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Basta de Silencio es un proyecto educativo y de prevención contra el maltrato y la violencia

intrafamiliar que promueve anualmente la Iglesia Adventista del Séptimo Día en ocho países de
Sudamérica, (Argentina, Brasil, Bolivia, Chile, Ecuador, Paraguay, Perú y Uruguay) desde el año
2002 .

La campaña transcurre durante todo el año, pero una de sus principales acciones tiene lugar
siempre el cuarto sábado de agosto. Este es el “Día de Énfasis contra el Abuso y la Violencia”,
cuando se realizan mítines, foros, escuela de padres, eventos de educación contra la violencia y
manifestaciones en América del Sur.

Cada año se elige un tema para ser discutido y abordado con el propósito de sensibilizar a la
comunidad, denunciar a los abusadores y ayudar a las víctimas.

Debido a la pandemia que ha afectado a nuestro planeta, se tuvo que adoptar el distanciamiento
social como estrategia principal para reducir la transmisión del nuevo coronavirus. Uno de los
efectos colaterales de esta medida fue la mayor incidencia de problemas emocionales, como el
miedo, la ansiedad y el estrés, que ya aquejaban a la sociedad en general, pero que se han vuelto
más intensos en muchas familias. Las estadísticas revelan otra pandemia, más silenciosa o
silenciada, es cierto, pero que hay que afrontar con igualdad. Me refiero a la violencia que se
practica en el hogar contra grupos vulnerables, como niños, mujeres y ancianos.

La campaña Rompiendo el Silencio es un proyecto educativo de prevención contra el abuso y la


violencia domestica, promovido anualmente por la Iglesia Adventista del Séptimo Día en ocho
países sudamericanos (Argentina, Brasil, Bolivia, Chile, Ecuador, Paraguay, Perú y Uruguay).
Rompiendo el Silencio se realiza en la División Sudamericana desde el año 2002. 

La Campaña se desarrolla durante todo el año, pero su clímax está en el cuarto sábado de agosto.
Este es el Día de Énfasis Contra el Abuso y la Violencia, cuando se realizan marchas, foros, semanas
de educación contra la violencia y manifestaciones.

Todos los días los medios de comunicación presentan un cuadro de violencia asustador. Niños,
mujeres y ancianos son las víctimas principales. Según la Organización Mundial de la Salud, la
violencia responde por aproximadamente 7% de todas las muertes de mujeres entre 15 y 44 años,
en todo el mundo. En algunos países, hasta el 69% de las mujeres informaron haber sido agredidas
físicamente y un 47% declararon que su primera relación sexual fue forzada. Por esto, la campaña
tiene el objetivo de prevenir y combatir la violencia contra niños, mujeres y ancianos, además de
orientar a las víctimas en la búsqueda de ayuda de los órganos competentes, rompiendo así el
ciclo de la violencia. La violencia doméstica es nutrida por la ignorancia. De esta manera, para
combatir este mal es necesario traerlo al público, examinarlo y darle la solución necesaria. Los
ciudadanos en general deben ser parte de esta solución y el primer paso es la prevención,
buscando alcanzar a todas las edades.

Objetivos

La campaña Rompiendo el Silencio tiene como objetivos:

 Concientizar a la población en general, y en particular a niños, mujeres y ancianos sobre la


importancia de poner un pare a la violencia a través de la enseñanza de reglas simples y
eficaces de prevención y sobrevivencia al abuso.

 Orientar a las familias, padres e hijos, educadores y alumnos, sobre el tema, aclarando en
cuanto a sus derechos y alertando sobre su necesidad de romper el silencio y buscar, junto
a los órganos competentes, el apoyo necesario.

 Promover la paz para un mundo mejor mediante la distribución de panfletos, revistas y


seminarios, formando una opinión pública que la violencia en la familia es inaceptable.

 Rescatar los valores cristianos del amor y respeto al prójimo, fortaleciendo a las familias,
que son la base de los valores.

 Cohibir abusadores.

Justificativa

Mucho se ha dicho sobre violencia doméstica. El gobierno, las ONG, las instituciones religiosas y
las empresas privadas se están uniendo para poner fin a este mal que asola a la sociedad en todos
los niveles. Las noticias aterradoras han dejado al mundo en conmoción. Las imágenes de los
medios de comunicación impresionan a la población.

El abuso infantil, la violencia contra la mujer y el abuso al anciano incluyen gran parte de la
violencia familiar y suceden justamente en el lugar en que las personas deberían sentirse más
seguras, en su propio hogar.

Propuesta

 La campaña Rompiendo el Silencio tiene la intensión de orientar a las víctimas en la


búsqueda de ayuda de los órganos competentes, rompiendo así el ciclo de la violencia.

 Movilizar a las autoridades, educadores y educandos, padres e hijos a fin de sensibilizarlos


sobre la problemática presentada.

Materiales
 Revista Adulto

 Revista Infantil

 Folletos

 Afiches

 Camiseta

 Banner

 Gigantografía

 Adhesivos

 Videos

 Presentación de los seminarios

Temas tratados en la Campaña

 Diciendo no a la violencia

 Yo quiero paz

 Familia: cuídela, ámela y protéjala

 Lecciones de vida: ancianos

 El amor es… claves

 Paz para un mundo mejor

 Cuando lo inesperado sucede

 Su hijo y los peligros de Internet

 Bullying

 Gente importante, inclusión social

 Su hijo y los peligros de Internet

 Traumas de la violencia, caminos de superación

Acciones

Marchas
La Campaña promueve marchas para distribuir folletos y revistas, con la idea de concientizar e
informar a la comunidad.

Charlas

Charlas impartidas en colegios para padres, profesores y alumnos, con la idea de mostrar la
importancia de romper el silencio.

Acciones comunitarias

Acciones comunitarias con presentaciones musicales, teatrales y seminarios se realizan en plazas,


auditorios, centros comerciales y estadios.

La Campaña 2017

Humillación, invasión y amenaza. Sueños deshechos, el corazón herido y sentimientos de que la


vida ya no tiene más sentido.

Cuando a alguien le violan su intimidad y su respeto, las consecuencias más probables son el dolor
y el trauma. Sin importar si el estupro ha ocurrido a la salida de una fiesta o dentro de la casa, el
cuadro es el mismo: un abusador que se aprovecha de una víctima indefensa. Por eso, la ropa, el
ambiente o las circunstancias no pueden ser excusas para este crimen tan grave.

Resulta necesario actuar sin más dilación, a fin de romper el ciclo de explotación de quien está
siendo abusado y proteger a las víctimas potenciales.

Para esto, resultará necesario realizar un esfuerzo conjunto con la intención de discutir acerca de
las posibles soluciones ante este drama que afecta a tantas personas. A fin de poder darse una
idea de cuán cerca está de nosotros este problema – e incluso más de lo que nos imaginamos–, en
el año 2011 la Organización Mundial de la Salud (OMS) estimó que el 70% de las mujeres, en todo
el mundo, sufre de algún tipo de violencia de género a lo largo de su vida.

Por lo tanto, no nos podemos quedar con los ojos cerrados, ni fingir que no vemos lo que sucede a
nuestro alrededor. ¿Hasta cuándo permitiremos que nuestros familiares, amigos y aún
desconocidos sean lastimados por una crueldad que destruye sueños, cierra las puertas, y
promueve la lenta y gradual muerte de la dignidad? Las consecuencias emocionales del estupro y
de otros tipos de violencia pueden ser irreversibles y fatales.

Enfrentados con la gravedad de este escenario, la prevención deberá comenzar por casa. Un
ambiente seguro, en el cual el respeto, el amor y la coherencia se valorizan, puede evitar nuevos
casos y minimizar esta situación.

Sin embargo, la prevención no es responsabilidad solamente de la familia. Todos nosotros,


maestros o amigos, líderes religiosos o políticos, necesitamos involucrarnos en esta causa.
Al leer esta edición, podrás notar que este asunto es grave, y puede provocar serios perjuicios
físicos y psicológicos a la víctima, como así también consecuencias sociales y culturales no menos
preocupantes. Sin embargo, la buena noticia es que la concientización de la sociedad señala hacia
la esperanza. Por eso, desde principios del año 2000, la Iglesia Adventista del Séptimo Día
promueve la campaña anual Rompiendo el Silencio, como una estrategia de prevención de
cualquier tipo de violencia y un sistema de protección de las víctimas. Cuidar a los más
vulnerables, proveerles información a los padres y a los educadores, y por sobre todo ayudar a
disminuir la incidencia de casos de agresión son nuestros objetivos. ¡Únetenos!

MARLI PEYERL es educadora y coordinadora de la campaña Rompiendo el Silencio en América del


Sur.

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