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y estructura
El sistema circulatorio de las aves está conformado por el corazón (de cuatro
cavidades, similar al de los mamíferos), arterias y venas que transportan nutrientes,
oxígeno, dióxido de carbono, residuos metabólicos, hormonas y la temperatura.
Este modelo de sistema circulatorio es bastante eficiente, ya que permite a las aves
satisfacer sus necesidades metabólicas para poder volar, correr, nadar o bucear. Este
sistema no solo distribuye el oxígeno contenido en la sangre a las células del cuerpo,
también remueve el desperdicio producto de los procesos metabólicos y mantiene la
temperatura corporal del ave (Lovette & Fitzpatrick, 2016).
Las aves, como los mamíferos, tienen un corazón de cuatro cavidades (dos ventrículos
y dos aurículas), donde se realiza un proceso completo de separación de la sangre
oxigenada de la sangre que no lleva oxígeno. El ventrículo derecho bombea sangre a
los pulmones, mientras que el ventrículo izquierdo debe generar presión para
bombear la sangre a través del cuerpo (D’Elgin, 1998).
Las aves tienden a tener corazones más grandes que los mamíferos en proporción al
tamaño de sus cuerpos. El corazón de las aves es de tamaño relativamente grande,
pues debe cubrir las necesidades metabólicas requeridas para volar.
Los colibrís, pese a su pequeño tamaño, son las aves tienen un corazón de mayor
tamaño comparado con las proporciones del resto de su cuerpo. Esto se debe a que el
aleteo constante de sus alas demanda un alto consumo de energía.
Estructura del sistema circulatorio en aves
Corazón
Las aves más pequeñas tienen corazones especialmente grandes comparados con su
tamaño, pues requieren de más energía para poder volar. Por otro lado, el corazón de
las aves bombea más sangre por minuto que el corazón de los mamíferos.
La velocidad del latido del corazón es menor, pero el volumen de sangre bombeada es
mayor en las aves que en los mamíferos. Sin embargo, el corazón de las aves tiene un
solo arco aórtico ubicado al lado derecho del cuerpo, mientras que el corazón de los
mamíferos tiene el mismo arco al lado izquierdo.
Venas y arterias
La sangre localizada al interior del cuerpo de las aves fluye a través de diferentes tipos
de vasos sanguíneos conocidos como arterias, arteriolas, capilares y venas. Cada uno
de estos canales cumple funciones diferentes, como se puede ver a continuación.
Arterias: llevan la sangre oxigenada desde el corazón hasta las células del
cuerpo.
Arteriolas: distribuyen la sangre directamente a los tejidos y órganos que más
la necesitan, por medio de procesos de vasoconstricción y vasodilatación.
Capilares: realizan un intercambio entre nutrientes, gases y productos
residuales entre la sangre y las células del cuerpo.
Venas: pueden ser de gran tamaño o de menor tamaño (vénulas) y se encargan
de conducir la sangre de vuelta al corazón para que vuelva a ser oxigenada y
bombeada nuevamente al resto del cuerpo.
Algunas de las arterias más importantes del sistema circulatorio de las aves son las
siguientes:
Carótida: lleva la sangre a la cabeza y al cerebro.
Braquiales: llevan la sangre a las alas.
Pectorales: transportan la sangre que va directamente a los músculos
pectorales, necesarios para volar.
Arco sistémico: también llamado aorta, se encarga de llevar la sangre a todas
las partes del cuerpo, excepto los pulmones.
Arterias pulmonares: transportan la sangre que va hasta los pulmones.
Celiacas: son la rama más importante que se desprende de la aorta
descendiente. Se encargan de llevar la sangre a los órganos y tejidos en la parte
superior del abdomen.
Arterias renales: transportan la sangre que va a los riñones.
Femorales: llevan la sangre que va a las patas y la arteria caudal se encarga de
irrigar la cola.
Mesentérico posterior: se encargan de llevar la sangre a los órganos y tejidos
en la parte baja del abdomen.
La sangre repartida por las arterias alrededor del cuerpo, vuelve a fluir hasta el
corazón, directamente hacia la primera cavidad o aurícula derecha a través de las
venas.
Oxigenación de la sangre
En los pulmones, la sangre nuevamente es oxigenada y se desplaza hasta la aurícula
izquierda del corazón, desde la cual es bombeada al ventrículo izquierdo.
Esta última cavidad por la que pasa la sangre, es la más fuerte y musculosa de todas,
pues tiene la labor de bombear la sangre a través de las arterias que irrigan todo el
cuerpo. Por lo tanto, el ventrículo izquierdo tiene una gruesa pared de músculo que le
permite cumplir con esta importante tarea (Farner & King, 1972).