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TERRORISMO DE ESTADO

En México se ignora que el Estado ha practicado el terrorismo de Estado que, en su extremo,


supone la desaparición de personas vinculadas políticamente, ya sea con organizaciones
guerrilleras o, en este caso, con organizaciones que no tienen nada que ver con la violencia radical.

El terrorismo de Estado es aquel ejercicio del poder caracterizado, por lo menos, por las siguientes
notas: A) Afirmación de la existencia de una «guerra vertical» con un enemigo infiltrado en todos
los niveles de la sociedad, cuya finalidad es la eliminación de valores aceptados como absolutos
por quienes detentan el poder. B) Delimitación imprecisa de los hechos punibles y eliminación del
proceso judicial para la determinación de la comisión de un delito. C) Imposición clandestina de
medidas de sanción estatal prohibidas por el orden jurídico oficialmente proclamado (torturas y
homicidio, entre otras). D) Aplicación difusa de medidas violentas de privación de la libertad, la
propiedad o la vida, con prescindencia, en muchos casos, de la identidad del o de los destinatarios
de las mismas y de los actos u omisiones de los que puedan ser responsables; la aplicación de la
violencia a víctimas inocentes contribuye precisamente a reforzar la 'eficacia' del terror (Garzón,
1989, pp .37 y 38).

Si ya la noción misma de terrorismo presenta serias dificultades para precisar sus contornos y la
fijación del marco general, los problemas se acrecientan cuando la preocupación se dirige a
calificar ciertas conductas como terroristas atendiendo a quiénes la ejecutan. En efecto, qué
puede decirse cuando los actos terroristas son realizados por agentes de Estado en contra de la
población de su propia nación o, en su caso, para enfrentar a grupos asentados en otros países.
Me refiero particularmente al llamado terrorismo de Estado. Término este último que no ha sido
definido por ningún instrumento internacional, pero que expresa un contexto especial, a saber,
cuando el uso de la violencia en contra de su población la realiza el propio Estado, ya sea a través
de organismos propios o de grupos paraestatales, es decir, los que -sin formar parte del
aparato institucional- cooperan en este propósito.

Hace largos años que se viene hablando de terrorismo, pero aún no es posible consensuar un
concepto general en el ámbito internacional. Prueba de ello, es la Convención Interamericana
contra el Terrorismo de 2002, la que se dirige más bien a exhortar a los Estados a que adopten
medidas de cooperación, remitiéndose a los instrumentos internacionales para precisar cuáles son
los delitos terroristas. Justamente, el camino seguido ha sido individualizar ciertas conductas y
calificarlas como terroristas, más que acordar una definición. Es así que a la fecha son catorce los
tratados dirigidos a prevenir conductas terroristas -el primero de 1963 sobre actos cometidos a
bordo de aeronaves.

REFERENCIAS:

Rodríguez, R. (2015). EL TERRORISMO DE ESTADO COMO VIOLACION A LOS DERECHOS HUMANOS:


EN ESPECIAL LA intervención DE LOS AGENTES ESTATALES. Estudios Constitucionales.
https://doi.org/10.4067/s0718-52002015000200008

Garzón Valdés, Ernesto (1989): "El terrorismo de Estado (El problema de su legitimación e
ilegitimidad)", Revista de Estudios Políticos (Nueva Epoca), (N° 65), pp. 35-55.

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