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Clasificación de los Seres Vivos

Los Seres Vivos

La vida alude a aquella unidad organizada que es capaz de llevar a cabo ciertas acciones, como
metabolizar, reproducirse y evolucionar. Los seres vivos son aquellas criaturas de distintos
tipos, producto de altísimos niveles de organización de la materia orgánica, capaces de llevar a
cabo diversos procesos de intercambio de energía e información con el medio ambiente y con
otros seres vivos, como son obtener energía, crecer, reproducirse y evolucionar.

Los límites entre lo considerado vivo y no vivo(o inerte), son de por sí difíciles, ya que aún no
se sabe en qué consiste exactamente eso que distingue a los seres vivos de la naturaleza
inorgánica que los rodea. Ciertos abordajes prefieren pensar la vida como un sistema
complejísimo que se perpetúa a sí mismo y que se mantiene operante mientras conserve su
ordenamiento interior.

Composición celular

Según lo establece la Teoría celular, una de las principales aproximaciones fundamentales de la


Biología al estudio de los seres vivientes, éstos se encuentran siempre constituidos por
unidades mínimas de organización corporal denominadas células. En base a este hecho, los
seres vivos se diferencian a grandes rasgos entre los constituidos por una sola célula
(unicelulares) y los constituidos por muchas células (pluricelulares). En el caso de estos últimos,
las células sacrifican su autonomía para funcionar como un todo altamente jerarquizado y
organizado.
Evolución

Consecuencia directa de la adaptación de las especies y de la selección natural fruto de su


lucha por prevalecer sobre otros individuos y sobre otras especies, la evolución es otra
característica importante de la vida. Eso que Darwin llamó la “sobrevivencia del más apto”,
consiste en la extinción de las especies menos adaptativas, permitiendo que su lugar lo ocupen
otras con una mayor y mejor preparación para sobrevivir.

Este proceso, a lo largo de miles de millones de años, arrojó formas de vida cada vez más
compleja en diversos grupos de seres vivos.

Genética

Por último, la genética y la transmisión de la información biológica a las nuevas generaciones


de la misma especie para conservar los cambios y las adaptaciones logradas, son la base de la
cadena de la vida.

En el interior de las células se encuentra el material genético, dispuesto en largas cadenas de


proteínas llamadas ADN y ARN (Ácido Desoxirribonucleico y Ácido Ribonucleico
respectivamente), encargadas de replicarse una y otra vez a medida que la célula se reproduzca
y a medida que sintetice o construya las sustancias necesarias para su supervivencia (o del ser
vivo como un todo).
La Biodiversidad. Clasificación de los seres vivos.

La biodiversidad o diversidad biológica es la variedad de la vida. Este reciente concepto incluye


varios niveles de la organización biológica. Abarca a la diversidad de especies que viven en un
espacio determinado, a su variabilidad genética, a los ecosistemas de los cuales forman parte
estas especies y a los paisajes o regiones en donde se ubican los ecosistemas.

Pero la mayor parte de esta riqueza natural aún no se conoce. Sólo se han identificado 1,3
millones de especies, lo que significa que aproximadamente el 86% de las especies terrestres y
el 91% de las marinas aún no se han descubierto.

Con semejante cantidad de especies, es obvia la necesidad de agruparlas o clasificarlas, para


facilitar su estudio, como así también se vio la necesidad de nombrarlas de modo tal que toda
la comunidad científica mundial las reconozca con el mismo nombre. Vamos a analizar estos
dos aportes científicos.

A lo largo del tiempo se han utilizado diferentes modelos de clasificación de los seres vivos,
partiendo de la clasificación aristotélica que imperó durante años en nuestras aulas,
considerando la existencia de tres Reinos: Animal, Vegetal (que incluían a TODOS los seres
vivos) y Mineral (que incluía a la materia inerte).

Y si bien a nivel macroscópico es fácil distinguir entre plantas (generalmente quietas en un


lugar produciendo glucosa a partir de agua, CO2 y luz del sol para alimentarse) y animales
(generalmente se mueven y no producen su propio alimento), a nivel microscópico, la cosa
cambia radicalmente. Así encontramos organismos unicelulares como las euglenas que pueden
actuar como un animal o una planta (normalmente obtiene su energía por fotosíntesis a partir
de la luz solar como las plantas, pero puede alimentarse de nutrientes orgánicos como un
animal) o las bacterias y ciertos tipos de algas, que siendo diferentes de los organismos
superiores no lo son mucho más que las plantas de los animales. Claramente se necesitaba un
cambio en la clasificación de los seres vivos.

En 1866, Ernest Haeckel propuso el término Protista para crear un tercer reino y situar en el
esos organismos a medio camino entre animales y vegetales e intentar resolver problemas de
clasificación.

Los avances de la ciencia fueron aportando nuevos conocimientos y en 1969 Robert Whittaker
reemplaza la inmanejable dicotonomía animal/vegetal por el sistema de los 5 reinos: animalia
(metazoos), plantae (vegetales superiores), fungi (hongos superiores), protista o protoctista
(protozoos, algas y mohos mucilaginosos) y monera (bacterias).
Actualmente, uno de los sistemas más utilizados es el de los cinco Reinos, propuesto
por Whittaker en 1969. Según este sistema, los seres vivos se clasifican en cinco grandes reinos
en base a tres criterios: tipo de células, agrupación de las células y alimentación.

Robert Harding Whittaker (1920-


1980) fue un ecólogo y biólogo de
origen estadounidense que en unas
tres décadas de carrera dedicó su
vida a la producción intelectual al
servicio de la ciencia. Básicamente
se le conoce por su teoría en la que
organiza a los seres vivos en cinco
reinos.

Así tenemos:

 El reino Monera, agrupa a todos los procariotas, es decir, las bacterias.

 El reino Protista constituye un grupo muy variado de organismos eucariotas, entre los
que destacan los protozoos y las algas. Muchos de ellos son microorganismos
unicelulares y otros pluricelulares, algunos autótrofos y otros heterótrofos.

 El reino Fungi (hongos) incluye mohos, levaduras y setas.

 El reino Plantae (plantas) agrupa a los musgos, los helechos, las gimnospermas y las
angiospermas. La mayoría son terrestres, aunque hay muchas acuáticas.

 El reino Animalia (animales) forma el grupo más numeroso de seres vivos. El reino
animal abarca seres tan diversos como esponjas, gusanos, insectos, aves y mamíferos,
entre otros muchos. Viven en todos los medios.
Los reinos son categorías muy amplias, y los científicos los dividen en grupos más
pequeños. Cada reino se subdivide en tipos, y cada tipo, en clases. Cada clase se divide
a su vez en órdenes. Cada orden comprende familias. Las familias se dividen en
géneros, y los géneros, en especies.
La especie es el primer nivel de la clasificación de los seres vivos. La definición de especie es
polémica. Recordemos que entendemos como especie biológica al conjunto de seres
parecidos físicamente y que se reproducen entre ellos, produciendo descendencia fértil.

Este sistema, por su gran sencillez y utilidad, se ha mantenido vigente hasta hoy día aunque
actualmente se propuso una categoría superior a Reino: los DOMINIOS.

En biología, dominio es la categoría taxonómica atribuida a cada uno de los tres principales
grupos o taxones SUPERIORES en que actualmente se considera dividida la gran diversidad
de seres vivos: arqueas (Archaea), bacterias (Bacteria) y Eucarya (eucariontes). Así lo propuso
Carl Woese en 1990, teniendo en cuenta la biología celular y molecular de los organismos
que incluye cada dominio.

Todas las moneras son procariotas; pero teniendo en cuenta los ambientes que habitan, a los
procariotas se los puede clasificar en dos DOMINIOS: Archaea y Bacteria. Y todos los eucariotas
(protistas, hongos, vegetales y animales) se incluirían en el DOMINIO Eukarya.

¿De dónde vienen los nombres de las especies?

Si nos preguntan qué es un perro o un gato, todos sabremos de qué animales se trata. Sin
embargo, estos nombres no resultan útiles desde un punto de vista científico (aunque los
usemos muchas veces), especialmente cuando se realizan estudios y publicaciones. Los
nombres comunes (“perro”, “gato”) no son constantes; cada idioma, cada país, e incluso cada
región, dispone de sus propios términos para designar a los mismos organismos. Incluso a
veces cambian con el tiempo o son usados para designar a animales distintos (una langosta
puede ser un crustáceo marino o un insecto del orden de los ortópteros).

Está claro que esto puede llevar a confusión. Si alguien publica que ha llevado a cabo un
estudio sobre la reproducción en poblaciones de guacamayos, no sabríamos exactamente de
qué especie nos están hablando; el nombre común de esta ave varía entre países y existen
diferentes especies de guacamayos, por lo que el estudio no nos diría gran cosa.
Es por esto que la correcta clasificación y designación de nombres científicos es tan
importante: son constantes a nivel mundial (se evitan problemas de traducción) y aluden a un
único organismo sin ambigüedades.

Actualmente, la designación de nombres científicos se ajusta a la nomenclatura binomial, o lo


que es lo mismo, el nombre científico de cada especie está compuesto por dos términos:
el género (un nivel de clasificación superior a la especie) y el epíteto o nombre específico.

Linneo, el padre de la nomenclatura binomial

Desde siempre, los biólogos han tratado de clasificar y dar nombre a los organismos. Pero estos
nombres (que según Linneo, "apenas podían ser pronunciados en la propia lengua") no eran
fijos, pues cualquier biólogo podía cambiarlos a su antojo para ajustarlos a su visión de cada
especie. No había consenso alguno sobre los nombres, y no había forma de saber si dos
naturalistas estaban hablando de la misma especie de hongo, por ejemplo. Además, y aún hoy,
los nombres vulgares o cotidianos son múltiples para un mismo organismo, aún en regiones,
ciudades o barrios diferentes… Hornero, casero, caserito, alonsito, tiluchi… en fin, varios
nombres para un mismo animal.

Fue el botánico sueco Carl von Linné o Linneo quien formalizó el uso de la nomenclatura
binomial en su publicación Species Plantarum (1753). Como entonces la lengua franca, es decir,
el idioma utilizado más comúnmente en toda Europa era el latín, el sueco eligió esta lengua. A
partir de este momento, las especies recibirían un nombre con únicamente dos términos: el
género y el nombre específico; por ejemplo, Panthera tigris (tigre), Daucus carota (zanahoria),
Lactuca sativa, (lechuga), Canis familiaris (perro), Felis catus (gato), Homo sapiens (hombre), y
así para cada especie clasificada en el planeta.
Sistema de tres dominios.

Es un sistema de clasificación de seres vivos que tiene como base la comparación


de ARN ribosómico, que fue creado en 1977, por un microbiologista americano (Carl Woese),
usando el término reino en vez de dominio.
Este sistema tiene en cuenta la evolución de los seres vivos y su relación filogenética. La
diversidad genética encontrada refleja no sólo las características genéticas de los seres vivos,
sino también su ecología y bioquímica, siendo ese el motivo para la descripción de estos 3
dominios.

Los dominios son un concepto extenso que se encuentra por encima del concepto de reino,
que no es aplicado a esta teoría hasta 1990. En estos dominios se encuentran organizadas
todas las especies según su proximidad genética. La teoría Woese considera la existencia de un
árbol de la vida compuesto por 3 ramas.

A pesar de que la descripción de esta teoría se basa en la existencia de antepasados comunes


entre los individuos que componen cada dominio, este concepto no asume que todos los
dominios surgieron simultáneamente, habiendo un grupo más basal que los otros, el dominio
Bacteria. Sin embargo, la descripción de los miembros de cada grupo, así como las posiciones
que cada dominio asume en el “árbol”, también son completamente aceptadas por todos los
investigadores.

Tres dominios

Bacteria

Este dominio está constituido esencialmente por procariontes, muy comunes en la naturaleza.
Los organismos de este dominio son procariontes, sin embardo, sus membranas están
compuestas por cadenas de ácidos grasos no ramificados unidos al glicerol por cadenas de éter,
lo que hace a estos individuos poco resistentes a condiciones extremas. El mejor ejemplo de
individuos pertenecientes a esta familia son las cianobacterias, así como bacterias
grampositivas y bacterias gramnegativas.

Archaea

Los miembros que componen este dominio son los procariontes que existen en ambientes
extremos. Estos organismos corresponden a procariontes con membranas bastante resistentes
(con cadenas ramificadas de hidrocarbonatos unidos al glicerol por cadenas de éter) que les
permite sobrevivir en ambientes con temperaturas extremas, o elevadas concentraciones
de sal.

Eucariota

El dominio eucariota reúne en sí todos los organismos eucariontes que existen. Los miembros
de este dominio poseen células eucarióticas, poseyendo estas membranas semejantes a las
bacterias. Los reinos Protista, Fungi, Planta y Animalia componen este dominio, convirtiéndolo
en uno de los más diversos a nivel celular.

A pesar de ser bastante aceptado, la teoría del sistema de los 3 dominios de Woese ha
encontrado alguna resistencia por parte de diversos investigadores, siendo aún necesario
desarrollar mucha investigación en esta área de forma a volverla ampliamente aceptada.
Hipótesis de 4 dominios

Al analizar los virus, algunas proteínas virales específicas están presentes en


virus que infectan a los miembros de los tres dominios de la vida, lo que sugiere
que los virus son en realidad muy antiguos. En particular, los análisis
estructurales de proteínas de la cápside han revelado que al menos dos tipos de
viriones se originaron de manera independiente antes que LUCA (el último
antepasado universal celular); desafíando por ello el sistema de clasificación
actual de los organismos dentro de tres dominios distintos (Archaea, Bacteria y
Eukarya), ya que algunos grupos de virus al analizarlos parecen apoyar la
creación de un cuarto dominio (Akamara).

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