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Ejercicio 2.

Guía de estudio
Contesta a las siguientes preguntas

1. ¿Por qué la libertad Interior es signo de dignidad?

Este inexpugnable dominio de la libertad interior es uno de los signos más daros de la peculiar
dignidad de la persona frente a los seres no personales (llamada dignidad ontológica, porque
la persona la posee por ser como es en cuanto persona).

“Es una libertad más alta, que nos dota de una dignidad peculiar, una dignidad moral (pues
se refiere al carácter moral).”

2. ¿Cuáles son los límites de la libertad humana?

La experiencia también muestra que muchas veces no somos todo lo queremos, que la
libertad humana está limitada o condicionada.
Sin embargo, la experiencia muestra que esos límites no anulan la libertad interior, no la
convierten en irreal o ilusoria. La libertad humana no es absoluta, pero si es real.

Esos límites (que agrupamos en dos tipos) sacan a la luz no solo que mantenemos la libertad
interior, sino que poseemos otras dimensiones o sentidos de libertad.

3. ¿Cómo aparece la espiritualidad humana a partir de la libertad trascendental?

La libertad trascendental o fundamental porque trasciende los límites de lo factible y porque


funda el querer lo factible y la espiritualidad es la vida interior, las expresiones y prácticas
de espiritualidad son personales. El hombre es un ser de la naturaleza, pero, al mismo tiempo,
la trasciende. Comparte con los demás seres naturales todo lo que se refiere a su ser material,
pero se distingue de ellos porque posee unas dimensiones espirituales que le hacen ser una
persona.
4. ¿Cómo aparece la naturaleza humana a partir de la libertad moral?

Hay en el ser humano un núcleo de tendencias invariables, una constante que durante siglos
se llamó naturaleza humana un principio de movimiento y de reposo que en parte limita la
libertad moral, pero que también y en mayor medida la hace posible. La libertad moral es, la
capacidad de un ser humano para no hacer lo que quiere, sino para hacer lo que es moralmente
correcto.

5. ¿Qué relación hay entre la advertencia psicológica y la advertencia moral?

La advertencia psicológica (el saber lo que se hace) con lleva cierto grado de advertencia
moral espontanea (el saber en cierto grado la moralidad de lo que se hace).

Es un hecho de experiencia que la advertencia de la naturaleza de la acción conlleva la


advertencia de cierta calidad moral: al considerar una acción emitimos siempre y sin especial
reflexión un juicio sobre su moralidad (como bueno y debido, o como malo e indebido).
6 ¿Por qué puede haber errores en la advertencia moral?

Evidentemente, caben divergencias y errores en esa advertencia moral. Pero si alguien dice
ignorar un valor ético elemental de una acción sencilla, sospechamos que algo anormal
sucede:
• Que la acción es demasiado compleja y no se ven bien todas sus dimensiones
(un ≪no ver≫ a veces involuntario y a veces voluntario).
• Que la capacidad de advertir la bondad y corrección de algo se encuentra mermada
(sobre todo, por no haberse ejercitado, también voluntaria o involuntariamente).

7. ¿De qué modo el consentimiento moral puede ser imperfecto?

El consentimiento puede asimismo darse en grados, puede ser perfecto o imperfecto.


Y es imperfecto o no pleno en dos casos:
• Cuando la advertencia no es plena, porque no se puede querer enteramente lo que no
se conoce del todo.
• Cuando la decisión misma no es total o plena.

8. ¿Por qué los medios para un fin son moralmente relevantes?

La moralidad de querer un fin no sustituye ni anula la moralidad de los medios. Las acciones
con este tipo de complejidad han de considerarse moralmente en su integridad, tanto el querer
fines como el querer medios: ambos poseen moralidad propia y han de considerarse en la
moralidad de la entera y unitaria acción.

9. ¿En qué consiste o cuáles son las condiciones del principio de doble efecto?

El sentido común moral señala tres condiciones simultaneas (que constituyen el denominado
principio de doble efecto) para que la producción de un fin bueno sea aceptable aun a costa
de un efecto malo previsible:
• Que el efecto directamente querido y ejecutado sea bueno.
• Que el efecto bueno supere con creces, o proporcionadamente, el malo previsto.
• Que evidentemente, no se vislumbre una acción alternativa que evite el efecto malo.

10. ¿Qué moralidad poseen los estados de ánimo?

Como en los estados de ánimo no hay conocimiento ni voluntad, carecen de moralidad.

Sin embargo, si un estado de ánimo predispone a una acción incorrecta (por ejemplo, si cierto
estado de tristeza paraliza el cumplimiento de un deber), el sujeto ha de poner los medios
para evitar esa consecuencia y, tal vez, para cambiar en lo posible tal estado de ánimo.
Respecto a la moralidad, los movimientos afectivos están entre los estados de ánimo y las
acciones.
11. ¿Qué moralidad poseen los movimientos afectivos o las pasiones?

Son dinamismos donde el sujeto se ve pasivamente conducido en la dirección de ese


movimiento.
Por ejemplo, la ira, la indignación, los celos, el miedo, el deseo sexual, la avaricia, también
se llaman ≪pasiones≫ porque es algo que padece el sujeto.

Respecto a la moralidad, los movimientos afectivos están entre los estados de ánimo y las
acciones. De suyo no tienen carácter moral, porque son vivencias que se padecen sin libertad,
irracional e involuntariamente.

Pero en la medida en que son adecuados o inadecuados a su objeto y además a la acción que
sugieren esos movimientos son correctos o incorrectos.

12. ¿Qué moralidad poseen las respuestas afectivas espirituales?


Son tomas de postura sentimentales independientes del cuerpo, espirituales.
En cuanto a su moralidad, al ser espirituales y libres, estas vivencias son morales en sí
mismas, pues son tomas de postura adecuadas o inadecuadas (hacia lo bueno o lo malo) que
se adoptan y mantienen con él consentimiento de la voluntad. El valor moral que poseen no
viene tanto de la libertad ejercida a modo de sanción directa, cuanto de que estas respuestas
son libres en un plano más profundo de la persona, plano que precisamente es la fuente de
toda la vida moral.

REFENCIAS BIBLIOGRAFICAS

Bibliografía
SÁNCHEZ-MIGALLÓN, S. (Madrid de 1994). ETICA. Recuperado el 20 de Abril
de 2023, de ETICA:
file:///C:/Users/Propietario/Downloads/4%20Etica%20de%20Sergio%2
0Sanchez%20Migallon.pdf

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