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Este fragmento pertenece a la obra Los Santos Inocentes de Miguel de Libes.

Este fragmento lo encontramos en libro de Paco el bajo en el cuál la familia de Paco se traslada
a una casa para criados en la finca del señorito Iván,  y abandonan la casa vieja en la “raya” es
decir, el límite de la finca donde  han estado viviendo hasta ahora, un lugar aislado y alejado
donde vivían en condiciones infrahumanas. Desde la nueva casa Paco espera que sus hijos
puedan ir al colegio, pero el señorito tiene otros planes. Especialmente para Nieves, de 14
años, a la que mete de sirvienta en su casa. La niña es testigo de la manera hipócrita y
superficial en que viven los señoritos. Nieves quiere hacer la comunión y se lo pide a su padre
pero este necesita pedir  permiso a los dueños. Don Pedro (el capataz) se ríe cruelmente de la
ocurrencia de la niña, le parece inadmisible que unos pobres puedan pretender hacer la
comunión. Este hecho es objeto de constante burla hacia Nieves dentro de la casa.

Uno de los temas principales que trata la obra son el tema de la justicia y la injusticia social que
sufren unos sirvientes por parte de sus señores los primeros son unos humildes y pobres
campesinos, inocentes y humillados, que acatan con total sumisión los abusos de los señores.
Éstos, los dueños de la tierra, los señores (representados por el señorito de La Jara y, sobre
todo, por el señorito Iván), aprovechándose de la incultura generalizada de las clases bajas y
un sistema socioeconómico basado en el latifundismo, ejercen un caciquismo extremo,
explotador y egoísta. El libro muestra la miserable vida de esos “inocentes”, que son Azarías,
Paco el Bajo y los suyos. Este tema relacionado con este fragmento trata que Paco y Régula no
quieren para sus hijos la misma vida que ellos, pretenden que estudien, que cambien de
manera de vivir, que progresen algo más que ellos.

Otro tema que observamos en esta obra es el tema de la maldad e inocencia está claro que en
la novela son los personajes de la clase alta los que la encarnan, principalmente el señorito
Iván, clasista, mujeriego, partidario del franquismo, mal hablado, perezoso, prepotente... Pero
también la señora marquesa, el obispo, los ministros del Régimen que acuden al cortijo a
cazar, el señorito de La Jara (incapaz de tener compasión con Azarías), el médico del pueblo...
La única con cierta conciencia social es la señorita Miriam, que siente compasión por los
humildes en un momento dado de la obra, pero que tampoco se comprometerá para cambiar
las cosas finalmente.

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