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CENTRO DE ESTUDIOS INTENSIVOS

  Investigación glándulas endocrinas

ALUMNO: Eliezer Hernandez Monroy


MAESTRO: Miguel Antonio Maldonado Rubio
Fecha de entrega: 13/04/2021
Partes del sistema endócrino
Las glándulas principales que conforman el sistema endócrino humano son el hipotálamo, la hipófisis, la
glándula tiroidea, las glándulas paratiroideas, las glándulas suprarrenales, la glándula pineal y las
glándulas reproductoras, que incluyen los ovarios y los testículos. El páncreas también forma parte de este
sistema de secreción de hormonas, si bien está asociado además al aparato digestivo porque también
produce y secreta enzimas digestivas.
Si bien las glándulas endocrinas son los principales productores de hormonas del cuerpo, algunos órganos
no endócrinos, como el cerebro, el corazón, los pulmones, los riñones, el hígado, el timo, la piel y la
placenta, también producen y liberan hormonas.

El hipotálamo
El hipotálamo, un conjunto de células especializadas ubicado en la parte central inferior del cerebro, es el
vínculo principal entre el sistema endócrino y el sistema nervioso. Las células nerviosas del hipotálamo
controlan la hipófisis mediante la producción de sustancias químicas que estimulan o eliminan las
secreciones hormonales de la hipófisis.
A pesar de tener un tamaño que no supera al de una arveja, la hipófisis, ubicada en la base del cerebro,
justo debajo del hipotálamo, es considerada la parte más importante del sistema endócrino. Se la suele
llamar “glándula maestra” porque produce hormonas que controlan varias de las demás glándulas
endocrinas. Determinados factores, como las emociones y los cambios estacionales, pueden influir en la
producción y en la secreción de las hormonas hipofisarias. Para ello, el hipotálamo le transmite
información detectada por el cerebro (como la temperatura ambiental, los patrones de exposición a la luz y
los sentimientos) a la hipófisis.
La hipófisis
La diminuta hipófisis está dividida en dos partes: el lóbulo anterior y el lóbulo posterior. El lóbulo anterior
regula la actividad de la glándula tiroidea, las glándulas suprarrenales y las glándulas reproductoras. Entre
las hormonas que produce se encuentran las siguientes:
 la hormona del crecimiento, que estimula el crecimiento de los huesos y de otros tejidos del
cuerpo y desempeña una función en el manejo de los nutrientes y los minerales
 la prolactina, que activa la producción de leche en las mujeres que están amamantando
 la tirotropina, que estimula la glándula tiroidea para que produzca hormonas tiroideas
 la corticotropina, que estimula la glándula suprarrenal para que produzca determinadas hormonas
La hipófisis también secreta endorfinas, que son sustancias químicas que actúan sobre el sistema
nervioso para reducir la sensibilidad al dolor. Además, la hipófisis secreta hormonas que les indican a los
ovarios y a los testículos que produzcan hormonas sexuales. La hipófisis también controla la ovulación y el
ciclo menstrual en las mujeres.
El lóbulo posterior de la hipófisis libera hormona antidiurética, que ayuda a controlar el equilibrio de agua
del cuerpo mediante su efecto en los riñones y la salida de orina, y oxitocina, que provoca las
contracciones del útero durante el parto.
Glándula tiroidea y glándulas paratiroideas
La glándula tiroidea, ubicada en la parte frontal de la parte inferior del cuello, tiene la forma de un moño o
mariposa, y produce las hormonas tiroideas tiroxina y triyodotironina. Estas hormonas controlan la
velocidad con la que las células queman combustibles provenientes de los alimentos para producir
energía. A medida que aumenta el nivel de hormonas tiroideas en el torrente sanguíneo, también aumenta
la velocidad con la que se producen las reacciones químicas en el cuerpo.
Las hormonas tiroideas también desempeñan un papel clave en el crecimiento óseo y en el desarrollo del
cerebro y el sistema nervioso en los niños. La producción y la liberación de hormonas tiroideas son
controladas por la tirotropina, hormona que segrega la hipófisis.
Junto a la glándula tiroidea hay cuatro diminutas glándulas que funcionan en conjunto y que se denominan
glándulas paratiroideas. Liberan hormona paratiroidea, que regula el nivel de calcio en la sangre con
ayuda de la calcitonina, que se produce en la glándula tiroidea.
Glándulas suprarrenales
El cuerpo tiene dos glándulas suprarrenales triangulares, una encima de cada riñón. Las glándulas
suprarrenales constan de dos partes, cada una de las cuales produce una serie de hormonas y tiene una
función diferente. La parte exterior, la corteza suprarrenal, produce hormonas llamadas corticoesteroides
que influyen y regulan el equilibrio entre la sal y el agua del cuerpo, la respuesta del cuerpo al estrés, el
metabolismo, el sistema inmunitario y el desarrollo y la función sexuales.
La parte interna, la médula suprarrenal, produce catecolaminas, como la epinefrina. También llamada
adrenalina, la epinefrina aumenta la presión arterial y la frecuencia cardíaca cuando el cuerpo atraviesa
una situación de estrés. (Las inyecciones de epinefrina suelen usarse para contrarrestar una reacción
alérgica grave).
Glándula pineal y gónadas
La glándula pineal está ubicada en el medio del cerebro. Secreta melatonina, una hormona que puede
ayudar a regular el ciclo del sueño.
Las gónadas son la fuente principal de hormonas sexuales. En los hombres, se encuentran en el escroto.
Las gónadas masculinas, o testículos, secretan hormonas llamadas andrógenos. La hormona más
importante de los andrógenos es la testosterona. Estas hormonas regulan los cambios corporales
asociados al desarrollo sexual, incluido el agrandamiento del pene, el estirón que se produce durante la
pubertad y la aparición de otras características sexuales masculinas secundarias, como el agravamiento
de la voz, el crecimiento del vello facial y púbico, y el aumento de la fuerza y el crecimiento muscular.
Además, la testosterona trabaja junto con hormonas de la hipófisis en la producción del semen por los
testículos.
Las gónadas femeninas, los ovarios, se encuentran en la pelvis. Producen óvulos y secretan las hormonas
femeninas estrógeno y progesterona. El estrógeno participa en el desarrollo de las características
sexuales femeninas, como el crecimiento de las mamas, la acumulación de grasa corporal alrededor de
las caderas y los muslos, y el estirón que se produce durante la pubertad. Tanto el estrógeno como la
progesterona cumplen una función en el embarazo y en la regulación del ciclo menstrual.
El páncreas produce, entre otras, dos hormonas importantes: la insulina y el glucagón. Estas hormonas
trabajan en conjunto para mantener un nivel constante de glucosa (o azúcar) en la sangre y para mantener
el suministro de combustible necesario para que el cuerpo produzca y conserve reservas de energía.
Qué hace el sistema endócrino
Cuando se secreta una hormona, esta viaja desde la glándula endocrina por el torrente sanguíneo hasta
las células objetivo diseñadas para recibir su mensaje. En el camino, hay proteínas especiales que se
unen a algunas de las hormonas. Las proteínas especiales actúan como transportadores que controlan la
cantidad de hormonal que está disponible para interactuar y afectar a las células objetivo.
Además, las células objetivo tienen receptores que se unen solo a determinadas hormonas, y cada
hormona tiene su propio receptor, de modo que cada hormona se comunicará solo con las células objetivo
específicas que tengan receptores para ella. Cuando la hormona llega a su célula objetivo, se acopla a los
receptores específicos de la célula, y estas combinaciones de hormonas y receptores le transmiten
instrucciones químicas al mecanismo interno de la célula.
Cuando los niveles hormonales alcanzan cierta cantidad normal o necesaria, hay importantes mecanismos
corporales que detienen la secreción para mantener estos niveles hormonales en la sangre. Esta
regulación de la secreción de hormonas puede incluir a la hormona misma o a otra sustancia presente en
la sangre relacionada con la hormona.
Por ejemplo, si la glándula tiroidea ha secretado una cantidad suficiente de hormonas tiroideas en la
sangre, la hipófisis detecta los niveles normales de hormona tiroidea en el torrente sanguíneo y ajusta la
liberación de tirotropina, la hormona hipofisaria que estimula la glándula tiroidea para que produzca
hormonas tiroideas.
Otro ejemplo es la hormona paratiroidea, que aumenta el nivel de calcio en la sangre. Cuando se eleva el
nivel de calcio en la sangre, las glándulas paratiroideas detectan el cambio y reducen la secreción de
hormona paratiroidea. Este proceso de interrupción se llama sistema de autorregulación negativa.
Problemas en el sistema endócrino
Una cantidad excesiva o insuficiente de cualquier hormona puede ser perjudicial para el cuerpo. Por
ejemplo, si la hipófisis produce una cantidad excesiva de la hormona de crecimiento, el niño podría ser
demasiado alto. Si produce una cantidad insuficiente, el niño podría ser anormalmente bajo.
Mediante el control de la producción de hormonas específicas o su restitución se pueden tratar muchos
trastornos endócrinos en niños y adolescentes. Algunos de ellos son:
Insuficiencia suprarrenal. Esta afección se caracteriza por la función disminuida de la corteza
suprarrenal y por la consiguiente producción insuficiente de hormonas corticoidesteroides suprarrenales.
Los síntomas de la insuficiencia suprarrenal pueden incluir debilidad, fatiga, dolor abdominal, náuseas,
deshidratación y cambios en la piel. Los médicos tratan la insuficiencia suprarrenal administrando
hormonas corticoidesteriodes de restitución.
Síndrome de Cushing. Una cantidad excesiva de hormonas glucocorticoides en el cuerpo puede
provocar síndrome de Cushing. En los niños, suele darse cuando se toman grandes dosis de fármacos
corticoesteroides sintéticos (como la prednisona) para tratar enfermedades autoinmunitarias como el
lupus. Si la afección se debe a un tumor en la hipófisis que produce una cantidad excesiva de
corticotropina y estimula las glándulas suprarrenales para que produzcan corticoides en exceso, se trata
de la enfermedad de Cushing. Los síntomas pueden demorar años en aparecer e incluyen obesidad,
insuficiencia de crecimiento, debilidad muscular, piel propensa a formar moretones con facilidad, acné,
presión arterial alta y cambios psicológicos. Según la causa específica, los médicos pueden tratar esta
afección con cirugía, radioterapia, quimioterapia o fármacos que impiden la producción de hormonas.
Diabetes tipo 1. Cuando el páncreas no produce la cantidad suficiente de insulina, aparece la diabetes
tipo 1 (antes conocida como diabetes juvenil). Los síntomas incluyen exceso de sed, hambre, micción y
pérdida de peso. En los niños y los adolescentes, la afección suele ser un trastorno autoinmunitario en el
que células específicas del sistema inmunitario y anticuerpos producidos por él atacan y destruyen las
células del páncreas que fabrican insulina. La enfermedad puede provocar complicaciones a largo plazo,
como problemas renales, daños en los nervios, ceguera y aparición temprana de cardiopatías isquémicas
y accidentes cerebrovasculares. Para controlar los niveles de azúcar en la sangre y reducir el riesgo de
complicaciones por la diabetes, los niños con esta afección deben recibir inyecciones de insulina con
regularidad.
Diabetes tipo 2. A diferencia de la diabetes tipo 1, en la que el cuerpo no puede producir cantidades
normales de insulina, en la diabetes tipo 2, el cuerpo no puede responder a la insulina de manera normal.
Los niños y los adolescentes con esta afección suelen tener sobrepeso, y se cree que el exceso de grasa
corporal desempeña un papel en la resistencia a la insulina que caracteriza a la enfermedad. De hecho, la
prevalencia creciente de este tipo de diabetes en los niños tiene su paralelo en los índices de obesidad
que han aumentado drásticamente en los niños en los últimos años. Los síntomas y las posibles
complicaciones de la diabetes tipo 2 son básicamente los mismos que los de la diabetes tipo 1. Algunos
niños y adolescentes pueden controlar el nivel de azúcar en la sangre a través de cambios en la dieta,
ejercicio y medicamentos orales, pero muchos deben recibir inyecciones de insulina como los pacientes
con diabetes tipo 1.
Problemas con la hormona del crecimiento. Una cantidad excesiva de hormona de crecimiento en los
niños que todavía están creciendo hará que sus huesos y otras partes del cuerpo crezcan demasiado, lo
cual produce gigantismo. Esta afección poco frecuente suele ser provocada por un tumor en la hipófisis, y
puede tratarse extirpándolo. Por el contrario, cuando la hipófisis no produce cantidades suficientes de
hormona de crecimiento, el crecimiento en estatura del niño se ve perjudicado. Los niños con deficiencia
de la hormona de crecimiento también pueden tener hipoglucemia (niveles bajos de azúcar en la sangre),
en particular los bebés y los niños pequeños que tienen la afección.
Hipertiroidismo. El hipertiroidismo es una afección en la que los niveles de hormonas tiroideas en la
sangre son excesivamente altos. Los síntomas pueden incluir pérdida de peso, nerviosismo, temblores,
sudoración excesiva, aumento de la frecuencia cardíaca y la presión arterial, ojos saltones e hinchazón en
el cuello por el agrandamiento de la glándula tiroidea (bocio). En los niños, la afección suele ser provocada
por la enfermedad de Graves, un trastorno autoinmunitario en el que anticuerpos específicos producidos
por el sistema inmunitario estimulan la glándula tiroidea para que esté hiperactiva. La enfermedad puede
controlarse con medicamentos o mediante la extirpación o la destrucción de la glándula tiroidea mediante
tratamientos quirúrgicos o radiación.
Hipotiroidismo. El hipotiroidismo es una afección en la que los niveles de hormonas tiroideas en la
sangre son anormalmente bajos. La deficiencia de hormona tiroidea retrasa los procesos corporales y
puede producir fatiga, frecuencia cardíaca baja, sequedad en la piel, aumento de peso, constipación y, en
los niños, retraso del crecimiento y pubertad tardía. La tiroiditis de Hashimoto, que se produce por un
proceso autoinmunitario que daña la glándula tiroidea e impide la producción de hormonas tiroideas, es la
causa más frecuente de hipotiroidismo en los niños. Los bebés también pueden nacer sin glándula
tiroidea, o la glándula puede estar poco desarrollada, y esto produce hipotiroidismo. Esta afección puede
tratarse mediante restitución de la hormona tiroidea por vía oral.
Pubertad precoz.Los cambios corporales asociados a la pubertad pueden ocurrir a una edad
anormalmente temprana en algunos niños si las hormonas hipofisarias que estimulan las gónadas para
que produzcan hormonas sexuales aumentan antes de tiempo. Hay un medicamento inyectable disponible
que puede suprimir la secreción de estas hormonas hipofisarias (conocidas como gonadotropinas) y
detener la evolución del desarrollo sexual en la mayoría de estos niños.

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