El Estado y la sociedad no deben entenderse como una relación compensatoria,

sino como una relación complementaria. Una democracia madura significa que
un estado fuerte y una sociedad fuerte interactúan, restringen y negocian
constantemente, y la voz del pueblo tiene fuerza de ley.
Las relaciones Estado-sociedad deben entenderse como un proceso en el que los
ciudadanos, sus organizaciones e instituciones públicas se interconectan para
impulsar la política pública en un ambiente de confianza y apertura donde la
participación ciudadana se refleja en su diseño, implementación y seguimiento
para asegurarla. transparencia, eficiencia y equidad.
Cuando se trata de derecho internacional, puede interpretarse o
conceptualizarse como derecho entre estados; es decir, un conjunto de normas
que rigen las relaciones entre estados. Actualmente, DIP es un conjunto de
normas o reglas internacionales aplicables a sujetos de la sociedad. Estas
normas específicas de conducta son de obligado cumplimiento. En su mayor
parte, la actitud de aceptación de los sujetos es que tienen los derechos y
deberes de su origen.