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LA NECESIDAD DE CLASIFICAR
La sistemática es la disciplina científica que estudia la diversidad de los seres vivos e intenta clasificarlos
mediante un sistema ordenado. Las clasificaciones son hipótesis que los biólogos ponen a prueba
continuamente a través de su trabajo. Se valen de un sistema de clasificación para nombrar y agrupar a
las especies conocidas de una manera lógica, objetiva, consistente y no redundante.
Ernst Mayr describió a una especie biológica como "un grupo de poblaciones naturales cuyos
individuos se cruzan entre sí exitosamente de manera real o potencial y que están
reproductivamente aislados de otros grupos". Para que surja una nueva especie, se debe establecer
algún mecanismo de aislamiento reproductivo.
LA CLASIFICACIÓN BIOLÓGICA
En biología, los seres vivos se clasifican de manera jerárquica. El esquema de clasificación jerárquico fue
propuesto en el siglo XVIII por el botánico sueco Carl Von Linné (1707-1778). Este sistema de clasificación
agrupa las especies en categorías cada vez más inclusivas. Cada categoría o taxón es una especie o un
grupo de especies. Las especies con características parecidas se agrupan en taxa denominados géneros;
los géneros en familias; y así sucesivamente en categorías superiores (órdenes, clases, fílum, reinos y
dominios). Cada taxón menos inclusivo consiste en un grupo del taxón más inclusivo al que pertenece.
La primera palabra de un nombre científico corresponde al epíteto genérico, es decir, a la palabra que le
da el nombre al género al que pertenece la especie. La segunda palabra correspondiente al epíteto
específico de la especie, esto es, la palabra que identifica a la especie en ese género. Ambos
términos se escriben en itálica, o se subrayan en caso de escribirlos a mano. La letra inicial del epíteto
genérico se escribe en mayúscula, mientras que el epíteto específico se escribe en minúscula.
A esta forma de escribir el nombre científico se le conoce como Nomenclatura Binomial. Escritura
difundida por Carlos Linneo en su obra Species Plantarum (1753).Desde la época de Linneo se
acostumbra a formar nombres científicos aludiendo a tres aspectos:
En 1977, Carl Woese propuso los tres dominios Bacteria, Archaea y Eukarya. Los dos primeros
resaltan las diferencias entre procariontes.
DOMINIO ARCHEA
Las arqueobacterias o arqueas son un grupo de organismos
unicelulares procariotas que habitan algunos de los lugares
más inhóspitos del planeta. Se diferencian de las bacterias
fundamentalmente en la composición de su pared celular y su
membrana plasmática. Estas estructuras celulares poseen
moléculas especiales que posibilitan que estos organismos
resistan condiciones ambientales extremas.
DOMINIO EUBACTERIA
Las bacterias son el grupo de organismos más abundante y
diverso del planeta. Debido a su gran diversidad y capacidad
de adaptación, presentan una distribución muy extendida en
el planeta Tierra. Al igual que las arqueas, son seres
unicelulares procariotas que no pueden ser observados a
simple vista. Las bacterias desempeñan funciones muy
importantes en los ecosistemas naturales, participando del
reciclado de nutrientes y de Ia extracción del nitrógeno
atmosférico. A su vez, la mayor parte del oxígeno producido
todo el planeta se debe a un grupo de estos organismos
denominado cianobacterias.
DOMINIO EUKARYA
El tercer dominio de seres vivos, los eucariotas, apareció
algunos millones de años después que los procariotas. Los
primeros eucariotas fueron unicelulares y permanecieron así
por unos mil millones de años. Actualmente, hay organismos
eucariotas unicelulares y pluricelulares. Actualmente, la
mayoría de los eucariotas unicelulares actuales se agrupan
en varios reinos de protistas y en los reinos Plantae, Animalia
y Fungi que contienen principalmente organismos
pluricelulares y se diferencian entre sí por la forma de
nutrición y el tipo de desarrollo.
REINO ANIMAL
Son organismos pluricelulares heterótrofos. A diferencia de las plantas, los animales deben ingerir su
alimento, ya sea mediante el consumo de otro ser vivo o mediante la alimentación de materia orgánica sin
vida. Respecto de los hongos, se distinguen en que utilizan enzimas digestivas una vez que
incorporaron el alimento, no previamente. A su vez, los animales no presentan una pared celular que
brinde sostén y protección a sus células, sino que poseen estructuras moleculares especializadas, como el
colágeno, que cumplen con esas funciones. Además, presentan movilidad propia, que les permite
desplazarse en busca de alimentos, parejas, refugios y demás recursos necesarios para su desarrollo.
LOS VIRUS
Todo ser vivo es capaz de nutrirse, relacionarse con el medio en el que vive y reproducirse. Una planta se
nutre, se relaciona y se reproduce. Por eso se define como un ser vivo. Una roca no es capaz de realizar
ninguna de estas tres funciones.
Por ello, no es un ser vivo. Los virus no se nutren, ni se relacionan. Para hacerse copias de ellos
mismos necesitan, de forma obligatoria, la intervención de una célula. Por ello, los virus no son seres
vivos. Este es el motivo por el que no aparecen incluidos en ningún Reino en los que se engloban los
seres vivos.
Los virus atacan cualquier tipo de células provocando su muerte. Por eso, producen enfermedades.
Porque no son seres vivos, es difícil tratar de combatir una infección vírica. No se pueden utilizar
antibióticos, ya que son fármacos que matan bacterias. Sólo nuestro sistema inmune puede luchar contra
los virus. Nos vacunamos para alertar a nuestro sistema inmunológico sobre la existencia de virus y
prevenir un posible contagio. Las medidas higiénicas pueden también impedir el contagio de
enfermedades víricas.