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Buenos días, mi nombre es Francisca Zubiaga y Bernales, nací en Oropesa, Cusco, Perú, el

11 de septiembre de 1803. Conocida como ‘La Mariscala’, fuí la primera y única mujer en
llegar a la cúspide del poder del Perú en mi época, en otras palabras la primera política de
nuestro país en sus inicios como República, también fuí esposa de Agustín Gamarra,
Presidente del Perú en los años 1829 y 1833.

Fuí hija de la cusqueña criolla Antonia Bernales y del contador español Antonio de Zubiaga,
por lo tanto nací como mestiza. Cuando tenía alrededor de 12 años expresé mi deseo de
entregarme a la espiritualidad y de ir a un convento para convertirme en monja, sin
embargo, a los 17 años me tuvieron que retirar de ese convento por la exigencia que yo
mostraba. Años más tarde de mi retiro conocí a Agustín Gamarra, “el prefecto”, como lo
llamaban, del Cusco donde finalmente terminaría siendo mi marido a los 21 años. Desde
ese momento mi vida cambiaría por completo, pues desde que me casé con Agustin me
empecé a relacionar con la vida política y los líderes de la época, además de recibir el
apodo de “Doña Pancha”. Goberné Cusco al lado de mi esposo, recibí otro apodo como “La
prefecta” e impuse algunas de mis creencias sobre las tierras que gobernaba, levante el
colegio “Educandas” y reformé el plan de estudios para que las mujeres cusqueñas también
pudieran aprender matemáticas y ciencias, materias que entonces estaban reservadas
solamente para hombres. Gracias a estas gestiones, muchas mujeres se forjaron con
educación más allá de su alcance para la época, algunas de ellas fueron grandes mujeres
reconocidas en la historia. Mi reconocimiento como una mujer fuerte y valiente nació cuando
acompañé a mi esposo a la expedición a Bolivia del año 1828. Vestida con ropas militares,
una voz de mando, con un buen manejo de las pistolas y la espada dirigí al pueblo a una
victoria contra las tropas gran colombianas que yacían en el límite entre Bolivia y Peru,
desde ese entonces fuí apodada como “La Mariscala”. En los años en los que estuve en la
cúspide del poder, me encargué de dirigir el Perú mientras Agustín Gamarra combatía
levantamientos en contra de su gobierno en diferentes partes del país, principalmente con la
producción nacional frente a la extranjera y haciendo alianzas políticas, mi esposo y yo
éramos como, el poder militar y el poder político.

En 1833, el gobierno cae y asume la presidencia Luis José de Orbegoso. No me agrado esa
noticia ya que esperaba que Pedro Bermúdez asumiera el cargo ya que lo había preparado
como sucesor, sin embargo pasó, por lo cual preparé una rebelión en la cual fracasé y tuve
que escapar encubierta a chile como exilio donde finalmente morí el 8 de mayo de 1835 a la
edad de 32 años por tuberculosis.

Después de todos esos años de lucha enfrentando a mis problemas cotidianos e inclusive a
los estereotipos de la mujer, me considero una persona resiliente, pues, viví en una época
en donde los altos cargos sociales y políticos los manejaban los hombres, yo como mujer
me enfrente a batallas, a mis opositores y con mi gran esfuerzo logre ser reconocida en mi
patria, ya que todos pueden lograr diferentes metas no independientemente de cómo hayan
nacido, sino de cómo forjan sus virtudes a lo largo de su vida y no solamente me considero
alguien resiliente, también como un ejemplo de la participación que tuvieron las mujeres en
el Perú republicano durante y después de la lucha por la independencia.

Gracias.

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