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—El cuerpo de la mujer se convierte en un objeto.

—Se mercantiliza el deseo de ser padres.


—En caso contractual y con un hijo con problemas,
se le podría obligar a la mujer que ofrece el útero a
desprenderse del hijo. Cómo si ser madre fuese una
cuestión banal.
—No se puede garantizar el derecho de la madre
gestante a no sufrir las consecuencias psicológicas
de un posible aborto.
—Problemas anímicos en la madre después de nueve
meses de gestación y tener que desprenderse del
niño.
—El niño se convierte, así, en objeto pues se
mercantiliza con él, tiene un precio.

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