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DERECHO DE LA

NACIONALIDAD
Coronel Acosta Citlali Rubí
Enríquez Pérez Jonathan Emmanuel
García Herrera Ximena
Herrera De lucio Wanda Carolina
Hernández Cuenca Aylin
Noriega Téllez Blanca Estela
Ríos Valdés Cenia Fernanda
Rivera Torres Frida Sofia
NATURALEZA JURÍDICA.
El ilustre jurista mexicano, Eduardo Trigueros, define la nacionalidad y nos dice que "es el
atributo que señala a los individuos como integrantes, dentro del Estado, del elemento social
denominado pueblo "El fenómeno de la nacionalidad como ligamen sociológico, jurídico e
incluso político, con base en la pertenencia a una determinada comunidad, ha evolucionado a
través de las distintas etapas históricas en que se ha ido gestionando la misma, en forma
paralela al concepto de agrupación jurídica y política, conocida actualmente como Estado.

En sus orígenes, en los llamados derechos antiguos, el problema de atribución de la


nacionalidad fundado sobre la familia ya que el derecho de ciudadanía se adquiría por la
sangre e implicaba la integración a un grupo conformado por personas que tenían los mismos
antecesores- fue de absoluta simplicidad, la nacionalidad era una cuestión más cercana a la
aristocracia que a la sujeción de un Estado o comunidad determinados. En ésta época, la
ciudadanía sólo la podía perder aquél sujeto a quien se le impusiera como sanción la pérdida
de la ciudadanía, por decisión de la autoridad
DIFERENCIA ENTRE CIUDADANÍA Y NACIONALIDAD.
● La diferencia entre ciudadanía y nacionalidad radica en que “… la nacionalidad es la
pertenencia a una nación, y la ciudadanía es la participación que puede tener esa
persona en la vida del estado, después de reunir los requisitos exigidos por la Ley para
ser considerado ciudadano”.
● Con esto se llega a la conclusión de que se puede llegar a ser nacional de un estado sin
ser ciudadano, pero hay que aclarar que no se puede ser ciudadano de un Estado sin ser
nacional.
● La ciudadanía es un atributo de la nacionalidad, que requiere de la satisfacción de las
condiciones fijadas por las leyes de un Estado para que la persona pueda obtenerla y
ejercerla cabalmente en beneficio suyo.
PRINCIPIOS DE LA
NACIONALIDAD-
1. La autonomía del Estado para determinar quiénes son sus nacionales
se reconoce y se respeta no importa el sistema que el Estado utilice
para otorgar su nacionalidad.

2. La unilateralidad es una consecuencia del principio anterior. La


nacionalidad de un individuo sólo se puede determinar de
conformidad con el derecho del Estado de cuya nacionalidad se trate.
La apreciación que de ella hagan otros Estados no se toma en
consideración.
3. La atribución de nacionalidad es exclusiva. Impide que se
reconozca otra nacionalidad. Es decir, el Estado de cuya
nacionalidad se trata sólo puede considerar a ese individuo como
su nacional, aún cuando uno de ellos sólo puede calificar su
propia nacionalidad.
En caso de existir nacionalidad múltiple, sólo una de ellas puede
producir plenos efectos; la otra queda siempre en suspenso.
4. Es un derecho fundamental de la persona el tener una
nacionalidad. Los Estados no están obligados a otorgarla; al
reconocerse su autonomía se reconoce también su
discrecionalidad en la atribución que de ella se hagan.
5. Todo individuo debe tener una nacionalidad desde su nacimiento,
pues siendo el de la nacionalidad un derecho fundamental, no se
justifica que la atribución sea posterior más que en casos
excepcionales.
6. No debe atribuirse nacionalidad de manera automática sin tener
en cuenta la voluntad de la persona, pues ella siempre debe
manifestar su deseo o su aceptación.
7. No debe emplearse la pérdida de nacionalidad como sanción.
En general, esta medida provoca la apátrida y deja al sujeto en
una situación jurídica sumamente precaria, lesiva de sus
derechos fundamentales.
8. Debe evitarse la apátrida a través de sistemas de atribución de
nacionalidad consecuentes y de una regulación que no permita
la existencia de lapsos, en el curso del procedimiento de
atribución o de pérdida, en los que la persona corra el riesgo
de quedar privada de nacionalidad.
9. Los individuos tienen derecho a renunciar a su nacionalidad,
pero esta renuncia debe hacerse ante las autoridades
competentes y siempre que exista la certeza de que no
quedarán como apátridas.
ATRIBUCIÓN DE LA NACIONALIDAD
COMO ACTO SOBERANO.
Los criterios de atribución de la nacionalidad de origen son prácticamente
universales, esto es, por filiación ius sanguinis, y por la vinculación con el
territorio, ius soli; y la voluntad expresa que permite a una persona
adquirir con base en su petición una nueva nacionalidad, esto es, la
nacionalidad por naturalización.
La filiación o ius sanguinis constituye un criterio por excelencia de atribución
de la nacionalidad. Aquí parece prudente prever un límite a la
transmisión indefinida de la nacionalidad por la sola vía ius sanguinis,
para tener en cuenta el fenómeno de la emigración.
Por una parte, el emigrado y sus descendientes podrán haber perdido todo
vínculo con el país de origen, haber adquirido la nacionalidad del país
que los acogió.
En cuanto a la atribución por nacimiento o residencia en el territorio, ius soli,
es un criterio que hoy más que nunca, debe ser aplicable con ciertos
matices, ya que, similarmente a lo que aconteció con el de filiación, puede
llegar a adquirir un carácter demasiado fortuito.
Si la residencia de los padres sobre el territorio no fue sino meramente
pasajera, el medio social no habrá tenido tiempo de ejercer una sensible
huella sobre la persona, y además, muy probablemente, recibirá la
nacionalidad de otro Estado.
Esta consideración sería suficiente para justificar una regla tradicional, en
virtud de la cual se exceptúa de la atribución de la nacionalidad iure solis,
a los hijos del personal diplomático acreditado en dicho país.
RENUNCIA O PÉRDIDA DE LA NACIONALIDAD.
Artículo 37 CPEUM, apartado A:

El actual artículo 37, apartado A, de la Constitución Polí- tica de los Estados Unidos
Mexicanos, enuncia que "ningún mexicano por nacimiento podrá ser privado de su
nacionalidad". Y en este sentido: Para beneficiarse de lo dispuesto por el artículo 37,
apartado A, de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, el interesado
deberá:
I. Presentar solicitud por escrito a la Secretaría, embajadas o consulados de México,
dentro de los cinco años siguientes al 20 de marzo de 1998.
II. II. Acreditar su derecho a la nacionalidad mexicana, conforme lo establece esta ley, y

III. 111. Acreditar plenamente su identidad ante la autoridad,


● Más que fomentar la doble nacionalidad, se establece que la nacionalidad mexicana no
se pueda perder.
● Se beneficiarán de la doble nacionalidad:
● 1) Todos los mexicanos por nacimiento que adquirieron una nacionalidad extranjera
antes del 20 de marzo de 1998, lo que implicaba una falta que causaba la pérdida de la
nacionalidad mexicana, y
● 2) Todos los mexicanos por nacimiento que tengan derecho a otra nacionalidad y la
adquieran después del 20 de marzo de 1998.
FUENTES
Mansilla y Mejía, María Elena. Derecho
Internacional Privado, IURE
Editores,2017.
Constitución Política de los Estados Unidos
Mexicanos.
Gonzáles Martínez, Nuria, Régimen Jurídico
de la Nacionalidad en México, UNAM,
1999.
RECUPERACIÓN DE LA NACIONALIDAD.

El artículo 30 de la Constitución Política de México establece


que la nacionalidad mexicana se adquiere por nacimiento o
por naturalización. Para probar su nacionalidad, todo
mexicano por nacimiento debe contar con un “acta de
nacimiento”, y todo mexicano por naturalización debe contar
con una “carta de naturalización”.

Por tanto, si usted posee la nacionalidad mexicana y desea


transmitir dicha nacionalidad mexicana a su hijo(a) nacido(a)
en Países Bajos, corresponde tramitar un “registro de
nacimiento” ante el Consulado de México, o bien "inscribir" el
acta de nacimiento neerlandesa, a fin de dotar a su hijo(a) de
un acta de nacimiento mexicana.

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