Está en la página 1de 7

Perú: principales problemas según la

opinión pública 2023


 En 2023, la opinión
pública peruana
consideró que los tres
principales problemas
que afectaban a la
sociedad eran la
corrupción, la
delincuencia y la situación
económica del país. Así,
se hace patente la
inseguridad generalizada
en relación a diferentes
ámbitos, como la
economía o el orden
público, y a su vez
la desconfianza hacia la
integridad los políticos,
que deberían ser principales encargados de corregir la situación.

La administración pública, cuestionada por conducta criminal


La detención del expresidente Pedro Castillo por un presunto delito de rebelión y conspiración vino precedida
por la supuesta implicación del mandatario en una trama de tráfico de influencias, organización criminal y
colusión, hechos que le valieron incluso una acusación formal de la Fiscalía. A su nombre hay que sumar los de
otros seis dirigentes de la nación andina acusados de cohecho a lo largo de las últimas tres décadas. Sin
embargo, la corrupción en Perú va mucho más allá y afecta de forma directa a la ciudadanía, incitada a ofrecer
sobornos en numerosas ocasiones por empleados públicos y agentes del orden.

El alza de los precios asfixia a las familias


En los últimos años la inflación en territorio andino se ha visto disparada tanto por factores externos, como
el coste de los combustibles fósiles o los cereales, e internos, tales como la incertidumbre política o la
conflictividad social. Ello ha aumentado la presión sobre la economía familiar, ya muy deteriorada tras los
estragos de la pandemia. La reducción del Producto Interior Bruto (PIB) y la crecida de la tasa de desempleo
fueron algunos de los principales efectos. A su vez, el riesgo de exclusión social y la falta de acceso a recursos
básicos ha repercutido de forma directa en un aumento de la delincuencia y, más en concreto, de los robos.
Principales problemas del Perú La corrupción es uno de los principales problemas en el Perú, estando incluso
por encima de la delincuencia y la pobreza. (Alvaro González Riesle, 1985) reconoce que la corrupción es uno
de los principales problemas que afronta la administración pública en los países de tercer mundo. La
corrupción de los funcionarios de entidades públicas afecta de una manera devastadora al desarrollo
económico, social y político del País, afectando también a la democracia y generando desigualdad entre los
ciudadanos. En el Perú los hechos de corrupción buscan explotar al máximo las debilidades que tiene la
administración pública así también como la sociedad. Castro, (2017) define a la corrupción como la acción y
el efecto de corromper, en otras palabras, depravar, echar a perder, sobornar, pervertir y dañar. Los llamaba
“los podridos”, porque han deshonrado y deshonran las palabras, los conceptos, los hechos y las
instituciones públicas, causando así la que este país sea un desastre. Basadre, (1979). La manera más notoria
de la corrupción es el soborno, la cual se caracteriza por el pago de dinero y otras maneras en las cual se da
favoritismo ante una situación política. Reisman, (1981). Nos encontramos ante una situación muy
desfavorable para el desarrollo del país, ya que los gobernados no confían en sus representantes por todos
los hechos de corrupción que son descubiertos.

En el Clúster 1, se encuentran los departamentos de Amazonas, Apurímac, Ayacucho, Callao, Huancavelica,


Huánuco, Loreto, Madre de Dios, Moquegua, Puno, San Martín y Tumbes. En el Clúster 2, encontramos a los
departamentos, Áncash, Cajamarca, Cusco y Junín. El Clúster 3, los departamentos, Arequipa, Ica, La
Libertad, Lambayeque, Pasco, Piura, Tacna y Ucayali. En el Clúster 4, se encuentra Lima.

Según los resultados de la Tabla 2 se observa en el Clúster 1, que corresponde a 12 departamentos,


presentan un nivel de corrupción del 11%, falta de empleo 11%, mala atención en salud pública en 10%, un
nivel de 11% en el problema de calidad educativa estatal, 12% en pobreza y 11% en delincuencia. Mientras
que al otro extremo se encuentran al departamento de Lima perteneciente al Clúster 4, con un nivel 54% de
corrupción, 47% de falta de empleo, 60% con problemas de mala atención en salud pública, 53% con
problemas de calidad educativa, 36% de pobreza y con 58% en problemas de delincuencia.

CONCEPTO

Los problemas son asuntos que implican algún tipo de inconveniente o trastorno y que exigen una solución.
Cuando aparece un problema, éste supone una dificultad para alcanzar un objetivo. Social, por su parte, es
un adjetivo que refiere a lo que está vinculado a la sociedad. Una sociedad es una comunidad formada por
personas que interactúan entre sí y que tienen una cultura en común. Los problemas sociales, por lo tanto,
son situaciones que impiden el desarrollo o el progreso de una comunidad o de uno de sus sectores. Por
tratarse de cuestiones públicas, el Estado tiene la responsabilidad y la obligación de solucionar dichos
problemas a través de las acciones de gobierno. Puede decirse que un problema social surge cuando muchas
personas no logran satisfacer sus necesidades básicas. Que un sector de la población no logre acceder a los
servicios de salud, la educación, la alimentación o a la vivienda, supone un problema social. El gobierno será
en el encargado de desarrollar las políticas sociales necesarias que permitan revertir el problema social en
cuestión y, de este modo, mejorar la calidad de vida de la gente. La sociedad civil, de todos modos, también
puede trabajar para la solución de los problemas sociales. Existen numerosas organizaciones no
gubernamentales que tienen como finalidad combatir los problemas sociales a través de campañas,
programas de desarrollo, etc. Aunque no existen países sin problemas sociales, la menor cantidad de ellos en
la realidad nacional supone un indicador de desarrollo. A menor incidencia de los problemas sociales en la
vida de la población, mayor progreso.
PROBLEMAS SOCIALES DEL SIGLO XXI

 LA POBREZA
La pobreza es un fenómeno que tiene muchas dimensiones, por lo que no existe una única manera de
definirla. Para efectos de su estudio práctico, la mayor parte de las veces, la pobreza se ha definido como la
incapacidad de una familia de cubrir con su gasto familiar una canasta básica de subsistencia. Este enfoque
metodológico clasifica a las personas como pobres o no pobres. En los últimos 10 años, el Perú, como otros
países de la región, aumentó significativamente los recursos destinados a numerosos programas sociales
para aliviar la pobreza y favorecer el desarrollo de la población de menores recursos. Diversos elementos de
juicio sugieren que se puede mejorar la efectividad de estos programas significativamente. La pobreza en las
zonas rurales.- En el ámbito urbano, la pobreza extrema representa 9.3% del total de la población. En las
zonas rurales, en cambio, este indicador se eleva a casi el triple: 24.5%. Aun así, la situación en las zonas
rurales es dramática. Actualmente, casi uno de cada tres habitantes en estas zonas es pobre extremo.

 DELINCUENCIA
La Seguridad en estos últimos años ha cobrado vital importancia en las Políticas de Estado, pues se está
viendo afectada uno de las principales derechos del hombre "el derecho de vivir en paz" en condiciones
adecuadas para su desarrollo. Pero quizá la problemática específica en este tema de Seguridad Ciudadana
esta en lo urbano más que en lo rural, vinculado principalmente con el aumento de la delincuencia,
alarmantes cifras de homicidios, robos, afectando el normal desarrollo del Capital Humano. La criminalidad y
violencia en el mundo constituyen en la actualidad un problema político social de primer orden, que exige la
necesidad de implementar medidas Concretas para disminuir la violencia urbana en las principales ciudades
del país, en particular contra la delincuencia común, cuyos efectos los padece transversalmente toda la
población. La criminalidad y la delincuencia urbana es una de las manifestaciones más notorias de la
violencia contemporánea. Las ciudades enfrentan altas tasas de delincuencia que amenazan los sentimientos
de seguridad de la población. Vernos libres de la delincuencia, gozar de un ambiente de tranquilidad, estar
protegido contra la violencia en el hogar y en la calle, lograr que las ciudades sean más seguras son
ingredientes indispensables para un desarrollo sostenido.

 CORRUPCIÓN
La corrupción es un fenómeno que afecta la gobernabilidad, la confianza en las instituciones y los derechos
de las personas. Se trata de un fenómeno que no es unitario ni unidireccional, en tanto no se concentra en
un solo sector económico, en una sola institución, y no se explica por un solo factor. Por el contrario, la
corrupción tiene diferentes formas y aparece de manera diversa en el escenario social, político y económico
de nuestro país. Desde la afectación en el acceso a servicios ocasionados por prácticas de pequeña
corrupción, hasta los grandes desvíos de fondos públicos que la gran corrupción ha producido en los últimos
años, es claro que la corrupción afecta a la economía del país y a la economía doméstica de los ciudadanos,
pero también afecta derechos, acceso a servicios, así como a la gobernabilidad y la confianza en el Estado y
en sus funcionarios.
ELEMENTOS DE LA CORRUPCIÓN: Los elementos de la corrupción son:

COMPORTAMIENTO DELIBERADO: Se encuentra lo siguiente:

ACCIÓN: acto intencional para cometer un acto de corrupción.


OMISIÓN: no denunciar o actuar contra la corrupción .al no hacerlo, eres cómplice.
INSTIGACIÓN: acto de provocar o incitar a otras personas a cometer corrupción.

INVOLUCRADOS:  Personas Como:

 Funcionarios públicos

 Empresarios

 Miembros de organizaciones o individuos de la población

 EL DESEMPLEO
Es la Situación en la que se encuentran las personas que teniendo edad, capacidad y deseo de trabajar no
pueden conseguir un puesto de trabajo viéndose sometidos a una situación de paro forzoso". El desempleo
es el ocio involuntario de una persona que desea encontrar trabajo, esta afirmación común a la que se llega
puede deberse a varias causas. Las mismas que citamos a continuación: Cuando existe un descenso temporal
que experimenta el crecimiento económico caracterizado por la disminución de la demanda, de la inversión
y de la productividad y por el aumento de la inflación. La actividad económica tiene un comportamiento
cíclico, de forma que los períodos de auge en la economía van seguidos de una recesión o desaceleración del
crecimiento. En el momento que se da una situación en la que el número de personas que demanda empleo
sobrepasa las ofertas de trabajo existentes, debido a que los elevados salarios reales atraen a un mayor
número de desempleados a buscar trabajo e imposibilitan a las empresas ofrecer más empleo.

 DROGADICCIÓN Y NARCOTRAFICO
Actualmente las drogas están destruyendo a los jóvenes, desmembrando familias, aumentado la inseguridad
en todo el Perú y alternando la economía mundial, ya que éstas son distribuidas de manera ilegal. El tráfico
de drogas es el peor problema de este tiempo, tanto así que los narcotraficantes proveen recursos a los
terroristas, contrabandistas, especuladores, funcionarios corruptos y delincuentes comunes. La lucha contra
el narcotráfico es una prioridad que involucra a todo el mundo, con la cual se busca determinar soluciones
de combate para un mejor desarrollo económico, político y social nacional. Actualmente el consumo de la
cocaína está experimentando un notable aumento, no solo entre la clase social alta y determinados
profesionales, debido a la baja capacidad de la cocaína para producir dependencia física y a sus efectos
estimulantes, que dan la sensación de un aumento de las capacidades de la persona. Generalmente, la
fabricación de cocaína no se hace al por mayor, sino que los laboratorios, muy rudimentarios, trabajan por
encargo, una vez que la operación cuenta con un comprador seguro, que se encarga de todo lo relacionado
con el transporte y distribución de la droga cuyo punto final suele ser Norteamérica o Europa.
SOLUCIONES PERUANAS PARA PROBLEMAS
PERUANOS
Si se toma en consideración los acontecimientos del último mes, del último lustro e incluso del último siglo,
se podría concluir apresuradamente que Perú es ingobernable. Sin embargo, este postulado no toma en
consideración que el problema no radica en la naturaleza del Estado peruano o de su sociedad, sino en
nuestro sistema orgánico presidencialista que en la historia contemporánea ha demostrado que solo
funciona cuando el Presidente de la República ha ganado también las elecciones parlamentarias, pero que
muestra deficiencias cuando la mayoría parlamentaria no es afín al Ejecutivo, lo cual pone en jaque la
estabilidad del país.

Por supuesto, que en una democracia el problema no radica en una inherente dosis de conflictividad entre
los poderes del Estado; no obstante, el verdadero problema para la gobernabilidad adviene cuando el
Parlamento y el Ejecutivo quiebran relaciones, y recurren en demasía a sus prerrogativas constitucionales.
No son pocos los precedentes que demuestran que nuestra forma de gobierno presenta falencias. Por
ejemplo, tanto al final de los años sesenta como a inicios de los años noventa el Parlamento era opositor al
Ejecutivo lo cual provocó diferentes colisiones que terminaron, en ambos casos, en un quiebre del orden
constitucional que indican que el sistema presidencialista mostró disfuncionalidad cuando el Legislativo no
es afín al Ejecutivo. Habiéndonos aproximado mucho a una situación similar cuando en 2018 se intentó
vacar al Presidente de la República.

Esta volatilidad institucional no solo frena las inversiones y aumenta los indicadores de riesgo país, sino que
desconcentra la atención de las autoridades que debería estar dirigida hacia grandes obras reformas que
erradiquen por ejemplo la desigualdad social o que desarrollen vías de penetración hacia lugares alejados
de la costa. Así, en la premura por encontrar soluciones a la crisis por la cual atraviesa nuestro sistema
constitucional algunos imaginan formas de gobierno parlamentaristas de tipo europeo, o se piensa en virar
hacia el presidencialismo de tipo estadounidense. Sin embargo, vale recordar que estas formas de gobierno
surgen de procesos históricos diferentes al nuestro. En ese sentido, el error tal vez consista en pensar que
las fórmulas que funcionan en una latitud lejana sean comprendidas por la sociedad peruana o se adapten a
nuestra idiosincrasia.

Es allí donde aparece la importancia de la investigación nacional en ciencias jurídicas o políticas, de manera
que, ad portas del hito nacional del 2021 el Perú logre crear un sistema acorde a su propio contexto social.
No obstante, a falta de una desarrollada investigación jurídica en el Perú, los problemas del sistema
constitucional se han tornado tan complejos, que son muchos los diagnósticos negativos pero pocos ejes
doctrinales consolidados para construir soluciones peruanas para los problemas institucionales por los que
atraviesa el Perú desde hace ya varias décadas.

Frente a la carencia de la doctrina jurídica, y apresurados por la premura del contexto histórico actual, la
población escucha propuestas que no son fruto del estudio, sino solo de la percepción o del sentimiento,
creándose a veces peligrosas corrientes de opinión que se apartan de los principios elementales de la
democracia o del estado de Derecho. En el mejor de los casos, con toda buena voluntad de encontrar
soluciones mejor diseñadas se ha convocado a intelectuales que efectivamente hacen surgir interesantes
ideas, pero todo ello es vano sin brindarles el tiempo suficiente para establecer el debate doctrinario
correspondiente que valide las ideas expuestas por medio de un necesario test de refutabilidad.

En una sociedad organizada, el motor de las ideas aplicables al Estado recae en las universidades, que en
materia jurídica deben renunciar al espejismo de la investigación que consiste en compilar o describir lo que
ya es bien sabido por todos, sino que más bien se debe abocar en diagnosticar, demostrar y crear
escenarios de solución que tomen en cuenta la historia y la realidad nacional. Ello toma tiempo y es inútil
apresurar dichos procesos. Vale por ello preguntarse si la convocatoria a una urgente reforma política o
incluso a una Asamblea Constituyente no debe precederse de un llamado a las universidades para fomentar
la investigación, o de una solicitud hacia CONCYTEC para que se apoye al desarrollo ciencias sociales en
las cuales se cimientan las respuestas estructurales a graves problemas nacionales.
De acuerdo a las personas que protestan en las calles del Perú contra la destitución y el apresamiento del
presidente Pedro Castillo, la solución para salir de la crisis actual consiste en elecciones inmediatas para
renovar todo el personal político, desde la presidencia hasta el Parlamento.
La ira de aquella gente que interpreta la crisis como un debacle institucional se dirige especialmente contra
la nueva presidenta, Dina Boluarte, de la cual se sospecha que quiere mantenerse en el poder hasta el final
del periodo presidencial constitucional, en 2026.
El anuncio inicial de Boluarte de querer convocar a elecciones en abril de 2024 ya fue cancelado por ella,
proponiendo, ante las protestas, una fecha a finales del año 2023.
Aunque es dudoso que esta maniobra pueda calmar los ánimos, también existen dudas de si es factible
encauzar esta vía tradicional para salir de una crisis institucional que se resume en el hecho de haber
consumido 6 presidentes en 4 años.

El camino hacia una constituyente

Por lo tanto, todo indica que la vía electoral no puede ser la solución definitiva ante un problema estructural
de gobernanza en el país, que abarca los tres poderes del Estado, las relaciones interinstitucionales, el
sistema de partidos, e involucra a la misma sociedad peruana, que no logra los necesarios consensos
básicos sobre la convivencia. No debe sorprender entonces que el llamado a una asamblea constituyente
sea una de las opciones con la cual se pretende hacer germinar un "nuevo Perú”, con la redefinición de las
competencias entre el Ejecutivo y el Legislativo, al igual que un rediseño del Poder Judicial.

La utilidad de un diálogo nacional

Adicionalmente se considera imperativo un diálogo nacional con características territoriales, es decir con una
inclusión plena de autoridades y organizaciones locales, regionales y nacionales, más allá de las
tradicionales cúpulas partidistas de la vida política limeña.
Tal diálogo podría recoger las inquietudes a lo largo del territorio nacional, hacia donde se ha ido
desplazando la dinámica de las protestas, especialmente por parte de los seguidores del mismo Castillo.
De alguna manera, la nueva presidenta Boluarte ha querido dar un impulso en esta dirección con el
despliegue de los miembros de su gabinete hacia las regiones. Sin embargo, se espera más bien un
proceso estructurado que se abra a la colaboración de los actores locales y regionales, así como
representantes de los pueblos indígenas y afroperuanos.

El respaldo de un camino hacia estos acuerdos fundamentales encuentra sus límites en el clima político del
país, marcado por altos niveles de polarización y de personalización políticos, que demuestran ser
incompatibles con el espíritu de consenso sobre el cual habría que construir tales espacios de diálogo.
Además hay una implícita tendencia que este esfuerzo pueda convertirse en un gran mercado para
"negociar” políticas públicas, desplazando así las instancias parlamentarias existentes.

La búsqueda de una reforma política

Aunque los ojos de la élite política están dirigidos a una reforma electoral, no existe duda de que el Perú
necesita un proyecto integral para alcanzar un nuevo nivel de desarrollo político. El peligro de que solamente
se articule un tipo de pacto político entre las cúpulas partidistas es muy grande, lo cual dejaría fuera de la
agenda temas como la descentralización, la participación ciudadana y la rendición de cuentas. Esta reforma
política integral, por lo tanto, no puede quedarse solamente en ajustes legales, que a fin de cuentas
solamente amplían la gran desafección política en el país.
El reto no puede ser mayor

Lo que necesita el Perú, aparte de todos los procesos y reformas señalados, es frenar la fragmentación y
debilidad de la política partidista en el país, remontar el bajo nivel de involucramiento ciudadano y superar la
política personalista y antiinstitucional que se está expandiendo en nombre de la democracia y la defensa
del pueblo. La tendencia hacia las llamadas “identidades negativas” que se alimentan esencialmente de la
posición “anti...” se ha ido ensanchando en los diferentes estratos del país y mermado de manera profunda
la cohesión interna de la sociedad. Si no se cierran las brechas de la representación política entre los
ciudadanos y sus diputados, si no se logra una transparencia y limpieza ejemplar en el manejo de los
asuntos públicos y un consenso sobre la urgencia de ponerse de acuerdo, no van a poder prosperar las
diferentes medidas parciales para superar las crisis que aquejan desde hace más de una década a este país
andino. Mientras no haya una voluntad profunda entre los actores políticos en un sentido amplio, más allá de
coincidencias coyunturales, será difícil superar los problemas estructurales en un Perú que podría ofrecer
tanto a sus ciudadanos.

Para lograr una aceptación o percepción positiva por parte de los gobernados, los representantes políticos
que lograron legitimidad mediante las elecciones requieren ejercer la gobernabilidad con estabilidad política,
por tanto, la gobernabilidad tiene una relación directa con las actitudes de los representantes políticos, tanto
en el gobierno nacional, gobiernos regionales y gobiernos locales que requieren una fuerte cultura
organizacional sin burocratismos, que les permita el cumplimiento de las promesas políticas orientados a
satisfacer las demandas sociales de los ciudadanos mediante la implementación de políticas públicas. La
principal pregunta es ¿Debería el gobierno peruano tomar alguna medida para incrementar los índices de
confianza en la población?, luego de realizar esta investigación podemos afirmar que SI, el gobierno debería
tener como prioridad incrementar la confianza de los gobernados del Perú, no solo para reducir en una cierta
medida la corrupción, sino también para poder mejorar el nivel de desarrollo del País evitando burocratismos
en las gestiones que se llevan a cabo por nuestros representantes políticos. Es necesario cambiar el control,
por la confianza, sin embargo, para la construcción de la confianza se necesita de un antecedente o
reputación positiva de los representantes políticos, la cual solo se logra demostrando la coherencia entre lo
que se dice o promete y lo que se hace o logra resultados, básicamente cumpliendo las promesas con
transparencia, compromiso y una buena gobernabilidad.

También podría gustarte