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Dormir al Sol.

Cap 1: Comienza con Bordenave redactando una tercera carta a un viejo amigo, quien no respondía.
En ella le habló sobre que tiene una esquela guardada (Papel donde están los datos de alguien
muerto) y que le había mandado otra carta más. Para no perder el tiempo, va a contarle su historia
desde el principio.
No le había mandado el cartapacio con los papeles a un abogado porque no le parecía de fiar que
tenga al "Gordo Picardo" de personero. Entonces, le pregunta a esta persona (con la que se ve que
no tiene mucho trato) a quién debería enviárselo. Ceferina le dijo que "como vivimos todos en el
mismo pasaje (casas juntas) nos conocemos todos" así que no debería de haber problema en
preguntarle.
Cuenta que cuando pusieron un pavimento, Ramos estaba con la hija del almacenero jugando en la
calle. Lucho casi atropella a la nena y Ramos le gritó. Lucho lo dejó pasar.
Cuenta sobre que Ramos tenía una banda (El Gordo Picardo y el rengo Aldini). Un día, Lucho volvía
del casamiento de su tío y Ramos le quiso acomodar la corbata. Cuestión, casi lo deja como lámpara
de techo. Otra vez, Ramos lo llamó engreído. Años después se enteró de que era porque la barra no
le perdonaban lo del chalet, ni a Ceferina (Lo cuidaba como niñera y lo defendía de Picardo).
Luego de tantos problemas, quedaron en un acuerdo en el que no se iban a hablar más.

Cap 2: Habla sobre el día de su boda con Diana. Lucho había invitado a Ramos con la intención de
manifestar respeto. Un día, Ceferina y Lucho estaban hablando en la calle, pasó Ramos y ni los miró.
Doña Ceferina es una parienta, fue ama, niñera, el verdadero pilar de nuestra casa. Todos le dicen
"Cacique". Ella se leyó demasiados libros como para contarlos. Lucho se lleva mal con su mujer. Ella
es muy cavilosa y desconfiada. Cualquier buena noticia la entristece, porque da en suponer que para
compensarla vendrá una mala. Un día se peleó feo, que hasta se fue de la casa pero como no llegó el
colectivo, volvió. Las amarguras y las diferencias no lograron separarlos. Ceferina, que lo quiere
como a un hijo, nunca aceptó enteramente a Diana. Tenía un taller de relojería. Un día los tres se
pelearon por tener distintas opiniones sobre una noticia en el periódico. Lucho cuenta que a Diana
Irala se le pasa más rápido el enojo/tristeza (o eso aparentará, idk) y que el tarda, como cualquiera.
Diana sufre por no tener hijos (se lo dijo un doc aLucho) y cuando van sus sobrinos se vuelve una
mujer distinta, feliz. Debido a eso, los animales le atraen, su compañía.

Cap 3: Lucho perdió el trabajo en el banco y sobrevive a base de su taller de relojería. Diana al
enterarse, se volvió loca y quiso que Lucho comience a trabajar en un lugar de venta de automóviles
usados. Él se negó y siguió trabajando con sus relojes y a Diana no le gustaba en nada. Solo le hacían
ilusión los relojes de cucú. Diana le dijo de mudarse y Lucho se negó. Al parecer ahora se
arrepiente...

Cap 4: Ahora habla sobre un señor Standle. Un caballero teutón (antiguo pueblo germano) que hizo
como 800 cosas re piolas, pero ahora da clases en la escuela para perros de la calle Estomba.

Cap 5: El domingo era el cumple de Lucho. Diana está re loca por las fechas, no se olvida ninguna y
ama las fiestas pero Lucho solo quería que venga la familia y eso hizo. Fueron entonces don Martín,
Adriana María, su hijo Martincito y Standle. Don Martín es un viejo gruñón pero la noche de la fiesta
estaba feliz por la sidra. Diana también está loca por la cocina. Lucho cierra la carta diciendo que en
la anterior no había nada interesante pero que espera que ahora, pueda conocerlo mejor y que se
dé cuenta que es una persona de fiar.

Cap 6: La noche del cumple de Lucho, Standle habló sobre lo sofisticada que era su escuela para
perros. Don Martín se quería hacer el capo diciendo que él podía domarlos pero Standle le cerró la
cola diciendo que era una escuela para guardianes. Lucho se estaba embolando de una manera que
ya ni escuchaba de qué hablaban. Siguió el profesor hablando sobre los perros. Lucho mencionó que
Diana había sido internada dos veces ya, antes de conocerlo. Ella dijo que un perro para una casa
con jardín era una buena idea y Lucho no asintió, ni negó. A esta acción, la llamó "un gran error de
mi parte". Cada dos segundos Adriana María (su cuñada) repetía algo como "pobre Lucho, se lo ve
cansado". Lucho no estaba cansado, quería que se vayan todos de su casa, nomás. Después de un
ratito se fueron todos, todos menos el profesor, quién volvió adentro de la casa.

Cap 7: "Esa noche empezó la pesadilla que aún estamos viviendo" (siniestro el profe mepa). Standle
le habló a Diana sobre que las perras son más fieles a que los machos, en la disciplina, porque los
machos les pones una hembra y se te abatata el perro guardián que tenías. Diana reía, Lucho no. El
profe ya se iba y el matrimonio lo acompañó hasta la escuelita canina (aww), Volvieron a su casa,
estaba toda llena de olor a tabaco y Diana se acostó en el sillón. Lucho comenzó a pensar cuanto la
quería y que no podría vivir sin ella, sin su físico, porque el nene lo único que le recalcaba era su
figura y sus inigualables ojos.
Diana comenzó a hablar cada vez más rápido sobre cuanto quería tener un perro que los
acompañara. Lucho la quería parar, pero no lo hizo porque le gustaba escucharla al parecer (yo no lo
entiendo a este).
Lucho dijo que Ceferina decía que los animales eran son gente castigada con la maldición de no
poder hacer uso de la palabra y que escondían algo monstruoso y triste. Diana no le dio importancia,
ella estaba embobada con la idea de un pichicho.
Lucho no había escuchado nada de lo que el profesor había dicho y Diana le nombró una parte, una
muy inusual; Había un profesor, un conocido de él, que había logrado que un perro hablara y que
diga tres palabras en alemán.

Cap 8: Lucho cuenta que tuvo un sueño: Soñó que perdía a Diana; Estaban ambos juntos en una calle
hasta que viene Aldini y le dice que se la roba un segundo para contarle algo sin importancia. Luego
de eso dice que un carnaval arrastró a Diana y que recordaba las cabezas de animales (víboras,
cebras y perros). Cuando Lucho se despertó, la pesadilla continuaba.
Lucho cuenta que Diana casi que no estaba en casa porque estaba todo el día en la escuela, en busca
de un perro pero nunca traía uno a casa. Hasta hubo días en los que tuvieron que cenar más tarde
porque la nena no llegaba.
Lucho se quedaba esperándola en la calle algunas veces, de manera disimulada. Un día de esos,
Picardo se le acercó "para mi le dio algo" y habló sobre el doc Rivaroli y que posiblemente Diana esté
en algo raro. Otra noche fue Aldini y le dijo que no le haga caso a Picardo, que es un exagerado.
Lucho sabía que Diana no estaba en drogas o en cosas raras porque ella cuando llegaba, llegaba con
pelos de perro, olor a perro, conversaciones sobre perros y hablaba sobre el alemán.

Cap 9: El profesor llamó a Lucho y le dijo que le debía hablar sobre Diana, Lucho con toda la prisa del
mundo, lo esperó para encontrarse en un bar.
El profesor le dijo que debían internar a Diana, porque ella está enferma. El profesor lo notó porque
la incapacidad de tomar decisiones (al adoptar un perro) de Diana.
El profesor le recomendó al Doctor Reger Samaniego para que trate con Diana. Al siguiente día, ella
sería tratada.

Cap10: Ya se estaban retirando del bar y Lucho no paraba de agradecerle.


Cuando Standle se fue, Lucho comenzó a pensar, a dudar y a negarse. No quería internar a Diana, lo
pensaba como si fuera una especie de traición. Planeó que se escaparan juntos esa misma noche
para "salvar a su señora".
Llegó a la casa y Diana se hacía la dormida en la cama. Lucho se fue a la cocina, a hablar con doña
Ceferina, quien le afirmó que Diana estaba rara y que de seguro andaba en algo.

Cap11: A la mañana llegó el profesor a buscar a Diana para llevársela. Al parecer él ya le había
hablado sobre internarla el día anterior. Diana salió con su valija y se fue con Standle.
Ceferina dijo "La casa quedó vacía como si hubieran sacado los muebles" Lucho pensaba igual, no
sentía lo mismo en esa casa ahora que su mujer se había ido. Lucho se fue al taller.

Cap12: Lucho y Ceferina estaban comiendo. Llamaron al teléfono, era Don Martín. Él había
entendido que Diana solo no estaba en casa, no que la habían internado. Lucho se levantó para ir a
buscar a Diana y peleó con Ceferina sobre porqué se dejaba enojar de esa manera. Lucho se fue y
Picardo se cruzó con él. Le preguntó sobre Diana y Lucho no dio información. Picardo le dijo que
quería que él sea uno de sus clientes y Lucho para que no lo joda más, aceptó.

Cap13: Lucho fue a la escuela de perros a reclamarle al profesor y éste le ofreció un café, Lucho
aceptó y el profe le trajo cereal (nada que ver).

Cap14: Lucho comenzó a replicarle a Standle, estaba furioso y quería que él la sacara de allí. Standle
se negó y Lucho dijo "Si mi señora, cuando vuelva, tiene quejas, lo hago responsable" para sonar
amenazador pero terminó pareciendo una frase conciliadora. "Si la saca, el responsable es usted"
dijo el profesor. Le preguntó porqué no hablaba directamente con el Doctor y Lucho solo se negó.
Terminó yéndose de la misma forma en la que había ido; Con las manos vacías.

Cap15: Llegó a casa y estaba Adriana María con su hijo. Para sorpresa de Lucho y al contrario de su
padre, lo felicitó por su actitud. Dijo que luego de la muerte de su madre, su padre nunca fue capaz
de internar a Diana. Dijo que su hermana se parecía a su padre y que ella se asemejaba más a su
madre. Adriana fue una mujer que siempre luchó por la muerte de su madre y al ser viuda, joven y
libre. El vacío tras la muerte de su Rodolfo nunca fue llenado. Doña Ceferina se topó con él, le
reprochó que siempre la tenían de sirvienta y Lucho se fue con sus relojes. Al irse vio a Adriana
María en el espejo media media.

Cap16: Se encontraba arreglando el Systeme Roskopf del farmacéutico, Don Francisco. Habló de lo
presumido que era. Luego, le dio la razón a lo que Diana decía "los maridos, en el afán de quedar
bien con el primer llegado, sacrifican a la mujer" porque no se negó a internarla cuando Standle lo
dijo. Dio unas vueltas en la habitación y se fue. Entró al comedor y vio a Diana. Fue directo a
abrazarla pero se percató que en realidad era Adriana María. Tenían un gran parecido. Mientras no
le viera la cara, él sentía como si realmente Diana estuviera allí y eso lo mantenía calmado.

Cap17: Adriana María le mostraba a Ceferina el árbol genealógico de los Irala. Al ver la foto de Diana,
Lucho pensó en que se volvería a casar con ella sin dudarlo. Lamentó que su cuñada se pareciera
tanto a su esposa, siempre la confundía.
Lucho odia el olor a comida, especialmente en el pelo y ropa. Ese día, ese olor se encontraba
presente. Adriana María lo invitó a pasar a su pieza, para que no tenga que respirar ese aroma.
Ceferina de guiñó un ojo. Adriana puso sus manos en sus hombros y cerró la puerta de una patada.
Comenzó a preguntarle que le ocurría (¿Alguien quiere hacer el frutifantástico o me pareció a mi?)
Lucho, le preguntó si había hecho bien en meter a Diana en el Frenopático y Adriana le contestó que
era lo mejor. Lucho siguió hablando sobre su preocupación hacia su mujer hasta que su cuñada se
terminó enojando (Huele a celos) y se fue.
Lucho salió y se encontró con Ceferina "¿Así que no le diste el gusto?" le dijo y Lucho no cenó esa
noche en su casa.

Cap18: Lucho no tenía a nadie con quién desahogarse y hasta pensó en adoptar a un perro.
"Por motivos incomprensibles, mi cuñada había tomado entre ojos a Diana. Ceferina, para qué
engañarse, nunca la quiso. El chiquilín era un chiquilín. Mi suegro me echaba la culpa de la
internación y me aborrecía."
Esa noche, se encontró a Aldini en La Curva (resto/bar problablemente).
Allí le dijo que tenía a su mujer enferma y que le había mentido a Elvira sobre que se fue a cenar con
unos amigos. Lucho lo invitó a cenar, así no le mentía a su esposa y ambos pidieron un guiso en
aquel lugar y Aldini recalcó sus casualidades "Los dos en La Curva. Los dos con la señora enferma."
Picardo llegó, se sentó con ellos y le presentó al doctor Jorge Rivaroli.
Pidieron para beber y Picardo se burló de Lucho "El señor tiene a la señora enferma pero que no se
queje, porque metió en casa a la cuñada que es igualita". Picardo siguió con las bromas hasta que
dijo que Lucho quería sacar a Diana de aquel lugar. El doctor entonces le dijo que si ni él, ni Diana
habían firmado algo, podían sacarla de allí.
Pagaron la cuenta. El doctor les preguntó si los llevaba en su auto pero Aldini y Lucho se fueron
caminando bajo la llovizna.
Aldini le aconsejó que no se meta con abogados, pero Lucho haría lo que fuera por sacar a Diana.
Lucho llegó a casa y se fue a dormir.

Cap19: Ya al otro día, Lucho se fue de la casa a "almorzar". Fue hacia la Clínica de Animales
Pequeños, pensó unos momentos y entró al Instituto en busca del Doctor Reger Semaniego pero lo
atendió su ayudante, el Doctor Campolongo.
Entraron a un despacho. Campolongo le contó que Semaniego estaba haciendo una cirugía y que no
podía atenderlo, entonces él mismo le informó que su señora estaba respondiendo correctamente al
tratamiento.
Lucho preguntó si Diana ya podría volver a casa y Campolongo lo negó, todo dependía de lo que
Semaniego diga y como ella reaccionara al tratamiento.
Lucho, al enterarse de que Diana no iba a volver aún, comenzó una pelea con Campolongo, hasta le
exigió que lo meta adentro para poder verla y lo amenazó con un abogado.
Campolongo le dijo que deberá esperar a Semaniego, que él le dirá si puede ver a Diana o no. Lucho
se fue disgustado.

Cap20: Lucho estaba en su pieza. No había nadie más que Adriana María en la casa, quien entró a su
habitación sin tocar la puerta con poca ropa. Al rato llegó el chiquilín, Martincito de la escuela y
Adriana María dejó la habitación rápidamente.
Martincito se apareció de repente y no se movía. Lucho le dijo que parecía una estatua, corrió hasta
su cama y se le abalanzó. Lucho se cansó y lo sacó afuera.

Cap21: Fue a la cocina, tomó un poco de pan y salió afuera. Se encontró con Aldini y comieron panes
juntos. Lucho le preguntó si debería llamar a Reger y Aldini le negó repetidas veces que no "Si no
llamás, no saben qué estás preparando y se apuran a devolverla, para ponerse a cubierto". A Lucho
le gustó la idea y lo llamaron para comer.

Cap22: Ya era la tarde. Lucho estaba con sus relojes. Ya había conseguido suficiente dinero. Un
cliente entró y le pidió que arregle su reloj. Lucho se negó, el cliente no le dio importancia, le dejó el
reloj y se fue.
Lucho comenzó a repararlo y entró Martincito para enseñarle el libro que su abuelo le había
regalado. Vio el reloj y se sorprendió. Lucho le advirtió que no se acercara.
Marti le dijo que el libro de seguro era de su mamá o de su tía porque no era para varones, era la
princesa y el sapo. Le rogó a Lucho que lo leyera y cuando terminó la lectura estaba encantado.
Lucho le dijo que le había gustado el libro porque al final el animal consigue que la damisela lo
quiera y vuelva a ser príncipe, ya que él antes había sido una bestia hasta que conoció a Diana.
Marti dijo "Mamá es mala. No la quiere a tía Diana. Yo la quiero".
Lucho dijo que él también la quería y Martincito le dijo que tenían que ser amigos y Lucho afirmó.
Martincito le dijo a Lucho que guarde un secreto, que jure que lo iba a cumplir y que no se lo iba a
contar a su mamá. Lucho juró.
"—No le hagás caso a mamá, porque todo el tiempo quiere separarte de tía Diana.
—Nadie me va a separar de tu tía Diana."

Cap23: Era de noche. Lucho vio a Adriana María pasar varias veces por su puerta con poca ropa y le
dijo que entrara para preguntarle si él haría bien o mal en visitar a Diana. Adriana María se enojó,
ella tenía otras intenciones con Lucho... Se enojó tanto que hasta le dijo que felicitaba a su hermana
por haberse ido con el profesor. Lucho no entendió.
Se pasó la noche llorando, pensando sobre que la pobre Diana seguía en el Frenopático... O no. Se le
prendió la lámpara y conectó cables sobre lo que Adriana María le había dicho.
Pensó sobre que Campolongo le había puesto esa excusa sobre que no podía ver a Diana porque en
realidad ella no estaba allí, sino en el Instituto para perros.
Escuchó pasos afuera, abrió rápidamente el cajón, encontró una linterna, alumbró por la ventana y
vio a un hombre que parecía ser el peón de la escuela de perros pero se dijo a si mismo que sería
imposible, ya que él ya tiene trabajo, por lo que no podría ser un ladrón.

Cap24: Se levantó y fue a la cocina. Allí estaban Ceferina y su cuñada. Martincito ya había ido a la
escuela. Adriana se fue. Lucho le preguntó a Ceferina si algún día volvería su amada. También le
habló sobre la cantidad de dinero que estaba ganando con los relojes.
Ceferina respondió, comparó su situación con la de la política y reafirmó "Bajo un mismo techo vos
estás rezando porque vuelva Diana y Adriana María, porque no vuelva". Luego dijo que a ella
tampoco le importa si se pudre allá dentro. Lucho pensó que la amistad de Martincito era la única
que le quedaba.
Cap25: Lucho trabajó con el reloj que le habían encargado. Fue a la cocina y para no soportar más las
caras de las mujeres, se fue a la Curva. Se encontró a Picardo, quien no paraba de insistir en que
compre 80 boletos para apostar. Fue hasta lo de Aldini para reclutarlo para ir a La curva. Terminaron
de almorzar y Lucho se volvió a su casa. Se durmió y soñó disparates con Diana, que sufría por culpa
del alemán en el Frenopático y se convenció «Tengo que verla. No hay Reger ni Campolongo en el
mundo que me atajen».

Cap26: Tomó unos mates y se fue en micro para ver si podía ver a Diana en el Frenopático. Pensó
que la había visto desde la ventana pero resultó ser solo una enfermera. Volvió a su casa y se
encontró con Martincito y su suegro en el jardín. Lucho al ver que estaba el hijo de la vecina jugando
con Martincito pero este no se sentía a gusto con su presencia, se fue.

Cap27: Volvió a desvelarse. A la tarde fue el hombre que le había encargado el reloj y le pagó.
Se decidió por ir al Frenopático y a la escuela. Se encontró a Picardo, quien le preguntó que hacia allí
y le dijo que mejor no se metiera con el alemán. Lucho metió una excusa: Iba a comprar un perro
para que cuando Diana vuelva, se ponga feliz. Picarlo le dijo que mejor le pague lo de los boletos,
aunque Lucho en ningún momento le había dicho que los quería. Picardo siempre tan tesorero...

Cap28: Lucho fue a lo de Standle a por un perro. Lo recibió el peón de la escuela y lo dirigió a la
oficina del Alemán. Lucho le dijo que andaba buscando un perro para cuando Diana vuelva y el
profesor le recomendó una perra, ya que ellas no se distraen con nada. Llevó a Lucho para enseñarle
a una de ellas, la más capacitada que solo tenía un problema... El nombre. Se llamaba Diana y, si bien
Lucho al principió se negó, terminó pagando con el dinero que le dieron por el reloj y llevándosela a
casa.

Cap29: Lucho salió y se encontró con Aldini, quien estaba con su perro. Los perros comenzaron a
conocerse mientras ellos hablaban. Aldini le preguntó el nombre de la perra, Lucho le contestó con
una especie de adivinanza y cuando su amigo lo descubrió se quedó impresionado. Cuando se
enteró que se la había comprado al profesor, comenzó a advertirle a Lucho sobre algunos
testimonios que decían que los perros de aquellos lugares pertenecían a laboratorios donde se
hacen vivisecciones. Concluyó en que realmente, Standle, no ama a los perros.

Cap30: Llegó con la perra a la casa. Martincito la recibió super contento pero a las mujeres no les
agradó. Pasaron los días, Diana era un excelente animal, no destrozaba ni ensuciaba. Adriana María
le preguntó si tenía una amiguita o porqué salía tanto con la perra. Lucho lo negó. Luego de más
paseos, notó como, al tener a Diana cerca, los perros aparecían. Si no fuera por Martincito, Lucho
nunca hubiera dejado a Diana sola en la casa con las otras dos mujeres.
Comparó el porque quería tanto a ambas Dianas: Por el físico, una simple atracción.

Cap31: Lucho estaba con sus relojes hasta que sintió como si alguien lo estuviese observando, se dió
vuelta y descubrió la cara de un hombre (lo llamó "El dientudo") quién tocó la puerta y le dió un
collar para la perra y dijo que era de parte de Standle. Luego de eso, Lucho se quedó con el susto y,
como era de costumbre, no durmió bien. Tuvo un sueño en el que la perra se le perdía y la confundía
con Diana, su esposa.
Salió y se encontró con Aldini, gracias a que ambos tenían perros, su amistad se reforzó.
Lucho le contó lo que le sucedió con el dientudo y, como sigue sin poder sacarse de la cabeza de que
realmente lo que ama de Diana es su físico, le preguntó que es lo que realmente ama él de Elvira, su
esposa. Aldini ama que la idea que tiene de ella, su esposa nunca la desmiente. Lucho se quedó
pensando y llegó a la conclusión de que si él quiere al físico de Diana, tal vez no esté tan equivocado.

Cap32: Una tarde, Lucho soñó con su perra y que hablaba con ella «Seguro que es más generosa que
la de muchas mujeres». Se despertó al escuchar unos gritos. Fue a la cocina y se encontró con
Ceferina y Adriana María discutiendo. Por impulso, trató de amigarlas.
Al parecer, estaban discutiendo porque Aldini se estaba quedando sin recursos al tener que
mantener sana a Elvira por su enfermedad y Adriana María decía que no tiene recursos porque en
realidad, prefiere al perro antes que a su esposa.
Lucho y Adriana María comenzaron a discutir por la perra, por el nombre principalmente. Su cuñada
decía que de seguro le gustaba su hermana por el nombre. También dijo que al estar triste, estaba
loco y si preguntó si debía internarlo. Dijo que no lo iba a denunciar para protegerse, porque él le
"estaba robando a su hijo" (Que se termine este libro paaarfavaar, infumable). Lucho se hartó y dijo
que junto a Diana y Martincito, se iban ya mismo de la casa.

Cap33: Lucho entró en su habitación, tomo todo el dinero y salió con Diana. Se encontró con Aldini y
trató de ayudarlo y darle dinero. Este lo invitó a pasar a su casa porque en la calle no se debe
enseñar dinero. Adentro, el rengo le dijo que no podía aceptar el dinero porque no iba a poder
devolvérselo. Lucho se lo entregó, cuando salió de allí se pregunto si realmente lo había hecho por el
prójimo o por él mismo. Lo relacionó con lo que Diana le decía "Interesado en mí mismo, siempre
estoy interrogándome y examinándome y hasta me olvido de los otros".
Llegó a su casa. Había un auto y Adriana María estaba cargando valijas en él. Lucho trató de ayudarla
y ella, en frente del conductor, le gritó desalmado. Lucho hubiera acomodado las cosas en el coche
pero hay algo que lo dejó impactado: Ver a Martincito haciendo morisquetas y sacándole la lengua.
Si, lo había troleado un nene.
Se fueron, Ceferina agregó que de seguro había encontrado un macho y exclamó ¡Al fin solos!

Cap34: 5 de diciembre a la tarde Reger Samaniego llamó y le dijo a Lucho que vaya al Frenopático.
Lucho fue, lo recibió Campolongo y este lo llevó con el doctor.
Semaniego le explicó a Lucho que Diana ya no era la de antes, de buena manera. Ya todo lo podrido
en ella se había desvanecido. Entonces, se dirigió a Lucho y le dijo que tal vez haya de internarlo a él
también ya que, cuando una fruta está podrida, contagia al resto. De manera en la que Lucho no
debería de extrañar costumbres, o maneras de ser, que la señora haya olvidado.
Semaniego le preguntó a Campolongo si Diana ya estaba lista y le dijo que si, le extendieron la
cuenta a Lucho (Por lo que entendí, no era muy costoso). Lucho comenzó a sobre pensar hasta que
escuchó un grito "¡Lucho!" Era Diana.

Cap35: Caminaron hasta la casa y Lucho le mencionó sobre su sorpresa. Al enterarse de que era una
perra, Diana se quedó contentísima. Besos, abrazos, bla, bla, blá... Ambos entraron y se dirigieron al
dormitorio. Diana le preguntó si la amaría aún sin sus defectos y Lucho le dijo que la querría aún
más. Ceferina entró y los llamó para comer un suflé. Lucho pensó en ese momento que Reger tenía
razón, Diana estaba cambiada, curada.

Cap36: A los días Lucho se encontró a Semaniego en la calle y este le pregunto por Diana, por
cortesía.
Ya en la casa, Lucho comenzó a sobre pensar. Diana le dijo de ir a la plaza Irlanda y fueron. Luego de
allí, fueron a una obra con títeres. Lucho creyó que era el fin del mundo porque la obra se trataba
sobre un manicomio y temía que Diana recuerde cosas del Frenopático. Para su sorpresa, le gustó.
Salían juntos, Lucho, Diana y Diana. Un día Standle fue a visitarlos. Lucho se sorprendió al ver con la
indiferencia que Diana lo trataba. Así que el profesor se fue.
Lucho pensó sobre que ambas Dianas parecían la misma persona, ya que se entendían mutuamente.
Se felicitó por haber traído a la perra a casa, fue una de sus mejores decisiones.

Cap37: Diana una mañana le dijo a Lucho que el reloj funcionaba mal y que debía llevarlo a un
relojero. Lucho se enojó, él era relojero. Esa fue su primera mini pelea desde que Diana volvió.
Lucho fue al taller para repararlo. Ceferina se apareció para preguntarle "Si te gustaba tanto la Diana
¿por qué te gusta ahora? Está cambiada". Su comentario no la llevó a nada porque Lucho no le
respondió para seguirle la pelea.
Diana trató de volver a encontrarse en su casa con su familia. Si bien Adriana María se negó a volver
a poner un pie en la casa, Don Martín, después de insistirle, aceptó.
Diana buscó que su padre perdonara a su marido por encerrarla en el Frenopático ya que era por su
bien. Don Martín terminó aceptando las disculpas y ese día lo pasaron los tres de maravilla.

Cap38: Era 17 y recién en la cena Lucho se acordó que era su aniversario. Se lo confesó a Diana y ella
no armó ningún escándalo. Es más, ella también lo había olvidado ya que estaban tan felices todos
los días, que ni pensó en esa fecha. Se fue a acostar. Ceferina quedó impactada por el cambio,
aunque no lo dejase ver.

Cap39: El sábado fueron a la plaza con Diana. En la casa, Ceferina y Lucho tuvieron una discusión ya
que debían llamar a Adriana María para que vaya en navidad. Ya en la noche, Lucho descubrió algo
que lo dejó impactado. Había pensado que su desconfianza en los médicos era injusta porque
Semaniego le había atinado en todo lo que le recomendó. En ese momento, Lucho descubrió que la
cara pálida que había visto en la ventana, era la del mismo doctor.

Cap40: Al día siguiente, Ceferina les dijo a ambos que había invitado a la familia de Diana porque era
domingo. Entonces, le dijo a Diana que debía cocinar para ellos. Tuvieron un debate amistoso de
porqué y porqué no debería hacerlo hasta que Diana dijo "Vamos a comprar la masa y una latita de
choclo". Lucho se quedó impactado, antes del tratamiento, su mujer de seguro hubiera cocinado por
su cuenta.

Cap41: Ceferina le dio una lista a Diana y la pareja fue a comprar. Se cruzaron a Picardo pero este no
los saludó. Al volver, Ceferina le dio la noticia a Lucho de que habían internado a Elvira en el
Frenopático. Sin dudarlo, Lucho fue hasta lo de su amigo.

Cap42: Llegó a lo de Aldini y lo invitó a pasar. La casa, sin Elvira, era un caos. Aldini le contó sobre
que tuvieron que encerrarla porque últimamente estaba distinta. Lucho lo animó diciéndole que a
Diana se la trajeron cambiada para bien y que de seguro él tendría la misma suerte.
Lucho preguntó porqué no le había dicho antes y el rengo le contestó que no quería molestarlo
porque desde que volvió Diana, está todo el tiempo con ella.
Lucho se levantó para irse pero antes le dijo que cualquier cosa, que lo llame.
Volvió para su casa, eran vísperas de navidad y el sonido de los cohetes no le gustaba ni a él ni a
perra. Diana se estaba cambiando. Ceferina le dijo a Lucho que no puede equilibrar amistad con
amor. Lucho fue a cambiarse y Ceferina, tan simpática como siempre, le dijo que la criticó por invitar
a su cuñada pero que cuando viene, se arregla.

Cap43: La familia de Diana ya había llegado. La primer pelea ocurrió cuando Adriana María no dejó
salir a Martincito ni a su amigo a ver los cohetes. Lucho creyó que tenía razón pero decidió ponerse
del lado de Don Martín, quien quería que vayan y disfruten como "hombres" que eran.
Martincito y el amigo los volvieron locos. La perra estaba con la cola entre las patas. Diana fue a
tomarse una aspirina.
Don Martín se quedó viendo la televisión. Adriana María se quejó sobre que quería el árbol
genealógico.
Ya se estaban por ir y Don Martín dijo que mejor vayan todos a la placita Zapiola. Lucho no quería
porque debía llevar a la perra y había ruido de cohetes. Ceferina lo retó y terminó aceptando, a
fuerzas pero lo hizo. Entonces, Ambas Dianas, Adriana María, Martincito, su amigo y Don Martín
fueron a la placita.

Cap44: Ceferina y Lucho eran los únicos en la casa. A la vieja se le ocurrió la idea de revisar las cosas
de Diana. Lucho se negó. Ella trató de convencerlo diciendo que si no encontraba nada, no iba a
criticar nunca más a Diana. Comenzó a revolver sus cosas hasta encontrar una foto de una chica que
ninguno conocía. Lucho tomó la foto y antes de guardarla, observó que decía "Recuerdo de la Plaza
Irlanda". La perra comenzó a ladrar, Diana había llegado. Para hacer tiempo a que Ceferina acomode
el desorden. Diana lo recibió con un regalito y se fue con la perra. Ceferina ya había terminado y
Lucho le reprochó que mientras ellos estaban revisando sus cosas, ella le compraba un regalo.

Cap45: El regalo de Diana era un somnífero, para que Lucho pueda dormir ya que últimamente no lo
estaba haciendo. Lucho se enojó y comenzó a reprocharle hasta que notó que Diana estaba triste,
trató de conciliarla pero ahora él se sentía como una mierda. Ceferina llamó a la puerta, la cena
estaba lista. Terminaron de Cenar y Ceferina le dijo a Lucho que debería de trabajar, que el amor de
su señora no lo iba a mantener. Se fueron a acostar. Lucho notó que su mujer seguía triste y le dijo
que iba a tomar las gotas. Diana fue a por un vaso de agua.

Cap46: Lucho fue al baño a tomar las gotas, Diana lo miraba desde atrás. Fingió haberlas tomado y
volvieron a la cama. Comenzó a bostezar y a hacerse el cansado para que ella no sospeche. Al final,
terminó durmiendo hasta que en una de ellas se despertó. Trató de buscar a Diana en la cama pero
no la encontró ahí, sino en su cómoda, revolviendo sus cosas. Comenzó a sobre pensar sobre que
estará buscando hasta llegar a la conclusión de que buscaba el revólver para asesinarlo. Descartó la
idea cuando vio que ella tomó un papel, lo leyó y lo guardó. Volvió a la cama, lo besó en la frente y
dijo "Pobrecito".

Cap47: Luego de que Diana se durmiera, Lucho fue a ver que había en ese papel. Era el árbol
genealógico que Adriana María estaba buscando. Volvió a la cama, sobre pensó un poco; Paso de
quererla a desconfiar y se durmió. En la mañana, se levantó por un sueño y observó como ella lo
miraba.

Cap48: Se levantó, se lavó la cara y fue a la cocina. Ceferina y Diana habían coincidido en algo; No
tenían ganas de aguantar a los Irala aquel día. Diana fue a bañarse y Lucho a retomar los relojes.
Mientras hacia su trabajo, se le cruzó por la cabeza un abrazo, uno con Adriana María, bastante...
Afectivo, digamos. Se sintió culpable.
Diana llegó y fueron hasta el almacén y la feria. Volvieron. Lucho sacó a pasear a la otra Diana,
mientras hablaba solo con ella, ya que es la única con la que se siente cómodo y seguro.

Volvió a la casa, almorzaron y fue a acostarse junto a Diana. Le dijo que habrá mujeres que no eran
feas, como Adriana María, pero que ninguna tiene su alma. Diana lloró (de la felicidad, creo). Lucho
se sumergió un segundo en su mente y se sintió mal, se sintió como si la hubiera engañado. Se
levantó y se comenzó a vestir. Diana le preguntó a donde iba, le respondió que no sabía. En realidad,
ambos lo sabían.

Cap49: Salió de la casa y se encontró a Picardo vestido con un traje. Este se le acercó y le dijo que el
Doctor Rivaroli estaba disgustado porque nunca lo llamó para sacar a Diana del Frenopático. Lucho
le preguntó por el traje y el otro salió corriendo. Llegó al Frenopático. Lo recibió Campolongo y fue
con Semaniego. Lucho le dijo que sentía que Diana no era la misma. Sabía que no era por la
internación pero a la vez sí. Semaniego le respondió que no iba a enfermar a la señora porque el
marido estaba enfermo.
Lucho se disgustó y se retiró del lugar diciendo que era inútil hablar con él y que mejor hablaría con
Diana para saber la verdad. Reger le clavó una aguja y Lucho se quedó dormido.

Cap50: Lucho se despertó en una habitación del Frenopático, internado. Dos enfermeros llegaron, le
ofrecieron unas pastillas pero él se negó. Así que le trajeron algo de comer. Se percató que de todos
sus documentos, le faltaba la célula. Quería escapar de ahí, enviar cartas, saber cómo estaba Diana
pero prefirió quedarse tranquilo y no iniciar una revelación contra los enfermeros que ya estaban
acostumbrados a eso. Ellos se fueron y re recomendaron que duerma un poco.
Lucho terminó diciendo que no sabía cuándo volverá y que esperaba que Ramos (El destinatario de
la carta) lo ayude en algo.

Cap51: En la mañana siguiente, una enfermera entró para dejarle el desayuno. Le dijo que debía
escapar lo más rápido de allí. Lucho le preguntó si podría comprarle papel de carta para que ella
vaya y se la envíe a Aldini. Aceptó sin excusas.

Cap52: Los enfermeros le hicieron la cama y se fueron. La enfermera loca entró y le dio el papel
para escribir. Campolongo tocó la puerta, entró y preguntó cómo se encontraba. Al recibir una
respuesta afirmativa, se fue. La enfermera le dijo que iba a vigilar que no entre nadie, así él podía
escribir tranquilo. Lucho terminó de escribir un poco y ella entró con el almuerzo. Lucho le explicó
que los médicos no debían leer la carta porque era un pedido de rescate a Aldini. Ella dijo que no iba
a ser necesario que se involucren externos, pero que igual le llevaría la carta porque estaba para
servirle. Se presentó como Paula y le dijo que cuando no haya nadie, que la llame Negra. Mientras se
iba, dijo "Si no tiene confianza en mí, está perdido".

Cap53: Lucho observó por la ventana como había gente en el primer, segundo, tercer, cuarto y sexto
piso pero no había ninguno en el quinto, donde estaba él. Un enfermero lo llevó al baño y en
camino, le preguntó si estaban solos. El hombre respondió nerviosamente, afirmativo.
Volvió a la habitación y Paula llegó para llevarse la carta. Lucho le pidió que por favor le traiga más
papel, que quería seguir escribiendo su historia loca. Ella aceptó y dijo que hará todo lo que él diga,
como su esclava. Antes de irse, le recomendó que en vez de escribir, piense en como escapar.
Cap54: Se pasó el día volando y la noche llegó junto a los pensamientos de Lucho. Pensó sobre que
ganaban los médicos al dejarlo encerrado, que tal vez Paula lo ayudaba porque era un instrumento
de los médicos, se puso nervioso porque no tenía su cédula con él y al final, recordó a Diana, recordó
que en 24hs no había pensado ni un poco en ella.

Cap55: Lucho narró lo diferente que iba a ser el primer día del resto. El primer día no pasó nada,
pero ahora le habían dado con de todo: Sacarle sangre y hacerle tragar pastillas, vitaminas.
Campolongo le dijo que debía tomarlas todas para quedar bien, como Diana. Le preguntó si se le
dificultaba pensar, para usar la razón. Lucho respondió que está pensando todo el día y noche, pero
que a veces algunas cosas le cuesta. Campolongo escuchó sus latidos pero como estaban en perfecto
estado, se fue.
Paula entró. Le dijo que ya le había entregado la carta a Aldini y le recomendó que tome unas gotas
para dormir. Lucho se negó, quería seguir escribiendo. Ella le juró que las hojas que él escriba, se las
llevaría y las guardaría para que no lo descubran y que se las daría en cuanto quiera. Esto hizo que
Lucho confío más en ella, notó que sus palabras eran sinceras.

Cap56: Antes de escribir pensó en lo que le harían allí, en que quedaría tan cambiado como Diana y
no le gustó en nada. Luego de pensar que al cambiarlo a él, entendería a Diana y la amaría de la
misma manera en la que amaba a la anterior, se compadeció.

Cap57: En la mañana, comenzó a pensar sobre si saldría o no. Llegó Paula con el desayuno. Lucho le
preguntó si creía que iba a salir de ahí y ella le dijo que mejor no espere a nadie, que es tan
inteligente que piense hacerlo por su cuenta y que así, podrían estar juntos afuera del Frenopático.
Lucho le respondió que estaba casado y que amaba a su mujer. Ella enloqueció, se arregló y se fue.
Vino un enfermero, lo llevó al baño y a hacerse radiografías. No tuvo más noticias de Paula.

Cap58: Lucho comenzó a ver otros pacientes desde la ventana y un perro que estaba hace tiempo.
Paula volvió y le dijo que cierre los ojos y le de la mano. Lucho pensó que iba a darle una carta de
parte de Félix Ramos pero era para poner su mano debajo de su corpiño.
Hablaron sobre el plan de fuga. Lucho comentó que su plan era encerrar al enfermero cuando vaya
al baño y escaparse. Paula le contó un plan mejor: Escapar por la ventana y pasar por otras 6.
Llegar a dos habitaciones, en la de la puerta de la derecha ella le iba a dejar ropa para pasar de
desapercibido. La huída será la noche del 31, el perro de abajo estaría asustado por los fuegos
artificiales y los médicos brindando en el despacho de Semaniego. La cédula de Lucho estaba en la
habitación de Semaniego, así que no iba a ser posible recuperarla.

Cap59: Lucho observó que había dos perros abajo, esperándolo. Decidió comenzar el escape.
Intentó algunas veces salir por la ventana, pero el vértigo lo venció. Lo logró en la quinta. Había un
hombre que lo miraba desde una de las ventanas, como espectador. Ahora había solo un perro
abajo. Luego de bajar, entró por la ventana al lugar acordado anteriormente y cayó de espaldas al
piso.

Cap60: Estuvo un rato sentado en el suelo hasta que se levantó y entró a la habitación de la derecha
para tomar la ropa. Escuchó pasos que entraban y se escondió. Cuando se alejaron, se levantó y vio
una camilla con un muerto tapado por una sábana. Pensó que estaba en alguna morgue.
Volvió a escuchar voces, se escondió. Las voces eran de Semaniego y Campolongo. Observó manchas
rojas en sus uniformes. Vio a una de las chicas que estaba en la ventana anteriormente muerta en la
camilla, con un agujero redondo en la nuca, casi la cabeza, que sangraba. Semaniego le dijo a
Campolongo "No le toques la cola". Lucho pensó fuertemente en que había dejado sola a su señora
con esta gente. Los doctores se fueron.
Lucho pensó en escapar o volver por la cornisa a su habitación. Luego de recordar el vértigo, se
decidió por escapar. Se vistió y por curiosidad, levantó la sábana de la camilla restante. Había un
perro (De seguro el que faltaba) que lo mordió instantáneamente y comenzó a ladrar. Lucho salió
disparatado.

Cap61: Lucho caminó por las calles para ir a su casa. Se encontró con Picardo, le preguntó si lo
habían largado o se había largado y Lucho no respondió. Picardo le dijo que no había nadie en su
casa, por las fiestas.
Lucho pensó en ir a lo de Aldini o a lo de Ramos. Recordó que la ventana de la cocina estaba rota y
entró por allí. Se acostó en la cama y pensó en si debía llamar a la casa de Don Martín, para hablar
con Diana. Lo hizo y ella contestó. Le dijo que él estaba en casa, que se había escapado y que si debía
ir hasta allá. Diana dijo que no, que harían un escándalo si los despertasen a la noche. Le dijo que
ahora ella y Ceferina se llevaban mejor. Le propuso que mañana se reencontrarían en la casa.
A la mañana siguiente, tocaron la puerta. Lucho se levantó de lo más contento para recibir a Diana,
pero la persona que lo esperaba del otro lado era Semaniego.

Cap62: Abrió la puerta y Semaniego le dijo que vuelva al Frenopático, que allí se encontraba Diana.
Lucho no le creyó ni una palabra. Llamó a Diana para comprobarlo y efectivamente, ella estaba allí.
Semaniego le había dicho que los tres debían hablar para terminar de resolver sus asuntos.
Cortaron la llamada. Semaniego le preguntó porqué se había escapado. Lucho respondió que se
sentía encerrado. Semaniego le dijo que no lo estaba y que nunca había expresado ese sentimiento a
los doctores durante su estadía. Le preguntó si seguía la serie "Borrasca al amanecer" donde los
doctores roban cadáveres. Lucho respondió que Aldini la seguía. El doctor le dijo que el temor a los
médicos es por una distorsión e incomprensión, como la trama de esa serie. Los niños podrán ver a
los doctores como amenaza, pero no para un adulto, ya que solo buscan su bienestar.

Cap63: Lucho llegó al despacho de Semaniego. Campolongo cerró con llave. Lucho se quejó y abrió,
con la excusa de que es una costumbre. Lucho comenzó a reprocharle a Semaniego que creía que
todo era un engaño y que su esposa no estaba allí. Semaniego lo llevó a una habitación. Diana
estaba ahí, al ver a su esposo lo abrazó y comenzó a decirle cuanto lo quería y que sabía que había
algunas cosas que le disgustaban de ella. Le dijo que por favor hable con el doctor y mientras Lucho
se iba con él, le dijo que siempre la querría.

Cap64: Semaniego, ya a solas con Lucho, le dijo que el alma de la señora estaba muy enferma y que
él estaba buscando una especie de curación para la misma. Lucho no entendió como era posible
curar un alma y el doctor le contó un ejemplo, de como él logró curar el insomnio: Unos conocidos
le habían recomendado utilizar la imaginación a la hora de dormir e imaginar que él estaba en
distintos escenarios, si bien al principio funcionaban, al final esos escenarios eran tan amplios que
hacían que no consiga la calma al pensar en alguna especie de final trágico. Con esto llegó a la
respuesta para el insomnio; Imaginarse a él, como si fuera un gran perro durmiendo bajo el sol en
una balsa que navega lentamente aguas abajo en un río tranquilo.
Lucho lo interrumpió porque no había entendido. El doctor le dijo que él buscaba una cura para el
reposo y que la encontró en una inmersión en la animalidad. Lucho siguió sin entender.

Cap65: El teléfono sonó. El doctor atendió y dijo «No tema. De ninguna manera la perjudicaré»
«Irreversible, señora, no tema. Irreversible» Lucho comprendió que estaba hablando con Diana y
que ella estaba en su contra. Terminaron la llamada. Semaniego le preguntó a Lucho sobre qué era
lo que él amaba de su mujer. Él respondió que antes era su físico, pero que luego de que la
internaron, extrañaba el alma de antes.
Lucho comentó una frase de un filósofo "El alma está en una glándula del cerebro". Comenzó,
entonces a narrar como es que lograron extraer de esa glándula, el alma de Diana y la pusieron
dentro de una perra, la cual se había escapado. En cuanto a Diana, la que había salido del
Frenopático, no era ella. Era el alma de otra persona, una chica de la plaza Irlanda que estaba muy
enferma y que accedió a que le hagan este "trasplante" al cuerpo de Diana. Lucho se preguntó el
porqué esa persona sabía tanto sobre él y Diana. El doctor respondió que le habían dado la poca
información que tenían sobre ella. Lucho quiso irse para poner avisos en los diarios en busca de la
verdadera Diana, la perra pero Semaniego le contestó que ya la habían recuperado.

Cap66: Lucho reclamó por Diana, la quería de vuelta a ella y a su cuerpo. Como eso no iba a ser
posible, Semaniego le dijo que había una muchacha con un cuerpo más joven y tan linda como Diana
y que a ella podría pasarle el alma de Diana. Lucho descubrió inmediatamente que era la mujer que
se había encontrado en la camilla la noche en la que escapó y se lo comunicó al doctor. Este otro,
sorprendido le dijo que él la había visto cuando estaba muy mal pero que con el alma de la señora,
sería otra cosa distinta. Lucho se negó, no iba a aceptar que le devuelvan a una Diana incompleta y
comenzó a gritar que Semaniego era el verdadero enfermo ¡El verdadero enfermo!
En ese momento, el doctor le dio un pinchazo.

Cap67: Despertó de nuevo en el cuarto blanco. Paula le dijo que se apurara con terminar el informe
porque al otro día la cambiarían de piso. Lucho estaba seguro que con la persona con la que había
hablado Semaniego por teléfono era la chica de la plaza Irlanda y que cuando dijo «No tema. Es
irreversible» se refería a que le prometía que no la iba a sacar del cuerpo de Diana. Lucho pensó que
todavía no era tarde para que su señora pueda volver a tener su cuerpo.

Segunda parte: Por Félix Ramos.

Contó que una vez, se apareció en la puerta de su casa un perro (Lucho a lo mejor) con papeles en la
boca. Ramos notó que el animal era muy inteligente al haber tratado de abrir el picaporte de la
puerta con sus patas. No logró hacerlo porque tiene patas, no manos. Acto seguido, el cejudo de la
escuela para perros se apareció, le explicó que el perro se había escapado y se lo llevó. No le
reclamó los papeles a Ramos. Volvió a su casa a leer el cartapacio firmado por Lucio Bordenave pero
desconfió del documento al notar que Lucho le escribía a él después de estar distanciados y de
tratarlo de usted, porque ya se conocían. Decidió llamar al Frenopático. Pidió que le pasen con
Paula, la "cartera". Ella, al escuchar que un perro le había enviado los papeles exclamó «¡Pobre
perrito! Mi perrito amoroso» y cortó la comunicación.
Otro día, observó a Ceferina en la calle gritando que el que le devolvieron no era Lucho, que se lo
habían cambiado y cayó muerta.
Para visitar a Lucho, esa noche fue al velorio de Ceferina. Diana le ofreció una taza de café como si
no lo conociera y Lucho lo miró con indiferencia. Decidió ir hacia donde estaba su viejo grupo:
Picardo y Aldini.
En la madrugada, se escucharon gritos en la cocina de una muchacha que decía que había ido esa
noche para que todos la oigan y comenzó a tratar a Diana como una intrusa. Lucho y Standle la
sacaron a la calle. Ramos observó que ella tenía una cicatriz en la nuca y que Lucho también la tenía.
Al otro día, llamó al Frenopático para preguntar por Paula, le dijeron que ya no trabajaba allí pero
que habían encontrado unas cartas con su propio nombre en la habitación de Lucho y le
preguntaron si quería que se las envíen. Ramos decidió que no, ya estaba cansado de tantas cartas y
porque el asunto le parecía amenazador.

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