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Pero a Cézanne le preocupan otras cosas en su pintura. Busca una imagen monumental, y
no solo por el tamaño del lienzo (208 x 252 cm). Él nos presenta un conjunto de cuerpos
desnudos monumentales que se ubican en una especie de templo natural, ya que los
troncos de la ribera del río, sin duda forman una bóveda protectora.
Una composición casi clásica, ya que se basa en una pirámide formada por las diagonales
que hacen los troncos de los árboles, mientras que la línea horizontal y paralela a la base de
la imagen la forman el agua del río y la arena del suelo. Todo ello recrea un triángulo
arquitectónico que acoge en su interior a las mujeres desnudas, cada una en una pose
distinta, sin estridencias y adaptadas a la calma de la escena.
El pintor juega con lo que realmente vio y lo que imagina, para al final recrear una escena
distinta, nueva. Tanto en la naturaleza de los árboles como en la de los cuerpos hay algo de
abstracción. Una sensación a la que también ayuda la elección del color, aplicado a base de
pinceladas planas yuxtapuestas, enfrentando los tonos cálidos de los cuerpos o los troncos
a los fríos del cielo y del follaje. Es decir, jugando con los tonos rosas, ocres y marrones
frente a los azules y verdes.
Una mujer desnuda, de pie, en plano entero se sitúa a contraluz en la sección áurea
horizontal, iluminada por la luz difusa de una ventana con cortinas. En la parte inferior
izquierda aparece representada una bañera metálica y encima un tocador con un
espejo al que mira la mujer. La escena tiene una perspectiva naturalista a excepción de
la bañera que se sitúa un una posición extraña, con un punto de fuga en la parte
superior derecha, lugar a donde mira la mujer. La paleta de colores es cálida con
grandes zonas en grises azulados. Todas las superficies tienen texturas pero las
cortinas, el tresillo, la pared y el tocador tienen texturas orgánicas. La iconografía
recuerda a composiciones de Renoir sobre mujeres en el baño. El color por el uso de contrastes
entre fríos y cálidos da una expresión positiva, alegre. Parece un estudio de modelo de academia,
una pose para estudio de dibujo de figura humana del natural. El fondo a pesar de no tener detalle
tan preciso dibuja todos los motivos decorativos de la habitación. Esto sugiere por una parte al estilo
modernista y por otro al decorativismo oriental. Todo ese detalle en las texturas casi recuerda al
divisionismo impresionista.
En el análisis iconográfico observamos cinco prostitutas posando totalmente desnudas o con un velo
transparente entre cortinones, las podemos subdividir en dos grupos:
Las tres de la izquierda portan velos sugerentes, sus formas y rasgos han sido simplificados y
esquematizados. Recuerdan a las bañistas de Cézanne, el Greco (Visión del apocalipsis) y al Juicio
de Paris de Rubens. Picasso las representa a la manera clásica.
Las dos de la derecha, desnudas, posan de manera descarada y Picasso las representa a base de
planos geométricos simultáneos, el rostro recuerda a las máscaras africanas, al arte primitivo e ibero.
Es en este grupo donde Picasso introduce la ruptura.
Entre ambos grupos un frutero reposa en una mesa angular.Mujeres y bodegón invitan a los placeres
terrenales, al disfrute carnal.
El fondo pierde importancia, se diluye en prismas de tonalidades frías - grises, azules y blancos-.
Pinta la esencia de la realidad, a base de formas geométricas, prismas y líneas rectas. Recupera el
dibujo, el negro y las sombras, elementos totalmente rechazados por los impresionistas.
El investigador Santiago Sebastián, considera que los contrastes de la obra, representan el conflicto
del pintor entre dos concepciones del arte: una tradicional y otra de ruptura y que los elementos
plásticos no están desarrollados como valor en sí mismo, sino que están en función de las
necesidades expresivas del pintor.Mujeres y bodegón invitan a los placeres terrenales, al disfrute
carnal.
El fondo pierde importancia, se diluye en prismas de tonalidades frías - grises, azules y blancos-.
Pinta la esencia de la realidad, a base de formas geométricas, prismas y líneas rectas. Recupera el
dibujo, el negro y las sombras, elementos totalmente rechazados por los impresionistas.
Guernica, Picasso
Identificación: Guernica es una de las pinturas más destacadas de Pablo Picasso
realizada en 1937 y se encuentra en el Museo Reina Sofía, en Madrid, España. Óleo sobre
lienzo.
Es de género histórico, pero aunque fue inspirado en un hecho concreto se trata de una
obra de carácter universal. El tema principal son los horrores de la guerra. En cuanto a los
personajes, de izquierda a derecha por lo general son considerados víctimas. Tres animales
(un toro, una paloma y un caballo herido) y 6 figuras humanas: Mujer con hijo muerto o
desmayado, hombre o estatua mutilada con una espada rota y una flor, mujer avanzando
hacia la luz, mujer con una vela, mujer entre llamas con los brazos en alto.
Tiene una función propagandística para dar visibilidad a los horrores de la guerra civil por
encargo de la República española. Sobre su simbología se han propuesto multitud de
interpretaciones distintas sobre el significado simbólico de los elementos y personajes de
esta obra.
Luz: De tipo antinaturalista. Existen varios focos de luz como la lámpara, la vela, las llamas,
la ventana…), pero la iluminación de la escena no se rige por ellos. La función de la
iluminación en esta obra es crear focos de atención y expresar dramatismo. Las figuras
están fuertemente iluminadas. Se emplean manchas de tonos planos, sin gradación, que
producen un efecto bidimensional. Sin claroscuro.
Color: Imagen acromática, sin color. Pintada en blanco y negro (tonos dominantes de la
obra) con una gama de grises. La falta de color, como en las fotos de los periódicos en que
se basó, congela el momento e insiste en la tragedia y el dolor.