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Tema 10.

Hechos de los Apóstoles


 
El segundo tratado de Lucas, los Hechos de los Apóstoles completa la historia del Nuevo
Testamento. Cubre la historia desde el momento en que Cristo asciende al cielo y el
posterior derramamiento del Espíritu Santo en Pentecostés, hasta la expansión de la
Iglesia en Roma. Hechos muestra cómo la Iglesia de Jesucristo creció de ser un pequeño
grupo de menos de doscientos creyentes a una gran comunidad diseminada hasta los
confines del Imperio Romano.  Hechos es el puente entre los Evangelios y las epístolas
ya que la IGLESIA solamente se anticipa con escasa mención en los Evangelios mientras
que en las epístolas ya la presuponen. La importancia de Hechos está precisamente en
cubrir este espacio histórico.
 
I. Tema central del libro de Hechos.
 
“Tratado histórico de los eventos relacionados con el origen, crecimiento, persecución y
expansión de la Iglesia de Jesucristo.”
 
 Hechos es el puente entre los evangelios y las
epístolas. ¿Cómo podríamos saber lo que pasó
con los seguidores de Jesús después de su
resurrección? Simples provincianos galileos,
gente común, pescadores, que huyeron cuando
Cristo fue arrestado; que se desilusionaron de
manera incrédula porque no esperaban que
resucitara de entre los muertos; que no tenían
preparación académica para hablar o escribir
con denuedo… ¿qué pasó con estos hombres?
¿qué cambió esa timidez y cobardía en
entregar sus propias vidas por el evangelio?
¿Cómo pudieron estos “hombres sin letras”
(Hch.4:13) trastornar de tal manera al mundo
con sus escritos creando una cultura totalmente
nueva basada en el evangelio de Jesús?
¿Cómo surgieron estas Iglesias a quienes los
apóstoles escriben las epístolas del NT?
¿Cómo pudo suceder que un movimiento que
comenzó entre judíos, que tuvo como centro un
Mesías judío y que tenía como base Escrituras
judías, se convirtiera en una religión adoptada
por tan grande número de gentiles como se ve
en la actualidad? El libro de Hechos explica esa
parte de la historia.
 El versículo clave que nos ayuda a entender el
tema de Hechos es 1:8 “pero recibiréis poder,
cuando haya venido sobre vosotros el Espíritu
Santo, y me seréis testigos en Jerusalén, en
toda Judea, en Samaria, y hasta lo último de la
tierra”.
 Siendo el primer documento acerca de la
historia de la Iglesia cristiana, Hechos recoge
en sus páginas la respuesta inicial a la Gran
Comisión de Mateo 28:19, 20 “…id, y haced
discípulos a todas las naciones…”
o Mientras en su primer tratado Lucas
describe las cosas que Jesús “comenzó
a hacer y enseñar” (Hch.1:1) en el
segundo tratado sigue el relato de la
obra que Jesucristo continuó haciendo y
enseñando a través de Su Iglesia.
o El libro de Hechos describe los primeros
años de la expansión y persecución de
los cristianos.
o Provee información de las primeras 3
décadas de la Iglesia, un material que no
encontramos en ningún otro lado del
Nuevo Testamento.
 El autor establece claramente que el poder que
hizo posible la expansión del evangelio fue el
Espíritu Santo de Dios.
 El relato de Lucas muestra que el evangelio de
Jesucristo tiene el poder de transformar la vida
de las personas, por medio del Espíritu Santo,
facultando a débiles hombres y mujeres con la
capacidad de “trastornar el mundo el mundo
entero.”
 Humanamente hablando, los personajes
centrales son Pedro y Pablo.
 También se muestra que el catalizador para las
misiones a los gentiles fue la Iglesia en
Antioquia, no fue la Iglesia en Jerusalén.
 Un tema que se repite es que el cristianismo no
representaba una amenaza a la autoridad civil
de Roma: cada vez que había una revuelta, era
causada por los judíos o por otros oponentes
del cristianismo, no por los cristianos.
 El tema de Hechos es más histórico que
doctrinal. Debemos reconocer que Hechos
muestra algunas enseñanzas doctrinales. Por
ejemplo que Jesús de Nazaret era el Mesías
esperado por Israel; que el evangelio es
ofrecido a todos los hombres (no solo a los
judíos) y destaca muy especialmente la
persona y la obra del Espíritu Santo. Sin
embargo es saludable recordar que Hechos es
un documento histórico que relata la manera en
que transcurrieron los acontecimientos de la
Iglesia de Jesús, a lo largo de los 30 años
transcurridos después de su ascensión a los
cielos.
 
Hacemos la aclaración porque existen pasajes que
deben ser vistos como una descripción de una
situación histórica y no como un precedente para
crear una doctrina. Por ejemplo, hay textos que
Hechos menciona donde los miembros de la primera
Iglesia en Jerusalén vendían sus posesiones para la
Iglesia. Esto fue un caso puntual de la Iglesia primitiva
y no debemos interpretar que a todas las iglesias en el
mundo y a todos los creyentes se les pide ceder sus
propiedades personales para que pasen a ser
propiedad de la iglesia, ya que el concepto de
propiedad privada es extensamente mostrado en las
Escrituras y Dios nunca ha promovido un estilo
comunista o socialista. Dios ama al dador alegre y
recompensa el espíritu generoso y advierte que el que
siembra escasamente también segará escasamente.
Pero esto es un tema diferente a tomar Hechos como
“enseñanza” de que la Iglesia debe mancomunar
todas las propiedades de los miembros de la Iglesia,
cosa que no enseña el Nuevo Testamento en ningún
lado, pero que Hechos describe en un momento
histórico cuando la Iglesia está en sus inicios.
 
Así que no debemos tomar el libro de Hechos como
un manual doctrinal de lo que debe ser la Iglesia de
hoy, como cuando leemos las epístolas
(especialmente las epístolas pastorales), sino que
debemos tomar a Hechos como la historia inspirada
por Dios de la manera maravillosa en que el
Jesucristo continuó su obra a través del poder del
Espíritu Santo.
 
 
II. Autor, fecha en que fue escrito y tiempo que
cubre.
 
El autor
Como vimos al examinar el tercer evangelio, Lucas
escribió una obra histórica de dos volúmenes, el
evangelio según Lucas y el libro de Hechos. (Ver
notas del evangelio de Lucas con el tema del autor).
 
Fecha de escritura y lugar
Probablemente fue escrito alrededor del año 65 DC.
No sabemos dónde fue escrito el libro de Hechos.
¿Tenía alguna parte escrita antes de acompañar a
Pablo a Roma? ¿Pudo guardar sus manuscritos a
pesar del naufragio en la isla de Malta? ¿Concluyó su
libro en Roma durante los dos años que Pablo vivió en
una casa alquilada? Algunos conjeturan que Lucas
escribió estando en Acaya y otros dicen que fue en
Roma. Realmente no tenemos ese dato.
 
Tiempo que cubre
Cubre unos 30 años, del 30 DC al 60 DC. Desde la
ascensión de Jesucristo hasta el momento en que
Pablo habita en Roma cuando apela a César.
 
III. Destinatario y propósito
 
Destinatario
El destinatario de Lucas en Hechos también fue
Teófilo (Lc.1:3; Hch.1:1). Repetiremos lo que dijimos
sobre el autor del tercer evangelio. Se presume que
Teófilo era un hombre de clase alta a quien se le llama
aquí por su nombre de pila (gr. qeofile ), que significa
literalmente “amante de Dios” o “amado de Dios”
(Theos es Dios; Fileo, amor). El epíteto
“excelentísimo” se aplica generalmente a oficiales o
miembros de la aristocracia. Se especula que pudo
haber sido un convertido de Lucas, o un benefactor
que asumía la responsabilidad por la circulación de las
producciones literarias de Lucas.
 
Propósito
Como Hechos es una segunda parte de la obra que
Lucas comenzó con su Evangelio, debemos tomar el
mismo propósito de Lucas 1:1-4 donde él explica que
escribía estas cosas para que Teófilo tuviera un
“conocimiento completo de la verdad”. En Hechos
Lucas continúa el relato de lo sucedido con la Iglesia
después de la ascensión de Cristo a los cielos. El
origen de la iglesia, su crecimiento y su expansión.
Ver Hechos 1:1.
 
 
 
 
IV. Contenido
 
Habíamos mencionado que Hechos 1:8 nos ayuda a
entender el tema y el desarrollo del relato de Lucas en
su segundo tratado histórico que llamamos Hechos de
los Apóstoles. Por eso, vamos a tomar el bosquejo
que propone John MacArthur.[1]
 
“…y me seréis testigos en Jerusalén, en toda Judea,
en Samaria, y hasta lo último de la tierra”. (Hch.1:8b)
  
(1:1–8) Prólogo
(1:9–8:3) I. El Testimonio en Jerusalén
(1:9-26) A. La Anticipación de la Iglesia
(2:1-47) B. La Fundación de la Iglesia
(3:1-8:3) C. El Crecimiento de la Iglesia
(3:1-5:42)      1. Apóstoles: Predicando, sanando, y soportando
persecución
(6:1-8:3)      2. Diáconos: Orando, enseñando, y soportando
persecución
(8:4–12:25) II. El Testimonio en Judea y Samaria
(8:4–25) A. EL Evangelio a los samaritanos
(8:26–40) B. La Conversión a los gentiles
(9:1–31) C. La Conversión de Pablo
(9:32–43) D. El Evangelio a Judea
(10:1–11:30)E. El Evangelio a los Gentiles
(12:1–25) F. La Persecución por Herodes
(13:1–28:31)III. El Testimonio Hasta lo Ultimo de la Tierra
(13:1–14:28)A. Primer Viaje Misionero de Pablo
(15:1–35) B. El Concilio de Jerusalén
(15:36–18:22)
C. Segundo Viaje Misionero de Pablo
(18:23–21:16)
D. Tercer Viaje Misionero de Pablo
(21:17–26:32)
E. Pruebas de Pablo en Jerusalén y Cesarea
(27:1–28:31)F. Viaje de Pablo a Roma
 
V. Resumen del libro
 
Lucas relata cómo fue que se originó y extendió la
iglesia cristiana. Lo hizo el Señor a través del Espíritu
Santo y la predicación de la Palabra. Los primeros 8
versículos del documento nos explican que después
que Jesús resucitó apareció a sus discípulos en varias
ocasiones hasta que fue con ellos al Monte de los
Olivos para despedirse antes de ascender a los cielos.
 
Los discípulos siguen preguntando por la restauración
del Reino de Dios (Hch.1:6), ya que el Mesías había
vencido en la cruz y ellos esperaban que Israel fuese
la capital de este Reino de Dios. Se nota que no había
una conciencia madura en cuanto a la extensión del
Reino de Dios en todas las tribus, lenguas y naciones.
De hecho, como ellos eran todos judíos, la manera de
pensar tan “exclusiva” acerca de ser los únicos
receptores de la bendición de Dios, creó problemas en
la historia de la Iglesia primitiva como en el caso de
Cornelio en Hechos 10, los esparcidos en la primera
persecución que sólo predicaban a los mismos judíos
en Hechos 11:19, y el caso del concilio de Jerusalén
en Hechos 15 cuando los apóstoles tuvieron que
discutir sobre las costumbres que deberían adoptar
los gentiles cristianos.
 
Cristo respondió a la pregunta de la “restauración del
reino” diciéndoles que no les tocaba a ellos saber los
tiempos en que esto ocurriría, pero que ellos recibirían
poder cuando viniera el Espíritu Santo prometido y
entonces ellos darían testimonio en Jerusalén, en
Judea, en Samaria y hasta lo último de la tierra.
 
Peter Jeffery sugiere un listado cronológico que nos
puede ser de mucha ayuda para entender la
cronología del libro de Hechos:[2]
 
Fecha Evento
30 DC El nacimiento de la iglesia
34 DC La conversión de Pablo
46-47 DC Primer viaje misionero de Pablo
48 DC Concilio en Jerusalén
48-51 DC Segundo viaje misionero de Pablo
53 DC Comienzo del tercer viaje misionero
54-57 DC Ministerio de Pablo en Efeso
57-58 DC Pablo en Grecia
58-60 DC En prisión en Cesarea
60-61 DC Viaje de Pablo a Roma
 
A. El Testimonio en Jerusalén (1:9 – 8:3)
 
En el capítulo 2 de Hechos se relata la venida del
Espíritu Santo tal como el Señor lo prometió. Jeffery
anota muy atinadamente que lo más importante de
Pentecostés no es el sonido del viento recio, ni las
lenguas de fuego ni los idiomas que los cristianos
fueron capaces de hablar, sino el hecho de que la
gente comprendió las maravillas de Dios. 3,000
personas se convirtieron, las señales continuaban y la
gente impresionada preguntaban “¿qué haremos?” y
la respuesta es constante en toda la historia de
Hechos: “arrepentíos”. La iglesia naciente se
caracterizaba por el amor, la comunión y la unidad,
pero se manifestaron algunos problemas internos
como el caso de la mentira de los esposos Ananías y
Safira en Hechos 5 y la queja de las viudas griegas
que eran desatendidas en las mesas, lo cual trajo
como solución escoger a los primeros diáconos en
Hechos 6:1-7.
 
Luego de una continua persecución que obliga a los
hermanos dispersarse vemos en el capítulo 7 a
Esteban siendo el primer mártir de la Iglesia, el cual
murió apedreado por los judíos bajo el consentimiento
de Saulo de Tarso, quien luego fue también siervo de
Jesucristo y proclamador de la fe que una vez
asolaba, este mismo hombre es el que conocemos
como el Apóstol Pablo.
 
B. El Testimonio en Judea y Samaria (8:4–12:25)
 
Como dijimos, la persecución obligaba a los hermanos
diseminarse y continuar predicando la palabra en
otros lugares (11:19). El capítulo 8 nos relata sobre las
bendiciones que el Señor continuó haciendo, y cómo
Felipe, diácono y evangelista de la Iglesia, es movido
por el Espíritu a predicar la palabra a un etíope que
finalmente creyó y fue bautizado.
 
El capítulo 9 narra uno de los episodios más
sorprendentes: la conversión de Saulo de Tarso el
enemigo de la iglesia de Jesucristo. Esto fue algo tan
inesperado que la mayoría de los cristianos dudaban
que fuera cierto que Saulo fuera un creyente como
ellos (Hch.9:21, 26) hasta que fue recibido
paulatinamente siendo ayudado al principio de su
experiencia por Ananías un siervo cristiano de
Damasco que fue movido por el Espíritu Santo a guiar
a Saulo (Hch.9:10-20) y luego fue introducido por
Bernabé (Hch.9:27).
 
Los capítulos 10 (conversión del gentil Cornelio con
toda su casa) y 11 (conversión de gentiles oriundos de
otros lugares comenzando por Antioquía) nos relatan
cómo el evangelio continuaba expandiéndose
conforme al mandato de Jesucristo, para que se
predicara no solamente en Jerusalén, sino más allá de
Judea, Samaria y los confines de la tierra, y no sólo a
los Judíos (11:19b) como ellos estaban haciendo al
principio porque no tenían esa instrucción específica,
sino también a hombres de todas las naciones.
 
Dios usó una visión donde ordenaba a Pedro comer
ciertos alimentos que no eran “limpios” para los judíos,
con el propósito de que Pedro entendiera que lo que
Dios llama limpio el hombre no puede llamarlo
inmundo, refiriéndose a la predicación a los gentiles.
Fue pues a casa de Cornelio, predicó a los gentiles, el
Espíritu Santo les dio convicción de pecados, les dio
el don del arrepentimiento, y fueron regenerados para
salvación. Pedro tiene entonces que convencer a los
demás discípulos en su relato del capítulo 11 ya que
naturalmente ellos estaban prejuiciados en cuanto a
estas cosas, hasta que al fin clamaron “¡De manera
que también a los gentiles ha dado Dios
arrepentimiento para vida!” (11:18). De todas formas
ellos siguen por el momento predicando a los judíos
(11:19).
 
 
 
C. El Testimonio Hasta lo Último de la Tierra (13:1–
28:31)
 
El avance significativo de predicación a los gentiles
realmente se produce en Antioquía cuando se le
predica a los griegos y un buen número de ellos se
convirtió. Esta iglesia en Antioquía fue la que envió a
los primeros misioneros: Pablo y Bernabé (Hch.13:1-
3).
 
Luego de un estremecedor encuentro con el Jesús
resucitado camino a Damasco Pablo dio un giro
completo a su vida y no sólo se convirtió a Jesucristo,
sino que vino a ser la figura principal del cristianismo
en Occidente.
 
En sus cartas a las Iglesias del Nuevo Testamento,
Pablo hace referencia a sus frecuentes viajes y a los
constantes peligros que enfrentó. Tres de esos viajes
misioneros fueron registrados por Lucas en Hechos.
El cuarto viaje narrado en Hechos es el viaje de Pablo
a Roma como prisionero que apeló a César.
 
Primer viaje (Hch.13 y 14)
El primer viaje llevó a Pablo y Bernabé de su base en
Antioquía de Siria por barco hasta Chipre (entrando
por Salamina y saliendo por Pafos, donde se convirtió
el procónsul Sergio Paulo), y desde allí a la región que
hoy día es Turquía: Perge, Antioquía de Pisidia,
Iconio, Listra y Derbe. Luego regresaron por la misma
ruta y tomaron el barco de regreso a Antioquía. Juan
Marcos había regresado de vuelta a su casa cuando
iban por Perge. La fecha era entre el 45 y el 46 DC.
 
Este primer viaje experimentó oposición (13:8),
desaliento (13:13; 15:37,38) pero también bendición
ya que su reporte al regreso del mismo fue alentador
para la iglesia de Antioquía (13:27).
 
En el caítulo 15, después del primer viaje y antes del
segundo viaje de Pablo, vemos una importante
reunión de los principales líderes del evangelio: el
Concilio de Jerusalén. La llegada del evangelio en
Asia Menor con la conversión de estos gentiles trajo
un planteamiento que debía discutirse seriamente y
tomar una decisión. ¿Tenían que convertirse en judíos
prosélitos aquellos gentiles que se convirtieran en
cristianos? Los judaizantes decían “por supuesto que
sí”; Pablo y Bernabé dijeron “rotundamente NO”. En
este concilio se escuchan ambas posiciones y se
promulga un decreto formal en el que se rechaza a los
judaizantes aprobándose la posición de Pablo y
Bernabé, y reconociéndose claramente la libertad de
los gentiles respecto a la ley ceremonial.
 
Sólo se mantuvieron cuatro reglas (Hch.15:19-20) de
las cuales tres eran ceremoniales y una de aspecto
moral. Las prohibiciones no fueron impuestas como si
tuviesen que cumplir ciertas leyes ceremoniales para
ser salvos sino para resolver un problema práctico en
las comunidades judías.
 
Segundo viaje (Hech 15:36–18:22)
El segundo viaje, uno o dos años más tarde (48 al 51
DC) incluyó una estadía de 18 meses en Corinto. Esta
vez Pablo tomó a Silas con él, luego de un
desacuerdo con Bernabé por causa de Juan Marcos.
 
Fueron por tierra desde Antioquía re-visitando las
iglesias establecidas en el primer viaje y se unieron a
Timoteo en Listra. De esta región fueron a la costa de
Troas y de alló zarparon a la parte norte de Grecia
entrando por Filipos. De Filipos fueron a Tesalónica,
luego a Berea, luego Atenas, hasta que llegaron a
Corinto donde permanecieron por 18 meses, y desde
la costa de Corinto tomaron un barco para cruzar
hasta Efeso, luego cruzaron el Mediterráneo hasta
Cesarea. De Cesarea fueron a Jerusalén, Damasco y
finalmente de regreso a Antioquía.
 
Tercer viaje ( Hech.18:23-21:16)
El tercer viaje (a principios del 53 DC) Pablo y sus
compañeros fueron otra vez por tierra hasta Galacia y
Frigia (Turquía) para fortalecer espiritualmente a los
hermanos. Ellos se quedaron más de dos años en
Efeso donde la respuesta a las buenas nuevas acerca
de Jesús era tan real que los plateros que hacían
ídolos de plata de la diosa Diana de los efesios
hicieron un piquete en protesta porque su negocio iba
a sucumbir porque no se vendían los ídolos.
 
Desde Efeso Pablo fue a Filipos, Corinto y de regreso
Pablo tomó un barco por toda la costa desde Troas a
Asón, Mitilene (en la isla de Lesbos), Mileto, Rodas,
Pátara, y finalmente un recorrido marítimo más largo
hasta Tiro pasando al sur después por Tolemaida y
Cesarea hasta llegar a Jerusalén.
 
Estos tres viajes cobren un período de
aproximadamente 10 años. Cuando el apóstol regresó
a Jerusalén, fue recibido cálidamente por los
cristianos, pero luego se encontró en problemas con
los judíos (21:27-36) y finalmente fue arrestado por
falsas acusaciones. El odio era tan grande hacia
Pablo que las autoridades romanas tuvieron que
llevarle a Jerusalén y a Cesarea donde pasó dos años
en prisión (capítulos 24 y 26) hasta que se le envió a
Roma para defender su caso ante César.
 
Durante los dos años en los que Pablo está en prisión
antes de ir a Roma, él aprovechó cada oportunidad
para predicar el evangelio, y pudo predicar con
libertad a Félix sobre la justicia, el dominio propio y el
juicio venidero. Aunque fue impactado por la Palabra,
permaneció en incredulidad (Hch.24:25-26). El
sucesor de Félix fue Festo, quien desechó el
evangelio considerándolo una locura (Hch.26:24). El
rey Agripa no quedó indiferente. Sus palabras en
Hch.26:28 parecen dar la idea que estuvo cerca de
convencerse del evangelio.
 
Viaje a Roma (Hch.27 y 28)
Pablo fue arrestado en Jerusalén así que pasó los
próximos dos años en prisión (58 al 60 DC) antes de
apelar a Cesar, un derecho legítimo que tenía como
ciudadano romano, y partir hacia Roma. Este cuarto
viaje, iniciado en otoño, era muy diferente del resto.
Aunque Pablo tenía a Lucas con él, estaba bajo
custodia. El barco zarpó por una desatinada decisión
del capitán desde Creta, y se encontró con un viento
huracanado que los arrastró hasta la isla de Malta, al
sur de Sicilia donde tuvieron que pasar tres meses
hasta que otro barco los llevó a Roma. Al llegar a
Roma continuó dos años bajo en prisión domiciliaria y
continuaba predicando las buenas noticias de Cristo
mientras esperaba el juicio delante de César.
 
Como muchos comentaristas han notado, el libro
termina abruptamente con Pablo predicando y
enseñando el evangelio de Jesucristo. El libro nos
muestra la transición del reino de Israel como nación a
toda la humanidad, al judío y también al griego.
Cuando la transición se realizó, la historia concluyó.
Se muestra claramente cómo Jesucristo, que vino a
Israel y fue rechazado, es ofrecido a los gentiles. De
ahí en adelante, no hay diferencia entre judíos y no
judíos, sino entre creyentes y no creyentes.
 
VI. Peculiaridades
 
A. Palabras claves o ideas características
 
      El relato histórico es selectivo (no abarca toda la
historia, ni toda la geografía, ni a todos los líderes). Se
concentra más en el ministerio de Pedro y de Pablo y
no habla de la obra misionera en otras partes de la
geografía, como Egipto, donde surgió una iglesia
vigorosa. Y del mismo Pablo no relató muchos
eventos que relatados en sus cartas.
      El libro no tenía ningún título sino que fue
agregado en el siglo II (“Hechos de los Apóstoles”) y el
mismo tiende a confundir.
      Para Lucas este era el “segundo tomo” de su primer
tratado a Teófilo. El no escribió la palabra “Hechos” ni
“de los apóstoles”.
      ¿Hechos de los apóstoles? No habla del ministerio
de los demás apóstoles, sólo de Pedro y de Pablo.
      ¿Hechos del Espíritu Santo? Es posible, porque
habla mucho de la obra del Espíritu Santo, pero no se
limita al Espíritu, porque en el 1:1 dice que en el
primer tratado habló de las cosas que Jesús “empezó
a hacer ya enseñar”, o sea que ahora Lucas continúa
explicando la obra que Jesucristo hace para
desarrollar la iglesia en Jerusalén, Samaria, Asia
Menor, Grecia e Italia.
      ¿Hechos? La brevedad de este título es atractiva
pero carece de sentido descriptivo y otros autores
anteriores a Lucas, como Ciro y Alejandro el Grande
usaron ese título en sus obras.
 
      Hechos es un documento misionero, con la gran
comisión de 1:8 como clave para su estructura. “Me
seréis testigos en Jerusalén, en toda Judea, en
Samaria, y hasta lo último de la tierra”.

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