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La música es uno de los dones más grandes dados por Dios y, por eso mismo, es un elemento indispensable en el
proceso de crecimiento cristiano. La música es uno de los grandes dones que Dios concedió al hombre, y uno de los
elementos más importantes en un programa espiritual. Es una avenida de comunicación con Dios, y “es uno de los medios
más eficaces para grabar en el corazón la verdad espiritual”.—La Educación, 168. Mu 65.1
Ejerce influencia sobre asuntos de consecuencias eternas. Puede elevar o degradar, y ser empleada tanto para el bien
como para el mal. “Tiene poder para subyugar naturalezas rudas e incultas, para avivar el pensamiento y despertar
simpatía, para promover la armonía en la acción, y desvanecer la melancolía y los presentimientos que destruyen el valor
y debilitan el esfuerzo”.
. Los instrumentistas de la iglesia siempre deben ser estimulados a participar de los cultos de adoración, con instrumentos
en vivo. Hablando del canto, Elena de White recomienda: “[...] Acompáñese entonces el canto con instrumentos musicales
tocados con habilidad. No hemos de oponernos al empleo de instrumentos de música en nuestra obra”.—El Evangelismo,
370.
Vivimos en un momento difícil, en el que cada vez más las personas y las sociedades expresan sus sentimientos
religiosos sin una clara orientación cristiana y bíblica. La música ha llegado a ser un asunto fundamental, que requiere
discernimiento y decisión espirituales. Mu 75.1
En consecuencia, debemos formularnos las siguientes preguntas importantes mientras tratamos de hacer buenas
elecciones musicales: Mu 75.2
1. La música que estamos escuchando o presentando ¿tiene consistencia moral y teológica tanto en la letra como en la
melodía?
2. ¿Cuál es la intención que está detrás de esta música? ¿Transmite un mensaje positivo o negativo? ¿Glorifica a Dios
(1 Corintios 10:31) y ofrece lo que es más noble y mejor? Filipenses 4:8.
3. ¿Está la música comunicando su intención eficazmente? ¿Está el músico promoviendo una atmósfera de
reverencia? La letra y la música ¿dicen la misma cosa?
4. ¿Estamos buscando la orientación del Espíritu Santo en la elección de la música religiosa y la secular?
El consejo de Pablo es claro: “[...] Cantaré con el espíritu, pero cantaré también con el entendimiento”. 1 Corintios
14:15. No hay duda de que la música es una expresión artística que toca los sentimientos. Esto nos lleva a evaluar, escoger
y producir música de manera racional, teniendo en cuenta su poder, y tratando de cumplir el propósito de Dios para la
edificación de la iglesia y la salvación del mundo. Mu 75.3
No podemos olvidar que “la música es de origen divino. Hay gran poder en ella. Fue la música de la hueste angelical
la que emocionó el corazón de los pastores en las llanuras de Belén y alcanzó el mundo entero. Es mediante la
música como nuestras alabanzas se elevan hacia quien es la personificación de la pureza y la armonía. Es con música y
con cantos de victoria como los redimidos entrarán finalmente en la recompensa eterna”. Mensajes Selectos 3:382. *
1corintios 14-15
En Salmo 149:3 dice: “Alaben su nombre con danzas; con pandero y arpa le canten.”
y en Salmo 150:4 dice: “Alabadle con pandero y danza...” Algunos apelan a estos dos
versículos para apoyar el uso de la danza en el culto en la iglesia. Lo cierto es que la
palabra hebrea que se traduce por danza en estos dos versículos es “MACHOWL”
(Strong 4234), a diferencia de la palabra que se traduce por danza en Éxodo 15:20,
“MECHOWLAH” (Strong 4246). Según muchos eruditos, la palabra hebrea
“MACHOWL” se deriva de “CHUWL”, que además de traducirse como "torcer, o girar
en una forma espiral, o circular, también se traduce como “pipa” (instrumento
musical de viento) ("Smith's Dictionary of the Bible", vol. I, Pág. 538). En la obra
erudita "The Hebrew and Aramaic Lexicon of the Old Testament", la palabra Hebrea
"MECHOWLAH" significa "también un instrumento musical", además de "bailar en
un anillo", o en círculos. Los Targumistas traducían la palabra ( מָ חֹולmachol) como
un instrumento musical. Por ejemplo, en Éxodo 15:20, Onkelos vierte esta palabra
con la palabra aramea que significa "arpa”.
El Salmo 150 también es altamente figurativo ya que nos invita a alabar a Dios en el
firmamento, un lugar donde no podemos ir. Estos dos salmos no son una invitación
a danzar en los cultos de adoración, sino que son un llamado a alabar a Dios donde
quiera que nos encontremos. Con razón el apóstol Pablo dijo: “hablando entre
vosotros con salmos, con himnos y cánticos espirituales, cantando y salmodiando al
Señor en vuestros corazones.” Y “...cantando con gracia en vuestros corazones al
Señor con salmos, himnos y cánticos espirituales” (Colosenses3:16). Además, en
Santiago 5:13 dice: “... ¿Está alguno alegre? Cante alabanzas.” Ese es el mensaje de
los salmos antes mencionados.
La música en el culto del santuario fue institucionalizada por David y solamente los
levitas tocaban los instrumentos y cantaban durante el culto (1 Crónicas 15:16). El
pueblo escuchaba la alabanza y una vez que el coro y la orquesta de levitas
terminaba de alabar, exclamaban: “Amén” (1 Crónicas 16:36). Ese también fue el
responso en los tiempos del Nuevo Testamento (1 Corintios 14:16). Los himnos que
el coro de levitas cantaba fueron compuestos por David y los instrumentos
musicales que se utilizaron entonces, fueron construidos por David (2 Crónicas 7:6).
El hecho de que el rey David no incluyera la danza en el culto dentro del santuario
implica que él distinguía entre la música secular tocada en sus celebraciones
festivas (como el cántico y la danza cuando Saúl y David regresaron luego de
derrotar a Goliat) y la música del templo.
Israel era una teocracia, un gobierno establecido por Dios. Toda su vivencia giraba
en torno a Dios. Sus cánticos y sus celebraciones culturales se centralizaban en
Jehová. Por tal razón, cuando las mujeres salían a danzar, glorificaban a Dios por
darle la victoria a su pueblo sobre el enemigo. Además, las mujeres de Israel
danzaban en ocasión de los festivales anuales en las afueras del templo.
Algunas veces los hombres y los niños también se unían a ellas. Lo cierto es que las
mujeres eran las que más danzaban. Estas danzarinas eran excluidas de los servicios
del templo porque su estilo de música estaba asociado con el baile y el
entretenimiento (Bacchiocchi). Por cierto, los instrumentos de percusión que eran
utilizados en las danzas, no fueron considerados por David cuando institucionalizó
la música para el culto (1 Crón. 16:42; 2 Crón. 5:13; Nehemías 12:27). Se menciona en
la Biblia que los levitas utilizaron el címbalo (instrumento de percusión) (1 Crónicas
15:19; 25:1; Esdras3:10; Nehemías 12:27). Según "The International Standard Bible
Encyclopaedia", estos se utilizaban sólo para marcar el tiempo (Vol. III, Pág. 2101).
Los instrumentos de percusión, tales como los panderos y los tambores que eran
utilizados en las danzas, fueron claramente excluidos del culto. Los címbalos se
utilizaron para marcar la transición entre las estrofas de los himnos y no para
acompañar al coro (Bacchiocchi). La lira, o cítara, fue el instrumento que David y los
levitas consideraron el instrumento más noble de todos (The Interpreter's
Dictionary of the Bible (vol.3, Pág. 474). Es interesante notar que en el libro de
Apocalipsis, cuando se hace mención de la alabanza en el cielo, se mencionan arpas
(5:8; 14:2; 15:2).
Los adoradores de Baal danzaban en sus cultos. En 1 Reyes 18:26 dice: “Y ellos
tomaron el buey que les fue dado, y aprestáronlo, é invocaron en el nombre de Baal
desde la mañana hasta el mediodía, diciendo: ¡Baal, respóndenos! Mas no había
voz, ni quien respondiese; entre tanto, ellos andaban saltando cerca del altar que
habían hecho.” La expresión “andaban saltando” implica un tipo de baile
ceremonial (Spiros Zodhiates, “Key Study Bible). La palabra hebrea ( ָּפ סַ חpasach),
según Strong, significa literalmente; “cojear”, “danzar”. Los adoradores de Baal
danzaban en sus cultos, a diferencia de Elías, cuyo culto se centralizaba en el
sacrificio ofrecido a Dios (1 Reyes 18:31-37). En el Antiguo Testamento no dice que la
danza formase parte del culto a Dios en el Santuario, o en el templo.
Plinio el Joven, quien escribió una Carta al Emperador Trajano en el año 112 de la
era cristiana, dijo que los cristianos se reunían en un día fijo antes del amanecer y
cantaban himnos a Cristo como Dios ("Jewish New Testament Commentary", Pág.
153).