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2.

Rómulo, una vez fundada la ciudad que por su nombre llamó Roma, acogió una multitud de
vecinos en la ciudad, a los cuales nombró senadores a causa de su vejez. Entonces, como él
mismo y su pueblo no tenían esposas, invitó a un espectáculo a las naciones vecinas a la
ciudad de Roma y raptó a las jóvenes de estas.

3. A Rómulo le sucedió Numa, al cual los Romanos acudieron por su virtuoso sentido
religioso. Él enseñó los ritos sagrados, las ceremonias y todo el culto de los dioses. Él creó
los pontífices, los augures y los demás sacerdocios; y dividió el año en doce meses. Al final
sometió a este pueblo feroz hasta tal punto que gobernaba el imperio con religión y justicia.

4. Luego recibió el reino Prisco Tarquinio. Este duplicó el número de senadores, edificó el
Circo de Roma, instituyó los Juegos Romanos, que hasta nuestra época permanecen. Venció
este mismo también a los sabinos y el primero triunfante entró en la ciudad. Hizo muros y
cloacas, comenzó el Capitolio. Al trigésimo octavo año de imperio fue asesinado por los hijos
de Anco, rey este al que aquel había sucedido.

5. En efecto, como el hijo de éste había violado a Lucrecia una muy noble mujer y esta misma
pudorosísima, esposa de Colatino, y de esta injuria se había quejado a su marido, a su padre y
a sus amigos, se dio muerte a la vista de todos.

6. A partir de este momento empezaron los cónsules, en lugar de un rey, por esta causa son
creados dos, por si uno fuera malo, así el otro lo controlaría. También pareció bien que no
tuvieran el poder por espacio más largo que un año. Así pues, fueron cónsules el primer año,
a partir de la expulsión de los reyes, Lucio Junio Bruto y Tarquino Colatino, el marido de
Lucrecia.

7. Ya desde el principio la juventud, tan pronto como era capaz de soportar la guerra,
aprendía en el campamento mediante el trabajo el ejercicio de la milicia; y más placer
obtenían en las honrosas armas y en los caballos militares que en las prostitutas y en los
banquetes. Así pues el trabajo no era insólito para tales hombres, ni algún lugar era áspero o
árduo, ni el enemigo armado era temible.

8. Aníbal mismo era con mucho el primero de los jinetes y de los infantes. El primero iba a la
batalla; el último, una vez trabada batalla, se alejaba. A estas virtudes tan grandes las
igualaban enormes defectos: crueldad inhumana, perfidia más que púnica, nada de verdad,
nada de piedad, ningún miedo a los dioses, ninguna palabra dada, ningún escrúpulo religioso.

9. Aníbal, una vez dejado en Hispania su hermano Asdrúbal, cruzó el Pirineo. Los Alpes,
todavía por esa parte intransitables, los abrió para sí. Nos es transmitido que condujo a Italia
80000 infantes, 10000 jinetes y 37 elefantes. Entre tanto muchos ligures y galos se unieron a
Aníbal. Sempronio Graco desde Sicilia trasladó el ejército a Rímini.

10. Viriato fue asesinado por los suyos, una vez que durante catorce años había sublevado a
las Hispanias contra los romanos. Primero fue pastor, luego jefe de bandidos, por último
tantos pueblos concitó a la guerra, que era considerado un libertador de Hispania contra los
romanos. Y cuando sus asesinos pedían al cónsul Cepión la recompensa, se les respondió que
nunca a los romanos les había parecido bien que los generales fueran matados por sus
soldados.

11. Siendo cónsules Marco Emilio Lépido y Quinto Cátulo, una vez que Sila hubo
recompuesto la república, se produjeron nuevas guerras. En efecto, Sertorio, que había sido
del partido de Mario, temiendo la suerte de los demás, que habían sido eliminados, incitó a las
Hispanias a la guerra. Finalmente al octavo año fue asesinado por los suyos.

12. En efecto, sesenta y cuatro gladiadores, siendo sus jefes Espartaco, Crixo y Enomao, una
vez forzada la escuela de Capua, huyeron. Y por Italia vagando prepararon una guerra casi no
más ligera que la que había provocado Aníbal. En efecto, una vez vencidos muchos generales
y a la vez dos cónsules de los romanos, reunieron un ejército de aproximadamente sesenta
mil soldados.

13. Lucio Catilina, nacido de noble familia, fue hombre de gran fuerza de ánimo y de cuerpo,
de carácter malo y depravado. Su cuerpo era capaz de tolerar el hambre, el frío, la vigilia por
encima de lo que es para nadie creíble. Su ánimo era audaz, poco de fiar, tornadizo, simulador
y disimulador de cualquier cosa, deseoso de lo ajeno, gastador de lo suyo, ardiente en sus
deseos; bastante de elocuencia; de sabiduría, poca.

14. Decididas estas cosas, son exigidos jinetes y tropas auxiliares a toda la Lusitania por
Petreyo; a los cántabros y todos los bárbaros que se extienden hasta el Océano, les son
exigidos por Afranio. Reunidos estos, rápidamente Petreyo llega hasta Afranio y deciden de
común acuerdo llevar la guerra a Ilerda debido a su propia posición favorable.

15. Sucede también un repentino contratiempo. Pues tan gran tormenta se forma que no
constaba que nunca en aquellos lugares hubiera habido mayores inundaciones. Por otro lado
entonces se fundió la nieve de todos los montes y rebasó el borde de las orillas del río y los
dos puentes que Gayo Fabio había construido los interrumpió en un solo día. Este hecho
produjo grandes dificultades al ejército de César.

16. Entre tanto los oscenses y los calagurritanos que eran tributarios junto con los oscenses,
envían hacia él legados y prometen que ellos harían lo mandado. A éstos les siguen los
tarraconenses, los jacetanos, los ausetanos y pocos días después los ilurgavonenses, que
tocan la orilla del río Ebro. Piden a todos estos que les ayuden con trigo.

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