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La luz sobre la tierra

El Sol emite la energía necesaria para que haya vida en la Tierra. Por el Sol se rigen el tiempo,
las corrientes oceánicas y el ciclo hidrológico. Del Sol dependen nuestro estado de ánimo y las
actividades de nuestra vida diaria. Es fuente de inspiración para la música, la fotografía y otras
artes. El Sol es una estrella, como las que vemos en el cielo por la noche, pero está muchísimo
más cerca. Situado a cerca de 150 millones de kilómetros de la Tierra, es el centro de nuestro
sistema solar y calienta nuestro planeta lo suficiente para que los seres vivos puedan
desarrollarse. Hace más de 4 500 millones de años que esta bola caliente de plasma
incandescente es la fuerza que sustenta el tiempo, el clima y la vida en la Tierra.

Sin esa fuente permanente de luz y calor, la vida en la Tierra dejaría de existir. Gracias al calor
del Sol, hay agua en estado líquido en nuestro planeta, que toda forma de vida (bacterias,
plantas, insectos, animales y seres humanos) necesita para sobrevivir. El Sol origina el ciclo
hidrológico al producir la evaporación constante de agua, que llega a la atmósfera para volver
después a la Tierra.

La actividad del Sol aumenta y decrece con arreglo a ciclos de 11 años, a lo largo de los cuales
las líneas de campo magnético que serpentean y se enroscan dentro del Sol atraviesan
periódicamente la superficie, lo cual produce manchas solares, que se desplazan por la cara
exterior del Sol. El aumento de la actividad magnética que se asocia a las manchas solares
puede causar erupciones solares, eyecciones de masa coronal y otros fenómenos
electromagnéticos de gran alcance. Las auroras boreales (resplandores del norte) y las auroras
australes (resplandores del sur) son manifestaciones visibles del tiempo espacial.

Los Servicios Meteorológicos e Hidrológicos Nacionales proporcionan conocimientos técnicos


y servicios tanto para aprovechar la energía del Sol como para protegernos de ella. Así, emiten
ininterrumpidamente observaciones y predicciones meteorológicas, y vigilan los gases de
efecto invernadero, la radiación ultravioleta, los aerosoles y el ozono de la atmósfera, así como
sus efectos en los seres humanos, el clima, la calidad del aire y el agua, y la vida marina y
terrestre.
Composición espectral
La luz solar se compone de un espectro de rayos de diferente longitud de onda. La luz visible
tiene una longitud de onda de 400 a 700 nm, mientras que la luz ultravioleta (UV) invisible
tiene una longitud de onda más corta (280 a 400 nm) y la luz infrarroja invisible tiene una
longitud de onda más larga (700 nm a 1 mm).
El espectro electromagnético se compone de todas las clases de radiación en el universo. Los
rayos gamma tienen la frecuencia más alta, mientras que las ondas de radio tienen la frecuencia
más baja. La luz visible está aproximadamente a la mitad del espectro, y comprende una
fracción muy pequeña de este.
Los químicos estudian cómo diferentes formas de radiación electromagnética interactúan con
átomos y moléculas. Llamamos a esta interacción espectroscopía. Así como hay varias clases de
radiación electromagnética, hay varios tipos de espectroscopía, que dependen de la frecuencia
de la luz que usemos.
En el diagrama que se muestra a continuación, tenemos una representación simplificada de
algunas de las posibles transiciones de niveles de energía para el átomo de hidrógeno. Observa
que mientras más grande es la transición entre niveles de energía, más energía es absorbida o
emitida. Por lo tanto, los fotones de mayor frecuencia están asociados con transiciones de mayor
energía. Por ejemplo, cuando un electrón cae del tercer nivel de energía al segundo, emite un
fotón de luz roja (con una longitud de onda de alrededor de 700nm; sin embargo, cuando un
electrón cae del sexto nivel de energía al segundo (una transición mucho más grande), emite un
fotón de luz violeta (con una longitud de onda de alrededor de 400nm, que es mayor en
frecuencia (y por lo tanto en energía) que la luz roja.

Las transiciones de energía para los electrones de cada elemento son únicas, y distintas unas de
otras. Por lo tanto, al examinar los colores de la luz emitida por un átomo particular, podemos
identificar ese elemento basados en su espectro de emisión. La siguiente figura muestra
ejemplos de espectros de emisión para algunos elementos comunes:
Intensidad de la luz
La intensidad de la luz tiene un papel crucial en casi cualquier actividad del día a día. Ver con
claridad y distinguir objetos es importante en actividades que requieren más precisión, sin
embargo, en otros espacios con fines diferentes, la intensidad de la luz necesaria puede cambiar
mucho.  Aunque se trata de algo sujeto, en cierta medida, a las preferencias de cada persona,
la intensidad de la luz nunca será la misma en espacios como una oficina o el salón de una
vivienda.
La intensidad luminosa describe la radiación emitida en una dirección determinada. Dado que el
comportamiento de la radiación de un dispositivo de señalización óptica no esta solo
determinado por la fuente de luz si no también por el diseño de las calotas, la intensidad
luminosa es la mas adecuada para evaluar el efecto de señalización de los respectivos
dispositivos.

¿Cómo se mide la intensidad de la luz?

Aunque la intensidad de la luz se puede medir de diferentes formas, la medida más común es en
lúmenes y los luxes.
 Los lúmenes miden el flujo luminoso de una luminaria, la intensidad de la luz emitida
 Los luxes miden la luz resultante, es decir, la conseguida y percibida
Sin embargo, entre los lúmenes emitidos y los finalmente percibidos, que son los luxes, hay una
pérdida de cantidad de luz. Algunos factores como el ángulo de apertura o la distancia que hay
hasta la fuente de luz influyen en los lúmenes. Hoy en día, la medida más práctica a la hora de
medir y planificar la intensidad de la luz, son los luxes, que representan la cantidad de
iluminación real. 
Otros factores que influyen en la intensidad de la luz

La temperatura de color y el ángulo de apertura son factores que influyen en gran medida en el


resultado obtenido.  Elegir la temperatura adecuada dependerá de la función que se le dé al
espacio a iluminar. Normalmente las zonas destinadas a relajación, ocio, etc., utilizan luces más
cálidas capaces de crear ambientes acogedores.  Las luces frías, en cambio, son mejores para
lugares donde tener una buena visibilidad es importante. Esto también determinará el ángulo de
apertura, con el que podemos conseguir luz de acento o luz ambiental.
 
BIBLIOGRAFIA

https://library.wmo.int/doc_num.php?explnum_id=5762
https://faro.es/es/blog/intensidad-de-la-luz-calculo/
https://es.khanacademy.org/science/ap-chemistry/electronic-structure-of-atoms-
ap/bohr-model-hydrogen-ap/a/light-and-the-electromagnetic-spectrum#:~:text=El
%20espectro%20electromagn%C3%A9tico%20se%20compone,fracci%C3%B3n
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