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SALVAMENTO MARÍTIMO
Grupo Nro.5
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ÍNDICE
Introducción III
Conclusión 16
Bibliografía 17
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INTRODUCCIÓN
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Salvamento Marítimo
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recompensa bajo la Convención de 1989. Por lo general, el barco y el salvador firmarán
un acuerdo LOF para que los términos del salvamento sean claros. Desde 2000, se ha
convertido en estándar agregar una cláusula SCOPIC ("Special Compensation - P&I
Clubs") al LOF, para eludir las limitaciones de las disposiciones de "Special
Compensation" de la Convención de 1989 (de conformidad con el caso de The
Nagasaki Espíritu).
Definamos Contrato de salvamento: un contrato que tiene por objeto todo acto
emprendido para auxiliar o asistir a un buque, embarcación o artefacto naval, o para
salvaguardar o recuperar cualesquiera otros bienes que se encuentren en peligro en
cualesquiera aguas navegables, con excepción de las continentales que no están en
comunicación con las aguas del mar y no son utilizadas por buques de navegación
marítima.
La reciente Ley de Navegación Marítima de fecha 24/07/14 publicada en el BOE
de 25/7/14 pretende llevar a cabo una amplia y profunda reforma del Derecho marítimo
español, intentando abarcar todos los aspectos en la regulación de la materia de la
navegación marítima y tratando de uniformar la muy diversa normativa nacional e
internacional de aplicación. Entre otras figuras, contiene el régimen jurídico del
Salvamento Marítimo de Buques, que remite al Convenio Internacional de Londres de
28/4/89, cuyas normas viene a completar y se regirá por esta normativa internacional y
por la nueva Ley de Navegación Marítima.
La jurisdicción civil conocerá de las correspondientes reclamaciones, salvo que
las partes acuerden a someterse a un sistema de arbitraje marítimo administrativo ante
órganos específicos de la Armada o cuando la intervención de tales órganos se haga
necesario por tratarse de salvamento de bienes abandonados en la mar o bienes de
propiedad desconocida.
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CONCEPTO Y DISTINCION ENTRE ASISTENCIA Y SALVAMENTO
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2. No se considera salvamento:
- La asistencia prestada a bienes fijados de manera permanente e intencional a la
costa.
- La operación que tenga por objeto el patrimonio cultural subacuático, que se regular.
3. Existe la posibilidad de convenio entre el capitán y el armador sobre el
salvamento que se acomodan a la intervención de la Administración Marítima en las
operaciones de salvamento al objeto de asegurar la protección del medio ambiente. El
capitán y el armador están facultados para celebrar contrato de salvamento en nombre
del propietario de los bienes que se encuentren a bordo. Las partes interesadas podrán
contratar libremente las condiciones del salvamento, sin más límite que su obligación
de actuar con la diligencia necesaria para evitar o reducir al máximo los daños al medio
ambiente. El armador salvador y la dotación del buque podrán pactar la forma del
reparto del premio entre ambas partes de forma distinta a la establecida en esta Ley.
Se podrán convenir fórmulas de reparto de premios/compensaciones en un contrato de
prestación de servicios cuando la Administración Marítima realice actividades de
salvamento no directamente sino a través de entidades privadas o públicas distintas de
aquélla.
4. Las Autoridades Públicas pueden ordenar o supervisar un salvamento. Lo propio
es que sea la Administración Marítima la que sea catalogada como la Administación
Pública promotora del salvamento, que en todo caso estará siempre facultada para
intervenir en tales operaciones realizadas en los espacios marítimos españoles a fin de
salvaguardar la seguridad de la navegación, la vida humana en el mar y el medio
ambiente marino; a cuyo efecto podrá dirigir dichas operaciones o impartir instrucciones
que serían de obligado cumplimiento por el capitán, el armador o su representante, el
cargador y el salvador.
5. Premios a favor de los salvadores. Es la compensación económica a percibir por
las operaciones de salvamento con un resultado útil, incluso si los buques salvador y
salvado pertenecen al mismo propietario. En el caso de bienes salvados que no se
encontraran a bordo será deudor del premio el titular de esos bienes.
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El salvador tendrá derecho al premio y al resarcimiento de daños, gastos o
perjuicios que haya tenido en las referidas operaciones. El premio se repartirá entre el
buque salvador y su dotación en la proporción de 1/3 y 2/3 respectivamente, salvo
pacto en contrario. Dicha regla no se aplicará a los buques remolcadores ni a los
buques armados y equipados para el salvamento en los que los derechos de la
dotación se regularán por lo establecido en sus contratos de embarque o en el
convenio colectivo laboral que le sea aplicable.
Respecto a los buques extranjeros habrá que estarse a la ley de su pabellón y en
otro caso se le aplicarán las anteriores reglas de distribución. Cuando la Administración
Marítima realice directamente operaciones de salvamento con sus propios medios, el
premio o compensación correspondiente se ingresará en el Tesoro Público.
En el caso de salvamento prestado a buques de Estado, el premio deberá solicitarse
mediante el correspondiente procedimiento administrativo sin posibilidad de retención o
embargo del buque o bienes salvados.
Si el salvamento ha sido prestado por buques de Estado el premio recibido se pondrá a
disposición del organismo de quién dependan.
Las autoridades públicas que ordenen o supervisen un salvamento o sus
funcionarios no tendrán derecho a premio, pero sí tendrán derecho los salvadores
distintos de la Administración Pública que efectúen las operaciones ordenadas o
supervisadas por aquellas. No se tendrá derecho a premio por servicios prestados
cuando exista la prohibición expresa y razonable del Armador o del capitán del buque
asistido o del propietario de los bienes en peligro. No prevé esta Ley el supuesto de
operaciones de salvamento que hayan de hacerse necesariamente por motivo de
seguridad de las personas, seguridad de la navegación, protección o reparación de
bienes públicos o protección del medio ambiente. En estas situaciones podrá
considerarse que la consideración de la negativa del armador o propietario no sería
razonable por lo que el salvador tendría derecho a premio.
6. Derecho de retención (Novedad importante de esta Ley) El salvador tendrá
derecho a retener bajo su control el buque y otros bienes salvados (en el puerto o lugar
a que se hayan conducido tras la terminación del salvamento) mientras no se
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constituya a su favor garantía suficiente por el importe del premio que se reclama. No
se contempla en la Ley que la retención debe terminar en caso de cobro del premio sin
constitución de garantía ni en el supuesto de discrepancia entre salvador y salvado
respecto del importe del premio o sus condiciones de pago.
7. Bienes salvados de propiedad desconocida. Los salvadores de bienes de
propiedad desconocida están obligados a comunicarlo a la Armada en el primer puerto
de escala.
Se incoará un expediente para la averiguación de los legítimos propietarios,
pudiendo mientras tanto retener el salvador los bines salvados adoptando las medidas
necesarias para su adecuada conservación. Localizado el propietario, le corresponde al
salvador el derecho a resarcirse de los gastos sufridos y el derecho del premio de
salvamento. En caso de no ser localizado el propietario se establecen unas reglas
específicas sobre el destino de los bienes.
8. Órganos competentes para la determinación de los premios por salvamento.
Los órganos de la Armada que conocerán en el futuro las acciones relativas a los
premios por salvamento son el Consejo de Arbitraje Marítimo y los Auditores de
Arbitraje Marítimo, cuya composición, régimen jurídico, ámbito territorial y demás
extremos necesarios para su funcionamiento se establecerán reglamentariamente.
Se prevé que los interesados en estos procedimientos podrán optar por acudir a
los citados órganos de la Armada o a la jurisdicción civil ordinaria y a falta de acuerdo
entre los interesados prevalecerá la jurisdicción, cuyo procedimiento será el juicio
declarativo ordinario o el juicio verbal de la LEC, según corresponda por razón de la
cuantía reclamada.
Se entiende que los Juzgados competentes serán los Juzgados de lo Mercantil,
que les corresponde por razón de la materia. En el plazo de 18 meses el Gobierno
procederá a modificar el título II de la Ley 60/1962, de 24 de diciembre, sobre régimen
de auxilios y salvamentos y remodelará la actual estructura del Tribunal Marítimo
Central y de los Juzgados Marítimos Permanentes adscribiéndolos orgánica y
funcionalmente a la Administración Marítima. Hasta ahora están adscritos a la Armada
(Ministerio de Defensa).
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PRESUPUESTOS DEL SALVAMENTO
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permanecer en él, sin intención de regresar al buque. Este acto del capitán pone fin al
contrato de embarco, por lo cual cualquier ex tripulante que salve el buque o cualquier
otro bien de la expedición, podrá ser considerado salvador con derecho a la respectiva
remuneración.
Otro caso se da en el remolque. El armador del buque remolcador no tiene derecho
a ninguna remuneración de salvamento cuando transporta un buque dentro del régimen
obligacional propio del contrato de remolque, y esto por cuanto hay un vínculo
contractual preexistente; sólo tiene derecho a una remuneración cuando los peligros
corridos por el remolcado le hubieran exigido servicios extraordinarios no comprendidos
entre las obligaciones que el contrato le impone.
RESULTADO ÚTIL: Los servicios, para configurar salvamento, deben producir
un resultado útil, es decir que aquellos deben sustraer del peligro amenazante o
cumplido al buque o a los bienes para que haya salvamento y consiguientemente para
que el salvador tenga derecho al cobro de la remuneración pertinente. La noción de
éxito es una cuestión de hecho. Las simples tentativas no son suficientes, pero sí lo
son los esfuerzos que de cualquier manera han contribuido positivamente al éxito final,
aunque éste haya sido obtenido por otros salvadores.
CONFORMIDAD DEL CAPITÁN DEL BUQUE EN PELIGRO: Cualquiera sea el
estado o situación del buque, mientras su capitán se halle a bordo, éste conserva su
plena autoridad y nadie puede sin su expreso consentimiento prestar auxilios
tendientes a salvarlo, ni entrar en dicho buque bajo pretexto alguno.
Los tres elementos que normalmente integran “la aventura marítima” son objetos
típicos del salvamento, es decir;
El buque
La carga
El flete.
En cuanto al flete se debe distinguir el ganado a todo evento del pagadero en destino.
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En el primer supuesto el pago de la remuneración corresponde al propietario de
la carga por cuento habiendo pagado anticipadamente el precio del transporte, dicho
propietario obtiene un beneficio al evitar o disminuir la pérdida de ese flete ya
desembolsado.
En el segundo caso corresponde al armador o transportador por hallarse dicho
flete a riesgo.
En cuanto al medio ambiente, éste no es un objeto del salvamento, pero cuando
se reduce el impacto al medio ambiente, se puede obtener una recompensa.
Las vidas humanas son indudablemente objeto de salvamento, pero ello no
significa que les es aplicable el régimen propio de esta institución. En general es
obligatorio el auxilio a las personas y todo capitán de un buque que ha recibido las
pertinentes señales de socorro, debe dirigirse sin demora a su encuentro para salvar a
las personas que se hallen a bordo. El salvamento de vidas humanas no da derecho a
percibir remuneración alguna, salvo que también hayan sido objeto de salvamento
buques y otros bienes, en cuyo caso el salvador de personas tiene derecho a una
participación en el premio que sea adjudicado a éstos.
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“Las operaciones de salvamento que hayan producido un resultado útil darán
derecho a recompensa. Si las operaciones de salvamento no han producido un
resultado útil no nace obligación de pago alguno, salvo estipulación contractual”.
Como podemos bien inferir del anterior Articulo, se hace notorio el hecho de que
para que pueda tener lugar el referido pago o remuneración, debe haber un “Final
Feliz”, en el cual su resultado debe ser “útil” como bien lo define la Real Academia
Española “Que trae o produce provecho, comodidad, fruto o interés”. Como premisa se
encuentra señalada la necesidad de que haya un resultado positivo de dicho servicio.
Su fundamento está basado en el precepto “no cure – no pay”. Sin embargo, en el
mismo Articulo podemos encontrar “la excepción” a ese hecho de “Final Feliz”, el cual
hace mención que el “salvador” tiene derecho a la remuneración, así no haya un
resultado exitoso o provechoso, siempre y cuando haya un acuerdo distinto entre las
partes.
DETERMINACIÓN DE LA RECOMPENSA
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8. La prontitud con que se haya prestado los servicios
9. La disponibilidad y la utilización de buque o de otros equipos destinados a
operaciones de salvamento, así como el valor de los mismos.
10. El grado de preparación y la eficiencia de los miembros del equipo del salvador o
los salvadores.
El lapso de prescripción para llevar a cabo la reclamación de un pago por
salvamento es de dos (2) años, de acuerdo con lo estipulado en el Artículo 360 de la
LCM.
En cuanto a la forma en que será distribuida esa recompensa, en el Artículo 348 de
la Ley de Comercio Marítimo, se establece, en principio que la mitad de la recompensa
corresponde al dueño del buque, y que el otro 50% restante será dividido en un 25%
para el Capitán y el 75% restante de esa mitad para el resto de la tripulación
proporcionalmente a lo que devenguen como salario básico.
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CONCLUSIÓN
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Bibliografía
https://academia-lab.com/enciclopedia/salvamento-maritimo/
http://contratosdenavegacion.blogspot.com/2010/11/asistencia-y-salvamento.html
https://revistamaritima.files.wordpress.com/2014/02/
ley_comercio_maritimo_revolucion_bolivariana_habilitantes.pdf
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