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UNIVERSIDAD NACIONAL DE TIERRA DEL FUEGO,

ANTÁRTIDA E ISLAS DEL ATLANTICO SUR

INTRODUCCIÓN AL CÁLCULO

Guía 1: Sucesiones lineales

2013
INTRODUCCIÓN AL CÁLCULO 2

1. ALGUNAS SUCESIONES FAMILIARES

Algunas sucesiones numéricas ya nos resultan familiares, por haber trabajado con ellas en el
Curso de Iniciación Universitaria. En muchos casos les asignábamos un nombre y una letra, para
distinguirlas unas de otras, como mostramos en el siguiente cuadro:

Sucesión de los Primeros 5 términos Representación matemática (y coloquial)


números... de un término
Naturales 1,2,3,4,5 N(7)  7 (El séptimo número natural es el 7 )

Pares 2,4,6,8,10 P(3)  6 (El tercer número par es el 6 )

Impares 1,3,5,7,9 I(6)  11 (El sexto número impar es el 11 )

Triangulares 1,3,6,10,15 T(4)  10 (El cuarto número triangular es el 10 )

Cuadrados 1,4,9,16,25 C(6)  36 (El sexto número cuadrado es el 36 )

Cuadro 1: Algunas sucesiones familiares

¿Forma recursiva o forma explícita? Esta disyuntiva se nos planteó muchas veces en el
C.I.U. Recordemos que usábamos la forma recursiva para obtener el valor de un término,
ubicado en una determinada posición, calculándolo a partir del valor del término anterior (por
ejemplo, T(7)  T(6)  7  21  7  28 ). Por otra parte, usábamos la forma explícita para obtener
7(71)
un término, conociendo únicamente su posición (por ejemplo, T(7)   28 ).
2

Ejercicio 1. Consideremos el Cuadro 2. A partir de lo señalado en el párrafo anterior, verificar la


validez de las expresiones ya volcadas, y completar los casilleros vacíos. Sugerencia 1: plantear
previamente unos cuantos casos particulares puede servir para recordar las formas generales.
Sugerencia 2: chequear si las formas generales halladas dan resultados correctos cuando las
aplicamos a casos particulares.

Sucesión de los Forma recursiva Forma explícita


números...

Naturales

Pares P(n  1)  P(n)  2; P(1)  2 P(n)  2  n

Impares I(n)  2  n  1

Triangulares

Cuadrados C(n  1)  C(n)  2  n  1; C(1)  1

Cuadro 2: Formas recursivas, formas explícitas.


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Así como sumamos números impares, podemos sumar números pares. Para abreviar, vamos
a introducir la notación P(11) para indicar la suma de los primeros 11 números pares:

P(11)  P(1)  P(2)   P(10)  P(11)  2  4   20  22

El valor de P(11) puede calcularse, por ejemplo, en la forma

P(11)  2  (1  2   10  11)  2  T(11),


(1.1)

siendo T(11) el undécimo número triangular; aunque también puede calcularse P(11) en la for-
ma
 P(1)P(11)  11
(1.2) P(11)  P(1)  P(2)   P(10)  P(11) 
2

Ejercicio 2. Calcular el valor de P(79) y P(258) , aplicando tanto (1.1) como (1.2).

Ejercicio 3. Proporcionar, aplicando las ideas de (1.1), una expresión explícita para P(n)
P(n)  P(1)  P(2)   P(n  1)  P(n)

Ejercicio 4. Proporcionar, aplicando las ideas de (1.2), una expresión explícita para P(n)
P(n)  P(1)  P(2)   P(n  1)  P(n)

Ejercicio 5. En cada uno de los dos ejercicios previos calculamos una expresión explícita para
P(n) . Es más o menos claro que ambas expresiones deberían ser equivalentes. Comprobar que lo
son.

Se presentan entonces dos situaciones, dos tipos concretos de sucesiones, hecho que puede
apreciarse tanto en las ecuaciones de recurrencia como en las formas explícitas que describen
cada sucesión.

Por un lado, tenemos un primer tipo de sucesiones, cuyas ecuaciones de recurrencia indican
que la diferencia entre términos consecutivos tiene siempre el mismo valor (es constante) y que,
como consecuencia de este comportamiento, se pueden describir por fórmulas explícitas como
las que se indican:

N(n  1)  N(n)  1, N(1)  1  N(n)  n

(1. 3) I(n  1)  I(n)  2, I(1)  1  I(n)  2n  1

P(n  1)  P(n)  2, P(1)  2  P(n)  2 n

Esta condición tan particular de las sucesiones de (1.3), de que la diferencia entre términos
consecutivos sea constante, es la que justifica la validez de los métodos que desarrollamos para
sumar términos consecutivos de las mismas.

Por otro lado, las sumas de los términos de estas sucesiones dan lugar al segundo tipo de
sucesiones: los números triangulares, como suma de naturales consecutivos; los cuadrados, co-
mo suma de impares consecutivos, etc. En todos estos casos, las sucesiones resultantes se
describen por ecuaciones de recurrencia como las que resumimos a continuación:
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n(n1)
T(n  1)  T(n)  n  1, T(1)  1  T(n) 
2

(1. 4) C(n  1)  C(n)  2  n  1, C(1)  1  C(n)  n


2

P(n  1)  P(n)  2  (n  1), P(1)  2  P(n)  n  (n  1)

Las sucesiones presentes en (1.4) son de una naturaleza diferente de las de (1.3): la
diferencia entre términos consecutivos ya no es constante, sino que va variando, conforme varía
el valor de n .

Ejercicio 6. Verificar que las diferencias entre términos consecutivos planteadas en (1.4) son
válidas.

Ejercicio 7. Calcular las diferencias que siguen.

a. N(n  87)  N(n) d. P(2  n)  P(n)


2
b. I(n  102)  I(n) e. I(n )  I(n)

c. P(n  10)  P(n  14)

Llegamos a una instancia en la cual distinguimos claramente los dos tipos de sucesiones
considerados. Y si bien sumando las sucesiones de (1.3) obtenemos las de (1.4) lo cual muestra
la profunda relación entre ambos tipos de sucesiones , es el momento de indagar sobre las
particularidades de cada una, atisbar sus respectivas propiedades.

2. DIFERENCIA CONSTANTE ENTRE TÉRMINOS CONSECUTIVOS: EL MODELO LINEAL

En esta sección vamos a estudiar más en detalle las sucesiones que dieron origen a toda la
discusión: aquellas para las cuales la diferencia entre términos consecutivos es constante. En el
cuadro (1.3) hemos presentado algunas, proporcionando tanto sus recurrencias como sus
expresiones explícitas.

En la Figura 1 aparecen nuevamente unas imágenes construidas con escarbadientes. Vamos


a representar por F(n) la cantidad de escarbadientes que se requieren para armar la figura que
aparece en la posición n de la sucesión. Contemplando las figuras, encontramos que los valores
de F(5) , F(8) y F(12) son 21 , 33 y 49 , respectivamente.

Figura 1. Una sucesión de cuadrados con sus diagonales.


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En primer lugar notamos que, aun cuando no contemos con términos consecutivos,
igualmente podemos imaginar el comportamiento de la sucesión, el modo en que se van
construyendo sus términos. Los ejemplos previos nos llevan a pensar, con razón, que la
diferencia entre términos consecutivos podría ser un valor constante que, por el momento, no
conocemos. No es difícil encontrar dicho valor, pero lo que más nos interesa en este momento,
es extraer de este caso particular (y de los anteriores) algunas estrategias de índole general, que
puedan aplicarse, no sólo a estos problemas concretos, sino a cualquier problema con
características similares. Dado que estamos asumiendo que la diferencia entre dos términos
consecutivos cualesquiera toma siempre el mismo valor, es posible entonces representar dicha
cantidad desconocida por un símbolo. Para eso elegimos, en forma arbitraria, una letra griega
mayúscula: la letra en cuestión es  , y se lee delta. Con estos símbolos, escribimos

(1.5) F(8)  F(5)  (8  5)  ,

lo que expresa que el octavo término se obtiene a partir del quinto término, sumando 8  5  3
veces la cantidad . En forma similar, podemos plantear otras ecuaciones que involucran a . :

(1.6) F(12)  F(5)  (12  5)  , F(12)  F(8)  (12  8)  .

Como el valor de  es independiente de los términos de la sucesión que consideremos, se puede


calcular utilizando tanto (1.5) como (1.6). Es decir, es suficiente con resolver alguna de las
ecuaciones allí presentes para calcularlo. Así, debe verificarse que:

F(8)F(5) F(12)F(5) F(12)F(8)


  
85 125 128
Realizando los cálculos correspondientes, llegamos entonces a que todas las ecuaciones
planteadas tienen la misma solución:   4 . ¿Cómo interpretamos, en términos de nuestro
problema, que   4 sea la solución de las ecuaciones planteadas? Significa que cada nuevo
término se obtiene sumándole 4 al anterior. En concreto, que el problema se puede describir
mediante la siguiente recurrencia:

(1.7) F(n  1)  F(n)  4, F(5)  21.

Ejercicio 8. Aparentemente, la recurrencia (1.7) no contempla los términos anteriores a F(5) . Si


avanzamos, es decir, si vamos sumando 4 , obtenemos los valores de los términos posteriores a
F(5). Entonces, ¿por qué no restar sucesivamente 4 , para obtener los términos anteriores a F(5) ?
¿Coinciden estos resultados con lo sugerido por la Figura 1?

Como imaginamos, la recurrencia planteada en (1.7) no es la única posible. Otra recurrencia


posible podría ser, por ejemplo,

F(n  1)  F(n)  4, F(8)  33.

Un aspecto relevante de lo que hemos hecho es haber calculado el valor de  como un


cociente entre la diferencia de los valores de dos términos cualesquiera, no necesariamente
consecutivos de la sucesión, y la correspondiente diferencia entre las posiciones que ocupan. El
tipo de problema que estamos tratando implica que el valor de este cociente es siempre el
mismo. Ésta es la idea fundamental de esta parte del trabajo.
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Continuando esta idea, calcular el valor de F(n) para un n arbitrario o sea, obtener una
expresión explícita para F(n) es casi inmediato ya que, simplemente, debe cumplirse que

F(n)F(5)
(1.8) 4
n5
lo cual, despejando convenientemente, es equivalente a la expresión

(1.9) F(n)  F(5)  4  (n  5)  21  4  (n  5).

Ejercicio 9. Siguiendo lo hecho en (1.8) y (1.9) mostrar que F(n)  33  4  (n  8) es también otra
expresión explícita válida, equivalente a (1.9).

Ejercicio 10. Eligiendo una expresión explícita válida para F(n) , verificar que las siguientes
identidades son válidas para cualquier n .

F(n3) F(n) F(n3) F(n) F(n10) F(n) F(n10) F(n)


 4 y  4
(n3) n 3 (n10) n 10

Ejercicio 11. Verificar que para cualquier n y m , con n  m (¿por qué?) resulta que

F(n) F(m)
4
nm

Estamos en condiciones de resumir las ideas desplegadas. Este problema junto con todos
los que hemos reunido en es un ejemplo de lo que se denomina problema lineal. En un
problema lineal, cada término se obtiene a partir del anterior, sumando siempre la misma
cantidad  , o, también, a partir del término posterior, restando esta cantidad  , constante. En
suma, esta situación nos posibilita  como el siguiente cociente:

F(n) F(m)
(1.10)    4,
nm

siendo m y n dos números arbitrarios. Esta es la principal característica del modelo lineal: la
variación es constante. No importa qué términos concretos consideremos, el cociente (1.10)
tomará siempre el mismo valor.

Nos interesa resaltar un orden, una jerarquía entre ideas. La posibilidad de una expresión
explícita como F(n)  21  4  (n  5) o cualquiera de las otras para describir el problema, es
consecuencia del tipo de problema. El problema es anterior a la “fórmula”; la forma en que
varían los valores de los términos de la sucesión es la que nos habilita a escribir dicha expresión,
y no al revés. En resumen, cuando estemos ante un problema en el cual  toma siempre el
mismo valor, sabemos que estamos ante un problema lineal y en este conocimiento radica la
facultad de describir el fenómeno mediante una expresión explícita de tipo análogo a la (1.9).

Podríamos explayarnos sobre otras particularidades del modelo lineal y la consecuente


función lineal que se utiliza para describirlo. Elegimos concluir esta sección con 4
representaciones gráficas de otras tantas sucesiones, en las cuales, como era de esperarse,
también se hace visible la diferencia entre las sucesiones con  constante y las sucesiones en las
cuales  varía, a medida que varía n .
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Ejercicio 12. A continuación se representan gráficamente los primeros elementos de 4 de las 5


sucesiones presentadas en el Cuadro 1: Naturales, Pares, Impares, Triangulares y Cuadrados.
Indicar qué sucesión representa cada gráfico, y cuál es la sucesión que no aparece representada.

a) b)

c) d)

Ejercicio 13. Indicar, mediante la observación de cada gráfico, en qué casos  se mantiene
constante y en qué casos no.

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