Está en la página 1de 27

SOCIOLOGÍA

SECCIÓN-1601

LICENCIADO EDILBERTO ROMERO IGLESIAS

INTEGRANTES:

Alexa Fernanda Rivera Medina 20231000538 N.º de lista 60

Maholy Yolany Sierra Varela 20141030965 N.º de lista 66

Jonathan Samuel Flores Canales 20221030064 N.º de lista 18

Wendy Suyapa Hernández Sandres 20231001568 N.º de lista 30

Jazmín Gizell Crescencio Rodríguez 20231004130 N.º de lista 16

Carmen María Mondragón Canales 20221031524 N.º de lista 46

Cristian David Marin Molina 20231002446 N.º de lista 38

Olmer Alexander Andrade Hernández 20231002390 N.º de lista 5

Romina Angélica Quesada Sánchez 20171002816 N.º de lista 59

Kevin Gustavo Flores Canales 20191033338 N.º de lista


1. INTRODUCCION

El presente documento se desarrolla un tema muy debatido por la población hondureña, de


hecho, también por los extranjeros ´´ DEUDA EXTERNA E INTERNA DE HONDURAS´´.

para decirlo llanamente, la economía hondureña, a pesar de estar seriamente deteriorada, aún no
ha tocado fondo. Esto significa que, de no prestar la atención necesaria se puede ir de mal en
peor. Dos choques externos y dos choques internos son la causa de tal deterioro. Por un lado, la
pandemia del Covid-19 y las tormentas tropicales llevaron a una contracción seria de la actividad
económica que ha llevado a cientos de miles de personas a caer bajo el umbral de la pobreza.
Agregado a ello las dos tormentas tropicales dejaron destruida gran parte de la infraestructura
productiva del país. La corrupción y la debilidad crónica de las instituciones son consideradas las
causas endógenas más importantes del deterioro de la situación económica.

Este documento nos ayudara a conocer todo el proceso de endeudamiento interno y externo en el
que se encuentra Honduras desde el año 2005 hasta en 2023, para determinar las causas, razones
y por ende las consecuencias que ha provocado estas decisiones en la población hondureña y
también podría conocerse algunas soluciones posibles para resolver el problema de la deuda
externa e interna.

Se conocerá punto a punto las cifras de endeudamiento y porque se han elevado tanto los numero
de tales deudas, junto con fechas e instituciones, la claridad de este tema es un punto clave para
comprender la historia y la situación de nuestro país.

¿Qué diferencia hay entre la deuda externa y la deuda interna?

La deuda externa, es aquella acordada con personas naturales o jurídicas no domiciliadas en el


país, mientras que la deuda interna es la que se acuerda con personas naturales o jurídicas
domiciliadas en el país, por lo que todos sus efectos quedan circunscritos al ámbito interno.

La deuda interna y la deuda externa son dos conceptos importantes en el mundo de las finanzas y
la economía. La deuda interna se refiere a la cantidad de dinero que un gobierno, empresa o
individuo debe a los prestamistas dentro de su propio país, mientras que la deuda externa se
refiere a la cantidad de dinero que se debe a los prestamistas en otros países.
2. OBJETIVOS

A continuación, se le presentan los objetivos generales y específicos que se buscan conseguir para
un correcto control de deudas externas e internas en nuestro país Honduras

OBJETIVO GENERAL

Identificar y analizar las principales causas y debilidades de control de la deuda interna y externa
en Honduras

OBJETIVOS ESPECIFICOS
1. Estudiar por medio de investigaciones las fallas de control económico en Honduras.
2. Encontrar las causas del caos e informar a las normas en que establezca que se está
mal obrando.
3. Tomar estrategias de transparencia a lo largo del proceso.
4. Llevar a cabo planes de mejora.
3. CONTEXTO

La Deuda Externa en Honduras:

Introducción

En 1911 la deuda de Honduras era de US$ 1,000,000 lempira, cuando el presidente Miguel Rafael
Dávila Cuéllar. Se da inicio a gestiones en Washington para readecuar mediante un préstamo la
deuda contraída durante la administración del Capitán general José María Medina con bancos
ingleses y franceses para la construcción del ferrocarril interoceánico. Como resultado de
gestiones diplomáticas, la casa financiera estadounidense Pierpont Morgan and Co., ofrece prestar
al gobierno de Dávila diez millones de dólares (US$10.000000) para amortizar la deuda. El acuerdo
suscrito es conocido como Convenio Knox-Paredes por el nombre de los representantes
norteamericano y hondureño: Míster Philander Knox y Juan Paredes. Fue rechazado por las
legislaturas de ambos países. Miguel Davila renuncia a su cargo en 1911.

Entre 1924 y 1929 el presidente Miguel Paz Barahona cancelar la deuda con Inglaterra mediante el
(Contrato Alcerro King) "Contrato Alcerro-King" celebrado entre su ministro de Hacienda, el doctor
Ramón Alcerro Castro y el representante de los tenedores de bonos de Londres Mr. Arthur William
King, este tratado beneficiaba enormemente las condiciones del país, con respecto a la deuda
internacional. Mediante Decreto No. 102 de fecha 3 de abril de 1926 deja de ser el dólar
estadounidense (US$) moneda oficial del país; por consiguiente, quedando el Lempira como
moneda oficial de la República de Honduras, quedando ratificado el cambio de 2 Lps por 1 dólar.

En 1935 la deuda externa de Honduras era de más de 20 millones, esta deuda fue pagada en su
totalidad por el gobernante Tiburcio Carías Andino.

En 1954 el gobierno de Juan Manuel Gálvez canceló la deuda externa en su totalidad.

Honduras contaba en 2007 con una deuda externa (Pública y Privada) de $3,411,957,381 de
dólares, en 2014 la deuda externa era de $5,185 millones de dólares. Sus reservas internacionales
por otro lado son de US$ 3.019 millones de dólares. En octubre de 2014 la deuda externa de
Honduras ascendía a $6,729.3 millones, con lo que en menos de una década se había duplicado.

El 11 % del presupuesto del gobierno para el 2016 estará destinado al pago de la deuda externa
(1,200 millones de US $)

En el desarrollo de esta temática en el primer punto definiremos el concepto de qué es la deuda


externa. Como se origina la deuda externa de un país. Además, describiremos algunos
antecedentes históricos de la deuda en Honduras desde sus inicios hasta la fecha.

Como segundo punto enunciaremos cuales son las principales causas y las razones de
endeudamiento por las que Honduras se ha visto obligada a contraer préstamos externos. Así
mismo describiremos las consecuencias de la deuda externa en relación a la deuda social que el
gobierno mantiene con la población hondureña, y como tercer punto expresaremos algunas
soluciones para que nuestro país enfrente las deudas contraídas con los organismos
internacionales de financiamiento.
Las fuentes para abordar el tema de la Deuda Externa serán fuentes extraídas del Foro Social de la
Deuda Externa de Honduras (FOSDEH), Secretaría de Finanzas ,SEFINO, Banco Central de Honduras
(13CH), Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), así como otros libros de
interés relacionados con la Deuda Externa.

Deuda Interna

La deuda interna es aquella parte de la deuda pública que se encuentra en manos de los propios
ciudadanos en el país, Es decir, aquella deuda pública en la que el acreedor es ciudadano del país.

La deuda interna hace referencia a la deuda pública. En este sentido, cuando hablamos de deuda
interna estamos haciendo alusión a la parte de deuda pública emitida por el Estado en la que el
acreedor es un ciudadano del territorio. Es decir, aquella deuda que, por el hecho de haberla
comprado, está en manos de los ciudadanos de un territorio.

La deuda interna se compone, en general, de obligaciones, de bonos y de letras cuya posesión es


de los ciudadanos o empresas de un país.

La deuda interna, como hemos ido comentando, es aquella parte de la deuda nacional que posee
un país. Una parte, la cual se encuentra en manos de los ciudadanos. Es decir, aquella que ha sido
adquirida por los propios ciudadanos de un país.

Por el otro lado, la deuda externa hace referencia a aquella parte de la deuda nacional que, a
diferencia de la interna, se encuentra en manos de compradores, acreedores, extranjeros. Es
decir, deuda pública que ha sido adquirida por compradores de otros territorios diferentes al país
emisor.

La deuda interna es la parte de la deuda nacional o pública de un país cuyos acreedores son
ciudadanos del mismo, en contraposición a la deuda externa.

Para solventarla y conseguir la generación de dinero, el gobierno hace uso de la vía


del préstamo para obtener efectivo en lugar de emitir más billetes o monedas. El dinero creado de
esta manera puede ser intercambiado con otros agentes económicos, pero rara vez puede ser
gastado en bienes y servicios.

La deuda interna está compuesta por infinidad de colocaciones en el mercado interno, en forma
de bonos o valores que "reciben" los bancos comerciales del Estado y que "aceptan" las
instituciones públicas.

El servicio de la deuda pública fue de 772,3 millones de dólares, de los cuales 493,6 millones
fueron para el pago de capital y 278,7 millones a intereses y comisiones.

En 2022, el sector público de Honduras suscribió nuevos préstamos por 1.309 millones de dólares,
de los cuales 1.155 millones son para apoyo presupuestario y 154 millones para proyectos y
programas.

Unos 613 millones de dólares de los préstamos fueron negociados con el Banco Interamericano de
Desarrollo (BID), 450 millones con el Banco Centroamericano de Integración Económica (BCIE),
210 millones con la Asociación Internacional de Fomento (AIF) del Banco Mundial y 36 millones
con el Instituto de Crédito Oficial (ICO), de España, según el Banco Central. EFE

La deuda interna y externa del gobierno alcanza $15,619 millones

Con los acreedores externos el saldo es de 8,071.5 millones de dólares, mientras que la deuda
interna asciende a $7,547.2 millones, equivalente a 185,932.6 millones de lempiras, según la Sefi

Características de la deuda interna

La deuda interna es un tipo de deuda que, por sus características, suele ser la deseada por los
distintos gobiernos. En este sentido, cuando, siendo un país, emitimos deuda, siempre es más
favorable que esta deuda sea adquirida por un ciudadano del país, en lugar de que sea un
ciudadano el extranjero el comprador. No obstante, esto no quiere decir que los gobiernos no
deseen que la deuda sea adquirida por ciudadanos y países extranjeros.

Así, las características que definen a la deuda interna y la hacen más atractiva para el Gobierno
que la deuda externa son varias. En primer lugar, es la facilidad para operar en la divisa local. Es
decir, la facilidad que representa para un Gobierno el operar en moneda local y no tener que estar
gestionando continuamente fluctuaciones con pares de divisas extra

En segundo lugar, otra característica y que, a su vez, se encuentra muy ligada a la anterior, es el
gasto que representa para el Gobierno. Un gasto que se incrementa por el hecho de tener que
estar pagando a acreedores extranjeros. Y ya no solo estamos hablando aquí de la divisa, sino
también de tener que gestionar los tipos de cambio, así como las transferencias al exterior para
cumplir con la obligación.

En tercer lugar, otra característica esencial es la facilidad y la libertad de negociar con acreedores
internos. Una facilidad y una libertad que no suele verse en el caso de la deuda externa.
Podríamos decir, a este respecto, que cuando se trata de nuestro país, existe una mayor
vinculación a este. Por ende, buscaremos siempre una estabilidad que garantice nuestro bienestar.

En cuarto lugar, por poner un último ejemplo, la deuda interna también resulta más fácil de
gestionar para las entidades bancarias. Estamos hablando de que, al tratarse de emisiones
nacionales, con bancos nacionales, si el acreedor es nacional, es más fácil para la entidad controlar
la situación y realizar operaciones con el comprador del título.

Además de estas, existen más características que reflejan ese mayor atractivo de la deuda interna.
Sin embargo, consideramos estas las esenciales.

Deuda Externa

¿Qué podemos definir como deuda externa? La deuda externa podemos definida como la suma de
las deudas que tiene un país con agentes económicos radicados en el extranjero.

La Deuda externa de un país se origina cuando la diferencia entre los gastos e ingresos del
gobierno se financia, parcial o totalmente, con préstamos contratados con los acreedores
externos. Las otras alternativas de financiamiento del déficit son la deuda interna, donaciones
externas y la emisión monetaria.

deuda externa hondureña

La deuda externa de un país representa el total recursos económicos que dicha nación adeuda los
diversos acreedores internacionales, sean estos organismos internacionales, instituciones
privadas, naciones o cualquier otra entidad extranjera que se encuentre en una posición de
acreedor respecto un gobierno que requiera recursos económicos.

En el caso de Honduras. La deuda externa estimada al mes de julio de 2020 asciende a 10,795.9
millones de dólares, lo cual representa un incremento del 19.5% con respecto al año 2019,
equivale a un 37% del Producto Interno Bruto del país y en valores absolutos el incremento es de
1,764.8 millones de dólares.

Según el Banco Central de Honduras el incremento se justifica por la utilización de 2,152.5


millones de dólares y una variación cambiarla desfavorable de 32.9 millones.

Según el informe del BCH, el total de la deuda externa actual está compuesta por un 92.3% a
mediano y largo plazo y que un 7.7% en deuda a corto plazo, siendo los principales acreedores los
siguientes:

1. Organismos Multilaterales 5,302.7 Millones US$ (59.2%)


2. Inst. Financieras y Proveedores. 2.459.4 Millones US$ (27.5%)
3. Tratados Bilaterales 1,192.7 Millones US$ (13.3°/0)

La deuda externa contratada por el gobierno en los primeros siete meses del año 2020 fue de
1,796 millones de dólares, la cual fue adquirida mediante los siguientes instrumentos y
acreedores:

Bonos Soberanos $ 600 Millones

Prestamos con Organismos Multilaterales $ 1,196 Millones

FMI 376.2 Millones de dólares

BCIE 350 Millones de dólares

BM 244 Millones de dólares

BID 225.8 Millones de dólares

El tema de endeudamiento nacional debe ser siempre motivo de valoraciones objetivas de la


relación Costo-Beneficio, principalmente respecto al destino de los recursos obtenidos mediante
endeudamiento, como también la capacidad actual y futura de la nación para hacerle frente a los
compromisos adquiridos. En tal sentido, el endeudamiento público tiene efectos directos sobre
diversos aspectos de la economía, pudiendo ser estos positivos o negativos según variables como
las condiciones negociadas, destino de la inversión, plazo, periodos de gracia, entre otras.
Deuda externa e interna de honduras

Deuda Externa La palabra Deuda Pública se refiere al conjunto de deudas que mantiene el Estado
frente a otro país o particulares. Se trata de un mecanismo para obtener recursos financieros a
través de la emisión de títulos de valores.

El Estado, por lo tanto, contrae deuda pública para solucionar problemas de liquidez (cuando el
dinero en caja no resulta suficiente para afrontar los pagos inmediatos) o para financiar proyectos
a medio o largo plazo.

La clasificación más importante que existe en torno a la deuda pública es la que la diferencia en
dos grandes grupos: interna y externa.

La deuda interna es la parte de la deuda nacional o pública de un país cuyos acreedores son
ciudadanos del mismo, en contraposición a la deuda externa.

La Deuda Pública Interna acumulada al tercer trimestre de 2014, presenta un saldo de L 60,003.20
Millones. Lo cual representa un incremento del 4 % con respecto al Saldo del 1111-imestre (L
57.784.33 Millones a junio de 2014). Por otro lado, la deuda interna cuasi fiscal al mes de
septiembre se cuantifica en L. 11,215.0 millones.

La deuda externa es la suma de las deudas que tiene un país con entidades extranjeras.

La composición de la Deuda Pública Externa del Gobierno de Honduras en su mayoría está dada
por préstamos Multilaterales siendo el BID, BCIE y Banco Mundial los mayores aportantes, seguido
por las colocaciones de bonos. Préstamos Bilaterales y Bancos Comerciales y otras instituciones
financieras.

Deuda Interna y Externa de Honduras

IV Trimestre del 2013

El saldo de la deuda pública total del Gobierno Central al 31 de diciembre de 2013 (en millones de
dólares) se encuentra estructurado de la siguiente manera:

-Deuda Externa: $ 5,056.12

-Deuda Interna: $ 2,825.75

-Deuda Total: U5$ 7,881.87

La tendencia de crecimiento de la deuda pública del Gobierno Central durante los últimos 6 apios
ha sido producto de la situación post HIPC (Países Pobres Altamente Endeudados), la cual ha
permitido la contratación de mayores niveles de deuda para atender prioridades sociales y
productivas del país. La deuda pública representa 43% del Producto Interno Bruto para finales del
2013. Composición de la Deuda Externa del Gobierno Central por tipo de Acreedor.
En resumen, la deuda interna y la deuda externa son dos conceptos importantes en la economía y
las finanzas. Cada uno tiene sus propias ventajas y desventajas, y es importante que se gestiona
deuda interna se acumula cuando el gobierno emite bonos del gobierno para financiar proyectos,
programas y servicios públicos. Estos bonos son comprados por los ciudadanos y empresas del país
que buscan invertir en el gobierno y recibir intereses sobre su inversión. La deuda interna es
generalmente considerada más sostenible que la deuda externa porque el país puede pagarla en
su propia moneda y no está sujeto a fluctuaciones en los tipos de cambio.

Sin embargo, una deuda interna excesiva puede generar problemas económicos a largo plazo. Si el
gobierno no puede pagar los intereses y los principales de los bonos, la confianza en la economía
del país puede disminuir, lo que a su vez puede aumentar las tasas de interés y reducir la inversión
en el país. Además, si el gobierno emite demasiados bonos, puede aumentar la inflación y reducir
el valor de la moneda del país.

Origen y efectos de la deuda externa

Existen varias razones que pueden explicar el endeudamiento externo de un país. Entre estas
razones encontramos:

1. Inversiones en infraestructura o maquinaria: La necesidad de contar con fondos para


hacer inversiones en infraestructura o maquinaria para el desarrollo productivo. Por
ejemplo, los países se pueden endeudar para construir carreteras, puentes y túneles de
modo de reducir los costos de transporte de las empresas y así fomentar el crecimiento.

2. Catástrofes naturales: Por ejemplo, huracanes, terremotos o incendios forestales que


obligan al país a reconstruir una parte importante de su territorio.

3. Mala administración: Puede darse una mala gestión de entidades públicas y privadas que
han despilfarrado recursos en actividades no rentables.

Los efectos de la deuda externa dependen de las razones que la justifican. De esta forma, si el
endeudamiento fue utilizado para inversión, tendrá un efecto positivo ya que permitirá alcanzar
un mayor desarrollo futuro, el que habría sido imposible sin poder contar con los recursos
rápidamente.

Por el contrario, cuando el endeudamiento se explica por una mala administración los efectos
pueden ser desastrosos. Esto, ya que se tendrá que pagar la deuda contraída (más intereses),
aunque no se hayan generado nuevas fuentes de ingreso.

Clasificación de la deuda externa

La deuda externa puede clasificarse de acuerdo a diversos criterios. A continuación, vemos


algunos de ellos:

 Según instrumento de deuda: La deuda puede clasificarse de acuerdo al tipo de


instrumento utilizado (bonos, préstamos, crédito comercial, etc.).
 De acuerdo al plazo: Corto o largo plazo.

 Por tipo de moneda: Nacional, extranjera (generalmente en dólares).

 Por tipo de interés: Tasa fija o variable.

Ejemplo: crisis de deuda externa de los años 80

Un ejemplo de un endeudamiento externo con graves consecuencias para los ciudadanos fue el
endeudamiento de los países latinoamericanos durante los años 70-80’s. La historia comienza
cerca del año 1973, en donde el precio del petróleo casi se cuadriplicó por lo que los países
exportadores de este producto comenzaron a tener enormes ganancias.

Los países en desarrollo, especialmente los de América Latina, vieron en esta abundancia de
recursos externos la posibilidad de adquirir préstamos a una tasa de interés muy baja y se
endeudaron con grandes sumas de dinero. No obstante, este dinero no fue utilizado para
inversión, sino que aplicar políticas expansivas sin un retorno justificado.

La crisis se desató a partir del año 1979 cuando la Reserva Federal de Estados Unidos decide
aumentar las tasas de interés para evitar la escalada de la inflación. Las mayores tasas de interés y
la apreciación del dólar llevaron a un aumento significativo del valor de la deuda de los países en
desarrollo. Muchas de esas naciones no contaban con los recursos para poder pagar su deuda y en
algunos casos todos sus recursos se destinaban a pagar intereses.

En el año 1982, México declara que no puede seguir pagando su deuda y el temor se expandió.
Así, se negó la renovación de créditos y muchos países quedaron en una situación financiera
precaria.

La deuda externa de Honduras es la suma de las deudas externas, tanto privadas como pública,
que tiene Honduras con entidades o instituciones extranjeras. La cantidad exacta no se sabe con
mucha precisión.

Composición de la deuda externa de Honduras

La deuda externa de Honduras es la suma de la deuda pública de Honduras -la contraída o


asumida por el Estado- y la deuda privada de Honduras -la contraída por particulares: bancos,
empresas y familias.

La composición de la Deuda externa de Honduras en 2016 es la siguiente: Deuda externa pública:


30%; Deuda externa privada:70% (bancos 40%, empresas 30%, familias 30%).

El nivel de deuda externa en Honduras alcanzó de nuevo los niveles críticos que mantenía antes de
la condonación de parte del Club de París y Banco Interamericano de Desarrollo (BID), según el
Foro Social para la Deuda Externa en Honduras (Fosdeh). Durante el gobierno de Ricardo Maduro
(2002- 2006), Honduras alcanzó el punto de culminación de la Iniciativa de Países Pobres
Altamente Endeudados (IPPAE) y logró una condonación de 2,000 millones de dólares. Luego el
BID condonó 1,500 millones de dólares en la administración de Manuel Zelaya, 3,500 millones en
ambos periodos, quedando una deuda externa de 1,300 millones de dólares.

El saldo de la deuda equivalió a 40.2% en relación con el producto interno bruto en 2017, mientras
que esperan un 40.8% para este año, 41.5% en 2019 y 41.8% en el año 2020.

Objetivo de la deuda externa de Honduras

Mapa de países por reservas en moneda extranjera y oro menos la deuda externa sobre la base de
datos de 2010 la CIA Factbook

El principal argumento para que un país contraiga una deuda es que teóricamente permite
conservar los recursos propios y recibir recursos ajenos para explotar, procesar o producir nuevos
bienes y servicios. Sin embargo, se vuelve un problema cuando dicho dinero no se utiliza en
aquello para lo que fue solicitado, cuando se usa de manera ineficiente o cuando las condiciones
de devolución se endurecen (principalmente a causa de anteriores incumplimientos del deudor).

La deuda externa en Honduras

En Honduras, según la Red Ciudadana por la Abolición de la Deuda Externa, la deuda era de 50.000
millones de dólares en 1970. En una década, la deuda creció hasta 560.000 millones de dólares,
aunque aún era asumible si se hubieran mantenido los términos en los que fue contratada.

En los años noventa, la deuda se convirtió en impagable y alcanzó tales proporciones que se
convirtió en uno de los principales obstáculos para el progreso. En 2005 la mayor parte de esta
deuda fue condonada a la mayoría de países altamente endeudados.

Deuda odiosa

Existe también el concepto de Deuda odiosa, aplicado por primera vez en 1898 para establecer
como ilegítima la deuda que Filipinas tenía con España, una vez que España había sido derrotada y
perdido su colonia frente a Estados Unidos.

La doctrina de deuda odiosa significa que un pueblo no es responsable de la deuda en que hayan
incurrido gobernantes impuestos por la fuerza. Esta doctrina está presente en la discusión de la
deuda externa de algunos estados donde la deuda externa ha sido engrosada por dictaduras y
gobiernos no representativos, con fines de enriquecimiento personal o corporativo o para la
represión social y política. Tal es el caso en la República Argentina.

En 1927, Alexander Sack, profesor de derecho internacional, definía en estos términos la deuda
execrable:

Si un poder despótico incurre en una deuda no por las necesidades o los intereses del Estado sino
para otorgar mayor fuerza a su régimen despótico, para reprimir a la población que se le enfrenta,
etc., esta deuda es odiosa para la población de todo ese país.

El economista Jeff King, luego de aclarar que no es "su" definición sino un resumen de todo cuanto
leyó acerca de la deuda execrable u odiosa, la define con precisión:
Deudas odiosas son aquellas contraídas contra los intereses de la población de un país y con el
completo conocimiento del acreedor.

Movimiento por la abolición de la deuda

A partir de los años noventa creció a escala internacional un importante movimiento a favor de la
abolición de la deuda Externa, ligado al ascenso del movimiento antiglobalización. Uno de sus
momentos álgidos fue durante la cumbre del G8 de Birmingham en 1998. Desde entonces el
movimiento por la abolición de la deuda ha estado presente en las actividades del movimiento
antiglobalización y en el Foro Social Mundial.

En 2008, diez años después de la cumbre de Birmingham, a modo de balance de la trayectoria del
movimiento, la autora y activista antiglobalización Esther Vivas señaló que: “las protestas contra la
deuda consiguieron algunos avances, especialmente, en el terreno de lo simbólico y en la
percepción que la sociedad tenía de esta problemática.

En los países acreedores, se difundieron las causas y las consecuencias de su pago y los vínculos
con la pobreza. Mientras que en los países deudores, se puso énfasis en la responsabilidad de las
instituciones internacionales en la generación y el mantenimiento de esta deuda.

Sin embargo, en el terreno institucional, más allá de situar la cuestión de la deuda en la agenda
política, los cambios conseguidos fueron muy pocos."

La deuda externa pública de Honduras aumentó en noviembre pasado en 64,3 millones de dólares,
hasta alcanzar los 9.004 millones en los primeros once meses de 2022, lo que supone un 3,1 %
menos en comparación con el mismo periodo de 2021, informó este viernes el Banco Central
(BCH).

Según los datos de la institución hondureña, la disminución de la deuda pública se debe


principalmente a una variación cambiaria favorable y una amortización tras pagar 434,6 millones
en capital frente a los 308,6 millones que recibió el país en desembolsos.

En los once primeros meses del año pasado la deuda externa pública se redujo en 285,2 millones
de dólares frente a los 9.289,2 millones del mismo periodo de 2021.

El BCH detalló que el Gobierno general tiene el 90,7 % (8.163,4 millones de dólares) de la deuda
pública, la autoridad monetaria un 6,9 % (617,4 millones), las empresas públicas no financieras el
2,2 % (202,7 millones) y las instituciones públicas financieras un 0,2 % (20,5 millones).

El Gobierno hondureño contrató el 68,3 % (6.153 millones de dólares) de la deuda con organismos
multilaterales, un 19,3 % (1.738,5 millones) con acreedores bilaterales y el 12,4 % (1.112,5
millones) con bilaterales.

Del total de la deuda pública, el 82,3 % (7.409,5 millones de dólares) fue contratado en dólares, un
13,5 % (1.211,6 millones) en Derechos Especiales de Giro , 2,4 % (216,2 millones) en euros y el 1,8
% (166,7 millones) en otras monedas, según el Banco Central.
La entidad precisó que el 81,9 % (7.370,7 millones de dólares) de la deuda fue adquirida a través
de préstamos y el 18,31% (1.633,3 millones) en títulos valores colocados en el mercado financiero
(bonos soberanos).

Del total de bonos soberanos, 500 millones de dólares fueron colocados en marzo de 2013; unos
700 millones en enero de 2017 y 600 millones en junio de 2020.

El sector público recibió en el periodo de análisis desembolsos por 308,6 millones de dólares,
inferior a los 502,2 millones captados en el mismo lapso de 2021, añadió.

El 70,9 % (218,8 millones de dólares) de los desembolsos, según el emisor, fue recibido de
organismos multilaterales y el restante 29,1 % (89,8 millones) de acreedores bilaterales.

El Gobierno hondureño destinó el 83,5 % de los desembolsos (257,7 millones de dólares) para
apoyo presupuestario y el 16,5 % (50,9 millones) a la ejecución de proyectos y programas.

En los primeros once meses de 2022 el servicio de la deuda pública alcanzó los 663,3 millones de
dólares, de los cuales 434,6 millones fueron para el pago de capital y 228,7 millones a intereses y
comisiones, indicó el organismo hondureño.
4. ANALISIS

Según informaciones del Banco Central de Honduras a septiembre de 2022, se pagó un servicio de
deuda externa pública por un total de 575 millones de dólares. Este monto es muy superior al
pagado hace un año. Estamos hablando de más de 179 millones de dólares más, en comparación a
lo erogado a septiembre del año anterior 2021. Más de dos tercios de dichos pagos (67%)
corresponden a abonos de capital, lo qué en condiciones de solvencia es una buena noticia. El
problema es que la crisis de liquidez es tal, que amenaza también la solvencia de las finanzas
públicas.

Aquí los acreedores comerciales (bancos, fondos de pensiones, etc.) se llevan la mayor tajada con
un monto de 181 millones de dólares. Este monto es mayor que el abonado a las instituciones
multilaterales, como el Fondo Monetario Internacional (FMI), el Banco Mundial o el Banco
Interamericano de Desarrollo (BID) que recibieron pagos por 165 millones de dólares. De lo
anterior se deduce que, del monto total del servicio de la deuda, el 33.0% restante, corresponde a
pagos de intereses y comisiones. Aquí también los acreedores comerciales recibieron, hasta ahora,
más de la mitad (93 millones) de un total de 190 millones de dólares, mientras que los organismos
multilaterales recibieron 85 millones de dólares y los bilaterales 12 millones de dólares.

Estas cifras solo pueden ser elocuentes si se comparan con la capacidad de pagos del país y con la
inversión del presupuesto del sector público. Según informaciones de la secretaria de Finanzas
(SEFIN), más de la mitad de la deuda de la Administración Central (52%), es deuda externa. Lo que
significa que el presupuesto del país es financiado a través de créditos obtenidos en divisas que
hay que pagar en el futuro. Pero lo que es mucho más alarmante es que la carga de la deuda en
referencia a los ingresos fiscales, se está volviendo cada vez más insostenible: A septiembre de
2022 el servicio de la deuda estaba absorbiendo casi un 70% de los ingresos fiscales, mientras que
el monto total de la deuda representa más de la mitad del Producto Interno Bruto (PIB).

Después de su visita a Honduras en junio del presente año, el equipo del FMI, manifestaba ya su
preocupación por la situación de los más vulnerables en Honduras en vista de la creciente
inflación, el pobre crecimiento del PIB y el agujero negro de la ENEE, para el cuál no se avizora luz
en el horizonte. El gobierno de Honduras prometió mantener el servicio de la deuda sin caer en
retrasos y mejorar el manejo de las finanzas y combatir la corrupción. No tiene otra alternativa si
quiere recursos frescos. La verdad es que la situación es más que preocupante, aún si se
cumplieran las promesas hechas en su momento.

La verdad es que los últimos cuatro años han sido poco benevolentes con la situación de los
sectores más vulnerables de Honduras. A los nefastos impactos de uno de los gobiernos más
corruptos de los que da fe la historia patria, se agregaron los fuertes impactos de por los menos
dos choques externos, los huracanes y el COVID. Ambos han dejado fuertemente deteriorado el
reducido espacio fiscal con el que ya contaba el país antes de las crisis.
Por si esto fuera poco, obscuros nubarrones se ven ya en el horizonte inmediato provenientes de
por lo menos dos nuevos choques externos, el aumento de las tasas de interés en los países ricos y
la recesión de la economía mundial. Esta recesión es el producto de una serie de factores como la
crisis energética, la guerra y el descalabro de las cadenas globales de valor. Aunque a primera
vista, todo esto parezca muy abstracto, sus impactos ya se están dejando sentir en el presupuesto
de las familias más pobres y de la clase media urbana, no solo en Honduras.

Los análisis de los expertos internacionales coinciden en que, si bien los tipos de interés han
aumentado para los países ricos y pobres desde principios de 2022, los incrementos han sido
especialmente graves para algunas de las naciones pobres más vulnerables, como Honduras. Los
tipos de interés han aumentado en 5,7% para los países de renta baja, frente a un incremento de
2% en Estados Unidos. Como ya se vio en la crisis de 2008, son los países pobres los que pagan la
cuenta de las decisiones tomadas en países ricos.

Además del aumento de los costes de endeudamiento, el estudio de “Debt Justice” constata que
los reembolsos de la deuda también se encarecen por la subida del dólar estadounidense, que se
ha apreciado una media del 14% frente a los 27 países de renta baja. La deuda externa suele ser
en moneda extranjera, especialmente el dólar. En los últimos meses, el dólar estadounidense ha
alcanzado niveles históricos en dos décadas, ya que la Reserva Federal de los Estados Unidos
aumentó sus tipos de interés de forma agresiva desde marzo de 2022, en medio de una inflación
persistentemente alta. La sanguinaria invasión de Rusia a Ucrania ha tenido un fuerte impacto en
los precios de la energía deteriorando las perspectivas económicas en Europa.

En su último Policy Brief la UNCTAD muestra las dramáticas perspectivas económicas y sociales
que amenazan a países como Honduras. Según este organismo de las Naciones Unidad las subidas
de los tipos de interés de este año en Estados Unidos supondrán un recorte de unos 360.000
millones de dólares en los ingresos futuros de los países en vías de desarrollo (excluyendo a China)
y son una señal de que se avecinan aún más problemas.

El discreto encanto de promesas incumplidas

La UNCTAD publicó su revelador informe en la antesala de la COP27 en Egipto en la que como de


costumbre se observa la mezcla de nuevas promesas financieras por parte de los países ricos
acompañadas de la ya crónica irresponsabilidad de gobiernos como el de China Popular. Ya China
no puede esconderse detrás de la responsabilidad histórica de los países ricos. Actualmente China
es el principal emitente de bióxido de carbono y uno de los más importantes acreedores
internacionales. Por ambas razones, dicho país debe asumir la misma responsabilidad estructural
que sus pares de Europa y Estados Unidos, dejando de bloquear acuerdos importantes en las
COPs. El caso de Sri Lanka es más que elocuente al respecto.

La UNCTAD bautizó su informe como “Abordar conjuntamente los retos de la deuda y el clima:
Una agenda política”. El gobierno de Honduras, al igual que los otros mencionados en la lista de
más arriba, no se puede quedar de brazos cruzados, esperando que los acreedores públicos y
privados tomen la iniciativa. Es necesario presentar propuestas propias para hacer canjes de
deuda por desarrollo sostenible y obtener reestructuraciones profundas tanto en el saldo como en
el servicio de la deuda.

Como lo afirma la UNCTAD, la actual arquitectura de la deuda no es adecuada para cumplir los
propósitos del desarrollo sostenible ya que es incapaz de facilitar tanto la movilización de la
financiación adecuada, como la resolución ordenada y oportuna de las crisis de la deuda. En
segundo lugar, el cambio climático es un problema universal que todos los países tienen la
obligación de abordar. Un aspecto central para apoyar los esfuerzos de los países en desarrollo es
abordar la carga de la deuda externa para liberar recursos financieros para las inversiones en la
adaptación al clima. En tercer lugar, los costes de la inacción para afrontar los retos climáticos y de
la deuda se agravan con el tiempo. Por ello, las acciones de los países desarrollados para hacer
frente a la carga de la deuda y a los retos climáticos en los países en desarrollo deben entenderse
como herramientas de inversión muy eficaces y no como dádivas o actos de caridad.

Es necesario que tanto las organizaciones de la sociedad civil como los entes gubernamentales
asuman este nuevo reto. Se trata hacer un mayor trabajo de incidencia, en base a la agenda
discutida tanto en el G20 como en la COP27. De lo contrario el país se verá confrontado con retos
financieros aún mayores que los presentes. Como bien se sabe un espacio fiscal estrechamente
reducido conducirá al aumento de protestas sociales que podrían ser aprovechadas por sectores
reaccionarios a la espera de su momento político para revertir la agenda social y de
fortalecimiento del Estado de Derecho.

Por eso, a la hora de analizar cuán solvente es un país y cuál es su estado de salud, es de suma
importancia conocer su nivel de endeudamiento, quienes son sus acreedores y cuál es su
capacidad de generar ingresos para poder pagar sus deudas. La deuda externa es uno de los
pilares del llamado “sector externo” de la economía que incluye además del comercio exterior, la
llamada balanza de pagos, entre otros indicadores. Existe una estrecha relación entre todos los
indicadores del sector externo. Así, por ejemplo, para poder importar una serie de bienes
electrodomésticos es necesario contar con divisas fuertes como el dólar. Dichas divisas ingresan al
país por dos canales principales, entre otros: 1. La exportación de productos como café o bananas
y 2. Las remesas de hondureños residentes en los Estados Unidos y otros países. Para no
complicarnos tanto la vida, vamos a intentar hacer aquí una somera radiografía de la deuda
externa, sin adentrarnos en los otros aspectos del sector externo e la economía.

Hay países y países, de la misma forma que hay personas y personas. Los hay muy pobres, como
Burundi que con apenas 770 dólares de ingreso per cápita, ocupa el último lugar de una lista de
226 países y territorios. También los hay muy ricos como los paraísos fiscales Liechtenstein,
Luxemburgo y Mónaco que ocupan los tres primeros puestos de la misma lista, con un ingreso per
cápita promedio de unos 120 mil dólares. Honduras es considerado por el Banco Mundial como un
país de ingresos medios bajos, con un promedio de 5,700 dólares per cápita. En el contexto
latinoamericano, solamente Haití tiene menores ingresos que Honduras.

Principales causas del endeudamiento hondureño

Seguidamente se mencionan las principales causas de la deuda externa que Honduras se ha visto
obligada a contraer con organismos internacionales de financiamiento:

Aceptación de recursos masivos durante la década de los setenta provenientes de los


“petrodólares”.

Asignación de recursos financieros para proyectos de poca rentabilidad. Falta de agilidad en


la ejecución de algunos proyectos.

Alza inmoderada de los precios del petróleo en el mercado internacional.

Modificaciones sufridas por la exportación de capitales de los países capitalistas desarrollados.

Mayores gastos en defensa, seguridad pública, militar.

Caída de la inversión en los años ochenta.

Incapacidad de diversificar estructura exportadora.

Presiones derivadas del gran déficit de balanza de pagos.

Financiamiento del déficit fiscal con deuda externa.

Declive acelerado de las reservas monetarias internacionales.

Altas tasas de interés, reducción de plazos de amortización y períodos de gracia.

Adquisición de préstamos comerciales provenientes de agencias financieras que imponen


condiciones onerosas.

Deuda de CONADI, El Cajón y otros casos.

Importación de lo innecesario y lo superfluo.

Despilfarro de recursos en burocracia innecesaria.

Altos sueldos de burócratas.

Corrupción en diferentes modalidades y en distintos gobiernos.


Fuga de capitales.

Devaluación de la moneda que provoca incremento por ajuste cambiario.

Malas negociaciones en proceso de conversión de deuda

Inobservancia de una política de endeudamiento que defina prioridades y estrategias.

Fenómenos naturales que obligaron al país a endeudarse (Sequías, inundaciones).

Ejecución de proyectos de gran envergadura (carreteras, puentes, energía, comunicaciones)


aislados de estrategias de desarrollo nacional.

Pago innecesario de miles de dólares a extranjeras por servicios de asesoría y consultoría sobre
readecuación de deuda.

Aplicación de política económica con ajustes neoliberales que han debilitado la capacidad
productiva interna.

Necesidad de recursos externos del país para emprender obras de desarrollo y financiar planes de
industrialización. (FOSDEH, 2005, págs.22-23)

El mayor sacrificio que ha hecho el país para poder pagar el servicio de la deuda ha sido tener que
reducir, casi a su mínima expresión, el presupuesto destinado a la inversión pública. Dicho en
palabras sencillas, Honduras puede pagar cada año el servicio de la deuda a partir de destinar cada
vez menos recursos nacionales para la inversión pública y encontraste pedir cada vez más
préstamos externos para desarrollar algún nivel de inversión que se concentra en tres rubros:
energía, comunicación e infraestructura. Para el 2013 el 45% de la inversión pública se destinó a
energía y comunicación y un 34% al sector de promoción y protección humana, que básicamente
concentra su accionar en el otorgamiento del Bono 10 mil. Entonces, ¿qué puede esperarse de un
país que no invierte para su desarrollo?, ¿cuál es la lógica estratégica de combate a la pobreza que
sigue el país?, ¿cuáles y de qué tipo son las oportunidades de desarrollo que se están
promoviendo para cada uno de los sectores productivos?, ¿qué tipo de atractivos se están
promoviendo para aprovechar el talento de la juventud y evitar su migración?... entre muchas
otras preguntas.

Para el 2014 la orientación de la inversión no cambia. Del Presupuesto General de la República,


apenas un poco más de 16 mil millones se destinarán a la inversión pública, el 50% del mismo se
destinará para infraestructura productiva (energía, comunicación, infraestructura y servicios
públicos) y el 31% para desarrollo e inclusión social, que es básicamente la entrega del Bono 10
mil. Paralelamente a las alarmas que generan la escasa inversión pública y su concentración en
muy pocos sectores o actividades, existe también el problema del financiamiento de la misma.
Para el 2014, el 72% del presupuesto de inversión está siendo financiado con recursos externos, la
mayor parte de estos en calidad de préstamos bilaterales o multilaterales. Por ejemplo, el 90% de
la inversión destinada a financiar el área de desarrollo e inclusión social que son en su mayoría son
bonos y subsidios, fueron financiados con préstamos de los Organismos Financieros
Internacionales (OFI´s) como el Banco Mundial (BM), el Banco Interamericano de Desarrollo (BID)
o el Banco Centroamericano de Integración Económica (BCIE).

En el año 2000, Honduras fue declarada como un “país pobre severamente endeudado” y fue
objeto de un proceso de condonación parcial de su deuda externa. Catorce años después, de esta
caracterización deshonrosa, FOSDEH desearía decir que el país aprovechó esa oportunidad y que
el problema del endeudamiento es un asunto del pasado. Sin embargo, la Honduras de hoy, está
más endeudada que nunca y con pocas posibilidades de salir ilesa de este atolladero económico y
de las enormes repercusiones sociales que esto trae consigo. Actualmente el endeudamiento tiene
claras evidencias de ser insostenible y el país se acerca cada vez más a escenarios de impago. A
inicios del milenio, la deuda pública sumaba un poco más de los 5 mil millones de dólares y en la
actualidad sobrepasa los 13 mil millones de dólares. Este simple contraste de cifras es una clara
evidencia de que en la práctica las iniciativas de alivio de deuda no sirvieron para “aliviar” los
problemas de fondo que originan el exceso de endeudamiento del país y que las autoridades
nunca limitaron sus excesos de gasto corriente a cargo del endeudamiento interno y externo.
También se desearía decir que a partir de la condonación y por la obligatoriedad impuesta por la
comunidad internacional, para que los recursos liberados fueran utilizados en el combate a la
pobreza, Honduras fuera menos pobre y desigual. Lamentablemente, la realidad es otra: el país es
más pobre y desigual que antes.

El objetivo central de la condonación era desarrollar una Estrategia para la Reducción a la Pobreza
(ERP), que como su mismo nombre lo indica, pretendía reducir la pobreza. Sin embargo, en los
últimos trece años la pobreza en Honduras aumentó. En valores absolutos, entre el 2000 – 2013 se
registran más de dos millones de nuevos pobres en el país y en nombre de ellos los diferentes
gobiernos gastaron un poco más de 307 mil millones de lempiras. Dicho de otra manera: Si el
objetivo de la condonación de la deuda era que el país fuera más responsable y estratégico a la
hora de endeudarse y utilizar los recursos liberados para combatir la pobreza, entonces hay que
asumir con franqueza el fracaso de este proceso, sin que ello signifique no reconocer algunos
pequeños logros. ¿Por qué razón los políticos tradicionales desperdiciaron una oportunidad
histórica de esa naturaleza? Aventurando una hipótesis es probable que en el caso de la ERP esta
fue considerada como potencialmente arriesgada a sus intereses ya que en esencia confirmaba su
mal trabajo como administradores del Estado y la ausencia deliberada de condiciones que
facilitaran y promovieran la articulación y representación de intereses a través de acciones
colectivas. Si la ERP hubiera funcionado, talvez hubiera puesto en remojo la legitimidad de las
autoridades. Es decir que ni la condonación, ni la ERP sirvieron para hacer entender a las
autoridades que era una buena oportunidad para “ordenar la casa”, utilizar los recursos de la
condonación para crear un vínculo entre la política económica y la política social, que le permitiera
al país despegar para un futuro más justo y equitativo para toda la ciudadanía hondureña. Era el
momento de invertir en el país. Era el tiempo de impulsar un desarrollo integral, pero con una
visión estratégica y ética. Tuvo que ser un período para promover una reactivación productiva,
especialmente para los sectores que concentran el empleo (pequeña y mediana empresa), brindar
beneficios integrales para el desarrollo del sector social de la economía, entre muchas otras cosas.
Sin embargo, también era un tiempo importante para frenar el desmedido gasto corriente de los
gobiernos, evitar la utilización de los recursos públicos para figurar públicamente y perpetuar el
caciquismo político personal.

Era el momento para ponerle límites al endeudamiento y establecer una lógica estratégica de
desarrollo para los nuevos préstamos. Infortunadamente, en cada uno de los gobiernos, los
Presidentes Flores, Maduro, Zelaya, Lobo y actualmente el Presidente Hernández, lo que ha
imperado es la cultura del derroche de los escasos recursos públicos, de origen nacional o externo,
para el beneficio propio y para la clase política – empresarial cercana a ellos. En ninguno de ellos
hubo, ni hay, una verdadera voluntad política, para regular la llave del endeudamiento público y
menos aún utilizar estos recursos para pagar la enorme deuda social. La razón ética de ser de la
condonación simplemente se extravió y hoy Honduras vuelve a ser un país “pobre y severamente
endeudado”.
5. CONCLUSIONES

Hacer un diagnóstico menos optimista de la situación de países fuertemente endeudados como


Honduras. El primer paso sería renunciar al “discreto encanto” del lenguaje optimista de análisis
de sostenibilidad de la deuda que se concentran exageradamente en variables de liquidez,
dejando de lado los impactos sociales de los procesos de endeudamiento. Al subestimar los
riesgos del endeudamiento del país, se puede llegar a la conclusión de que Honduras se encuentra
en una posición sólida respecto a su endeudamiento externo. La deuda social en Honduras es
enorme y por ello el escenario de base no puede ignorar la deuda con los objetivos de la Agenda
2030.

La tendencia a ignorar el impacto social de, podría tener su justificación en el hecho de que, como
se ha visto antes, el grueso de la deuda externa del país es con los acreedores multilaterales, como
el BCIE. Esto implica que, dado el caso en que se concluya que el nivel de endeudamiento es
insostenible o inviable, los acreedores multilaterales estarían obligados a realizar una
reestructuración de las deudas muy costosa. Esto sería sumamente preocupante pues significaría
una hipoteca para las futuras generaciones ya que los costos de actuar demasiado tarde podrían
ser mayores. Se trata pues de reducir las pérdidas para el país y para los acreedores.

Organizaciones de la sociedad civil hondureña exigen por ello la generación de un sistema de


rendición de cuentas responsable y efectivo. Esta exigencia es muy pertinente en vista de que,
hubo una adquisición elevada de financiamiento externo multilateral con elevados índices de
corrupción y mal manejo de los fondos destinados a manejar la crisis sanitaria. Como lo enfatiza el
Foro Social de la Deuda Externa (FOSDEH) “la adquisición de deuda ha sido continua, y los medios
de verificación de estos fondos se han caracterizado por el desfase en su manejo; y es evidente
que la población hondureña requiere de información verídica, que proporcione los medios para el
análisis de la situación actual” (FOSDEH 2021).

No existe por parte de las instituciones públicas que dan seguimiento al tema de la deuda pública
una coherencia a nivel de cifras. Hay discrepancias fuertes en el monto total de la deuda pública
del país calculada desde cada una de estas instituciones a dependencias. Sin embargo, es claro que
los datos oficiales subestiman el monto total y real de la deuda pública del país.

Según datos de FOSDEH, que están más cerca de los datos del Consejo Monetario
Centroamericano, el cual es alimentado por información de los Banco Centrales de
Centroamérica y República Dominicana y a distancia de los datos oficiales dados
a conocer internamente en el país, el monto de deuda pública a diciembre de 2013, es de 268 mil
$52 millones de lempiras, que equivale a 13 mil 100 millones de dólares. Este nivel de
endeudamiento representa el 68% del PIB. 3. El servicio de la deuda, solo para 2014, es de casi 28
mil millones de lempiras. Este monto es mayor que el presupuesto de educación y es el doble del
presupuesto de salud, lo que permite evidenciar el peso del endeudamiento y las prioridades
de financiamiento por parte del gobierno.
El Estado no computa como deuda pública interna, la deuda pública flotante y la deuda asociada a
la condonación o alivio de la deuda externa. Esto hace que, según cifras oficiales, el
endeudamiento público total al 31 de diciembre de 2013 represente el 43% del PIB. Este hecho le
permite al gobierno continuar con la espiral de endeudamiento. Las Disposiciones Generales del
Presupuesto del 2014 hablan de la posibilidad de aumentar en este año la relación deuda-PIB, en
un 470 48%

En resumen, FOSDEH lo que reitera es que es un error permitir que el servicio de la deuda sea la
principal prioridad presupuestaria. Dejar que esto siga ocurriendo tiene y tendrá, para un futuro
cercano, consecuencias económicas y sociales mucho más graves. Honduras es un país donde el
70% de su población vive en condiciones de pobreza, el promedio de escolaridad es de tercer
grado y las muertes de menores de cinco años por enfermedades sumamente prevenibles como la
diarrea todavía se contabilizan por decenas cada año. En base a esta problemática, las
autoridades, justifican cada vez más su tendencia al endeudamiento, sin embargo, lo que
realmente llega a la población es un mínimo porcentaje, a través de programas eminentemente
asistencialistas y demagógicos como el Bono 10 mil, que genera una dependencia que es
insostenible con el tiempo y no combate las causas que generan la pobreza.
6. REFERENCIA BIBLIOGRÁFICA

Banco Central de Honduras. (2011).


Deuda Externa del Sector Publico y Privado.
Tegucigalpa.Banco Central de Honduras. (2012).
Deuda externa del sector publico y privado.
Tegucigalpa.CEPAL. (2009).
Balance preliminar de las economías de América Latina y elCaribe.
Cleaves, R. R. (23 de Febrero de 2014).
Honduras y su economia
. Recuperadoel 2 de Marzo de 2014, de Honduras y su
economia:http://www.hondurasysueconomia.com/?cat=10FOSDEH. (2005).
Situacion Actual de la Deuda Externa y sus Perspectivas.
Tegucigalpa.Lombraña, M. (1996). La deuda externa de Honduras. En L. Martiniano,
Realidadsocio-economica de Honduras
(págs. 37-52). La Ceiba: Talleres " Claret".Secretaria de Finanzas. (2006).
Informe de deuda publica. Tegucigalpa.
7. ANEXOS

También podría gustarte