de universalidad.

Ahora bien, en la ciudad de México la teoría que explica con claridad al


patrimonio es la de origen francés, también llamada clásica. No obstante, en otros
países de sistema germánico ha surgido la teoría del patrimonio de afectación.

1.1 Teoría del patrimonio

A. Teoría clásica del patrimonio

3
UNIDAD 1. Patrimonio

Los postulados de esta teoría, que intenta explicar al patrimonio, pueden ser
sintetizados de la siguiente manera:

1. Sólo las personas tienen patrimonio

2. Toda persona tiene, necesariamente, un patrimonio

3. Nadie puede tener más de un patrimonio

4. El patrimonio es inseparable de la persona

Efectivamente, corno se ha explicado, el patrimonio es único e indivisible y


debe estar unido indefectiblemente a una persona, corolario de lo anterior son los
principios expuestos.

Debe destacarse que en el derecho civil del Distrito Federal lo expresado es


absoluto, pues en el caso de la sucesión mortis causa el beneficio de inventario no
hace que existan dos patrimonios: uno vacante (posterior a la muerte del de cujus
y anterior al beneficio y la aceptación de herencia) y el del heredero.

Lo anterior, a pesar de la pésima redacción del artículo 1678 que pareciera


sugerirlo, puesto que en todo caso debe considerarse que la transmisión hereditaria
se encuentra sujeta a una doble condición suspensiva consistente en el beneficio
de inventario y la aceptación correspondiente:

ART: 1678. La aceptación en ningún caso produce


confusión de los bienes del autor de la herencia y de los
herederos, porque toda herencia se entiende aceptada a
beneficio de inventario, aunque no se exprese.

De actualizarse ambas condiciones, la transmisión se verificará, lisa y


llanamente, desde el momento de la muerte del de cujus y, en caso contrario, el
patrimonio quedará simplemente extinguido o tendrá que seguirse sucesivamente
la lista de herederos testamentarios o legítimos.

Esta teoría ha sido fuertemente criticada en la doctrina contemporánea


pues se dice que se confunde al patrimonio con la capacidad de goce,
especialmente cuando se indica que si no se tienen bienes o derechos actuales se

4
UNIDAD 1. Patrimonio

tiene patrimonio por vía de la sola incorporación de las facultades derivadas de la


posibilidad futura de hacerse de tales cuestiones.

Desde nuestra perspectiva, no existe ninguna contradicción, en tanto que


debe hacerse hincapié que el patrimonio es, en esencia, una noción abstracta que
sirve sustancialmente en derecho civil para explicar la herencia y la denominada
prenda general tácita.

Por lo mismo, no intenta explicar la manera, grados y circunstancias en que


la persona jurídica adquiere bienes o derechos, sino que parte del hecho de que
el ordenamiento jurídico lo permite. Así la capacidad de goce es un presupuesto
del patrimonio derivado dela personalidad jurídica atribuida a un ente y, en ese
sentido, la noción alude e incluye a la de capacidad de goce (en tanto que los
dos son especies del género denominado atributos de la personalidad).

B. Teoría del patrimonio de afectación

A la luz de esta noción pudiera definirse al patrimonio como aquel conjunto de


bienes, derechos y obligaciones destinados exclusivamente a un fin jurídico
determinado.

De lo anterior se colige que se pierde la idea de que el patrimonio es un


atributo de la personalidad jurídica de las personas, para circunscribirlo
exclusivamente a un conjunto de derechos subjetivos privados destinados a un fin,
dándose una evidente preponderancia de los objetos como bienes útiles frente a
los sujetos. Por ello, una persona puede ser titular de varios patrimonios e, inclusive,
dichas unidades jurídicas pueden existir sin titular.

Derivado de lo expuesto en líneas previas podemos señalar como


postulados de esta teoría los siguientes:

1. Una persona tendrá tantos patrimonios como destinos les dé a sus diferentes
bienes.

2. No necesariamente una persona tiene patrimonio.

5
UNIDAD 1. Patrimonio

3. El patrimonio es autónomo de la persona.

En el Distrito Federal no existe, en materia civil, un solo caso indubitablemente


de patrimonio de afectación, aunque evidentemente existen diversos casos de
afectaciones de bienes.

El caso más comúnmente mencionado es el patrimonio de familia; sin


embargo, consideramos que si bien en dichos casos existe una afectación de
bienes a un fin determinado, éstos no se separan autónomamente de su dueño de
forma tal que inclusive pudieran existir sin él.

En ese sentido forman parte del patrimonio general de uno o varios


individuos específicos, aunque como ya se mencionó, por expresa disposición legal
se encuentran afectados a un fin particular.

1.2 Principales teorías para distinguir los derechos reales de los derechos
personales

Los derechos subjetivos se han clasificado tradicionalmente en públicos y privados.


Los primeros se caracterizan generalmente por preservar una relación de interés
colectivo, donde el Estado, en una situación de superioridad ordena, dicta o se
limita en relación con los gobernados, por lo que hace a diferentes aspectos
jurídicos; los derechos subjetivos privados se refieren a relaciones de coordinación
entre los particulares, entendiéndose por tales no sólo a las personas físicas y
morales de derecho común sino, inclusive, a aquellas entidades públicas que
actúan en plano de igualdad con otros individuos.

Los derechos subjetivos privados se han clasificado en la doctrina más


tradicional en reales y de crédito, personales u obligaciones. Para poder
conceptuarlos se debe atender a la doctrina que los explica jurídicamente.

Al efecto normalmente se distingue entre dos grupos de doctrina: a) la


clásica o "dualista", b) la "monista" y c) la "ecléctica". La primera es aquella que
pretende dividir claramente a los derechos subjetivos privados entre reales y
personales; las monista pretende incluir uno de dichos conceptos dentro del otro,

6
UNIDAD 1. Patrimonio

indicando que sólo existe un tipo de derecho subjetivo privado, ésta doctrina a su
vez tiene dos vertientes: la personalista y la realista u objetivista.

I. Doctrina clásica o dualista

La doctrina clásica, formada desde los tiempos de los exegetas romanistas, parte
de la radical y profunda diferencia entre los derechos reales y personales. En
consecuencia, ambos conceptos se encuentran para su explicación íntimamente
unidos, pues el uno se explica por vía de una comparación negativa hacia el otro.

Con base en esta teoría, las diferencias fundamentales entre ambos tipos de
derechos, se pueden sintetizar de la siguiente manera:

a) Absolutividad del derecho real, relatividad del derecho personal. El derecho


real es absoluto, esto es erga omnes, puede hacerse valer frente a todos los
sujetos de derecho, a diferencia del derecho personal, que debe ejercitarse
sobre una persona determinada, es decir, erga debitorem.

Por lo mismo, mientras el derecho real puede ser -incumplido o afectado por
cualquier persona que perturbe su ejercicio, el derecho de crédito sólo puede ser
incumplido por el deudor determinado al surgimiento de la relación jurídica.

En ese sentido se ha señalado que en los derechos reales, el titular puede


coaccionar el cumplimiento del deber jurídico oponible universalmente de respeto
a su derecho, mientras que en los derechos de crédito el acreedor puede exigir
únicamente al deudor una conducta específica de dar, hacer o no hacer.

De ahí, que las acciones derivadas de los derechos reales son acciones de
las llamadas in rem, puesto que se ejercitan exclusivamente para recuperar el
derecho que se tiene sobre la cosa, sin que en estricto sentido sea importante quién
es la persona que, en concreto, atente contra el derecho.

El derecho personal genera una acción personal, aquellas que en derecho


romano se llamaban in personam, es decir, las que van dirigidas contra un
determinado adversario; precisamente, la persona con la que el acreedor

7
UNIDAD 1. Patrimonio

mantiene un vínculo personal por la obligación de dar, hacer o no hacer, porque


al no trascender la obligación de la persona deudora, el derecho sólo puede
defenderse y exigirse frente a una persona en concreto y no frente a terceros
ajenos a la relación jurídica.

a) Inmediatividad respecto de la cosa, por lo que hace al derecho real,


mediatividad en torno al derecho personal. El derecho real hace referencia
al poder inmediato y directo del hombre con la cosa. En consecuencia, se
refiere a un objeto especificado en una cosa concreta.

En el derecho personal deben distinguirse dos objetos posibles: el directo,


que no se refiere a un bien, sino a una prestación de dar o hacer, o a una
abstención; mientras que el indirecto -la cosa que se da, el hecho que se presta o,
en su caso, la abstención- no sólo recae sobre bienes en concreto, sino que pueden
ser en género o, inclusive, prestaciones diversas. Además, dichos objetos necesitan,
para obtenerse, de la conducta de una persona llamada deudor.

En ese sentido se habla de la inmediatividad del derecho real-en


contrasentido con la mediatividad del personal- pues su titular ejerce un poder por
sí mismo sobre la cosa, sin que necesite cooperación o colaboración alguna, sin
que exista una persona ajena cuyo comportamiento le sirva de ligamen o lazo con
la cosa. Cuestión contraria de lo que acontece con los derechos personales,
donde es indispensable el deudor que cumpla, para que el acreedor tenga por
satisfecho su derecho.

CRITICA A LA TESIS CLÁSICA: Muchas son las críticas que se han efectuado a
la doctrina clásica pero, al efecto, habremos de mencionar y sintetizar las que
consideramos más importantes:

1. La doctrina del derecho real fue creada considerando el derecho real de


propiedad, sin embargo, ni por mucho, es general y aplicable a los demás
derechos reales: esta teoría deja mucho para debate. Existen derechos
tradicionalmente calificados como reales en que no hay poder directo e
inmediato. Así, en la hipoteca, el interés del acreedor hipotecario no se

8
UNIDAD 1. Patrimonio

realiza sino exigiendo de la autoridad judicial que la cosa sea vendida y con
su producto se pague el crédito garantizado.

2. Después de diversas reflexiones se criticó la estructura de los derechos reales.


Cuando la doctrina clásica define a los derechos reales como un "poder
directo e inmediato sobre una cosa" cae en una posible contradicción, en
tanto que no es jurídicamente aceptable que existan relaciones entre
objetos y sujetos. En otras palabras, los seres humanos son los únicos capaces
de relacionarse conforme a derecho. Por ende, la relación jurídica
emanada de un derecho real sólo tendría explicación si se refiriera a otros
seres humanos. Tal observación dio origen a la corriente que determinó la
existencia de un sujeto pasivo contingente universal cuya única obligación
consiste en respetar al derecho que se encuentra intrínseco en la titularidad
del derecho real.

II. Doctrina monista

Recordemos que en torno al tema de los derechos reales y personales, la


doctrina monista pretende incluir uno de dichos conceptos dentro del otro,
indicando que sólo existe un tipo de derecho subjetivo privado, y que ésta
doctrina a su vez tiene dos vertientes: la personalista y la realista u objetivista.

A. Tesis monista personalista

La tesis monista personalista afirma que la relación jurídica derivada de un derecho


real es esencialmente semejante a los derechos personales, aunque existan
algunas diferencias accesorias. Pero, en principio, la estructura, atributos y
mecanismo del derecho real son idénticos al de crédito. Es decir, pretende incluir
el concepto de derecho real dentro del concepto de derecho personal,
personalizando así al derecho real, de ahí su denominación.

Lo anterior puesto que en ambas figuras existen un sujeto activo (en el


derecho personal el que tiene derecho a exigir el cumplimiento de la prestación

9
UNIDAD 1. Patrimonio

de dar, hacer o no hacer; en el derecho real el que tiene el poder o potestad sobre
la cosa), un objeto (en el derecho personal el bien, hecho o abstención materia
de la relación jurídica, y en el derecho real la cosa sobre la que ejerce poder el
sujeto activo) y, finalmente, un sujeto pasivo (en el derecho personal el que debe
cumplir con la prestación de dar, hace o no hacer, y en el derecho real existe un
sujeto pasivo "universal" que tiene por obligación el respetar el derecho del sujeto
activo). Demogue sostendrá que el sujeto pasivo es contingente, puesto que sólo
se realiza en torno a los individuos que se encuentran en posibilidad real y directa
de interferir en la esfera jurídica que rodea al titular del derecho real.

CRÍTICA A LA TESIS MONISTA PERSONALISTA: Se afirma que no es


característica exclusiva de los derechos reales, el tener el mencionado sujeto
pasivo contingente universal. También los derechos de crédito deben ser
respetados en su ejercicio, no sólo por los sujetos de la relación, sino en cualquier
caso por todos los seres humanos que se encuentren en posibilidad de inmiscuirse
en ellos.

Ejemplo de lo expuesto en el párrafo anterior, lo encontramos fácilmente en


relación con el arrendamiento, donde no sólo el arrendador debe respetar el
derecho del arrendatario, sino cualquier individuo que esté en posibilidad de
intervenir en él. También, en torno de los simples derechos de crédito derivados de
cualquier mutuo, préstamo o apertura de crédito, la posibilidad del cumplimiento
de las distintas obligaciones debe ser respetada no sólo por deudor y acreedor,
sino por cualquier individuo que no puede interferir en su evolución (v.gr. evitando
el pago).

Se duda que la llamada "obligación universal de respeto" en realidad tenga


tal característica, desde el punto de vista jurídico, sino a lo más moral o social. En
todo caso la sanción penal o civil que corresponda no deriva del incumplimiento
de un deber jurídico previo sino, en su caso, de un acto ilícito o de un delito.

B. Tesis monista objetivista o realista

10
UNIDAD 1. Patrimonio

La presente teoría igualmente trata de disolver la tajante división entre derechos


reales y personales, aunque lo hace en un sentido opuesto a la manera como lo
propone la tesis personalista, es decir, pretende incluir el concepto del derecho
personal dentro del derecho real, objetivizando o patrimonializando al derecho
personal, pues sostiene que las relaciones de este tipo pueden sintetizarse en los
derechos reales.

Según ese criterio todos los derechos patrimoniales serían reales, pues
mientras los así llamados, son derechos que recaen sobre una cosa, los
denominados personales, no recaerían sobre la persona del deudor, sino sobre su
patrimonio. El derecho personal, más que una relación entre personas, sería una
relación entre patrimonios. La sustentación de esa idea, se vería abonada por el
principio general, universalmente aceptado, conforme al cual el patrimonio del
deudor es la prenda común de sus acreedores.

En consecuencia se concluye: es un derecho sobre bienes, no sobre


personas. Por ello, la personalización de la obligación es algo falso, puesto que se
basa en la noción de bien y patrimonio. De esta manera, la obligación se habría
despersonalizado para patrimonializarse, puesto que lo importante en el crédito es
su valor, poco importa la personalidad del sujeto que debe cumplir.

CRÍTICA A LA TESIS MONISTA OBJETIVISTA:

a. No todos los derechos personales recaen en obligaciones de dar, también


pueden ser de hacer o no hacer; pueden carecer de un contenido
estrictamente patrimonial, inclusive en el caso de las llamadas obligaciones
intuitu personae. Además, en ellas, la persona del deudor, en mayor o menor
grado, es necesaria y útil para el acreedor.

b. Sólo los seres humanos son capaces de obligarse, mediante su voluntad y


libre albedrío, la conducta de los demás seres es irrelevante "por sí misma"
para el orden normativo, si no exclusivamente por vía de sus efectos. En ese
sentido sólo los seres humanos o las personas jurídicas tienen derechos y se
pueden obligar.

11
UNIDAD 1. Patrimonio

c. Como consecuencia, el derecho norma la conducta humana y, por ende,


patrimonializar a las relaciones jurídicas sería falso y contrario a los principios
más elementales de la sana lógica.

d. Por otro lado, los derechos reales recaen sobre cosas determinadas, siendo
que el patrimonio no sólo es cosa, sino fundamentalmente un atributo de la
propia persona humana, es una abstracción que responde en exclusiva a
fines y necesidades humanas.

III. Doctrina ecléctica

Es evidente que las teorías hasta aquí mencionadas no satisficieron por mucho la
búsqueda de la naturaleza de los derechos reales y personales, pero se habían
dado pasos importantes. Fue así que surgió la teoría ecléctica, que intenta tomar
lo mejor de las posturas difundidas hasta entonces, con tal suerte que hoy puede
afirmarse que es la comúnmente aceptada por los estudiosos de la ciencia jurídica.

Según esta tesis, en el derecho real se deben distinguir dos aspectos o lados,
el "interno" y el "externo": el primero lo constituye la facultad de realización del
interés que tiene el titular del derecho sobre la cosa, objeto del derecho; mientras
que el aspecto externo del derecho real es la relación del titular de ese derecho
con los terceros obligados a respetarlo.

La doctrina ecléctica, después de examinar los argumentos de la con-


cepción clásica y de la unitaria personalista, concede a cada una de ellas la parte
de razón que tiene, achacándoles a ambas el haber incurrido en el error de tener
en cuenta solamente uno de los dos aspectos o elementos que integran el derecho
real y que pueden concretarse en sus dos caracteres primordiales: la
inmediatividad (aspecto interno) y la absolutividad (aspecto externo).

En efecto, la doctrina clásica o tradicional olvidándose del aspecto externo


del derecho real (aunque sin desconocerlo), dirigió su mirada, exclusivamente,
sobre su aspecto interno, es decir, sobre la relación directa e inmediata de la
persona con la cosa.

12
UNIDAD 1. Patrimonio

En sentido inverso, la doctrina unitaria personalista, por querer subsumir el


derecho real en la obligación dirigió su mirada en forma exclusiva sobre el aspecto
externo, dentro del cual era lógico que no pudiese encontrar otro objeto del
derecho que no fuese la conducta debida por el sujeto pasivo universal, esto es, la
abstención de todos los integrantes de la comunidad. Dejaba de lado así, el otro
aspecto del derecho real, es decir, el de la relación de la persona con la cosa
(aspecto interno), aspecto imprescindible, desde que en él se encontraba el con-
tenido económico de un derecho de naturaleza patrimonial.

La doctrina ec1éctica, tratando de asimilar y matizar las posiciones


irreductibles de las teorías anteriores, ha disminuido en mucho los errores de las
mismas; como resultado, ha sistematizado el contenido y características de los
derechos reales de la siguiente manera:

1. Facultad de realización directa del interés. Esta característica ha matizado


a la que antiguamente se denominaba "poder directo e inmediato" sobre la
cosa, y que no podía ser aplicada a los derechos reales de garantía.

Esta facultad se entiende variable dependiendo de la naturaleza del


negocio. Así, los derechos reales de dominio o de goce implican el uso, disfrute y
posesión; mientras en los derechos reales de garantía se refieren, exclusivamente,
a la realización del precio del bien para el pago de la deuda correspondiente.

2. Facultad de exclusión. Para la mayoría de los autores esta facultad tiene dos
aspectos visibles: preventivo y represivo. El primero implica la posibilidad de
poner la cosa en condiciones tales que evite la perturbación por parte de
terceros (v. gr. construir una cerca); el segundo lo constituye el conjunto de
medidas tendientes a poner fin a una perturbación del mismo derecho.

3. Facultad de oponer la titularidad real. El derecho real es erga omnes en el


sentido de que todos los seres humanos deberán tolerar el ejercicio del
derecho por parte de su titular. Debe señalarse que dicha oponibilidad
debe ser actual o, al menos, potencial, misma que se actualizará previo

13
UNIDAD 1. Patrimonio

cumplimiento de posteriores requisitos, tales como inscripciones en los


registros públicos que correspondan.

4. Facultad de persecución. Dicha facultad atribuye al titular de un derecho


real la posibilidad de perseguir o ir a buscar la cosa donde se encuentre, al
efecto de que pueda ejercitar su derecho.

5. Facultad de preferencia. Como se ha señalado, consiste en la prioridad que


tiene una persona que es titular de un derecho real sobre otra que también
es titular del mismo derecho, pero constituido con posterioridad, lo que se
traduce en la máxima del derecho romano "quien es primero en tiempo es
primero en derecho”.

1.3 Obligaciones propter-rem y derechos reales in faciendo

A. Obligaciones reales, propter rem o ambulatorias

Podemos definirlas como aquellas obligaciones personales que se tienen en razón


y medida de la titularidad de un derecho real.

La obligación y su correspondiente derecho de crédito a favor de una


tercera persona se encuentra unido, indefectiblemente, a un derecho real sobre
un bien determinado (de ahí el nombre de reales o propter rem), de forma tal que
el titular de éste debe cumplir con la obligación correspondiente.

Las características de tales obligaciones pueden resumirse de la siguiente


manera:

1. La obligación, al ser accesoria al derecho real que afecta, se transmite con


éste, se pierde con la destrucción del bien objeto del mismo y no puede
tener un valor superior al del objeto que afecta;
2. El contenido de la obligación real, por regla general, se constriñe a
obligaciones de dar y sólo excepcionalmente de hacer;

14
UNIDAD 1. Patrimonio

3. Las obligaciones reales no prescriben en sí mismas, en tanto derivan de la


titularidad de un derecho real, aunque sí puede prescribir el derecho a
cobro de sumas vencidas, y
4. En ocasiones se ha afirmado que las obligaciones reales pueden perderse
abandonando el bien materia de la misma; sin embargo, opinamos que el
derecho de abandono no existe como tal en la Ciudad de México.

En efecto, normalmente en el derecho comparado se entiende por derecho


de abandono el acto unilateral del titular de un derecho real por el que deja el
bien objeto de su derecho, perdiendo la calidad de titular del mismo.

En el Distrito Federal existen diversas disposiciones, como es el artículo 944,


en que se enuncia que es posible abandonar un determinado derecho real para
evitar el cumplimiento de una obligación que le es inherente.

Sin embargo, en ninguna ley local se establece de qué manera puede


ejercitarse tal derecho de abandono y en favor de quien. Luego surgen diversas
dudas operativas, como son: ¿quiénes adquieren la propiedad del bien
abandonado?, ¿se requiere su consentimiento?, ¿hay derecho del tanto?, ¿se
tiene que hacer este acto ante notario, o ante alguna autoridad, o rige la fórmula
del artículo 1832 del Código Civil del D.F.?

Por ello, me parece claro que al mencionar “abandono” se refiere a


cualquiera de las formas típicas de transmisión de la propiedad reguladas en
nuestro código civil (donación, venta, permuta, dación en pago, etc.). Por ende,
el tan socorrido derecho de abandono no existe autónomamente, pues de otra
forma hubiese sido regulado en lo particular.

En consecuencia, al no existir el derecho de abandono, es evidente que no


puede ser una característica de las obligaciones reales.

Por otra parte, si bien la doctrina ha identificado numerosos casos de


obligaciones reales, a fin de evitar discusiones sin sentido (pues efectivamente
algunos de éstos casos no reúnen todas las características establecidas), nosotros

15
UNIDAD 1. Patrimonio

consideramos que en el Distrito Federal existen fundamentalmente, los siguientes


supuestos de obligaciones reales:

a) En la copropiedad, y el muro medianero la obligación de aportar para el


mantenimiento y conservación de la cosa común;
b) La obligación del titular de una servidumbre legal de acueducto de
mantener en buen estado los implementos materiales que doten de eficacia
a la misma,
c) Las cuotas de mantenimiento en un condominio.

B. Derechos reales in faciendo

Por derechos reales in faciendo se entienden aquellos en que los terceros se


encuentran obligados no sólo a un tolerar, sino a un hacer a favor del titular del
derecho.

En principio, pareciera una noción absurda, pues implicaría que en un


derecho real existiera un sujeto pasivo determinado y se ampliaría su obligación no
sólo a un simple tolerar sino, inclusive, a un hacer, lo que implicaría una acción por
parte del mismo.
No obstante, opinamos que el concepto de derechos reales in faciendo es
plenamente aplicable en nuestro derecho, al menos en el caso del derecho real
de servidumbre voluntaria, pues el dueño del predio sirviente pudiera,
hipotéticamente, estar obligado a un hacer, si a eso se obligara en el negocio
constitutivo (v. gr. Arreglar y mantener en buen estado las condiciones del camino
establecido).

La doctrina que acepta la existencia del derecho real in faciendo se asienta


en una concepción distinta de la posición de los terceros. El propietario gravado
con un derecho real (servidumbre por ejemplo) no debe ser considerado
simplemente como un tercero cualificado, es decir, alguien que dentro del inmenso
campo de los terceros que han de respetar el derecho real se destacara con más
relieve que los demás, sino que es sujeto de una auténtica conducta, de una

16
UNIDAD 1. Patrimonio

auténtica prestación de hacer (aunque sea en forma negativa, de no hacer o de


dejar hacer: art. 533 C.c.). No debe existir por tanto, inconveniente en que esa
misma conducta sea positiva, consista en un hacer para que aquel titular consiga
la satisfacción de su interés.

17

También podría gustarte