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TRABAJO PRÁCTICO
“Parálisis Cerebral y
Bobath”
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PARALISIS CEREBRAL
(Resolver esta guía utilizando el material de lectura: parálisis cerebral y el concepto
Bobath y Guía sobre la Parálisis cerebral Infantil)
1. ¿Qué es?
La parálisis cerebral infantil es un conjunto de trastornos del movimiento y la
postura.
2. ¿Cuáles son sus características?
• La lesión ocurre en las etapas más importantes del desarrollo cerebral del
niño, generalmente durante el embarazo y hasta los primeros 2 o 3 años de
vida.
• La lesión afecta los centros cerebrales que controlan el movimiento.
• La lesión no es progresiva. Una vez que se produce, no avanza, ni se agrava.
• La lesión no desaparece, ni se quita, pero su manifestación sí puede
modificarse.
• La causa que produce la lesión es variada.
• Además del trastorno del movimiento, suele acompañarse de otros problemas
como alteraciones en la visión, audición, comprensión, atención, convulsiones,
etcétera.
3. ¿Cómo se manifiesta?
Más de la mitad de los niños que tienen parálisis cerebral, manifiestan su
problema por “rigidez o tensión” en los músculos del cuerpo, por lo que adoptan
posturas anormales que mantienen sus brazos y piernas ya sea doblados o
flexionados sobre el cuerpo, o rectos y extendidos. Esta rigidez recibe el
nombre de espasticidad (trastorno motor del sistema nervioso, que ocasiona
que los músculos estén permanentemente contraídos). Otro grupo de niños (1
de cada 4) manifiesta su problema por debilidad o flacidez en algunas
posiciones y dureza o rigidez en otras, además de presentar problemas
involuntarios con incoordinación muscular más marcada al intentar mover
alguna parte de su cuerpo. Esta recibe el nombre de atetosis. Otros pocos
tienen dificultad para mantener el equilibrio en diferentes posiciones,
acompañado de una marcha inestable o titubeante, llamada ataxia.
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• Malformaciones del sistema nervioso
• Hemorragia cerebral antes del nacimiento
• Infección por virus durante el embarazo
• Incompatibilidad sanguínea entre la madre y el niño (RH negativo)
• Exposición a radiaciones durante el embarazo
• Desnutrición materna (anemia)
• Hipertiroidismo, retraso mental o epilepsia maternos
• Amenaza de aborto
• Ingestión de medicamentos contraindicados por el médico
• Madre veterana o demasiado joven
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-Visión: el 90% de los niños con parálisis cerebral tiene alteraciones visuales,
destacándose el estrabismo (ojos bizcos), que se puede corregir con lentes y
terapia visual o, en casos muy severos, con cirugía. Algunos niños pueden
tener defectos de visión originados en el cerebro, provocando que los ojos pese
a ser sanos la visión no es normal.
-Percepción espacial: algunos niños no pueden percibir el espacio y
relacionarlo con su propio cuerpo (no pueden evaluar las distancias) o pensar
en términos espaciales (visualizar una construcción tridimensional), ya que ello
requiere la función coordinada de ambos ojos. Esto se debe a una lesión
cerebral y no está relacionado con la inteligencia.
-Audición: los niños con parálisis cerebral atetósica presentan dificultades
auditivas severas con más frecuencia que otros niños, sin embargo, también
pueden aparecer en otros tipos de parálisis cerebral.
-Epilepsia: afecta a uno de tres niños con parálisis cerebral pero es imposible
predecir si el niño convulsionará y cuándo. Algunos empiezan desde bebés y
otros cuando llegan a adultos.
-Lenguaje: el lenguaje depende de una buena respiración y de la habilidad de -
controlar los pequeños músculos de la boca, lengua, paladar y laringe. Las
dificultades del lenguaje, las de masticar y tragar frecuentemente van de la
mano en los niños con parálisis cerebral. Con la terapia de lenguaje pueden
llegar a superar estas dificultades.
-Aprendizaje: frecuentemente se asume que aquellas personas que no pueden
controlar sus movimientos o hablar adecuadamente, tienen deficiencia mental.
Algunas personas con parálisis cerebral tienen problemas de aprendizaje, pero
no es siempre el caso, otras tienen una inteligencia superior a la normal o una
inteligencia promedio.
Si un niño tiene dificultades de aprendizaje significa que lo hará lentamente o
de manera especial. Esta dificultad puede ser leve, moderada o severa. Hay
niños que tienen dificultad para aprender ciertas tareas, como leer, dibujar o
realizar operaciones matemáticas, porque una parte de su cerebro está
afectada. Si el problema es desproporcionado con relación a la inteligencia
general del niño se le llama dificultad específica del aprendizaje.
-Otras dificultades:
• Tendencia al estreñimiento
• Dificultad para controlar la temperatura corporal
• Dificultad para subir de peso
• Problemas de conducta
• Problemas para dormir
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grave de la piel, además de ser socialmente inaceptado, así como conducir al
aislamiento de algunos niños afectados. La cirugía, aunque a veces es eficaz,
tiene el riesgo de complicaciones incluyendo el empeoramiento de problemas
al deglutir (tragar) los alimentos.
Las dificultades de comer y pasar líquidos también pueden causar desnutrición,
que a su vez hace al individuo más vulnerable a las infecciones y puede causar
o empeorar el retraso en el crecimiento y desarrollo. Cuando es muy difícil el
comer, el terapeuta adiestrado en resolver problemas al pasar los alimentos,
puede ayudar con base en dietas especiales y la enseñanza de nuevas
técnicas de alimentación.
En casos graves, los médicos pueden recomendar un tubo de alimentación, el
cual lleva los alimentos y nutrientes de la garganta hacia el estómago, o la
gastrostomía, en la cual una abertura quirúrgica permite que se ponga un tubo
directamente en el estómago.
8. ¿Cómo se diagnóstica?
Los médicos diagnostican la parálisis cerebral poniendo a prueba las destrezas
motoras del niño y evaluando cuidadosamente el historial médico. Además de
verificar los síntomas ya descritos (desarrollo lento, tono muscular anormal,
postura irregular), el médico pone a prueba los reflejos del niño y observa la
tendencia inicial en cuanto a la preferencia de mano.
Los reflejos son movimientos que el cuerpo hace automáticamente en
respuesta a un estímulo específico, por ejemplo, si se pone al recién nacido de
espaldas y con las piernas sobre la cabeza, el bebé extenderá
automáticamente sus brazos y hará un gesto que se llama reflejo “de Moro”, el
cual parece un abrazo. Normalmente los bebés pierden este reflejo después
que alcanzan los seis meses, pero aquellos con parálisis cerebral lo retienen
por periodos anormalmente largos.
Los médicos también pueden observar la preferencia de mano dominante (es
decir, una tendencia de usar la mano derecha o izquierda). Cuando el médico
suspende un objeto delante del niño y a su lado, un niño que tiene preferencia
de mano, usará la mano preferida para agarrar el objeto aún cuando el objeto
esté suspendido más cercano a la mano opuesta. Durante los primeros doce
meses de vida, los niños usualmente no muestran una preferencia de mano,
pero los niños con hemiparesia espástica, en particular, pueden desarrollar una
preferencia mucho más temprana, ya que la mano no afectada es muy fuerte y
útil.
El próximo paso es la eliminación de otros trastornos que pueden causar
problemas de movimiento. A pesar de que sus síntomas cambian con el
tiempo, la parálisis cerebral no es una enfermedad progresiva. Si el niño
continúa perdiendo destrezas motoras, es probable que el problema se deba a
otras causas (enfermedades genéticas, musculares, trastornos del
metabolismo o tumores del sistema nervioso).
El médico también puede ordenar pruebas especializadas para conocer más la
causa de la parálisis cerebral, entre ellas:
• Exámenes de sangre: (STORCH, perfil metabólico, gases arteriales, química
sanguínea)
• Neuroimágenes: (Tomografía, resonancia magnética)
• Ultrasonido
• Electroencefalograma
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• Potenciales evocados visuales y auditivos
• Aplicación de pruebas psicológicas
9. ¿Cuál es el tratamiento?
El tratamiento de los niños con parálisis cerebral es interdisciplinario,
estableciendo metas a corto, mediano y largo plazo, de acuerdo a los cambios
que se van presentando neurológicamente, ocasionados por el desarrollo del
cerebro.
Dentro de las especialidades médicas que participan están: los médicos
rehabilitadores, pediatras, neuropediatras y ortopedistas como equipo básico y
como interconsultantes oftalmólogos, otorrinolaringólogos, psiquiatras,
genetistas y odontólogos.
De las áreas terapéuticas: fisioterapeutas, fonoaudiólogos (que trata los
trastornos en comunicación humana), terapeutas ocupacionales, psicólogos,
educadores y trabajadores sociales.
El manejo se debe iniciar, una vez establecido el diagnóstico o los factores de
riesgo de lesión cerebral, para estimular al niño en forma multisensorial,
normalizar tono muscular, mantener arcos de movimiento, fomentar patrones
de movimiento, cambios de posición, posturas adecuadas y equilibrio.
-Tratamiento multidisciplinario:
Los niños con parálisis cerebral necesitan terapia:
• Física: que ayuda a desarrollar músculos más fuertes en las piernas y el
cuerpo. A través de la terapia física el niño puede caminar, sentarse y
mantener el equilibrio.
• Ocupacional: que ayuda al niño a desarrollar habilidades motoras finas como
vestirse, comer y escribir, entre otras tareas de la vida diaria.
• De lenguaje: que permite al niño desarrollar destrezas para el habla,
ayudando a revertir los problemas de tono muscular de la lengua y la garganta.
Existe una variedad de aparatos especiales que auxilian al niño, por ejemplo,
los aparatos ortopédicos que le permiten mantenerse en pie o caminar, así
como las tablillas hechas a la medida que proporcionan apoyo en el uso de las
manos.
Además, hoy día, hay una variedad de equipos y juguetes que ayudan a
trabajar los cuerpos mientras se juega.
Actividades como nadar pueden fortalecer los músculos más débiles y relajar
aquellos que están más apretados.
Además de los servicios de terapia y equipo especial, los niños con parálisis
cerebral pueden recurrir tecnología asistencial como:
Tecnología computacional:
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La cual va desde juguetes electrónicos con interruptores especiales hasta
programas sofisticados para la computadora operados por medio de
almohadillas de interruptores o adaptaciones del teclado.
-Tratamiento farmacológico:
De acuerdo a las características de cada cuadro clínico y las necesidades
individuales de los niños, se deberán prescribir distintos tipos de medicación:
• Anticonvulsivantes (para prevenir las convulsiones)
• Relajantes musculares
• Tranquilizantes y antidepresivos.
Además de las medicaciones pediátricas que requiera habitualmente (por
ejemplo, si presenta reflujo gastroesofágico, enfermedades pulmonares, entre
otros).
-Tratamiento quirúrgico:
La cirugía se recomienda cuando las contracturas son severas y causan
problemas de movilidad. Los cirujanos pueden alargar los músculos y tendones
que son demasiado cortos. Sin embargo, primero deben identificar
exactamente cuáles de los músculos están acortados, ya que si se alarga el
músculo incorrecto el problema puede empeorar. Para andar dos pasos con un
porte normal se necesitan más de 30 músculos principales que trabajen en el
momento correcto y con la fuerza correcta.
Debido a que alargar un músculo lo hace más débil, la cirugía para
contracturas requiere muchos meses de recuperación. Una segunda técnica
quirúrgica, conocida como rizotomía, sirve para disminuir la espasticidad en las
piernas reduciendo la cantidad de estímulo que llega a los músculos a través
de los nervios. En este procedimiento se trata de localizar y cortar
selectivamente algunas de las fibras nerviosas sobre activadas que controlan el
tono muscular de la pierna.
10. ¿Qué consejos podemos darles a los padres de un niño con parálisis cerebral?
Es fundamental la actitud de la familia para favorecer una eficaz estimulación y/o
rehabilitación.
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• Trabaje con profesionales en intervenciones tempranas o en su escuela para
desarrollar un plan individualizado de servicios para la familia y un programa educativo
individualizado de servicios para la familia y un programa educativo individualizado
que refleje las necesidades de su niño. Asegúrese de incluir servicios relacionados,
tales como terapia de habla y lenguaje, terapia física y terapia ocupacional.
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Para que desaparezcan patrones sensoriomotores anormales es necesaria la
repetición frecuente del programa de la terapia individualizada y adecuada a cada
caso.
Cada paciente con distinto tipo de PC tiene un manejo específico, de acuerdo a su
capacidad intelectual y si tiene o no problemas asociados. Se adecua y combina la
terapia con un programa de entrenamiento complejo a los padres.
El terapeuta ayuda y busca junto a la familia el manejo y programa a seguir, que se
adaptará al niño y a la destreza de los padres, sin alterar la relación padres-niños, y
diferente al usado en las sesiones.
13. ¿Cómo describen ellos a los Signos precoces de desvíos del desarrollo?
El diagnóstico precoz se basa en:
a) Persistencia de reacciones primitivas, asociadas o no a tono muscular anormal a los
3 o 4 meses de vida.
b) Falta de desarrollo de las reacciones esenciales para el control cefálico, rolar, y/o
las reacciones de equilibrio, por lo que el desarrollo motor se detiene o se retrasa.
c) Falta de correspondencia en el desarrollo en las distintas posiciones (sentado,
parado y decúbito lateral, prono y supino). En las diversas posiciones los bebés
normales presentan iguales características, correspondientes al mismo nivel de
desarrollo. Si no se observa coherencia (scatter), se descartará si es secundaria a
manejos ambientales (siempre sentado, acostado, etc.)
d) Falta de correlación entre las distintas áreas del desarrollo: asimetrías más allá de
los 2 o 3 meses; mejor desarrollo en algunas áreas respecto a la motora y/o
coordinación; etc.
e) Empobrecimiento de la actividad neuromoriz y/o hiperactividad neuromotriz. No sólo
los bebés en PC muestran estos síntomas, también pueden aparecer en forma
“transitoria” en otros con una maduración más lenta o con lesiones cerebrales más
leves de las que se recuperan espontáneamente.
La intensidad de síntomas tiene valor predictivo relativo, sobre todo en los primeros
meses de vida en niños con aparentes síntomas severos, y más tarde mostrar un
comportamiento motor normal sin tratamiento, o por el contrario los signos patológicos
persisten, y luego son más severos. En cambio, síntomas mínimos en los primeros
meses pueden desaparecer o incrementarse y ser severos con posterioridad.
Los signos de PC se incrementan a medida que el bebé aumenta su actividad por la
retroalimentación anormal y el esfuerzo. Si son “transitorios”, estos signos anormales
disminuirán y desaparecerán gradualmente.
En conclusión, el único camino para diagnosticar PC es por exámenes clínicos
seriados, que se realizarán en todo niño de alto riesgo de presentar trastornos en su
neurodesarrollo.
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desempeño fueron subnormales durante este período; se han instalado patrones
anormales y tendrá que reemplazarlos por otros más normales, además de adquirir
otras pautas desconocidas hasta este momento (rehabilitación).
15. ¿Cuáles son los objetivos generales del tratamiento del neurodesarrollo?
a) Diagnosticar tempranamente trastornos del neurodesarrollo.
b) Prevenir trastornos secundarios y deformidades.
c) Favorecer el desarrollo del máximo potencial de cada niño.
d) Atender aspectos perceptuales o sensoriales, atencionales, cognitivos y
emocionales en relación al ambiente familiar, económico y aún regional, en un
concepto globalizador.
e) Dar mayor funcionalidad e independencia según las potencialidades de cada niño.
f) Integrar al niño socialmente a fin de lograr una inserción familiar, escolar,
pedagógica y social acorde a las posibilidades individuales.
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