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CELO POR LA CASA Y LAS COSAS DE DIOS

Juan 2:13-21 - 2Crónicas 29:16-19


Definición
Leemos muchas veces en el Antiguo Testamento de personas o cosas que fueron «santificadas», o sea: «apartadas
para el servicio de Dios», como, por ejemplo, los sacerdotes de la familia de Aarón con todos lo utensilios del
Tabernáculo. Pasando al Nuevo Testamento, encontramos el verbo hagiazo (santifico) con idéntico sentido en cuanto
al oro que adornaba el Templo, y los dones que se colocaban sobre el altar (Mt. 23:17 y 19).

Juan 2:13-14 La bendición de la casa de Dios. ¿En que hemos convertido la casa de Dios?, si usted tiene una
Iglesia, usted esta gozando de una bendición que otros quizás no tienen. Libertad de culto, el aliento de vida, mismo
que Dios esta soplando sobre usted. Enfoquémonos en la bendición para que en nuestro corazón haya gratitud hacia
nuestro creador.

2 de Crónicas 7:15-16 Mis ojos estarán abiertos, y mis oídos atentos, a la oración que se haga en este lugar;
16pues ahora he elegido y santificado esta Casa, para que esté en ella mi nombre para siempre; y mis ojos y mi
corazón estarán ahí para siempre.

LA BENDICIÓN DE UN LUGAR PARA ADORAR. ¿Tenemos respeto por la casa de Dios? La Casa de Dios, es
una casa de oración. ¿Alguna vez usted a tratado de vender o proporcionar productos en la Iglesia? Si lo ha
hecho, déjeme decirle que es una falta de respeto para con la casa de Dios. Ya no lo haga

Isaías 56:7 Yo los llevaré a mi santo monte y los recrearé en mi casa de oración; sus holocaustos y sus sacrificios
serán aceptados sobre mi altar, porque mi casa será llamada casa de oración para todos los pueblos».

La bendición de cuidar la casa de Dios. En cuestión de la mayordomía. Es una de las áreas que muchas veces
fallamos. Tenemos una responsabilidad, un acto de obediencia que a Dios le agrada. Usted cumpla y ore para que
Dios bendiga y le de sabiduría a los que tienen la responsabilidad de cuidar los bienes del Señor. Y se dará usted
cuenta de las bendiciones que vendrán sobre su propia vida.

Malaquías 1:6-7 El hijo honra al padre y el siervo a su señor. Si, pues, yo soy padre, ¿dónde está mi honra?; y si
soy señor, ¿dónde está mi temor?, dice Jehová de los ejércitos a vosotros, sacerdotes, que menospreciáis mi
nombre y decís: “¿En qué hemos menospreciado tu nombre?”. 7 En que ofrecéis sobre mi altar pan inmundo. Y
todavía decís: “¿En qué te hemos deshonrado?”. En que pensáis que la mesa de Jehová es despreciable.

(1Cor.14:40) Nosotros deberíamos ser celosos en esto y procurar hacer todo decentemente y con orden.

Quien cuida la higuera comerá su fruto, y el que mira por los intereses de su señor recibirá honores. Proverbios27:18

La bendición de sentir la presencia de Dios. A la verdad los judíos quisieron ver con sus propios ojos, lo que Jesús les
estaba diciendo. Bienaventurados los que creyeron sin haber visto. Nosotros no andamos por vista, creemos con el
corazón. Le creemos a Dios y a su palabra, nos abrazamos a sus promesas que son fieles y verdaderas.

Me mostrarás la senda de la vida; en tu presencia hay plenitud de gozo, delicias a tu diestra para siempre.
Salmos 16:11

LA BENDICIÓN DE DISFRUTAR EL TRABAJO DE OTROS.


A manera de ilustración: En un pequeño pueblo, el comité deportivo miro la necesidad de reparar la cancha de
básquetbol y se propusieron recaudar fondos con las familias del pueblo. Se encontraron con un señor de alrededor
de 45 años el cual les contesto: “Yo ya estoy muy viejo como para ir a pararme en esa dichosa cancha de
básquetbol”. Un miembro del comité le contesto: “A la verdad Señor, pero esto será una bendición no solo para usted,
si no también para sus hijos y nietos”. Usted disfrute de trabajar para el Señor, cualquier cosa que haga, hágalo como
para Dios y no para los hombres.

Deuteronomio 6:10 »Cuando Jehová, tu Dios, te haya introducido en la tierra que juró a tus padres Abraham, Isaac y
Jacob que te daría, en ciudades grandes y buenas que tú no edificaste, 11con casas llenas de toda clase de bienes,
las cuales tú no llenaste, con cisternas cavadas, que tú no cavaste, y viñas y olivares que no plantaste, luego que
comas y te sacies, 12cuídate de no olvidarte de Jehová, que te sacó de la tierra de Egipto, de casa de servidumbre.

Preparado por el pastor Javier Asitimbay

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