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I. E.

LOS EDUCADORES
CIENCIAS SOCIALES
DOCENTE: MILAGROS HELGUERO VASQUEZ GRADO: 4to. A

La mujer en la sociedad industrial y el movimiento obrero del siglo XIX


Competencia: Construye interpretaciones históricas
Capacidades:
 interpreta críticamente fuentes diversas
 Comprende el tiempo histórico
 Elabora explicaciones sobre procesos históricos.

La sociedad industrial no reconocía a las mujeres los derechos polÍticos que habían obtenido
los hombres como ciudadanos, lo que las situaba en clara situación de inferioridad. La vida
de las mujeres de clase media y alta discurría en el hogar, consagrada a tareas domésticas
según el ideal de la mentalidad burguesa y la religión.
Las mujeres de la clase baja se veían obligadas a trabajar, como el resto de los miembros de la familia, incluidos los
niños,debido a los bajísimos salarios. De hecho, la participación productiva de la mujer, ya fuera en el trabajo a domicilio, en
el servicio doméstico o en labores manufactureras y fabriles, resultaba imprescindible en la sociedad urbana del siglo XIX.
Al finalizar la centuria, la creación de nuevos puestos de trabajo como secretarias,mecanógrafas, taquígrafas,maestras o
telefonistas, acarreó nuevas oportunidades de empleo para las nuevas generaciones de mujeres urbanas. En Europa
Occidental y Estados Unidos se desarrolló un movimiento que luchaba por la igualdad de la mujer: el sufragismo,cuyo objetivo
fue el derecho al voto femenino.

Sufragismo y feminismo

La sociedad industrial y el liberalismo no aportaron cambios significativos a


la situación política, legal y económica de las mujeres. Éstas siguieron
estando discriminadas respecto a los varones. Tan solo abrió el camino hacia
el trabajo femenino en las fábricas y las minas, pero en condiciones de una
extrema explotación y discriminadas salarialmente frente a sus compañeros
de trabajo.
Por otro lado, la mujer tuvo vetadas las áreas profesionales de más
responsabilidad así como la educación superior, siendo relegada en el caso
de la burguesía al ámbito doméstico.
El liberalismo afectó en mayor medida al status de los hombres, que logaron primero el sufragio censitario y más tarde el
universal. Las mujeres quedaron excluidas de ambos sistemas durante largo tiempo.
Fueron estas circunstancias las que propiciaron a partir de la segunda mitad del siglo XIX el nacimiento del movimiento
sufragista, que reivindicaba el derecho al voto de las mujeres como paso previo al feminismo, es decir, a conseguir la plena
igualdad de derechos respecto a los hombres. El movimiento sufragista no se constituyó en grandes masas y arraigó con más
fuerza en las mujeres urbanas de clase media que poseían un cierto grado de educación. Las obreras antepusieron sus
reivindicaciones de clase a sus propios intereses como mujeres. Las campesinas por su baja formación, su dedicación íntegra
al trabajo, la carencia de tiempo libre y su aislamiento, fueron las últimas y más reacias a incorporarse a los movimientos
emancipadores.
Por lo demás, las principales abanderadas del sufragismo y posteriormente del feminismo fueron
británicas y estadounidenses, seguidas de escandinavas y holandesas.
Conocidas figura del movimiento por la emancipación femenina fue la británica Emmeline
Pankhurst (1858-1928), fundadora de la Unión Social y Política de Mujeres (WSPU) e inspiradora de
diversos tipos de protesta (manifestaciones, huelgas de hambre, etc).
Otra conocida activista fue Emily Davison, que murió en 1913 en una de sus acciones de protesta al
arrojarse a los pies de un caballo de la cuadra real en el transcurso de una carrera celebrada en Derby.
En España destacó Concepción Arenal (1829-1893), que asistió a la Universidad Complutense
disfrazada de hombre para salvar la prohibición que impedía la enseñanza universitaria a la mujer. En
Alemania sobresalió Rosa Luxemburgo (1870-1919) brillante intelectual y militante del comunismo
alemán.
En el Perú destacó Acosta Cárdenas Miguelina, Anarquista, abogada, feminista y educadora. Nació en Yurimaguas, 23 de
noviembre del año 1887 en el seno de una familia dueña de una plantación cauchera en Loreto. En 1917, Miguelina al lado
de Dora Mayer, fundó la revista La Crítica. Está publicación fue vocero de las preocupaciones indigenistas, feministas y
sindicales.
El movimiento obrero
La Revolución Industrial llevó consigo la aparición de una nueva
clase social: el proletariado. Estaba constituida por los obreros
que trabajaban en las fábricas y vivían en las ciudades.
Los obreros no eran propietarios de las máquinas que
manipulaban, carecían de control sobre ellas, éstas pertenecían
a los patronos o burgueses. Para sobrevivir vendían sus
servicios a aquéllos a cambio de míseros salarios. Mujeres y
niños (el trabajo infantil estaba permitido) percibían menores
salarios que los adultos varones.
- Las condiciones de vida de la clase trabajadora durante las
primeras fases de la industrialización fueron pésimas. Eran sometidos a largas jornadas de trabajo (hasta 16 horas), las
condiciones de seguridad en las fábricas y minas eran muy precarias, carecían de seguro médico, de paro o de vejez. Esta
situación los llevó en muchas ocasiones al alcoholismo, al juego, la prostitución e incluso la delincuencia.

Las precarias condiciones en que se desarrollaba la vida de la clase trabajadora, alentó la aparición de ideologías que
criticaban el sistema capitalista. Propugnaban su destrucción y la búsqueda de alternativas basadas en la igualdad y la
solidaridad. Surgieron así diversas corrientes ideológicas como el socialismo utópico, pero, destacaron por su importancia
dos: el marxismo y el anarquismo.

- El proletariado se organizó en partidos políticos y sindicatos de carácter revolucionario para reivindicar sus intereses y
luchar por la desaparición del capitalismo. Nacieron organizaciones como el SPD (Partido Social Demócrata Alemán) o las
Trade Unions británicas.
- Los trabajadores, al margen de su nacionalidad, tenían problemas e
intereses comunes, ello dio lugar a la aparición de asociaciones de
carácter internacional como la AIT (I Internacional), fundada en 1864.
La huelga fue uno de los recursos empleados como medida de
presión para conseguir sus reivindicaciones.

El Socialismo Utópico (nombre impuesto por Marx), fue el primer


movimiento en defensa de una mejora de las condiciones de vida de
los obreros. No obstante, su carácter poco pragmático y no
revolucionario, lo hizo efímero y fue relegado por otras corrientes
como el Marxismo. Destaca la figura de Robert Owen, a quien se considera el padre del cooperativismo moderno.

El marxismo: constituyó la ideología más depurada y que más seguidores tuvo a lo largo de siglo XIX. Su influencia siguió
siendo de suma importancia a lo largo del siglo XX. Carlos Marx y su colaborador Federico Engels hicieron un exhaustivo
análisis de las sociedades a lo largo de la historia, poniendo especial énfasis en la capitalista de su tiempo. A través de obras
como el Manifiesto Comunista o El Capital, elaboraron una teoría que sostenía que la sociedad capitalista se encuentra
dividida en clases con intereses irreconciliables. Una de ellas, la burguesía, explota a la otra, el proletariado. Desarrollaron
para explicarlo la teoría de la “plusvalía”.
Es menester que la clase obrera tome conciencia de su situación y se rebele contra los opresores, destruyendo la sociedad
capitalista y creando en su lugar una nueva, basada en la igualdad y la solidaridad, donde ya no existan clases sociales. Para
llegar a ello es precisa una fase intermedia en la que el proletariado imponga una dictadura socialista (la “dictadura del
proletariado”).

El anarquismo
Básicamente el anarquismo partía de la misma realidad que el marxismo, es decir, de la situación de explotación que vive la
clase obrera y la injusticia del capitalismo. Desde esa premisa, defendía la destrucción del sistema, pero a diferencia del
marxismo, abogó por la negación de cualquier tipo de autoridad, es decir, del Estado en sí (gobierno, instituciones,
administración, ejército, etc.). El mismo término “anarquía” proviene del griego “ἀναρχία”, es decir, sin gobierno. Dentro
del anarquismo existen numerosas corrientes. Entre sus pensadores más destacados están Bakunin, Proudhon y Kropotkin.
Todos ellos abogaban en sus escritos por la abolición de la propiedad privada de los medios de producción, algo que
también defendía el marxismo.

Actividades
1. Realiza un organizador visual creativo sobre el movimiento obrero.
2. Realiza un cuadro comparativo de las ideologías del: socialismo, marxismo y anarquismo.

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