Está en la página 1de 2

POR TU DOLOROSA PASIÓN

Aún la recuerdo. Recuerdo sus cálidos labios puestos sobre los míos, su húmeda lengua
alrededor de la mía, con suaves movimientos dentro de mi boca. Recuerdo su tibio cuerpo y
su dulce aroma que aún inspira mis más ardientes deseos. Recuerdo esa mirada ansiosa, que
deseaba mi cuerpo desnudo sobre el suyo. Lo recuerdo, simplemente lo recuerdo. Veo dos
cuerpos desnudos que se desean y expresan la pasión de dos almas que simplemente se
aman en una oscura y cálida habitación. Escucho sus tímidos sonidos, que hacen que
recuerde que soy suyo cada noche, y cada madrugada. Y en medio de una desolada
habitación aun anheló que estos recuerdos no se diluyan una vez más en la nada.
Pero, ¡No!, ese recuerdo otra vez ¡No!, la veo a ella, su frío cuerpo en una habitación
penetrada por el pútrido olor de la muerte. Sus ojos completamente cerrados, sus labios
completamente morados, un cuerpo rígido y pálido, que hacen, que dentro de mi ser surja la
más profunda tristeza. –Estás tan fría mi amada- al tocarte no siento esa ardiente pasión que
solo un beso tuyo despertaba. En este recuerdo no eres mía. Este doloroso recuerdo refleja
una vez más, que ya no eres mía, que estás lejos y que serás solo un recuerdo.
24 de septiembre, en medio de una noche calmada y tranquila donde el resplandecer de la
luna hace de esta la más bella de las noches. Estoy en mi habitación recostado en el sofá,
con una taza de café en una mano y un cigarrillo en la otra, contemplo a través de la
ventana la luz de la luna acompañada de un centenar de estrellas. Son las 10:30 de la noche
y aún no llegas pero te espero ansiosamente. Aún lo hago. Son las 11: 30 de la noche una
hora más estoy ansioso, un poco angustiado, falta poco para media noche. ¿Qué ha pasado?,
no me dijiste que fueras a trabajar tarde este día. Llamo nuevamente a tu celular, sigue
apagado. 12:30 es de madrugada dijiste que esta noche estarías conmigo y me doy cuenta
de que no va hacer así, supondré que nuevamente tus ocupaciones laborales no te
permitieron estar esta noche conmigo, has de estar cansada, vender tu cuerpo no es un
trabajo fácil. Ya amanece, me inquieta el no verte esta noche, quería disfrutar de tus besos,
del aroma de tu cuerpo. Aún no sé en dónde estás o con quién has estado. No importa,
nuevamente tengo que ir al trabajo.
29 de septiembre es un día tan caluroso como aquellas noches de pasión. Te he estado
buscando pero aún no respondes, estos días he estado sumamente angustiado, nadie da
razón de ti, ni tus amigas, ni tus jefes, ni siquiera algunos de tus amantes. No sé qué ha
pasado, ya te extraño, ¿Qué ha pasado? Me pregunto una y otra vez. 03 de octubre 3:45 de
la tarde, en medio del caos del trabajo recibo una llamada. La llamada que acabaría por fin
con la intriga de tu inesperada desaparición. Es Amelia quien avisa la forma en la que te
han dejado esos bandidos, no puedo creer lo que a través de este aparato estoy escuchando,
lo lanzo a la mierda para que el parloteo de esa puta acabe. No quiero oírla más. Las
lágrimas y el dolor invaden mi ser.
03 de octubre un bello pero oscuro día te han encontrado arrojada en un potrero, más fría
que un tempano de hielo tan maltratada como una rosa marchita y deshojada. Estas muerta
querida y no te veré más que en mis recuerdos. Los recuerdos apasionados dominan mi
voluntad y perturban mi razón, el sentimiento de amor vehemente que nos expresábamos
manifestándonos nuestros más ínfimos deseos sexuales. Me amabas con locura y
disfrutabas que te hiciera mía aunque tu cuerpo lo poseían otros pero, tu alma, tu voluntad y
deseo yo los poseía, los dominaba. Eras mía en cuerpo y alma.
Maldita la hora en que te robaron tu esencia de vida, mi pasión por ti se acrecentaba cada
vez que te veía y al igual que te dominaba por el sentimiento que tenías hacia mí, yo estaba
pasionalmente bajo tus deseos. Nunca pensé enamorarme y menos de una mujer como tú.
Eras tan extrovertida y alegre. Todo lo opuesto a un hombre sombrío como el que escribe
esta palabras. Invadiste con tu luz la oscuridad de mi alma. Probé la felicidad por algunos
instantes. Aprendí junto a ti muchas cosas entre estas que estamos en medio de una
sociedad en la que los deseos se reprimen y se ocultan y solo se expresan en medio de la
oscuridad. Que estamos tan frustrados por los designios moralistas en los que se cree que el
disfrute y el placer del cuerpo van contra las normas éticas. Se ocultan entre seres perfectos,
lobos feroces que son capaces invadidos por los sentimientos tanto de odio, como de amor
en construir o destruir vidas.
Te destrozaron, el valor de la vida que traías no tuvo significado para esos supuestos
moralistas, que llevan una corbata y se presentan a diario en una oficina proclamando
palabras e ideales que sienten como propios pero que, realmente no definen las bestias
feroces que llevan ocultas. Desde el día que te encontré de nuevo no en mi habitación, sino
en esa que destilaba ese pútrido olor a muerte, me di cuenta de que estos sentimientos
vehementes de odio y de amor que dominan la voluntad y perturban mi razón en esta
desolada habitación hacen y solo hacen recordar mi ¡Dolorosa pasión! A un ser que solo
puedo tocar a través del recuerdo.
Fin.

Por: Yenny Lorena Cetina Fuquen.

También podría gustarte