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Fuerzas productivas.

Las fuerzas productivas de la sociedad son: los instrumentos de producción, con ayuda de
los cuales se producen los bienes materiales; los hombres son los que manejan los
instrumentos y efectúan la producción de los bienes materiales, por tener una cierta
experiencia productiva y hábito de trabajo.
Las fuerzas productivas, es decir, los medios de producción (instrumentos, máquinas,
implementos, materias primas, &c.) y la fuerza de trabajo del hombre, del trabajador, son
siempre los elementos absolutamente indispensables para el trabajo, para la producción
material.
La productividad del trabajo social, el grado de dominio del hombre sobre la Naturaleza,
dependen del nivel histórico del desarrollo de las fuerzas productivas, de la perfección de
los instrumentos de producción y de la experiencia productora y los hábitos de trabajo del
hombre. De aquí la evidente importancia de las fuerzas productivas y de su crecimiento
para la Sociedad.
Todos los cambios en la vida social, al final, se originan en la transformación de las fuerzas
productivas. El desarrollo de las fuerzas productivas se expresa mediante la conquista de la
naturaleza de los hombres. Las fuerzas productivas reflejan la capacidad real de los
hombres en el proceso de crear riqueza para la sociedad y asegurar el desarrollo humano.
En cualquier sociedad, para crear riqueza, se necesitan tanto trabajadores como medios de
producción. Sin instrumentos para el proceso laboral, los hombres no pueden crear riqueza.
En cada momento histórico, la vida de la Sociedad depende de las fuerzas productivas de
que dispone. La existencia del salvaje sin su arco y su flecha, sin el hacha de piedra, etc. Es
tan inconcebible como la existencia del capitalismo moderno sin las máquinas y sin los
obreros que constituyen la fuerza productiva fundamental de la Sociedad.
El desarrollo de las fuerzas productivas; y ante todo el desarrollo de los instrumentos de
producción, es la base del cambio y desarrollo de los modos de producción.
El cambio de los medios de producción conduce, a su vez, al cambio de todo el régimen
social. Por ejemplo, el nacimiento de la producción con máquinas, condicionó cambios
radicales en el régimen social, la transición del feudalismo al capitalismo.
En la sociedad socialista, en la URSS, las fuerzas productivas disponen de una posibilidad
ilimitada para su crecimiento y se desarrollan de acuerdo con un plan, en interés del
aumento de la riqueza social, del ascenso indeclinable del nivel material y cultural de vida
de los trabajadores, del fortalecimiento de la independencia de la URSS y de la
consolidación de su capacidad de defensa.
Cabe resaltar que la división de trabajo (reparto de las diferentes tareas que conforman el
proceso productivo) y la ciencia y tecnología forman parte de las fuerzas productivas.
Tipos de factores productivos.
Podemos distinguir dos tipos de factores productivos:
Fuerza de trabajo: El esfuerzo humano dedicado a la actividad productiva.
Medios producción: Instrumentos mecánicos y tecnológicos, así como los materiales
necesarios para el desarrollo de bienes y servicios.
Fuerzas productivas y materialismo histórico.
Debemos recordar la forma en la que Karl Marx interpretaba la historia. Lo hacía a partir de
las relaciones económicas de producción. Es decir, todo hecho histórico sería, según esta
teoría, consecuencia de las dinámicas en la actividad productiva.
Según Marx, los cambios en las sociedades se dan como consecuencia de la forma en la que
funciona el desarrollo de bienes y servicios.
Por ejemplo, de acuerdo con Marx, el capitalismo derivaría en una lucha de clases por la
forma en la que se relacionan el proletariado y el capitalista. Este último, según dicha
teoría, se estaría apropiando de parte de su esfuerzo laboral (plusvalía).
En este sentido, para el análisis del materialismo histórico se tienen dos elementos.
Primero, la superestructura, que es el conjunto de factores jurídicos, políticos e ideológicos.
Asimismo, tenemos la estructura donde encontramos las fuerzas productivas, así como las
relaciones de producción, es decir, cómo se vinculan los trabajadores con sus empleadores
y cómo se organizan.
En suma, para Marx, la forma en la que las fuerzas productivas se vinculan entre sí es
determinante en la dinámicas sociales y puede empujar a que se generen transformaciones
en el sistema político y económico.
Las fuerzas productivas, además, se relacionan con la superestructura, según el marxismo.
Por ejemplo, el vínculo entre empleado y empresa depende en gran parte de las leyes
laborales. Dicho marco legal, a su vez, podría cambiar con el tiempo si existe descontento
social.
Plusvalía: Es la esencia de la explotación o acumulación capitalista, es una ganancia mayor
que tiene el capitalista.
Capitalismo: Sistema económico cuya base para su desarrollo es la acumulación del
capital productivo o financiero.
Modo de producción capitalista: El modo de producción capitalista se caracteriza por la
propiedad privada de los medios de producción, la extracción de la plusvalía creada en la
producción por una clase de propietarios privados, trabajo asalariado, y la distribución tanto
de bienes de capital y bienes de consumo en una economía principalmente basada en el
mercado.
Burguesía: La burguesía es propietaria de los medios de producción y genera beneficio a
través de ello.
El burgués, propietario de los medios de producción, pone a disposición del trabajador los
medios de producción, trabajando este último para él. La producción material y/o inmaterial
que el trabajador crea a través de su fuerza de trabajo, pertenece al burgués por el hecho de
poseer éste los medios de producción.
Relaciones de producción.
Las relaciones de producción, son las relaciones que entablan los seres humanos, en cuanto
agentes del proceso de producción: estas relaciones son necesarias para poder llevar a cabo
la producción de los bienes deseados, y son independientes de la voluntad de los agentes
productivos. Pueden tener un carácter técnico o social.
Las relaciones de producción es un término acuñado por el famoso filósofo Karl Marx. El
término hace referencia a las relaciones que los seres humanos mantienen entre sí, así como
la posición que ocupan en la jerarquía social, así como si son, o no, poseedores de los
medios de producción.
Las relaciones de producción, por tanto, es un término que proviene del marxismo y la
teoría marxista. Este aparece por primera vez en los escritos de Marx, en la teoría de los
modos de producción social.
El término explica las relaciones que mantienen los individuos entre sí, así como el estudio
de las relaciones en función de la situación que ocupan estos individuos en el organigrama
social. Teniendo en cuenta, por tanto, si estos individuos son poseedores, o no, de los
medios de producción.
Los hombres no pueden producir bienes materiales individualmente, aisladamente, sino en
conjunto, asociándose de un cierto modo para actuar en común y establecer un intercambio
de los productos de sus actividades. Por eso, la producción es siempre y bajo cualquier
circunstancia, una producción social. Hay diversos tipos de relaciones de producción. De
entre todas, la fundamental es la relación entre los hombres y los medios de producción, es
decir, la relación que responde a la pregunta de en posesión y a disposición de quién se
hallan los medios de producción.
Las relaciones de producción determinan todo el régimen de la vida social. En la sociedad
de clases antagónicas, las relaciones de producción se expresan en relaciones entre las
clases, en relaciones de dominio y de subordinación. Bajo el socialismo, bajo el régimen de
la propiedad social sobre los medios de producción, las relaciones de producción son
relaciones de colaboración y de ayuda mutua entre hombres libres de toda explotación.
Las relaciones de producción, aunque su desarrollo dependa del de las fuerzas productivas,
actúan a su vez sobre estas últimas, acelerando o amortiguando su desarrollo. La propiedad
privada capitalista sobre los medios de producción en la actual sociedad burguesa, se halla
en una contradicción irreconciliable con el carácter social del proceso de producción. Las
relaciones de producción del capitalismo frenan el desarrollo de las fuerzas productivas de
la sociedad. Esta contradicción entre las fuerzas productivas y las relaciones de producción
del capitalismo constituye la base económica de la revolución social. Un ejemplo de la total
concordancia entre las relaciones de producción y las fuerzas productivas nos lo da la
U.R.S.S., donde la propiedad social sobre los medios de producción se halla en perfecta
armonía con el carácter social del proceso de producción y donde las relaciones socialistas
de producción constituyen la fuente poderosa del desarrollo de las fuerzas productivas.
Dependiendo de las diferentes formas en la que se presenta la división social del trabajo, así
como la propiedad de los medios de producción, las relaciones de producción pueden ser
primitivas, feudales, capitalistas, antiguas, etc.
Tipos de relaciones de producción.
Karl Marx definía y clasificaba las relaciones de producción en diversos tipos. Estos tipos,
dependiendo de cómo se distribuye la división social del trabajo, pueden ser seis.
En este sentido, estos tipos de relaciones son las siguientes:
•Comunas primitivas.
•Capitalistas.
•Feudales.
•Antiguas.
•Socialistas.
•Esclavitud.
La historia consigna estos seis tipos, anteriormente citados, como los seis tipos
fundamentales de relaciones de producción.
Mucho se ha discutido sobre cuál es la relación de producción más eficiente, así como cuál
es la más sana, económicamente y socialmente hablando. En este sentido, pocas
conclusiones han extraído los economistas sobre esto.
Sin embargo, si hay algo claro en este aspecto es que las relaciones de producción siempre
deben tratar de ser positivas. Así pues, deben ser positivas por el hecho de que estas inciden
de forma directa en la economía, en el desempeño del trabajo y en la productividad de los
trabajadores.
El objetivo definitivo de estas relaciones es crear un ambiente óptimo, un ambiente
agradable. Un ambiente en el que los distintos agentes acepten las diferencias que presentan
los individuos, tratando de extraer lo mejor de cada uno para realizar las tareas de la mejor
forma posible. De esta forma, estas relaciones tendrán un buen desempeño, a la vez que la
economía seguirá desarrollándose correctamente.
Cronología de las relaciones de producción.
Para Karl Marx, las relaciones de producción han seguido una cronología a lo largo de la
historia, la cual iba mejorando estas relaciones con el paso del tiempo, hasta alcanzar la
relación de producción más óptima para el conjunto de la sociedad.
La primera relación de producción fue la comuna primitiva, cuando los individuos,
entonces recolectores y cazadores, debían sumar fuerzas y trabajar conjuntamente.
Posteriormente, aparece la relación antigua, una relación que nace con la invención de la
agricultura. A esta le sigue la relación de esclavitud, con la aparición de los imperios; como
es el caso de Roma. A la esclavitud le sucede el feudalismo, tras la extensión de la
esclavitud, desarrollándose relaciones de servidumbre que dan lugar a la aparición del
feudalismo.
Así, para Marx, el feudalismo dio origen a las relaciones capitalistas, ya que los señores
feudales poseían el capital para producir.
Una relación capitalista a la que, en última instancia, le sucede la más desarrollada de todas
para Marx: la relación socialista. Una relación socialista superior a todos sus precedentes.
Esta establecía la propiedad colectiva de los medios de producción, siendo controlados por
el Estado.
Conclusión: Las relaciones de producción siempre deben ser positivas, ya que esto
impactará directamente en el desempeño y en la productividad de cada trabajador.
Para poder estar en un ambiente agradable se deben aceptar las diferencias de los demás y
tratar de sacar lo mejor de cada quien para así poder realizar las actividades de la mejor
manera.
Modo de producción.
Los modos de producción se refieren a la manera en que se organizan las actividades
económicas en un determinado territorio, civilización, cultura o período de la historia. Es
decir, son las formas en las que una economía produce bienes y servicios, además de para
establecer la distribución de los mismos.
El concepto de modos de producción tiene sus orígenes en Karl Marx y Friedrich Engels,
aunque Adam Smith ya lo había sugerido tiempo atrás. Marx usó este concepto para
referirse a la organización específica de la producción económica de una sociedad, misma
definición que tiene hoy en día. Gracias a este concepto, el marxismo fue desarrollando una
clasificación de las formas y tipos de economías que han existido a lo largo de la historia en
base tanto al propio modo de producción como a la relación entre los distintos niveles
jerárquicos de la sociedad: las clases.
El tipo de modo de producción de una sociedad determina las condiciones de vida de la
misma, influyendo tanto en su vida social como política e, incluso, en su bienestar. En
función del modo de producción vigente el estado puede habilitar diferentes instituciones
que perpetúen y se beneficien del tipo de estructura económica que rige a la sociedad, razón
por la que han sido de tanto interés para los marxistas estructuralistas.
De acuerdo con los escritos de Karl Marx en los que explica su teoría del materialismo
histórico, un modo de producción resulta de la combinación de dos factores principales: las
fuerzas productivas y las relaciones de producción.
Marx usó la idea de los modos de producción como una herramienta de clasificación para
describir y distinguir, basándose en criterios históricos, los diferentes sistemas económicos
que han existido desde los primeros seres humanos cazadores-recolectores hasta su época,
el siglo XIX. Diferentes dinámicas a lo largo de la historia han hecho que quienes poseen
los medios y quienes producen sean personas diferentes.
La dinámica suele ser siempre la misma. En un momento dado de la historia, un modo de
producción empieza a tambalearse debido a que quienes son explotados por los que poseen
los medios se rebelan, adquieren nuevos derechos o cambian la estructura social de forma
pacífica o violenta. El cambio dentro del sistema implica transicionar hacia uno nuevo en el
que perfectamente puede suceder que quienes antes eran explotados sean ahora los
explotadores.

Una vez asentado un nuevo modo de producción, este no se salva del destino del anterior.
Este va desarrollándose sin parar, buscando alcanzar su máxima capacidad productiva. Sin
embargo, a medida que se va desarrollando, van apareciendo discrepancias entre las clases
sociales determinadas por las relaciones de producción. Esto hace que vuelva a haber
tensión y, de no llegar a un acuerdo entre propietarios y trabajadores, el sistema vuelve a
temblar y se vuelve a producir un cambio.
Principales tipos de modos de producción.
En base al tipo de relación existente entre propietarios y trabajadores y cómo está
organizada la sociedad, podemos decir que han sido seis los tipos de modo de producción
principales a lo largo de la historia.
Comunismo primitivo.
El comunismo primitivo fue el modo de producción en la prehistoria y que, en teoría, sigue
vigente en las actuales sociedades de cazadores-recolectores. En sus orígenes, este sistema
tenía como principal método de producción la recolección y la caza, y todo lo conseguido
era considerado propiedad común de todos los miembros de la tribu.
Si bien las personas de la tribu podían tener alguna que otra posesión personal, como por
ejemplo rudimentarias prendas de vestir o ajuar, todas las propiedades de la tribu eran
defendidas por la comunidad entera y la idea de propiedad privada no existía tal y como la
conocemos. Podía haber un poco de agricultura, pero en un principio los cultivos eran
trabajo de todos.
Sin embargo, esto cambió con la aparición y mejora de la agricultura y la ganadería.
Quienes tenían mejor suerte y obtenían cosechas mejores o animales que daban más carne,
leche y pieles tenían una posición ventajosa con respecto al resto de la tribu, teniendo más
propiedades. Estos no iban a permitir que los demás se beneficiaran de lo que habían
ganado con su esfuerzo, así que solo se lo compartían con los demás por medio de
intercambios o haciendo que trabajaran para ellos.
Así pues, si bien al principio el ser humano vivía en una especie de utopía comunista en el
que todo era de todos, con la aparición de la propiedad privada y la mejora de la
producción, poco a poco se fue cambiando a un sistema de subsistencia que, aunque de
forma muy primitiva, tenía clases sociales y jerarquías de base socioeconómica. Es lo que
se puede ver en culturas tribales actuales que practican la agricultura y la ganadería.
Modo de producción asiático.
El modo de producción asiático se puede considerar como la primera forma de una
sociedad con clases claramente delimitadas. Se caracterizaba por la total ausencia de
propiedad privada de la tierra, no permitiendo a los ganaderos ni ganaderos explotarla
libremente, y por un estado despótico centralizado que se encargaba de las obras públicas.
La mayoría de la población era obligada a hacer trabajos forzados en beneficio de un
pequeño grupo de propietarios.
El estado obtenía en forma de tributos el excedente económico producido por las
comunidades y lo invertía para financiar la infraestructura pública. Para apropiarse de estos
excedentes se valía de la coerción, obligando por medio de las fuerzas armadas a que los
ganaderos y agricultores dieran sin tener derecho a quejarse los frutos de su trabajo.
Modo de producción esclavista.
El modo de producción esclavista surgió gracias al crecimiento de las fuerzas de
producción de las sociedades, la aparición de productos excedentes, la aparición y
aplicación del concepto de propiedad privada en los medios de producción y la tierra, y la
apropiación del producto excedente por parte de quienes poseían medios de producción. Un
ejemplo clásico de este modo de producción lo tenemos en el mundo grecolatino.
La división del trabajo se logró mediante el uso de las monedas, la creación de mejores
herramientas de hierro y la perfección del alfabeto. Los propietarios, que eran la clase
aristocrática, tenían esclavos para administrar sus negocios mientras que disfrutaban de una
vida llena de lujos. Los esclavos no recibían un salario por su trabajo, simplemente se les
daba lo justo para poder vivir y, si se quejaban, eran castigados o ejecutados.
Modo de producción feudal.
El modo de producción feudal se pudo aplicar gracias a un considerable desarrollo de las
fuerzas productivas tras el período clásico europeo. En la Edad Media se introdujeron los
molinos, los arados de ruedas pesadas y otras innovaciones que contribuyeron a que el
campo fuera mucho más productivo. La productividad agrícola y ganadera se disparó,
aunque no evitó que muchas personas murieran de hambre debido a la imposibilidad de
repartir los alimentos entre todos.
Las ciudades crecieron y desempeñaron actividades que no se podían hacer en el campo.
Así pues, fue un momento histórico para el mundo occidental, puesto que por primera vez
las relaciones de producción en las ciudades diferían de las que se hacían en el mundo rural.
Los pueblos y las ciudades medievales se especializaron en actividades distintas, unos
produciendo alimentos y las otras manufacturas.
La dinámica entre las relaciones sociales ciudad-campo motivó la aparición y desarrollo de
mejores relaciones comerciales. Las ciudades tenían que recibir alimentos y minerales,
mientras que los pueblos requerían de herramientas para explotar mejor el campo y las
minas. Este tipo de interacción, en la que los pueblos ofrecían materias primas y las
ciudades las transformaban en bienes y servicios manufacturados es considerado el
antecedente que daría paso muchos siglos después al capitalismo.
Si bien las clases sociales principales en la Edad Media eran tres (plebe, clero y nobleza) se
podría decir que se desarrolló una cuarta, la clase mercantil, personas que se beneficiaban
de las interacciones comerciales. También había siervos que, aunque no eran esclavos
propiamente dichos, pertenecían a las tierras de su señor, no eran libres y debían pagar por
explotar los recursos del lugar en el que vivían, sin posibilidad de abandonar el lugar en el
que habían nacido.
Modo de producción capitalista.
La figura clave del modo de producción capitalista es, como su propio nombre indica, el
capitalista, aquel que ostenta los medios de producción. Los productos se fabrican en
fábricas y talleres para ser vendidos en el mercado y, para poder ser competitivos en un
mundo en el que todo el mundo ofrece sus productos, el capitalista se las ingenia para que
sus trabajadores produzcan más al menor coste.
En el mundo capitalista los trabajadores exigen y reciben un salario por sus servicios, algo
que en períodos anteriores de la historia no era así. Tanto en el sistema esclavista como en
el feudal se trabajaba porque el propietario de los medios de producción daba la orden,
obteniendo a cambio lo justo para poder seguir viviendo, no teniendo la posibilidad de
ascender en la jerarquía social ni tampoco ahorrar.
No obstante, que en la sociedad capitalista se tenga un salario tampoco quiere decir que se
vaya a prosperar. Marx advirtió que, para los ojos del capitalista, las cosas y las personas
existen solo porque son rentables y pagar un salario a los trabajadores es una forma de
conseguir que sigan trabajando para él sin que se rebelen, asegurándose de que reciben el
dinero justo como para que no se quejen, pero tampoco demasiado como para que ahorren y
puedan vivir sin trabajar.
Sin embargo, con el paso del tiempo y en base a las tesis marxistas, los trabajadores se
fueron dando cuenta de que su verdadero beneficio económico radica en evitar que el
capitalista los explote, pidiendo mejores salarios y condiciones de trabajo. En caso de que
sus demandas no sean resueltas, lo mejor es ir a la huelga, puesto que, si la mano de obra
deja de trabajar, da igual cuantos medios posea el capitalista puesto que no tiene a nadie
que mantenga activa la producción.
Las relaciones entre proletariado y capitalistas eran hostiles, siendo plasmadas en la idea de
la lucha de clases de Marx, lo cual debía conducir al derrocamiento del capitalismo por
parte de los trabajadores. La idea no era cambiar quienes debían ser los propietarios y los
no-propietarios, sino crear una sociedad en la que la propiedad de los medios de producción
fuera de todos, una propiedad colectiva que daría lugar a una sociedad comunista.
Modo de producción comunista.
El modo de producción comunista o socialista es un modo de producción utópico y basado
en las ideas de Karl Marx, inspirado en el modo de producción comunista primitivo. En
este sistema se rechaza la organización propiedad privada de los medios de producción,
haciendo que las herramientas para producir bienes y servicios sean propiedad pública.
Según el marxismo, esto permitiría la mejora ilimitada de las fuerzas productivas y el
aumento de la producción social.
En principio, las contradicciones que pudieran surgir en el modo de producción comunista
entre las fuerzas productivas y las relaciones de producción no serían adversas. Tales
contradicciones se resolverían a través de una mejor relación de producción, la cual se
conseguiría por medio de un mejor manejo de los procesos sociales.

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