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ARGENTINA

Doctrina

Título: Algunas reflexiones sobre la Ley nacional N° 26.485 de "Protección Integral para Prevenir, Sancionar y
Erradicar la Violencia contra las Mujeres en los Ámbitos en que desarrollan sus Relaciones
Interpersonales"
Autor: Orsino, Susana
País: Argentina
Publicación: Revista de Derecho Penal y Procesal Penal de la CABA - Número 6 - Diciembre 2017
Fecha: 12-12-2017 Cita: IJ-CDLXXXIV-343

Indice Voces Citados Relacionados

Algunas reflexiones sobre la Ley nacional N° 26.485 de Protección Integral para


I. Prevenir, Sancionar y Erradicar la Violencia contra las Mujeres en los Ámbitos en
Introducci que desarrollan sus Relaciones Interpersonales
ón
II.A) El
derecho no Por Dra. Susana Orsino [1]
es neutral
al género
II.B) Los I. Introducción [arriba]
derechos
de las
mujeres
son La República Argentina es reconocida a nivel internacional como un país vanguardista
derechos en materia de Derechos Humanos, que incorporó a su Constitución Nacional las
humanos principales Convenciones de Derechos Humanos, incluso las referidas a derechos de las
mujeres; sin embargo, los resultados en materia de violencia contra las mujeres se
III. presentan desalentadores, en especial, por la alarmante cifra de femicidios, como la
expresión más cruel de la violencia[2].
Conclusión
Notas
La sanción de la Ley nacional 26485 de “Protección Integral para Prevenir, Sancionar y
Erradicar la Violencia contra las Mujeres en los Ámbitos en que desarrollan sus
Relaciones Interpersonales”, fue un avance importante, un marco legal de los más
completos e integrales; no obstante, tiene algunos escollos y personas detractoras de su
finalidad, lo que en cierta forma explica la falta de contundencia en su aplicación.

En ese sentido, la existencia de marcos normativos es solo un inicio, necesario pero no


suficiente; y si se comprende que el derecho no es neutral al género se encontrarán otras
respuestas más eficaces que las alcanzadas desde la mirada sesgada de sistemas legales
androcéntricos.
Así, cuando se planteó desde la Banca de la Mujer del Senado de la Nación Argentina
salir del paradigma de las leyes de violencia intrafamiliar hacia una ley de protección
integral que abordara la violencia contra la mujer en todos los ámbitos, que determinara
tipos y modalidades de violencia, y que reflejara las Convenciones de Belém Do Pará y
CEDAW, se desataron debates y posiciones enriquecedoras del proyecto, aunque
también fueron impuestos tiempos políticos.

Las estrategias de las mujeres y la inteligencia para consensuar muchos proyectos, desde
una perspectiva de derechos humanos, sin duda alguna fue un gran acierto; en ese
camino, el proceso de reglamentación de la Ley nacional 26485, un año después de su
dictado, fue una continuidad de esa estrategia y manera de abordar el proceso.

El entonces Consejo Nacional de las Mujeres (hoy Instituto Nacional de las Mujeres
[INAM]) constituyó una Comisión Interinstitucional con todos los Ministerios y
Organismos del Estado citados por la Ley, para discutir un anteproyecto de Decreto;
también, un Foro Virtual para la Sociedad Civil y una Comisión de Juristas y Notables
especialistas en género.

De tal modo, se lograron los acuerdos necesarios y una sensibilización en la temática por
todas las personas que participaron; nadie permaneció de la misma manera que cuando
se inició el proceso.

En síntesis, la Ley nacional 26485 comporta una legislación útil e indispensable, aunque
su contenido último diste del ideal desde la perspectiva de los derechos de las mujeres;
pese a todo, su progresiva aplicación transforma y desmonta estereotipos de género,
arroja luz sobre prácticas violentas naturalizadas y aceptadas por la sociedad, y modifica
criterios interpretativos judiciales que evolucionan hacia una jurisprudencia que recoge
la ley con perspectiva de género, para alcanzar soluciones más justas para las mujeres y
para la sociedad en su conjunto.

En un intento por reflexionar porqué se obtuvieron logros magros en materia de


violencia contra las mujeres pese a los buenos avances legislativos, serán planteadas dos
premisas analíticas:

a) El Derecho no es neutral al género, y

b) Los Derechos de las Mujeres son Derechos Humanos.


II.A) El derecho no es neutral al género [arriba]

El derecho como discurso social y como institución no es ajeno a la construcción


histórica de las sociedades; durante mucho tiempo reflejó y perpetuó la desigualdad de
las mujeres en materia de derechos civiles, sociales y políticos. No obstante, con el
devenir de las luchas sociales se transformó en herramienta fundamental para la
mutación de esas mismas inequidades.

Debe tenerse en cuenta que el derecho es a la vez regulador y constructor de la vida


social; en palabras de Alda Facio[3], generalmente sigue la huella de los alineamientos
de poder existentes. Por tanto, no debe olvidarse que, como discurso, el derecho
constituye una modalidad específica de poder y, como tal, moldea realidades sociales
mediante el control de los espacios de conflicto.

Según Alicia Ruiz: “…el discurso jurídico encubre, desplaza y distorsiona el lugar del
conflicto social, se instala como legitimador del poder al que disfraza y torna
neutral.”[4].

Esta definición es parte de la doctrina denominada Teoría Crítica del Derecho, que como
su nombre indica discute todos los elementos del derecho como ordenador social, así
como las normas jurídicas.

Para entender de qué se trata, Facio afirma que para apreciarse como una Teoría Crítica
del Derecho, las críticas generadas desde los feminismos al derecho tendrían que
apuntar, como objetivo, al esclarecimiento del rol que desempeña el derecho en el
mantenimiento del patriarcado[5].

Esta mirada develó cómo, a lo largo de la historia, existieron normas que discriminaban
abiertamente a la mujer, como el caso del adulterio, que en el Código Penal Argentino
hasta el año 1995 consideró que las mujeres cometían adulterio si engañaban a su
marido una sola vez, mientras que el hombre sólo cometía adulterio si incurría en
amancebamiento (una relación continuada).

Esa diferenciación se denomina doble estándar, y refiere al uso de un determinado


estándar para evaluar la conducta de la mujer (la mujer debe ser absolutamente fiel,
monógama a tiempo completo), y otro estándar para el varón (el varón tiene licencia
para mantener relaciones con muchas parejas, siempre y cuando sean casuales u
ocasionales).
Esta mirada machista y estereotipada sobre el deber ser de las mujeres era parte de un
Código Penal, y a través de esa norma muchas mujeres fueron juzgadas y condenadas;
vale decir, no es una desigualdad puramente discursiva o conceptual. Las definiciones
del derecho organizan los hechos sociales, las conductas de lxs sujetos, están presentes
en la materialidad de la vida. La cultura es material.

Entonces, si se entiende que el derecho no es neutral, pues puede ser tanto una
herramienta de avance como de retroceso en la lucha por la igualdad de las mujeres, es
necesario someterlo siempre a la mirada crítica sobre las desigualdades de género en
todas las normas.

Así, puede preguntarse lo siguiente: ¿qué efectos tiene esta norma para las mujeres?, ¿es
igual el efecto de esta norma para varones que para mujeres?, ¿han sido las mujeres
explícitamente excluidas? Este método se denominó en la doctrina “la pregunta por la
mujer”[6].

Esta reflexión, unida a un conocimiento de la historia de los derechos de las mujeres,


permite que se concluya que la promulgación de las normas no siempre implica un
cambio automático en la condición de la mujer, ya que éstas, a su vez, son objeto de
interpretación de lxs operadorxs judiciales, de las instituciones y de la ciudadanía,
quienes contribuyen a darle entidad a esa norma y al valor jurídico que se desea
proteger.

Comprender esa estructura, el peso de los modelos económicos y de los patrones


socioculturales en las instituciones encargadas de aplicar las normas, permite que se
entienda que pese a contarse con una importante normativa destinada a prevenir,
sancionar y erradicar la violencia, persistirán situaciones de violencia contra las mujeres
si no se modifican estas precondiciones.

II.B) Los derechos de las mujeres son derechos humanos [arriba]

Los principales instrumentos internacionales de los derechos humanos, esto es, tanto la
Declaración Universal de Derechos Humanos[7] como la Convención Americana de
Derechos Humanos[8], fueron consagrados desde una visión androcéntrica, pues no
individualizaron las violaciones específicas a derechos de las mujeres, y sostuvieron una
especie de neutralidad del género.

Los documentos de finales de los años 40 del siglo pasado identificaban al hombre como
parámetro de lo humano[9], con derechos que se ejercen principalmente en la esfera
pública; no permitía visibilizar las mayores vulneraciones de los derechos de mujeres
que se dan en el ámbito de lo privado, y se deben a las desigualdades de poder que
definen las relaciones de género.

Esta situación sólo se puso en agenda a nivel internacional a raíz de las diversas
conferencias mundiales que impulsaron los movimientos de mujeres en los años 70[10]
del siglo pasado; en efecto, en un primer estadio aparece la Declaración sobre la
Eliminación de la Violencia contra las Mujeres, proclamada por la Asamblea General de
las Naciones Unidas en 1967, que fue el antecedente de la Convención sobre la
Eliminación de todas las formas de Discriminación contra la Mujer[11] aprobada en
1979. En 1999 se firmó el Protocolo Facultativo; y con su adhesión se faculta al Comité
de CEDAW a que reciba comunicaciones de particulares u organizaciones de víctimas
sobre una violación de cualquiera de los derechos de la Convención[12].

La integración de las mujeres en el discurso de los derechos humanos, en pie de


igualdad con los varones, recién se plasmó formalmente en la Conferencia de Naciones
Unidas de Derechos Humanos celebrada en Viena en 1993, pues allí se enfatizó que los
derechos de las mujeres son derechos humanos[13].

Desde este contexto se promulgaron instrumentos de derechos humanos que hoy definen
estándares de derechos de validez universal, cuya aplicación y principios son de carácter
progresivo, sin lugar a retrocesos debido al reconocimiento explícito de la comunidad
internacional.

En Argentina, la CEDAW, al igual que muchos instrumentos de derechos humanos, se


ratificaron tras la restitución de la democracia en 1983, y se jerarquizó
constitucionalmente su rango con la reforma de la Constitución Nacional de 1994
(artículo 77 inciso 22); sin dudas, existe un correlato directo entre democracia, derechos
humanos e igualdad de género.

Argentina fue pionera en materia de derechos humanos de las mujeres, previo a la IV


Conferencia Mundial de la Mujer en Beijing (1995); ya en 1994 la CEDAW tenía rango
constitucional, se contaba con el Consejo Nacional de las Mujeres (actual INAM) como
mecanismo de la mujer en el orden nacional y con Ley nacional 24012 de cupo de
participación femenina en el ámbito legislativo, ambos hitos que datan de 1992 e incluso
anteriores a la reforma de la Constitución Nacional, pero lejanos si se los mira a la luz
de la conquista del voto de la mujer en 1947 y la ratificación de los primeros
instrumentos de derechos humanos del sistema de Naciones Unidas.

B) 1. El sistema internacional de promoción y protección de los derechos de las mujeres

El sistema internacional de Naciones Unidas cuenta con un amplio espectro de


instituciones y ámbitos de promoción y protección de los derechos de las mujeres, como
la Asamblea General de Naciones Unidas (AG), que es el órgano principal del cual
depende ONU MUJERES –organismo para la igualdad entre los géneros y el
empoderamiento de las mujeres–, y como el Consejo Económico y Social (ECOSOC),
del cual depende la Comisión de la Condición Económica y Social de la Mujer (CSW);
dan una cobertura y presencia permanente de los temas de género, igualdad y derechos
de las mujeres en la Agenda Universal[14].

En el ámbito de la Comisión de Derechos Humanos, que depende de la Asamblea


General de Naciones Unidas, también se creó una Relatoría Especial para realizar un
seguimiento de los temas de violencia contra las mujeres a nivel global, reafirmándose
que la violencia contra las mujeres es una violación de derechos humanos[15].

En el marco de las Naciones Unidas también existen diversos Programas, Fondos y


Organismos especializados, como por ejemplo la Organización Internacional del
Trabajo (OIT), que en materia de igualdad entre mujeres y varones en el mundo laboral
expresó claramente en la Declaración sobre la Justicia Social para una Globalización
Equitativa que la igualdad de género está en el corazón del trabajo decente. Asimismo,
hay que tener en cuenta los Convenios de la OIT que los países han suscripto en materia
de no discriminación e igualdad de oportunidades en el mundo del trabajo[16].

El organigrama de Naciones Unidas muestra todos los espacios institucionales que


dispone y también los específicos para la defensa de los derechos de las mujeres[17].

A nivel regional, en el marco de la Organización de Estados Americanos (OEA), se


crearon la Comisión Interamericana de Mujeres (CIM) y la Comisión Económica para
América Latina (CEPAL), que a través de los Consensos [México, Quito, Brasilia, Santo
Domingo, y Montevideo] los países acuerdan sobre los avances y desafíos de los
derechos de las mujeres en la región[18].

En otras instancias regionales, como el Mercado Común del Sur (MERCOSUR), se creó
la Reunión de Ministras y Altas Autoridades de la Mujer (RMAAM), que desde 1998
incorporó las directrices para abordar la inclusión de la perspectiva de género y los
derechos de las mujeres en la región[19].

Cabe señalar que la Agenda Internacional fijada por Naciones Unidas está
definitivamente atravesada por la perspectiva de género y los derechos de las mujeres, a
partir del acuerdo entre países de la Agenda 2030 de los Objetivos de Desarrollo
Sostenible (ODS), que recogen los avances de los Objetivos del Milenio (ODM); allí se
incluye el Objetivo 5 de Igualdad de Género en forma específica, aunque en sus 17
objetivos la perspectiva de género también está incluida[20].
Es importante no perder de vista que todo este andamiaje institucional y jurídico
compromete a los Estados a promover la igualdad de género y a garantizar los derechos
de las mujeres en sus propios ordenamientos jurídicos, así como las políticas públicas
que los efectivicen.

B) 2. Marco jurídico internacional de los derechos de las mujeres

La Convención sobre la Eliminación de todas las formas de Discriminación contra la


Mujer (CEDAW)

El Artículo 1 de la Convención define la discriminación contra la mujer como:

“…toda distinción, exclusión o restricción basada en el sexo que tenga por objeto o por
resultado menoscabar o anular el reconocimiento, goce o ejercicio por la mujer,
independientemente de su estado civil, sobre la base de la igualdad del hombre y la
mujer, de los derechos humanos y las libertades fundamentales en las esferas política,
económica, social, cultural y civil o en cualquier otra esfera”.

La aprobación y entrada en vigor de la CEDAW constituyó un hito histórico en la


protección de los derechos de las mujeres, y es referencia obligatoria en materia de
igualdad entre varones y mujeres.

Una Convención implica que los países que la ratifican adquieren la obligación de
cumplir con los estándares de derechos allí fijados; en nuestro caso, también incluye a
las provincias y jurisdicciones y a todos los poderes del Estado. Según qué sistema esté
involucrado (internacional o interamericano), los países pueden ser sujetos de condenas
internacionales.

Esto implica no sólo la obligación de no violar las disposiciones allí fijadas (desde los
organismos/funcionarios estatales) sino también la obligación de tomar medidas
positivas, es decir, medidas destinadas a la población en general para evitar sus
vulneraciones. Tanto el sistema internacional (ONU) como americano (OEA)
implementan procesos de revisiones, seguimiento y relatorías que evalúan éstas acciones
de los Estados-parte[21].

El Consejo Nacional de las Mujeres [actual INAM] es el organismo creado a nivel


nacional en 1992 para la defensa de los derechos de las mujeres y para velar por el
cumplimiento de la CEDAW, convención suscripta por la República Argentina el
17/07/1980, aprobada según la Ley nacional 23179 (publicada en el BO del
03/06/1985)[22], e incluida en la nómina de los instrumentos internacionales de
derechos humanos jerarquizados mediante su inclusión en el artículo 75 inciso 22 de la
Constitución Nacional reformada en 1994 –están integrados en el bloque de
constitucionalidad federal–[23].

Al ratificarla, los Estados parte de la Convención se obligan jurídicamente a adoptar una


serie de medidas dirigidas a lograr la no discriminación de las mujeres en diversos
ámbitos y a través de medidas concretas que la Convención señala y da relevancia en
materia de derechos de las mujeres:

ÁMBITOS Y MEDIDAS (entre IMPORTANCIA DE LA CEDAW


otros)

- El pleno desarrollo y adelanto de Es un instrumento


la mujer (artículo 3) jurídicamente vinculante: cada
definición que hace, por ejemplo
- La igualdad de facto (de hecho, de discriminación, tiene valor
efectiva, es decir, real) entre legal, y pasa a ser parte de la
varones y mujeres (artículo 4) normativa nacional de los
Estados signatarios
- La modificación de patrones
socioculturales de conducta de Prohíbe la discriminación en
varones y mujeres (artículo 5) todas las esferas, pública o
privada, de la vida
- La supresión de todas las formas
de trata y explotación en la Precisa que el acto
prostitución de las mujeres discriminatorio puede producirse
(artículo 6) en distintas etapas de la
existencia de un derecho: en el
- La eliminación de la reconocimiento, el goce o el
discriminación contra la mujer en ejercicio
la vida política y pública del país
(artículo 7) Fortalece el concepto de
indivisibilidad de los derechos
- La promoción de la participación humanos al recoger en un único
de la mujer en la esfera instrumento derechos
internacional (artículo 8) económicos, sociales, culturales,
civiles, políticos, así como
- La no discriminación en cuanto a derechos colectivos y el derecho
la nacionalidad (artículo 9) al desarrollo

- La igualdad de derechos en el Promueve un modelo de


ámbito de la educación (artículo igualdad sustantiva que
10) comprende igualdad de
oportunidades, igualdad de
- La igualdad de derechos en el acceso a las oportunidades e
ámbito del empleo (artículo 11) igualdad de resultados
- La igualdad de derechos en el Obliga a los Estados a respetar,
ámbito de la atención médica proteger y garantizar los
(artículo 12) derechos de las mujeres

- La igualdad de derechos en todos Amplía la responsabilidad


los asuntos relacionados con el estatal a los actos que cometen
matrimonio y las relaciones personas privadas, empresas o
familiares (artículo 16), y instituciones no estatales

- La promoción de la mujer en el Faculta a los Estados para


mundo rural (artículo 14). adoptar medidas temporales de
acción afirmativa

Reconoce el papel de la cultura


y las tradiciones en el
mantenimiento de la
discriminación contra la mujer y
obliga a los Estados a eliminar
los estereotipos en los roles de
hombres y mujeres

La Declaración sobre la Eliminación de la Violencia contra la Mujer de Naciones


Unidas afirma que la violencia contra la mujer es uno de los mecanismos sociales
fundamentales por los que se fuerza a la mujer a una situación de subordinación respecto
del varón, y ésta permaneció oculta, silenciada y naturalizada por las propias víctimas y
por las familias, bajo la tolerancia de la sociedad y de los Estados[24].

En el marco de la CEDAW son relevantes las Recomendaciones; en especial, las 19 y


33. Los derechos y obligaciones que emanan de esta Convención se precisaron y
ampliaron con el tiempo a través de las recomendaciones que realiza el Comité para la
Eliminación de todas las formas de discriminación contra la Mujer, basadas en el
examen de los informes y de los datos transmitidos por los Estados Parte.

Así, la Recomendación General 19 del Comité CEDAW delimita que las definiciones de
discriminación incluyen la violencia basada en el género, que es la violencia que se
dirige a la mujer porque es una mujer o que afecta a las mujeres en forma
desproporcionada. Como consecuencia, esta evolución en materia de no discriminación,
violencia y derechos de las mujeres generó un desarrollo específico de las obligaciones
de los Estados en cuanto al respeto y garantía de estos derechos.

Por otro lado, la Recomendación General 33 del mismo Comité refiere a las
obligaciones de los Estados Parte para asegurar que las mujeres accedan a la justicia.
Estas obligaciones abarcan la protección de los derechos de la mujer contra toda forma
de discriminación, con el fin de empoderarlas como personas y como titulares de
derechos.
Los informes periódicos de la Argentina que se elevan al Comité de CEDAW, y las
Recomendaciones a nuestro país que se formulan, están disponibles en el portal del
Consejo Nacional de las Mujeres [actual INAM][25].

- Protocolo Facultativo de CEDAW: posibilidades de radicar denuncias

En diciembre de 2006 aparece el Protocolo Facultativo de la CEDAW, es decir, un


mecanismo jurídico adjunto a la Convención, que introduce aspectos no contemplados
en la Convención a la cual se refiere. Se sostiene que es opcional o facultativo porque
los Estados Parte no están obligados a ratificarlo, aunque lo hubieran habilitado al
ratificar la Convención[26].

Este documento introduce el procedimiento de peticiones o comunicaciones individuales


por medio del cual cualquier víctima, personas o grupos de personas, puede presentar al
Comité quejas por una violación de sus derechos que resulte de una acción u omisión del
Estado parte, para que se determinen las correlativas responsabilidades –en caso de
proceder–. Además, faculta al Comité para iniciar investigaciones sobre violaciones
graves o sistemáticas de los derechos de la mujer en un Estado parte.

Debe señalarse que, previamente, es necesario agotar las instancias judiciales de


resolución de los casos del país, para después acudir al Comité mediante una petición
conforme lo establece el Procedimiento para presentar denuncia o comunicaciones ante
el Comité de CEDAW[27].

B) 3. Marco jurídico de la violencia contra las mujeres a nivel regional

A nivel regional, la Convención Interamericana para Prevenir, Sancionar y Erradicar la


Violencia contra la Mujer, conocida como Convención de “Belém Do Pará”, fue
adoptada por la Asamblea General de la Organización de los Estados Americanos el
09/06/1994, ratificada por Argentina el 05/07/1996 y aprobada por Ley Nacional
24632[28].

Esta Convención define la violencia contra la mujer en su artículo 1, del siguiente modo:

“…cualquier acción o conducta, basada en su género, que cause muerte, daño o


sufrimiento físico, sexual o psicológico a la mujer, tanto en el ámbito público como en el
privado.”.
Y regula los derechos protegidos de las mujeres en el artículo 4, al establecer que toda
mujer tiene derecho al reconocimiento, goce, ejercicio y protección de todos los
derechos humanos y a las libertades consagradas por los instrumentos regionales e
internacionales sobre derechos humanos.

Estos derechos comprenden, entre otros:

- derecho a que se respete su vida

- derecho a que se respete su integridad física, psíquica y moral

- derecho a la libertad y a la seguridad personal

- derecho a no ser sometida a torturas

- derecho a que se respete la dignidad inherente a su persona y que se proteja a su


familia

- derecho a igualdad de protección ante la ley y de la ley

- derecho a un recurso sencillo y rápido ante los tribunales competentes, que la ampare
contra actos que violen sus derechos

- derecho a libertad de asociación

- derecho a la libertad de profesar la religión y las creencias propias dentro de la ley, y

- derecho a tener igualdad de acceso a las funciones públicas de su país y a participar en


los asuntos públicos, incluyendo la toma de decisiones.
La importancia radica en la adopción de un nuevo paradigma sobre la violencia contra
las mujeres, que no limita la violencia al ámbito doméstico o intrafamiliar, sino que
amplía los tipos y modalidades de la violencia que se ejerce contra las mujeres.
Asimismo, insta a los Estados a la adaptación de sus leyes a los principios, disposiciones
y estándares en materia de violencia contra las mujeres de la Convención.

La Convención señala en su artículo 7 que:

“Los Estados Partes condenan todas las formas de violencia contra la mujer y convienen
en adoptar, por todos los medios apropiados y sin dilaciones, políticas orientadas a
prevenir, sancionar y erradicar dicha violencia y en llevar a cabo lo siguiente” (el cuadro
que luce debajo me pertenece).

a) abstenerse de cualquier
acción o práctica de violencia
contra la mujer y velar porque las
Cumplimiento de los Deberes del
autoridades, sus funcionarios,
Estado
personal y agentes e instituciones
se comporten de conformidad con
esta obligación

b) actuar con la debida


Prevención, investigación y diligencia para prevenir,
sanción investigar y sancionar la violencia
contra la mujer

c) incluir en su legislación
interna normas penales, civiles y
administrativas, así como las de
otra naturaleza que sean
Adaptación normativa interna necesarias para prevenir,
sancionar y erradicar la violencia
contra la mujer, y adoptar las
medidas administrativas
apropiadas que sean del caso

d) adoptar medidas
jurídicas para conminar al agresor
a abstenerse de hostigar,
intimidar, amenazar, dañar o
Protección y atención
poner en peligro la vida de la
mujer de cualquier forma que
atente contra su integridad o
perjudique su propiedad
e) tomar todas las medidas
apropiadas, incluyendo medidas
de tipo legislativo, para modificar
o abolir leyes y reglamentos
Remover practicas jurídicas vigentes, o para modificar
prácticas jurídicas o
consuetudinarias que respalden la
persistencia o la tolerancia de la
violencia contra la mujer

f) establecer
procedimientos legales justos y
eficaces para la mujer que haya
sido sometida a violencia, que
Acceso a la Justicia
incluyan, entre otros, medidas de
protección, un juicio oportuno y
el acceso efectivo a tales
procedimientos

g) establecer los
mecanismos judiciales y
administrativos necesarios para
asegurar que la mujer objeto de
Reparación de la víctima
violencia efectivamente acceda a
resarcimiento, reparación del
daño u otros medios de
compensación justos y eficaces, y

h) adoptar las disposiciones


legislativas o de otra índole que
Efectivizar la Convención
sean necesarias para efectivizar
esta Convención.

La implementación efectiva de la Convención requiere un proceso de evaluación y


apoyo continuo e independiente, para lo cual se creó en 2004 el Mecanismo de
Seguimiento de la Convención de Belém do Pará (MESECVI).

El MESECVI es una metodología de evaluación multilateral sistemática y permanente,


fundamentada en un foro de intercambio y cooperación técnica entre los Estados Parte
de la Convención y un Comité de Expertas/os[29].

Argentina, a través del actual INAM, presenta bianualmente la respuesta a los


Cuestionarios de Seguimiento y Evaluación que el MESECVI analiza de cada país[30].
B) 4. Marco jurídico nacional

La incorporación de los Tratados y Convenciones Internacionales de Derechos Humanos


en la reforma de la Constitución Nacional aprobada el 22/08/1994 abre el camino a la
sanción de diferentes leyes de promoción y protección de derechos, fundamentalmente
porque esos instrumentos adquirieron jerarquía superior a las leyes, y obliga al Estado a
adaptar su legislación (artículo 75 inciso 22 de la CN).

Antecedente legislativo de violencia contra las mujeres, en cuanto a su problemática, lo


constituye la Ley nacional 24417 de protección contra la violencia familiar[31], que fue
sancionada el 07/12/1994 y promulgada el 28/12/1994; instaura una serie de medidas
destinadas a la protección de las personas que sufren violencia en el ámbito
intrafamiliar.

Esta legislación, si bien fue un avance en ese momento hacia la visibilización y sanción
de la violencia ocurrida entre miembros de una familia, no reconocía el tipo de violencia
especifica que soportan las mujeres. De tal modo, resultó insuficiente, e inclusive
riesgosa, su aplicación, ya que al no definirse con claridad a las mujeres como víctimas
podría perjudicárselas con interpretaciones patriarcales[32].

Ahora bien, con la nueva normativa las leyes de violencia familiar provinciales no
pierden vigencia; sin embargo, sí se amplía la definición, en el ámbito provincial, al
contemplar los casos en que la violencia es ejercida por un concubino, novio o ex pareja
de la víctima. Y no es requisito la convivencia con el agresor.

La Ley nacional 26485 es un avance normativo; significa un avance cualitativo con


respecto a la legislación anterior, tanto nacional como provincial, ya que aquélla
consideraba a la violencia contra las mujeres como parte de la violencia familiar, e
invisibilizaba sus características particulares.

El 11/03/2009 fue sancionada la Ley 26485 de Protección Integral a las Mujeres para
Prevenir, Sancionar y Erradicar la Violencia contra las Mujeres en los Ámbitos en que
Desarrollen sus Relaciones Interpersonales[33]. Es el instrumento rector de las políticas
públicas para la prevención y erradicación de la violencia contra las mujeres, tanto en
sus relaciones interpersonales como en el ámbito público, tanto a nivel nacional,
provincial y local.

Su sanción obedece a los compromisos asumidos con la CEDAW y, especialmente, con


la Convención de “Belém Do Pará” y los derechos allí consagrados y protegidos
(artículo 3).
Esta legislación define a la violencia contra la mujer como:

“Toda conducta, acción u omisión, que de manera directa o indirecta, tanto en el ámbito
público como en el privado, basada en una relación desigual de poder, afecte su vida, su
libertad, su dignidad, su integridad física, psicológica, sexual, económica o patrimonial
y su seguridad personal. Es importante destacar que quedan comprendidas las
perpetradas desde el Estado o por sus agentes” (artículo 4).

De las definiciones de ese documento, que están en concordancia con los marcos legales
internacionales, se deduce que:

Reconoce expresamente la relación


que existe entre discriminación y
violencia de género; indica que ésta
última es un reflejo de las relaciones
de poder históricamente desiguales
Violencia contra las mujeres es entre mujeres y varones, y que el
basada en relación desigual de poder derecho de toda mujer a una vida
libre de violencia incluye el derecho
a ser libre de toda forma de
discriminación y a ser valorada y
educada libre de patrones
estereotipados

Dispone que los Estados parte


deben actuar con debida diligencia
para prevenir, investigar y sancionar
Responsabilidad de los Estados de la violencia contra las mujeres que
actuar con diligencia ocurra en espacios públicos y
privados, dentro del hogar o en la
comunidad, y aquella perpetrada
por individuos o agentes estatales

Señala que los Estados deben tener


en cuenta especialmente la situación
de vulnerabilidad a la violencia que
pueden sufrir las mujeres en razón
Priorizar las situaciones de de, entre otras, su raza o condición
vulnerabilidad a la violencia étnica, por ser migrantes,
refugiadas, desplazadas,
embarazadas, discapacitadas,
menores de edad o ancianas, por
enfrentar una situación económica
desfavorable, por estar afectadas
por situaciones de conflictos
armados o estar privadas de su
libertad

Estipula que la violencia contra las


mujeres y su raíz, la discriminación,
es un problema grave de derechos
humanos; potencia el derecho a que
se respete su vida y su integridad
física, psíquica y moral. Con
repercusiones negativas para las
Violencia contra las mujeres es mujeres y la comunidad que las
violación de Derechos Humanos rodea, constituye un impedimento
para el reconocimiento y goce de
todos sus derechos humanos;
obstaculiza el ejercicio de otros
derechos fundamentales de
naturaleza civil y política, así como
los económicos, sociales y
culturales

Nuestra ley actual busca la erradicación de la violencia contra las mujeres y también de
las causas que la generan.

Principales características de la ley 26485 son:

- Consagra y reivindica de manera especial el derecho de las mujeres a vivir una vida
libre de violencia y sin discriminaciones en todos los órdenes de la vida (artículo 2).

- En la misma ley 26485 se establece que sus disposiciones son de orden público[34] y
de aplicación en todo el territorio de la República Argentina, con excepción de las
disposiciones de carácter procesal del Capítulo II del Título III, porque la forma de
aplicación depende de cada jurisdicción (artículo 1). Las provincias tienen la opción de
adherir a la parte procedimental o dictar sus propios procedimientos. Las 24
jurisdicciones de Argentina han adherido a la norma. En el año 2010 se sancionó el
Decreto Reglamentario 1011/2010 a instancia de un proceso deliberativo coordinado por
el Consejo Nacional de las Mujeres [actual INAM].

- Define los lineamientos generales de un Plan de Acción que involucra a los tres
poderes del Estado (Ejecutivo, Legislativo y Judicial) y que deberá aplicarse en todo el
país, en cada provincia, y en cada municipio.
- Otorga al entonces Consejo Nacional de las Mujeres (hoy, INAM) la potestad y
responsabilidad de, en tanto organismo rector, el diseño de las políticas públicas para
efectivizar las disposiciones de la ley. En primer lugar, debe elaborar, implementar y
monitorear un Plan de Acción Nacional para la Prevención, Asistencia y Erradicación de
la violencia contra las Mujeres (artículos 8 y 9)[35].

- Además, establece que se podrá realizar una denuncia en cualquier tribunal del país. El
juez que intervenga derivará luego la causa al fuero competente.

- No es una ley sancionatoria, es decir, que no crea nuevos tipos penales[36], sino que
define los principios y derechos exigibles para el desarrollo de políticas públicas para
combatir y erradicar la violencia contra las mujeres en todos los ámbitos. No obstante,
en el Capítulo II de Procedimientos se establece las medidas Preventivas urgentes que
podrá tomar el/la Juez/a (artículo 26) y las sanciones frente a su incumplimiento
(artículo 32), siempre en el fuero civil[37].

- Se podrán iniciar conjunta o paralelamente las acciones penales que deriven de la


violencia y configuren delito, como lesiones, amenazas, violación, tentativa de
femicidio, femicidio, entre otras, que tipifica el Código Penal.

- Esta nueva norma va más allá, porque contempla la violencia de género en sus diversas
formas: física, sexual, simbólica, y agrega la violencia económica y patrimonial y la
psicológica.

- A su vez, considera la violencia no sólo cuando ocurre en el ámbito doméstico, sino


también en los organismos públicos, los partidos políticos, sindicatos, organizaciones
empresariales, deportivas y de la sociedad civil, y también en los servicios de
obstetricia: a través de un trato deshumanizado o sobre medicalización de un parto, por
ejemplo.

- Incorpora la violencia mediática, que define como la difusión de mensajes e imágenes


estereotipados a través de cualquier medio masivo de comunicación, que de manera
directa o indirecta promuevan la explotación de mujeres o sus imágenes, injurie, difame,
discrimine, deshonre, humille o atente contra la dignidad de las mujeres.

- Incluye la violencia que atenta contra la libertad reproductiva, que vulnere el derecho
de las mujeres a decidir libre y responsablemente el número de embarazos o el período
de tiempo entre un nacimiento y el próximo, entre otros derechos sexuales y derechos
reproductivos.
- Determina que no se podrán adoptar mecanismos de mediación y conciliación; parece
obvio que no es conveniente propiciar estas medidas en relaciones signadas por la
violencia de género, pero en la práctica es frecuente que los Juzgados de Familia, una
vez trabado el proceso por violencia, citen a las partes conjuntamente para realizar
pericias, audiencias, mediaciones o conciliaciones. Ahora, esta práctica es ilegal, y es
posible solicitar al/la juez/a que reciba a las partes por separado.

- Otra práctica habitual contraria a la ley se da cuando lxs abogadxs que tramitan el caso
aconsejan a la mujer a no realizar la denuncia, y proponen conciliación y posterior
divorcio de mutuo acuerdo; en otras ocasiones son las propias organizaciones civiles que
aconsejan a la mujer a transitar una conciliación privada, donde el varón violento se
compromete a cesar en su violencia.

- La ley también prevé la figura del/de la asistente protectorx, que en la práctica se trata
de un/una acompañante que ayuda a la mujer que atraviesa una situación de violencia en
la presentación judicial y en el reclamo de ayuda. Esta norma abre y garantiza el espacio
de contención para la mujer en situación de violencia, y fue muy útil en las Comisarias,
pues brindó seguridad al momento de la denuncia.

- Se exige la creación de protocolos específicos para la recepción de denuncias en las


fuerzas de seguridad, para evitar la revictimización.

- Exige al Poder Judicial que se encargue de facilitar el acceso de las mujeres a los
tribunales. A las administraciones municipales y provinciales las obliga a ofrecer grupos
de autoayuda, patrocinio jurídico gratuito y asistencia psicológica, además de refugios
transitorios para que vivan las víctimas en casos de urgencia.

- Y también demanda la creación de programas de reeducación para varones


maltratadores.

Tipos (artículo 5) y modalidades de violencia (artículo 6):

TIPOS MODALIDADES

Física Doméstica

Psicológica Laboral

Sexual Institucional
Económica y Patrimonial Obstétrica

Contra la libertad reproductiva


Simbólica
Mediática

Es importante resaltar que con la reforma del Código Civil y Comercial de la Nación el
divorcio por mutuo acuerdo perdió sentido; ahora, para divorciarse es innecesario
describir las causas que moralmente imposibilitan la vida en común de la pareja, o el
motivo por el que están separados, ya que es por presentación individual, sin límite de
tiempo en el vínculo, amén que después surjan las cuestiones de acuerdos patrimoniales
y se incorpore la compensación económica bajo un parámetro de solidaridad familiar.
No existe culpabilidad por infidelidad y tampoco estarán obligados a asistir a terapia
para recuperar la relación[38].

El 20/07/2010 se publicó en el Boletín Oficial el Decreto 1011/2010, que reglamentó la


Ley nacional 26485. Los aspectos destacados de esa reglamentación son los siguientes:

1. Se especifica qué serán considerados patrones socioculturales, conceptualizándolos


como aquéllos que promueven y sostienen la desigualdad de género: son las prácticas,
costumbres y modelos de conductas sociales y culturales, expresadas a través de normas,
mensajes, discursos, símbolos, imágenes, o cualquier otro medio de expresión, que
alienten la violencia contra las mujeres o que tiendan a:

● perpetuar la idea de inferioridad o superioridad de uno de los géneros

● promover o mantener funciones estereotipadas asignadas a varones y mujeres, tanto en


lo relativo a tareas productivas como reproductivas

● desvalorizar o sobrevalorar las tareas desarrolladas mayoritariamente por alguno de


los géneros

● utilizar imágenes desvalorizadas de las mujeres o con carácter vejatorio o


discriminatorio, y

● referirse a las mujeres como objetos.


2. Se define el Acceso a la Justicia y se explicita que implicará el deber de garantizar el
acceso al ámbito judicial, pero no solamente, sino que establece la obligación por parte
del Estado de brindar a las mujeres víctimas de violencia los recursos necesarios –en
todas las esferas de actuación del Estado Nacional, ya sean de orden administrativo o
judicial o de cualquier otra índole– que garanticen el efectivo ejercicio de sus derechos.
Asimismo, este acceso a la justicia comprende:

● el servicio de asistencia jurídica gratuita

● las garantías del debido proceso

● la adopción de medidas positivas para asegurar la exención de los costos del proceso,
y

● el acceso efectivo al recurso judicial.

3. Se introduce un concepto que resulta absolutamente necesario para evitar la


revictimización: no se debe asociar la gratuidad con la situación de pobreza, de este
modo se elimina el requisito de alegar o acreditar situación de pobreza para obtener esa
gratuidad.

4. Se desarrolla el concepto de información y asesoramiento adecuado, y se señala que


deberá brindarse la información o el asesoramiento solicitados de manera detallada,
suficiente, acorde con las condiciones subjetivas de quien lo requiera y las
circunstancias de la petición, en un lenguaje que aporte claridad y garantice su
comprensión.

5. Se desarrolla el concepto de revictimización, entendiéndola como el sometimiento de


la mujer agredida a demoras, derivaciones, consultas inconducentes o innecesarias, a
que reiteradamente declare o responda cuestiones referidas a sus antecedentes, a que se
someta a exámenes médicos repetidos, superfluos, excesivos, y toda práctica, medida,
procesos, acto u omisión que implique un trato inadecuado, tanto en el ámbito policial,
judicial, de salud o cualquier otro. Por ejemplo, una mujer que concurre a una Comisaría
de la Mujer para realizar su denuncia, relata al/a la Oficial que la recibe que su marido
integra la policía, y esta persona, delante de ella, llama por teléfono a su marido y le dice
“acá está tu mujer”; de esta forma, la mujer entra en pánico, y quien recibe su denuncia
policial le dice: “piénselo, puede costarle el trabajo y usted se vería perjudicada”.
6. La reglamentación desarrolla con amplitud el concepto de relación desigual de poder,
que se configura por prácticas socioculturales históricas basadas en la idea de la
inferioridad de las mujeres o la superioridad de los varones, o en conductas
estereotipadas de varones y mujeres, que limitan total o parcialmente el reconocimiento
o goce de los derechos de ellas en cualquier ámbito en que desarrollen sus relaciones
interpersonales.

7. La reglamentación también contempla el marco regulatorio en torno a la violencia


sexual, la violencia económica y patrimonial, la violencia laboral, la violencia contra la
libertad reproductiva, y la violencia mediática.

III. Conclusión [arriba]

Estas reflexiones podrían ser sólo una aproximación a la tan compleja y


multidimensional problemática de la violencia contra las mujeres; quedó clara la
importancia que el derecho y el género pueden permearse mutuamente para arribar a
soluciones justas y reparadoras de los derechos de las mujeres.

En cuanto a los derechos de las mujeres como derechos humanos, no fueron una
concesión gratuita sino el fruto de las luchas de muchas mujeres que sostuvieron en el
tiempo las reivindicaciones de igualdad y equidad, sabiendo que cada piso o estándar de
derechos conquistado puede convertirse en un techo o en un retroceso ante los embates y
disciplinamientos de los modelos patriarcales que aún dan batalla. No perder de vista la
progresividad de los derechos de las mujeres es el compromiso.

Como mensaje final es útil señalarse la importancia del trabajo conjunto e


interdisciplinario a fin articular los recursos existentes, tanto para la prevención de la
violencia como para su erradicación. Tal vez la tarea más difícil y a más largo plazo es
desmantelar los estereotipos y las prácticas que naturalizan la violencia en todos los
ámbitos, incluso el de la justicia, que no es ajena a los modelos patriarcales y machistas
que formatearon a la sociedad en su conjunto.

Notas [arriba]
[1] Abogada Especialista en Género y Derechos Humanos. Asesora del Área
Internacional del Instituto Nacional de la Mujeres (INAM); anteriormente, integrante del
Ministerio de Relaciones Exteriores y Culto Secretaría de Derechos Humanos y Mujer.
Participación de los procesos de elaboración de leyes y decretos relacionados con
derechos de las mujeres, de la confección de los Informes Internacionales ante Naciones
Unidas de CEDAW y BELÉM DO PARÁ, y a nivel regional para CEPAL y
MERCOSUR. Capacitadora de la Diplomatura de Violencia de Género de INAM e
Instituto de Capacitación de la Administración Pública Nacional (INCAP).
[2] Cfr. https://www.c sjn.g ov. ar/om /femicid ios.htm l.
[3] Cfr. Facio, Alda, Hacia otra teoría crítica del derecho, en AAVV, Género y Derecho,
Santiago de Chile, La Morada, 1999, passim.
[4] Ruiz, Alicia E. C., Cuestiones acerca de Mujeres y Derecho, publicado en http://rio
m.j usbaire s.gob.ar/ sites/d efault/ files/riom _cues tion es_acerca_ de_muj eres_y_der
echo_a_ruiz. pdf.
[5] Cfr. Facio, Alda…op. citada, passim.
[6] Cfr. Bartlett, Katharine T., Métodos feministas en el Derecho. Aproximaciones
críticas a la jurisprudencia peruana, Lima, Palestra, 2011, passim.
[7] La Declaración Universal de los Derechos Humanos (DUDH) es un documento
declarativo adoptado por la Asamblea General de las Naciones Unidas en su Resolución
217 A (III) el 10/12/1948 en París; en sus 30 artículos recoge los derechos humanos
considerados básicos (http://ww w. un.or g/es/ docu ments/ udhr/).
[8] La Convención Americana de Derechos Humanos (también conocida como Pacto de
San José de Costa Rica) fue suscripta tras la Conferencia Especializada Interamericana
de Derechos Humanos el 22/11/1969 en la Ciudad de San José en Costa Rica, y entró en
vigencia el 18/07/1978. Es una de las bases del sistema interamericano de promoción y
protección de los derechos humanos.
[9] El hombre puesto como parámetro de lo humano fue el hombre blanco, heterosexual,
por lo general occidental, y de preferencia con recursos económicos. Es decir, ese
modelo de lo humano también dejó de lado al hombre negro, homosexual, pobre,
analfabeto, etc.
[10] La Organización de las Naciones Unidas [ONU] organizó cuatro conferencias
mundiales sobre la mujer, que se celebraron en Ciudad de México (1975), Copenhague
(1980), Nairobi (1985) y Beijing (1995). A esta última siguió una serie de exámenes
quinquenales. La Cuarta Conferencia Mundial sobre la Mujer, celebrada en Beijing en
1995, marcó el punto de inflexión para la agenda mundial de igualdad de género. La
Declaración y Plataforma de Acción de Beijing, adoptada de forma unánime por 189
países, constituye un programa en favor del empoderamiento de la mujer (http://www.u
nwo men. Org /es/h ow-we- work/ inte rgove rnment al-sup port /world –conf erence s-
on-w omen #stha sh.5ff 6a 4Vx.dpuf).
[11] En adelante CEDAW.
[12] Ver el Protocolo Facultativo en http://www. Ohchr .or g/Do cuments /HRB odies/
CEDAW /OP_CE DAW_ sp .pdf.
[13] El 25/06/1993 la Conferencia Mundial de Derechos Humanos dio nuevos pasos
históricos para promover y proteger los derechos de las mujeres, los niños y los pueblos
indígenas, pues se apoyó la creación de un nuevo mecanismo, es decir, del Relator
Especial sobre la violencia contra la mujer, que finalmente se designó en 1994. En esa
misma Conferencia se recomendó la proclamación por la Asamblea General de un
decenio internacional sobre los pueblos indígenas del mundo, que dio lugar a la
proclamación de dos decenios (1995-2004 y 2005-2014), y se planteó la ratificación
universal de la Convención sobre los Derechos del Niño para el año 1995; en la
actualidad sólo restan ratificarla Somalia y Estados Unidos de América.
[14] Sobre el alcance de los derechos de la mujer como Derechos Humanos cotejar al
Alto Comisionado en Derechos Humanos de Naciones Unidas: http://www. Ohchr
.org/Do umen ts/Pu blications /HR-PU B-14 -2_SP .pdf.
[15] La Comisión de Derechos Humanos, en su resolución 1994/45 adoptada el
04/03/1994, nombró un Relator Especial sobre la violencia contra la mujer, sus causas y
consecuencias. Desde marzo de 2006 la Relatora Especial informa al Consejo de
Derechos Humanos, en base a su decisión 1/102. El mandato de la Relatora Especial se
renovó por última vez en 2013, con la Resolución 23/25 (http://ww w.ohchr. org/SP/Issu
es/SRWome n/ Pages/SR Wome nInd ex.a spx).
[16] Ver la Conferencia Internacional del Trabajo de 2008; los Convenios y
Recomendaciones de la OIT que se destacan sobre empoderamiento económico de las
mujeres son, en particular, el Convenio 189 sobre Trabajo Decente para Trabajadoras y
Trabajadores Domésticos, el Convenio 183, y los Convenios 100, 111, 156, 159 y las
Recomendaciones 191, 202 y 204 (http://w ww.ilo.org/ gender/ Abo utus/IL OandG
enderEq uality/la ng –es /in dex.htm).
[17] Cfr. http://www . un. org/ es/abo utun/str ucture /pdf/un- system –char t-col or-
sm.pdf.
[18] La Comisión Interamericana de Mujeres (CIM) es el único foro político
hemisférico para derechos de las mujeres y la igualdad de género en las Américas (
http://w ww.o as.org /es/cim/ - CEPAL: Asuntos de Género tiene un papel activo en la
incorporación de la perspectiva de género en el ámbito del desarrollo regional de
América Latina y el Caribe y ttp://www.cepa l.o rg/e s/areas -de-t raba jo/as unt os-de-
gene ro).
[19] Cfr. Reunión de Ministras y Altas Autoridades de la Mujer del Mercosur
(RMAAM) en http://www .mercos ur.int/ inno vapo rtal/v /7222/2/ innova .f ro nt/reunio
n-de-ministra s-y -altas-au toridad es-d e-la-muj er-rmaam.
[20] Cfr. Asamblea General de Naciones Unidas. Transformar nuestro mundo: la
Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible, A/RES/70/1 del 21/10/2015 [http://ww
w.un.or g/sustain able devel opme nt/es /obje tivos -de-de sarro llo-sosteni ble/].
[21] Cfr. http://w ww .oa s.o rg/es /cidh /de cisione s/cas os.asp.
[22] Las ratificaciones de Convenciones Internacionales en Argentina se tratan en el
Congreso Nacional, y son aprobadas con media sanción de cada Cámara (Senadores/as y
Diputados/as).
[23] Esto significa que todos los artículos de la norma internacional o regional tienen el
mismo peso jurídico, en el sistema legal argentino, que los artículos de la Constitución
Nacional, motivo por el cual abre numerosos espacios y argumentos de lucha para las
mujeres.
[24] Cfr. Preámbulo de la Declaración sobre la Eliminación de la Violencia contra la
Mujer, adoptada por la Asamblea General de las Naciones Unidas por Resolución
48/104 del 20/12/1993. Expresión retomada en la Plataforma de Acción de Beijing,
párrafo 118 (1995).
[25] Cfr. http://www.cn m.g ob.ar /ceda w.php.
[26] Ver Protocolo Facultativo en http://ww w.oh chr.org SP/P ro fessio nalInte rest/P
ages/OP C EDAW .aspx.
[27] Sobre el particular, contrastar el procedimiento en http://w ww .oh chr. org/ Doc
ume nts/Pub licat ions/F actSh eet 7R ev2_s p.pdf.
[28] Si se quiere, recurrir para su lectura a http://www. oas.org/juri dico/spanish/ trat
ados/a- 61.html.
[29] Cfr. Mecanismo de Seguimiento de la Convención interamericana para Prevenir,
Sancionar y Erradicar la violencia contra la mujer (MESECVI) en http://ww w.oas .org/
es/mes ecvi /nos otros .asp.
[30] Para ver los Informes Nacionales y Recomendaciones para Argentina, ingresar a
http://w ww.o as.o rg/es/ mes ec vi/i nfor mesn acio nales. asp.
[31] Consultar el texto legal en http://serv icios.in fole g.gob .ar/inf oleg Intern et/anex
os/9 0000 -94 99 9/9 3554 /norm a.htm.
[32] La Ley nacional 24417 rige en todos aquellos casos que no regula la Ley nacional
26485; a tal fin, ver el artículo 42 de esta última.
[33] Puede consultar el texto legal en http://w ww.cnm .gov.ar/legN ac/Ley _26485 _de
cre to_ 1011.pdf.
[34] Se dice que una ley es de orden público cuando por su contenido se ubica en una
jerarquía superior del ordenamiento jurídico y adquiere carácter de imperativa.
[35] Cotejar el Plan de Acción Nacional 2017-2019 en http://www.c nm.g ov.ar/ pn
acerrv iomuj .php.
[36] Los tipos penales son la descripción exacta de las conductas (por acción u omisión)
que se consideran delito y a los que se les asigna una sanción o pena.
[37] Se creó en el ámbito del Ministerio de Justicia y Derechos Humanos de la Nación la
Comisión Nacional Coordinadora de Acciones para la Elaboración de Sanciones de
Violencia de Género (CONSAVIG), con el objetivo de implementar en conjunto con
organismos nacionales, provinciales y municipales, y organizaciones sociales, las tareas
vinculadas con la elaboración de sanciones a la violencia de género establecidas por la
Ley 26485 (http://w ww .jus.go b .ar/ar eas-te maticas /violenc ia-de- gener o.aspx).
[38] De acuerdo con el artículo 435 y siguientes del nuevo Código Civil y Comercial de
la Nación el divorcio por presentación conjunta (bilateral) o por pedido de uno/a de
los/as cónyuges (unilateral) son nuevas figuras aceptadas. Se debe elaborar un plan y
presentarlo ante el/la juez, y proponer cómo se organizará la vida familiar desde
entonces: los gastos, la vivienda, los/as hijos/as, las deudas, etcétera. Y la otra persona
que integra la pareja podría enterarse de esa decisión al recibir la notificación judicial.

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