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Es el despacho del 

poder ejecutivo encargado de diseñar, ejecutar y coordinar las políticas


públicas en materia de tenencia de la tierra, uso productivo del territorio nacional
y ordenamiento urbano.
Para lograr dicho objetivo entre sus facultades se encuentran realizar planes, programas y
proyectos vinculados al uso del territorio nacional —ya sean comunidades rurales o urbanas
—, extensiones de tierra y de agua dedicadas a la producción agropecuaria (que deberá
coordinarse con la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural), las estrategias
gubernamentales de vivienda, zonas metropolitanas e infraestructura; el registro de la
tenencia de la tierra; mediar en las disputas de propietarios de la tierra; administrar
extensiones desocupadas e improductivas que no estén bajo la propiedad pública o privada
de ninguna instancia; conducir sus estrategias en función del concepto de desarrollo
sostenible y colaborar con las entidades federativas y los municipios en cuanto al Registro
Público de la Propiedad se refiere

a) El crecimiento o surgimiento de asentamientos humanos y centros de población;

b) La regularización de la propiedad agraria y sus diversas figuras que la ley respectiva reconoce en
los ejidos, las parcelas, las tierras ejidales y comunales, la pequeña propiedad agrícola, ganadera y
forestal, los terrenos baldíos y nacionales, y los terrenos que sean propiedad de asociaciones de
usuarios y de otras figuras asociativas con fines productivos;

c) La elaboración y aplicación territorial de criterios respecto al desarrollo urbano, la planeación,


control y crecimiento de las ciudades y zonas metropolitanas del país, además de los centros de
población en general, así como su respectiva infraestructura de comunicaciones, movilidad y de
servicios, para incidir en la calidad de vida de las personas;

d) Los procesos de planeación de los asentamientos humanos y el desarrollo urbano, los


relacionados con la conservación y aprovechamiento sustentable de los ecosistemas, recursos
naturales y sus elementos;

e) La planeación habitacional y del desarrollo de vivienda, y

f) El aprovechamiento de las ventajas productivas de las diversas regiones del país;

En septiembre de 2009 Felipe Calderón anunció que, debido a la crisis económica de 2008 a 2009,
como una medida de austeridad eliminaría tres secretarías, incluyendo a la SRA, y que sus
funciones serían trasladadas a la Secretaría de Desarrollo Social (hoy, Secretaría de Bienestar) para
crear una «supersecretaría».8 No obstante, en el presupuesto federal de 2010 se le había
designado presupuesto, por lo que continuó en funciones sin una fecha en específico de su
desaparición.9

La propuesta se mantuvo en el la Cámara de Diputados, pero la Comisión de la Reforma Agraria


durante la LXII Legislatura del Congreso de la Unión, así como de diversos grupos agrarios del país,
se negó a continuar con ella ya que consideraban que la dependencia era el último bastión de la
reforma agraria mexicana y una que más atentaba contra la pobreza en el país, y asimismo que
con su eliminación se disminuiría el apoyo recibido por los campesinos.
Durante la campaña presidencial de 2012, diversos académicos y politólogos señalaron la
necesidad de que el Gobierno de México necesita una secretaría de Estado que se encargara del
Desarrollo Urbano, por la pobreza de la preocupación de las ciudades y especialmente de las áreas
metropolitanas del país en la Administración Pública Federal.

A un mes del inicio del gobierno de Enrique Peña Nieto, el 3 de enero de 2013, se publicó en el
Diario Oficial de la Federación la reforma 39 de la Ley Orgánica de la Administración Pública que,
entre otras cosas, desaparecía la SRA y creaba la Secretaría de Desarrollo Agrario, Territorial y
Urbano (SEDATU), cuyo más evidente cambio fue agregarle facultades de planificación territorial y
ordenamiento urbano.

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