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TATO

En el Amazonas se conoció un oso perezoso café llamado Tato, el era muy miedoso
y no quería bajar de un gran árbol donde vivía con su mamá Nani y sus hermanos
Loa y Ciro, ellos aunque eran menores bajaban a buscar piñas, un día Nani le pidió
a Loa y Ciro traer agua del Rio Amazonas, luego de que Loa y Ciro le trajeran agua,
llegó Tato con unas manzanas que bajo de un árbol muy alto, su madre envió a Tato
a traer piñas, pero Tato tenia tanto miedo que no bajó, pero Loa lo empujó, cuando
Tato cayó al suelo vio como todo era mas tranquilo de lo que pensaba, levanto la
mirada y vio al frente el gran rio Amazonas, los conejos no querían mojarse pero el
agua se levantó sobre ellos y les permitió llenar sus vasijas para beber, luego
observo como un grupo de iguanas intentaban ir a tomar sol pero no podían, el sol
bajó y se posó sobre ellas, así vio que todos se ayudaban mutuamente, él tomó las
piñas y regresó más que feliz al árbol, ya no tuvo más miedo.

CIRÍ
En las afueras de una ciudad había una hermosa lagartija de cabeza roja llamada
Cirí, vivía con sus papás Samy y Eli y sus hermano Lau, ellos vivían escondidos por
miedo a las fieras y a los seres humanos, pero se estaban quedando sin alimento y
tenían que salir buscarlo, pero como nadie se atrevía Cirí decidió que ella saldría,
cuando salió notó que su familia estaba prácticamente a la deriva y se entristeció
luego oyó una voz que le dijo – Cirí no te entristezcas que yo te ayudaré, úsanos
para cubrir tu casa – Dijo una roca, Cirí uso muchas rocas y cubrió su casita, luego
salió, había caminado pero todo era desierto, tenia tanta sed que al vez unos
charcos quiso saltar a ellos pero vio que estaban muy lejos, ella se entristeció, el
agua se levantó sobre ella y le dijo bébeme, y ella lo hizo, cuando hubo caminado
mucho, vio a lo lejos un grupo de hormigas, ella les pidió que fueran con ella porque
su familia moría de hambre, un grupo de hormigas muy ancianos no querían morir
en la ciudad y volverse polvo, por lo que decidieron ir con ella, luego el sol no daba
y ella tenia su piel muy tiesa del frio, por lo que el sol se acerco a ella y le dio calor,
cuando llegó a su casa comprendió la necesidad de aquellos seres abióticos y
comprendió que sin ellos sería imposible vivir.

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