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EL HUMANISMO

¿Cómo cambió la concepción sobre el hombre en el mundo moderno?


En el siglo xv surgió un renovado interés por la cultura grecorromana en algunas ciudades
italianas, donde la tradición clásica había perdurado. Para muchos pensadores, artistas,
científicos y políticos, las obras de la Antigüedad clásica resumían la perfección de la creación
humana, por lo cual debían buscar ahí los elementos para comprender al mundo y al ser
humano.
Una nueva manera de pensar
El término humanismo proviene de la voz humanistas, expresión latina que resumía todo lo que
los hombres de esa época buscaban: la 'plenitud humana', es decir, vivir intensamente la
condición de hombre. El humanismo situaba al ser humano en el centro mismo de la reflexión
para descubrir su origen, su lugar en el universo y su destino. Además, enfatizaba la capacidad
humana de dominar la naturaleza a través de la razón y la experiencia, y exaltaba la dignidad del
hombre en contraposición con el énfasis medieval respecto al conocimiento de Dios.
Los humanistas, sin embargo, no se convirtieron en enemigos de la religión; la mayoría de ellos
eran cristianos. Su aporte fue lograr una síntesis entre la cultura clásica y el cristianismo.
Precursores del humanismo
Desde el siglo XIV aparecieron literatos que escribían siguiendo los cánones de la Antigüedad
clásica. En Sus obras se percibe la exaltación de la razón humana y el desarrollo de un
pensamiento más crítico, en contraposición con el dogmatismo medieval. Por esta razón, se les
considera precursores del humanismo.
Dante Alighieri (1265-1321). Fue el primero en buscar una armonía entre la tradición religiosa
cristiana y la sabiduría clásica. Su producción literaria llegó a su máxima expresión con la
Divina comedia.
Francesco Petrarca (1304-1374). Fue un incansable estudioso de los manuscritos antiguos.
Para Petrarca, el retorno a lo clásico significó la búsqueda de la pureza literaria de los autores
grecolatinos. Escribió obras en latín (África) e italiano (el Cancionero).
Giovanni Boccaccio (1313-1375). Tuvo gran interés por el conocimiento y divulgación de los
textos antiguos, por ello promovió la sabiduría de los escritores clásicos. Su obra más destacada
fue el Decamerón, escrita en italiano.
Los grandes humanistas
El humanismo tuvo tres exponentes principales: Erasmo de Rotterdam (1466-1536). Fue el más
brillante difusor del humanismo. Su objetivo central fue tratar de conciliar el dogma cristiano
con la sabiduría clásica. En su obra más importante, Elogio de la locura, criticó duramente
algunos aspectos de su sociedad, particularmente la crisis moral de la iglesia. Se considera que
con ello preparó el terreno para la Reforma protestante, a la que, sin embargo, nunca se adhirió.
Tomás Moro (1478-1 535). Fue canciller de Inglaterra durante el reinado de Enrique VIll. Pero
cuando se opuso al divorcio del rey ya su política anti-papal, fue procesado y ejecutado. Moro
hizo una profunda reflexión sobre la situación de su sociedad. Su obra Utopía es un verdadero
tratado de crítica social que describe una sociedad ideal en la que sus habitantes gozan de una
vida de felicidad, sin las desigualdades económicas que genera la propiedad privada.
Nicolás Maquiavelo (1469-1527). Es considerado el creador de la ciencia política moderna. En
su obra más importante, El príncipe, analiza las distintas formas de gobierno, así como los
modos de llegar al poder y los métodos para conservarlo, recurriendo a ejemplos tomados de la
historia antigua y del mundo político de su época. La originalidad de su pensamiento consiste en
que separa radicalmente el campo de la política del ámbito de la moral.
Difusión del humanismo
El humanismo se difundió rápidamente por toda Europa, sobre todo a través de academias,
como las de Florencia, Nápoles y Roma; y universidades, como las de Alcalá de Henares en
España, Lovaina en Bélgica o Cambridge y Oxford en Inglaterra. Las ideas humanistas también
se propagaron gracias a la publicación masiva de libros, producto de la invención de la imprenta
en 1440.

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