Alumna: Díaz Pérez Araceli. Ensayo sobre las ecuaciones de Maxwell.
Las ecuaciones de Maxwell son un compendio de 4 expresiones
matemáticas que determinan el comportamiento de los fenómenos naturales que conocemos como magnetismo y electricidad, pudiendo juntar su impacto para conformar uno de los tipos de relación importante de la naturaleza: el electromagnetismo. Como los primordiales agentes del electromagnetismo son los electrones, los cuales se hallan por toda la naturaleza, las manifestaciones de la electricidad y el magnetismo se conocen a partir de la antigüedad, por culturas como la griega. No obstante, el asunto tuvo poco interés científico hasta la llegada del siglo IXX, en el que se observaron ciertas interrelaciones entre la corriente eléctrica y los objetos imantados; esto llevó a que enormes científicos dieran aportes experimentales y matemáticos hasta que J. C. Maxwell, consiguió la unificación de cada una de las visualizaciones empíricas elaboradas hasta la fecha. No obstante, las formulaciones de Maxwell tienen una alta dificultad físico-matemática, que el lector promedio no se encuentra en capacidad de entender. El objetivo de este ensayo fue dar una especificación intuitiva y servible de las ecuaciones, al tiempo que se exploran varias de las aplicaciones que éstas encuentran. Para iniciar, se introducirá el término de campo y línea de fuerza, a la vez que se analizarán ambas primeras ecuaciones de Maxwell, conocidas como las leyes de Gauss eléctrica y magnética. Con el objeto de describir las colaboraciones electromagnéticas, se ideó un nuevo criterio físico y matemático, el campo. Un campo está formado por un numeroso grupo de líneas de fuerza, un tipo de vector que puede imaginarse como líneas finas o flechas que se alargan juntas por el espacio; los aspectos por los que estas pasan son dañados por una cierta intensidad, la cual es ejercida en la dirección indicada por la flecha que ahí pasa. En la situación del campo electromagnético, se estima que las líneas de fuerza empujan a los cuerpos “positivos” en la dirección que indican, y a los “negativos” los hace retroceder en dirección contraria a la indicada. Los campos electromagnéticos se alargan por todo el mundo, sin embargo sus efectos se realizan percibir alrededor de los imanes y cargas eléctricas, puesto que alrededor de ellas el “flujo” o la acumulación de líneas de fuerza, es más grande. Aunque estos campos conforman entidades unificadas, tienen la posibilidad de estudiarse sus puntos eléctricos y magnéticos por separado. El campo eléctrico aplica fuerza sobre las cargas eléctricas; paralelamente, conforme con la ley de Gauss eléctrica, una carga positiva, ejemplificando, esférica, origina líneas de fuerza dirigidas hacia el exterior en cada una de las direcciones, de manera parecida a los relámpagos que salen del sol. Así, una carga positiva empuja lejos a otras cargas positivas, empero acerca a las negativas. Sin embargo, las cargas negativas conforman el sitio de destino de las líneas, o sea, las líneas de fuerza se dirigen y se sumergen en la carga. De esta forma, empujan a las cargas positivas acercándolas, sin embargo repelen a otras cargas negativas. A medida que más grande sea la carga acumulada, es más grande el flujo de campo que sale o entra en ella. De manera parecida, el campo magnético actúa en su mayoría sobre partículas magnetizadas, que tienen polo norte (positivo) y sur (negativo). En verdad, todos los electrones de todos los materiales son imanes que Ocasionan flujo magnético a su alrededor; empero los materiales propiamente magnéticos poseen alineados los campos de sus electrones y de esta forma se genera un flujo más poderoso en torno al material. En relación a este campo, la ley de Gauss magnética expresa que toda línea de fuerza que sale de un espacio, debería volver a él, conformando de esta forma una trayectoria redonda. De esta forma, una vez que las líneas de fuerza magnéticas salen por el polo positivo de un imán, luego de hacer su trayectoria, continuamente vuelven al material por su polo negativo; por efecto, no existe un material que solamente haga o solamente absorba líneas magnéticas, todo cuerpo humano magnetizado tiene un norte y un sur. Una vez que se rompe un imán por la mitad para intentar dividir sus polos, únicamente se recibe 2 imanes pequeños, cada uno con sus polos norte y sur. Análogamente a las cargas eléctricas, los polos positivos sacan líneas de fuerza hacia el exterior, empujando otros polos norte, pero halando a los polos sur, mientras tanto que por los negativos pasan líneas dirigidas hacia adentro, acercando a los polos norte pero alejando a otro sur. Como puede verse, las primeras 2 ecuaciones de Maxwell poseen ciertos puntos en común; igual pasa con la interacción entre la tercera y cuarta ecuación, como se verá posteriormente. En lo que las leyes de Gauss sostienen cómo se origina un campo desde una carga o de un imán, la tercera ecuación, además llamada ley de Faraday, toma impacto una vez que un flujo magnético se intensifica o bien decrece en una zona del espacio. Esto ocurre, ejemplificando, si a cualquier sitio se acerca o aleja un imán; empero únicamente ocurre en el transcurso en el cual éste se mueve, puesto que una vez que el imán deja de desplazarse, el campo magnético deja de modificar. La ley de Faraday explica que en una zona donde se incrementa el flujo magnético en una dirección, se crea un campo eléctrico cuyas líneas de fuerza giran alrededor de las del magnético, o sea, un campo eléctrico giratorio. Puede considerarse que, si un montón de líneas de fuerza magnética se dirigen juntas hacia una sola dirección, a su alrededor se forma un aro de campo eléctrico. En el campo tecnológico, este impacto es aprovechado por medio de la bobina, el cual es un conductor que es enrollado de manera parecido a un resorte; gracias a su forma circular, es receptivo con los campos eléctricos giratorios elaborados por los cambios de flujo magnético, lo que crea desplazamiento de los electrones por la bobina y, por ende, corriente eléctrica. Finalmente, la cuarta ecuación de Maxwell, popular como ley de Ampere, explica que un campo eléctrico accionado en una dirección, produce un campo magnético giratorio a su alrededor. Es por ello que durante el siglo IXX se vio que una vez que por un conductor se movían los electrones, debido a la acción de una batería, la aguja de una brújula cercana (un objeto magnetizado) cambiaba de orientación. Es notable la interacción entre esta ley y la ley de Faraday: un campo que se expone en una dirección, hace que un campo del otro tipo aparezca girando. Si se invierte la dirección de la corriente, ejemplificando, hacia atrás, la dirección en la que rotan las líneas de campo magnético además se invierte (de reloj a contrarreloj). La ley de Ampere se pone de manifiesto en las bobinas: una vez que por ellas pasa una corriente, la bobina genera un poderoso flujo magnético a su alrededor; dichas bobinas se conocen como electroimanes. En general, las 4 ecuaciones de Maxwell cambiaron el punto de vista de la física típica, puesto que describían con enorme exactitud la conducta del campo electromagnético, a la vez que haya un enorme conjunto de aplicaciones. En medio de las más indispensables se hallan los “generadores” y “motores” eléctricos. Ejemplificando, en los generadores que se hallan en las hidroeléctricas, gracias al agua que da el fomento, se lleva a cabo desplazamiento en un conductor en un campo magnético, y por ley de Faraday, el flujo magnético cambia, y se crea un campo eléctrico con lo cual se induce electricidad en la bobina. Paralelamente, los motores de los electrodomésticos funcionan una vez que por una bobina (que está en un campo magnético permanente) pasa una corriente, entonces la bobina crea su propio campo magnético conforme con la ley de Ampere, y este campo interactúa con el campo externo forzando a que la bobina magnetizada se mueva. Dichos 2 mecanismos son la base por la que se rige el reparto y el aprovechamiento de la electricidad en las localidades modernas. Concluimos mencionando que las ecuaciones de Maxwell tienen una gigantesca relevancia, la cual se deriva de su rigor matemático, su aporte a la comprensión del cosmos y sus fenómenos, y la enorme proporción de aplicaciones tecnológicas que halla. La ley de Gauss eléctrica explica cómo un campo eléctrico se origina de una carga, en lo que la ley de Gauss magnética muestra que todo cuerpo humano magnético tiene 2 polos; sin embargo, la ley de Faraday expresa que una zona bajo un campo magnético variable crea un campo eléctrico giratorio, y al final, la ley de Ampere explica que el desplazamiento de cargas producida por un campo eléctrico, Produce además un aro de campo magnético a su alrededor. En general, las 4 ecuaciones representan un enorme logro, puesto que en ellas se cierran milenios de observación experimental, a la vez que sus aplicaciones brindaron forma a la tecnología y la sociedad actualizada. 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