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MIRE YA BE NITO MARTÍN ;ADRIÁN GÁZQU E T BU ST OS;MIGU EL ÁNGE L DE L POZO GARC ÍA;AMARA
RODRÍG UE Z SÁNC HE Z
Tabla de contenido
1. Introducción .............................................................................................. 2
5. Conclusión ............................................................................................... 12
Bibliografía .................................................................................................. 14
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1. Introducción
El imperativo en castellano tiene unas características muy peculiares con
respecto a otras lenguas cercanas como el inglés o el francés. Sin embargo, su uso está
sufriendo transformaciones en los últimos tiempos.
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2. Los Enunciados Imperativos
Con este tipo de oraciones el emisor busca que se realicen acciones u omisiones
sobre las que el referente del sujeto del imperativo pueda ejercer cierto control. Esa es la
razón por la que muchos de los predicados que designan estados o propiedades tienden
a rechazar los imperativos. Como el imperativo quiere cumplir esa función apelativa o
conativa y motivar o incitar al interlocutor, nunca aparecerá sintácticamente como una
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oración subordinada, porque perdería esa esencia. Los enunciados imperativos son
construcciones mucho más simples, cortas y directas.
En el plano sintáctico, las oraciones imperativas siempre han estado muy ligadas
a las exhortativas, desiderativas u optativas. Para adentrarnos mejor en el tema que nos
compete, vamos a hacer un repaso general breve de las oraciones y sus clasificaciones,
recogidas por Ignacio Bosque y Violeta del Monte en Gramática descriptiva (1999):
La RAE (1931: § 313; 1973: § 328) considera las imperativas como subgrupo de
las exhortativas que, además de mandato y prohibición, indican exhortación: «un
mandato sin la crudeza del imperativo». Lenz (1920: § 21) incluye las imperativas junto
a las «afectivas» en el grupo de las exclamativas. Según el modelo funcional de Bühler
(1934: § 4), las imperativas e interrogativas comparten el predominio de la función
apelativa. Los otros dos tipos serían la declarativa, con función predominantemente
representativa, y la exclamativa, con función expresiva. Desde el punto de vista
«nocional», Jespersen (1924: cap. 22) agrupa las peticiones y las preguntas —y no las
imperativas e interrogativas— frente a los enunciados que no tienen la finalidad de
influir en la voluntad del oyente.
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Con el infinitivo, los pronombres clíticos aparecen pospuestos, también en la
negación: «a comerse todo», «no mirarme de esa manera». Estos ejemplos son muy
frecuentes en el habla del día a día, pero poco usados en lenguaje escrito. De hecho, en
el habla oral, es más habitual escuchar el empleo del infinitivo plural «veniros» que
el uso correcto del imperativo plural «veníos».
Se dirige a las segundas personas del singular y plural: «haber tardado menos» o
como se muestra en este ejemplo, con el pronombre implícito: «haber esperado —tú o
vosotros— en casa». Es contrafáctico, porque se presenta una situación irreal o
contraria a la existente; retrospectivo, porque está orientado al pasado, y un imperativo
prototípico está situado en una acción futura. Se relaciona con construcciones que
explicitan sintáctica o léxicamente esta información.
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3. Gramática Prescriptiva I
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argentina del español acentúa la segunda persona del singular: cantá (Gramática
descriptiva, Vol. III, §60.2.1.2).
Antes del verbo y separado por una coma, para mantener la estructura
directiva lógica.
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Pronombre enclítico: unido al verbo, focalizando el sujeto (Gramática
descriptiva, Vol. III, § 60.2.1.5).
Posterior al verbo, habitual cuando se usan los pronombres «usted» y
«ustedes». Se emplea para clarificar el uso de un sujeto en segunda
persona y tiempo verbal en tercera, herencia de las fórmulas de cortesía
antiguamente empleadas (Sánchez López 271).
3.3. Discusiones
1. ª Hay una gran aceptación respecto al uso de la primera persona del plural del
presente de subjuntivo dentro del modo imperativo. Se considera válida al incluirse el
emisor en la acción mediante el pronombre reflexivo: «hagámoslo». El hecho de que
tanto Bosque y Demonte como la RAE la incluyeran en la Gramática descriptiva (1999)
y la Nueva Gramática (2010) dan fe de su aceptación.
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Se ha considerado al imperativo una forma abreviada de las
oraciones desiderativas, casi como una evolución provocada por la
economía del lenguaje; del «ojalá puedas venir» se transformó en
«ven», lo que lo convierte en una forma particular dentro de los
subgrupos del subjuntivo, el optativo (A. Bello §466-467).
4. Gramática Prescriptiva II
En este apartado se enunciarán y explicarán las normas dictadas por la Real
Academia de la Lengua Española del uso del imperativo. Los usos erróneos del
imperativo son muy comunes entre la población, por ello, instituciones como la Fundéu
explican y dan ejemplos prácticos cuáles son los usos aceptados por la RAE y cuáles se
deben evitar.
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4.1. Imperativo de verbos regulares
(FundéuRAE)
Excepciones a la norma
Sin embargo, esta regla cuenta con dos excepciones. La primera, el uso del
infinitivo terminado en -r con valor de imperativo es válido cuando le precede la
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preposición a. Por ejemplo, sería correcto decir «¡A dormir ya todo el mundo!» porque
el verbo dormir va precedido de la preposición a. (Leonardo Gómez 145)
Para «vosotros» y «ustedes» es correcta la forma id, pero las dudas comienzan
cuando a esta forma le tenemos que unir los pronombres enclíticos. En los verbos
regulares se pierde la -d al añadir pronombres «marchaos», pero con ir no se sigue esta
regla.
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Según el Diccionario Panhispánico de Dudas, se desaconseja la forma iros,
aunque es válida, y se prohíbe terminantemente la forma arcaica, *ios. Si se usa el
enclítico os con el verbo ir, se recomienda usar la forma imperativa idos.
Los verbos simples poner que posee formas irregulares en sus imperativos
«pon» las mantiene en los imperativos de los verbos derivados de anteponer > antepón.
Sin embargo, hay otros verbos decir que poseen formas irregulares para formar sus
imperativos «di», pero sus derivados se conjugan de forma regular. Por ejemplo, de
bendecir se dice bendice como forma regular. No podríamos decir «*¡Bendí a los
feligreses!» sino que utilizamos la forma regular «¡Bendice a los feligreses!» Así la
forma simple del verbo es irregular y el verbo derivado sigue la forma regular del verbo.
(FundéuRAE)
5. Conclusión
En resumen, hemos visto que no existe conformidad para definir el tipo de
enunciado que es el imperativo, no obstante, sí hay un acuerdo general en que no es un
enunciado per se. Por otro lado, hemos visto que cuenta con características
morfosintácticas muy particulares y que encontramos un número de discusiones en
torno a varios aspectos. Por último, hemos mostrado que existe una conjugación para
los verbos regulares, así como también algunas dificultades para conjugar los verbos
irregulares y no confundir el imperativo con el infinitivo entre otras.
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Retomamos la cuestión de esta investigación, la cual propusimos como:
Para las personas que estén interesadas en obtener más información a este
respecto aconsejamos materiales como los artículos propuestos por la Fundéu [1];
artículos filológicos más especializados que describen el desarrollo histórico del modo
como el de J. Manuel Calvo González llamado Nueva consideración del imperativo [2]
y, por último, para conocer la norma, consultar la Nueva gramática de la lengua
española [3].
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Bibliografía
Alarcos Llorach, Emilio. «Sobre el imperativo». AO XXI: Universidad de Oviedo,
1971. Pág. 389-395. Web.
Sánchez López, Cristina. «Una anomalía del Sistema Pronominal español.». Dicenda.
Estudios De Lengua Y Literatura españolas. N.º 11, (1993): p. 259. Web.
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