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“AÑO DE LA UNIDAD, LA

Evaluación diagnostica
PAZ Y EL DESARROLLO”
Quinto grado
APELLIDOS Y NOMBRES: ________________________________________________________________
GRADO Y SECCIÓN _______________________________________________________________________

COMPETENCIA Construye interpretaciones históricas


Gestiona responsablemente el espacio y ambiente
Gestiona responsablemente los recursos económicos
PROPÓSITO Explicamos, reconocemos el tiempo en la historia, los hechos y acontecimientos económicos,
geográficos, e históricos durante el siglo XX y XXI, para la toma de decisiones.

RETO 1: Clarifica ideas de los hechos históricos del siglo XX, en el Perú y el Mundo
Para una mejor comprensión de nuestra
Texto 1: La república Aristocrática  economía durante la republica aristocrática,
Fue un periodo de nuestra historia republicana (1895-1919) gobernado por una oligarquía observemos el siguiente esquema:
cuyo poder económico se fundamentaba en la agroexportación y el control de extensas Costa Economía de exportación
áreas de cultivos. Esta oligarquía agroexportadora estaba supeditada al capital inglés y Inversión extranjera
tenía como brazo político al partido civil, que controlaba el poder Ejecutivo, Legislativo,
Judicial y la educación universitaria. Sierra Economía natural
La denominada “Reconstrucción nacional” en el Perú no fue sino el reacomodo de nuestra Inversión extranjera
economía y aparato productivo a los intereses monopólicos del capital inglés. Solamente la Cerro de pasco Minning
oligarquía agroexportadora, ligada al partido civil, se “reconstruyo” económicamente en Co “primera empresa
norteamericana”
virtud a su “alianza” con el capital británico, en realidad su relación con este era de
Mano de obra servil
subordinado. El Perú internamente seguía igual, no había cambios en el aspecto económico
Plantaciones y enganche
y social, se mantenían las relaciones feudales de producción casi intactas desde los tiempos Enclaves mineros
coloniales. Esta llamada “Reconstrucción nacional” se inició con la firma del contrato Grace,
Selva Inversión para el caucho
dando origen así a una época de pleno dominio inglés: “República Aristocrática”, donde
Fabricación de neumáticos
surgieron nuevas contradicciones sociales que han de impulsar el desarrollo de la historia Habilitación y correrías
peruana en el siglo XX: movimiento obrero y campesino. López, Carlos y Aguilar, Julia (2013,
12 de diciembre). La República Aristocrática. Historia del Perú.

1. El instrumento político de la
Oligarquía a través del cual se facilitó la
penetración del Imperialismo fue el
Estado, organizado bajo la ideología del
(la):
a) Partido Demócrata
b) Partido Constitucional
c) Partido Civil
d) Unión Revolucionaria
e) Partido Socialista
2. Los más importantes latifundistas
agroexportadores eran denominados:
a) Los 24 amigos del Club Nacional
b) La Unión Mutual Universal
c) Los Barones del Azúcar
d) Los Civilistas
e) La Unión Civilista
3. Al fallecer Manuel Candamo en 1904,
el mando lo ocupó su vicepresidente:
a) Nicolás de Piérola.
b) Matías Manzanilla.
c) Serapio Calderón.
d) Augusto B. Leguía.
e) José Pardo.
4. La principal actividad económica
durante la República Aristocrática fue:
a) La extracción petrolera.
b) La agroexportación.
c) La importación.
d) Las finanzas.
e) La industria peruana
RETO 2: Valora la información de los hechos del centralismo peruano del siglo XX, en el Perú

Texto 3: El centralismo peruano. Una mirada histórica”, por Rolando Rojas


El centralismo peruano es un fenómeno del siglo XX, pero empezó a configurarse en la segunda mitad del siglo XIX ,
paradójicamente, en el contexto del crecimiento económico de la era del guano. Antes del boom guanero, las prefecturas
departamentales, herederas de las intendencias coloniales, eran organismos poderosos, tanto por la debilidad del Gobierno
central como porque los cargos de prefectos recayeron en militares. Prefectos fueron, por ejemplo, Agustín Gamarra y
Ramón Castilla.
En buena parte, el poder de las prefecturas derivaba de la recaudación del tributo indígena, rubro que representaba un
tercio del presupuesto nacional. Con estos fondos, los prefectos financiaban a sus burocracias locales y realizaban gastos
militares y algunas obras públicas. En el camino hacia el poder, un caudillo militar con sentido práctico, como lo fue
Gamarra, se hacía prefecto y construía desde ahí su base político-militar.
Arequipa y Cusco fueron prefecturas que contrapesaron el poder de Lima. Las numerosas revoluciones militares que
depusieron a los presidentes radicados en la capital provenían de Arequipa. Esta región fue durante el periodo colonial el eje
de un incesante circuito mercantil que vinculaba el sur andino con las minas de Potosí. Comerciantes, empresarios y
hacendados conformaron así una élite importante en la ciudad.
Esta situación, que algunos estudiosos denominaron “descentralización de facto”, comenzó a cambiar como consecuencia
de la bonanza guanera. De pronto, el Estado vio quintuplicar su presupuesto y se prescindió del tributo indígena, que tuvo
como consecuencia el empobrecimiento fiscal de las provincias. Las prefecturas pasaron a depender de las remesas
enviadas de la capital y la figura del prefecto entró en declive. En Lima, emergió una élite mercantil que fundó el Partido
Civil, y en 1872 desplazó del poder a los caudillos militares.
Referencias bibliográficas: Pedro Planas (1998). La descentralización en el Perú republicano (1821-1998). Lima:
Municipalidad Metropolitana de Lima. Carlos Contreras (2002). El centralismo peruano en su perspectiva histórica. Lima:
IEP. Richard Webb (2013). Conexión y despegue rural. Lima: Universidad de San Martín de Porres, Raúl H. Asensio
(2016). Los nuevos incas: la economía política del desarrollo rural andino en Quispicanchi (2000-2010). Lima: IEP.

Texto 4: A esta centralización político-fiscal se sumó la centralización económica y


demográfica en las primeras décadas del siglo XX.
Los puertos, las carreteras, la Panamericana) y las migraciones consolidaron la centralización
del país y confirieron un enorme peso político-económico a Lima y las ciudades de la costa. La
capital se convirtió entonces en un polo de atracción para las élites intelectuales provincianas
que, como Luis E. Valcárcel, tuvieron que trasladarse a la capital para constituirse como
figuras nacionales.
No es casual, entonces, que el primer movimiento descentralista naciera durante las
elecciones de 1931. El Partido Descentralista, surgido como una suerte de partido
alternativo al reformismo aprista y a los partidos oligárquicos, llevó al Congreso a un
grupo de notables de provincias, aunque su figura más importante fue el puneño Emilio
Romero, autor del libro El descentralismo (1937).  El PD quiso abanderar el discurso
intelectual descentralista que emergió en las dos primeras décadas del siglo XX, pero este
discurso estaba presente en todos los partidos políticos. Los intelectuales que reflexionaron
sobre el centralismo peruano provenían de todas las corrientes, desde Mariátegui hasta Víctor
Andrés Belaunde.
Pero tengamos cuidado. No se trata de un pensamiento solo de intelectuales. Existe un
imaginario provinciano anticentralista —e incluso antilimeño— bastante arraigado en el Perú,
algo que puede ilustrarse en el estupendo libro de José Luis Rénique. Los sueños de la
sierra: Cusco en el siglo XX (1991). En sus páginas, las elites intelectuales cusqueñas
aparecen interpretando y movilizando a su sociedad en el afán de recuperar el protagonismo
social y político que tuvo el Cusco en épocas pasadas. Por lo demás, este imaginario
anticentralista ha dado lugar a una densa bibliografía sobre la historia regional y provinciana
en el siglo XX. El Partido Descentralista naufragó en medio de la polarización política que
abrió el enfrentamiento entre el APRA y Luis M. Sánchez Cerro. Aunque algunos intentos se
hicieron para compensar los desequilibrios regionales durante el gobierno de Manuel Prado
(1939-1945) con las Corporaciones Departamentales de Desarrollo, estos organismos estaban
bien sujetos al Gobierno central. Poco después se crearon las Juntas Departamentales de
Obras Públicas, que actuaron en casos de un terremoto o para obras específicas demandadas
por una provincia. Sin embargo, ni las corporaciones ni las juntas departamentales formaban
parte de un proceso articulado de descentralización.
Hubo, como señala Ramón Pajuelo, intentos de construir una descentralización desde abajo,
particularmente en el sur andino, donde siempre hubo movimientos políticos
regionalistas y líderes políticos activos. El Frente Nacional de Trabajadores y Campesinos
“Frenatraca” tuvo su base política en Juliaca, Puno. El Frente Democrático Nacional, fundado
en Arequipa y con una facción importante de dirigentes regionales, llevó a la presidencia al
arequipeño José Luis Bustamante y Rivero. Los dirigentes más destacados de la
Democracia Cristiana –“DC” fueron arequipeños: Héctor Cornejo Chávez, Mario Polar
Ugarteche, Roberto Ramírez del Villar, entre otros. No obstante, ni el Frenatraca ni la DC se
convirtieron en partidos de alcance nacional. La descentralización era básicamente un
discurso movilizador de sentimientos regionalistas.
Referencias bibliográficas: Pedro Planas (1998). La descentralización en el Perú
republicano (1821-1998). Lima: Municipalidad Metropolitana de Lima. Carlos Contreras
(2002). El centralismo peruano en su perspectiva histórica. Lima: IEP. Richard Webb
(2013). Conexión y despegue rural. Lima: Universidad de San Martín de Porres, Raúl H.
Asensio (2016). Los nuevos incas: la economía política del desarrollo rural andino en
Quispicanchi (2000-2010). Lima: IEP.
Texto 5: La historia comenzó a cambiar hacia el final del primer gobierno de Alan
García (1985-1990)
Cuando se convocaron a elecciones de gobiernos regionales. Para esto se fusionaron
departamentos en 12 regiones, proceso que generó diversos conflictos sobre dónde
instaurar la capital o por qué fusionar un departamento próspero con otro pobre.
Adicionalmente, como señala Carlos Contreras, el esquema de elección de las
asambleas regionales consistía en una mezcla de voto universal y el voto de
instituciones representativas de la región como universidades, colegios de profesionales,
etc. Era la asamblea la que elegía a un presidente regional. El golpe de Estado de
1992 de Alberto Fujimori acabó con esta experiencia. Finalmente, después del retorno a
la democracia, en 2003 se lanzó el proceso de descentralización convocándose a
elecciones de gobiernos regionales en cada departamento del país. Se trata de un
proceso inédito en el Perú. Nunca antes hemos tenido un esfuerzo sostenido de dos
décadas a favor de la descentralización, y mucho menos en un periodo de crecimiento
económico. En efecto, el proceso ocurre en medio de un incremento de las
actividades económicas y comerciales de la sociedad rural, como lo muestran los
estudios de Richard Webb y Raúl H. Asensio
Aunque en las evaluaciones sobre la descentralización predomina un talante pesimista,
debemos tener en cuenta que se trata de un proceso de largo plazo. Las nuevas
autoridades, los aparatos burocrático-regionales y los organismos institucionales
necesitan de un periodo de desarrollo y consolidación. Además, este es un proceso
incompleto, pues poco o nada se ha avanzado en la descentralización fiscal y la
económica, sin las cuales ninguna descentralización es viable. Las regiones dependen
de la transferencia del Gobierno central y de los filtros para dichas transferencias.
Aunque la generación de capacidades regionales es lenta, el proceso se desarrolla con
un creciente dinamismo político en las regiones, con participación de sectores
movilizados. Ciertamente no faltan conflictos, sin embargo, muestran que los actores
regionales han cobrado un protagonismo que en el mediano plazo cambiará la realidad
política nacional.
Referencias bibliográficas: Pedro Planas (1998). La descentralización en el Perú
republicano (1821-1998). Lima: Municipalidad Metropolitana de Lima. Carlos Contreras
(2002). El centralismo peruano en su perspectiva histórica. Lima: IEP. Richard Webb
(2013). Conexión y despegue rural. Lima: Universidad de San Martín de Porres, Raúl H.
Asensio (2016). Los nuevos incas: la economía política del desarrollo rural andino en
Quispicanchi (2000-2010). Lima: IEP

RETO Clarifica y valora la información de los hechos de la


3:
economía peruana del siglo XX

Texto 6: La hiperinflación en el Perú de 1985 a 1990 LEY Nº 27783 Ley orgánica


Ya desde hacía tiempo, debido al incremento del déficit fiscal y a la cada vez más ineficiente
desarrolla el Capítulo de la
industria nacional, los precios de los bienes y servicios comenzaban a subir de forma
acelerada. Se podía prever que la inflación estaba en la puerta, sin embargo, el gobierno no Constitución Política sobre
quería que la población pague el precio y por eso decidió contrarrestar la suba de estos Descentralización, que regula la
sectores con más subsidios estatales. De esta forma, la población general no sentía los estructura y organización del
efectos de la inflación en su calidad de vida. Al incrementar aún más los salarios y al Estado Gobierno Nacional,
haber llegado a sus límites la industria nacional, existía una escasez de productos, que Gobiernos Regionales y
generaba que los precios suban cada vez más. Para empeorar todo, al subir inevitablemente Gobiernos Locales
los precios, el Estada volvía a subir los salarios respaldado por la impresión de más dinero.
De esta forma, todo se tornó en un círculo vicioso cada vez mayor, provocando un efecto
bola de nieve llegando en el año 1990 al punto máximo del país de 4541% anual. La
hiperinflación acumulada a 1987, en 1988 fue de 1722.3% en 1989 fue de 2775.3%al 28
de julio de 1990 fue de 7649%. Desde la nacionalización de la banca se dio lugar al
proceso de hiperinflación en el primer gobierno de Alan García Pérez.
Principales causas de la hiperinflación
Aunque en 1985 el déficit del sector público sólo había sido del 2,7 % del PBI, el nivel más
bajo desde 1979, en 1986 una vez más llegó al 5,1 %. Esto no se debió a un aumento del
gasto.
El primer gran problema fue que a pesar tener fama de ser una administración
despilfarradora y populista, el gasto total (corrientes e inversiones) del sector público cayó del
49 % del PBI, en 1985, al 29 %, en 1986. Sin embargo, los ingresos corrientes totales
también cayeron, del 46 % del PBI, en 1985, hasta 33 %, en 1986.

Texto 8: EVOLUCION DEL PBI DE 1995 AL 2015

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