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APUNTES

HISTORIA DEL PERSPECTIVISMO ESCENOGRÁFICO DESDE LA


ANTIGÜEDAD HASTA EL SIGLO XX

Profesor: Darío Lanza Vidal

2018
APUNTES

HISTORIA DEL PERSPECTIVISMO ESCENOGRÁFICO DESDE LA


ANTIGÜEDAD HASTA EL SIGLO XX

Profesor: Darío Lanza Vidal

2018

Índice


1. Escenografía ilusionista en la Antigüedad ....................................................................................................... 3
2. Escenografía en el teatro medieval .................................................................................................................. 4
3. Escenografía ilusionista en el Renacimiento ................................................................................................... 5
4. Teatro y ópera en el siglo XVIII ...................................................................................................................... 7
5. Neoclasicismo y Romanticismo. Los espectáculos de linterna mágica, de fantasmagoría y otros
espectáculos pre-cinematográficos .......................................................................................................................... 8
6. Del teatro decimonónico al cine primitivo .................................................................................................... 11
Historia del perspectivismo escenográfico desde la Antigüedad hasta el siglo XX

HISTORIA DEL PERSPECTIVISMO ESCENOGRÁFICO DESDE LA


ANTIGÜEDAD HASTA EL SIGLO XX

Darío Lanza Vidal


Universidad Complutense de Madrid
dlanza@ucm.es - dario@dariolanza.com

L os estudios sobre los orígenes de la simulación tridimensional se enfocan generalmente en la pintura ilusio-
nista y de esta manera ubican sus principios conceptuales y metodológicos en la tradición pictórica. Sin
embargo, una investigación en profundidad revela que el trompe l'oeil, el ilusionismo y la simulación se
aplicaron desde un principio al entorno escénico de forma paralela y simultánea a su uso en el contexto artístico,
beneficiándose ambos entornos de un intercambio mutuo de soluciones y técnicas. Ello nos obliga a realizar un
estudio sobre el ilusionismo en el espectáculo y el medio teatral, contexto con el cual la representación tridimen-
sional, como simulación escenográfica que es, está tan relacionada como la pictórica-artística, si no más, y de la
que también toma un buen número de recursos.

1. Escenografía ilusionista en la Antigüe- ciendo aquí la idea de mímesis como sinónimo de in-
dad tención de recrear una realidad.
Como es sabido, el teatro occidental tiene su origen Celebrados al aire libre al pie de una colina, utilizan
en Grecia, donde nace como forma de expresión y es- como única instalación una tienda tras los actores, la
pectáculo a partir de los ritos dionisíacos que se cele- skene, que facilita los cambios de máscaras y vestua-
braban tres veces al año y, si atendemos al relato de rio y permite la entrada y salida de los comediantes en
Aristóteles, habría surgido concretamente de uno de escena, y una tarima o prosceno ligeramente elevado
estos rituales religiosos en particular, los ditirambos, desde donde se actúa. Al pie de la tarima se reserva un
rezos que se cantaban en grupo para rogar a Dionisos espacio circular para los bailarines, la orkestra, y el
fecundidad para los cultivos y el ganado. En estos di- público se dispone en la ladera conformando un gra-
tirambos, un guía entona plegarias que son respalda- derío alrededor de esta orkestra. Pronto la arquitectura
das por un coro, y se atribuye al actor y escritor Tes- efímera de la skene de tela se sustituye por una estruc-
pis el emancipar a este guía del conjunto del coro y tura permanente de madera y después por una edifica-
asignarle un texto y una actuación autónomas, dando ción de piedra de dos pisos que ya no sólo da entrada
origen al primer actor y naciendo con él el acto teatral y salida a los actores sino que dispone de camerinos y
propiamente dicho (Oliva y Torres Monreal, 2012, p. espacios para almacenar los decorados y las diversas
26). Cuando esta nueva modalidad de interpretación máquinas, poleas y grúas con las que se visten las re-
es aplicada en festejos en honor a héroes y difuntos da presentaciones. Para la creación de la escenografía se
origen a la tragedia y al drama, y cuando se aplica en recurre únicamente a un telón pintado cubriendo la
ritos festivos de carácter satírico, los cantos fálicos, skene y una pareja de periaktoi o peripetásmata,
deriva en la fórmula que conocemos como comedia. prismas triangulares ubicados a ambos lados del pros-
Así relata Aristóteles su origen: cenio a modo de bastidores rotatorios en cuyas tres
caras se pintan tres diferentes decoraciones (Vitruvio
Habiendo, pues, nacido al principio como improvisación –tanto Polión, 1995). En cada acto de la representación el
ella [la tragedia] como la comedia; una, gracias a los que ento- decorado puede cambiarse y los periactes pueden ro-
naban el ditirambo, y la otra, a los que iniciaban los cantos fáli- tarse para mostrar una configuración diferente de
cos, que todavía hoy permanecen vigentes en muchas ciuda-
acuerdo a los ambientes del relato. Vitruvio describe
des–, fue tomando cuerpo, al desarrollar sus cultivadores todo
lo que de ella iba apareciendo; y, después de sufrir muchos también el tipo de decoración que debe utilizarse en
cambios, la tragedia se detuvo, una vez que alcanzó su propia cada uno de los tres géneros teatrales clásicos:
naturaleza. En cuanto al número de actores, fue Esquilo el pri-
mero que lo elevó de uno a dos, disminuyó la intervención del Tres son las clases de escenas: trágicas, cómicas y satíricas; sus
coro y dio el primer puesto al diálogo. Sófocles introdujo tres y decorados son muy diferentes entre sí por diversas razones; las
la escenografía. (Aristóteles, Riccoboni y García Yebra, 1974, tragedias se representan con columnas, fastigios, estatuas y
pp. 139-140) otros elementos regios; las comedias poseen el aspecto de edi-
ficios privados con balcones y ventanas, que simulan edificios
En estos ritos, que originalmente nacen con un pro- ordinarios; las satíricas se adornan con árboles, cuevas, monta-
ñas y otras características propias del campo que imitan paisa-
fundo sentido religioso y ritual, el actor o celebrante
jes. (Vitruvio Polión, 1995, p. 208)
imita al héroe, dios o animal que se pretende invocar,
se hace poseer por él, lo “re-presenta” en el sentido de Estos decorados, en principio sencillos y esquemáti-
volver a hacerlo presente ante los asistentes, apare- cos, comienzan a diseñarse con intención ilusionista

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empleando criterios ópticos y de percepción a partir de esta adhesión a la ilusión es más rotunda es sin du-
de Agatarco de Samos, si atendemos al relato de Vi- da en el contexto teatral. Esta adhesión al ilusionismo
truvio, y por tanto alrededor del año 460 a.C. La des- queda reforzada si tenemos en cuenta a Merino Peral
cripción de Vitruvio, que ya hemos citado con ante- (2011) cuando puntualiza que el término skenografía,
rioridad cuando hablamos del nacimiento de la idea etimológicamente “pintura de escenarios”, llega a
de “rayos visuales” que da origen al modelo de pers- emplearse en la Antigüedad como sinónimo de pintu-
pectiva clásica, merece la pena ser revisada aquí de ra en perspectiva, en oposición al término skiagrafía
nuevo: que se utiliza para definir la simulación de relieve
mediante sombreado. La construcción de escenarios
Agatarco fue el primero que ejerció como director de escena en se convierte en Grecia en construcción invariablemen-
Atenas, mientras Esquilo representaba sus tragedias, y nos dejó te en perspectiva.
además un cuaderno de notas. Animados por esta iniciativa,
Demócrito y Anaxágoras escribieron también sobre esta misma
cuestión: la manera más conveniente de que se correspondan El teatro romano, mezcla del teatro griego introducido
unas líneas imaginarias trazadas desde un centro fijado, con la en la cultura romana de la mano de Livio Andrónico y
proyección de los rayos visuales y con la dirección de la vista;
de ciertas celebraciones de origen etrusco (Oliva y
y todo, de manera natural, con el fin de que unas imágenes in-
sinuantes de un insinuante objeto consigan apariencia de autén- Torres Monreal, 2012), es en esencia continuista con
ticos edificios en los decorados del escenario y con el fin de el modelo griego aunque, siendo una cultura caracte-
que los elementos que aparecen dibujados en superficies verti- rizada por un acusado gusto por la espectacularidad y
cales y planas, parezca como que están alejados o que están lo fastuoso en edificios, desfiles, celebraciones y jue-
próximos. (Vitruvio Polión, 1995, p. 257)
gos, es de esperar un tratamiento igualmente especta-
En esta descripción vemos que Agatarco no sólo está cular en los espacios destinados a los juegos escéni-
consiguiendo que sus edificios pintados parezcan cos. Vitruvio Polión (1995) nos proporciona una
reales, sino que gracias a su método del trazado de ra- interesante descripción comparada de los teatros grie-
yos visuales habría logrado simular distintas profun- go y romano en la que vemos que, entre las diferencia
didades en el telón plano, de modo que en función del que introducen los latinos, la orkestra pasa a ser semi-
tamaño representado estos parezcan alejados o próxi- circular para aproximar el público a la escena, se
mos en la percepción de un observador situado entre construyen palcos para las autoridades y vomitorios
el público. Con este proceder, la actitud ilusionista de acceso pero sobre todo se incorpora un gran núme-
vincula por primera vez la representación con la per- ro de elementos de confort y lujo para los asistentes,
cepción. Agatarco, considerado el primer artista del como el velarium para proteger a los espectadores del
que tenemos constancia que aplica un algoritmo pers- sol, el auleum o telón para marcar el comienzo y final
pectivo basado en la pirámide visual originada en el de las representaciones, y un mayor esplendor y sun-
ojo del espectador, constituye con estas escenografías tuosidad en la construcción y decoración del edificio
para Esquilo nuestro punto de partida en la creación proscénico, como podemos reconocer en el teatro ro-
de escenarios ilusionistas en el medio teatral. En un mano de Mérida. También las propias representacio-
capítulo anterior hemos descrito las características nes ganan en espectacularidad frente a las más sobrias
formales de estas representaciones ilusionistas y del homólogas griegas, introduciendo en escena auténti-
espacio que construyen, resultantes de los métodos cos desfiles, animales reales, lujosas decoraciones,
proyectivos de Agatarco y del particular modelo pers- espléndidos vestuarios y atrezo, para rechazo de los
pectivo de la Antigüedad derivado de su concepción autores más ilustrados, quienes, como Cicerón, prefie-
fragmentaria del espacio. Nos limitaremos aquí a sub- ren las formas más contenidas y austeras de los grie-
rayar que, al igual que en el resto de formas de pintura gos:
de esta época, en estas decoraciones la perspectiva es
¿Qué belleza hay, decidme, en ver desfilar seiscientos mulos en
apreciada como un valioso recurso escenográfico por Clitemnestra, en pasear ante nuestros ojos mil copas en El ca-
permitir simular ante los ojos del espectador un espa- ballo de Troya, y en emplear en no sé qué combate todas las
cio que prolonga el espacio real en el que se halla, armas de la infantería y de la caballería? (en Oliva y Torres
donde el director de escena puede incluir ex novo Monreal, 2012, p. 55)
cualquier elemento imaginable y, al conseguir la mí-
mesis entre ambos espacios, provocar la inmersión del En lo relativo a las técnicas de simulación escenográ-
espectador dentro de la propia simulación. Es en esta fica e ilusión óptica, aunque emplean todos los desa-
tradición grecolatina ilusionista y de simulación don- rrollos griegos en perspectiva y mímesis iniciados con
de Merino Peral (2005) sitúa el nacimiento del con- Agatarco, no incorporan a la escena avances propios
cepto de artificio con el sentido de “réplica, de ilusión significativos como tampoco hacen en el resto de
de realidad, con la capacidad de distraer, de adornar, formas de representación pictórica.
de crear formas, espacios y nociones inexistentes, pe-
ro verosímiles” (p. 14).
2. Escenografía en el teatro medieval
Ya hemos mencionado la implantación casi generali- En los siglos posteriores a la caída del imperio ro-
zada que la simulación y la ilusión conocen en todas mano, el teatro va desapareciendo de la esfera popular
las formas pictóricas en Grecia y en Roma, pero don- profana y sólo la Iglesia mantiene un cierto carácter

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dramático en su liturgia, el drama de la Misa como “el y la ilusión, necesariamente, pero no en el sentido
mayor espectáculo teatral de Occidente” (Oliva y To- mimético del trompe l’oeil.
rres Monreal, 2012, p. 72). A la escenificación ritual
puramente simbológica de la liturgia se van añadiendo Poco a poco, y especialmente a partir del siglo XII,
representaciones de carácter narrativo de pasajes bí- junto a los temas exclusivamente religiosos van apa-
blicos, formas conocidas como “milagros” y “miste- reciendo dramas profanos, presumiblemente escritos,
rios”, primero dentro de las iglesias y posteriormente en opinión de Oliva y Torres Monreal (2012), por los
en atrios y plazas (Nieva, 2011). Por tanto, el teatro mismos autores de las obras religiosas. Frente al inge-
medieval vuelve a nacer desde su origen a partir del nio y riqueza en recursos escenotécnicos de las repre-
rito religioso, al igual que sucediera anteriormente sentaciones de corte religioso, este teatro profano es
con el nacimiento del teatro griego, y no como conti- sobrio y sencillo, desarrollado en el interior de modes-
nuación del espectáculo lúdico romano. tos espacios cerrados circulares o cuadrados con dos o
Emancipándose poco a poco del espacio litúrgico del más pisos de palcos para los espectadores. Los teatros
templo, estos “misterios” y “milagros” a partir de pa- ingleses de siglos posteriores, como el célebre The
sajes bíblicos comienzan a representarse al aire libre Globe, heredarán esta misma estructura. En el patio
en “carretas-escenario” portátiles y en lo que se cono- central se alza la tarima proscénica que a su vez se
ce como “escenarios simultáneos”, largos proscenios apoya en la escena, una barraca de madera con puer-
de madera en los que se disponen linealmente y desde tas, ventanas y balcones que al mismo tiempo que sir-
el principio todos los decorados de la obra, las dife- ve de entrada y salida a los actores, es utilizada de
rentes “mansiones”, de modo que a medida que el re- camerino y de palco para la orquesta. Como únicos
lato va avanzando, la acción se desplaza de un espacio recursos escenográficos se emplean tapices o esteras
escénico a otro progresivamente sin interrupciones en para cubrir la barraca de la escena y algunos objetos
el curso de la representación. Nieva (2011) describe la de atrezo sin un destacable trabajo de simulación. In-
escenografía en estos escenarios simultáneos en estos cluso en ocasiones se recurre a un simple cartel para
términos: indicar por escrito el lugar en la acción, que el espec-
tador debe completar con su imaginación.
Cada uno de los decorados es convencional, por lo que se refie-
re a las proporciones, y minuciosamente realista en lo que se
refiere a los detalles. Un montoncillo de tierra representa una
montaña; un estanque, apenas lo suficientemente grande para 3. Escenografía ilusionista en el Renaci-
que flote una sola barca, representa el mar; cuatro postes que
sostienen un techo de paja es el establo de Belén; un espacio de
miento
tierra rodeado de zarzas, el huerto de Getsemaní. Pero hay ver- La difusión de las teorías sobre perspectiva de Bru-
dadera agua en el estanque, el buey y el asno están realmente nelleschi-Alberti y el poder de inmersión ilusionista
atados en el establo, y se han trasplantado algunos árboles au- que poseen estas nuevas imágenes unido al redescu-
ténticos al huerto. (p. 31) brimiento de la obra de Vitruvio, hacen resurgir el in-
terés por el teatro clásico y el arte escenográfico. Nace
La componente sobrenatural en la mayoría de estas en esta época la ciencia de la escenografía como con-
obras religiosas, su ambientación en lugares lejanos, texto de aplicación de las nuevas leyes de la perspec-
la representación de espacios no terrenales como el tiva a las ideas escenográficas clásicas que se redes-
Cielo o el Infierno, la caracterización de personajes cubren en Vitruvio. Además, como hemos
fantásticos como demonios, ángeles o santos, y la in- mencionado, en el plano ideológico la nueva imagen
terpretación de sucesos de gran impacto dramático, perspectiva dirige la mirada del observador e impone
como los milagros, obliga al desarrollo de una gran un punto de vista y, con su único vértice de observa-
cantidad de recursos escenográficos espectaculares. ción ideal inscrito en sí misma, prioriza a un especta-
Con el paso del tiempo se llega a disponer de un sofis- dor frente al resto, espectador privilegiado al que se
ticado repertorio de efectos especiales que permiten, subordina toda la construcción. Recurso, pues, muy
ante los ojos de los impresionables espectadores, ha- conveniente para los nobles y príncipes que patroci-
cer bajar ángeles del cielo, brotar agua en el desierto, nan estos espectáculos, los cuales aprenden a usar esta
elevarse las almas de los santos, multiplicar panes y dimensión ideológica de la representación perspectiva
peces, convertir agua en vino, apariciones y desapari- como apoyo propagandístico. Si la racionalidad que
ciones mediante trampillas y sofisticados efectos lu- emana de las nuevas imágenes ha permitido emanci-
mínicos y con fuego. Encontramos, por tanto, un tea- par al hombre del dominio de la Iglesia, su poder pro-
tro medieval que exhibe un gran despliegue de pagandístico habría pasado a ser explotado por esta
ingenio decorativo y un destacable desarrollo en el otra élite en el seno de espectáculos lúdicos y teatra-
contexto de los efectos especiales. Pero sin embargo, les, celebrados en un principio dentro de contextos
y aunque estos milagros y representaciones de lo so- cortesanos en castillos y palacios, citemos a este res-
brenatural tienen mucho en común con los espectácu- pecto los trabajos de Leonardo como escenógrafo en
los de magia y prestidigitación, no se produce en ellos los espectáculos de la corte de Ludovico Sforza. La
un trabajo de ilusionismo o de ilusión óptica como re- ventana albertiana a través de la que se ve otro mundo
curso generador de espacios. Se trabaja la simulación y el axioma del punto de vista prefijado se adaptan
particularmente bien al contexto teatral, donde un

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proscenio define una ventana para un espectador in- autónomas y permanentes. A este respecto resulta im-
móvil que, gracias a las capacidades miméticas e in- prescindible citar los ejemplos del Teatro Olímpico de
mersivas de las nuevas imágenes, es poderosamente Vicenza, el Teatro de Sabbioneta o el Teatro Farnese
absorbido por la representación y su significado su- de Parma los cuales, si bien todavía nacen como espa-
bliminal: “el ensalzamiento de las cualidades y virtu- cios elitistas y no populares, destacan por constituirse
des del Príncipe” (Merino Peral, 2005, p. 47) patroci- ya como infraestructuras independientes y permanen-
nador el evento, actitud que terminará desembocando tes construidas para la perpetua realizazione del arte
en la sumisión del Barroco al poder absolutista. escénico, postulándose como modelo para los poste-
riores teatros populares. En ellos encontramos la apor-
Sea más o menos relevante este papel autolaudatorio tación renacentista más importante al arte escenográ-
y propagandístico, lo cierto es que en el quattrocento fico: la creación de la caja, entendida en palabras de
el espectáculo teatral es redescubierto e impulsado Merino Peral (2011) como:
desde el interior de las cortes italianas que monopoli-
zan el arte y la cultura, y sin los cuales “la escena hu- el edificio polifuncional que englobaba el Teatro, perfectamen-
te cerrado, independiente y permanente. Un espacio cerrado, en
biera quedado relegada a la simple diversión popular
el que el escenógrafo dirigía la vista del espectador, manipula-
que fue en el Medioevo” (Oliva y Torres Monreal, ba decorados orientándolos hacia el punto de fuga en la línea
2012, p. 109), para posteriormente conseguir traspasar del horizonte, sin dejar resquicios a la libre imaginación, en ba-
estos círculos elitistas y cultos próximos al poder ha- se a los nuevos preceptos de la perspectiva euclidiana, con la
cia la esfera pública, evolucionando hacia géneros po- definición del punto de vista preferencial, que convertía cual-
quier puesta en escena artificiosa a ojos de los espectadores, en
pulares como la commedia dell’arte. Y en todo este la Ventana Albertiana, una recreación ilusionística, a través de
proceso, el centro del debate sobre a la representación la cual se podía relatar todo tipo de asuntos mediante composi-
vuelve a situarse nuevamente en torno a la perspecti- ciones verosímiles al ojo humano. (p. 20)
va.
Prototipo de esta reivindicación de la arquitectura
Las nuevas imágenes en perspectiva, que son trasva- grecolatina y del gusto por el ilusionismo, el Teatro
sadas desde el medio pictórico al teatral por primera Olímpico de Vicenza, construido por Palladio y Sca-
vez en 1506 por Girolamo Genga (Merino Peral, mozzi en 1580 como reproducción a escala del Teatro
2011), permiten simular complejos escenarios en es- de Pompeyo siguiendo las descripciones de Vitruvio,
pacios reducidos, con lo que dejan de ser necesarias incorpora a su arquitectura latinizante sofisticados
las grandes dimensiones del escenario simultáneo juegos de perspectiva y efectivos trampantojos arqui-
medieval. Gracias a la perspectiva albertiana, el teatro tectónicos. En palabras de Merino Peral (2005, p. 52),
puede ser representado en jardines o en el interior de el de Vicenza constituye “una restitución actualizada
salones y salas de fiestas cortesanas, que son acondi- del teatro clásico, teatro como espacio unitario, armó-
cionadas de forma transitoria, habitualmente a la ma- nicamente conectado y equilibrado”. Para el frente de
nera grecolatina, para albergar estas representaciones la escena se construye una monumental edificación
y en las que es fácil controlar con precisión la percep- semejante a un Arco de Triunfo romano con cinco
ción del espectador. El teatro renacentista convierte puertas que dan paso a otras tantas calles de ejecución
así en cubierto e interior el recientemente redescubier- ilusionista. Los detalles sobre la construcción de este
to teatro romano, al tiempo que se emancipa de los tipo de escenarios en trompe l’oeil, sobre el diseño de
temas religiosos medievales y de la escenificación los tres géneros de escena vitruviana y sobre una gran
popular al aire libre. Junto a los nuevos fondos ilusio- variedad de recursos escenotécnicos son recogidos
nistas pintados en perspectiva se comienzan a utilizar pormenorizadamente por Sebastiano Serlio en su in-
maquetas y construcciones físicas tridimensionales apreciable segundo libro sobre arquitectura. En este
como refuerzo a la simulación espacial, como ilustra Trattato sopra le scene (Serlio, 1551) vemos que, pa-
la escenografía que Baltasar Castiglioni diseña para ra construir estos espacios en trompe l’oeil, la sección
una representación de La calandria en la Corte de Ur- trasera de la tarima proscénica se dispone en plano in-
bino, para la que sabemos que construye “una hermo- clinado y se ubican elementos a escalas progresiva-
sa villa fingida, con calles, palacios, iglesias y torres; mente más reducidas, semejante a lo que encontramos
eran verdaderas casas y calles en relieve, pero el con- en la columnata de Borromini del Palazzo Spada, para
junto quedaba favorecido por la buena pintura y la forzar la sensación visual de fuga, estrategia que es
perspectiva” (Nieva, 2011, p. 38). Posteriormente es- trasvasada al medio cinematográfico y que describi-
tas construcciones tridimensionales auxiliares van po- remos más delante como perspectiva forzada. Tras
co a poco cayendo en desuso hacia trampantojos ex- ellos, el fondo se cierra con un telón pintado también
clusivamente pictóricos. en perspectiva, ejecutado todo el conjunto con clara
vocación naturalista. A través de este sofisticado des-
Al igual que había sucedido con el teatro medieval pliegue de recursos ilusionistas, la escenografía rena-
cuando abandona el espacio de las iglesias, estas re- centista buscaba el ideal de scena versatilis, la cons-
presentaciones teatrales también comienzan a eman- trucción artificial de un mundo que parece real, donde
ciparse poco a poco del ámbito cortesano de poder pa- el Barroco desarrollará la scena ductilis, en la que es
ra constituirse en edificaciones independientes, perceptible su irrealidad (Merino Peral, 2005).

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La interacción entre la perspectiva escenográfica y las técnicas


pictóricas se hizo particularmente intensa hacia finales del si-
En un primer momento las escenografías del teatro
glo. Realmente creo que es cierta la afirmación de que no se
renacentista son fijas e invariables durante todo el es- puede comprender la última fase importante de la pintura de
pectáculo y no será hasta la segunda mitad del siglo perspectiva en Italia, desde Pozzo a Canaletto, sin tener en
XVI que comience a investigarse la forma de cambiar cuenta la escenografía. (p. 156)
de decorado durante la representación. En un princi-
pio se disponen a ambos lados del proscenio dos tela- Uno de los principales aportes a la simulación pictóri-
ri, prismas triangulares semejantes en concepto a los ca originados en el medio teatral a que alude aquí
periactes griegos, que más tarde dan paso a un sistema Kemp es el diseño de Ferdinando Galli da Bibbiena
de bastidores móviles. El Teatro Farnese de Parma, de de la scena per angolo, la disposición de la escenogra-
1618, ya a medio camino entre teatro renacentista y fía en escorzo respecto al espectador por oposición a
barroco, que habitualmente se destaca por ser el pri- la rigurosa frontalidad del decorado renacentista. Esta
mero en incorporar la embocadura o arco proscénico, disposición provoca en la proyección geométrica el
el graderío en herradura y el telón de boca heredado escenario dos puntos de fuga laterales en lugar de uno
del auleum romano para cerrar frontalmente el espa- central, amplificando considerablemente la sensación
cio escénico, para nosotros es importante por ser el espacial respecto al decorado frontal simétrico y
primero en emplear estos bastidores móviles para mo- creando un espacio escénico más versátil, fluido y
dificar la escenografía durante el curso de la represen- monumental, incluso en base únicamente a pintura,
tación. sin el recurso a construcciones físicas tridimensiona-
les de refuerzo.

4. Teatro y ópera en el siglo XVIII La ópera, surgida en Florencia en 1600 como un es-
La entrada del siglo XVII marca el distanciamiento pectáculo teatral en el que el texto pasa a ser mayori-
respecto a los ideales renacentistas y la evolución del tariamente cantado, absorbe del medio escénico sus
manierismo hacia una estética más efectista y expre- coordenadas más majestuosas y las conduce a su
siva, giro que por supuesto también tiene su reflejo en cumbre, exhibiendo una grandiosidad y sofisticación
el hecho teatral. Al igual que en el resto de formas de máximas tanto en términos de interpretación, vestua-
expresión, el arte escenográfico barroco abunda en el rio, infraestructura, maquinaria y orquesta como por
capricho, en la invención, en la sorpresa continua, en supuesto decoración y escenografía. Se presenta real-
el virtuosismo y la fantasía. Como dice Nieva (2011), mente como la expresión más grandiosa del “arte es-
es este un teatro “hiperbólico, terriblemente barroco, cenográfico deslumbrante” y para la cual la toda in-
lleno de máquinas y apariciones” (p. 44), que emplea ventiva en ilusionismo y aparato escenotécnico es
todos los recursos ilusionistas disponibles para dar vi- movilizada en un fabuloso espectáculo con una impo-
da a escenografías grandiosas, recargadas, plagadas de nente densidad de trucos visuales y juegos fantásticos.
ingeniosos artificios ornamentales y trucos visuales de
gran efectismo. De la nostalgia por la armonía y el Paralelo a los cada vez más efectistas e hiperbólicos
equilibrio se pasa a la emoción por la intensidad, la teatro y ópera italianos, el teatro francés de esta época
expresividad, la sorpresa y el movimiento. De la es- es considerablemente más sencillo, empleando como
cenografía estática e inmutable del teatro renacentista únicos recursos los bastidores oblicuos y fondos pin-
se pasa a un espacio escénico en continua evolución, tados en perspectiva frontal. Y en el extremo opuesto
para el que bastidores móviles activan sofisticadas es- al esplendor de Italia situaríamos la Inglaterra isabeli-
tructuras dinámicas que permiten la transformación na, cuyos teatros populares, como los célebres The
rápida del decorado. Con esta finalidad es con la que Globe, The Fortune o The Hope, se muestran como
surge el uso de las bambalinas, frontales u oblicuas, edificaciones permanentes más bien modestas, de sec-
que permiten intercalar planos intermedios en el espa- ción poligonal o circular, en cuyo interior se disponen
cio escénico. Cabe entender que sea este el contexto dos o tres pisos de galerías en torno a un patio central.
en el que aparecen dos nuevas fórmulas escénicas en La antigua barraca escénica medieval evoluciona ha-
las que concurren un gran protagonismo de lo musical cia una construcción de dos pisos donde el inferior
y al mismo tiempo un gran despliegue plástico y vi- cuenta con puertas por las que entran y salen a escena
sual, como son la ópera y el ballet. los actores y el superior dispone de una galería balco-
nada para ubicar a los músicos y ambientar las “esce-
Tan intenso es el trabajo y las investigaciones en el nas de balcón”. Las menores dimensiones de estos es-
contexto escenográfico en torno a técnicas de simula- pacios, en comparación con los italianos, y la
ción que, si bien hasta la fecha había sido este medio disposición del público casi circunvalando la escena,
el que se había nutrido de las innovaciones en pers- limita necesariamente la efectividad de cualquier re-
pectiva e ilusionismo desarrolladas en los medios pic- curso visual en perspectiva al renunciar a un punto de
tórico y arquitectónico, ahora comienza a activarse un vista prioritario, pero por otro lado permite establecer
flujo de aportes en sentido opuesto. Aquí es donde una relación más próxima entre los actores en el esce-
cobra pleno sentido la afirmación de Kemp (2000): nario y los espectadores situados en el patio y las ga-
lerías, lo que probablemente explica que derive este

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en un teatro más textual que visual. En lo puramente caracterizado por investigaciones en materia esceno-
escenográfico destaca la desnudez en cuanto a ele- gráfica o innovaciones ilusionistas. Más al contrario,
mentos para la localización referencial de la acción. podría resumirse como un período de recopilación,
De hecho, Oliva y Torres Monreal (2012, p. 138) ha- asimilación y simplificación de las fórmulas que se
blan de la “ausencia de escenario” del teatro popular habían desarrollado en el esplendor del siglo anterior
isabelino. Aquí son los elementos de atrezo los que se y una depuración de sus formas hacia una puesta en
utilizan para ubicar la acción y, aunque ya práctica- escena más natural y contenida. Tras la grandiosidad
mente no se recurre a anunciar los diferentes ambien- desplegada en el deslumbrante teatro cortesano duran-
tes con letreros como en la versión medieval, en mu- te el siglo XVII, comienza a reivindicarse inicialmen-
chas ocasiones es el actor quien debe informar de la te desde Francia un tratamiento del medio escénico de
localización con su texto o debe el espectador dedu- mayor sencillez y naturalidad, tanto de los temas tra-
cirla por el contexto. No hay un diseño escenográfico tados como de su puesta en escena, buscando alinear
propiamente dicho y mucho menos uso de recursos el hecho teatral con los intereses y modos del público
ilusionistas ni relación inmersiva con la decoración, al popular. Como es natural, durante este paulatino
contrario del vestuario que sí se diseña con gran lujo y abandono clasicista de lo ostentoso conviven posturas
fastuosidad. El aparato escenotécnico se reduce a todavía interesadas en las ricas escenografías y trage-
simples trampillas en el suelo para permitir aparicio- dias fantásticas, citemos a Voltaire, con dramaturgos
nes y desapariciones y a modestas maquinas de poleas comprometidos con rescatar géneros de gran público
para hacer descender personajes desde lo alto. No es como la citada commedia dell’arte italiana, como Ric-
hasta la muerte de Isabel I y la subida al trono de Ja- coboni o a Marivaux, (Oliva y Torres Monreal, 2012).
cobo I que comienza a importarse al entorno de la cor- En esta nueva escenografía neoclásica, menos osten-
te inglesa un teatro inspirado en el italiano, de lujo y tosa y más racional, se reduce sensiblemente la apara-
deslumbramiento, poblado de efectos y recursos ilu- tosidad y el barroquismo de las estructuras escenográ-
sionistas a la italiana y en el seno del cual se desarro- ficas hacia fórmulas más sencillas, únicamente un
lla incluso un género propio, la mascarada. Poco des- telón de fondo y una pareja de telones laterales, pero
pués Cromwell hace que se prohíban las conservando la efectividad de la simulación espacial y
representaciones escénicas, deteniendo en este punto la inmersión mediante la elegante ejecución de tram-
la prometedora evolución del teatro inglés (Oliva y pantojos esencialmente pictóricos:
Torres Monreal, 2012).
En los aspectos técnicos, el criterio de fidelidad a la razón im-
Similar patrón experimenta el teatro de la comedia en pulsa la escenografía por las vías que había desarrollado Bib-
biena y que enmarcan el escenario en auténticos cuadros pictó-
la España de la Edad de Oro, representado por com- ricos, en los que la ilusión de las líneas de fuga crea toda clase
pañías itinerantes, habitualmente en mesones y corra- de juegos de tramoya. La matemática óptica es la solución
les con una muy pobre o nula decoración y con la ma- científica que resuelve los problemas de la perspectiva angular.
(Oliva y Torres Monreal, 2012, p. 224)
quinaria en el mejor de los casos reducida a los
dispositivos modestos, escotillones, apariencias, tra-
moyas y bofetones (Ruano de la Haza, 2000), hasta El Romanticismo, acompañando a la desaparición del
que Felipe IV manda construir dos teatros al estilo ita- despotismo ilustrado, libera definitivamente al teatro
liano, el del Palacio del Buen Retiro y el del Alcázar de su papel de instrumento adoctrinador para el públi-
de Madrid, ya con todo el catálogo de recursos esce- co. Los autores adquieren una mayor libertad en sus
nográficos, trucos ilusionistas y efectos especiales que temas, que ya no necesitan componer en torno a un
se emplea por entonces en Italia. Nieva (2011) llega a mensaje aleccionador, e incluso los actores se eman-
sugerir que es posible que sea la demanda de efectos cipan de la propia visión del autor, reivindicando una
sorprendentes desde estos nuevos teatros de la corte lo personal libertad interpretativa. Ahora los personajes
que impulsa la creación de las obras de carácter fan- no dirigen su declamación al público sino que “dialo-
tástico y mitológico que Calderón de la Barca escribe gan entre sí, dando vida a un espectáculo que remeda
en este periodo. en lo posible la vida real” (Amorós, Díez Borque y
Alvar, 1999, p. 91). Nace la noción de “cuarta pared”
y la idea del espectáculo teatral como un mundo inde-
pendiente, autónomo, cerrado y auto-contenido, en el
5. Neoclasicismo y Romanticismo. Los es- que el espectador se sitúa no como receptor sino como
pectáculos de linterna mágica, de fantas- observador invisible, un mundo ficticio con el que
magoría y otros espectáculos pre- poder soñar poblado de grandes ideales, pero que de-
cinematográficos be semejarse en las formas a nuestro mundo real. Esta
“Continuidad y adaptación a los nuevos tiempos” es nueva conceptualización del hecho teatral busca un
como describe Álvarez Barrientos (en Amorós, Díez tratamiento esencialmente comedido de la escenogra-
Borque y Alvar, 1999, p. 69) el espectáculo teatral del fía, próximo al realismo. Por primera vez este mundo
siglo XVIII, periodo marcado principalmente por la diegético comienza a sentir preocupación por la preci-
revisión de los hallazgos precendentes y la formaliza- sión histórica en los elementos que pone en escena,
ción de los mismos. Efectivamente, no es este un siglo vestuario, mobiliario, decoración, donde anteriormen-
te la fidelidad histórica había sido siempre relegada en

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Historia del perspectivismo escenográfico desde la Antigüedad hasta el siglo XX

favor de la efectividad visual. Frente a este interés por evolucionan según dos trayectorias convergentes: por
el realismo en la escenografía contrasta el tono apa- un lado la del entorno privado del divertimento do-
sionado, exaltado y arrebatado de las obras románti- méstico y el juguete, dando origen a la fiebre de los
cas, para las que no se escatiman efectivos juegos de juguetes ópticos como el taumátropo, el fenaquitisco-
tramoya. pio y el zoótropo, y por otro la del contexto público
del espectáculo, que da lugar a las proyecciones de
Una de las incorporaciones más destacables en el linterna mágica, las fantasmagorías, los espectáculos
campo escenotécnico en este periodo es la adopción de espíritus vivientes y las féeries. Son los desarrollos
de la iluminación mediante gas, un combustible que, escenotécnicos de este segundo grupo, y de los que
siendo dosificable, puede ser modulado a distancia y algunos de sus principios serán asimilados posterior-
de esta manera permite controlar la intensidad de la mente por el matte painting, los que exploramos a
iluminación para distribuir con precisión los acentos continuación.
en los distintos momentos de la obra, lo que permite
diseñar ambientaciones de gran intensidad dramática. La linterna mágica, dispositivo idéntico a la cámara
Otra de las innovaciones escenográficas más origina- oscura pero de funcionamiento inverso, es descrito
les de este periodo es el Panorama, un decorado curvo por primera vez por Leonardo e ilustrado por Athana-
que ofrece una visión envolvente del mundo diegéti- sius Kircher en el siglo XVII como un pequeña habi-
co. Surgido a partir de la idea de pintura panorámica tación, o una caja en la descripción de Leonardo, pro-
sobre soporte cilíndrico desarrollada por Robert Bar- vista de una linterna y un orificio que, basándose en el
ker y trasvasada al contexto teatral por Robert Fulton mismo principio de propagación rectilínea de la luz
en 1799, las decoraciones pintadas sobre el panorama que la cámara oscura, es capaz de proyectar imágenes
provocan en los espectadores una experiencia inmer- en dirección inversa, es decir, del interior al exterior.
siva de gran efectismo. Una variante del panorama de Ya en estas primeras descripciones se vincula a esta
Fulton es el Diorama, creado en 1822 por Louis- herramienta con usos de carácter fantástico y espec-
Jacques Mandé Daguerre. En torno a un patio de bu- tral. Leonardo, en el primer registro gráfico que tene-
tacas rotatorio se despliega un gran telón circular de mos de este instrumento, ya la dibuja proyectando un
12 metros de diámetro en el que se representan tres demonio gigante y vemos la proyección de un esque-
cuadros o ambientes diferentes inspirados en grandes leto con guadaña en el grabado de Kircher. De aquí
temas románticos, como el Templo de Salomón, la podemos certificar que desde su origen la linterna
tumba de Napoleón en Santa Elena, paisajes italianos, mágica es conceptualizada como un instrumento para
ruinas góticas o seductoras vistas de París, a los que producir visiones y alucinaciones, como máquina de
se añaden elementos tridimensionales y recortables en invocación, y como tal es rápidamente adoptada por
planos intermedios para reforzar la profundidad espa- feriantes, magos y adivinos en el entorno de espec-
cial. Daguerre emplea la cámara oscura para dibujar táculos ambulantes de temática esotérica y fantástica.
las vistas en el telón, de modo que la exactitud pers- Resulta interesante que nos paremos a comparar la di-
pectiva que consigue hace más convincente la expe- ferencia entre el papel que desde un principio se asig-
riencia inmersiva. Pero lo más particular del Diorama na a la cámara oscura, instrumento esencialmente
de Daguerre es el ingenioso sistema que incorpora pa- científico y epistemológico en el sentido que da al
ra mostrar dos decoraciones distintas en un mismo te- término Martín Arias (2009, p. 14), la cual como he-
lón, habitualmente la versión diurna y nocturna del mos descrito tarda siglos en incorporarse a la esfera
mismo ambiente, coreografiando el paso de una a otra del arte y lo subjetivo, con el papel totalmente opues-
mediante cambios en la iluminación. En el telón, de to, puramente gnoseológico y perteneciente al mundo
un tejido traslúcido suficientemente tenue para permi- de la fantasía y lo mágico, que desde un principio se
tir el paso de la luz, pinta una decoración en la cara otorga al aparato inverso. Consideramos especialmen-
anterior y otra diferente en la posterior, y activa a una te indicativo cómo en el propio nombre con que son
iluminación frontal o una trasera según la decoración bautizados ambos instrumentos afines se percibe esta
que desea mostrar en cada momento del espectáculo diferencia conceptual: el término “cámara oscura” de
(Daguerre, 1991). por sí describe objetivamente el principio de su fun-
cionamiento, y uso habitual en latín como camera
En línea con estos juegos lumínicos del Diorama en- obscura lo sitúa en la órbita del instrumental científico
contramos un conjunto de formas de espectáculo po- culto. Por el contrario, el término “linterna mágica”
pular que gozan de gran difusión durante los siglos no pretende describir el mecanismo físico detrás de su
XVIII y XIX y tienen una incuestionable influencia funcionamiento, bien al contrario, lo esconde tras la
en el desarrollo de la escenografía cinematográfica, cortina de la magia y el misterio.
contribuyendo en gran medida al trasvase al cine de
técnicas de trucaje, sobre todo a través de Méliès, y En su formulación más extendida, la linterna mágica
que en algunos casos, como en los espectáculos de consiste en una caja cerrada con una linterna y una
espíritus vivientes, aportan técnicas que ayudan a la lente, dentro de la que se introducen placas de vidrio
aparición del matte painting. Hablamos de los juegos pintadas operando de igual modo que un proyector de
de óptica y luz que, surgidos del contexto científico, diapositivas. Pronto se diseñan placas con dos vidrios

Darío Lanza Vidal 9


Historia del perspectivismo escenográfico desde la Antigüedad hasta el siglo XX

superpuestos que pueden moverse independientemen- basado en la palabra y el diálogo, y por otro hacia lo
te, permitiendo vistas animadas. Se conservan placas que denomina “teatro del ojo”, espectáculos de lo vi-
de linterna mágica que mediante este sistema permi- sual para una cultura que a partir de este momento se
ten representar el paso del día a la noche, personajes encamina prioritariamente hacia la imagen, grupo al
que se mueven sobre un fondo, monstruos de ojos que pertenecen la mayoría de formas contemporáneas
móviles o esqueletos que se arrancan la cabeza. Las de espectáculo incluyendo, por supuesto, al cine.
imágenes proyectadas, luminosas y vibrantes pero al
mismo tiempo aéreas, incorpóreas y fantásmicas, cau- Perteneciente a este segundo epígrafe, aparece hacia
tivan a los espectadores, que no se explican la apari- 1860 una modalidad más sofisticada de fantasmago-
ción de aquellas figuras espectrales de luz en movi- ría, el denominado espectáculo de espectros vivientes,
miento ante sus ojos. El cautivador hechizo que rodea fusión de la sesión de espiritismo y el divertimento
a estas imágenes favorece que a finales del siglo XVII óptico. En estas representaciones se sitúa una linterna
la linterna mágica se establezca como artefacto habi- convencional bajo el escenario iluminando a un actor
tual en el repertorio de nigromantes, taumaturgos y fe- que se halla en el foso, fuera de la vista de los espec-
riantes, relacionado con los espejos trucados y otros tadores. La imagen de este actor, que encarna al es-
aparatos de magia. Además de proyectar figuras pectro o fantasma, se refleja en un gran cristal perfec-
monstruosas, ilustraciones de cuentos y fábulas o in- tamente transparente que se levanta en ángulo desde
cluso más adelante fotografías coloreadas, un uso par- la boca del escenario, interpuesto inapreciablemente
ticularmente exitoso de la linterna mágica son los de- entre los espectadores y el espiritista. La presencia de
nominados cromatropos: dos discos superpuestos este cristal permanece completamente invisible hasta
pintados con patrones helicoidales coloreados que, que se enciende la linterna, momento en que la ima-
haciéndose rotar a velocidades distintas, provocan un gen del espectro aparece fantasmagóricamente refle-
caleidoscópico e hipnótico remolino de colores de jada en su superficie e interactúa con el médium, ima-
gran efectismo. gen visible pero transparente, real pero espectral. A
diferencia de las exhibiciones convencionales de lin-
En las manos de nigromantes y médiums, la linterna terna mágica, aquí la imagen proyectada es una ima-
mágica sirve a un espectáculo más sofisticado, la fan- gen viva, de un actor de carne y hueso que se mueve,
tasmagoría, género que tiene enorme difusión durante en lugar de un dibujo en un cristal que, por articulado
el Romanticismo. Atribuida su invención al linternista que sea, es incapaz de llevar a cabo una verdadera ac-
alemán Paul Philidor, las fantasmagorías son esen- ción interpretativa, y que ya entonces comienza a re-
cialmente espectáculos de terror durante los que se in- sultar un recurso anticuado. Y no sólo por el movi-
vocan espíritus que, proyectados mediante la linterna, miento: el diálogo e interacción en tiempo presente
hacen acto de presencia frente al público. A nivel ins- entre mago y espíritu establece una relación implícita
trumental, estos espectáculos incorporan la innova- y efectiva que remite más a la experiencia de la reali-
ción de la movilidad de la linterna, la cual, escondida dad que al espectáculo de proyecciones. Y encontra-
tras una pantalla, se puede montar sobre unos raíles de mos aquí otra diferencia fundamental con los números
forma que es capaz de desplazarse hacia adelante y de linterna mágica convencionales, en el hecho de que
hacia atrás, provocando que la visión proyectada se en estos espectáculos el mecanismo se oculta siempre
aumente o se reduzca mágicamente, anticipando con a los ojos de los espectadores, que son por tanto indu-
ello el recurso del travelling para simular cambios de cidos a creer que lo que ven es un fenómeno auténti-
tamaño tal y como lo entiende Méliès en L’homme à co. No hay aquí la noción de estar asistiendo una pro-
la tête en caoutchouc. También es frecuente el uso yección de feria o a un truco ingenioso, no existe la
combinado de dos linternas, una proyectando los fon- interrupción voluntaria de la incredulidad que sí suce-
dos, interiores góticos, claustros tenebrosos, y otra los de en los espectáculos de linterna mágica y en el pro-
personajes, demonios, monstruos, espectros, proyec- pio cine, sino la pretensión manifiesta de realidad a
tados incluso a veces sobre humo para multiplicar la través de la ocultación del mecanismo, que resulta
apariencia fantasmal de las apariciones. Robertson, trasparente al espectador. Precisamente esta transpa-
probablemente el autor y empresario de fantasmago- rencia del truco nos permite establecer lazos que her-
rías más exitoso del París romántico, suele completar manan estas fantasmagorías con ciertos tipos de efec-
su espectáculo haciendo intervenir durante las apari- tos especiales y en concreto con el matte painting, el
ciones actores reales entre el público disfrazados de cual, como hemos descrito y a diferencia de la propia
espectros, de modo que la convergencia de estímulos imagen cinematográfica en la que el espectador es
en una misma dirección y la mezcla de referentes consciente de la irrealidad de lo que contempla y par-
reales y virtuales provoca una experiencia en la que es ticipa como cómplice en dicha comunicación, el truco
difícil discernir los límites entre realidad e ilusión. El en el matte painting es transparente aunque visible y,
carácter eminentemente visual de la fantasmagoría es al igual que en el espectáculo de espectros, es tanto
lo que la convierte, tal y como defiende Martín Arias mejor cuanto menos perceptible en el espectador. En
(2009), en el fundamento del espectáculo moderno y ambas técnicas, matte painting y espectáculo de es-
en el punto en el que el arte escénico se bifurca en dos pectros, existe engaño manifiesto a la mirada, por re-
trayectorias divergentes: por un lado hacia un teatro currir a los términos que empleamos respecto a la vic-

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Historia del perspectivismo escenográfico desde la Antigüedad hasta el siglo XX

toria de Parrasio sobre Zeuxis. De hecho el engaño se se representan leyendas e historias fantásticas adere-
presenta aquí como condición indispensable, como zadas con toda suerte de recursos efectistas, vistosos
hecho sustancial. La ficción reemplaza o complemen- malabarismos, prestidigitación, desapariciones, dan-
ta a la realidad haciéndose pasar por ella y el especta- zas, ballets, duendes y dragones, acompañados de
dor no sólo no sabe cómo se produce el fenómeno que juegos pirotécnicos y todo el repertorio conocido de
está viendo, como puede ser el caso de los primeros efectos especiales y trucos de tramoya, en un contexto
espectadores del cinematógrafo o de la linterna mági- de fantasía entre decorados de fábula. Más adelante
ca, sino que ni siquiera es consciente de estar presen- ciertas féeries incorporan incluso proyecciones cine-
ciando truco alguno y, como Zeuxis, cree que lo que matográficas como parte de su despliegue de recursos
ve es lo que es. Ambos recursos instituyen una “im- visuales, antes de que el género termine desplazado
presión de realidad”, en términos de Zunzunegui por el espectáculo cinematográfico o absorbido por él,
(2010, p. 148), más completa y profunda que la que como en el cine de Segundo de Chomón o Méliés, en
moviliza la propia imagen fílmica, la cual en todo el que muchas de cuyas obras, como Le voyage à tra-
momento se proclama como artificio, sin verdadera vers l’impossible (Georges Méliès, 1904) o la propia
intención de reemplazar a lo real. Le voyage dans la Lune, presentan todos los ingre-
dientes de una féerie filmada.
La característica más importante para nosotros de es-
tos espectáculos de espectros vivientes, y que también
anticipa ciertos recursos empleados en el matte pain- 6. Del teatro decimonónico al cine primi-
ting, es el hecho de que la imagen percibida por el es- tivo
pectador es la resultante de la combinación por super- Dentro del epígrafe de lo que hemos diferenciado co-
posición de dos imágenes, la del prestidigitador en el mo “espectáculos del ojo” del siglo XIX, junto a las
escenario y la del espectro, dos imágenes de caracte- féeries y los números de espiritismo, magia y varieda-
rísticas distintas, tridimensional y corpórea una, plana des, la esfera del arte escénico propiamente dicho
y etérea la otra, incluso de distinto origen, una es pro- también experimenta el desarrollo de una “dramatur-
ducto de la observación directa mientras la otra es una gia del ojo” que igualmente prioriza lo audiovisual
reflexión, es decir, una imagen virtual, combinadas frente a lo textual y que más tarde ejerce una poderosa
gracias a un efecto óptico de superposición gracias a influencia en la formulación del espectáculo cinema-
la doble cualidad de trasparencia y reflexión del vi- tográfico primitivo. En su tesis doctoral, Iglesias Si-
drio. Una vez establecido este contexto resulta legíti- món (2005) ha analizado en profundidad las estructu-
mo identificar aquí un antepasado directo de los fe- ras discursivas de este teatro del siglo XIX y cómo
nómenos de sobreimpresión de metrajes que Méliès estas son posteriormente trasvasadas al cine primitivo.
adaptaría al cine tomándolos posiblemente de estos El presupuesto básico de este teatro del ojo decimo-
espectáculos ópticos antes incluso que del contexto nónico es, efectivamente, una decidida búsqueda de la
fotográfico, y que por extensión preconizan las técni- espectacularidad audiovisual, imperativo que Iglesias
cas cinematográficas de composición de metrajes. De Simón (2005) atribuye al crecimiento de una clase
hecho, el propio recurso al cristal como soporte trans- media ávida de ocio y al establecimiento en las gran-
parente capaz de portar una imagen al tiempo que des ciudades, tanto de Europa como de Estados Uni-
mantenerse invisible, y por tanto permitir una compo- dos, de una población obrera inmigrante que habi-
sición óptica de dos imágenes desde el vértice espec- tualmente desconoce la lengua local, situación que
tatorial, será aplicado directamente en la primera for- fomenta la búsqueda de géneros espectaculares y de
ma de matte painting que se desarrolla, el glass-shot evasión orientados a atraer a este gran público, cons-
pintado sobre cristal, y en otras técnicas afines, como truidos más sobre la narración audiovisual que sobre
el método Shüfftan, que describiremos en un capítulo la textual.
posterior. Los espacios dedicados a estos géneros se diseñan pa-
ra maximizar el dinamismo y la espectacularidad de
Para completar este repaso por el panorama de espec- las representaciones, levantándose grandes infraes-
táculos del “teatro del ojo”, que sería entre los que se tructuras dotadas de sofisticadas maquinarias móviles
inscribe el cine tras su nacimiento y de los que toma que permiten la articulación durante la representación
muchos de sus recursos escenotécnicos, cabría citar de un cada vez mayor número de escenarios, y desa-
brevemente los teatros de magia, como el de Robert- rrollando un rico repertorio de golpes de efecto. El
Houdin o el Egyptian Hall londinense, los espectácu- género arquetípico de este periodo, el melodrama,
los de sombras como los de Le Chat Noir, o el género drama de enredo en el que los momentos más intensos
de la féerie, habitual en teatros como el Châtelet. Este de la trama son enfatizados mediante pasajes musica-
último género, surgido en el siglo XVII como forma a les, exhibe estas estrategias de búsqueda del efectismo
medio camino entre el teatro narrativo y el espectácu- audiovisual.
lo de variedades y que podríamos considerar precur-
sor directo del cine fantástico meliesiano, se podría En cuanto a su diseño escenográfico, esta dramaturgia
definir como un género popular ecléctico de gran li- del ojo huye de la armonía y el equilibro de la pers-
bertad, una comedia de magia y espectáculo en la que pectiva central renacentista y prioriza una concepción

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Historia del perspectivismo escenográfico desde la Antigüedad hasta el siglo XX

más dinámica, asimétrica y multidimensional del es- la segunda mitad del siglo XIX en adelante, un pro-
pacio, fomentando el uso de toda la profundidad del gresivo abandono del intenso patetismo romántico ha-
escenario y su configuración en diferentes alturas, cia formas más templadas y contenidas, para las que
donde la posición y movimiento de los actores se co- el realismo y la naturalidad pasan a ser el canon de la
reografía evitando la monotonía visual, siguiendo la representación. Nace con ello el teatro moderno. Fren-
estrategia que Iglesias Simón (2005, p.85) denomina te a la construcción de un mundo ficticio con el que
“dinamismo organizado”. La escenografía persigue soñar, poblado de grandes personajes y encendidos
subrayar esta potencialidad expresiva del espacio tri- ideales románticos, se aspira ahora a representar, des-
dimensional combinando los tradicionales bastidores de una mirada fidedigna, sin adornos, incluso crítica,
planos y telones de fondo con estructuras físicas y la sociedad de su tiempo, con sus luces y sus sombras,
mobiliario real, buscando una percepción más rica del desprovista de la idealización indulgente del trata-
espacio escénico. Diversos elementos móviles, como miento romántico. De lo idealista a lo cotidiano, el
nubes, barcos o trenes, son frecuentemente empleados teatro realista asume el papel de retratar a la sociedad
para añadir una dimensión dinámica al escenario, de la que nace, poniendo el foco en la reproducción
mientras que la reciente luz eléctrica va a ofrecer un minuciosa del mundo real en la diégesis, exigencia
control sobre la iluminación todavía más preciso y se- que implica obviamente a la puesta en escena. Para el
lectivo que el gas, permitiendo vibrantes efectos lu- naturalismo en el que desemboca esta tendencia rea-
mínicos y simulaciones del paso del tiempo. Esta na- lista, tanto el vestuario como la decoración, la am-
rración audiovisual también va a reservar un bientación o el atrezo pasan a ser cuidadosamente di-
significativo espacio al diseño del sonido, prestando señados con extraordinaria atención al detalle y
gran atención al papel de la música en la confección fidelidad a la realidad, no dejando espacio a la fanta-
de los diferentes climas dramáticos y promoviendo el sía ni a la exuberancia. Así entendido, el realismo se
uso de efectos especiales sonoros. convierte en el modelo estilístico del arte escénico
moderno hasta finales del siglo XIX, cuando es reem-
Ahora bien, si bien es cierto que no se produce una in- plazado por el surgimiento de las primeras vanguar-
fluencia concreta de estas soluciones escenográficas dias escénicas.
en el matte painting propiamente dicho, es innegable
que vamos a encontrar, por adopción o trasvase, mu-
chas de las características discursivas de este teatro
del ojo decimonónico en el cine primitivo, como la Darío Lanza Vidal
vocación de asombro, los golpes de efecto, la búsque- Universidad Complutense de Madrid
dlanza@ucm.es - dario@dariolanza.com
da de la espectacularidad, los encuadres de cuerpo en-
tero o la identificación de la cámara con la audiencia,
con la consecuente orientación de todo el discurso ha-
cia ese espectador imaginario que posteriormente lo
va a ver, espectador virtual que, a diferencia del es-
pectador teatral, pasará de la potencia al acto en un
momento y lugar distintos, durante la proyección,
cuando la interpretación se encarne en representación.
La adopción de estos recursos discursivos del teatro
parece explicar la rápida migración del cine hacia la
esfera de lo narrativo y el pronto abandono de su acti-
tud meramente mostrativa. En cualquier caso, resulta
conveniente destacar las notables limitaciones con
que el cine primitivo se va a encontrar frente al teatro
de su tiempo, principalmente en la ausencia de sonido
y color, lo que obligará al cine, una vez hubo supera-
do su etapa como novedad, a desarrollar un creciente
repertorio de recursos visuales que le permitan sobre-
vivir al lado de un medio por entonces discursivamen-
te más rico, recursos para los que encuentra inspira-
ción, al menos inicialmente, en el propio medio
escénico, véase Méliès.

Por otro lado, y antes de finalizar este recorrido por


las soluciones escenográficas ilusionistas desarrolla-
das en el seno del medio teatral, no quisiéramos olvi-
darnos de la otra vertiente de la dicotomía que expe-
rimenta el arte escénico: la de la senda del teatro de la
palabra, propiamente textual, el cual comienza, desde

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Historia del perspectivismo escenográfico desde la Antigüedad hasta el siglo XX

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