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Ideas principales

Subtema

Elementos de la legitimación
El texto habla sobre elementos que no están definidos en formas o moldes
procesales, pero que se utilizan en el juicio procesal a través del principio rector
de los "moduladores de la actividad procesal". Estos elementos son de
aplicación obligatoria, prevalecen sobre otras disposiciones y deben utilizarse
como fundamento de la interpretación. El criterio de necesidad se aplica en
este campo para equilibrar las funciones político-criminales del instituto y los
cometidos del principio de legalidad, en orden a una relativización que no lo
deje vacío de contenido sustancial. La ponderación implica un juicio que busca
equilibrar estas funciones y cometidos. El mandato de corrección se
complementa con el marco garantizado por la política criminal, los derechos
fundamentales y los valores jurídicos del sistema de justicia. En resumen, el
texto trata sobre la aplicación de elementos necesarios en el juicio procesal y la
importancia de equilibrar las funciones político-criminales del instituto con los
cometidos del principio de legalidad.

Los preacuerdos y las negociaciones representan un componente


esencial de la administración de justicia

La idea principal de este texto es que la justicia consensuada es un


componente esencial de la administración de justicia que puede ayudar a
alcanzar los objetivos de eficacia en la resolución de los casos, evitando el mal
gasto de recursos económicos en causas que no tienen significativa
trascendencia social. La práctica judicial ha mostrado que el sistema acusatorio
no ha logrado descongestionar la carga judicial en el país debido a la falta de
uso de los mecanismos de justicia consensuada. Los preacuerdos y las
negociaciones entre la Fiscalía y el acusado permiten la concentración de la
atención y los esfuerzos en los casos que producen un mayor impacto en la
sociedad, evitan los gastos e incertidumbres que el adelantamiento del juicio
trae consigo y aseguran una rebaja punitiva considerablemente inferior a
aquella que le correspondería al acusado de no acudir al acuerdo.

Los preacuerdos y las negociaciones entre la fiscalía y el imputado o


acusado responden a criterios político criminales.
La idea principal de este texto es que la separación entre el Derecho Penal y la
Política Criminal, impuesta por el positivismo formalista, ha sido superada y en
la situación actual ambas disciplinas forman parte de la denominada ciencia
penal. La política criminal es esencial para diseñar la estrategia de prevención
y sanción del delito, y determinar las condiciones para una aplicación eficaz del
Derecho penal. La dogmática penal y la política criminal tienen el mismo
objetivo y no deben separarse para evitar disfuncionalidades en el sistema. Los
preacuerdos y las negociaciones son herramientas político-criminales que
humanizan la pena y cumplen las finalidades de prevención general y especial
de la sanción penal. La política criminal contribuye a la racionalización de la
reacción penal, y la Comisión Nacional de Política Criminal y el Fiscal General
de la Nación son responsables de los desarrollos concretos necesarios para
una aplicación exitosa del instituto.

Los preacuerdos y las negociaciones de culpabilidad tienen relación


directa con el principio de economía procesal

La idea principal de este texto es que la política criminal que sustenta los
procedimientos de justicia consensuada busca la eficacia y la economía
procesal, y que los preacuerdos y las negociaciones son inherentes al sistema
acusatorio. A través de la justicia consensuada se logra una aplicación de la
justicia más ágil y rápida, con una eliminación de costos y una eficiencia y
eficacia en la administración de justicia. Se destaca la importancia de evitar
penas absurdamente largas y, en cambio, se promueve la condena corta pero
con expectativas de cumplimiento, lo que puede aumentar las posibilidades de
rehabilitación del responsable. No obstante, se reconoce que la eficacia y la
economía procesal no deben imponerse a la justicia garantista que exige
nuestro modelo de Estado.

Los preacuerdos y las negociaciones deben responder a criterios de


justicia material y no deben ser ajenas al establecimiento de la verdad real
La idea principal de este texto es que la aplicación de mecanismos de justicia
consensual no implica impunidad o injusticia, sino que permite una rebaja en la
sanción que le correspondería al acusado como consecuencia de haber
negociado los cargos imputados. Sin embargo, para que la negociación
consulte la justicia material, es necesario que exista un mínimo probatorio
complementado con la confesión transaccional que excluya toda duda
razonable acerca de la responsabilidad del incriminado. Además, el artículo
327 del Código de Procedimiento Penal establece que la aplicación de los
preacuerdos procede si existe un mínimo de prueba que permita inferir la
autoría y participación del procesado en la conducta motivo del acuerdo.
Finalmente, se menciona que el juez tiene la facultad de revisar los acuerdos
que se hacen partir de imputaciones infladas o que incluyen agravantes
inexistentes.

Elementos procesales
La idea central de este texto es que el principio rector consagrado en el artículo
10 del Código de Procedimiento Penal establece la importancia de respetar los
derechos fundamentales de las personas involucradas en la actuación procesal
y de lograr la eficacia del ejercicio de la justicia, en la que los funcionarios
judiciales deben hacer prevalecer el derecho sustancial. En resumen, el texto
enfatiza la relevancia de tener en cuenta los derechos fundamentales y el
derecho sustancial en el desarrollo de la actuación procesal.

Responden a un acto procesal de postulación

La idea principal del texto es que , los acuerdos entre la Fiscalía y el acusado
buscan poner fin al proceso penal de manera abreviada, pero la eficacia del
acuerdo depende de la aprobación del juez, quien tiene el papel de asegurar
que se respeten los derechos fundamentales de las partes involucradas y que
se aplique el derecho sustancial. Aunque se habla de un sistema de justicia
autocompositivo, en realidad es un sistema hetero-compositivo, ya que el juez
tiene un papel importante en la toma de decisiones y no se limita a dar fe de la
voluntad de las partes.

Responden aun acto procesal de postulación

El texto habla sobre la negociación en el proceso judicial y cómo puede


iniciarse desde la voluntad del procesado y su defensa o desde la Fiscalía. Se
menciona que la Fiscalía debe evaluar las posibilidades de éxito en el juicio y la
consistencia de su teoría del caso y pruebas, mientras que la defensa debe
hacer un pronóstico serio acerca de la posibilidad de una condena. Se destaca
la importancia del mínimo probatorio como exigencia para determinar la
conveniencia de someterse a la negociación. En conclusión, se dice que la
negociación es una potestad discrecional y no existe obligación alguna del
Estado o del acusado para iniciar conversaciones con ese fin.

Implica responsabilidades legales para sus intervinientes


El texto habla sobre los deberes y responsabilidades de todos los participantes
en el proceso de preacuerdo y negociación en el sistema de justicia penal. Se
enfatiza la importancia de actuar con objetividad y respetar la legalidad y los
precedentes judiciales para aprestigiar a la administración de justicia. Se
menciona que la Fiscalía no puede coaccionar al imputado y debe seguir los
lineamientos institucionales al ofrecer descuentos punitivos. El juez debe
dosificar la sanción y respetar las garantías fundamentales del procesado y de
la víctima. La defensa tiene la responsabilidad de no contribuir a la impunidad y
actuar con objetividad. Finalmente, se destaca que la práctica de la justicia
consensuada debe ser manejada con transparencia y respetando los derechos
de todos los intervinientes, ya que cualquier falta de objetividad o respeto a la
legalidad puede resultar en responsabilidades disciplinarias o penales. En
resumen, la idea principal es que todos los participantes deben actuar con
responsabilidad y respetar la legalidad para garantizar una justicia justa y
equitativa.

Imputado acusado en el tramite de preacuerdo y la negociación debe estar


asistido para su defensa

La idea principal del texto es la importancia del papel de la defensa en el


proceso de preacuerdos y negociaciones entre la Fiscalía y el imputado o
acusado. La presencia de la defensa es necesaria para garantizar los derechos
del procesado, ofrecer información y asesoramiento en torno a las
implicaciones de someterse a tal procedimiento, y para hacer un juicio
pronóstico de la conveniencia de asumir la responsabilidad o irse a juicio.
Además, el defensor tiene la responsabilidad de ser proactivo en las
conversaciones y en las propuestas que haga a la Fiscalía. La presencia de la
defensa también es importante en la audiencia de individualización de la pena,
en las negociaciones de beneficios penitenciarios y sustitutos penales. Se
enfatiza que la manifestación de culpabilidad debe ser lo suficientemente
asesorada por el defensor, y que el derecho de defensa no puede ser
renunciado.
Tramite de alegaciones preacuerdos de culpabilidad intervinientes en el
ministerio publico y vicitma

La idea principal del texto es que en el trámite de la justicia consensuada, tanto


el Ministerio Público como la víctima tienen un papel importante para garantizar
el respeto de los derechos fundamentales del procesado y las víctimas,
respectivamente. El Ministerio Público actúa como interviniente especial para
verificar la legalidad del procedimiento, la existencia de evidencia mínima y la
adecuada dosificación de la pena, entre otros aspectos. Por su parte, la víctima
tiene derecho a intervenir en la celebración de los preacuerdos y negociaciones
y a hacer valer sus derechos de verdad, justicia y reparación. En resumen, el
texto destaca la importancia de la participación del Ministerio Público y la
víctima en el proceso de justicia consensuada para garantizar un debido
proceso y la protección de los derechos de todas las partes involucradas.

Alegación acordada de culpabilidad debe ser producto de un acto informado,


libre espontaneo y voluntario.

La idea principal del texto es que el artículo 293 del Código de Procedimiento
Penal otorga al juez de conocimiento la competencia de verificar que los
acuerdos a los que llegue el imputado o acusado con la Fiscalía sean
voluntarios y libres. Además, el juez de control de garantías tiene el deber de
indagar sobre el entendimiento del imputado acerca de los efectos de la
aceptación de culpabilidad si se presenta un acuerdo entre la formulación de la
imputación y la presentación del escrito de acusación. Tanto la defensa como
la Fiscalía tienen el deber de informar adecuadamente al imputado sobre los
efectos de someterse a un trámite de negociación, y es necesario que el
imputado sea informado de manera precisa acerca de las consecuencias de su
proceder para validar el acuerdo. Además, el texto destaca que el indebido
asesoramiento puede tener graves consecuencias para el imputado o
procesado.

Alegación de culpabilidad preacordada asume la forma de una


confesiontrasaccional

La idea principal de este texto es que la alegación de culpabilidad preacordada


por parte del procesado se considera una confesión, y esta confesión es la
base para la sentencia. Aunque el procesado renuncia a la práctica de pruebas
y a la contradicción probatoria, sus derechos constitucionales de necesidad,
licitud y legalidad de la prueba siguen intactos. La admisión voluntaria y libre de
culpabilidad se entiende en la práctica judicial con los mismos efectos
normativos de una confesión simple y ofrece al juez el conocimiento acerca de
la existencia del hecho y del compromiso penal del procesado más allá de toda
duda razonable.

Una vez el juez de conocimiento aprueba el acuerdo resulta improcedente la


relación de algunos de los intervinientes

El texto trata sobre la justicia consensuada y su relación con la política criminal


de eficacia y economía procesal. Se menciona específicamente el artículo 293
del Código de Procedimiento Penal, que establece que una vez que el juez de
conocimiento verifica que el acuerdo entre la Fiscalía y el acusado fue
voluntario, libre y espontáneo, procederá a aprobarlo y ningún interviniente
podrá retractarse de lo pactado. La Corte Constitucional ha revisado la
constitucionalidad de esta disposición y ha concluido que garantiza la seriedad
y credibilidad del proceso y que la retractación del imputado sería perjudicial
para la eficacia del procedimiento aplicable y para la administración de justicia
en general. Además, se destaca la importancia de la manifestación de voluntad
del imputado en la terminación anticipada del proceso y se subraya la
necesidad de garantizar la seguridad jurídica y el derecho de defensa del
imputado.

Elementos esenciales
Los acuerdos y negociaciones no proceden en relación cocn los delitos
bagatera

La idea central del texto es que para que los preacuerdos y las negociaciones
de culpabilidad sean válidos, es necesario que exista un mínimo de prueba que
permita inferir la autoría o participación del acusado en la comisión del delito.
Además, se debe verificar la existencia de la conducta, la imputación objetiva y
subjetiva, el grado de participación, el injusto y la culpabilidad del agente en el
trámite de la actuación que da lugar a la negociación de culpabilidad. Si la
conducta no es típica, no hay lesividad o no hay lugar a un juicio de reproche,
se debe dar aplicación a la preclusión de la investigación y no someter al
procesado a un trámite de negociación improcedente. También se menciona
que los preacuerdos y las negociaciones pueden aplicarse en casos especiales
en los que existe desigualdad material por indefensión y debilidad psíquica,
económica o física, siempre que tengan base probatoria suficiente.

Estas regidos por el principio de legalidad y modulado

En este texto aborda el principio de legalidad como pilar fundamental del


Estado de Derecho, el cual tiene dos funciones principales: limitar las fuentes
formales del derecho penal y garantizar la seguridad jurídica. Se menciona que
la moderna concepción del principio de legalidad se ha visto influenciada por
figuras como Rousseau y la Revolución Francesa. El texto también se enfoca
en la implementación del principio de legalidad en los preacuerdos y las
negociaciones en el proceso judicial, y cómo se debe utilizar de manera
modulada, moderada por los principios de necesidad, ponderación y
correccional. Se menciona que la justicia consensuada cuestiona el principio de
legalidad en su versión positivista legal y que la modulación procesal implica
ponderar entre la legalidad y la necesidad. En general, el texto trata sobre
cómo el principio de legalidad es esencial en el sistema de justicia y cómo su
aplicación debe equilibrarse con otros principios y necesidades.

Reducción de cargos que se presentan en una alegación de culpabilidad


puede ser cualitativa o cuantitativa.
El artículo discute el artículo 350 del Código de Procedimiento Penal
colombiano, que establece que el fiscal y el imputado pueden llegar a un
acuerdo en el que el imputado se declarará culpable del delito imputado o de
uno relacionado de pena menor, a cambio de que el fiscal elimine alguna
causal de agravación punitiva o algún cargo específico. El texto señala que la
negociación puede tener un efecto cuantitativo o cualitativo en términos de
reducción de la pena y que esta práctica está amparada por el principio de
oportunidad. Además, se discuten las posibles implicaciones de estas
negociaciones para el principio de legalidad y se identifican las soluciones
propuestas en el derecho comparado.
Eliminación de una causal de agravación punitiva
El texto aborda varias situaciones relacionadas con la negociación en el ámbito
penal . En primer lugar, se discute la posibilidad de negociar agravantes en
delitos subordinados manteniendo el núcleo básico de imputación en el delito
básico. Luego, se plantea la posibilidad de suprimir agravantes vinculadas con
el bien jurídico protegido. Además, se discute la posibilidad de reconocer
atenuantes punitivos en situaciones similares a las anteriores. También se
menciona la discusión sobre la aceptación de ciertas circunstancias como
marginalidad, ignorancia o pobreza extrema como atenuantes punitivos.
Finalmente, se argumenta que cualquier acuerdo debe estar inspirado en el
principio rector de aprestigiar la administración de justicia y que la reducción de
pena por el acuerdo debe obedecer a criterios razonables y benéficos para el
sistema de justicia.

Respeto de las tipicidades colaterales en los eventos de conexidad

La idea principal del texto es que la modalidad de delito relacionado se aplica


cuando se cometen varios delitos conexos, pero esta relación debe ser
entendida como conexidad sustancial, lo que implica que existen vínculos
telcológicos, ocasionales, consecuenciales o cronológicos entre los delitos. El
autor considera que los acuerdos y negociaciones que se basan únicamente en
una conexidad procesal (unidad de denuncia, sujeto activo, medio probatorio,
etc.) son improcedentes, ya que no existe una relación sustantiva entre los
delitos.

Respectos de los subrogados y sustitutos penales

El texto habla sobre la posibilidad de que los preacuerdos en el proceso penal


incluyan no solo la pena que se impondrá al acusado, sino también las
consecuencias accesorias a la pena, como la prisión domiciliaria, el arresto
domiciliario, la suspensión condicional de la ejecución de la pena, la reparación
de la víctima, entre otras. Además, se discute la posibilidad de conceder
subrogados o sustitutos en ciertos casos y se menciona la importancia de
considerar los contenidos constitucionales en la restricción de la libertad

No procede en el ámbito de dosificación de la pena, el sistema de los


cuartos
La idea principal del texto es que el artículo 3 de la Ley 890 de 2004 establece
que el sistema de cuartos no se aplica en eventos donde hay preacuerdos o
negociaciones entre la Fiscalía y la defensa en la terminación anticipada del
proceso penal. La Corte Constitucional ha establecido que existen dos
modalidades de terminación anticipada: preacuerdos y negociaciones, y la
aceptación unilateral de cargos. Solo los preacuerdos y negociaciones forman
parte de la justicia consensuada, mientras que la aceptación unilateral de
cargos no lo hace. Por lo tanto, el sistema de cuartos se aplica en el caso de la
aceptación unilateral de cargos, pero no en el de preacuerdos y negociaciones.

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