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EL OBJETO ARTÍSTICO COMO HECHO CREATIVO

ASOCIADO A LA ARQUITECTURA.
EL ESPACIO PÚBLICO Y LO URBANO
El espacio público como expresión artística
arquitectónica de lo urbano
DR. C. IVÁN PAREDES NAVARRETE.
El desarrollo de una urbe y su espacio público-urbano, siempre estará
implícitamente integrado al ámbito artístico y arquitectónico, con objeto de
viabilizar una cohesión estética urbanística entre la sociedad y su entorno.
Se enfatiza que a nivel del espacio público convergen áreas abiertas entre
edificaciones y diversas entidades concretas dentro de una urbe, que
paulatinamente se constituyen en elementos indispensables para la vida
urbana.

Al respecto, diversos expertos como Camilo Sitte (1889), en su libro construcción de


ciudades, según principios artísticos, a finales del siglo XIX, estableció una profunda
relación existente entre edificaciones y espacios urbanos, en concordancia con las
normativas de la estética creatividad que estaba vigente por aquel entonces. Inclusive
destaca la participación de la naturaleza y su consustancial armonía con los espacios
urbanos. sus teorías se fundamentan en el análisis pormenorizado de las formas de los
espacios públicos y su influencia en el diseño artístico-arquitectónico urbano

De acuerdo con Rob Krier (1979), en su obra el espacio urbano, analiza diversos
ejemplos de plazas medievales europeas, resume las formas de los espacios urbanos y
recalca que la variedad configurada alrededor de calles y plazas confiere carácter y
personalidad propia a la ciudad. Con respecto al diseño artístico-arquitectónico
urbano, este estudioso circunscribe los tradicionales espacios urbanos europeos, con las
formas variadas como planificador ejemplo exitoso de vivienda moderna en constante
evolución estética.
En este sentido kevin lynch (1960), define los cinco elementos urbanos: senderos,
bordes, distritos, nodos e hitos, al argumentar que una ciudad debe poseer personalidad,
presentar constancia y uniformidad entre sus elementos, con posibilidad de consentirla y
sentirla, distinguirse y tener sentido. También destaca la importancia de la percepción de
las personas como protagonistas en la cuestión del espacio público.

También se estima que, en cuanto a la percepción artística arquitectónica del espacio


público urbano, lo esencial que se advierte no es el volumen de cada edificación, sino el
espacio configurado por sus fachadas, pues se sostiene que cada edificio constituye
como parte primordial de los lienzos paisajísticos del espacio público urbano, y su
vinculación entre ambos determina directamente, una armoniosa amalgama artística
arquitectónica del espacio propio.

Se sostiene que toda intervención conlleva a establecer relaciones entre el observador y


las cualidades del paisaje, sus elementos, a través de la escala y proporción, las
características del recorrido, las superficies sobre las cuales se movilizan las personas,
los objetos que ofrecen confortabilidad y los que animan los espacios públicos, bien sea
por su utilidad o por la significación artística arquitectónica que adquieren. Todo lo cual
se traduce en distancias accesibles al cuerpo y visión humana.

Fusterlandia: El mágico barrio


habanero del Gaudí caribeño.
Fue bautizada como Fusterlandia por
un periodista estadounidense, y por
ese nombre ya todos conocen este
sitio de la localidad costera de
Jaimanitas, convertido desde hace 25
años en un proyecto comunitario
transformador, gracias al ingenio del
artista cubano José Antonio
Rodríguez Fuster.
Fachadas, muros, bancos y paradas
de ómnibus de este pintoresco barrio
ubicado en el extremo más
noroccidental de la habana recuerdan
el estilo que el arquitecto catalán
Antonio Gaudí impregnó en
Barcelona, especialmente en el
“Parque Guell”.

Hasta ese sitio apartado en la geografía habanera llegan diariamente decenas de turistas
de diversos lugares del mundo, interesados en caminar por uno de los barrios más
famosos de la habana.
Los tanques decorados para almacenar agua, muy típicos de hogares cubanos, también
forman parte de la recreación del lugar, así como llamativas son las entradas de casas
con frases poéticas o los nombres de sus propietarios.
La primera piedra de Fusterlandia fue la puerta de entrada, en homenaje a
Brancusi y fruto de una amplia colección de cerámica que poseía el artista desde
los años ochenta, cuando fue un ceramista muy reconocido. “Me dije, para qué voy
a vender esas piezas, las voy a poner aquí, para que el público las mire. A partir de
entonces, pensé que sería buena idea seguir haciendo lo mismo”.

EL ESPACIO PÚBLICO
“Todo lo que deviene público puede ser visto y oído por todos.
Lo público significa el propio mundo, ya que es común a todos nosotros y
distintos, a la vez, nuestro lugar en él”.

Arendt, Hanna (2005) “La condición Humana”.

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