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CONCILIACIÓN Y

ARBITRAJE

Halley Esterhazy López Zaldívar


Cada autor es responsable del contenido de su propio texto.
De esta edición:
© Universidad Continental S.A.C 2015
Jr. Junin 355, Miraflores, Lima-18
Teléfono: 213 2760

Derechos reservados
Primera Edición: diciembre 2015
Tiraje: 500 ejemplares

Autor: Halley Esterhazy López Zaldívar


Oficina de Producción de Contenidos y Recursos

Fondo Editorial de la Universidad Continental

Todos los derechos reservados.

Esta publicación no puede ser reproducida, en todo ni en parte, ni registrada en o


trasmitida por un sistema de recuperación de información, en ninguna forma ni por
ningún medio sea mecánico, fotoquímico, electrónico, magnético, electroóptico, por
fotocopia, o cualquier otro sin el permiso previo por escrito de la Universidad.
ÍNDICE
INTRODUCCIÓN
PRESENTACIÓN DE LA ASIGNATURA 11

COMPETENCIA 11
UNIDADES DIDÁCTICAS 11
TIEMPO MÍNIMO DE ESTUDIO 11
UNIDAD I: M
 ECANISMOS ALTERNATIVOS DE RESOLUCIÓN DE CONFLICTOS. CONCILIACIÓN EXTRAJUDICIAL.
GENERALIDADES DEL ARBITRAJE 13

DIAGRAMA DE PRESENTACIÓN DE LA UNIDAD I 13

ORGANIZACIÓN DE LOS APRENDIZAJES 13

Tema N° 1: Mecanismos alternativos de resolución de conflictos 15

1 Teoría del conflicto 15

2 Mecanismos utilizados en el ámbito empresarial y regulados a nivel nacional: 16


a. Mecanismos autotutelares.
b. Mecanismos autocompositivos.
c. Mecanismos heterocompositivos

Tema N° 2: Conciliación extrajudicial en el ámbito empresarial (regulación normativa) 20

1 Generalidades 20

2 Materias conciliables y no conciliables 20

3 Procedimiento conciliatorio. 21

4 Acta de Conciliación. 22

5 Operadores conciliatorios. 23

LECTURA SELECCIONADA Nº 1 25
Peña González, C. (1997) Notas sobre la justificación del uso de sistemas alternativos. Revista Jurídica de la Universi-
dad de Palermo. N° 1 y 2. pp. 110-113.

ACTIVIDAD Nº 1 27

Tema N° 3: Generalidades del arbitraje 28

1 Concepto 28

2 Características 29

3 Principios 30

4 Naturaleza jurídica: Teorías 31


Tema N° 4: Clases de arbitraje 33

1 Arbitraje de derecho y de equidad 33

2 Arbitraje ad hoc e institucional 33

3 Arbitraje unipersonal y colegiado 34

4 Arbitraje nacional, internacional y extranjero 34

5 Arbitrajes sectoriales: en contrataciones públicas, laborales, comerciales y civiles 35

LECTURA SELECCIONADA Nº 1 37
Monroy Palacios, J. (2007) Arbitraje, jurisdicción y proceso. Revista de Derecho procesal. N° X. pp. 101-
112.

ACTIVIDAD Nº 2 41

CONTROL DE LECTURA N.° 1 41

glosario de la unidad i 42

bibliografía de la unidad i 43

AUTOEVALUACIÓN de la unidad i 44

UNIDAD II: CONVENIO ARBITRAL. ÁRBITROS 47

DIAGRAMA DE PRESENTACIÓN DE LA UNIDAD II 47

ORGANIZACIÓN DE LOS APRENDIZAJES 47

TEMA Nº 1: Generalidades del convenio arbitral 49

1 Concepto 49

2 Elementos esenciales y contenido potestativo 49

3 Características 50

4 Forma 51

5 Tipos de convenio arbitral 51

6 Renuncia al arbitraje 51

7 Extensión del convenio arbitral 52

TEMA Nº 2: Mecanismos de defensa del convenio arbitral 53

1 Principio de competencia de la competencia 53

2 Principio de autonomía o separabilidad del convenio arbitral 54


3 Excepción de convenio arbitral 54

4 Derivación de controversias judiciales a arbitraje 55

LECTURA SELECCIONADA Nº 1 56
González de Cossío, F. (2008) La nueva forma del acuerdo arbitral: Otra victoria del consensualismo, El
arbitraje en el Perú y el mundo. N° 1. pp. 211-214.

ACTIVIDAD Nº 1 57

TEMA Nº 3: Generalidades sobre los árbitros 58

1 Concepto 58

2 Función arbitral 58

3 Requisitos para ser árbitro 59

4 Designación y aceptación de los árbitros 61

TEMA Nº 4: Remedios del ejercicio de la función arbitral 63

1 Principios de la función arbitral 63

2 Recusación: causales y procedimiento 64

3 Remoción: causales y procedimiento 65

4 Árbitro sustituto 66

5 Responsabilidad del árbitro y la institución arbitral 66

LECTURA SELECCIONADA Nº 2 68
Cantuarias Salaverry, F. (2006) Requisitos para ser árbitro, Revista peruana de arbitraje. N° 02. pp. 67-69.

ACTIVIDAD Nº 2 70

TAREA ACADEMICA N°1 70

glosario de la unidad ii 71

bibliografía de la unidad ii 72

AUTOEVALUACIÓN de la unidad ii 73

UNIDAD III: ACTUACIONES ARBITRALES. LAUDO ARBITRAL 75

DIAGRAMA DE PRESENTACIÓN DE LA UNIDAD III 75

ORGANIZACIÓN DE LOS APRENDIZAJES 75

TEMA Nº 1: Generalidades sobre las actuaciones arbitrales 77


1 Concepto 77

2 Características 77

3 Libertad de regulación 77

4 Inicio 79

5 Notificaciones 79

6 Buena fe 79

7 Colaboración y control judicial (anulación y amparo contra las actuaciones arbitrales). 20

TEMA Nº 2: Actuaciones arbitrales comunes 81


1 Postulación 81

2 Audiencias 81

3 Pruebas 82

4 Alegatos 82

5 Renuencia. 83

6 Diseño de un proceso arbitral. 83

LECTURA SELECCIONADA Nº 1 85
Vidal Ramírez, F. (2007) La supletoriedad de las leyes en el arbitraje. El arbitraje en el Perú y el mundo.
N° 01. pp. 87-90.

ACTIVIDAD Nº 1 87

Tema N° 3: Medidas cautelares 88


1 Concepto 88

2 Características 88

3 Presupuestos de concesión y ejecución 89

4 Concesión y ejecución de medidas cautelares 90

5 Competencia del tribunal arbitral para el dictado y ejecución de medidas cautelares 92

Tema N° 4: Laudo Arbitral 93


1 Concepto 93

2 Elementos 93

3 Tipos de laudo 93

4 Adopción de decisiones 94

5 Forma y contenido del laudo 95


6 Plazo para laudar 95

7 Terminación de las actuaciones arbitrales 95

8 Conservación de las actuaciones 96

LECTURA SELECCIONADA Nº 2 97
Arrarte Arisnabarreta, A. (2008) Apuntes sobre las medidas cautelares en el sistema arbitral peruano.
Revista peruana de arbitraje, N° 07. pp. 123-128.

ACTIVIDAD Nº 2 99

CONTROL DE LECTURA N° 2 99

glosario de la unidad IiI 100

bibliografía de la unidad IiI 101

AUTOEVALUACIÓN de la unidad iii 102

UNIDAD IV: E JECUCIÓN E IMPUGNACIÓN DEL LAUDO ARBITRAL. ARBITRAJE CON EL ESTADO. PRINCIPIOS
RECTORES DEL ARBITRAJE 105

DIAGRAMA DE PRESENTACIÓN DE LA UNIDAD IV 105

ORGANIZACIÓN DE LOS APRENDIZAJES 105

TEMA Nº 1: Ejecución e impugnación del laudo arbitral 107

1 Ejecución arbitral y judicial 107

2 Anulación del laudo arbitral: generalidades, causales, consecuencias y ga-rantía de cumplimiento 108

3 Recurso de casación 111

4 Amparo arbitral: evolución normativa y panorama actual 111

TEMA Nº 2: Generalidades del arbitraje con el Estado 113

1 Autorización constitucional al arbitraje 113

2 Autorización y marco legal del arbitraje con el Estado 114

3 Arbitrajes sectoriales 114

4 Experiencia del Estado peruano en el arbitraje 115

LECTURA SELECCIONADA N.º 1 117


Latorre Boza, D. (2011) Transparencia e intervención de terceros en el arbitraje en el Perú. Revista Arbi-
traje PUCP. N° 09. pp. 56-57.

ACTIVIDAD Nº 1 118
TEMA Nº 3: Arbitraje en contrataciones públicas y arbitraje en inversiones 119

1 Arbitraje en contrataciones públicas: clases de arbitraje, convenio arbitral, árbitros, actuaciones

arbitrales y laudo arbitral. 119

2 Arbitraje en inversiones: clases de arbitraje, convenio arbitral, árbitros, ac-tuaciones arbitrales y

laudo arbitral. 121

TEMA Nº 4: Principios rectores del arbitraje 123

1 Principios institucionales 123

2 Principios relativos a las partes 123

3 Principios relativos a las partes y al tribunal arbitral con respecto a las ac-tuaciones arbitrales 124

4 Principios de la función arbitral 125

5 Principios de las actuaciones arbitrales 125

LECTURA SELECCIONADA N.º 2 126


Kundmuller Caminiti, F. (2011) Es urgente “arbitralizar” el arbitraje peruano. Revista arbitraje PUCP. N°
09. pp. 62-67.

ACTIVIDAD Nº 2 130

TAREA ACADÉMICA N.° 2 130

glosario de la unidad IV 131

bibliografía de la unidad IV 132

AUTOEVALUACIÓN de la unidad iv 133

ANEXO N° 1: Solucionario de las Autoevaluaciones 136

ANEXO N° 2: Solucionario de los Controles de Lectura 137


INTRODUCCIÓN

E
l presente Manual Autoformativo tiene como objetivo Por su parte, en la “Unidad III: Actuaciones arbitrales. Laudo ar-
dirigir sus conocimientos durante el desarrollo de la bitral”, nos referi-remos a los principios de la actuación arbitral,
asignatura de Derecho Procesal Administrativo en la así como al producto de la función. Finalmente, en la “Unidad
mo-dalidad de Educación Virtual de la Universidad Continental, IV: Ejecución e impugnación del laudo arbitral. Arbitraje con el
por lo que se constituye en su más importante recurso de infor- Estado. Principios rectores del arbitraje” estudiaremos las bases
mación sobre el proceso de conocimiento. de la aplica-ción del arbitraje, así como la intervención del Esta-
do como sujeto procesal dentro de un proceso arbitral.
En la asignatura de Conciliación y Arbitraje se estudiarán las
diferentes disciplinas que ordenan su contenido y que resultan En tal sentido, se recomienda que el alumno pueda repasar los
de vital importancia para el ejercicio de la actividad profesional, contenidos de la asignatura de manera analítica y reflexiva, para
pues dotan de diversas herramientas para el manejo adecuado luego pasar al estudio de las lectu-ras seleccionadas, finalizando
de situaciones legales, así como en su interacción con las diversas con el desarrollo de las actividades y de la autoeva-luación de
personas na-turales o jurídicas, públicas o privadas. la asignatura, las mismas que tienen como objetivo plasmar el
conoci-miento obtenido.
Asimismo, la dinámica de estudio partir de los postulados de la
legislación aplicable correspondiente, teniendo en considera- Asimismo, se aconseja dar seguimiento a las actividades progra-
ción las reflexiones doctrinarias y criterios jurisprudenciales. madas por cada semana en el aula virtual, a efectos de obtener
un conocimiento adecuado de los temas que se viene desarro-
En la “I Unidad: Mecanismos alternativos de resolución de con-
llando durante el desarrollo de la asignatura.
flictos. Conciliación extrajudicial. Generalidades del arbitraje”
se abordarán sobre las consideraciones generales de los meca- Sin más, me toca desear todos los éxitos al lector, quien empren-
nismos de composición de controversias, haciendo énfasis en la derá en el conoci-miento de ésta rama del saber muy importante
conciliación extrajudicial y el arbitraje, ambos aplicados al ámbi- para el ejercicio de la profesión.
to empresarial. En la “Unidad II: Convenio arbitral. Árbitros” se
estudiarán las características y aplicaciones de la piedra angular
del arbitraje, así como su diseño e impacto en el proceso arbitral. El autor.
10
CONCILIACIÓN Y ARBITRAJE
Desarrollo
de contenidos
Actividades Autoevaluación
MANUAL AUTOFORMATIVO 11

Lecturas Glosario Bibliografía


seleccionadas

PRESENTACIÓN DE LA ASIGNATURA

Recordatorio Anotaciones

Diagrama Objetivos Inicio

COMPETENCIA

Desarrollo Actividades
El curso permite ofrecerAutoevaluación
al alumno las herramientas necesarias para una óptima
de contenidos
aplicación del arbitraje, asimismo busca alcanzar una adecuada formación en ma-
te-ria de arbitraje que les permita entender su dinámica, sus principios y sus fun-
da-mentos que contribuya a su desenvolvimiento en procesos arbitrales.

Lecturas Glosario Bibliografía


seleccionadas

UNIDADES DIDÁCTICAS

Recordatorio
UNIDAD N.ºAnotaciones
1 UNIDAD N.º 2 UNIDAD N.º 3 UNIDAD N.º 4

Ejecución e
Mecanismos al-ter-
im-pugnación
nativos de resolu-
del laudo arbi-
ción de conflictos. Actuaciones ar-
Convenio arbitral. tral. Arbitraje
Con-ciliación ex- bi-trales. Laudo
Árbitros. con el Estado.
tra-judicial. Gene- ar-bitral.
Princi-pios rec-
ra-lidades del ar-
tores del arbi-
bi-traje.
traje.

TIEMPO MÍNIMO DE ESTUDIO


UNIDAD N.º 1 UNIDAD N.º 2 UNIDAD N.º 3 UNIDAD N.º 4

1ra. y 2da. semana 3ra. y 4ta. semana 5ta. y 6ta. semana 7ma. y 8va. semana
16 horas 16 horas 16 horas 16 horas
12
CONCILIACIÓN Y ARBITRAJE
Desarrollo
de contenidos
Actividades Autoevaluación
MANUAL AUTOFORMATIVO 13

Diagrama Objetivos Inicio Lecturas Glosario Bibliografía


seleccionadas

UNIDAD I: “MECANISMOS ALTERNATIVOS DE RESOLUCIÓN DE


CONFLICTOS. CONCILIACIÓN EXTRAJUDICIAL. GENERA-
Desarrollo Actividades Autoevaluación
de contenidos
Recordatorio Anotaciones

LIDA-DES DEL ARBITRAJE.”


Lecturas Glosario Bibliografía
seleccionadas

DIAGRAMA DE PRESENTACIÓN DE LA UNIDAD I


Diagrama Objetivos Inicio

Recordatorio Anotaciones
LECTURAS
CONTENIDOS ACTIVIDADES
Desarrollo Actividades Autoevaluación SELECCIONADAS
de contenidos

Lecturas Glosario
autoevaluación
Bibliografía
BIBLIOGRAFÍA
seleccionadas

ORGANIZACIÓN DE LOS APRENDIZAJES


Diagrama Objetivos Inicio
Recordatorio Anotaciones

CONOCIMIENTOS PROCEDIMIENTOS ACTITUDES


Tema N°1: Mecanismos 1. 
Reconoce los Meca- 1. 
Gracias a los
alternativos
Desarrollo de reso-
Actividades Autoevaluación
de contenidos
nis-mos Alternativos de co-nocimien-
lución de conflictos Resolución de Conflic- tos im-parti-
1. Teoría del conflicto. tos ante un caso concre- dos en clase
to. el alumno po-
2. Mecanismos utilizados en
Lecturas Glosario Bibliografía
2. Compara las ventajas del drá analizar
el ámbito empresarial y
seleccionadas
uso de los Meca-nismos los con-flictos
regulados a nivel nacio-
Alternativos de Resolu- desde una
nal:
ción del Conflic-tos con perspectiva
a. Mecanismos autotute- más amplia,
Recordatorio Anotaciones respecto al proceso ju-
lares. identifi-cando
dicial en re-lación a un
b. Mecanismos auto- caso con-creto. los diferen-tes
com-positivos. métodos de
3. Compara las ventajas de
c. Mecanismos hete- resolución de
los diferentes tipos cla-
ro-compositivos. con-flictos,
sificatorios del arbi-traje
en especial
conforme a la normati-
los principios,
Tema N°2: Conciliación va.
usos y utilidad
extrajudicial en el ám- del arbi-traje.
bito empresarial (re- Actividad N° 1
gulación normativa) Elabora un cuadro compa-ra-
1. Generalidades. tivo entre los diferentes me-
2. Materias conciliables y no canismos utilizados en el ám-
conciliables. bito empresarial.
3. Procedimiento conciliato-
rio. Actividad N° 2
4. Acta de Conciliación. Elabora un cuadro compa-ra-
tivo entre las teorías de la
5. Operadores conciliato-
naturaleza jurídica del arbi-
rios.
traje.

Lectura Seleccionada
n° 1
Control de lectura
Peña González, C. (1997) No- N°1
tas sobre la justificación del Cuestionario sobre los te-mas
uso de sistemas alternativos. N° 1, 2, 3 y 4.
Revista Jurídica de la Universi-
dad de Pa-lermo. N° 1 y 2. pp.
110-113.
ollo
nidos 14
Actividades Autoevaluación

as Glosario Bibliografía
nadas

CONOCIMIENTOS PROCEDIMIENTOS ACTITUDES


Tema N°3: Generalida-
torio Anotaciones des del arbitraje
1. Concepto.
2. Características.
3. Principios.
4. 
Naturaleza jurídica: Teo-
rías.

Tema N°4: Clases de ar-


bitraje.
1. Arbitraje de derecho y de
equidad.
2. 
Arbitraje ad hoc e insti-
tu-cional.
3. 
Arbitraje unipersonal y
colegiado.
4. 
Arbitraje nacional, inter-
na-cional y extranjero.
5. 
Arbitrajes sectoriales: en
contrataciones públicas,
laborales, comerciales y
ci-viles.

Lectura Seleccionada
n° 2
Monroy Palacios, J. (2007) Ar-
bi-traje, jurisdicción y proceso.
Re-vista de Derecho procesal.
N° X. pp. 101-112.

Autoevaluación DE LA
UNIDAD I
UNIDAD I: MECANISMOS ALTERNATIVOS DE RESOLUCIÓN DE CONFLICTOS. CONCILIACIÓN CONCILIACIÓN Y ARBITRAJE
EXTRAJUDICIAL. GENERALIDADES DEL ARBITRAJE
Desarrollo
de contenidos
Actividades Autoevaluación
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Lecturas Glosario Bibliografía


seleccionadas
TEMA N° 1: MECANISMOS ALTERNATIVOS DE RESOLUCIÓN DE CON-
FLICTOS (URY: 2000)
Recordatorio Anotaciones

1 
Teoría del conflicto.
El conflicto resulta tener una naturaleza eminentemente humana y por lo tanto
racional. Lo dicho determina que sea el mismo ser humano el que pueda establecer
las bases para su manejo y resolución.

Así se tiene que el manejo del conflicto puede provocar consecuencias positivas y/o
negativas, lo cual depende de su –ya mencionado– manejo, ello en razón a que las
personas tienen reacciones diferentes ante una situación conflictiva lo que marca
la ruta para el desarrollo y solución del problema.

Así bien, el conflicto puede ser definido como aquella alteración del status quo
presenciado que provoca otro status quo, el mismo que puede ser corregido hacia
el contexto primigenio o perpetuado en el tiempo.

Diagrama N° 01: Presentación del conflicto.

Fuente: Elaboración del autor, Halley Lopez Zaldívar.

Tal como puede apreciarse del gráfico presentado, el conflicto resulta ser una al-
teración de una determinada circunstancia. Ante ésta alteración el o los sujetos
participantes del conflicto tienen la habilidad de elegir entre dos opciones aceptar
la nueva circunstancia o corregir y retornar al contexto precedente. Ello puede pre-
sentarse en diversas facetas de nuestra vida como en el ámbito familiar, contractual,
laboral, entre otras.

Así, si una pareja casada decide separarse tiene dos opciones; la primera, seguir se-
parados y posteriormente divorciarse, de ser el caso, y la segunda, tratar de arreglar
las cosas con base al amor que se tienen y volver hacer vida en común.

En ese orden de ideas, mencionábamos que el conflicto provoca una reacción dife-
rente en cada persona, lo que provoca a su vez que ésta pueda tomar cualquier de
estas dos opciones (que, claro está, son excluyentes entre sí).

Así tenemos que las personas pueden reaccionar de las siguientes maneras (com-
portamientos conflictivos):

- Compitiendo: En este caso los sujetos del conflicto asumen una conducta de
rechazo frente a su contraparte. Éste tipo de comportamiento se advierte en los
procesos judiciales y arbitrales, los cuales, por su modelo adversarial provocan el
enfrentamiento entre los sujetos por ver a quien se le tiene que otorgar la razón.
UNIDAD I: MECANISMOS ALTERNATIVOS DE RESOLUCIÓN DE CONFLICTOS. CONCILIACIÓN
ollo
nidos 16
Actividades Autoevaluación
EXTRAJUDICIAL. GENERALIDADES DEL ARBITRAJE

as Glosario Bibliografía
nadas
- Accediendo: En donde uno de los sujetos cede ante las pretensiones de la otra
parte. También es conocido por allanamiento.
Huyendo: En donde uno de los sujetos conflictivos desaparece de escena para
- 
torio Anotaciones rehuir al abordaje de la situación conflictiva.
- Inacción: Donde ninguno de los sujetos realiza actuación alguna que logre un
manejo eficaz del conflicto.
Transigiendo: Donde la ganancia de un sujeto es directamente proporcional a
- 
la pérdida del otro. Si bien todos los sujetos ganan también se entienden que
logran perder a la vez.
- Colaborando: En este caso las partes cooperan para la solución del conflicto,
entendiendo que el asunto es enfrentar al conflicto y no hacerlo entre ellas.
Para lograr tal resultado se requiere compromiso, información y tiempo.

Diagrama N° 02: Comportamiento conflictivos.

Fuente: Elaboración del autor, Halley Lopez Zaldívar.

En cuanto a los sujetos participantes en una situación conflictiva, éstos pueden


diferente condición, así tenemos:

Sujetos primarios: Son aquellos que tienen un manejo directo del conflicto, por
- 
lo que pueden controlarlo y, de ser el caso, resolverlo. Ejm. Los litigantes en un
proceso judicial, el juez, el árbitro.

- Sujetos secundarios: Son aquellos que no tienen poder de control sobre el con-
flicto pero se encuentran en una situación conflictiva. Ejm. Los testigos, el con-
ciliador, el mediador.
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EXTRAJUDICIAL. GENERALIDADES DEL ARBITRAJE
Desarrollo
de contenidos
Actividades Autoevaluación
MANUAL AUTOFORMATIVO 17

Lecturas Glosario Bibliografía


seleccionadas
Diagrama N° 03: Sujetos del conflicto.

Recordatorio Anotaciones

Fuente: Elaboración del autor, Halley Lopez Zaldívar.

Así también, debe tenerse en consideración las causas de producción del conflicto,
las cuales pueden ser agrupadas de la siguiente forma:

Reales: Son aquellos que se basan en circunstancias o contextos tangibles. Ejm.


- 
El ambiente laboral, la economía del hogar.

Irreales: Son aquellos que se justifican en situación intangibles. Ejm. Las percep-
- 
ciones, las emociones.

Diagrama N° 04: Causas del conflicto.

Fuente: Elaboración del autor, Halley Lopez Zaldívar.

Con ello queremos determinar que el conflicto tiene toda una dinámica, cuyo co-
nocimiento resulta ser esencial para un buen manejo del mismo. Su buen cono-
UNIDAD I: MECANISMOS ALTERNATIVOS DE RESOLUCIÓN DE CONFLICTOS. CONCILIACIÓN
ollo
nidos 18
Actividades Autoevaluación
EXTRAJUDICIAL. GENERALIDADES DEL ARBITRAJE

as Glosario Bibliografía
nadas
cimiento puede resultar ser la diferencia entre una sensación de revancha y una
relación restaurada.

torio Anotaciones

2 
Mecanismos utilizados en el ámbito empresarial y regulados a
nivel nacional:
Al ser un producto racional, su manejo goza de la misma calidad. Esa racionalidad
ha generado que el conflicto puede ser manejado de diferentes formas, las cuales
coinciden con los comportamientos conflictivos que asumen las personas ante una
situación conflictiva.

Así tenemos que existen personas que prefieren competir, otras que prefieren acce-
der, otras colaboran y otras simplemente no hacen algo al respecto.

Por ello, existen conflictos que resuelven mediante un proceso judicial, negocian-
do o conciliando.

Diagrama N° 05: Mecanismos de resolución de conflictos principales.

Fuente: Elaboración del autor, Halley Lopez Zaldívar.

El diagrama presentado nos muestra las herramientas principales para solucionar


conflictos, y cuál es la fortaleza de la intervención de los sujetos conflictivos dentro
de una situación dada.

a) Mecanismos autotutelares.
Los mecanismos autotutelares son aquellos que se fundamentan en la oportuni-
dad que tienen uno de los sujetos primarios para poder controlar y componer el
conflicto. Estos mecanismos se justifican en la acción por mano propia, la misma
que se encuentra restringida por el ordenamiento jurídico.

Sin embargo lo dicho resulta ser una regla general que admite, por supuesto,
excepciones. Así tenemos que en el ámbito del derecho civil la defensa posesoria
inmediata resulta ser un ejemplo de autotutela válida, en donde el posesionario
de un bien puede repeler cualquier acción dirigida a usurpar su posesión sin
mediar lapso de tiempo En el ámbito penal encontramos al legítima defensa, la
misma que faculta a la víctima repeler al ataque dirigido a dañar su integridad
personal. En el ámbito laboral encontramos a la huelga, y en el derecho
administrativo ubicamos a la nulidad de oficio, por la cual la administración
puede corregir situación conflictiva.

b) Mecanismos autocompositivos.
Los mecanismos autcompositivos son aquellos que se fundamentan en el diálo-
go, por lo que su éxito se basa estrictamente en la voluntad de las partes.
UNIDAD I: MECANISMOS ALTERNATIVOS DE RESOLUCIÓN DE CONFLICTOS. CONCILIACIÓN CONCILIACIÓN Y ARBITRAJE
EXTRAJUDICIAL. GENERALIDADES DEL ARBITRAJE
Desarrollo
de contenidos
Actividades Autoevaluación
MANUAL AUTOFORMATIVO 19

Lecturas Glosario Bibliografía


seleccionadas
Aquí encontramos a la negociación, la mediación y la conciliación. Si bien en
las dos últimas interviene un tercero (mediador o conciliador), éste no tiene
capacidad resolutoria, pudiendo, en el mejor, de los casos proponer fórmulas de
acuerdo que las partes bien pueden aceptar. Recordatorio Anotaciones

c) Mecanismos heterocompositivos.
Por su parte, los mecanismos heterocompositivos se sustentan en la actuación de
un tercero con poder de control sobre el conflicto, el mismo que puede ser un
juez o un árbitro, quienes pueden determinar la solución del mismo, asignando
en el camino responsabilidades.

En esta ocasión las partes pierden la facultad resolutoria para encargársela a un


tercero, el mismo que se encuentre reconocido legalmente para poder determi-
nar un resultado.

En el Perú, el ordenamiento jurídico, particularmente el constitucional, otorga


la calidad de jurisdicción a la función ejercida por el juez o por el árbitro, lo
que en teoría establece que el árbitro tenga las mismas prerrogativas que el juez
dentro un proceso. En la práctica se concluye que esto no necesariamente es así
toda vez de que el árbitro carece de imperium que permita desenvolverse ínte-
gramente, sobre todo en la ejecución de sus propias resoluciones.
UNIDAD I: MECANISMOS ALTERNATIVOS DE RESOLUCIÓN DE CONFLICTOS. CONCILIACIÓN
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nidos 20
Actividades Autoevaluación
EXTRAJUDICIAL. GENERALIDADES DEL ARBITRAJE

as Glosario Bibliografía
nadas
TEMA N° 2: C
 ONCILIACIÓN EXTRAJUDICIAL EN EL ÁMBITO EMPRESA-
RIAL (REGULACIÓN NORMATIVA) (CAIVANO: 1998)
torio Anotaciones

1 
Generalidades.
Como ya pudo advertirse, la conciliación extrajudicial es un mecanismo extraju-
dicial, en el cual las partes (o sujetos del conflicto) asumen el protagonismo en el
control y composición (resolución) de su conflicto.

Así tenemos que la Ley N° 26872, Ley de Conciliación Extrajudicial define a la ins-
titución de la siguiente forma:

“Artículo 5.- Definición


La Conciliación es una institución que se constituye como un mecanismo alterna-
tivo para la solución de conflictos, por el cual las partes acuden ante un Centro de
Conciliación extrajudicial a fin que se les asista en la búsqueda de una solución
consensual al conflicto.”

De ello podemos colegir que la calidad autocompositiva del conflicto determina


que éste debe ser resuelto por vía negocial (diálogo), para lo cual se debe acudir
a una institución conciliatoria autorizada, a los fines de poder ser asistido con tal
motivo.

2 
Materias conciliables y no conciliables.
“Artículo 7.- Materias conciliables
Son materia de conciliación las pretensiones determinadas o determinables que
versen sobre derechos disponibles de las partes.
En materia de familia, son conciliables aquellas pretensiones que versen sobre pen-
sión de alimentos, régimen de visitas, tenencia, así como otras que se deriven de la
relación familiar y respecto de las cuales las partes tengan libre disposición. El con-
ciliador en su actuación deberá aplicar el Principio del Interés Superior del Niño.

La conciliación en materia laboral se llevará a cabo respetando el carácter irrenun-


ciable de los derechos del trabajador reconocidos por la Constitución Política del
Perú y la ley.

La materia laboral será atendida por los Centros de Conciliación Gratuitos del Mi-
nisterio de Justicia, Ministerio de Trabajo y Promoción del Empleo y por los Cen-
tros de conciliación privados para lo cual deberán de contar con conciliadores acre-
ditados en esta materia por el Ministerio de Justicia. En la audiencia de conciliación
en materia laboral las partes podrán contar con un abogado de su elección o, en su
defecto, deberá de estar presente al inicio de la audiencia el abogado verificador de
la legalidad de los acuerdos.

En materia contractual relativa a las contrataciones y adquisiciones del Estado, se


llevará a cabo de acuerdo a la ley de la materia.”

Debemos tener en consideración que es la libre disponibilidad de los derechos lo


que determina (en principio) que la materia puede o no ser sometida a la concilia-
ción extrajudicial.

No obstante nace la pregunta, ¿qué se entiende por libre disponibilidad del dere-
cho?

Un derecho es disponible por las partes cuando puede éste ser renunciado, es re-
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nunciado cuando resulta ser patrimonial, es patrimonial cuando tiene un conteni-
do económico y es económico cuando puede ser valorizado dinerariamente, direc-
ta (dinero en efectivo) o indirectamente (una casa).
Recordatorio Anotaciones

Diagrama N° 06: Derecho de libre disposición.

Fuente: elaboración del autor, Halley Lopez Zaldívar.

Se menciona que en temas familiares, el conciliador debe procurar la protección


del interés superior del niño, el cual determina que las cuestiones personales de los
padres resulten ser accesorias a éste.

Asimismo, en temas de contrataciones del Estado, la disponibilidad de las materias


será considerada conforme al ordenamiento legal aplicable, ya que la Ley de Con-
trataciones del Estado y su Reglamento puede disponer un régimen distinto, lo que
en efecto sucede en algunos supuestos.

“Artículo 7-A.- Supuestos y materias no conciliables de la Conciliación


No procede la conciliación en los siguientes casos:
a) C
 uando se desconoce el domicilio de la parte invitada.
b) C
 uando la parte invitada domicilia en el extranjero, salvo que el apoderado
cuente con poder expreso para ser invitado a un Centro de Conciliación.
c) C
 uando se trate de derechos y bienes de incapaces a que se refieren los Artículos
43 y 44 del Código Civil.
d) En los procesos cautelares.
e) En los procesos de garantías constitucionales.
f) E
 n los procesos de nulidad, ineficacia y anulabilidad de acto jurídico, este último
en los supuestos establecidos en los incisos 1, 3 y 4 del artículo 221 del Código
Civil.
g) En la petición de herencia, cuando en la demanda se incluye la solicitud de de-
claración de heredero.
h) E
 n los casos de violencia familiar, salvo en la forma regulada por la Ley Nº 28494
Ley de Conciliación Fiscal en Asuntos de Derecho de Familia.
i) E
 n las demás pretensiones que no sean de libre disposición por las partes con-
ciliantes.”

Se advierte que una materia no es conciliable cuando ésta no sea de libre disposi-
ción o simplemente trate de aspectos instrumentales. En el primer caso tenemos
a las materias de origen constitucional (garantías constitucionales, temas conten-
ciosos administrativos, nulidad del acto jurídico, petición de herencia, violencia
familiar, incapacidad de las personas), mientras que en el segundo se encuentran a
los temas de origen procesal (procesos cautelares).

3 
Procedimiento conciliatorio.
El procedimiento conciliatorio es el conjunto de fases que permiten postular el
conflicto, conocerlo, estudiarlo, analizarlo y solucionarlo, de ser el caso.
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Diagrama N° 07: Procedimiento conciliatorio.

torio Anotaciones

Fuente: Elaboración del autor, Halley Lopez Zaldívar.

Puede identificarse que el procedimiento conciliatorio se hace complicado en vista


a los requisitos de las actuaciones y no por éstas en sí.

Así se tienen que el procedimiento se inicia con la presentación de la solicitud


al Centro de Conciliación autorizado por el Ministerio de Justicia, en donde éste
deberá designar al conciliador, siendo éste el encargado de invitar al emplazado y
citar a ambas partes a la Audiencia de Conciliación, en donde se procurará llegar al
acuerdo, el mismo que deberá constar en una Acta de Conciliación.

4 
Acta de Conciliación.
El Acta de Conciliación es el documento que finaliza el procedimiento conciliato-
rio respecto de las materias que hayan sido sometidas y de las que han sido conci-
liadas efectivamente.

Debe quedar claro que el Acta de conciliación sólo será expedida encaso de acuer-
do total o parcial.

Para los demás casos se expedirá un documento que dé cuenta de la imposibilidad


de llegar al acuerdo.

En general se tiene que el procedimiento puede acabar de las siguientes formas:


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Diagrama N° 08: Formas de conclusión del procedimiento conciliatorio.

Recordatorio Anotaciones

Fuente: Elaboración del autor, Halley Lopez Zaldívar.

5 
Operadores conciliatorios.
Los operadores conciliatorios son aquellas personas naturales y jurídicas responsa-
bles del buen desarrollo de la institución conciliatoria extrajudicial.

Diagrama N° 09: Operadores conciliatorios.

Fuente: Elaboración del autor, Halley Lopez Zaldívar.

El conciliador es el agente encargado de llevar a cabo el procedimiento conciliato-


rio conforme al ordenamiento jurídico vigente. Se encarga, a su vez, de encaminar
a las partes en la solución del conflicto y proponer fórmulas conciliatorias.

El centro de conciliación es la persona jurídica que organiza y administra los pro-


cedimientos conciliatorios. En síntesis, se encarga de la logística de la conciliación.

El capacitador es el agente que forma a los conciliadores extrajudiciales, otorgán-


dole una base humana, técnica y jurídica conforme a las disposiciones del ministe-
rio de Justicia.
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Finalmente, el centro de formación, es aquel que brinda la logística para lograr la
formación de los agentes conforme a las disposiciones del Ministerio de Justicia.

torio Anotaciones Debe tenerse en cuenta que todos los operadores deben estar debidamente autori-
zados por la Dirección de Conciliación Extrajudicial y Mecanismos Alternativos de
Solución de Conflictos del Ministerio de Justicia.

Los operadores pueden pertenecer al ámbito privado o al público. En el primer


caso, son los particulares los que pueden ser conciliadores, capacitadores o tener
un centro de conciliación o de formación. En el segundo supuesto, las entidades
públicas pueden aperturar sus instituciones correspondientes.
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LECTURA SELECCIONADA N° 1
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Recordatorio Anotaciones

Peña González, C. (1997) Notas sobre la justificación del uso de sistemas alternativos.
Revista Jurídica de la Universidad de Palermo. N° 1 y 2. pp. 110-113.
Recordatorio Anotaciones

“I. CUESTIONES CONCEPTUALES Y METODOLÓGICAS

El examen de los sistemas alternativos de resolución de conflictos puede, a mi jui-


cio, ser emprendido desde dos puntos de vista diversos. Por una parte, es posible
asumir su examen desde la perspectiva de la dogmática procesal intentando, por
ejemplo, situar a esos sistemas en el complejo de conceptos con que esta descri-
be y, a la vez, optimiza los sistemas estatales de resolución de disputas. Es sabido
que, desde esta postura,1 los mecanismos alternativos conducen a múltiples figuras
procesales (como la transacción o el avenimiento) y plantean algunos problemas
técnicos relativos a su homologación con la sentencia a fin de dotarla de coercibili-
dad.2 Desde otro punto de vista y, abandonando esa primer perspectiva, es posible
examinar los mecanismos de resolución de disputas -o cualesquier otra figura pro-
cesal- desde la visión del análisis social y con miras a la formulación de una cierta
política de justicia.

Si bien como ya lo adelantara, en la mayor parte de lo que voy a decir asumiré el


segundo punto de vista, creo que podría resultar útil comenzar examinando los
límites del primero.

Para la dogmática procesal más comúnmente recurrida y que suele enfatizar el


mecanismo adversarial -pienso en autores como Calamandrei, Carnelutti y los que
habitualmente los siguen como Couture o Guasp- los mecanismos alternativos cum-
plen, desde la visión conceptual, un papel análogo al que, para un civilista, cumplen
fenómenos como el contrato por adhesión o la estipulación a favor de un tercero.
Por ejemplo, la conciliación en el ámbito del derecho procesal -del mismo modo
que la figura del contrato por adhesión en el ámbito civil- constituye un fenómeno
que excede, y hasta cierto punto transgrede, el sistema de conceptos construido en
derredor del proceso.

Permítanme que explique brevemente la analogía que intento trazar. La dogmática


civil, como es sabido,5 erige el conjunto de sus conceptos sobre la base del prin-
cipio de autonomía, de manera que los fenómenos que no se ajustan a él -como
ocurre con la adhesión- sólo logran ser expuestos como excepciones o figuras anó-
malas con respecto a la limpia fisonomía del negocio jurídico. Algo de eso creo ver
en la dogmática procesal con respecto a figuras alternativas para la resolución de
disputas. Si, como acabo de decir, el derecho civil erige el conjunto de sus concep-
tos sobre el paradigma de la promesa autónoma, el derecho procesal, a su turno,
construye su complejo entramado conceptual sobre la base del modelo adversarial
y heterónomo representado por la figura de la jurisdicción tal como ella aparece
en el estado moderno. De ahí que no exista, propiamente hablando, un examen
positivo de los fenómenos alternativos al adversarial, sino que exámenes más bien
marginales que los sitúan -incluso en los códigos- como un modo “anormal” de
terminación del proceso. En mi opinión -pero no es este el tema del que ahora
debo ocuparme subyace en el derecho procesal una cierta representación del esta-
do moderno -monopolización de la fuerza, legitimidad procedimental, concepción
adversarial del debate- que explica esa forma con que se conceptualizan fenómenos
como los que ahora examinamos.

A ese carácter conceptualmente tangencial y de excepción de estas figuras en el


ámbito de la dogmática, también ha de sumarse la concepción que suele arrojar la
dogmática procesal del propio procedimiento adversarial. Según una descripción
ilustre (que se puede remontar a los orígenes de la ilustración y que desde el punto
de vista ideológico aparece vinculada a la exégesis) el juez, según la definición de
rol provista por el ordenamiento, concibe al litigio como una disputa en torno a de-
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rechos preexistentes contenidos en reglas. El derecho, según esta tesis, constituye
un conjunto de reglas que instituyen títulos de propiedad o derechos de actuación
exclusivos que, ex ante, confieren facultades.
torio Anotaciones

La violación de esas facultades da origen a una disputa que competerá al juez de-
cidir. Según esta visión, el ordenamiento equivale a una suerte de orden cósmico:
la disputa implica su fractura. Por lo mismo, el proceso judicial –según lo han insi-
nuado autores como Michel Foucault, por ejemplo- está dispuesto como un debate
en pos de la verdad. Todo en él está previsto para develar o descubrir quien tiene la
razón, la verdad o la justicia de su lado. Según lo ha sugerido Foucault, ello explica-
ría que el modelo adversarial haya servido de base al paradigma de descubrimiento
de la verdad que luego hizo fama en las ciencias duras.

Un punto de vista distinto es el que supone el análisis social. Para éste, no se trata
ya de conceptualizar a los modelos alternativos por referencia a un sistema deduc-
tivo de conceptos, sino que se trata de identificar las ventajas relativas que diversas
instituciones proveen respecto de una misma función, en este caso, la de resolución
de controversias; para, desde allí, y ese es mi específico interés, formular una cierta
política de justicia.7 Si bien para los juristas el término “sistemas alternativos” posee
un sentido estrecho –que alude, básicamente al arbitraje, la mediación y la conci-
liación- ello no ocurre desde el punto de vista del análisis social que ahora deseo
asumir. Desde este punto de vista, todos los conflictos (desde la guerra a la discordia
intrafamiliar) acaban por resolverse -sea mediante la violencia, el abandono de la
relación social, la sumisión autoritaria, el mercado o el olvido- de manera que, en
los hechos, toda sociedad presenta una amplia gama de formas alternativas, algunas
de las cuales (pero no todas) son las que solemos denominar mecanismos alterna-
tivos. Desde esta perspectiva, la conciliación, la solución autoritaria o la solución
adversarial de una misma disputa, son funcionalmente equivalentes y se pretende
buscar la mejor decisión alternativa a la luz de un cierto ideal de moralidad política
o social, entre esas varias formas posibles.

Lo que interesa, entonces, desde esta segunda postura -y supuesta la amplia oferta
social de mecanismos alternativos- es lo siguiente: ¿cuáles de esas varias formas al-
ternativas socialmente disponibles y, en aspectos relevantes, funcionalmente equi-
valentes, son las que hemos de fomentar y porqué? La respuesta a esa pregunta con-
figura una cierta decisión en materia de política de justicia y contribuye a diseñar
lo que, más adelante, denominaré un óptimo. Como cosa previa a la consideración
de ese óptimo, resulta indispensable insistir en las características del análisis social
de este tema.

El análisis social de las formas alternativas de resolución de conflictos puede ser em-
prendido desde un punto de vista que deseo denominar externo o desde otro que, a
la inversa, podemos denominar interno. En el primer caso, se trata de indagar por
la situación que le corresponde a los sistemas alternativos en una política de justicia
definida en base a criterios de bienestar social. Aquí cabe destacar cuestiones como
el menor costo relativo de estos sistemas o la ampliación del acceso que provocan.
En el segundo caso, en cambio, ya no se trata de postular a los sistemas alternativos
como medios eficientes para el logro de una práctica social que provoque bienestar,
sino que se trata de resaltar a esos mecanismos como formas interpersonalmen-
te adecuadas de tratamiento del conflicto. Aquí, por ejemplo, suele destacarse la
mejor utilización que hacen estos sistemas del componente emocional ínsito a
todo conflicto, o el menor grado de agresividad que suponen. Como es obvio, la
evaluación que uno haga de estos sistemas puede variar según el punto de vista
que uno adopte y, en consecuencia, la evaluación global podría no ser consistente.
Por ejemplo, la terapia psicoanalítica puede constituir, desde la posición de los
partícipes, una espléndida forma de tratamiento del conflicto; pero no hay duda de
que se trata de un método desastroso desde el punto de vista de las definiciones de
una economía del bienestar que tenga en cuenta todos los intereses involucrados
que, en cuestiones públicas, exceden, como es obvio, en mucho a las meras partes
en conflicto. Así como desde la perspectiva de las decisiones sociales no estamos
dispuestos a proteger la vida a cualesquier costo (y hacemos, como lo ha mostrado
Calabresi, carreteras más baratas a sabiendas que alguien morirá en esa vía) tampo-
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co estamos dispuestos a resolver los conflictos a cualesquier precio. Dada la escasez
inevitable con que se adoptan las decisiones públicas, cualesquier decisión posee
un costo alternativo que debe ser considerado. En lo que sigue, y como lo anuncié,
comenzaré asumiendo este último punto de vista (es decir, el externo). HaciaRecordatorio
el Anotaciones
final agregaré algunas consideraciones relativas al interno.

Como lo acabo de explicar, la oferta de mecanismos alternativos al jurisdiccional


para la resolución de disputas es amplia y heterogénea. Lo que ocurre es que no
valoramos algunos de esos mecanismos porque, según creemos, contravienen nues-
tros ideales de moralidad o porque son ineficientes.

En otros términos, contamos con razones prácticas (según la definición que de ra-
zón práctica daba Kant) para desechar o inhibir el uso de algunos de estos medios
(por ejemplo, el uso de la violencia extraestatal o la mera sumisión autoritaria) y,
en cambio, fomentar otros (por ejemplo, y para tomar un caso de moda, la media-
ción). Desde la constitución del estado moderno –definido como una asociación
que reclama para sí, con éxito, el monopolio de la fuerza física-11 existe un sólo
tipo de mecanismo de resolución que el estado ha definido, diseñado y promovido,
a saber, la solución adversarial a cargo de jueces que deciden quien tuvo -ex ante el
conflicto- el derecho de su parte. En favor de esa definición más o menos explícita
de política pública en cuestiones de justicia, se allegaron múltiples razones de le-
gitimidad y de garantía. Ahora bien, el problema que, a continuación, me interesa
explorar, es la redefinición de ese ideal en materia de política de justicia. Voy a sos-
tener que existen dos motivos en favor de una ampliación del objetivo en materia
de justicia, a saber, un motivo de eficiencia y un motivo que denominaré social. Es
en ese orden como los examinaré. Lo que me interesa es presentar razones a favor
de una redefinición del objetivo de bienestar en la política de justicia.”

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ACTIVIDAD N° 1
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Recordatorio Anotaciones
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nadas
TEMA N° 3: GENERALIDADES DEL ARBITRAJE (VIDAL: 2009)

torio Anotaciones
1 
Concepto.

El arbitraje puede ser definido como el sistema heterocompositivo de resolución


de conflictos en el cual las partes le otorgan a un tercero denominado árbitro la
facultad de componer sus controversias sobre derechos de libre disposición.

A diferencia del proceso judicial, el arbitraje descansa en la voluntad de las partes,


quienes le otorgan al árbitro las facultades necesarias para juzgar sobre so conflicto
y asignar derechos y responsabilidades conforme a un criterio legal de conciencia.

Asimismo, el arbitraje resulta tener una data más antigua que la del proceso judi-
cial, esto es, en razón a que el proceso judicial nace con la aparición del Estado
(sociedad políticamente organizada) y la monopolización de la administración de
justicia. Sin embargo (y la conclusión es lógica), no siempre existió un Estado, por
lo que la forma de resolver conflictos tenía otro cariz.

El conflicto tiene una naturaleza humana, lo que lo hace connatural a su existencia.


Es decir, donde hay actividad humana es muy probable que exista conflicto. Éste
conflicto tiene que se manipulado y resuelto. Como no existía aún Estado la forma
de resolución de las controversias se hacía mediante la negociación, la conciliación
o el arbitraje. Éste último era utilizado como última ratio en vista a que las parte no
podían autocomponer sus controversias.

El arbitraje era conducido por alguien neutral a la situación conflictiva, quien po-
día, a su vez, ser el jefe del clan o de la tribu.

Posteriormente, el derecho romano recoge la institución del arbitraje y la regula,


otorgándole características muy parecidas a las recogidas actualmente; situación
que no logra prolongarse a través de la edad media.

En el Renacimiento (Edad Moderna) el arbitraje había sido retomado por los gre-
mios de comerciantes, quienes acudían a éste sistema en vista a la inoperatividad
del sistema común.

Como producto de la Revolución Francesa del siglo XVIII el arbitraje cayó nueva-
mente en el abandono, pues únicamente se le otorgaba la capacidad de administrar
justicia a los jueces y no a los particulares.

Actualmente, el arbitraje ha tomado nuevos aires y ha logrado consolidarse como


uno de los MARC’s más efectivos en la resolución de conflictos de carácter comercial,
tanto es así, que ha logrado la celebración de documentos internacional muy
importantes como la Convención de Nueva York, la Convención de Washington, la
Convención de Panamá y la Ley modelo de UNCITRAL.

En el Perú en particular el arbitraje resulta tener más atractivo últimamente, sobre


todo a raíz la normativa de vanguardia (Decreto Legislativo 1071) y de constituirse
en una de las vías de solución de conflictos suscitados en la etapa de ejecución de
los contratos públicos conforme al decreto Legislativo 1017 y su Reglamento.

Todo ello coloca al Perú en uno de los países que arbitra en mayor y mejor
manera respecto de sus pares latinoamericanos, generando interés en
los profesionales de varias especialidades que se permitan el ejercicio
de un sistema de composición dinámico y particular.
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2 
Características.

Diagrama N° 10: Características del arbitraje.


Recordatorio Anotaciones

Fuente: elaborado por el autor, Halley Lopez Zaldívar.

El arbitraje es voluntario porque su acceso se genera en base al acuerdo de las


partes. Es decir, para acceder al sistema arbitral de resolución de disputas, ambas
partes tiene que estar de acuerdo en ello. Dicho acuerdo puede estar plasmado en
el documento causal (contrato) a manera de cláusula arbitral o en un documento
o acuerdo independiente. Por contraposición no puede existir obligatoriedad del
acceso al arbitraje en contra de una de las partes, ello resulta contrario a los prin-
cipios legales y constitucionales, situación que ha sido reconocida por el Tribunal
Constitucional en su sentencia recaída en el Expediente N° 6149-2006-PA/TC.

Sin embargo existe la excepción y es el arbitraje sucesorio, en donde el causante


(de cujus) condiciona la solución de controversias por la vía arbitral a sus herede-
ros, para lo cual deberá haber incluido una cláusula arbitral dentro del testamento,
documento que se constituye en la hija de ruta del proceso sucesoral.

Para los otros casos como el arbitraje estatutario, en contrataciones públicas o te-
mas laborales, el proceso tiene un origen voluntario, siendo que su acceso puede
diferir, ya que se tratan de sistemas distintos por el fondo.

El arbitraje es privado porque pertenece a esta rama del derecho, así por que las
partes que lo promueven normalmente tienen esta condición o se comportan como
simples particulares. Entonces tenemos que las controversias sometidas a arbitraje
tienen una naturaleza privado-contractual.

Es vinculante porque una vez pactado el acceso, las partes se encuentran condicio-
nadas a acudir al sistema. Asimismo, es vinculante porque la decisión adoptada por
el árbitro tiene que ser cumplida por los litigantes, sea que se trate de una decisión
constitutiva, declarativa o de condena.
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3 
Principios.

Diagrama N° 11: Principios del arbitraje.


torio Anotaciones

Fuente: Elaboración del autor, Halley Lopez Zaldívar.

Los principios en realidad ostentan la calidad de ventajas o beneficios, ello, en


razón a sus aspectos positivos que hacen atractivo al sistema en comparación con el
sistema ordinario del proceso judicial.

La legitimidad es reconocimiento social y legal del uso del sistema arbitral. Por
un lado goza de un reconocimiento social porque cada vez es más utilizado, sin
necesidad de que exista una obligatoriedad por parte de la ley. De otra parte, goza
de un reconocimiento legal porque es la misma Constitución Política y el Decreto
Legislativo 1071, los que han determinado su jurisdiccionalidad (al margen si nos
acogemos o no a dicha teoría) y su potencialidad como mecanismo de administra-
ción de justicio y resolutor de conflictos.

La celeridad es la rapidez con la cual aborda el arbitraje el tratamiento de un de-


terminado conflicto, así la Cámara de Comercio de Lima, establece que el tiempo
promedio de un proceso arbitral es de 8 a 9 meses, mientras que el de un proceso
judicial es de 3 a 5 años.

La flexibilidad es la adecuación del sistema a las necesidades de los litigantes. A


diferencia del proceso judicial, el arbitraje no tiene una forma predeterminada,
pudiendo las partes acomodar sus intereses a lo mejor que ofrece el sistema. Por
ejemplo, si las partes necesitan que su conflicto sea resuelto con urgencia, podrán
pactar la duración de su proceso o la concentración de actuaciones arbitrales.

La confidencialidad es la reserva que toda persona interviniente dentro de un arbi-


traje debe guardar sobre las actuaciones arbitrales de las cuales ha sido testigo bajo
responsabilidad. No obstante, en contrataciones públicas esta confidencialidad se
rompe al laudo, pues éste deberá ser remitido al Organismo Supervisor de las Con-
trataciones del Estado (OSCE) para su publicación en el portal web.

Por último, la economía resulta ser un factor coadyuvante a la efectividad del siste-
ma desde dos puntos de vista: i) al tener una menor duración, el proceso arbitral
se hace menos oneroso para las partes, ya que no asumirán los gastos de defensa;
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y ii) porque el sistema es sufragado e internalizado por los litigantes, es decir, el
arbitraje es socialmente más justo porque la sociedad no subsidia (a través del pago
de tributos) el uso del sistema, sino que son las propias partes las que se encargan
de pagarlo. Recordatorio Anotaciones

4 
Naturaleza jurídica: Teorías.
Hablar de naturaleza jurídica es hablar de origen, es hablar de la esencia del arbi-
traje; en términos más sencillos, es determinar ¿qué es el arbitraje?

El gráfico dispuesto a continuación establece que cuáles son las teorías o corrientes
que tratan de explicar qué es el arbitraje.

Diagrama N° 12: Teorías que explican la naturaleza jurídica del arbitraje.

Fuente: Elaboración del autor, Halley Lopez Zaldívar.

La teoría jurisdiccionalista se sostiene en la Constitución Política de 1993 (e histó-


ricamente en el artículo 233° de la Constitución Política de 1979), la cual reconoce
la jurisdiccionalidad del arbitraje.

Asimismo, se base en la similitud que existe entre potestades del árbitro y el juez,
así como a los medios que sirven para canalizarlas (el proceso arbitral se parece al
judicial).

Al respecto debemos decir que jurisdicción es el poder del Estado para administrar
justicia a través del funcionario correspondiente, siendo que la jurisdicción se sus-
tenta en cinco elementos, a saber: notio, vocatio, iudicium, executio y coertio. La
notio es la capacidad de conocer el caso, la vocatio la capacidad de avocarse al caso,
la iudicium es la capacidad de juzgarlo, la executio es la capacidad de ejecutar las
decisiones y la coertio es la capacidad de ejercer la fuerza pública de ser necesario.

Ahora bien, en el arbitraje el árbitro puede conocer, avocarse y juzgar un caso, sin
embargo se encuentra impedido en muchos casos de ejecutar sus propias decisio-
nes y mucho menos haciendo uso de la fuerza, por lo que deberá (en tales casos)
acudir a la ayuda del juez conforme lo dispone el artículo 8° de la Ley de Arbitraje,
aprobada por Decreto Legislativo 1071 (en adelante, la Ley).

Por tanto, no resulta adecuado ajustar una definición cuando los elementos de ésta
no encajan simétricamente en una actividad. Por lo tanto, descartamos la idea de
que el arbitraje sea una jurisdicción en la realidad.
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nidos 32
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nadas
La teoría contractualista establece que el arbitraje es un contrato porque nace
como uno.

torio Anotaciones Al respecto el artículo 1351° del Código Civil determina la definición del contrato,
el cual hace referencia (como mejor supuesto) a la creación de una relación jurí-
dica patrimonial.

Debemos decir que a través del arbitraje no se crea una relación jurídica patrimo-
nial, pues ésta debe preexistir al sistema arbitral. El arbitraje es una relación jurídi-
ca procesal que se sustenta en una relación jurídica patrimonial, tal y como sucede
en un proceso. Ahora bien, ésta relación jurídica patrimonial puede o no tener un
sustento contractual (Ejm. La responsabilidad civil extracontractual escapa a una
relación obligatoria nacida de un contrato, o el enriquecimiento sin causa).

Entonces no es dable otorgar tal condición al arbitraje.

La teoría mixta determina que el arbitraje nace de un contrato y se desarrollo como


un proceso jurisdiccional.

Ello resulta a su vez inaceptable por los términos expuestos.

La teoría autónoma nos dice que “el arbitraje es el arbitraje”, ya que si bien el
arbitraje recoge figuras de otras disciplinas, eso no le quita su condición indepen-
diente. Así como el derecho penal recoge la responsabilidad civil del derecho civil,
el arbitraje recoge muchas categorías del derecho privado y pública, lo que no lo
hace menos arbitraje.

La teoría negocial-procesal establece que el arbitraje es un negocio jurídico impro-


pio cuyas consecuencias son procesales.

Veamos. Un negocio jurídico tiene dos consecuencias, personales o reales. Perso-


nales porque generan un vínculo entre las personas (Derecho de las Obligaciones);
y reales por que generan un vínculo con la cosa (Derechos Reales). Pero al ser un
negocio jurídico impropio, no se espera ninguna de ésta dos consecuencias sino
aquellas de origen procesal.

En otras palabras, el arbitraje crea un proceso.


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TEMA N° 4: CLASES DE ARBITRAJE (CAIVANO: 2010)

Recordatorio Anotaciones
1 
Arbitraje de derecho y de equidad.

Existen diversos criterios clasificatorios, los cuales determinan ante qué tipo de arbitraje
estamos y como debemos comportarnos. Debemos tener en cuenta que los criterios no
son excluyentes, más bien pueden ser conjuntivos. Tanto así que podríamos estar ante
un arbitraje comercial internacional de derecho tramitado de manera institucional.

Así nos toca evaluar primero al arbitraje de derecho y de equidad. Por un lado el
arbitraje de derecho es aquel en donde se resuelve conforme a la normativa aplica-
ble; en cambio, es de equidad o de conciencia cuando el árbitro resuelve conforme
a su leal saber y entender.

“Artículo 57.- Normas aplicables al fondo de la controversia


1. En el arbitraje nacional, el tribunal arbitral decidirá el fondo de la controversia,
de acuerdo a derecho.
2. En el arbitraje internacional, el tribunal arbitral decidirá la controversia de con-
formidad con las normas jurídicas elegidas por las partes como aplicables al fon-
do de la controversia. Se entenderá que toda indicación del derecho u ordena-
miento jurídico de un Estado determinado se requiere, a menos que se exprese
lo contrario, al derecho sustantivo de ese Estado y no a sus normas de conflicto
de leyes. Si las partes no indican las normas jurídicas aplicables, el tribunal arbi-
tral aplicará las que estime apropiadas.
3. En cualquiera de los supuestos previstos en los numerales 1 y 2 de este artículo,
el tribunal arbitral decidirá en equidad o en conciencia, sólo si las partes le han
autorizado expresamente para ello.
4. En todos los casos, el tribunal arbitral decidirá con arreglo a las estipulaciones del
contrato y tendrá en cuenta los usos y prácticas aplicables.”

Puede advertirse en primer lugar que la regla general es que todo arbitraje sea de
derecho, nacional o internacional, salvo que las partes hayan acordado algo dife-
rente, es decir, de equidad.

Asimismo, se advierte que en cualquier caso el árbitro debe resolver conforme a lo


dispuesto en el contrato, y los usos y costumbres arbitrales reconocidos, lo que nos
permite entender que el árbitro debe basarse en las estipulaciones contractuales
en todo momento, aún cuando se trate de un arbitraje de derecho. Claro está, que
el árbitro podrá apartarse del contrato siempre que su contenido se aparte de las
normas imperativas del derecho aplicable.

Por su parte, teniendo el arbitraje una génesis comercial, los usos y costumbres
asumen un rol muy importante en cuanto a la técnica arbitral. Ejemplo de ello
tenemos a las instalaciones de los arbitrajes, que son actuaciones no previstas en la
normativa legal arbitral, pero que sí son utilizadas en todos los procesos arbitrales
realizados en el país.

2 
Arbitraje ad hoc e institucional.
El arbitraje es ad hoc cuando las partes y los árbitros organizan y administran las
actuaciones arbitrales. En cambio, el arbitraje es institucional cuando dichas tareas
han sido cedidas a una institución arbitral (centro o corte de arbitraje).

“Artículo 7.- Arbitraje ad hoc e institucional


1. El arbitraje puede ser ad hoc o institucional, según sea conducido por el tribunal
arbitral directamente u organizado y administrado por una institución arbitral.
2. Las instituciones arbitrales constituidas en el país deben ser personas jurídicas,
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con o sin fines de lucro. Cuando se trate de instituciones públicas, con funciones
arbitrales previstas o incorporadas en sus normas reguladoras deberán inscribirse
ante el Ministerio de Justicia.
torio Anotaciones 3. En caso de falta de designación de una institución arbitral, se entenderá que el
arbitraje es ad hoc. La misma regla se aplica cuando exista designación que sea
incompatible o contradictoria entre dos o más instituciones, o cuando se haga re-
ferencia a una institución arbitral inexistente, o cuando la institución no acepte
el encargo, salvo pacto distinto de las partes.
4. El reglamento aplicable a un arbitraje es el vigente al momento de su inicio, salvo
pacto en contrario.”

Conforme a lo dispuesto en el Decreto Legislativo 1071, la regla general es que el


arbitraje sea ad hoc, salvo que las partes hayan acordado otra cosa en el convenio
arbitral o documento posterior.

Asimismo, el arbitraje será ad hoc cuando las partes, habiendo pactado uno insti-
tucional, no hayan determinado exactamente la institución que se encargará de la
administración, o hayan hecho referencia a una institución inexistente, o cuando la
designación se haya hecho a más de una institución, siendo imposible ubicar quien
de ellas asumirá la administración, o cuando la institución rechace el encargo.

Por su parte, debe tenerse en consideración que las instituciones arbitrales tienen
sus propias reglas (reglamentos arbitrales), situación que no es la misma con el ar-
bitraje ad hoc, donde son las partes (en coordinación con el árbitro) las que deben
diseñar sus propias reglas. Por ello, ante un arbitraje institucional se aplicarán las
reglas vigentes al momento de haberse presentado la solicitud de arbitraje (que
marca el inicio del proceso arbitral) ante el centro.

3 
Arbitraje unipersonal y colegiado.
El arbitraje es unipersonal cuando es confiada la función arbitral en un solo árbitro
(árbitro único). Es colegiado cuando la función arbitral es encargada a más de un
árbitro.

Debe tenerse en consideración que en ambos casos se hace referencia a tribunal


arbitral, pues la denominación de “tribunal” no determina el número de árbitros.

“Artículo 19.- Número de árbitros.


Las partes podrán fijar libremente el número de árbitros que conformen el tribunal
arbitral. A falta de acuerdo o en caso de duda, serán tres árbitros.”

De la cita se advierte que son las partes las que determinan cuantos árbitros inte-
grarán el tribunal arbitral encargado de resolver sus controversias, situación que
normalmente ocurre al momento de redactar el convenio arbitral.

Aquí precisamos el hecho de que no existe prohibición alguna para que las partes
pudiesen elegir un número par de árbitros. Sin embargo, ello en la práctica no re-
sultaría aconsejable pues se presentarían dificultades al momento de determinar la
validez de una actuación arbitral por número de votos, esto es, siempre que exista
discrepancia.

Sin embargo, cuando no exista acuerdo o en caso de duda sobre el número de


árbitros, el tribunal estará integrado por tres árbitros.

4 
Arbitraje nacional, internacional y extranjero.
El arbitraje es nacional cuando todos los puntos de conexión se ubiquen en el
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Perú. Es internacional cuando exista algún punto de conexión en el extranjero.
Por último, es extranjero cuando el arbitraje no guarda ninguna relación con el
territorio peruano.
Recordatorio Anotaciones

Debe tenerse presente que la nacionalidad no determina la internacionalidad o no


del arbitraje, ya que puede presentarse el caso de que un arbitraje sea internacio-
nal, donde las partes tienen una misma nacionalidad pero domicilian en territorios
distintos.

“Artículo 5.- Arbitraje internacional.


1. El arbitraje tendrá carácter internacional cuando en él concurra alguna de las
siguientes circunstancias:
a. Si las partes en un convenio arbitral tienen, al momento de la celebración de
ese convenio, sus domicilios en Estados diferentes.
b. Si el lugar del arbitraje, determinado en el convenio arbitral o con arreglo
a éste, está situado fuera del Estado en que las partes tienen sus domicilios.
c. Si el lugar de cumplimiento de una parte sustancial de las obligaciones de la
relación jurídica o el lugar con el cual el objeto de la controversia tiene una
relación más estrecha, está situado fuera del territorio nacional, tratándose de
partes domiciliadas en el Perú.
2. Para efectos de lo dispuesto en el numeral anterior, si alguna de las partes tiene
más de un domicilio, se estará al que guarde una relación más estrecha con el
convenio arbitral.”

La Ley establece que el arbitraje será internacional cuando las partes tengan do-
micilios diferentes al momento de suscribir el convenio arbitral (cláusula arbitral
incluida en el contrato); cuando el lugar del arbitraje se encuentren en el extran-
jero, pero por lo menos una de ellas se encuentre domiciliada en el país; y cuando
el cumplimiento de las obligaciones esenciales está situado fuera del país, siempre
que una de las partes tenga domicilio en el territorio peruano.

En caso exista más de un domicilio, se tendrá en cuenta el domicilio que tenga ma-
yor vinculación con el convenio arbitral (cláusula arbitral dentro de un contrato).

5 
Arbitrajes sectoriales: en contrataciones públicas, labora-
les, comerciales y civiles.
En esta oportunidad nos toca describir al arbitraje en razón a la especialidad del
conflicto que le toca resolver.

Así tenemos que el arbitraje en contrataciones públicas es aquel en donde las ma-
terias arbitrables se encuentran previamente determinadas por la Ley de Contrata-
ciones del Estado, aprobada por Decreto Legislativo 1017, y su Reglamento, apro-
bado por Decreto Supremo Nº 184-2008-EF. Este tipo de arbitraje resulta ser el más
utilizado en el Perú toda vez de que las citadas normas establecen la obligación de
resolver cualquier controversia que tenga origen en la etapa de ejecución contrac-
tual a través de la conciliación o el arbitraje, conforme a la elección de las partes
(artículo 52º de la Ley de Contrataciones del Estado).

Asimismo, debemos tener en cuenta de que en éste tipo de arbitraje, el Estado (o


una entidad pública del mismo) es parte, lo que guarda relación con los preceptos
constitucionales (artículo 62º de la Constitución Política de 1993), que autoriza la
arbitrabilidad de las controversias contractuales en donde el Estado se comporta
como parte de la relación jurídica.

El arbitraje laboral es aquel proceso en donde se resuelven materias controvertidas


sobre derechos y obligaciones laborales. En el ámbito individual, la Ley Procesal
de Trabajo ha reducido el ámbito de actuación del arbitraje para la solución de
conflictos individuales de trabajo, haciéndolo un mecanismo ineficaz y elitista. En
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cambio en el ámbito colectivo, el arbitraje, como parte de la negociación colectiva,
resulta es más utilizado, toda vez de que las asociaciones de trabajadores pretenden
el reconocimiento de derechos ante sus propios empleadores, pudiendo tramitarse
torio Anotaciones
la exigencia (luego de agotar las vías precedentes) a través del arbitraje. No obs-
tante, cabe anotar que las leyes de presupuesto restringen mucho el ámbito del
arbitrabilidad objetiva en este tipo de arbitrajes, pretendiendo que sólo se arbitren
condiciones de trabajo más no asuntos económicos, lo que de alguna forma hace
inoperativo el arbitraje en esta sede.

El arbitraje comercial es aquel en donde se dilucidan controversias de índole co-


mercial o mercantil, referidas a temas societarios, empresariales, entre otros. Ac-
tualmente, después del arbitraje en contrataciones públicas, el arbitraje comercial
es el más utilizado, ello motivado en la naturaleza comercial del arbitraje.

Finalmente, el arbitraje civil es aquel que se desarrolla teniendo en consideración


las materias reguladas por el Código Civil y normas conexas.
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LECTURA SELECCIONADA N° 2
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Recordatorio Anotaciones

Monroy Palacios, J. (2007) Arbitraje, jurisdicción y proceso. Revista de Derecho proce-


sal. N° X. pp. 101-112.
Recordatorio Anotaciones

“1. Introducción
Es común que en los manuales de arbitraje la cuestión referida a su “naturale-
za jurídica” sea tratada con absoluto desinterés. La explicación corriente para
justificar esa displicencia de la doctrina consiste en reducir la importancia del
tema asignándole un valor meramente teórico. ¡Terrible error! Los retos más
serios que enfrenta el arbitraje a nivel interno, y en particular aquél referido
a las continuas intromisiones en las que viene incurriendo la justicia estatal so-
bre la privada, podrían encontrar solución adecuada si se lograra alcanzar un
razonable consenso en el tema de las relaciones entre arbitraje y jurisdicción. A
continuación algunas reflexiones al respecto.

2. Los excesos de algunos jueces... y los “guardianes del arbitraje”


Mientras la tendencia mundial, en el plano legislativo, jurisprudencial
y doctrinal, se orienta a la consolidación del carácter autónomo del ar-
bitraje respecto de la justicia estatal, en el Perú existen jueces que, abu-
sando de su poder, acostumbran trabar medidas cautelares para suspen-
der su tramitación; inclusive, por estos días los medios de comunicación
comentan los atropellos contra un tribunal arbitral cuyos miembros han
sido objeto de embargos sobre sus bienes y hasta de un proceso penal.

Si bien en la corta vida de la actual Ley de Arbitraje no son pocas las ocasiones
donde la inmoralidad de los árbitros ha estado al nivel de los más sonados casos
de corrupción judicial (casos que aconsejarían un proceso de responsabilidad
civil y una o más imputaciones penales), ello nunca puede constituir un funda-
mento para que las intromisiones judiciales sobre la justicia arbitral se hayan
convertido en moneda corriente.

Contrariamente a lo que se suele pensar, la infeliz iniciativa de pretender “ju-


risdiccionalizar” el arbitraje a través de la Constitución de 1979 (art. 233.1) y la
repetición de aquella insensatez en la actual (139.1), contribuyeron a crear el
clima enrarecido de hoy, donde la prepotencia de algunos jueces no es menos
estridente que los reclamos –varios con pintoresco tinte clasista– de quienes
han asumido el rol de “guardianes del arbitraje”. En efecto, si por el lado judi-
cial vemos casos como los ya citados, por el lado de los árbitros se ha llegado a
postular, por ejemplo, la existencia de una “administración arbitral de justicia”.
Los excesos de cada grupo generan la misma perplejidad. Por ello mismo, el
nivel de “desconocimiento o ignorancia” que Lohmann, hace pocos días, le
ha atribuido sólo a los jueces, no desentona si incorpora en su lista a algunos
fanáticos del arbitraje.

3. El principio de unidad de la jurisdicción


Pero retomemos el tema planteado. En nuestro país la discusión está invertida.
En realidad, el arbitraje no necesita ser jurisdicción para lograr su autonomía.
Si el fundamento del arbitraje se encuentra, precisamente, en la autonomía
privada de quienes, renunciando a la jurisdicción, deciden acudir a un juzgador
privado, entonces apartarse de una jurisdicción (la estatal) para actuar en otra
(la “privada”) contiene mucho más que una contradicción lógica.

La “jurisdicción excepcional” que algunos pretenden llevar hasta sus últimas


consecuencias, valiéndose simplemente del texto expreso de la norma constitu-
cional, es una categoría que no resiste el más mínimo análisis. Técnicamente, el
nombre correcto para crear campos diferenciados respecto de la actividad de
los jueces ordinarios es la “jurisdicción especial”, pero más allá del nomen juris,
que siempre es lo accesorio, es necesario tener en cuenta que la posibilidad
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de que el ordenamiento constitucional prevea jueces distintos a los ordinarios
tiene como presupuesto insuperable el respeto por la unidad de la jurisdicción.
Este principio, lejos de aplicarse sólo a los jueces que conforman la estructura
torio Anotaciones
del Poder Judicial, admite además la existencia de otros jueces estatales, siem-
pre y cuando la referida unidad se exprese en alguna de sus dos especies: a) que
haya unidad orgánica, como el caso de la “justicia militar”, sobre la cual es im-
perativo que se creen fórmulas de control efectivo por parte de la jurisdicción
ordinaria; o b) unidad sustancial, representada por una necesaria homogenei-
dad entre jueces ordinarios y especiales, como los que conforman el Tribunal
Constitucional. En efecto, unos y otros no sólo resuelven controversias, sino que
ejercen funciones públicas y poseen el imperio necesario para que sus decisio-
nes adquieran la autoridad de la cosa juzgada y sean susceptibles de ejecución.

A estas alturas se habrá advertido que el arbitraje no puede constituir una ex-
presión de la jurisdicción pues, salvo que el concepto se utilice en sentido lato,
su configuración contiene intrínsecamente una renuncia a ésta y además, por-
que el árbitro es incapaz de desarrollar funciones de carácter público. Si así
fuera, se quebraría el principio fundamental de la unidad de la jurisdicción y
hasta donde sabemos en ninguna parte del mundo se postula ello.

4. Teorías sobre el arbitraje: un tema mistificado


Pero hay más. Como ya se adelantó, a diferencia de lo que se piensa común-
mente, el carácter no jurisdiccional del arbitraje refuerza su autonomía, antes
que debilitarla. Constatemos esta afirmación a través del pensamiento de dos
grandes juristas. Por un lado, es sabido que Ludovico Mortara, el más insigne
de los jueces constitucionales italianos y una de las voces más autorizadas del
Derecho Procesal de los últimos dos siglos, aborrecía al arbitraje por cuestiones
ideológicas y, sobre todo, históricas que no viene al caso comentar. Lo relevante
para nuestro análisis es recordar que para degradarlo, para reducirlo a una
justicia de segundo nivel, Mortara perfeccionó la “teoría jurisdiccional” del arbi-
traje: lo concibió como parte de la justicia estatal, pero presentándolo como
una actividad minusválida, dependiente en todo momento del visto bueno del
juez quien, a través de la homologación, era el único que podía otorgar virtua-
lidad jurídica al laudo, “adoptando” para la jurisdicción un pronunciamiento
que, hasta ese momento, era inocuo. En consecuencia, antes de la “santifica-
ción judicial”, arbitraje y laudo tenían eficacia jurídica nula, pues para Mor-
tara, dado que el arbitraje se incardina en la jurisdicción como un “órgano
impropio”, la ausencia de homologación equivalía a la inexistencia de arbitraje,
donde la actividad hasta ahí realizada terminaba perdiéndose en “artificios va-
nos (…) ocasiones para perder tiempo y dinero”, según sus propias palabras.
Más adelante, los seguidores de Mortara se encargaron de “perfeccionar” su
postura señalando que, dado que el arbitraje es jurisdicción, la intervención
judicial se encontraba plenamente justificada. Así por ejemplo, si existían pro-
blemas de prejudicialidad, litispendencia, continencia o acumulaciones subje-
tivas, los jueces estatales imponían la vis atractiva para suspender o extinguir
arbitrajes, pues si bien proceso ordinario y arbitraje eran parte de la misma juris-
dicción, al interior de ésta, la autoridad del juez estatal siempre prevalecía sobre
la labor del privado. Algo exactamente similar a lo que ocurre en nuestros días.

En oposición a Mortara y a sus seguidores estuvo Chiovenda, aunque la posición


más radical se produjo décadas después, cuando el brillante pero polémico Sal-
vatore Satta, antipublicista por esencia y, en consecuencia, defensor a ultranza
de la autonomía del arbitraje, se constituyó en el más importante impulsor de
la “teoría contractualista”, justificando en la protección (hoy constitucional) de
la autonomía privada la absoluta indemnidad del arbitraje, de su proceso de
formación, del desarrollo de su procedimiento y, por supuesto, del laudo.

Vistas así las posiciones, resulta sencillo constatar que en nuestro país el
problema está planteado en modo inverso. Muchos piensan que el arbitra-
je debe alcanzar la categoría de jurisdicción para lograr respeto por parte
de los jueces ordinarios. Otros, como si se tratara de fórmulas matemáticas,
proponen una mixtura de la teoría jurisdiccional y la contractual, olvidando
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el antagónico sustrato ideológico que se encuentra en la base de cada pos-
tura, y otros más, sin esconder una ilusión neocorporativista, piensan que
estamos encaminados en una tendencia hacia la “privatización de la justi-
cia”, donde el árbitro tendrá los mismos poderes que el juez estatal. Dis-
Recordatorio Anotaciones
tintos versiones alrededor de una idea común: la “jurisdicción arbitral”.

El equívoco es notorio. Quienes promueven el arbitraje, con todas las ventajas


que con justicia le asignan, se equivocan cuando intentan reforzar su desarrollo
acercándolo a la jurisdicción. Por su parte, quienes aún buscan reducirlo a su
mínima expresión, lo fortalecen creyendo que la autonomía privada sobre la
cual se funda es poca cosa. Pero no concluyamos este apartado sin valorar –lue-
go de replanteados sus reales objetivos– las dos más importantes teorías sobre
el arbitraje: en primer lugar, es evidente que la “jurisdiccional” debe ser descar-
tada por asignarle prácticamente un valor jurídico nulo al arbitraje. Ni siquiera
la reformulación que ha sufrido esta teoría en los últimos años es válida, pues
ciertamente el árbitro actúa por delegación de las partes y éstas no pueden dar
lo que no tienen, con lo cual, el camino hacia la “jurisdiccionalización” está
cerrado.

En segundo lugar, pareciera que, de acuerdo a lo expresado, la teoría que más


favorece al arbitraje es la “contractualista”, sin embargo, ésta no es menos erra-
da que la primera. Pretender atribuirle al arbitraje y sobre todo a su producto
final, el laudo, un valor meramente negocial es negar lo sucedido con este ins-
tituto por lo menos en los últimos cuarenta años, pues desde la Convención de
Nueva York de 1958 (que utiliza, inclusive, la expresión “sentencia arbitral”) se
le reconoce una eficacia procesal equivalente a la de cualquier sentencia judi-
cial, sin necesidad de homologación, tal como sucede hoy en nuestro país. Pese
a ello, Satta, que nunca dejó de sentirse tuerto entre los ciegos, insistió con esta
particular tesis hasta el fin de sus días.

Descartadas las dos teorías más importantes, la respuesta sobre qué es, jurídica-
mente, el arbitraje, debe buscarse en otro lado.

5. Hacia una reformulación de la teoría del arbitraje: el aporte del derecho procesal
En las clases de Derecho Procesal suele presentarse un absurda discusión acerca
de la “naturaleza” de ciertos institutos jurídicos que pasa por determinar si estos
son de derecho material o procesal (o pero aún, si estos son “de fondo” o “de
forma”). Hoy en día la doctrina más autorizada sobre la materia ha dejado claro
que la discusión no sólo es inútil, sino que está mal planteada, pues deja de lado
categorías jurídicas que pueden desarrollarse tanto en uno u otro plano, sin que
pierdan su “esencia” (la prueba, la prescripción extintiva, etc.).

Bajo otros criterios, en materia arbitral se produjo exactamente lo mis-


mo. Como vimos atrás, la discusión acerca de la “naturaleza” del arbitra-
je se polarizó de tal forma que se volvió estéril. Ni siquiera los alquimis-
tas jurídicos que mezclaron las teorías antes expuestas tuvieron éxito. La
razón del desvarío se debió, por un lado, al excesivo conceptualismo, al
abstraccionismo dogmático, siempre alejado de la realidad, de un sector
de la doctrina y, por el otro, al chato análisis exegético que todavía cons-
tituye el único método con el cual trabajan muchos de nuestros juristas.

En la actualidad, para comprender al arbitraje en su plenitud, es necesa-


rio desprendernos de uno de los peores prejuicios que tiene todo abogado:
el afán inconsciente por estandarizar las experiencias jurídicas, asignándoles
irreflexivamente categorías preconcebidas. Así por ejemplo, mucho de noso-
tros cuando oímos hablar por primera vez del arbitraje, nos preguntamos, “¿a
qué pertenece, al derecho de los contratos o al procesal?, ¿a los dos tal vez?”.
El análisis del arbitraje planteado en esos términos está condenado al fracaso.
Así como el arbitraje no debe estar contaminado de jurisdicción; su autono-
mía también debe ser defendida en el plano dogmático. El arbitraje no es ni
contractual, ni procesal, ni una mezcla de ambos. Es una disciplina autónoma
que si bien puede construirse con ayuda de las demás parcelas del derecho, no
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se identifica con ninguna de ellas. Posee sus propios principios, problemas y
especialistas, pero, lejos de aislarse, se integra con las demás ramas del derecho,
sin perder su carácter autónomo. Por ello mismo, desde hace algunas décadas
torio Anotaciones
muchos juristas convienen en hacer referencia a una rama jurídica específi-
ca y diferenciada de las clásicas, cuyo nombre es el “Derecho del Arbitraje”.

En este contexto, flaco favor le ha hecho el derecho procesal al arbitraje en su


afán por lograr su autonomía a lo largo del siglo XX. En efecto, hoy es imperati-
vo quebrar el centenario dogma que, bajo la autoridad de Giuseppe Chiovenda,
equipara o, en todo caso, vincula inexorablemente a la jurisdicción con el proceso.
¡Es una idea tan perniciosa como generalizada! Ambas categorías pueden coin-
cidir (en el “proceso judicial”, por ejemplo), pero ello no significa que interac-
túan en todo momento. Mientras la primera evoca una actividad puramente
estatal, la segunda tiene un ámbito de actuación que va más mucho allá de la
jurisdicción. El proceso puede ser estatal, privado o inclusive internacional; a
diferencia de la jurisdicción, no se encuentra limitado por la idea de Estado, de
ahí la razón del fracaso de la conocida tesis de Montero Aroca (quien proponía
la idea de un “Derecho Jurisdiccional” constatando, correctamente, que la juris-
dicción abarcaba zonas ajenas al proceso, pero olvidando que el proceso tam-
bién tiene espacios de desarrollo ajenos a la jurisdicción). Proceso y jurisdicción
son categorías autónomas que pueden coincidir (como en los procesos judicia-
les) o no (proceso arbitral), sin que se altere el contenido esencial de cada una.
El vasto y complejo escenario de los procedimientos administrativos, por ejem-
plo, es un caso en el cual concurre la actividad procesal con la participación del
Estado, pero no hay jurisdicción; los casos resueltos por la Corte Interamericana
de Derechos Humanos se desarrollan en un contexto procesal, pero no estatal,
ni jurisdiccional (a menos que se utilice otra acepción y por consiguiente una
categoría distinta); las actividades administrativas que desempeña el Presidente
de la Corte Suprema, una autoridad jurisdiccional, son públicas por naturaleza,
pero no se realizan en el marco de un proceso. Por otro lado, el acto por el
cual se investiga el comportamiento de un alumno por parte de una asamblea
universitaria y donde, luego permitirle el ejercicio del derecho de defensa, se
resuelve su suspensión constituye un proceso sin jurisdicción. Y así, finalmente,
el arbitraje no es más ni menos que un proceso, sin que para tal calificación
debamos hablar de jurisdicción, ni en general de actividad pública alguna.
Este no es el lugar para estudiar a plenitud las consecuencias que se de-
rivan de reconocer que el arbitraje es un proceso, pero en lo que no hay
duda es que, con las necesarias adecuaciones, la disciplina procesal se en-
cuentra plenamente desarrollada en el campo arbitral. El proceso es un
genus que actúa indistintamente en la jurisdicción, en el arbitraje o en las
controversias internacionales. Por ello, desde la observancia de las normas
que garantizan el derecho a un debido proceso, hasta el análisis de las añe-
jas categorías que forman parte de su contenido (baste sólo tener en cuenta
las decenas de instituciones ubicadas dentro de la tríada conceptual confor-
mada por la teoría de la impugnación, la probatoria y la referida a las me-
didas cautelares), el proceso se despliega sin rubor sobre el campo privado.
Por último, como antídoto contra los excesos que suele conllevar la actividad
intelectual de sustituir una teoría por otra, no está demás conservar esta idea:
que el proceso alimente de contenido al arbitraje, no significa que el arbitraje
se reduzca al proceso; ello es tan absurdo como pensar que el arbitraje es sólo
contrato.

6. Apuntes finales sobre un tema abierto


Dado que el arbitraje nace de un contrato, pero actúa como un proceso, es decir,
que pese a estar integrado a ambas disciplinas, conforma una categoría jurí-
dica diferenciada que conserva su autonomía, es posible señalar lo siguiente:
el arbitraje no sólo tiene su fundamento en la autonomía privada, sino que,
al igual que el proceso judicial, es tributario de la ley; más aún, está regula-
do por normas de orden público: si bien la Ley de Arbitraje privilegia el ca-
rácter desformalizado de este tipo de procesos, muestra su total autoridad
cuando regula la eficacia del laudo (su carácter vinculante e inmutabilidad
similar a la de cualquier sentencia judicial), sus causales de nulidad y su ap-
titud para ser materia de ejecución forzada. El carácter imperativo de este
tipo de normas (así como el de aquellas que, adecuadas, se aplican supleto-
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riamente para la protección al derecho al debido proceso), avaladas por tra-
tados internacionales que despejan cualquier duda al respecto, evidencian
que el arbitraje es una categoría jurídica compleja: su origen es estrictamen-
te negocial, pero a su desarrollo fisiológico se le adhiere el elemento proce-
Recordatorio Anotaciones
sal, cuya eficacia se exacerba con la expedición del laudo (sentencia arbitral).

Planteadas así las cosas, podemos concluir que:

a) E
 l fundamento para no aceptar la intromisión de ninguna autoridad estatal
durante el proceso arbitral está en la protección constitucional de la auto-
nomía privada que contiene, en modo intrínseco, una renuncia a la jurisdic-
ción (eficacia negocial).
b) El valor innegable que el laudo tiene para el ordenamiento jurídico radica en
que a la actividad privada se le suma una eficacia procesal que, otorgada por ley,
permite equipararlo con una sentencia judicial.
c) El arbitraje es un proceso (privado, no jurisdiccional o como quiera llamárse-
le) que constituye una alternativa (y esto sirve para sumar, no para restar su
valor) a la justicia estatal a través de la cual los ciudadanos, en base al ejercicio
de su autonomía privada, renuncian a la jurisdicción, poniendo en manos
de un juzgador privado la solución de sus controversias. Es una alternativa
porque contiene un mecanismo diverso (proceso arbitral) para conseguir –bajo
los límites impuestos por la Ley– exactamente lo mismo que puede otorgar la
justicia estatal (proceso judicial).
d) Más allá de la defectuosa redacción constitucional, unidad de la jurisdicción
y autonomía del arbitraje constituyen principios fundamentales que cierran la
posibilidad de identificar a la justicia privada con la jurisdicción, pero a la
vez, y esto es lo más relevante, permiten que la justicia estatal y la justicia pri-
vada se desarrollen plenamente y sin interferencias (que no es lo mismo que
negar las necesarias coordinaciones entre sí).
e) Last but not least, no es casual que jurisdicción y arbitraje se desenvuelvan a
través de un común denominador (el proceso), pues en la actualidad ambos
mecanismos comparten el mismo estatus: constituyen las expresiones más
importantes de la impartición de justicia eficaz, adecuada y oportuna que
debe garantizar todo Estado de Derecho. En este plano, no hay autonomía
que valga, ambos corren la misma suerte, pues la crisis de cualquiera de ellos
representa el fracaso cotidiano de la Justicia en el Perú.”

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Autocomposición: Sistema de resolución de conflictos en donde los sujetos que inter-


vienen directamente (primarios) tienen el poder de manejar el conflicto y resolverlo.
Autotutela: Sistema de resolución de conflictos donde uno de los sujetos que intervie-
Recordatorio Anotaciones
nen directamente resuelve el conflicto de mano propia.
Hetercomposición: Sistema de resolución de conflictos donde los sujetos que intervie-
nen directamente encargan a un tercero (juez o árbitro) el manejo y resolución del
conflicto.
Proceso: Conjunto de fases, actos y diligencias que concatenados apuntan a resolver un
conflicto de intereses o dilucidar una incertidumbre jurídica.
UNIDAD I: MECANISMOS ALTERNATIVOS DE RESOLUCIÓN DE CONFLICTOS. CONCILIACIÓN CONCILIACIÓN Y ARBITRAJE
Objetivos Inicio

EXTRAJUDICIAL. GENERALIDADES DEL ARBITRAJE


Desarrollo
de contenidos
Actividades Autoevaluación
MANUAL AUTOFORMATIVO 43

Actividades Autoevaluación
os Lecturas Glosario Bibliografía
seleccionadas

BIBLIOGRAFÍA DE LA UNIDAD I
Glosario Bibliografía
s
Recordatorio Anotaciones

Caivano, R. (2010). Arbitraje. Buenos Aires: Ad hoc.


Caivano, R. (1998). Negociación, conciliación y arbitraje. Lima: APENAC.
o Anotaciones Ury, W. (2000). Alcanzar la paz. Diez caminos para resolver conflictos en la casa, el trabajo y el
mundo. Buenos Aires: Paidós.
Vidal Ramírez, F. (2009). Manual de derecho arbitral. Lima: Gaceta Jurídica.
UNIDAD I: MECANISMOS ALTERNATIVOS DE RESOLUCIÓN DE CONFLICTOS. CONCILIACIÓN
ollo
nidos 44
Actividades Autoevaluación
EXTRAJUDICIAL. GENERALIDADES DEL ARBITRAJE

as Glosario Bibliografía Diagrama Objetivos Inicio


nadas

AUTOEVALUACIÓN DE LA UNIDAD I
Desarrollo Actividades Autoevaluación
de contenidos
torio Anotaciones

INSTRUCCIONES:

Lecturas
seleccionadas
Glosario
Marque
Bibliografía
la respuesta correcta (2 puntos c/u):

1. N
 O es un mecanismos autocompositivo:
Recordatorio Anotaciones
a) Negociación
b) Arbitraje
c) Mediación
d) Conciliación
e) Negociación integrativa

2. E
 n la conciliación extrajudicial el tercero interviniente NO tiene la facultad de:
a) Resolver el conflicto.
b) Ayudar a las partes a la resolución del conflicto.
c) Mostrar a las partes la ruta de resolución del conflicto.
d) Equilibrar las relaciones.
e) Analizar el conflicto.

3. El arbitraje es un mecanismo:


a) Autotutelar.
b) Inflexible.
c) Heterocompositivo.
d) Autocompositivo.
e) Dependiente del proceso judicial.

4. La conciliación extrajudicial es un mecanismo:


a) A
 utotutelar.
b) D
 eductivo.
c) H
 eterocompositivo.
d) A
 utocompositivo.
e) D
 ependiente del proceso judicial.

5. L
 a corriente jurisdiccionalista explica que el arbitraje es una jurisdicción porque el
artículo … de la Constitución Política de 1993 así lo dispone:
a) 233º
b) 189º
c) 1
 49º
d) 1
 39º
e) 2

6. L
 a corriente negocial procesal señala que el arbitraje es un negocio jurídico de con-
secuencias:
a) Reales.
b) Propias.
c) O
 bligacionales.
d) G
 enéricas.
e) I mpropias.
UNIDAD I: MECANISMOS ALTERNATIVOS DE RESOLUCIÓN DE CONFLICTOS. CONCILIACIÓN CONCILIACIÓN Y ARBITRAJE
EXTRAJUDICIAL. GENERALIDADES DEL ARBITRAJE
Desarrollo
de contenidos
Actividades Autoevaluación
MANUAL AUTOFORMATIVO 45

Lecturas Glosario Bibliografía


seleccionadas
7. Los costos en el arbitrajes son internalizados por:
a) E
 l Ministerio de Justicia.
b) E
 l Ministerio de Trabajo.
Recordatorio Anotaciones
c) L
 as propias partes.
d) El Ministerio de Economía y Finanzas.
e) EL Poder Judicial.
8. S
 i las partes no señalaron estrictamente que institución se encargará de la adminis-
tración del arbitraje, entonces el arbitraje será:
a) A
 d hoc.
b) I nstitucional.
c) De derecho.
d) De equidad.
e) Unipersonal.

9. S
 i las partes no señalaron cuántos árbitros integrarán el tribunal arbitral, entonces el
arbitraje será resuelto por:
a) 2 árbitros.
b) 3 árbitros.
c) 1 árbitro.
d) 10 árbitros.
e) 5 árbitros.

10. E
 s un uso y costumbre en materia arbitral que no se encuentra regulada en la Ley
de Arbitraje:
a) Las audiencias.
b) Las pruebas.
c) Las medidas cautelares.
d) L
 a renuencia.
e) L
 a instalación del arbitraje.
ollo
nidos 46
Actividades Autoevaluación

as Glosario Bibliografía
nadas

torio Anotaciones
CONCILIACIÓN Y ARBITRAJE
Desarrollo
de contenidos
Actividades Autoevaluación
MANUAL AUTOFORMATIVO 47

Diagrama Objetivos Inicio Lecturas Glosario Bibliografía


seleccionadas

Desarrollo
UNIDAD II: “CONVENIO ARBITRAL. ÁRBITROS”
Actividades Autoevaluación
de contenidos
Recordatorio Anotaciones

Lecturas
seleccionadas DIAGRAMA DE PRESENTACIÓN DE LA UNIDAD II
Glosario Bibliografía

Diagrama Objetivos Inicio

LECTURAS
CONTENIDOS ACTIVIDADES
Recordatorio Anotaciones
SELECCIONADAS
Desarrollo Actividades Autoevaluación
de contenidos

autoevaluación BIBLIOGRAFÍA
Lecturas Glosario Bibliografía
seleccionadas

Recordatorio ORGANIZACIÓN DE LOS APRENDIZAJES


Anotaciones
Diagrama Objetivos Inicio

CONOCIMIENTOS PROCEDIMIENTOS ACTITUDES


Tema N°
Desarrollo
1:
Actividades Autoevaluación
1. Conoce el concepto del 1.- Gracias a los
Generalidades del
de contenidos
arbitraje al momento co-nocimientos im-
convenio arbitral de redactar contratos. partidos en clase
1. Concepto. 2. 
Explica las particulari- el alumno podrá
dades que ostentan los analizar los con-
2. Elementos esenciales y
Lecturas Glosario Bibliografía
seleccionadas
mecanismos de defen- flictos desde una
con-tenido potestativo.
sa de la competencia perspectiva más
3. Características. amplia, identifi-
arbitral a partir de ca-
4. Forma. sos concretos. cando los diferen-
Recordatorio Anotaciones
5. Tipos de convenio tes métodos de
3. 
Advierte los requisitos
arbitral resolución de con-
profesionales y éticos
flictos, en especial
6. Renuncia al arbitraje. que debe poseer un ár-
los principios, usos
7. Extensión del convenio bitro.
y utilidad del arbi-
arbi-tral. 4. Diferencia el objeto de traje.
cada uno de los meca-
nismos de cuestiona-
Tema Nº 2: Mecanismos
miento de la función
de defensa del
arbitral a partir de la
convenio arbitral
normativa y de casos
1. Principio de prácticos.
competencia de la
competencia.
Actividad N°1
2. Principio de autonomía
o separabilidad del Elabore un convenio arbi-
convenio arbitral. tral utilizando la forma de
un acuerdo independiente.
3. Excepción de convenio
arbi-tral.
4. Derivación de Actividad N° 2
controversias judiciales a Elabora un cuadro compa-
arbitraje. rativo entre los diferentes
remedios del ejercicio de
la función arbitral y elabora
Lectura seleccionada
ejemplos.
n° 1
González de Cossío, F. (2008)
La nueva forma del acuerdo
arbitral: Otra victoria del
consensualismo, El arbitraje
en el Perú y el mundo. N° 1.
pp. 211-214.
ollo
nidos 48
Actividades Autoevaluación

as Glosario Bibliografía
nadas

CONOCIMIENTOS PROCEDIMIENTOS ACTITUDES


Tema Nº 3: Tarea Académica N°1
torio Anotaciones Generalidades sobre Elabora un breve ensayo
los árbitros de análisis crítico sobre el
1. Concepto. tema: Responsabilidad del
2. Función arbitral. árbitro y la institución arbi-
tral.
3. Requisitos para ser
árbitro.
4. Designación y aceptación
de los árbitros.

Tema Nº 4:Remedios
del ejercicio de la
función arbitral
1. Principios de la función
arbitral.
2. Recusación: causales y
procedimiento.
3. Remoción: causales y
pro-cedimiento.
4. Árbitro sustituto.
5. Responsabilidad del
árbitro y la institución
arbitral.

Lectura seleccionada
n° 2
Cantuarias Salaverry, F.
(2006) Requisitos para ser
árbitro, Revis-ta peruana de
arbitraje. N° 02. pp. 67-69.

Autoevaluación de la
unidad ii
CONCILIACIÓN Y ARBITRAJE
UNIDAD II: CONVENIO ARBITRAL. ÁRBITROSDesarrollo
de contenidos
Actividades Autoevaluación
MANUAL AUTOFORMATIVO 49

Lecturas Glosario Bibliografía


seleccionadas
TEMA N° 1: GENERALIDADES DEL CONVENIO ARBITRAL (CANTUARIAS:
2007)
Recordatorio Anotaciones

1 Concepto.
Al respecto la ley de arbitraje peruana señala lo siguiente:

“Artículo 13º.- Contenido y forma del convenio arbitral.


1. El convenio arbitral es un acuerdo por el que las partes deciden someter a arbi-
traje todas las controversias o ciertas controversias que hayan surgido o puedan
surgir entre ellas respecto de una determinada relación jurídica contractual o de
otra naturaleza.
2. El convenio arbitral deberá constar por escrito. Podrá adoptar la forma de una
cláusula incluida en un contrato o la forma de un acuerdo independiente.
3. Se entenderá que el convenio arbitral es escrito cuando quede constancia de
su contenido en cualquier forma, ya sea que el acuerdo de arbitraje o contrato
se haya concertado mediante la ejecución de ciertos actos o por cualquier otro
medio.
4. Se entenderá que el convenio arbitral consta por escrito cuando se cursa una
comunicación electrónica y la información en ella consignada es accesible para
su ulterior consulta. Por “comunicación electrónica” se entenderá toda comuni-
cación que las partes hagan por medio de mensajes de datos. Por “mensaje de
datos” se entenderá la información generada, enviada, recibida o archivada por
medios electrónicos, magnéticos, ópticos o similares, como pudieran ser, entre
otros, el intercambio electrónico de datos, el correo electrónico, el telegrama, el
télex o el telefax.
5. Se entenderá además que el convenio arbitral es escrito cuando esté consignado
en un intercambio de escritos de demanda y contestación en los que la existencia
de un acuerdo sea afirmada por una parte, sin ser negada por la otra.
6. La referencia hecha en un contrato a un documento que contenga una cláusula
de arbitraje constituye un convenio arbitral por escrito, siempre que dicha refe-
rencia implique que esa cláusula forma parte del contrato.
7. Cuando el arbitraje fuere internacional, el convenio arbitral será válido y la con-
troversia será susceptible de arbitraje, si cumplen los requisitos establecidos por
las normas jurídicas elegidas por las partes para regir el convenio arbitral, o por
las normas jurídicas aplicables al fondo de la controversia, o por el derecho pe-
ruano.”

De la cita se desprende que el convenio arbitral es un acuerdo por el que las partes
(lo que difiere del concepto de personas, pues una parte puede incorporar a una
o varias personas sin dejar de ser parte) deciden someter sus controversias (presen-
te o futuras) a la decisión de un tribunal arbitral, el cual decidirá conforme a las
normas establecidas por las partes para el conflicto o de acuerdo a su leal saber y
entender.

Debemos tener en cuenta que el arbitraje, por ser un mecanismo heterocomposi-


tivo, se caracteriza porque el árbitro decide sobre la voluntad de las partes más no
permite la autocomposición, al menos no como una función principal. Cuando las
partes acuden al arbitraje es para que el tercero resuelva sus conflictos más no para
que éste asista una autocomposición (vía que tampoco está negada, pero que no
resulta ser la esencia del arbitraje).

2 Elementos esenciales y contenido potestativo.


Existen dos elementos esenciales que componen el convenio arbitral o acuerdo de
arbitraje, a saber:

- Subjetivo. El cual es entendido como la voluntad de las partes de acceder al siste-


ollo
nidos 50
Actividades Autoevaluación UNIDAD II: CONVENIO ARBITRAL. ÁRBITROS

as Glosario Bibliografía
nadas
ma arbitral.
- Objetivo. Entendido como la materia arbitrable.

torio Anotaciones
En alguna norma anterior (Código Civil, en su parte derogada) el acceso al conve-
nio arbitral era más complicado toda vez de que se necesitaba dos acuerdos para
acceder al arbitraje, el primero, cláusula compromisoria, por la cual las partes se
comprometían a ir a arbitraje, y el segundo, compromiso arbitral, por el las partes
regulaban su arbitraje. El arbitraje no “arrancaba” si no existían esos dos acuerdos.

Actualmente, el acceso al arbitraje sólo se da en base a un acuerdo, el convenio


arbitral, el cual sólo deberá observar esos dos elementos, subjetivo y objetivo.

Resulta improbable que las partes pacten un acuerdo de arbitraje sin que existan
los dos elementos. Así, el hecho de incorporar un convenio dentro de un contrato
sugiere la existencia de la voluntad para ir al arbitraje (subjetivo), mientras que la
referencia genérica a los conflictos que se susciten en alguna relación supone la
existencia del segundo elemento (objetivo).

Por su parte, el contenido potestativo o elementos adicionales es determinado con-


forme al interés de las partes, así podemos citar como elementos adicionales a los
siguientes:

- Plazo,
- Lugar,
- Reglas,
- Costos,
- Reglas de ejecución del laudo arbitral, entre otros.
La no incorporación de contenido potestativo dentro del convenio no resta validez
al acuerdo.

Diagrama N° 13: Elementos y contenido potestativo del convenio arbitral

Fuente: Elaboración del autor, Halley Lopez Zaldívar.

3 Características.
Como toda categoría jurídica el convenio arbitral se distingue por:

- Su flexibilidad. En vista a que las partes son las pueden otorgarle al convenio
arbitral el contenido potestativo que crean conveniente, a fin de determinar sus
efectos.
- S
 u prospectividad. Pues las partes pueden advertir ex ante los efectos del convenio
arbitral tan sólo regulando su contenido.
CONCILIACIÓN Y ARBITRAJE
UNIDAD II: CONVENIO ARBITRAL. ÁRBITROSDesarrollo
de contenidos
Actividades Autoevaluación
MANUAL AUTOFORMATIVO 51

Lecturas Glosario Bibliografía


seleccionadas
- S
 u capacidad de novar. Esto porque su contenido puede ser variado por las partes
aún después de haber sido suscrito.

Diagrama N° 14: Características del convenio arbitral Recordatorio Anotaciones

Fuente: Elaboración del autor, Halley Lopez Zaldívar.

4 Forma.
En principio, el convenio arbitral puede ser concretizado como una cláusula den-
tro de un contrato o como acuerdo independiente. El primer caso resulta ser más
utilizado, en vista a su facilidad de incorporación.

Asimismo, la ley de arbitraje señala que el convenio arbitral debe realizarse por
escrito, pero su inobservancia no se sanciona con la nulidad; debiendo tener en
consideración que lo escrito tiene un contenido bastante amplio; es decir, no sólo
se refiere a aquellos convenios cuyo soporte es físico (papel) sino de aquellos que se
perfeccionan utilizando diversos medios de comunicación y/o tecnológicos.

No debemos dejar de lado el hecho de que el convenio puede ser concretado con el
intercambio de comunicaciones sin que exista negatoria respecto a la existencia del
convenio arbitral (cruce de cartas, intercambio de solicitud y respuesta al arbitraje,
e intercambio de demanda y contestación a la misma).

5 Tipos de convenio arbitral.


Los convenios arbitrales pueden presentarse de la siguiente manera, esto es, depen-
diendo de la especialidad del conflicto que los activan:

- Convenio ordinario. Es aquel que mana de un iter ordinario de suscripción.


- C
 onvenio estándar. El cual se encuentra incluido dentro de una relación adhesiva
o como cláusula general de contratación.
- C
 onvenio estatutario. El cual se incorpora en el estatuto de una persona jurídica
cualquiera (EIRL, SAC, Asociación, etc.).
- Convenio testamentario. Aquel incorporado dentro de un testamento.

6 Renuncia al arbitraje.
El arbitraje puede ser renunciado por cualquiera o ambas partes, siendo dicha re-
nuncia de carácter expreso o tácito. La renuncia sugiere el rechazo de la jurisdic-
ción arbitral, no generando perjuicio en las pretensiones solicitadas al tribunal ya
ollo
nidos 52
Actividades Autoevaluación UNIDAD II: CONVENIO ARBITRAL. ÁRBITROS

as Glosario Bibliografía
nadas
constituido, de ser el caso.

Es expresa cuando las partes la hacen constar en algún documento o medio que
torio Anotaciones permita una ulterior consulta.

Es tácita cuando no se formula la excepción de convenio arbitral en su oportunidad


cuando la otra parte ha activado la sede judicial.

Diagrama N° 15: Renuncia al arbitraje

Fuente: Elaboración del autor, Halley Lopez Zaldívar.

7 Extensión del convenio arbitral.

Ésta categoría no ha sido incluida dentro del sistema arbitral regulado por las nor-
mas arbitrales anteriores. Es recién con el Decreto Legislativo 1071, en donde se
aprecia la inclusión de dicho precepto.

A través de la extensión del convenio arbitral pueden incorporarse a un proceso


arbitral aquellas partes no signatarias del convenio arbitral pero que hayan tenido
alguna relación con el bien.

Debe entenderse que la incorporación se refiere a “partes” no signatarias, lo que


no conlleva a decir que estamos hablando de terceros. Los terceros son ajenos total-
mente a la relación contractual, mientras que las partes no signatarias son aquellas
que participaron del iter contractual (negociación, celebración, ejecución o termi-
nación del contrato) pero que no suscribieron el acuerdo de arbitraje. Así también,
son consideradas partes no signatarias aquellas que ostenten derechos o beneficios
del contrato o relación causal (sustantiva). Un ejemplo de partes no signatarias lo
encontramos en los grupos de sociedades (o corporaciones), de donde la suscrip-
ción de algún contrato por alguna de las empresas asociadas genera beneficios a las
demás. Si bien las demás empresas no firmaron el contrato, y por ende el convenio
arbitral, si pretenden derechos o beneficios del mismo.
CONCILIACIÓN Y ARBITRAJE
UNIDAD II: CONVENIO ARBITRAL. ÁRBITROSDesarrollo
de contenidos
Actividades Autoevaluación
MANUAL AUTOFORMATIVO 53

Lecturas Glosario Bibliografía


seleccionadas
TEMA N° 2: MECANISMOS DE DEFENSA DEL CONVENIO ARBITRAL
(CANTUARIAS: 2007)
Recordatorio Anotaciones
1 Principio de competencia de la competencia.

Es la ley de arbitraje la que prescribe lo siguiente:

“Artículo 40º.- Competencia del tribunal arbitral.


El tribunal arbitral es competente para conocer el fondo de la controversia y para
decidir sobre cualesquiera cuestiones conexas y accesorias a ella que se promueva
durante las actuaciones arbitrales, así como para dictar las reglas complementarias
para la adecuada conducción y desarrollo de las mismas.”

“Artículo 41º.- Competencia para decidir la competencia del tribunal arbitral.


1. El tribunal arbitral es el único competente para decidir sobre su propia compe-
tencia, incluso sobre las excepciones u objeciones al arbitraje relativas a la inexis-
tencia, nulidad, anulabilidad, invalidez o ineficacia del convenio arbitral o por
no estar pactado el arbitraje para resolver la materia controvertida o cualesquiera
otras cuya estimación impida entrar en el fondo de la controversia. Se encuen-
tran comprendidas en este ámbito las excepciones por prescripción, caducidad,
cosa juzgada y cualquier otra que tenga por objeto impedir la continuación de
las actuaciones arbitrales.
2. El convenio arbitral que forme parte de un contrato se considerará como un
acuerdo independiente de las demás estipulaciones del mismo. La inexistencia,
nulidad, anulabilidad, invalidez o ineficacia de un contrato que contenga un
convenio arbitral, no implica necesariamente la inexistencia, nulidad, anulabi-
lidad, invalidez o ineficacia de éste. En consecuencia, el tribunal arbitral podrá
decidir sobre la controversia sometida a su conocimiento, la que podrá versar,
incluso, sobre la inexistencia, nulidad, anulabilidad, invalidez o ineficacia del
contrato que contiene un convenio arbitral.
3. Las excepciones u objeciones deberán oponerse a más tardar en el momento de
presentar la contestación, sin que el hecho de haber nombrado o participado en
el nombramiento de los árbitros impida oponerlas. La excepción u objeción ba-
sada en que el tribunal arbitral ha excedido el ámbito de su competencia deberá
oponerse tan pronto como sea planteada durante las actuaciones arbitrales, la
materia que supuestamente exceda su competencia. El tribunal arbitral sólo po-
drá admitir excepciones u objeciones planteadas con posterioridad si la demora
resulta justificada. El tribunal arbitral podrá considerar, sin embargo, estos temas
por iniciativa propia, en cualquier momento.
4. Salvo pacto en contrario, el tribunal arbitral decidirá estas excepciones u objecio-
nes con carácter previo o junto con las demás cuestiones sometidas a su decisión
relativas al fondo de la controversia. Si el tribunal arbitral desestima la excepción
u objeción, sea como cuestión previa o sea en el laudo por el que se resuelve
definitivamente la controversia, su decisión sólo podrá ser impugnada mediante
recurso de anulación contra dicho laudo.
5. Si el tribunal arbitral ampara la excepción como cuestión previa, se declarará in-
competente y ordenará la terminación de las actuaciones arbitrales. Esta decisión
podrá ser impugnada mediante recurso de anulación. Si el tribunal arbitral am-
para la excepción como cuestión previa respecto de determinadas materias, las
actuaciones arbitrales continuarán respecto de las demás materias y la decisión
sólo podrá ser impugnada mediante recurso de anulación luego de emitirse el
laudo por el que se resuelve definitivamente la controversia.”

A través de éste principio se faculta al tribunal arbitral a decidir sobre cualquier


incidencia, sea de fondo o de forma, que tenga relación con las materias sometidas
a su jurisdicción.

Por tanto, cualquier pretensión de las partes de rehuir a la competencia del tri-
bunal aduciendo (entre otras cosas) la caducidad o prescripción del derecho, la
ollo
nidos 54
Actividades Autoevaluación UNIDAD II: CONVENIO ARBITRAL. ÁRBITROS

as Glosario Bibliografía
nadas
litispendencia o la falta de agotamiento de la vía previa, ésta deberá ser resuelta por
el tribunal a fin de determinar si es competente o no.

torio Anotaciones El principio tiene dos vertientes, una francesa y otra alemana. A través de la vertien-
te francesa, el principio de Kompetenz-kompetenz admite la intervención de la auto-
ridad judicial en cualquier estado del proceso, mientras que la vertiente alemanda
permite la intervención ex post, es decir, después de haber finalizado el proceso a
manera de control de las actuaciones arbitrales.

Diagrama N° 16: Vertientes del principio de competencia de la competencia

Fuente: Elaboración del autor, Halley Lopez Zaldívar.

El sistema arbitral peruano ha acogido ambas vertientes, ya que por un lado tanto
la ley de arbitraje como la jurisprudencia del Tribunal Constitucional (sobre todo
la recaída en el expediente N° 6167-2005-PHC/TC) establecen que la única forma
de controlar las actuaciones arbitral es través del “recurso” de anulación del laudo
arbitral en base a las causales expresamente establecidas en el artículo 63° de la ley
de arbitraje; por otro lado, el numeral 3) del artículo 16° de la ley de arbitraje re-
conoce la posibilidad de que el juez puede declararse competente sobre la materia
sometida a arbitraje en un inicio por las partes.

2 
Principio de autonomía o separabilidad del convenio arbi-
tral.
La otra cara de la moneda resulta ser el principio de autonomía o separabilidad
del convenio arbitral, por el cual los vicios que atacan la relación causal no genera
ningún problema en la eficacia del convenio arbitral, sobre todo si estamos ante un
contrato en donde una de sus cláusulas es la arbitral.

La razón de ello estriba en el hecho de que, si bien sustantivamente el convenio


arbitral se adhiere a un contrato (relación causal), procesalmente, el acuerdo de ar-
bitraje surte sus efectos independientemente del estado del contrato. Así tenemos
que la nulidad del contrato no genera la nulidad de la cláusula, pues será el tribunal
arbitral el que determine tal hecho.
El principio se justifica en evitar cualquier maniobra de las partes destinada a re-
huir de la competencia arbitral (de donde saben que obtendrán un resultado ne-
gativo en menor tiempo que en sede judicial) y acabar en una instancia que puede
prestarse más a dilaciones y maniobras onerosas para su contraparte.

3 Excepción de convenio arbitral.


La excepción es un mecanismo de defensa judicial en el cual una de las partes
defiende la eficacia del convenio arbitral frente a las maniobras judiciales de su
CONCILIACIÓN Y ARBITRAJE
UNIDAD II: CONVENIO ARBITRAL. ÁRBITROSDesarrollo
de contenidos
Actividades Autoevaluación
MANUAL AUTOFORMATIVO 55

Lecturas Glosario Bibliografía


seleccionadas
contraparte. En otras palabras, en el supuesto en que habiendo sido suscrito un
convenio arbitral entre las partes y una de ellas pretenda acudir a la vía judicial, la
otra puede formular la excepción de convenio arbitral a los fines de que el juez no
siga tramitando dicha pretensión pues ha sido sometida previamente a arbitraje. Recordatorio Anotaciones

La oportunidad para ofrecer tal excepción se encuadra bajo lo dispuesto por las
reglas del proceso civil al que fue sometida la materia. Si la parte perjudicada (aque-
lla que pretende quedarse en el arbitraje previamente pactado) no formula dicha
excepción en su oportunidad, entonces operará la renuncia tácita al arbitraje.

La excepción de convenio arbitral puede formularse antes o en pleno trámite del


proceso arbitral. Si el proceso arbitral ya ha fenecido con un laudo arbitral definiti-
vo, y la otra parte pretende ventilar la controversia ya laudada, entonces su contra-
parte deberá interponer la excepción de cosa juzgada.

El trámite del proceso judicial y de la correspondiente incidencia de excepción de


convenio arbitral no interrumpe ninguna actuación arbitral en giro, salvo que el
tribunal arbitral lo considere necesario.

4 Derivación de controversias judiciales a arbitraje.


Finalmente, una controversia que ha sido sometida a un proceso judicial puede ser
sometida a arbitraje, siempre que existe pleno acuerdo de las partes y que no haya
sido sentenciada la causa.

El convenio arbitral deberá ser puesto en conocimiento del juez, quién deberá in-
hibirse del proceso, a fin de que las partes puedan proseguir con el proceso de
composición de sus controversias en sede arbitral.

Claro está, que las materias que pueden ser derivadas al arbitraje deben ser de libre
disposición conforme a derecho.

Imagen N° 1: El acuerdo

Fuente: http://www.grupoprevenir.es/prl/index.php/servicios/contrato-prevencion

A diferencia de la ley general de arbitraje, ley N° 26572, la actual no requiere que


el acuerdo de arbitraje sea formalizado con firmas legalizadas ante el secretario del
juzgado, pues permite sólo la presentación del convenio “escrito”.
ollo
nidos 56
Actividades Autoevaluación UNIDAD II:Objetivos
Diagrama
CONVENIO
Inicio
ARBITRAL. ÁRBITROS

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as Glosario Bibliografía de contenidos
nadas

LECTURA SELECCIONADA N° 1
Lecturas Glosario Bibliografía
seleccionadas
torio Anotaciones

González de Cossío, F. (2008) La nueva forma del acuerdo arbitral: Otra victoria del
consensualismo, El arbitraje en el Perú y el mundo. N° 1. pp. 211-214.
Recordatorio Anotaciones

“3. LA FORMA DEL ACUERDO ARBITRAL


Hoy en día, la forma del acuerdo arbitral involucra, como regla general, un
doble requisito: (i) que sea por escrito; y (ii) firmado por las partes. Dicho re-
quisito proviene tanto de derecho arbitral nacional como internacional. Vale la
pena comentar el antecedente de cada uno.

3.1. La Convención de Nueva York


El primer origen del derecho actual constituye el artículo II(2) de la Conven-
ción de Nueva York. Los redactores de dicho instrumento analizaron la posi-
bilidad de que el acuerdo arbitral fuera consensual. Sin embargo, se optó por
incluir un ingrediente de formalidad. Los trabajos preparatorios de la Conven-
ción de Nueva York revelan que existieron dos motivos detrás de dicha decisión:
(a) asegurarse que las partes estén conscientes de estar consintiendo al arbitra-
je; y (b) definir qué constituye un acuerdo por escrito.

Si bien no existe mucho análisis o comentario sobre porqué se optó por darle
cierta formalidad al acuerdo arbitral (pues el foco de atención fue reempla-
zar las divergencias legislativas estatales sobre dicho requisito por una regla de
derecho uniforme) me atrevo a concluir que el (poco debatido) motivo fue
cerciorarse que la consecuencia no fuera inadvertidamente impuesta a una de
las partes contratantes: la renuncia al derecho de acudir a tribunales estatales
para ventilar la controversia.

3.2. La Ley Modelo de la UNCITRAL


La Ley Modelo recoge los mismos requisitos. El motivo fue asegurar congruen-
cia con la Convención de Nueva York ya que la mayoría de las legislaciones
arbitrales estatales exigían dicho nivel de formalidad. A su vez, y al igual que
la Convención de Nueva York, se buscó establecer como derecho uniforme los
requisitos de forma del acuerdo arbitral entre los diversos países, eliminando
requisitos más formales. El artículo 7 de a Ley Modelo se convirtió en el artículo
1423 del Código de Comercio.

4. PROBLEMAS DERIVADOS DE LOS REQUISITOS DE FORMA DEL ACUER-


DO ARBITRAL
En un principio, la necesidad de que el acuerdo arbitral conste por escrito bus-
caba lograr un objetivo que es per se intachable: que la renuncia a la justicia
estatal que del mismo resulta tenga un elemento de formalidad. Ello para lograr
dos fines: que la parte que la realiza esté consciente del paso jurídico que está
tomando, y evitar que se determine la existencia de dicha renuncia en casos en
los que no es la intención de las partes realizarla.

Dicha ratio legis, si bien no ha perdido validez, ha perdido actualidad. Hoy en día
existen prácticas que, dada la forma con la que se realizan, no dejan una constancia
que reúne los requisitos en cuestión, no obstante que la intención de las partes sí es
contar con el arbitraje como el mecanismo de solución de controversias aplicable.

Dicho de otra manera, la realidad ha rebasado el derecho. Por consiguiente,


era hora de actualizarlo. Como ejemplos de las circunstancias a las que se alude
pueden citarse los siguientes:
• Los acuerdos celebrados por medios electrónicos;
• Los intercambios de cartas y telegramas;
CONCILIACIÓN Y ARBITRAJE
UNIDAD II: CONVENIO ARBITRAL. ÁRBITROSDesarrollo
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MANUAL AUTOFORMATIVO 57

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• Las prácticas en las que, habiendo un acuerdo, no consta por escrito y firma-
do.

Dichos ejemplos genéricos pueden detallarse mediante hipótesis específicas. Recordatorio


Por Anotaciones

ejemplo, cuando la oferta para contratar es realizada mediante un contrato que


contiene una cláusula arbitral y, si bien no es firmada por el destinatario, el con-
trato es cumplido. Otro ejemplo frecuente es el caso en el que una operación es
documentada en una serie de contratos que, conteniendo acuerdos arbitrales,
son firmados por las partes, pero uno de ellos no se firma (sea por causas con-
temporáneas o porque surge de eventos posteriores) y es el que contempla la
obligación cuyo incumplimiento motiva la reclamación que se desea someter
al arbitraje. Aún otro ejemplo es el del certificado de embarque emitido por
un porteador, que no es firmado por el cargador, y que el mismo contiene un
acuerdo arbitral.

Como puede observarse, dichas situaciones no cumplirían ad litera la prueba de


ácido de validez del acuerdo arbitral. Pero no son las únicas. La UNCITRAL ha
detectado aún más.

Y la preocupación no es nueva. Ya desde 1981 el Dr. Albert Jan Van Den Berg se
preguntaba si dichos requisitos de forma eran congruentes con las prácticas más
actuales del comercio internacional.

La jurisprudencia ha ido salvando problemas que lo anterior ha presentado


mediante interpretaciones flexibles; sin embargo, no siempre en forma favo-
rable. El resultado de ello es incertidumbre. Y aunque pudiera ponerse en tela
de juicio la seriedad de la preocupación dada la proporción de ocasiones en
que las prácticas anteriormente aludidas generan el resultado indeseado, existe
una circunstancia que pone en manifiesto lo anacrónico del requisito: se exi-
gen más requisitos de forma para la determinación de existencia del acuerdo
arbitral que para los aspectos medulares de la mayoría de los actos jurídicos
que la contienen. Por ejemplo, es jurídicamente posible realizar un contrato
por millones de dólares, pero si se desea que cualquier problema que surja del
mismo se arbitre, tendrán que seguirse formalidades adicionales. Esto no podía
ser buen derecho.”

Diagrama Objetivos Inicio

ACTIVIDAD N°1
Desarrollo Actividades Autoevaluación
de contenidos Esta actividad puede consultarla en su aula virtual.

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Recordatorio Anotaciones
ollo
nidos 58
Actividades Autoevaluación UNIDAD II: CONVENIO ARBITRAL. ÁRBITROS

as Glosario Bibliografía
nadas
TEMA N° 3:  GENERALIDADES SOBRE LOS ÁRBITROS (CANTUARIAS:
2007)
torio Anotaciones

1 Concepto.
El árbitro es aquella persona natural (pues las personas jurídicas no pueden ser
árbitros, toda vez de que son una ficción jurídica que no tiene existencia física
alguna) a quien se le encarga la labor de resolver un conflicto de libre disposición
conforme a las normas jurídicas aplicables o a su leal saber y entender.

Conforme a nuestra legislación el árbitro no es un funcionario pública, aunque la


labor que ejerza (conforme a la constitución Política y a los pronunciamiento del
Tribunal Constitucional) tenga naturaleza pública. Es decir, el árbitro es un privado
ejerciendo labores públicas (de servicio público).

Imagen N° 2: El tribunal arbitral

Fuente: http://boliviateamo.blogspot.com/2013/04/bolivia-enjuicia-chile-en-el-tribunal.html

Generalmente por las labores realizadas al árbitro se le paga unos honorarios, pues
compromete su labor intelectual en la solución de un caso que resulta imposible
para las partes, sea porque no cuentan con el conocimiento técnico o la voluntad
necesaria para autocomponer su conflicto.

2 Función arbitral.
La función arbitral constituye en la prestación de servicio brindada por el árbitro
al momento de llevar adelante las actuaciones arbitrales y, por supuesto, resolver el
conflicto puesto a su disposición.

El artículo 3° de la ley de arbitraje dispone lo siguiente:

“Artículo 3º.- Principios y derechos de la función arbitral.


1. E
 n los asuntos que se rijan por este Decreto Legislativo no intervendrá la autori-
dad judicial, salvo en los casos en que esta norma así lo disponga.
2. El tribunal arbitral tiene plena independencia y no está sometido a orden, dispo-
sición o autoridad que menoscabe sus atribuciones.
3. E
 l tribunal arbitral tiene plenas atribuciones para iniciar y continuar con el
trámite de las actuaciones arbitrales, decidir acerca de su propia competencia y
dictar el laudo.
4. N
 inguna actuación ni mandato fuera de las actuaciones arbitrales podrá dejar
sin efecto las decisiones del tribunal arbitral, a excepción del control judicial
CONCILIACIÓN Y ARBITRAJE
UNIDAD II: CONVENIO ARBITRAL. ÁRBITROSDesarrollo
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Actividades Autoevaluación
MANUAL AUTOFORMATIVO 59

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posterior mediante el recurso de anulación del laudo contemplado en este De-
creto Legislativo. Cualquier intervención judicial distinta, dirigida a ejercer un
control de las funciones de los árbitros o a interferir en las actuaciones arbitrales
antes del laudo, está sujeta a responsabilidad.” Recordatorio Anotaciones

De la cita se advierte que la función arbitral debe ejercerse con autonomía, impar-
cialidad e independencia, incluso dejando de lado a las injerencias de otras auto-
ridades, las cuales deben abstenerse por razón del principio de competencia de la
competencia que impregna la función del árbitro.

La única forma (y reiteramos) de controlar las actuaciones del árbitro (su función
arbitral) es través de la interposición del recurso de anulación ante la autoridad
judicial, quien deberá tramitarlo conforme a las disposiciones de la ley de arbitraje,
a fin de identificar si el tribunal arbitral se ha apartado o no de las mínimas reglas y
derechos de las partes durante el proceso arbitral.

3 Requisitos para ser árbitro.

La ley de arbitraje señala:

“Artículo 20º.- Capacidad.


Pueden ser árbitros las personas naturales que se hallen en el pleno ejercicio de
sus derechos civiles, siempre que no tengan incompatibilidad para actuar como
árbitros. Salvo acuerdo en contrario de las partes, la nacionalidad de una persona
no será obstáculo para que actúe como árbitro.”

Podemos colegir que una persona puede actuar como árbitro en base al cumpli-
miento de las siguientes condiciones:

- S
 er persona natural. Como ya fue mencionado, las personas jurídicas no pueden
actuar como árbitros, pues físicamente no tienen una existencia, sólo son una
ficción legal en la organización de personas. Sin embrago, en caso sea designada
una persona jurídica como árbitro, deberá entenderse de que dicha persona de-
berá elegir a la persona natural que se haga cargo de la función arbitral, sin que
en ningún momento sea considerado como representante.
- T
 ener capacidad de ejercicio. Lo que conlleva a colegir que no debe inmersa en
ninguna de las causales de incapacidad dispuestas en el Código Civil, a saber:

“Artículo 43º.- Incapacidad absoluta.


Son absolutamente incapaces:
1. Los menores de dieciséis años, salvo para aquellos actos determinados por la ley.
2. Los que por cualquier causa se encuentren privados de discernimiento.
3. L
 os sordomudos, los ciegosordos y los ciegomudos que no pueden expresar su
voluntad de manera indubitable.”

“Artículo 44º.- Incapacidad relativa.


Son relativamente incapaces:
1. Los mayores de dieciséis y menores de dieciocho años de edad.
2. Los retardados mentales.
3. Los que adolecen de deterioro mental que les impide expresar su libre voluntad.
4. Los pródigos.
5. Los que incurren en mala gestión.
6. Los ebrios habituales.
7. Los toxicómanos.
8. Los que sufren pena que lleva anexa la interdicción civil.”
ollo
nidos 60
Actividades Autoevaluación UNIDAD II: CONVENIO ARBITRAL. ÁRBITROS

as Glosario Bibliografía
nadas
- N
 o tener incompatibilidades para asumir el encargo. Esto es, siempre que las
leyes especiales no dicten alguna contradicción en razón a la materia sometida a
arbitraje. Así tenemos que el Reglamento de la Ley de Contrataciones del Estado
torio Anotaciones
dispone que:

“Artículo 221°.- Impedimentos.


Se encuentran impedidos para actuar como árbitros
1. E
 l Presidente y los Vicepresidentes de la República, los Congresistas, los Minis-
tros de Estado, los titulares miembros del órgano colegiado de los organismos
constitucionalmente autónomos.
2. L
 os Magistrados, con excepción de los Jueces de Paz.
3. L
 os Fiscales, los Procuradores Públicos y los Ejecutores Coactivos.
4. E
 l Contralor General de la República.
5. L
 os titulares de instituciones o de organismos públicos descentralizados, los al-
caldes y los directores de las empresas del Estado.
6. E
 l personal militar y policial en situación de actividad.
7. L
 os funcionarios y servidores públicos en los casos que tengan relación directa
con la Entidad en que laboren y dentro de los márgenes establecidos por las
normas de incompatibilidad vigentes.
8. L
 os funcionarios y servidores del OSCE hasta seis (6) meses después de haber
dejado la institución.
9. L
 os declarados en insolvencia.
10. L
 os sancionados o inhabilitados por los respectivos colegios profesionales o
entes administrativos, en tanto estén vigentes dichas sanciones.

En los casos a que se refieren en los incisos 5) y 7), el impedimento se restringe al


ámbito sectorial al que pertenecen esas personas.”

- L
 a nacionalidad no es un impedimento. Sólo las partes pueden determinar que
la nacionalidad de las partes afectará su idoneidad, en su defecto, no genera
problema alguno en su ejercicio dentro del territorio peruano, ello, sin que se
necesite la homologación de título alguno o que se adscriba a algún colegio pro-
fesional.
- S
 er designado y haber aceptado. Una persona no puede reputarse árbitro hasta
que no acepte una designación como tal. No obstante, el ejercicio de la función
arbitral se ve condicionada a la constitución del tribunal arbitral, situación que se
presenta con la aceptación del árbitro único o del último de los árbitros.

Diagrama N° 17: Condiciones para ser árbitro

Fuente: Elaboración del autor, Halley Lopez Zaldívar.


CONCILIACIÓN Y ARBITRAJE
UNIDAD II: CONVENIO ARBITRAL. ÁRBITROSDesarrollo
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MANUAL AUTOFORMATIVO 61

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4 Designación y aceptación de los árbitros.
El procedimiento de designación de árbitros puede ser ideado libremente por las
partes, siempre que no se otorgue mayores privilegios a una de ellas. Esto es, las
partes pueden decidir (por ejemplo) si designan a todos los árbitros de mutuo Recordatorio Anotaciones

acuerdo o si designan cada una a un árbitro, y los dos árbitros designan al tercero,
o encargarle a un tercero la designación del tribunal.

En defecto se aplicará el artículo 23° de la ley de arbitraje, el cual dispone un proce-


dimiento de designación de árbitro único o de árbitros. Cuando se trate de un solo
árbitro, ambas partes deberán designar el árbitro de mutuo acuerdo, caso contrario
cualquiera de ellas podrá solicitar la designación a la Cámara de Comercio del lugar
del arbitraje. En caso de tres árbitros, cada parte elige a un árbitro y entre los dos
árbitros se designa al tercero. Si una de las partes no designa al árbitro o los árbitros
no designan al tercero, entonces será competente para la designación, a solicitud
de cualquiera de las partes, la Cámara de Comercio del lugar del arbitraje.

Diagrama N° 18: Procedimiento de designación de árbitro único conforme a la ley de arbitraje

Fuente: Elaboración del autor, Halley Lopez Zaldívar.

Diagrama N° 19: Procedimiento de designación de tribunal arbitral pluripersonal conforme a la ley de


arbitraje

Fuente: Elaboración del autor, Halley Lopez Zaldívar.


ollo
nidos 62
Actividades Autoevaluación UNIDAD II: CONVENIO ARBITRAL. ÁRBITROS

as Glosario Bibliografía
nadas
Si no hubiese Cámara de Comercio en el lugar del arbitraje, la solicitud de designa-
ción se presentará ante la Cámara más cercana.

torio Anotaciones En cualquier caso la designación debe hacerse en un plazo de 15 días hábiles.

En cuanto a la aceptación, ésta es considerada como el asentimiento de la per-


sona designada a la función arbitral confiada. No obstante debemos precisar (y
reiteramos) que el ejercicio de la función arbitral puede estar condicionada a otra
actuación. Es decir, no necesariamente el árbitro ejerce su función una vez haya
aceptado, sino que, como en el caso de los tribunales pluripersonales, la función
arbitral se ejerce con la aceptación del último de los árbitros, que normalmente es
el Presidente del Tribunal Arbitral.
CONCILIACIÓN Y ARBITRAJE
UNIDAD II: CONVENIO ARBITRAL. ÁRBITROSDesarrollo
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MANUAL AUTOFORMATIVO 63

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TEMA N° 4: REMEDIOS DEL EJERCICIO DE LA FUNCIÓN ARBITRAL
(CANTUARIAS: 2007)
Recordatorio Anotaciones

1 Principios de la función arbitral.


Los principios de la función arbitral son entes rectores que direccionan la buena
praxis del encargo de ser árbitro; esto es, tal y como lo haría un juzgador en sede
judicial.

Teniendo en consideración que la labor del árbitro muestra mucho parecido a la-
bor de un juez, resulta necesario que la conducta del primero se adecúe a ciertos
parámetros a los efectos de garantizar un adecuado desarrollo del proceso arbitral,
así como un producto correcto (laudo arbitral).

Como principios tenemos a la autonomía, imparcialidad e independencia.

A través de la autonomía el árbitro (tal y como fue explicado líneas arriba) realiza
sus actividades sin tener interferencia de alguna autoridad, pues el control de las
actuaciones arbitrales es ex post, debiendo esperar al resultado del arbitraje para lo-
grar activar la garantía de la anulación del laudo arbitral y sea el juez el que advierta
si existe o no error en la administración del arbitraje.

Por el principio de imparcialidad, se dispone que el árbitro no deba tener algún


interés en el objeto de litigio, puesto que (caso contrario) podría advertirse alguna
predisposición sobre el resultado del proceso. Aún cuando el árbitro se mantenga
neutral respecto del litigio, a sabiendas de un posible interés, éste debe proceder
a renunciar al encargo, actuación que constituye un imperativo ético más no legal.

Finalmente, el principio de independencia establece que el árbitro debe perma-


necer neutral a la influencia de las partes, no debiendo tener relación profesional,
familiar o amical alguna con alguna de ellas, ya que ello condicionaría un futuro
fallo.

Diagrama N° 20: Principios de la función arbitral

Fuente: Elaboración del autor, Halley Lopez Zaldívar.


ollo
nidos 64
Actividades Autoevaluación UNIDAD II: CONVENIO ARBITRAL. ÁRBITROS

as Glosario Bibliografía
nadas
2 Recusación: causales y procedimiento.
La recusación es el remedio por el cual se cuestiona la idoneidad académica, pro-
fesional y/o ética del árbitro durante su actuación en un proceso arbitral, incluso
torio Anotaciones antes de que éste efectivice alguna de dichas actividades, ello a los fines de resguar-
dar la salud del proceso.

Así, la ley de arbitraje dispone lo siguiente:

“Artículo 28º.- Motivos de abstención y de recusación.


1. T
 odo árbitro debe ser y permanecer, durante el arbitraje, independiente e im-
parcial. La persona propuesta para ser árbitro deberá revelar todas las circuns-
tancias que puedan dar lugar a dudas justificadas sobre su imparcialidad e inde-
pendencia.
2. E
 l árbitro, a partir de su nombramiento, revelará a las partes, sin demora cual-
quier nueva circunstancia. En cualquier momento del arbitraje, las partes po-
drán pedir a los árbitros la aclaración de sus relaciones con alguna de las otras
partes o con sus abogados.
3. U
 n árbitro sólo podrá ser recusado si concurren en él circunstancias que den
lugar a dudas justificadas sobre su imparcialidad o independencia, o si no posee
las calificaciones convenidas por las partes o exigidas por la ley.
4. L
 as partes pueden dispensar los motivos de recusación que conocieren y en tal
caso no procederá recusación o impugnación del laudo por dichos motivos.
5. U
 na parte sólo podrá recusar al árbitro nombrado por ella, o en cuyo nom-
bramiento haya participado, por causas de las que haya tenido conocimiento
después de su nombramiento.”

De la cita podemos colegir que son causales de recusación las siguientes:

- Si un árbitro no reúne las cualidades legales respectivas. En éste caso, si árbitro


no reúne las condiciones o requisitos dispuestos por las leyes especiales (pues la ley
de arbitraje no establece algo más allá de lo explicado líneas arriba), éste podrá ser
recusado. Así el Reglamento de la Ley de Contrataciones del Estado establece que:

“Artículo 220°.- Árbitros.


El arbitraje será resuelto por árbitro único o por un tribunal arbitral conformado
por tres (3) árbitros, según el acuerdo de las partes. A falta de acuerdo entre las
partes, o en caso de duda, será resuelto por árbitro único.

El árbitro único y el presidente del tribunal arbitral deben ser necesariamente abo-
gados y contar con especialización acreditada en derecho administrativo, arbitraje
y contrataciones con el Estado.” (El énfasis es nuestro).

- Si un árbitro no reúne los requisitos convencionales. En éste caso son las partes
las que pueden determinar (como contenido potestativo del convenio arbitral, el
mismo que resulta ser vinculante a partir de la suscripción del convenio arbitral)
las calificaciones del árbitro dentro del convenio arbitral o en documento posterior,
cuyo incumplimiento puede generar la formulación de la recusación respectiva
contra el árbitro.

- Si la actuación del árbitro genera dudas justificadas sobre su falta de imparcialidad


e independencia. En este caso (que resulta ser el más difícil de calificar en la prácti-
ca) se debe estar al comportamiento procedimental del árbitro, el mismo que debe
adecuarse a los principios antes estudiados. Cualquier desviación debe ser sancio-
nada con la declaración de fundada de la recusación formulada con tales motivos.
CONCILIACIÓN Y ARBITRAJE
UNIDAD II: CONVENIO ARBITRAL. ÁRBITROSDesarrollo
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MANUAL AUTOFORMATIVO 65

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Diagrama N° 21: Causales de recusación

Recordatorio Anotaciones

Fuente: Elaboración del autor, Halley Lopez Zaldívar.

Al presentarse la recusación, si se tratare de árbitro único, ésta deberá ser resuelta


por la Cámara de Comercio del lugar del arbitraje o, en su defecto, por aquella Cá-
mara más cercana. En caso de un tribunal arbitral, la recusación debe ser resuelta
por los otros árbitros. Si los recusados fuesen más de dos árbitros o el presidente del
tribunal, la misma debe ser resulta por la Cámara de Comercio correspondiente.

La resolución de la recusación se hace previo descargo de la otra parte y del árbitro


o árbitros recusados.

3 Remoción: causales y procedimiento.


La ley de arbitraje señala:

“Artículo 30º.- Remoción.


1. C
 uando un árbitro se vea impedido de hecho o de derecho para ejercer sus
funciones, o por cualquier otro motivo no las ejerza dentro de un plazo razona-
ble, cesará en su cargo si las partes acuerdan su remoción. Si existe desacuerdo
entre las partes sobre la remoción y no han estipulado un procedimiento para
salvar dicho desacuerdo o no se encuentran sometidos a un reglamento arbitral,
se procederá según lo dispuesto en el artículo 29º. Esta decisión es definitiva e
inimpugnable. Sin perjuicio de ello, cualquier árbitro puede ser removido de su
cargo mediante acuerdo de las partes.
2. S
 i alguno de los árbitros rehúsa a participar en las actuaciones o está reiterada-
mente ausente en las deliberaciones del tribunal arbitral, los otros árbitros, una
vez que hayan comunicado dicha situación a las partes y al árbitro renuente, es-
tán facultados para continuar con el arbitraje y dictar cualquier decisión o laudo,
no obstante la falta de participación del árbitro renuente, salvo acuerdo distinto
de las partes o del reglamento arbitral aplicable. En la determinación de si se
continúa con el arbitraje, los otros árbitros deberán tomar en cuenta el estado
de las actuaciones arbitrales, las razones expresadas por el árbitro renuente para
no participar y cualesquiera otras circunstancias del caso que sean apropiadas.
3. S
 i en cualquier momento, los otros árbitros deciden continuar con el arbitraje
sin la participación del árbitro renuente, notificarán su decisión a las partes.
En este caso, cualquiera de ellas podrá solicitar a la institución que efectuó el
nombramiento, o en su defecto, a la Cámara de Comercio correspondiente con-
ollo
nidos 66
Actividades Autoevaluación UNIDAD II: CONVENIO ARBITRAL. ÁRBITROS

as Glosario Bibliografía
nadas
forme a los incisos d) y e) del artículo 23º, la remoción del árbitro renuente y su
sustitución conforme el numeral 1 de este artículo.”

torio Anotaciones Podemos apreciar que la remoción es la figura por la cual uno retira a un árbitro
(o varios) debido a motivos de imposibilidad de asunción de la función arbitral.

Las causales de remoción se orientan a declarar la no participación del árbitro


en el desarrollo de las actuaciones arbitrales, lo que genera retraso y dilación del
proceso, yendo contra uno de los pilares del arbitraje, la celeridad. Así se tiene que
las causales son:

- Si el árbitro se ve impedido por cuestiones de hecho. Lo que tiene relación con


algún impedimento físico o mental que no permita asumir el encargo de forma
absoluta.
- Si el árbitro se ve impedido por cuestiones de derecho. En razón a que existen
circunstancias que disponen su incapacidad para asumir el encargo.

Diagrama N° 22: causales de remoción

Fuente: Elaboración del autor, Halley Lopez Zaldívar.

Las partes pueden remover a un árbitro de mutuo acuerdo. Caso contrario, la re-
moción formulada por una de las partes será resuelta por la Cámara de Comercio
correspondiente, debiéndose seguir las mismas reglas dispuestas para el procedi-
miento de recusación.

4 Árbitro sustituto.
En los casos de recusación y remoción, si los remedios formulados son declarados
fundados o, de ser el caso, si los árbitros renuncian, se procederá a designar al árbi-
tro o árbitros sustitutos de la misma manera en que fueron designados los árbitros
que generaron la incidencia.

5 Responsabilidad del árbitro y la institución arbitral.


El actuar del árbitro y, de ser el caso, de la institución arbitral suponen un cono-
cimiento adecuado del sistema arbitral a los fines de poder componer el conflicto
suscitado entre las partes y puesto a su consideración.

Cualquier error que genere daños a los intereses de las partes, siempre que dicho
daño sea atribuido a los operadores del sistema arbitral, deberá ser resarcido en
forma económica a las partes. Esto es, los árbitros y las instituciones arbitrales son
pasibles de ser demandadas, pretendiendo una indemnización por los daños y per-
juicios causados en base a un actuar reñido al derecho.

Ahora bien, debemos tener en consideración que la labor del árbitro es diferente
a la labor de la institución arbitral, y que los errores de uno no necesariamente ge-
neran responsabilidad en el otro operador. Mientras que el árbitro se encarga del
desarrollo del proceso y la observancia del debido proceso y la tutela jurisdiccional
CONCILIACIÓN Y ARBITRAJE
UNIDAD II: CONVENIO ARBITRAL. ÁRBITROSDesarrollo
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MANUAL AUTOFORMATIVO 67

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efectiva, a la institución arbitral le corresponde asumir funciones sobre la logística
que necesite el arbitraje para lograr su cometido (notificaciones, conservación del
expediente, diligencia y capacidad de sus funcionarios, etc.).
Recordatorio Anotaciones
ollo
nidos 68
Actividades Autoevaluación UNIDAD II:Objetivos
Diagrama
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ARBITRAL. ÁRBITROS

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nadas

LECTURA SELECCIONADA N° 2
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torio Anotaciones

Cantuarias Salaverry, F. (2006) Requisitos para ser árbitro, Revista peruana de arbitra-
je. N° 02. pp. 67-69.
Recordatorio Anotaciones

“A efectos de garantizar la constitución de tribunales arbitrales idóneos, todas las


legislaciones arbitrales imponen requisitos mínimos que deberán cumplir aque-
llas personas que deseen actuar como árbitros. Generalmente estos requisitos están
referidos a la edad y la capacidad civil, la nacionalidad y las calificaciones profesio-
nales del árbitro.(1)

Pero, además de los requisitos que pueden ser exigidos por la ley del lugar donde
se va a desarrollar el arbitraje, las partes o el reglamento de la institución arbitral
encargada de administrar el arbitraje pueden imponer sus propios requisitos adi-
cionales.

Voskuil y Freedberg-Swartzburg(2) explican que, por ejemplo, el Reglamento de


Arbitraje de la Grain and Feed Trade Association norteamericana exige que el árbi-
tro tenga conocimiento de la materia o que forme parte del panel de árbitros de
dicha institución,(3) y que, además, algunas instituciones arbitrales ordenan que
los árbitros o al menos el presidente del tribunal arbitral tenga una determinada
nacionalidad.(4)

Por último, las partes en ejercicio de la autonomía o libertad que tienen para desig-
nar a sus árbitros, pueden acordar en cualquier momento requisitos especiales que
deberán reunir las personas que actuarán como árbitros como, por ejemplo, que
cuenten con cierta experiencia profesional, entre otros.(5)

Si los árbitros designados no cumplen con los requisitos legales, contractuales (del
convenio arbitral) o reglamentarios (de la institución arbitral), ello podrá llevar a
una recusación,(6) o a que el laudo arbitral pueda ser anulado o no reconocido
debido a la defectuosa constitución del tribunal arbitral.(7)

I. CAPACIDAD

Las leyes arbitrales generalmente exigen que las personas que van a actuar como
árbitros gocen plenamente de sus derechos civiles; es decir, tengan plena capacidad
de goce y de ejercicio. En ese sentido se pronuncian, entre otras, las legislaciones
arbitrales de Francia (artículo 1451 del Código Procesal Civil), Holanda (artícu-
lo 1023 de la Ley de Arbitraje), Suecia (artículo 7 de nueva Ley de Arbitraje de
1999),(8) Bélgica (artículo 1680 del Código Judicial, según reforma de 1998) y
España (artículo 13 de la Ley 60/2003).(9)

__________________________________________________________________

(1) A
 unque debe tenerse presente que en algunos casos los requisitos son más que
peculiares, como en Arabia Saudita donde “… the arbitrators must be Muslim and
male”. BOND, Sthepen R., “How to Draft an Arbitration Clause (revisited)”, en: The
ICC International Court of Arbitration Bulletin, Vol. 1, Nº 2, 1990, p. 18.
(2) V
 OSKUIL, C.C.A. & FREEDBERG-SWARTZBURG, Judith Ann, “Composition of
the Arbitral Tribunal”, en: SARCEVIC, Petar (Ed.), Essays on International Commer-
cial Arbitration, Graham & Trotman, Londres, 1989, p. 70.
(3) E
 stos particulares requisitos reglamentarios, generalmente dispuestos por algu-
nas instituciones arbitrales especializadas que, por efecto del convenio arbitral
suscrito por las partes forman parte de éste y, en consecuencia, deben ser respe-
tados al momento en que se procede a designar a un árbitro, pueden generar
algunos problemas, como lo explican Emmanuel GAILLARD & John SAVAGE
CONCILIACIÓN Y ARBITRAJE
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MANUAL AUTOFORMATIVO 69

Lecturas Glosario Bibliografía


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(Eds.), Fouchard Gaillard Goldman on Internacional Commercial Arbitration, Kluwer
Law International, 1999, pp. 456-457. “As a result of the embargo imposed by the
government of the Cote d’Ivoire on cocoa exports, a British trading company, Philipp
Brothers, was unable to fulfill a number of contracts for cocoa sales to other international
Recordatorio Anotaciones
cocoa traders. Those traders commenced arbitration proceedings against Philipp Brothers
as provided for in the contracts, under the Rules of the Chambre arbitrale de l’Association
Francaise pour le Commerce des Cacaos (the AFCC). The Rules provided that the arbitra-
tors were to be chosen from a list of prominent figures in the cacao industry drawn up by
the AFCC. Before the President of the Paris Tribunal of First Instance, Philipp Brothers
claimed that this list was too short, given the number of disputes to be resolved (eighteen
awards were eventually made on similar facts) and refused to accept the appointment of
any of the arbitrators appearing on the list, and instead nominated an arbitrator from
outside the list and asked the judge to appoint a third arbitrator ‘chosen from among serv-
ing or retired French judges’. By two rulings, dated October 28, 1988 and June 29, 1989,
the President of the Paris Tribunal of First Instance refused to do so, holding in particular
that in this instance, by agreeing to the arbitration clause in the disputed contracts, which
designated the arbitration chamber of the AFCC as the institution in charge of the arbi-
tration, Philipp Brothers accepted with full knowledge and without any reservation the
application of the Rules of that Chamber. The Paris Court of Appeals subsequently heard
the actions to set aside the awards made by the arbitrators chosen from the AFCC’s list. The
Court took the same position as the Tribunal of First Instance …”.

(4) Así, por ejemplo, el artículo 2.6. del Reglamento de Arbitraje de la Cámara de
Comercio Internacional (CCI) establece que «el árbitro único o el presidente
del tribunal arbitral será de un país distinto del de las partes …», aunque luego
la misma norma permite que en circunstancias especiales el árbitro pueda tener
la nacionalidad de una de las partes.

(5) B
 ORN, Gary B., International Commercial Arbitration in the United States, Kluwer
Law and Taxation Publishers, Deventon & Boston, 1994, p. 62. “Arbitration
clauses sometimes contain various types to requirements that arbitrators must
possess, or ‘defects’ that they may not possess. For example, some agreements…
particularly in specialized fields such as shipping or commodities, require that
the arbitrators be engaged in the business…”. MILES, Wendy, “Practical Issues
for Appointment of Arbitrators: Lawyer vs Non-Lawyer and Sole Arbitrator vs. Panel
of Three (or More)”, en: Journal of International Arbitration, Vol. 20, Nº 3, 2003, p.
219. “The insertion of terms describing the necessary qualifications of an arbi-
trator into the arbitration clause of a contract may occur in certain specialist
industries when the parties believe that an arbitrator needs to possess particu-
lar qualifications in order to understand the subject-matter of the contract and
the relevant industry”.

(6) S
 obre la recusación de árbitros, vid.: CANTUARIAS SALAVERRY, Fernando
y ARAMBURÚ YZAGA, Manuel Diego, El arbitraje en el Perú: Desarrollo actual y
perspectivas futuras, Fundación M. J. Bustamante de la Fuente, Lima, 1994, pp.
303-316.

(7) V
 er artículos 73(3) y 123(4) de la LGA peruana. Sobre este particular, vid.:
CANTUARIAS SALAVERRY, Fernando, “Anulación de un laudo arbitral por
la causal de violación del pacto de las partes respecto a la composición del
tribunal arbitral y del procedimiento”, en: Normas Legales, T. 346, Lima, 2005,
pp. 137-141.

(8) A
 rtículo 7º de la Ley de Arbitraje de Suecia: “Any person who possesses full legal ca-
pacity in regard to his actions and his property may act as an arbitrator”. Artículo 1680
del Código Judicial Belga: “As arbitrator may act any person who has the capacity to
contract, except for minors… persons under guardianship and those… excluded from the
right to vote”.

(9) M
 ANTILLA-SERRANO, Fernando, Ley de Arbitraje, Iustel, Madrid, 2005, p. 93.
El autor al referirse a esta regla señala que: “La solución de la Ley de Arbitraje
es de una lógica innegable. Los usuarios del arbitraje son personas capaces –y
ollo
nidos 70
Actividades Autoevaluación UNIDAD II: CONVENIO ARBITRAL. ÁRBITROS

as Glosario Bibliografía
nadas
en lo que respecta al arbitraje comercial, se presumen expertos profesionales–
que, sobre materias disponibles, deciden acudir a un tercero cuya decisión tan
sólo vincula a las partes. No existe, por lo tanto, ningún interés ni particular ni
torio Anotaciones
público cuya protección requiera limitar la capacidad para ser árbitro de la que
toda persona en ‘pleno ejercicio de sus derechos civiles’ debe gozar”.”

Diagrama Objetivos Inicio

ACTIVIDAD N°2
Desarrollo Actividades Autoevaluación
de contenidos Esta actividad puede consultarla en su aula virtual.

Diagrama Lecturas
Objetivos Glosario
Inicio Bibliografía
seleccionadas

TAREA ACADÉMICA N°1


Desarrollo Actividades Autoevaluación
de contenidos Recordatorio Anotaciones Esta actividad puede consultarla en su aula virtual.

Lecturas Glosario Bibliografía


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Recordatorio Anotaciones
CONCILIACIÓN Y ARBITRAJE
Diagrama Objetivos Inicio
UNIDAD II: CONVENIO ARBITRAL. ÁRBITROSDesarrollo
de contenidos
Actividades Autoevaluación
MANUAL AUTOFORMATIVO 71

Desarrollo Actividades Autoevaluación


de contenidos Lecturas Glosario Bibliografía
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GLOSARIO DE LA UNIDAD II
Lecturas Glosario Bibliografía
seleccionadas
Recordatorio Anotaciones

Idoneidad: Cumplimiento de los requisitos correspondientes (legales o contractuales)


para el correcto desempeño de la función encargada.
Recordatorio
Recusación:
Anotaciones
Remedio procesal por el cual se busca cuestionar la idoneidad del juzgador
por tener interés en el objeto de litigio o relación con alguna de las partes.
Remoción: Remedio procesal por el cual se busca cuestionar la falta de interés del juz-
gador basado en alguna situación de hecho o derecho.
Sustituto: Persona que reemplaza al juzgador cuando éste es recusado, removido o
cuando presenta su renuncia.
ollo
nidos 72
Actividades Autoevaluación Diagrama Objetivos
UNIDAD
Inicio
II: CONVENIO ARBITRAL. ÁRBITROS

Desarrollo Actividades Autoevaluación


as Glosario Bibliografía de contenidos
nadas

BIBLIOGRAFÍA DE LA UNIDAD II
Lecturas Glosario Bibliografía
seleccionadas
torio Anotaciones

- Cantuarias Salaverry, F. (2007). Arbitraje comercial y de las inversiones. Lima: UPC.

Recordatorio Anotaciones
CONCILIACIÓN Y ARBITRAJE
UNIDAD II: CONVENIO ARBITRAL. ÁRBITROSDesarrollo
de contenidos
Actividades Autoevaluación
MANUAL AUTOFORMATIVO 73

Objetivos Inicio Lecturas Glosario Bibliografía


seleccionadas

AUTOEVALUACIÓN DE LA UNIDAD II
Actividades Autoevaluación
s
Recordatorio Anotaciones

INSTRUCCIONES:
Marque la respuesta correcta (2 puntos c/u):
Glosario Bibliografía
s

1. E
 s un elemento esencial del convenio arbitral:
a) Plazo.
o Anotaciones
b) Voluntad de arbitrar.
c) R
 eglas.
d) Costos.
e) A
 udiencias.

2. E
 s un elemento esencial del convenio arbitral:
a) M
 ateria arbitrable.
b) P
 lazo.
c) Probática.
d) Posibilidad de impugnación.
e) Garantía de ejecución del laudo.

3.  uando no se formula la excepción del convenio arbitral en su debida oportunidad


C
dentro de un proceso judicial sobre una materia que fue sometida previamente a
arbitraje opera la renuncia:
a) E
 xpresa.
b) Colectiva.
c) Judicial.
d) Arbitral.
e) Tácita.

4. E
 l convenio arbitral puede extenderse a las partes que los suscribieron y a:
a) Terceros con interés legítimo.
b) Terceros sin interés legítimo.
c) P
 artes no signatarias.
d) T
 odas las sociedades de una corporación necesariamente.
e) Los árbitros no designados.

5. P
 ara derivar una controversia judicializada a un arbitraje, se debe:
a) Solicitar al juez la autorización correspondiente.
b) Solicitar al secretario la autorización correspondiente.
c) P
 resentar el acuerdo de arbitraje.
d) Legalizar firmas ante el secretario judicial.
e) Solicitar al árbitro la autorización correspondiente.

6.  i el contrato es nulo, la cláusula no necesariamente lo será. Estamos ante la aplica-


S
ción del principio de:
a) C
 ompetencia de la competencia.
b) I ndependencia.
c) Imparcialidad.
d) Separabilidad.
e) Irrecurribilidad.
ollo
nidos 74
Actividades Autoevaluación UNIDAD II: CONVENIO ARBITRAL. ÁRBITROS

as Glosario Bibliografía
nadas
7. P
 ara ser considerado como árbitro, antes de procederse a:
a) Aceptar el encargo.
b) Certificar al árbitro.
torio Anotaciones
c) Capacitar al árbitro.
d) Recusar al árbitro.
e) Remover al árbitro.

8. S
 e recusa a un árbitro cuando:
a) No cumpla sus funciones.
b) Esté muerto.
c) Se encuentre de descanso vacacional.
d) No quiera asumir sus funciones.
e) No sea imparcial.

9. E
 l árbitro sustituto es designado:
a) D
 e la misma forma que fue designado el árbitro sustituido.
b) P
 or la Cámara de Comercio necesariamente.
c) P
 or el OSCE necesariamente.
d) P
 or ambas partes en cualquier caso.
e) P
 or el Colegio de Abogados del lugar del arbitraje necesariamente.

10. La institución arbitral que administra el arbitraje se encarga de:


a) La logística del proceso.
b) L
 a designación de los árbitros en cualquier caso.
c) D
 e recusar a los árbitros.
d) D
 e remover a los árbitros.
e) S
 ólo de designar al secretario.
CONCILIACIÓN Y ARBITRAJE
Desarrollo
de contenidos
Actividades Autoevaluación
MANUAL AUTOFORMATIVO 75

Diagrama Objetivos Inicio Lecturas Glosario Bibliografía


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Desarrollo
UNIDAD III: “ACTUACIONES ARBITRALES. LAUDO ARBITRAL”
Actividades Autoevaluación
de contenidos
Recordatorio Anotaciones

DIAGRAMA DE PRESENTACIÓN DE LA UNIDAD III


Diagrama
Lecturas Objetivos
Glosario Inicio
Bibliografía
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CONTENIDOS EJEMPLOS ACTIVIDADES


Desarrollo Actividades Autoevaluación
de contenidos
Recordatorio Anotaciones

autoevaluación BIBLIOGRAFÍA
Lecturas Glosario Bibliografía
seleccionadas

.
ORGANIZACIÓN DE LOS APRENDIZAJES
Diagrama Objetivos Inicio
Recordatorio Anotaciones
CONOCIMIENTOS PROCEDIMIENTOS ACTITUDES
Tema N° 1: Generalidades 1. I nterpreta el trámite 1.- 
Gracias a los
sobre Actividades
las actuaciones
Desarrollo Autoevaluación de un proceso arbitral co-nocimientos
de contenidos
arbitrales a partir de la teoría y im-partidos en
clase el alumno
1. Concepto. ca-sos prácticos.
podrá analizar los
2. Características. 2. Compara las diferentes con-flictos desde
Lecturas Glosario Bibliografía categorías utilizadas una perspecti-
3. Libertad de regulación.
seleccionadas
en un proceso arbitral va más amplia,
4. Inicio. y judicial conforme a identifi-cando los
5. Notificaciones. la normativa y práctica diferen-tes méto-
arbitral. dos de resolución
6. Buena
Recordatorio fe.
Anotaciones
de con-flictos, en
3. E xplica las particula-
7. Colaboración y control ju- especial los prin-
ri-dades del uso de me-
dicial (anulación y amparo cipios, usos y utili-
di-das cautelares den- dad del arbi-traje.
contra las actuaciones ar-
tro y fuera del proceso
bitrales).
arbi-tral.
4. C onoce e interpreta
Tema N.° 2: Actuaciones las principales carac-
terísti-cas y categorías
arbitrales comunes.
del laudo arbitral, así
1. Postulación.
como la vigencia de la
2. Audiencias. función arbitral.
3. Pruebas.
4. Alegatos.
Actividad N.° 1
5. Renuencia.
Elabore un diagrama de
6. Diseño de un proceso arbi- flujo de un proceso ar-
tral. bitral que contenga las
etapas necesarias para
Lectura seleccionada componer un caso arbitral
n° 1 complejo.
Vidal Ramírez, F. (2007) La
suple-toriedad de las leyes en el
arbitra-je. El arbitraje en el Perú y Actividad N° 2
el mundo. N° 01. pp. 87-90. Elabora un cuadro compa-
rativo entre los diferentes
tipos de laudo arbitral.
ollo
nidos 76
Actividades Autoevaluación

as Glosario Bibliografía
nadas

CONOCIMIENTOS PROCEDIMIENTOS ACTITUDES


Tema N.° 3: Medidas caute- Control de lectu-
torio Anotaciones lares ra N.°2
1. Concepto. Cuestionario sobre los te-
mas N° 1, 2, 3 y 4.
2. Características.
3. Presupuestos de concesión y
ejecución.
4. Concesión y ejecución de
medidas cautelares.
5. Competencia del tribunal
arbitral para el dictado y
ejecución de medidas cau-
telares.

Tema N.° 4: Laudo Arbi-


tral
1. Concepto.
2. Elementos.
3. Tipos de laudo.
4. Adopción de decisiones.
5. Forma y contenido del lau-
do.
6. Plazo para laudar.
7. Terminación de las actua-
ciones arbitrales.
8. Conservación de las actua-
ciones.

Lectura seleccionada
n° 2 :
Arrarte Arisnabarreta, A. (2008)
Apuntes sobre las medidas
cautelares en el sistema arbitral
peruano. Revista peruana de arbi-
traje, N° 07. pp. 123-128.

Autoevaluación de la
unidad iii
CONCILIACIÓN Y ARBITRAJE
UNIDAD III: ACTUACIONES ARBITRALES. LAUDO ARBITRALDesarrollo
de contenidos
Actividades Autoevaluación
MANUAL AUTOFORMATIVO 77

Lecturas Glosario Bibliografía


seleccionadas
TEMA N° 1: GENERALIDADES SOBRE LAS ACTUACIONES ARBITRALES
(CAIVANO: 1998)
Recordatorio Anotaciones

1 Concepto.
La regulación actual se ha apartado de la nomenclatura “proceso arbitral” o “pro-
cedimiento arbitral” teniendo como justificación la creación de un sistema arbitral
totalmente alejado de los paradigmas judiciales, pues en muchos casos algunos se
valían de los contenidos similares entre las jurisdicciones para poder implantar te-
mas judiciales al funcionamiento de la maquinaria arbitral.

Por ello, alejándose de las denominaciones clásicas, es que la ley de arbitraje nos
habla de las “Actuaciones Arbitrales”, queriendo fijar una autonomía de la institu-
ción del arbitraje.

Así se tiene que las actuaciones arbitrales son ese conjunto de actos y diligencias
que nos permitirán tener como producto un laudo arbitral que –si se quiere– com-
ponga definitivamente las controversias suscitadas entre las partes litigantes.

2 Características.
Las actuaciones arbitrale tienen las siguientes características:

- L
 a libertad de regulación. La misma que se centra en la flexibilidad del mecanis-
mo arbitral para adecuarse a los intereses de las partes.
- L
 a aformalidad. La que establece que no diligencias predeterminadas que deban
realizarse en el desarrollo de las actuaciones arbitrales, Tales diligencias son dis-
puestas por las partes conforme a sus necesidades e intereses.

Diagrama N° 23: Características de las actuaciones arbitrales

Fuente: Elaboración del autor, Halley Lopez Zaldívar

3 Libertad de regulación.
La ley de arbitraje establece lo siguiente:

“Artículo 34º.- Libertad de regulación de actuaciones.


1. L
 as partes podrán determinar libremente las reglas a las que se sujeta el tribu-
nal arbitral en sus actuaciones. A falta de acuerdo o de un reglamento arbitral
ollo
nidos 78
Actividades Autoevaluación UNIDAD III: ACTUACIONES ARBITRALES. LAUDO ARBITRAL

as Glosario Bibliografía
nadas
aplicable, el tribunal arbitral decidirá las reglas que considere más apropiadas
teniendo en cuenta las circunstancias del caso.
2. E
 l tribunal arbitral deberá tratar a las partes con igualdad y darle a cada una de
torio Anotaciones ellas suficiente oportunidad de hacer valer sus derechos.
3. S
 i no existe disposición aplicable en las reglas aprobadas por las partes o por
el tribunal arbitral, se podrá aplicar de manera supletoria, las normas de este
Decreto Legislativo. Si no existe norma aplicable en este Decreto Legislativo, el
tribunal arbitral podrá recurrir, según su criterio, a los principios arbitrales así
como a los usos y costumbres en materia arbitral.
4. E
 l tribunal arbitral podrá, a su criterio, ampliar los plazos que haya establecido
para las actuaciones arbitrales, incluso si estos plazos estuvieran vencidos.”

De la cita se advierte que son las partes las llamadas en un primer momento a di-
señar su propio proceso arbitral, siendo en su defecto, tal actividad descansa en el
tribunal arbitral, quién deberá aplicar los reglamentos arbitrales de la institución
arbitral encargada de administrar el arbitraje, de ser el caso, diseñar el proceso.

Sin embargo, al momento de ejecutar las reglas del proceso los árbitros deben res-
petar los principios básicos de las actuaciones arbitrales:

- P
 rincipio de Trato igualitario de las partes. En donde deberá otorgárseles las mis-
mas oportunidades para poder defenderse.
- P
 rincipio de audiencia. Por el cual los árbitros deben escuchar a las partes, sea de
forma verbal o de manera escrita.
- P
 rincipio de contradicción. Donde el tribunal debe otorgar la oportunidad para
que las partes puedan formular sus descargos respecto de las actuaciones de su
contraparte.

Diagrama N° 24: Principios de las actuaciones arbitrales

Fuente: Elaboración del autor, Halley Lopez Zaldívar

En caso de existir un vacío en la regulación de alguna incidencia suscitada en el


desarrollo de las actuaciones arbitrales, se podrá recurrir a las disposiciones de la
ley de arbitraje, o a los principios del arbitraje, o a los usos en materia arbitral, de
ser el caso.
CONCILIACIÓN Y ARBITRAJE
UNIDAD III: ACTUACIONES ARBITRALES. LAUDO ARBITRALDesarrollo
de contenidos
Actividades Autoevaluación
MANUAL AUTOFORMATIVO 79

Lecturas Glosario Bibliografía


seleccionadas
Asimismo, el tribunal puede ampliar plazos para los actos procesales, aún cuando
éstos se hallen vencidos.

4 Inicio. Recordatorio Anotaciones

A diferencia de un proceso judicial, en donde éste inicia con la interposición de la


demanda en la oficina correspondiente, en sede arbitral el inicio de las actuaciones
arbitrales se sujeta a la presentación de la solicitud de arbitraje. Pero, ¿por qué con
solicitud y no con demanda?

El principio de juez predeterminado por la ley nos da a entender que la demanda


presentada ya tiene un destino en el funcionario (juez) correspondiente, el mismo
que ha sido contratado previamente por el Estado. En cambio, la constitución del
tribunal arbitral se da momentos después a la presentación de la solicitud, por lo
que si el arbitraje iniciara con demanda no existiría un árbitro que la califique.

Asimismo, debemos entender que el inicio del arbitraje varía en razón de un ar-
bitraje ad hoc o uno institucional. En el arbitraje ad hoc, el arbitraje inicia con la
presentación de la solicitud de arbitraje a la otra parte. Por su parte, en el arbitraje
institucional, el arbitraje inicia con la presentación de la solicitud en la institución
arbitral designada para la administración del proceso arbitral.

Diagrama N° 25: Inicio de las actuaciones arbitrales

zFuente: Elaboración del autor, Halley Lopez Zaldívar.

5 Notificaciones.
La notificación es la actuación por la cual se da a conocer al destinatario de una
determinada actuación arbitral.

El régimen arbitral de notificaciones es muy parecido al judicial, pues lo importan-


te es que se de cuenta del acto procesal al destinatario.

La notificación puede ser personal o por correo. En el primer caso se deberá comu-
nicar el acto personalmente al interesado. En el segundo caso, se deberá comunicar
el acto al interesado a través de correo certificado, correo electrónico, fax, télex,
o cualquier otro medio que demuestre un debido diligenciamiento del emplaza-
miento.

6 Buena fe.
La buena fe es el principio por el cual se espera una conducta procedimental ade-
cuada a derecho de los litigantes, colaborando con el juzgador (árbitro) para una
adecuada resolución del conflicto.

Esa colaboración se mide en términos de alegaciones y pruebas. Se está obligado a


afirmar cosas verdaderas y a otorgar los medios probatorios suficientes para encon-
trar la verdad material dentro del proceso arbitral.
ollo
nidos 80
Actividades Autoevaluación UNIDAD III: ACTUACIONES ARBITRALES. LAUDO ARBITRAL

as Glosario Bibliografía
nadas
7 Colaboración y control judicial (anulación y amparo con-
tra las actuaciones arbitrales).
Al respecto, la ley de arbitraje señala lo siguiente:
torio Anotaciones

“Artículo 8º.- Competencia en la colaboración y control judicial.


1. P
 ara la asistencia judicial en la actuación de pruebas será competente el juez
subespecializado en lo comercial o, en su defecto, el juez especializado en lo civil
del lugar del arbitraje o el del lugar donde hubiere de prestarse la asistencia.
Cuando la prueba deba actuarse en el extranjero se estará a los tratados sobre
obtención de pruebas en el extranjero o a la legislación nacional aplicable.
2. P
 ara la adopción judicial de medidas cautelares será competente el juez subes-
pecializado en lo comercial o, en su defecto, el juez especializado en lo civil del
lugar en que la medida deba ser ejecutada o el del lugar donde las medidas de-
ban producir su eficacia. Cuando la medida cautelar deba adoptarse o ejecutarse
en el extranjero se estará a los tratados sobre ejecución de medidas cautelares en
el extranjero o a la legislación nacional aplicable.
3. P
 ara la ejecución forzosa del laudo será competente el juez subespecializado en
lo comercial o, en su defecto, el juez civil del lugar del arbitraje o el del lugar
donde el laudo debe producir su eficacia.
4. P
 ara conocer del recurso de anulación del laudo será competente la Sala Civil
Subespecializada en lo Comercial o, en su defecto, la Sala Civil de la Corte Supe-
rior de Justicia del lugar del arbitraje.
5. P
 ara el reconocimiento de laudos extranjeros será competente la Sala Civil
Subespecializada en lo Comercial o, en su defecto, la Sala Civil de la Corte Su-
perior de Justicia del domicilio del emplazado o, si el emplazado no domicilia
dentro del territorio peruano, del lugar donde tenga sus bienes o donde ejerza
sus derechos.
6. P
 ara la ejecución de laudos extranjeros debidamente reconocidos será compe-
tente el juez subespecializado en lo comercial o, en su defecto, el juez civil, del
domicilio del emplazado o, si el emplazado no domicilia dentro del territorio
peruano, del lugar donde tenga sus bienes o donde ejerza sus derechos.”

Existen actuaciones que resultan se realización complicada o, en el peor de los


casos, imposible para el árbitro, lo que, conforme a ley, les permite solicitar la cola-
boración de la autoridad judicial para materialización.

De ello podemos advertir, a la inversa, que el Poder Judicial puede ejecutar actua-
ciones arbitrales, siempre que sean imposibles para los operadores arbitrales. Sin
embargo, la autoridad judicial no solamente está para colaborar con la arbitral, sino
que también puede controlar la actividad arbitral.

Así tenemos que en materia probatoria, cautelar y ejecutoria de laudos nacionales


y extranjeros, el árbitro puede solicitar al juez especializado la colaboración necesa-
ria. Por su parte, en materia anulatoria y de reconocimiento de laudos extranjeros,
el árbitro puede solicitar a la sala especializada el control correspondiente.
CONCILIACIÓN Y ARBITRAJE
UNIDAD III: ACTUACIONES ARBITRALES. LAUDO ARBITRALDesarrollo
de contenidos
Actividades Autoevaluación
MANUAL AUTOFORMATIVO 81

Lecturas Glosario Bibliografía


seleccionadas
TEMA N° 2: ACTUACIONES ARBITRALES COMUNES (CANTUARIAS:
2007)
Recordatorio Anotaciones

1 Postulación.
La postulación es una etapa de las actuaciones arbitrales en donde las partes pue-
den ofrecer sus alegaciones, demandas y contestaciones, por las que se pretende de
un tribunal arbitral la emisión de un laudo favorable.

Imagen N° 3: Escrito de demanda

Fuente: http://www.riesgoymorosidad.com/tag/demanda-judicial/

La duración de esta etapa en el arbitraje es flexible, no siendo preclusoria como


sucede en sede judicial, donde la etapa postulatoria se cierra con la contestación de
la demanda o de la reconvención de ser el caso. Esto es, en el arbitraje se pueden
ofrecer alegaciones hasta antes de laudar como regla general, salvo que las partes o
el reglamento arbitral disponga algo distinto.

2 Audiencias.
Una audiencia es una actuación procesal por la cual se desarrollan ciertas diligen-
cias que ameritan una realización especial.

En el arbitraje no hay régimen estricto de realización de audiencias, pues incluso


las partes pueden pactar la no realización de éstas.

No obstante, por usos arbitrales, generalmente se disponen y realizan las siguientes


audiencias:
- A
 udiencia de determinación de puntos controvertidos. En la cual se filtran los
pedidos de las partes y se fijan los puntos sobre los cuales el tribunal arbitral
deberá pronunciarse.
- Audiencia de pruebas. En la cual se actuarán los medios probatorios ofrecidos
ollo
nidos 82
Actividades Autoevaluación UNIDAD III: ACTUACIONES ARBITRALES. LAUDO ARBITRAL

as Glosario Bibliografía
nadas
en sus respectivos escritos. Ésta audiencia se realiza siempre que estemos ante
medios probatorios de ejecución diferida, como al pericia, las conclusiones de
una inspección, entre otros.
torio Anotaciones - A
 udiencia de informes orales. En aquella las partes alegan sus posiciones en pre-
sencia del tribunal arbitral.

Diagrama N° 26: Audiencia generalmente realizadas

Fuente: Elaboración del autor, Halley Lopez Zaldívar.

3 Pruebas.
La norma señala lo siguiente:

“Artículo 43º.- Pruebas.


1. E
 l tribunal arbitral tiene la facultad para determinar de manera exclusiva la ad-
misión, pertinencia, actuación y valor de las pruebas y para ordenar en cualquier
momento la presentación o la actuación de las pruebas que estime necesarios.
2. E
 l tribunal arbitral está facultado asimismo para prescindir motivadamente de
las pruebas ofrecidas y no actuadas, según las circunstancias del caso.”

Los momentos en probática son distintos. Por un lado la admisión es la actuación


por la cual el tribunal permite el ingreso al expediente de los instrumentos presen-
tados por las partes; la pertinencia es la calificación de la procedencia del instru-
mento presentado; la actuación es la consecución del valor del instrumento; y la
valoración es la asignación del peso probatorio del instrumento.

Asimismo, el tribunal se encuentra empoderado para poder rechazar o prescindir


de los instrumentos ofrecidos.

Se puede advertir que las facultades probatorias del árbitro son idénticas a la del
juez, lo que se basa en la naturaleza similar de las funciones que desempeñan am-
bos funcionarios.

4 Alegatos.
Un alegato es la manifestación del derecho de defensa que tiene cualquiera de las
partes.

Un alegato puede estar incorporado en cualquier escrito presentado a la sede ar-


CONCILIACIÓN Y ARBITRAJE
UNIDAD III: ACTUACIONES ARBITRALES. LAUDO ARBITRALDesarrollo
de contenidos
Actividades Autoevaluación
MANUAL AUTOFORMATIVO 83

Lecturas Glosario Bibliografía


seleccionadas
bitral.

Por costumbre, los alegatos son ofrecidos al finalizar el proceso arbitral, con motivo
de la realización de la Audiencia de Informes Orales. Recordatorio Anotaciones

5 Renuencia.
La renuencia es la conducta omisiva de una de las partes respecto a cumplir con
algún encargo. Así la ley de arbitraje señala que:

“Artículo 46º.- Parte renuente.


Salvo acuerdo en contrario de las partes, cuando sin alegar causa suficiente a crite-
rio del tribunal arbitral:
a. E
 l demandante no presente su demanda en plazo, el tribunal arbitral dará por
terminadas las actuaciones, a menos que, oído el demandado, éste manifieste su
voluntad de ejercitar alguna pretensión.
b. E
 l demandado no presente su contestación en plazo, el tribunal arbitral conti-
nuará las actuaciones, sin que esa omisión se considere como una aceptación de
las alegaciones del demandante.
c. U
 na de las partes no comparezca a una audiencia, no presente pruebas o deje de
ejercer sus derechos en cualquier momento, el tribunal arbitral podrá continuar
las actuaciones y dictar el laudo con fundamento en las pruebas que tenga a su
disposición.”

De ello se entiende que, será declarado renuente aquella persona que no presente
su demanda, sin embargo, puede continuarse con el proceso siempre que el ante-
rior demandado haga valer alguna pretensión dentro del proceso iniciado.

Imagen N° 4: Comportamiento renuente

Fuente: Elaboración del autor, Halley Lopez Zaldívar.

Es renuente aquella persona que no contesta la demanda puesta en su conocimien-


to a través de la función arbitral.

Es renuente aquella parte que no asiste a alguna audiencia programada.

El símil judicial de la renuencia es la rebeldía.

6 Diseño de un proceso arbitral.


Como ya fue explicado en el tema anterior, el arbitraje (proceso arbitral o actuacio-
ollo
nidos 84
Actividades Autoevaluación UNIDAD III: ACTUACIONES ARBITRALES. LAUDO ARBITRAL

as Glosario Bibliografía
nadas
nes arbitrales) no tiene un flujo predeterminado, lo que permite –en teoría– decir
que cada proceso arbitral es único, pues no necesariamente se encuadra en un
determinado diseño.
torio Anotaciones

No obstante, de la práctica arbitral recogemos el siguiente diseño.

Diagrama N° 27: Flujograma de un proceso arbitral

Fuente: Elaboración del autor, Halley Lopez Zaldívar.


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LECTURA SELECCIONADA N.° 1


Lecturas Glosario Bibliografía
seleccionadas
Recordatorio Anotaciones

Vidal Ramírez, F. (2007) La supletoriedad de las leyes en el arbitraje. El arbitraje en el


Perú y el mundo. N° 01. pp. 87-90.
Recordatorio Anotaciones

“La normas legales, dentro de sus diversos criterios de clasificación, pueden ser
imperativas o ser supletorias, para sólo traer a colación la distinción que pone a las
normas frente a la autonomía de la voluntad privada.

Las normas imperativas, originadas en el ius cogens, son inderogables por la auto-
nomía de la voluntad y prevalecen sobre ella. Son expresión de un orden público
establecido por el Estado. A ellas debe someterse la voluntad normativa creada por
la autonomía de la voluntad privada que puede generar relaciones jurídicas, regu-
larlas, modificarlas o extinguir las que han sido ya generadas por los actos o nego-
cios jurídicos. El sometimiento a las normas imperativas, se produce ya sea porque
preceptúan determinados comportamientos o ya porque establecen determinadas
prohibiciones.

Las normas supletorias, originadas en el ius dispositivum, son, por el contrario, aque-
llas sobre las que prevalece la autonomía de la voluntad y, en consecuencia, operan
sólo cuando la voluntad normativa ha dejado vacíos o los interesados se remiten a
ellas para que, por efecto de la autonomía de la voluntad, desplieguen su eficacia.

Los cuerpos normativos, como es el caso, por ejemplo, de la codificación civil o de


las leyes de arbitraje, se estructuran conglomerando normas imperativas y normas
supletorias. Ellas coexisten de la misma manera como coexisten la autonomía de la
voluntad y el orden público, también como líneas paralelas en las que, si en algún
punto se conjugan, es el orden público el que prevalece sobre la autonomía de la
voluntad.

La ley, como ordenadora de la vida social, enfatiza los aspectos que considera que
deben recibir la vigencia de principios superiores a los intereses individuales y que,
por tanto, deben ser de necesaria observancia, aún cuando se disminuyan las po-
sibilidades de la voluntad normativa de los individuos. Es así como impregna los
cuerpos legales de normas imperativas.

Pero también la ley mide el margen de la libertad individual para la regulación de


sus propios intereses, pero, como no puede dejar de cumplir su función ordena-
dora de la vida social, dota a los cuerpos legales de normas supletorias, para que
operen en ausencia de la voluntad normativa, la suplan, cuando ella ha dejado
vacíos para la regulación de las relaciones jurídicas. Es así, como las normas suple-
torias cumplen una función integradora de los vacíos que pueda dejar la voluntad
normativa.

La coexistencia de normas imperativas y normas supletorias tiene contenido en las


leyes de arbitraje. Pero estas leyes se caracterizan por su supletoriedad, determina-
da, básicamente, por el acuerdo de arbitraje, denominación usada por la Ley Modelo
aprobada desde el 21 de junio de 1985 por la Comisión de las Naciones Unidas para
el Derecho Mercantil Internacional (CNUDMI), o por el convenio arbitral, que es el
nomen iuris utilizado por la Ley General de Arbitraje peruana (en adelante, LGA),
promulgada mediante la Ley N° 26572, vigente desde el 5 de enero de 1996.

El acuerdo de arbitraje o convenio arbitral han resumido la dualidad de lo que antigua-


mente se denominaba cláusula compromisoria y compromiso arbitral, que eran dos
actos jurídicos distintos, pero complementarios. La cláusula compromisoria era una
estipulación contractual en virtud de la cual los contratantes se comprometían a
someter a arbitraje los conflictos de intereses que pudieran surgir entre ellos con la
finalidad de sustraerlos del conocimiento de la jurisdicción del Estado. Se trataba
ollo
nidos 86
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nadas
de un pacto de carácter preliminar pues, de presentarse el conflicto, debían, enton-
ces, celebrar el compromiso arbitral, que era el convenio definitivo.

torio Anotaciones La cláusula compromisoria no tenía un efectivo efecto vinculante, pues si una de las
partes se negaba a la suscripción del compromiso la otra debía recurrir a la jurisdic-
ción del Estado para que un juez lo otorgara luego de requerirla.

El acuerdo de arbitraje o convenio arbitral, al superar la dualidad y resumirlos, les ha


dado una mayor fuerza vinculante y ha hecho prevalecer la autonomía de la volun-
tad, al extremo que si una de las partes los desconoce y recurre a la jurisdicción
ordinaria, la otra puede hacerlo valer e iniciar y proseguir las actuaciones arbitrales
hasta el dictado del laudo, como lo ha previsto el artículo 8 de la Ley Modelo, o,
promover la excepción de convenio arbitral prevista por el artículo 16 de la LGA,
también considerada por el Código Procesal Civil, quedando el juez obligado a
ampararla.

La autonomía de la voluntad tiene, pues, su eclosión en el acuerdo de arbitraje o


convenio arbitral, pues les da el contenido normativo que las partes libremente han
decidido.

El acuerdo de arbitraje o convenio arbitral, como se sabe, es un acto o negocio jurídico


constitutivo pues genera obligaciones para las partes y las vincula a su finalidad
específica, que no es otra que la de sustraer su conflicto del conocimiento de la
jurisdicción ordinaria y someterlo a una solución arbitral. Es, por lo general, un
acto inter vivos, pero puede ser también mortis causa cuando es incluido en el pliego
testamentario.

Puede ser también un acto o negocio de adhesión, cuando se incorpora a los esta-
tutos de una persona jurídica.

Tanto la Ley Modelo como la LGA le han prescrito una forma escrita o documental,
aunque no dotada de rigidez pues no tiene que constar necesariamente en una
cláusula especial de un contrato sino que es suficiente que sea resultado de un in-
tercambio de cartas, télex o correos electrónicos, pero siempre que pueda probarse
su existencia. Sin embargo, en la LGA la forma prescrita no tiene el carácter de ad
probationem para el arbitraje nacional, pues su artículo 10 la prescribe como consus-
tancial al convenio mismo, es decir, con formalidad ad solemnitatem, lo que significa
que no puede probarse por otros medios que no sea el documento mismo en el que
consta el convenio, lo que significa una clara presencia de una norma imperativa
que se impone a la autonomía de la voluntad.

La eclosión de la autonomía de la voluntad, como ya hemos advertido, radica en


el contenido del acuerdo de arbitraje o convenio arbitral. Es en él donde la voluntad
normativa cumple su rol a plenitud y las leyes de arbitraje asumen su función su-
pletoria.

En el contenido del acuerdo de arbitraje o convenio arbitral la autonomía de la volun-


tad decide sustraer la controversia del conocimiento de la jurisdicción del Estado
y precisa el objeto del arbitraje, esto es, la materia de la controversia, pero en la
que también tiene presencia el orden público, pues debe tratarse de una materia
susceptible de arbitrarse. Para la LGA no son susceptibles de arbitrarse las materias
que versan sobre el estado y la capacidad civil de las personas, ni las relativas a
bienes o derechos de incapaces, sin la previa autorización judicial. Tampoco son
arbitrables las materias sobre las cuales ha recaído resolución judicial firme, salvo
las consecuencias patrimoniales que surjan de su ejecución y sólo si conciernen
exclusivamente a las partes del proceso. Tampoco pueden ser materia de arbitraje
las materias que interesan al orden público o que versen sobre delitos o faltas, salvo
lo relativo a la cuantía de la reparación civil y siempre que no haya sido fijada por
resolución judicial firme.
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Por últimos no son arbitrables las funciones o atribuciones concernientes al ius
imperium del Estado o de las entidades del Estado dotadas de ius imperium.

Determinado el objeto del arbitraje, la autonomía de la voluntad le da plena vigen-


Recordatorio Anotaciones

cia a la voluntad normativa. Las partes pueden decidir si el arbitraje será nacional o
internacional, si de derecho o de conciencia y si se someten o no a una institución
arbitral. Pueden proceder a la designación de los árbitros, si serán colegiados o
único, y conferirles las facultades que tengan por conveniente, así como su remu-
neración. Pueden designar la sede del tribunal arbitral, el idioma del arbitraje, las
normas de procedimiento, la manera como debe funcionar el tribunal arbitral y si
puede resolver por mayoría o requiere de unanimidad, los plazos, particularmente
el que debe observarse para la emisión del laudo, y si éste será apelable o no. Pue-
den decidir hasta la legislación aplicable a la solución de su conflicto.

Como puede apreciarse, pues, la autonomía de la voluntad tiene un margen su-


mamente amplio para normar el proceso arbitral, incluso pudiendo delegar en los
árbitros la integración de los vacíos que puedan generar, postergando así la apli-
cación de las normas supletorias, las que tendrán participación en el proceso por
decisión misma de las partes o de los árbitros.

Las normas imperativas no quedan relegadas, sino reservadas para aspectos muy
específicos, uno de ellos, y el más importante, el relativo a la interposición del re-
curso de anulación, cuya admisibilidad y procedencia es de orden público, por las
causales taxativamente previstas.

Sin embargo, la autonomía de la voluntad puede interferir su interposición y admi-


sión al promover el acuerdo entre las partes, que debe ser expreso, en el sentido de
pactar un requisito de admisibilidad, como la constitución de una fianza o de una
caución en espera de lo que se resuelva sobre la validez o nulidad del laudo.

En conclusión, las leyes de arbitraje, en lo fundamental, asumen un rol de suple-


toriedad, permitiendo que el arbitraje se sustente en la autonomía de la voluntad
privada y que las partes pueden ejercitar facultades normativas en un margen su-
mamente amplio.”

Diagrama Objetivos Inicio

ACTIVIDAD N.° 1
Desarrollo Actividades Autoevaluación
de contenidos Esta actividad puede consultarla en su aula virtual.

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Recordatorio Anotaciones
ollo
nidos 88
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nadas
TEMA N° 3: MEDIDAS CAUTELARES (CANTUARIAS: 2007)

1 Concepto.
torio Anotaciones
La medida cautelar es un instrumento de aseguramiento de una futura sentencia
favorable. En circunstancias donde la morosidad de la administración de justicia
podría revertir los efectos de una sentencia en la realidad, el justiciable puede acu-
dir a ésta herramienta a fin de poder salvaguardar dicha eficacia hasta la resulta del
proceso iniciado.

Imagen N° 5: Embargo

Fuente: http://www.yaencontre.com/noticias/noticias/consejos/6-consejos-para-evitar-una-situa-
cion-de-embargo

Así tenemos que la medida cautelar sirve para hacer efectiva la tutela buscada y no
estar ante resoluciones (sentencias o laudos arbitrales) que en teoría declaran un
ganador pero que no pueden ejecutarse pues el vencido ha hecho lo posible para
que esto no suceda.

2 Características.
Son características de las medidas cautelares:

- P
 rovisionalidad. Las medidas cautelares tienen una vida limitada, pues su vigen-
cia se sujeta a la vida misma del proceso principal. Es decir, una medida cautelar
sobrevivirá mientras se mantenga en pie el proceso principal que la originó, salvo
que existan condiciones que produzcan su variación o fenecimiento, éstas dos,
originadas en una decisión del juzgador.
- I nstrumentalidad. Las medidas cautelares resultan ser solamente una herramien-
ta para asegurar la eficacia de futura decisión del juzgador. No generan la discu-
sión sobre la cuestión de fondo.
- V
 ariabilidad. La medida cautelar tiene un objeto que asegurar, si el objeto cam-
bia, la medida cautelar debe adecuar sus efectos a dicho cambio. En razón a ello
una medida cautelar podrá variar conforme lo establezca el objeto o la situación
que asegura.
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Diagrama N° 28: características de las medidas cautelares

Recordatorio Anotaciones

Fuente: Elaboración del autor, Halley Lopez Zaldívar.

3 Presupuestos de concesión y ejecución.


Los presupuestos son condiciones que tienen que preexistir para que una medida
cautelar puede existir a su vez y ejecutarse.

Los presupuestos de concesión son:


- E
 l peligro en la demora (periculum in mora). Donde debe acreditarse ante el
juzgador que la demora del proceso judicial puede deteriorar o desaparecer el
objeto de litigio.
- L
 a verosimilitud del derecho (Fumus boni iuris). Donde debe acreditarse ante
el juzgador algún aire del derecho exigido en la vía principal. No se trata de
demostrar que el solicitante tiene la razón en el proceso principal, sino de dejar
constancia de que existe probabilidad de que la sentencia sea dictada a su favor.
- la adecuación de la medida. Donde debe invocarse un instrumento que calce
perfecto en la situación u objeto a asegurar.

El presupuesto de ejecución es:


- L
 a contracautela. Por la cual se busca asegurar al juzgador que cualquier daño
que produzca la ejecución de la medida cautelar va a ser resarcido por parte del
solicitante. La contracautela puede ser personal o real. Es personal, cuando es el
mismo solicitante quien asegura el resarcimiento sobre cualquier daño, para ello
tendremos en cuenta el principio de responsabilidad patrimonial o prenda ge-
nérica (a través de una caución juratoria, por ejemplo). Es real, cuando se grava
un bien (mueble o inmueble) en particular que responda por los posibles daños.
ollo
nidos 90
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nadas
Diagrama N° 29: Presupuestos de concesión ye ejecución de las medidas cautelares

torio Anotaciones

Fuente: Elaboración del autor, Halley Lopez Zaldívar.

4 Concesión y ejecución de medidas cautelares.


En sede arbitral la concesión y ejecución de las medidas cautelares está sujeta a
la acreditación de los presupuestos antes señalados. Es decir, para que la medida
cautelar sea concedida y ejecutada debe garantizarse el peligro en la demora, la
verosimilitud en el derecho, la adecuación de la medida y la contracautela.

El árbitro tiene enteras potestades para conceder una medida cautelar, no obstante
se presenta un panorama difuso en cuanto a sus facultades para la ejecución de
dicha providencia.

Así, la ley de arbitraje señala lo siguiente:

“Artículo 47º.- Medidas cautelares.


1. U
 na vez constituido, el tribunal arbitral, a petición de cualquiera de las partes,
podrá adoptar las medidas cautelares que considere necesarias para garantizar
la eficacia del laudo, pudiendo exigir las garantías que estime conveniente para
asegurar el resarcimiento de los daños y perjuicios que pueda ocasionar la eje-
cución de la medida.
2. P
 or medida cautelar se entenderá toda medida temporal, contenida en una de-
cisión que tenga o no forma de laudo, por la que, en cualquier momento previo
a la emisión del laudo que resuelva definitivamente la controversia, el tribunal
arbitral ordena a una de las partes:
a. Q
 ue mantenga o restablezca el statu quo en espera de que se resuelva la con-
troversia;
b. Q
 ue adopte medidas para impedir algún daño actual o inminente o el menos-
cabo del proceso arbitral, o que se abstenga de llevar a cabo ciertos actos que
probablemente ocasionarían dicho daño o menoscabo al proceso arbitral;
c. Q
 ue proporcione algún medio para preservar bienes que permitan ejecutar
el laudo subsiguiente; o
d. Q
 ue preserve elementos de prueba que pudieran ser relevantes y pertinentes
para resolver la controversia.
3. E
 l tribunal arbitral, antes de resolver, pondrá en conocimiento la solicitud a
la otra parte. Sin embargo, podrá dictar una medida cautelar sin necesidad de
poner en conocimiento a la otra parte, cuando la parte solicitante justifique la
necesidad de no hacerlo para garantizar que la eficacia de la medida no se frus-
tre. Ejecutada la medida podrá formularse reconsideración contra la decisión.
4. L
 as medidas cautelares solicitadas a una autoridad judicial antes de la constitu-
ción del tribunal arbitral no son incompatibles con el arbitraje ni consideradas
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como una renuncia a él. Ejecutada la medida, la parte beneficiada deberá iniciar
el arbitraje dentro de los diez (10) días siguientes, si no lo hubiere hecho con an-
terioridad. Si no lo hace dentro de este plazo o habiendo cumplido con hacerlo,
no se constituye el tribunal arbitral dentro de los noventa (90) días de dictada la
Recordatorio Anotaciones
medida, ésta caduca de pleno derecho.
5. C
 onstituido el tribunal arbitral, cualquiera de las partes puede informar a la
autoridad judicial de este hecho y pedir la remisión al tribunal del expediente
del proceso cautelar. La autoridad judicial está obligada, bajo responsabilidad, a
remitirlo en el estado en que se encuentre, sin perjuicio de que cualquiera de las
partes pueda presentar al tribunal arbitral copia de los actuados del proceso cau-
telar. La demora de la autoridad judicial en la remisión, no impide al tribunal
arbitral pronunciarse sobre la medida cautelar solicitada, dictada o impugnada.
En este último caso, el tribunal arbitral tramitará la apelación interpuesta bajo
los términos de una reconsideración contra la medida cautelar.
6. E
 l tribunal arbitral está facultado para modificar, sustituir y dejar sin efecto las
medidas cautelares que haya dictado así como las medidas cautelares dictadas
por una autoridad judicial, incluso cuando se trate de decisiones judiciales fir-
mes. Esta decisión podrá ser adoptada por el tribunal arbitral, ya sea a iniciativa
de alguna de las partes o, en circunstancias excepcionales, por iniciativa propia,
previa notificación a ellas.
7. E
 l tribunal arbitral podrá exigir a cualquiera de las partes que dé a conocer, sin
demora, todo cambio importante que se produzca en las circunstancias que mo-
tivaron que la medida se solicitara o dictara.
8. E
 l solicitante de una medida cautelar será responsable de los costos y de los da-
ños y perjuicios que dicha medida ocasione a alguna de las partes, siempre que
el tribunal arbitral determine ulteriormente que, en las circunstancias del caso,
no debería haberse otorgado la medida. En ese caso, el tribunal arbitral podrá
condenar al solicitante, en cualquier momento de las actuaciones, al pago de los
costos y de los daños y perjuicios.
9. E
 n el arbitraje internacional, las partes durante el transcurso de las actuaciones
pueden también solicitar a la autoridad judicial competente, previa autorización
del tribunal arbitral, la adopción de las medidas cautelares que estimen conve-
nientes.

Artículo 48º.- Ejecución de medidas cautelares dictadas por el tribunal arbitral.


1. E
 l tribunal arbitral está facultado para ejecutar, a pedido de parte, sus medidas
cautelares, salvo que, a su sola discreción, considere necesario o conveniente
requerir la asistencia de la fuerza pública.
2. E
 n los casos de incumplimiento de la medida cautelar o cuando se requiera
de ejecución judicial, la parte interesada recurrirá a la autoridad judicial com-
petente, quien por el solo mérito de las copias del documento que acredite la
existencia del arbitraje y de la decisión cautelar, procederá a ejecutar la medida
sin admitir recursos ni oposición alguna.
3. L
 a autoridad judicial no tiene competencia para interpretar el contenido ni los
alcances de la medida cautelar. Cualquier solicitud de aclaración o precisión
sobre los mismos o sobre la ejecución cautelar, será solicitada por la autoridad
judicial o por las partes al tribunal arbitral. Ejecutada la medida, la autoridad
judicial informará al tribunal arbitral y remitirá copia certificada de los actuados.
4. T
 oda medida cautelar ordenada por un tribunal arbitral cuyo lugar se halle fuera
del territorio peruano podrá ser reconocida y ejecutada en el territorio nacional,
siendo de aplicación lo dispuesto en los artículos 75º, 76º y 77º, con las siguientes
particularidades:
a. S
 e podrá denegar la solicitud de reconocimiento, sólo por las causales a, b, c
y d del numeral 2 del artículo 75º o cuando no se dé cumplimiento a lo dis-
puesto en el inciso d. de este numeral.
b. L
 a parte que pida el reconocimiento de la medida cautelar deberá presentar
el original o copia de la decisión del tribunal arbitral, debiendo observar lo
previsto en el artículo 9º.
c. L
 os plazos dispuestos en los numerales 2 y 3 del artículo 76º serán de diez
(10) días.
d. La autoridad judicial podrá exigir a la parte solicitante que preste una garan-
ollo
nidos 92
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as Glosario Bibliografía
nadas
tía adecuada, cuando el tribunal arbitral no se haya pronunciado aún sobre
tal garantía o cuando esa garantía sea necesaria para proteger los derechos
de terceros. Si no se da cumplimiento, la autoridad judicial podrá rechazar la
torio Anotaciones
solicitud de reconocimiento.
e. L
 a autoridad judicial que conoce de la ejecución de la medida cautelar podrá
rechazar la solicitud, cuando la medida cautelar sea incompatible con sus
facultades, a menos que decida reformular la medida para ajustarla a sus pro-
pias facultades y procedimientos a efectos de poderla ejecutar, sin modificar
su contenido ni desnaturalizarla.”

Se puede advertir que las medidas cautelares gozan de un trámite diferente al seña-
lado en las normas para el proceso judicial.

Tenemos que en el arbitraje, la medida cautelar se concede audita pars, es decir, en


audición de la otra parte, para luego examinar la cuestión de fondo que motiva di-
cha incidencia. La excepción la dispone el mismo tribunal siempre que se acredite
que existe urgencia en el pedido y peligro en la alteración de la situación u objeto
que se pretende asegurar.

La medida puede ser impugnada pero una vez que haya sido ejecutada por parte
del tribunal. Esto es, si bien la medida cautelar se concede previo conocimiento a
la contraparte, ésta no podrá impugnarla a través del recurso de reconsideración
sino hasta su ejecución.

Las medidas cautelares pueden ser planteadas antes o dentro del proceso arbitral.
Si se quiere formular una medida cautelar antes del inicio del proceso arbitral, la
autoridad competente es el juez, sin que ello signifique una renuncia al arbitraje.
Lo que pasa es que al no existir autoridad alguna, lo único que queda es presentarla
ante el juez a condición de que el arbitraje sea iniciado (con la presentación de la
solicitud) dentro de los 10 días siguientes a la ejecución de la medida y, de ser el
caso, instalar el tribunal arbitral dentro del plazo de 90 días dicha ejecución.

Por su parte, puede formularse una medida cautelar ante el mismo tribunal arbi-
tral, habiendo sido ya constituido para que éste se encargue del trámite correspon-
diente.

La ejecución de una medida cautelar puede darse en sede arbitral o judicial. En


sede arbitral, la medida cautelar se ejecute por mandato del tribunal arbitral. De
mantener la renuencia respecto al cumplimiento del mandato del tribunal, enton-
ces se podrá requerir la asistencia judicial para dicho cometido.

5 Competencia del tribunal arbitral para el dictado y ejecu-


ción de medidas cautelares.
El tribunal arbitral es competente para conocer cualquier incidencia de forma o
de fondo a partir de su constitución o conformación, lo mismo que sucede con
la aceptación del árbitro único (tribunal arbitral unipersonal) o del último de los
árbitros (tribunal arbitral colegiado).

Si la medida cautelar se encuentra siendo tramitada en sede arbitral, las partes (o


aquella parte que tenga conocimiento de dicho trámite, pues no olvidemos que las
medidas cautelares en sede judicial se tramitan inaudita pars, esto es, sin conoci-
miento de la otra parte) deberán informar al tribunal arbitral de dicha incidencia
cautelar, a fin de que los actuados originales sean remitidos a la sede al tribunal a
fin de que éste continúe con el trámite respectivo.
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TEMA N° 4: LAUDO ARBITRAL (MOLINA: 2002)

Recordatorio Anotaciones
1 Concepto.
No es sencillo definir un concepto que en muchos casos se presenta muy difuso,
pero podemos acercarnos en algo.

El laudo arbitral puede ser entendido como aquella resolución del tribunal arbitral
que pone fin a una controversia.

El motivo del inicio de un proceso arbitral es la obtención de un laudo arbitral,


pues normalmente allí se decide el futuro del litigio, declarando o constituyendo
algún derecho, condenando a alguna obligación o gravamen.

Asimismo, el laudo se constituye como el producto del intelecto del tribunal arbi-
tral. Es decir, el árbitro demuestra su valía en la elaboración y construcción de un
laudo arbitral.

2 Elementos.
Son elementos del laudo arbitral:

- S
 u obligatoriedad. Ya que su cumplimiento no admite excepciones en cuanto a las
partes que participaron dentro del proceso arbitral.
- S
 u vinculatoriedad. Pues genera un nexo entre las partes y la decisión del tribunal
arbitral.
- L
 a cosa juzgada. Entendida ésta como aquella situación en la que la decisión
arbitral no puede alterada ni mutada por otra decisión arbitral o judicial, salvo
aquellas que provengan de un proceso judicial de anulación o constitucional de
amparo.

Diagrama N° 29: Elementos del laudo arbitral

Fuente: Elaboración del autor, Halley Lopez Zaldívar.

3 Tipos de laudo.
A decir de la doctrina, los laudos pueden ser finales, parciales, interlocutorios o por
ollo
nidos 94
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nadas
no comparecencia.

Diagrama N° 31: Tipos de laudo arbitral


torio Anotaciones

Fuente: Elaboración del autor, Halley Lopez Zaldívar.

- Es un laudo final cuando resuelve definitivamente una controversia o incidencia.


´La práctica nos ha enseñado que normalmente se usan sólo laudos finales.
- Es un laudo parcial cuando define una parte de la controversia o incidencia, de-
jando las demás para futuro análisis y resolución.
- Es un laudo interlocutorio cuando habiendo sido pronunciado, el proceso arbitral
sigue su trámite respecto de las cuestiones no resueltas.
- Es un laudo por no comparecencia cuando ha sido dictado en renuencia de una
o ambas partes.

Debemos tener en consideración que los tipos de laudos pueden ser conjuntivos.
Por ejemplo, cuando se quiere ejecutar una medida cautelar solicitada en el trámite
de un arbitraje internacional, ésta puede tener la forma de laudo para valerse de
la Convención de Nueva York de 1958, sobre ejecución de sentencias arbitrales ex-
tranjeras. Dicho laudo tendrá la calidad de final porque define la incidencia caute-
lar; y es parcial e interlocutorio porque se prenuncia sobre una incidencia dejando
aún al análisis del fondo del litigio para un posterior momento.

4 Adopción de decisiones.
La ley de arbitraje señala lo siguiente:

“Artículo 52º.- Adopción de decisiones.


1. E
 l tribunal arbitral funciona con la concurrencia de la mayoría de los árbitros.
Toda decisión se adoptará por mayoría, salvo que las partes hubiesen dispuesto
algo distinto. Si no hubiese mayoría, la decisión será tomada por el presidente.
2. L
 os árbitros tienen la obligación de votar en todas las decisiones. Si no lo hacen,
se considera que se adhieren a la decisión en mayoría o a la del presidente, se-
gún corresponda.
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3. S
 alvo acuerdo en contrario de las partes o de los árbitros, el presidente podrá
decidir por sí solo cuestiones de ordenación, tramitación e impulso de las actua-
ciones arbitrales.”
Recordatorio Anotaciones

Generalmente las decisiones se toman por unanimidad. Sin embargo, en caso de


existir pensamientos distintos, la decisión debe ser tomada por mayoría o, en su
defecto, por el presidente del tribunal arbitral.

Si algún árbitro no votara, se considera que se adhiere a la decisión de la mayoría o


del presidente en su defecto.

Debe tenerse en consideración que el presidente puede decidir sin necesidad de


votación cuestiones relacionadas al impulso y trámite de las actuaciones arbitrales.

Asimismo, debe tenerse en consideración que estas disposiciones se aplican en el


caso de arbitrajes colegiados. Sin existiese algún árbitro con opinión diferente po-
drá emitir su voto singular, su fundamento de voto o no hacer nada (con lo que
supone su decisión a la mayoría o la decisión del presidente, según sea el caso).

5 Forma y contenido del laudo.


En cuanto a la forma, el laudo debe constar por escrito, observando las disposicio-
nes relacionadas para el convenio arbitral; esto es, que el laudo puede constar en
algún medio que permita su ulterior consulta.

El laudo debe estar firmado por todos los árbitros, salvo que se haya dispuesto algo
distinto o que algún árbitro emita su voto en discordia.

En cuanto al contenido, se señala que el laudo debe estar motivado. La inobser-


vancia puede ser sancionada con la nulidad del laudo arbitral. Asimismo, existe
obligación del tribunal arbitral de pronunciarse sobre la asunción de los costos
arbitrales para lo cual gozan de mayores atribuciones. Es decir, a diferencia del pro-
ceso judicial donde el juez aplica la regla de “vencido paga”, en el arbitraje puede
optarse también por otra, que es la “regla americana”, donde las partes pueden
cubrir sus propios costos. Claro está, se deja en consideración de los árbitros cuál
de ellas utilizar.

6 Plazo para laudar.


El plazo para la emisión y notificación del laudo arbitral es aquel que señalen las
partes en el convenio arbitral o el acta de instalación (puede ser también en docu-
mento posterior). En su defecto se aplicará el reglamento arbitral correspondiente,
siempre que se trate de un arbitraje institucional. Por último, son los árbitros los
que pueden señalar el plazo correspondiente.

El plazo para laudar no puede ser prorrogado, salvo que las partes, el reglamento o
el tribunal así lo disponga de manera previa.

7 Terminación de las actuaciones arbitrales.


El arbitraje puede terminar de diferentes formas:

- Con la emisión y notificación del laudo arbitral correspondiente.


- Con la transacción u autocomposición de las partes.
- Con el desistimiento de las partes.
- Con la imposibilidad continuar con el desarrollo de las actuaciones arbitrales.
ollo
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nadas
Así, la ley de arbitraje señala lo siguiente:

“Artículo 60º.- Terminación de las actuaciones.


torio Anotaciones
1. L
 as actuaciones arbitrales terminarán y el tribunal arbitral cesará en sus funcio-
nes con el laudo por el que se resuelva definitivamente la controversia y, en su
caso, con las rectificaciones, interpretaciones, integraciones y exclusiones del
laudo, sin perjuicio de lo dispuesto en el artículo 67º.
2. E
 l tribunal arbitral también ordenará la terminación de las actuaciones:
a. C
 uando el demandante se desista de su demanda, a menos que el demanda-
do se oponga a ello y el tribunal arbitral le reconozca un interés legítimo en
obtener una solución definitiva de la controversia.
b. C
 uando las partes acuerden dar por terminadas las actuaciones.
c. C
 uando el tribunal arbitral compruebe que la continuación de las actuacio-
nes resulta innecesaria o imposible.”

8 Conservación de las actuaciones.


La ley de arbitraje determina lo siguiente:

“Artículo 61º.- Conservación de las actuaciones.


1. T
 ranscurrido el plazo que las partes hayan señalado a este fin o, en su defecto,
el de tres (3) meses desde la terminación de las actuaciones, cesará la obligación
del tribunal arbitral de conservar la documentación del arbitraje. Dentro de ese
plazo, cualquiera de las partes podrá solicitar al tribunal arbitral que le remita
los documentos presentados por ella. El tribunal arbitral accederá a la solicitud
siempre que no atente contra el secreto de la deliberación arbitral y que el soli-
citante asuma los gastos correspondientes.
2. C
 ualquiera de las partes también puede solicitar, a su costo, que las actuaciones
sean remitidas en custodia a las Cámaras de Comercio o instituciones arbitrales
que ofrezcan servicios de conservación y archivo de actuaciones arbitrales.
3. S
 i se interpone recurso de anulación contra el laudo, el tribunal arbitral tiene
la obligación de conservar las actuaciones originales y de expedir las copias per-
tinentes que solicite la parte interesada, a su costo. Resuelto el recurso en defi-
nitiva, serán de aplicación los numerales 1 y 2 de este artículo, siempre que no
deba reiniciarse las actuaciones o no deba entregarse éstas a un nuevo tribunal
arbitral o la autoridad judicial para que resuelva la controversia.”

Existe obligación del tribunal arbitral de conservar las actuaciones arbitrales, con-
tenidas en el expediente correspondiente, aún cuando el arbitraje haya finalizado.
Esta obligación se mantiene por el plazo que hayan señalado las partes o, en su
defecto, por 3 meses.

La razón de ello es que las partes pueden disponer ciertas diligencias en sede ju-
dicial o administrativa que pueden precisar de la emisión de copias certificadas o
del mismo expediente para que la autoridad competente pueda mejor resolver el
trámite planteado.

Cuando se interponga el recurso de anulación, la obligación del tribunal arbitral


de conservar las actuaciones arbitrales se mantiene hasta que el proceso judicial
finalice.
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de contenidos Lecturas Glosario Bibliografía
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LECTURA SELECCIONADA N.° 2


Lecturas Glosario Bibliografía
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Recordatorio Anotaciones

Arrarte Arisnabarreta, A. (2008) Apuntes sobre las medidas cautelares en el sistema


arbitral peruano. Revista peruana de arbitraje, N° 07. pp. 123-128.
Recordatorio Anotaciones

“2. ¿ PUEDEN LOS ÁRBITROS DICTAR MEDIDAS CAUTELARES? SI ASÍ FUE-


RA, ¿PUEDEN LAS PARTES SUSTRAER DE LA COMPETENCIA DEL TRI-
BUNAL ARBITRAL LA POTESTAD DE DICTAR MEDIDAS CAUTELARES?

Es pertinente señalar que la competencia de los tribunales arbitrales para dic-


tar medidas cautelares, es un tema que genera un gran debate, en países en los
que no existe una ley de arbitraje que prevea expresamente esta posibilidad, y
cuando las partes no han otorgado esta potestad a los árbitros en el convenio
arbitral.

Así, una posición sostiene que siendo el proceso arbitral de origen convencio-
nal, ante la ausencia de una norma que expresamente otorgue esta potestad a
los árbitros, y cuando las partes no se la han conferido expresamente, corres-
ponde realizar una interpretación restrictiva que imposibilita toda injerencia
en el sentido que puedan gozar de esta facultad. La interpretación restricti-
va tiene su origen en que el arbitraje es considerado una jurisdicción de ex-
cepción, por lo que sus alcances no deben ser interpretados extensivamente.
Peyrano, sintetiza esta posición en los siguientes términos: “Si en el acuerdo
arbitral no está previsto expresamente el poder cautelar arbitral; consecuente-
mente no cuentan con él los árbitros”.

La otra posición sostiene que, por más que el convenio arbitral no lo establezca
expresamente, si el árbitro tiene competencia para resolver sobre el fondo de
la disputa, también la tendrá para adoptar medidas cautelares, destinadas a
asegurar la eficacia de lo que se resuelva. Para ello se utiliza el razonamiento
“a fortiori”, o su equivalente “a mayor e ad minus”. Reforzando esta tesis, Arazi
y Rojas afirman que si bien los árbitros carecen de imperium, las partes le han
asignado la facultad de juzgar determinadas situaciones (iudicium); al fin y al
cabo la decisión cautelar es una resolución más, por lo que concluyen que más
allá que esta potestad haya sido atribuida de manera expresa por la norma o
por el convenio, los árbitros sí gozan de ella.

En nuestra opinión, en el sistema arbitral peruano, la competencia de los ár-


bitros para dictar medidas cautelares, está fuera de discusión, en tanto ella ha
sido expresamente prevista en estos términos por la Ley Nº 26572 (Ley General
de Arbitraje, en adelante, LGA), vigente hasta agosto de 2008, y por el Decreto
Legislativo Nº 1071, norma que regula el arbitraje (en adelante, D. Leg. Nº
1071) a partir de septiembre de 2008.

En efecto, el artículo 81 de la LGA, referido al arbitraje nacional, dispone:


“En cualquier estado del proceso, a petición de cualquiera de las partes y por
cuenta, costo y riesgo del solicitante, los árbitros podrán adoptar las medidas
cautelares que consideren necesarias para asegurar los bienes materia del pro-
ceso o para garantizar el resultado de este(...)”.

Asimismo, el artículo 47 del D. Leg. Nº 1071, establece que: “Una vez constitui-
do, el tribunal arbitral, a petición de cualquiera de las partes, podrá adoptar
las medidas cautelares que considere necesarias para garantizar la eficacia del
laudo, pudiendo exigir las garantías que estime convenientes para asegurar el
resarcimiento de los daños y perjuicios que pueda ocasionar la ejecución de la
medida”.

Similar disposición, está contenida en la mayoría de los reglamentos de los


ollo
nidos 98
Actividades Autoevaluación UNIDAD III: ACTUACIONES ARBITRALES. LAUDO ARBITRAL

as Glosario Bibliografía
nadas
distintos centros de arbitraje que tenemos en el Perú, este es el caso del Re-
glamento del Centro Arbitraje de la Cámara de Comercio de Lima (CCL), del
Sistema Nacional de Conciliación y Arbitraje (SNCA) del CONSUCODE, del
torio Anotaciones
Centro de Arbitraje AMCHAM Perú, y del Reglamento de Arbitraje del Colegio
de Abogados de Lima (CAL).

En consecuencia, en nuestro país, la potestad para dictar medidas cautelares


válidamente, aún en los arbitrajes ad-hoc, no requiere de un convenio arbitral
que así lo haya establecido expresamente, pues para ello están las disposiciones
de la LGA y del D. Leg. Nº 1071. Habiendo definido que en el Perú los árbitros
tienen competencia para dictar medidas cautelares; veamos la “otra cara de
la moneda”, es decir, cómo afecta ello la competencia del Poder Judicial para
dictar medidas cautelares, cuando el arbitraje está en trámite. En este sentido,
podemos afirmar –como desarrollaremos más adelante– que en el Perú, es per-
fectamente aplicable lo sostenido por Rivera, quien refiriéndose a la legislación
argentina, afirma: “El sometimiento del conflicto a árbitros supone la exclu-
sión de la jurisdicción judicial, lo cual supone dos efectos: i) El primero, que
los jueces son incompetentes para entender la cuestión y por ende deberían
abstenerse de dictar medidas precautorias, a estar a la letra del artículo 196 del
Código Procesal; ii) el segundo, que los árbitros son competentes para enten-
der en el conflicto principal y en las cuestiones accesorias a ella, entre las que
se encuentra el dictado de medidas cautelares”.

El punto que, en nuestra opinión, sí podría suscitar mayor discusión es si las


partes pueden suprimir a los árbitros la potestad de dictar medidas cautelares.

Particularmente consideramos que si la potestad jurisdiccional de los árbitros


proviene de la voluntad de las partes, es claro que –a diferencia de lo que ocu-
rre en un proceso judicial– pueden hacer aquello que la ley y las partes les per-
miten. En este sentido, no existiendo ninguna disposición legal que limite esta
posibilidad, consideramos que la respuesta es que las partes sí podrían acordar
que, para determinada controversia, los árbitros no gozan de esta posibilidad.

Así, compartimos la posición de Rivera, quien al comentar el sistema arbitral


argentino, señala: “Desde nuestro punto de vista si las partes han pactado la
renuncia a la posible acción cautelar ante la justicia estatal, ella es plenamente
válida pues no se afecta ningún principio de orden público; las mismas razones
que abonan la eficacia de la renuncia a la jurisdicción estatal para juzgar sobre
el fondo y la validez de la renuncia a algunos (o todos) los recursos, justifican
la eficacia de esta renuncia”.

Una posición más constitucionalista pasa por sostener que el derecho a la tu-
tela cautelar, forma parte de la tutela jurisdiccional efectiva, y que como tal,
constituye un derecho fundamental del cual las partes no pueden renunciar,
pues tiene su origen en la esencia misma del ser humano.

Así, por ejemplo, el Tribunal Constitucional señaló: “Al igual que el derecho
al libre acceso a la jurisdicción, la tutela cautelar no se encuentra contemplada
expresamente en la Constitución. Sin embargo, dada su trascendencia en el
aseguramiento provisional de los efectos de la decisión jurisdiccional definitiva
y en la neutralización de los perjuicios irreparables que se podrían ocasionar
por la duración del proceso, se constituye en una manifestación implícita del dere-
cho al debido proceso, consagrado en el artículo 139 inciso 3), de la Constitución. No
existiría debido proceso, ni Estado Constitucional de Derecho, ni democracia, si una
vez resuelto un caso por la autoridad judicial, resulta de imposible cumplimiento la
decisión adoptada por ésta”. (El resaltado es del autor)

Nosotros consideramos que, específicamente en materia arbitral, el hecho que


las partes sustraigan de la potestad de los árbitros esta posibilidad, no implica
que estén vulnerando un derecho fundamental, pues ello no conlleva que es-
tén renunciando a solicitar tutela cautelar.
CONCILIACIÓN Y ARBITRAJE
UNIDAD III: ACTUACIONES ARBITRALES. LAUDO ARBITRALDesarrollo
de contenidos
Actividades Autoevaluación
MANUAL AUTOFORMATIVO 99

Lecturas Glosario Bibliografía


seleccionadas

En efecto, nada obsta a que la parte que ha planteado una pretensión en un


proceso arbitral, pueda recurrir al Poder Judicial a solicitar una medida que
asegure la eficacia del fallo. Recordemos que en este supuesto, regirá el Recordatorio
rol Anotaciones

subsidiario del Poder Judicial, según el cual podrá hacer todo aquello que el
Tribunal Arbitral no está en aptitud de realizar válidamente, pues a diferencia
de lo que ocurre en la vía arbitral, el ámbito de su competencia no lo fija la
voluntad de las partes sino la ley.

No estaremos entonces ante un supuesto de ausencia de tutela, sino que ésta


será otorgada por el Poder Judicial, ante la imposibilidad que la autoridad ar-
bitral lo haga válidamente.”

Diagrama Objetivos Inicio

ACTIVIDAD N.° 2
Desarrollo Actividades Autoevaluación
de contenidos Esta actividad puede consultarla en su aula virtual.
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seleccionadas
Desarrollo Actividades Autoevaluación
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Recordatorio Anotaciones control de lectura N.° 2


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Recordatorio Anotaciones
ollo
nidos 100
Actividades Autoevaluación Diagrama
UNIDAD III:InicioACTUACIONES ARBITRALES. LAUDO ARBITRAL
Objetivos

Desarrollo Actividades Autoevaluación


as Glosario Bibliografía de contenidos
nadas

GLOSARIO DE LA UNIDAD III


Lecturas Glosario Bibliografía
seleccionadas
torio Anotaciones

Audiencia: Diligencia en la cual el tribunal arbityral deberá escuchar a las partes sus
respectivas alegaciones o, de ser el caso, realizar la actuación de algún medio de prueba.
Recordatorio
Postulación:
Anotaciones
Es aquella etapa en la cual las partes pueden presentar sus respectivas ale-
gaciones o medios probatorios que consideren pertinentes para los fines del proceso.
Prueba: Es el estado de convencimiento generado en el juzgador respecto de un hecho
alegado y controvertido.
Renuencia: Es la situación jurídica de una persona de no acatar las decisiones del juzga-
dor conforma a lo señalado en la norma de la materia.
CONCILIACIÓN Y ARBITRAJE
Objetivos Inicio
UNIDAD III: ACTUACIONES ARBITRALES. LAUDO ARBITRALDesarrollo
de contenidos
Actividades Autoevaluación
MANUAL AUTOFORMATIVO 101

Actividades Autoevaluación
os Lecturas Glosario Bibliografía
seleccionadas

BIBLIOGRAFÍA DE LA UNIDAD III


Glosario Bibliografía
s
Recordatorio Anotaciones

Caivano, R. (1998). Negociación, conciliación y arbitraje. Lima: APENAC.


Cantuarias Salaverry, F. (2007). Arbitraje comercial y de las inversiones. Lima: UPC.
o Anotaciones Molina Caballero, M. (2002). La congruencia de los laudos arbitrales. Málaga: Univer-
sidad de Málaga.
ollo
nidos 102
Actividades Autoevaluación UNIDAD III: ACTUACIONES ARBITRALES. LAUDO ARBITRAL

as Glosario Bibliografía Diagrama Objetivos Inicio


nadas

AUTOEVALUACIÓN DE LA UNIDAD III


Desarrollo Actividades Autoevaluación
torio Anotaciones de contenidos

INSTRUCCIONES:

Lecturas
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Glosario Marque
Bibliografía la respuesta correcta (2 puntos c/u):

1.  n la actualidad y conforme a la ley de arbitraje, el conjunto de fases que conllevan


E
a la emisión de un laudo arbitral se denomina:
Recordatorio Anotaciones
a) Laudo arbitral.
b) Proceso arbitral.
c) A
 ctuaciones arbitrales.
d) Procedimiento judicial.
e) P
 rocedimiento arbitral.

2. El régimen de notificaciones conforme a la ley de arbitraje, prioriza la notificación:


a) Personal.
b) Por télex.
c) P
 or correo electrónico.
d) Por cédula.
e) Por fax.

3.  uando se requiera la ayuda judicial para la ejecución de una medida cautelar se


C
deberá acudir ante:
a) El juez penal.
b) La sala superior penal.
c) L
 a sala superior civil.
d) La corte suprema.
e) El juez comercial.

4.  uando se requiera la ayuda judicial para la actuación de un medio probatorio se


C
deberá acudir ante:
a) E
 l juez penal.
b) E
 l juez comercial.
c) L
 a sala superior civil.
d) E
 l juez contencioso administrativo.
e) E
 l juez de familia.

5. C
 uando se requiera anular un laudo se deberá acudir ante:
a) E
 l juez penal.
b) L
 a sala superior penal.
c) La sala superior civil
d) L
 a corte suprema.
e) E
 l juez comercial.

6.  a potencialidad de que el laudo sea inejecutable puede ser advertida a través del
L
presupuesto … de la medida cautelar:
a) F
 umus boni iuris.
b) P
 ericulum in mora.
c) Contracautela.
d) I rreversibilidad.
e) v ariabilidad.
CONCILIACIÓN Y ARBITRAJE
UNIDAD III: ACTUACIONES ARBITRALES. LAUDO ARBITRALDesarrollo
de contenidos
Actividades Autoevaluación
MANUAL AUTOFORMATIVO 103

Lecturas Glosario Bibliografía


seleccionadas

7.  os aires del derecho pretendido en un proceso resulta ser el presupuesto de … de


L
la medida cautelar:
a) F
 umus boni iuris. Recordatorio Anotaciones

b) P
 ericulum in mora.
c) C
 ontracautela.
d) Irreversibilidad.
e) Variabilidad.

8.  i el tribunal arbitral adopta un laudo para resolver una cuestión previa, dicho
S
pronunciamiento puede ser clasificado como:
a) A
 d hoc.
b) I nstitucional.
c) De derecho.
d) Parcial.
e) Por no comparecencia.

9.  l plazo mínimo legal establecido para la conservación de las actuaciones arbitrales


E
por parte de los árbitros es de:
a) 6
 meses.
b) 9
 meses.
c) 18 meses.
d) 12 meses.
e) 3 meses.

10. S
 i un integrante del tribunal arbitral no vota en proceso de emisión del laudo arbi-
tral se considera que:
a) S
 e adhiere a la mayoría.
b) E
 mite su voto singular.
c) Emite su voto disidente.
d) Emite su en mayoría.
e) No hay laudo, pues los laudos sólo se adoptan por unanimidad.
ollo
nidos 104
Actividades Autoevaluación

as Glosario Bibliografía
nadas

torio Anotaciones
CONCILIACIÓN Y ARBITRAJE
Desarrollo
de contenidos
Actividades Autoevaluación
MANUAL AUTOFORMATIVO 105

Diagrama Objetivos Inicio Lecturas Glosario Bibliografía


seleccionadas

UNIDAD IV: E JECUCIÓN E IMPUGNACIÓN DEL LAUDO ARBITRAL.


ARBITRAJE CON EL ESTADO. PRINCIPIOS RECTORES
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de contenidos
Recordatorio Anotaciones

DEL ARBITRAJE
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DIAGRAMA DE PRESENTACIÓN DE LA UNIDAD IV


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LECTURAS
CONTENIDOS
Recordatorio Anotaciones
ACTIVIDADES
SELECCIONADAS
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autoevaluación BIBLIOGRAFÍA
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.
ORGANIZACIÓN DE LOS APRENDIZAJES
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Recordatorio Anotaciones

CONOCIMIENTOS PROCEDIMIENTOS ACTITUDES


Tema N.°
Desarrollo
1: Ejecución e
Actividades Autoevaluación
1. Permitir que el alumno 1. Gracias a los co-
impugnación del lau-
de contenidos
comprenda el correcto nocimientos im-
do arbitral uso del recurso de anu- partidos en clase
1.  Ejecución arbitral y lación y el procedi- el alumno podrá
Lecturas judicial
Glosario Bibliografía
miento de ejecución analizar los con-
seleccionadas de un laudo y conocer flictos desde
2.  Anulación del laudo la problemática una perspectiva
arbitral: generalidades, general de la más amplia,
causales, consecuencias y constitucionalización identifi-cando
garantía
Recordatorio
de cumplimiento.
Anotaciones del arbitraje y en los diferen-tes
3. Recurso de casación. particular de las Accio- métodos de
4. Amparo arbitral: nes de Amparo en el resolución de
evolución normativa y arbitraje. con-flictos, en
panorama ac-tual. 2. 
Analiza y comprende especial los
la autorización principios, usos y
constitu-cional y utilidad del arbi-
Tema N.° 2: Generalida- traje.
des del arbitraje con legal del Estado para
participar en procesos
el Estado arbitrales na-cionales e
1. Autorización internaciona-les.
constitucional al arbitraje.
3. Diferencia las distintas
2. Autorización y marco modalidades de partici-
legal del arbitraje con el pación del Estado
Estado. pe-ruano en procesos
3. Arbitrajes sectoriales. arbi-trales domésticos
4. Experiencia del Estado e in-ternacionales a
pe-ruano en el arbitraje. partir de la normativa.
4. Ahonda en los criterios
y principios que rigen
Lectura seleccionada
el arbitraje y práctica
N.° 1 arbitral que se debati-
Latorre Boza, D. (2011) rán en clase.
Transpa-rencia e intervención
de terceros en el arbitraje en el
Perú. Revista Arbitraje PUCP. Actividad N.° 1
N° 09. pp. 56-57. Elabora una línea de
tiempo de la evolución
juris-prudencial del
amparo con-tra los laudos
arbitrales.
ollo
nidos 106
Actividades Autoevaluación

as Glosario Bibliografía
nadas

CONOCIMIENTOS PROCEDIMIENTOS ACTITUDES


Tema N.° 3: Arbitraje Actividad N.° 2
torio Anotaciones en contrataciones Elabora un cuadro compa-
públicas y arbitraje rativo entre los diferentes
en inversiones principios rectores relativos
1. Arbitraje en contrataciones a las partes.
públicas: clases de arbitra-
je, convenio arbitral, árbi- Tarea Académica
tros, actuaciones arbitrales N.º 2
y laudo arbitral. Elabora un breve ensayo
2. 
Arbitraje en inversiones: de análisis crítico sobre el
clases de arbitraje, conve- tema: La participación del
nio arbitral, árbitros, Estado en los arbitrajes en
ac-tuaciones arbitrales y contrataciones públicas.
laudo arbitral.

Tema N° 4: Principios
rectores del arbitra-
je
1. Principios institucionales.
2. Principios relativos a las
partes.
3. Principios relativos a las
partes y al tribunal arbitral
con respecto a las actua-
ciones arbitrales.
4. Principios de la función
arbitral.
5. Principios de las actuacio-
nes arbitrales.

Lectura seleccionada
N.° 2
Kundmuller Caminiti, F.
(2011) Es urgente “arbitralizar”
el arbitraje peruano. Revista
arbitraje PUCP. N° 09. pp. 62-
67.

Autoevaluación DE LA
UNIDAD IV
UNIDAD IV : EJECUCIÓN E IMPUGNACIÓN DEL LAUDO ARBITRAL. ARBITRAJE CON EL ESTADO. CONCILIACIÓN Y ARBITRAJE
PRINCIPIOS RECTORES DEL ARBITRAJE
Desarrollo
de contenidos
Actividades Autoevaluación
MANUAL AUTOFORMATIVO 107

Lecturas Glosario Bibliografía


seleccionadas
TEMA N° 1: EJECUCIÓN E IMPUGNACIÓN DEL LAUDO ARBITRAL (CAN-
TUARIAS: 2007)
Recordatorio Anotaciones

1 Ejecución arbitral y judicial


La actividad de ejecución es aquella actuación que tiene por objetivo conseguir
que una determinada resolución surta sus efectos sobre los litigantes, sobre todo,
sobre aquel litigante que lleva consigo alguna obligación dispuesta en la misma
providencia.

Así, la ley de arbitraje peruana dispone lo siguiente:

“Artículo 67º.- Ejecución arbitral


1. A
 solicitud de parte, el tribunal arbitral está facultado para ejecutar sus laudos y
decisiones, siempre que medie acuerdo de las partes o se encuentre previsto en
el reglamento arbitral aplicable.
2. S
 e exceptúa de lo dispuesto en el numeral anterior, el caso en el cual, a su sola
discreción, el tribunal arbitral considere necesario o conveniente requerir la
asistencia de la fuerza pública. En este caso, cesará en sus funciones sin incurrir
en responsabilidad y entregará a la parte interesada, a costo de ésta, copia de los
actuados correspondientes para que recurra a la autoridad judicial competente
a efectos de la ejecución.

Artículo 68º.- Ejecución judicial.


1. L
 a parte interesada podrá solicitar la ejecución del laudo ante la autoridad judi-
cial competente acompañando copia de éste y de sus rectificaciones, interpreta-
ciones, integraciones y exclusiones y, en su caso, de las actuaciones de ejecución
efectuada por el tribunal arbitral.
2. L
 a autoridad judicial, por el solo mérito de los documentos referidos en el nu-
meral anterior, dictará mandato de ejecución para que la parte ejecutada cum-
pla con su obligación dentro de un plazo de cinco (5) días, bajo apercibimiento
de ejecución forzada.
3. L
 a parte ejecutada sólo podrá oponerse si acredita con documentos el cumpli-
miento de la obligación requerida o la suspensión de la ejecución conforme al
artículo 66º. La autoridad judicial dará traslado de la oposición a la otra parte
por el plazo de cinco (5) días. Vencido este plazo, resolverá dentro de los cinco
(5) días siguientes. La resolución que declara fundada la oposición es apelable
con efecto suspensivo.
4. L
 a autoridad judicial está prohibida, bajo responsabilidad, de admitir recursos
que entorpezcan la ejecución del laudo.”

De la cita podemos apreciar que la labor de ejecución es una sola, sin embargo
puede llevarse a cabo en sede arbitral y/o judicial.

La ejecución en sede arbitral tiene como óbice la labor del árbitro para hacer efec-
tivas sus propias resoluciones. Sin embargo, esta labor se encuentra duramente
condicionada a la voluntad de las partes, En otras palabras, como el árbitro tiene
un poder de ejecución bastante mermado, la renuencia de las partes puede anular
cualquier actuación del árbitro destinada a la ejecución del laudo arbitral, por lo
que solamente le queda comunicar de tal hecho a la ejecutante, para que ésta acuda
a la autoridad judicial correspondiente para tales efectos.

La labor de ejecución en sede arbitral puede realizarse conforme a las disposiciones


de las partes, las mismas que se encuentran en el convenio arbitral o documento
posterior (reglamento arbitral aplicable o acta de instalación), caso contrario será
llevada conforme a las disposiciones de la ley de arbitraje.

Por su parte, la ejecución en sede judicial resulta ser la más eficaz, toda vez de que
UNIDAD IV : EJECUCIÓN E IMPUGNACIÓN DEL LAUDO ARBITRAL. ARBITRAJE CON EL ESTADO. PRINCI-
ollo
nidos 108
Actividades Autoevaluación
PIOS RECTORES DEL ARBITRAJE

as Glosario Bibliografía
nadas
el juez es un funcionario que si cuenta con ius imperium para disponer la ejecución
del laudo arbitral.

torio Anotaciones No obstante, el problema puede presentarse de la siguiente forma, ¿si estamos ha-
blando de una ejecución en sede judicial, qué normas debemos aplicar?, ¿las de la
ley de arbitraje o las del código procesal civil?

Como se ha podido advertir, la ley de arbitraje tiene un régimen de ejecución judi-


cial de laudos arbitrales más celero que el dispuesto por el código adjetivo. A su vez,
la disposición décima de la ley de arbitraje dispone lo siguiente:

“DÉCIMA. Prevalencia.
Las disposiciones procesales de esta norma respecto de cualquier actuación judicial
prevalecen sobre las normas del Código Procesal Civil.”

Con ello se resalta una categoría muy importante de la teoría del derecho, la apli-
cación de la norma en razón a la especialidad. Es decir, como el laudo arbitral es
el producto de la práctica arbitral, es lógico que su ejecución sea regulada por una
norma de éste carácter. En razón a ello la ley de arbitraje dispone que en materia
de ejecución de laudos arbitrales se aplican las disposiciones de la ley de arbitraje y
no las del código procesal civil, ello, a los efectos de brindar más celeridad y rapidez
a las actuaciones arbitrales, aún cuando éstas ya han terminado.

Diagrama N° 32: Formas de ejecución del laudo arbitral.

Fuente: Elaboración del autor, Halley Lopez Zaldívar.

Finalmente queda por resaltar que, a diferencia de las resoluciones judiciales, la


impugnación del laudo arbitral no genera efectos suspensivos. Visto desde otro
ángulo, el laudo arbitral puede ser ejecutado aún cuando haya sido impugnado a
través de la anulación en sede judicial.

2 Anulación del laudo arbitral: generalidades, causales, con-


secuencias y garantía de cumplimiento.
La anulación del laudo arbitral es aquella pretensión que se ejerce en vía de acción
que, mediante un proceso judicial de carácter especial (pues no se encuentra regu-
lado en el código procesal civil sino en una ley especial, la ley de arbitraje), busca la
invalidez del laudo por razones de forma.

En normas anteriores (Ley N° 25395 y Ley N° 26572) el régimen de impugnación


de laudos arbitrales era amplio, pues de un lado podría apelarse, si es que el proble-
ma con el laudo era de fondo (aplicación o interpretación indebida, o inaplicación
UNIDAD IV : EJECUCIÓN E IMPUGNACIÓN DEL LAUDO ARBITRAL. ARBITRAJE CON EL ESTADO. CONCILIACIÓN Y ARBITRAJE
PRINCIPIOS RECTORES DEL ARBITRAJE
Desarrollo
de contenidos
Actividades Autoevaluación
MANUAL AUTOFORMATIVO 109

Lecturas Glosario Bibliografía


seleccionadas
de una norma), y de otro lado podría interponerse una anulación, si es que el pro-
blema era de forma (conforme a las causales dispuestas en la misma ley).

La práctica arbitral arrojó un resultado interesante, los convenios arbitralesRecordatorio


in- Anotaciones

cluían una disposición en la cual las partes suscriptoras renunciaban a la apelación


del laudo, lo que por razón de costumbre hacía inoperante a la categoría de la
apelación contra los laudos arbitrales.

En la actualidad el Decreto Legislativo 1071, Ley de Arbitraje, sólo ha recogido la


anulación como único medio de cuestionamiento del laudo por asuntos de forma.
Es decir, el fondo o la justicia del laudo no pueden ser cuestionadas por ésta ni por
ninguna otra vía, ello, bajo responsabilidad del juzgador, quien tendrá que sujetar-
se estrictamente a las causales dispuestas en el artículo 63° de la ley de arbitraje.

Así, la ley de arbitraje establece que:

“Artículo 63º.- Causales de anulación


1. E
 l laudo sólo podrá ser anulado cuando la parte que solicita la anulación alegue
y pruebe:
a. Q
 ue el convenio arbitral es inexistente, nulo, anulable, inválido o ineficaz.
b. Q
 ue una de las partes no ha sido debidamente notificada del nombramiento
de un árbitro o de las actuaciones arbitrales, o no ha podido por cualquier
otra razón, hacer valer sus derechos.
c. Q
 ue la composición del tribunal arbitral o las actuaciones arbitrales no se
han ajustado al acuerdo entre las partes o al reglamento arbitral aplicable,
salvo que dicho acuerdo o disposición estuvieran en conflicto con una dispo-
sición de este Decreto Legislativo de la que las partes no pudieran apartarse,
o en defecto de dicho acuerdo o reglamento, que no se han ajustado a lo
establecido en este Decreto Legislativo.
d. Q
 ue el tribunal arbitral ha resuelto sobre materias no sometidas a su deci-
sión.
e. Q
 ue el tribunal arbitral ha resuelto sobre materias que, de acuerdo a ley,
son manifiestamente no susceptibles de arbitraje, tratándose de un arbitraje
nacional.
f. Q
 ue según las leyes de la República, el objeto de la controversia no es sus-
ceptible de arbitraje o el laudo es contrario al orden público internacional,
tratándose de un arbitraje internacional.
g. Q
 ue la controversia ha sido decidida fuera del plazo pactado por las partes,
previsto en el reglamento arbitral aplicable o establecido por el tribunal ar-
bitral.
2. L
 as causales previstas en los incisos a, b, c y d del numeral 1 de este artículo sólo
serán procedentes si fueron objeto de reclamo expreso en su momento ante el
tribunal arbitral por la parte afectada y fueron desestimadas.
3. T
 ratándose de las causales previstas en los incisos d. y e. del numeral 1 de este
artículo, la anulación afectará solamente a las materias no sometidas a arbitraje
o no susceptibles de arbitraje, siempre que puedan separarse de las demás; en
caso contrario, la anulación será total. Asimismo, la causal prevista en el inciso e
podrá ser apreciada de oficio por la Corte Superior que conoce del recurso de
anulación.
4. L
 a causal prevista en el inciso g. del numeral 1 de este artículo sólo será pro-
cedente si la parte afectada lo hubiera manifestado por escrito de manera in-
equívoca al tribunal arbitral y su comportamiento en las actuaciones arbitrales
posteriores no sea incompatible con este reclamo.
5. E
 n el arbitraje internacional, la causal prevista en el inciso a. del numeral 1 de
este artículo se apreciará de acuerdo con las normas jurídicas elegidas por las
partes para regir el convenio arbitral, por las normas jurídicas aplicables al fon-
do de la controversia, o por el derecho peruano, lo que resulte más favorable a
la validez y eficacia del convenio arbitral.
6. En el arbitraje internacional, la causal prevista en el inciso f. podrá ser apreciada
UNIDAD IV : EJECUCIÓN E IMPUGNACIÓN DEL LAUDO ARBITRAL. ARBITRAJE CON EL ESTADO. PRINCI-
ollo
nidos 110
Actividades Autoevaluación
PIOS RECTORES DEL ARBITRAJE

as Glosario Bibliografía
nadas
de oficio por la Corte Superior que conoce del recurso de anulación.
7. N
 o procede la anulación del laudo si la causal que se invoca ha podido ser subsa-
nada mediante rectificación, interpretación, integración o exclusión del laudo y
torio Anotaciones la parte interesada no cumplió con solicitarlos.
8. C
 uando ninguna de las partes en el arbitraje sea de nacionalidad peruana o
tenga su domicilio, residencia habitual o lugar de actividades principales en
territorio peruano, se podrá acordar expresamente la renuncia al recurso de
anulación o la limitación de dicho recurso a una o más causales establecidas en
este artículo.
Si las partes han hecho renuncia al recurso de anulación y el laudo se pretende
ejecutar en territorio peruano, será de aplicación lo previsto en el título VIII.”

Una causal de anulación del laudo arbitral es aquel motivo por el cual se busca la
invalidez de dicha providencia ante el juez. Las causales deben ser analizadas por
el juez y, éste declarará la invalidez del laudo y de las actuaciones, de ser el caso.

Las causales son:


- Ineficacia funcional o estructural del convenio arbitral. A los efectos de lo dis-
puesto en el Código Civil, el convenio arbitral puede adolecer de algún vicio que
no permita su adecuada conformación (vicio estructural) o eficacia (vicio funcio-
nal). Como ejemplo podríamos citar el hecho de que el convenio arbitral haya
sido suscrito por un menor de edad.
- F
 alta de notificación del nombramiento de uno de los árbitros o de las actuacio-
nes arbitrales. El principio de integración del tribunal arbitral hace partícipe al
litigante en cuanto a la conformación del tribunal, por lo que cualquier privilegio
en el nombramiento de los árbitros sobre una de las partes debe ser sancionado
con nulidad. Asimismo, las partes tienen el derecho de conocer el estado del
proceso, lo mismo que sucede a través de las notificaciones de las actuaciones ar-
bitrales. Cualquier falla en la comunicación de las actuaciones estaría vulnerando
el derecho de defensa de las partes. Un ejemplo de ello es que una de las partes
no sea citada a la audiencia de informes orales y ésta se lleve a cabo sólo con la
asistencia de una de ellas.
- L
 as actuaciones arbitrales o la conformación del tribunal no se ajustan a lo dis-
puesto por las partes, el reglamento arbitral y/o por lo dispuesto por la ley de
arbitraje. Como ya fue explicado, las partes tienen el poder de diseñar su propio
proceso. Si los árbitros no se atienen al diseño establecido, entonces puede invo-
carse la causal de nulidad. Un ejemplo de ello sería el hecho de que el tribunal
arbitral otorgue a las partes un plazo de 10 días para la realización de determina-
da actuación cuando en las reglas del proceso el plazo era mayor.
- L
 audo extra petita. Aquí se castiga la incongruencia del laudo arbitral, en razón
a que el tribunal ha resuelto sobre aquello que no fue pretendido. Un ejemplo
de ello sería el hecho de que el laudo se pronuncie sobre las pretensiones de re-
solución del contrato e indemnización por daños y perjuicios, cuando solamente
se peticionó lo primero.
- L
 audo sobre materia indisponible. Como ya fue explicado en su momento que
resulta ser arbitrable todo aquello que sea de libre disposición para las partes
conforme a derecho. Por lo tanto, no puede laudarse ni convalidarse un laudo
(por más que las partes lo quieran) que se pronuncie sobre dichos temas. Como
ejemplo, podríamos citar la situación donde un laudo se pronuncia declarando el
reconocimiento de un hijo extramatrimonial.
- L
 audo contra el orden público internacional. Cuando el laudo se pronuncie so-
bre materias que resultan ser contrarias al orden público según nuestras normas,
entonces éste puede ser anulado por el juez. Un ejemplo, es aquel laudo que se
pronuncie sobre faltas al nivel penal. Aún cuando en el lugar de origen del laudo
(país extranjero) pueda laudarse sobre dichas cuestiones, en nuestro país no se
permite tal hecho.
- L
 audo extemporáneo. Cuando el laudo ha sido emitido fuera del plazo dispuesto
por las partes o el reglamento arbitral aplicable. Como ejemplo se cita el hecho
de que un laudo haya sido emitido y notificado al día 40, cuando el plazo para
laudar sólo era de 30 días.
UNIDAD IV : EJECUCIÓN E IMPUGNACIÓN DEL LAUDO ARBITRAL. ARBITRAJE CON EL ESTADO. CONCILIACIÓN Y ARBITRAJE
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Las cuatro primeras causales requieren de un reclamo previo para que la causal sea
procedente. Lo mismo es aplicable a la última causal.

Las causales que pudieron ser subsanadas en vía de las solicitudes de rectificación,
Recordatorio Anotaciones

interpretación, integración o anulación, son procedentes siempre que dichas solici-


tudes hayan sido presentadas y tramitadas en sede arbitral.

Las causales de anulación no pueden ser renunciadas, salvo en el arbitraje interna-


cional donde incluso puede renunciarse al recurso de anulación.

La anulación se presente ante la autoridad judicial correspondiente dentro del pla-


zo de 20 días hábiles, siguientes a la notificación del laudo o de su integración,
rectificación, interpretación y/o exclusión.

La autoridad judicial dará traslado de la demanda dentro del plazo de 20 días a


quienes corresponda para que realicen su descargo. Luego se procederá a la Vista
de la Causa, para luego emitir la sentencia correspondiente.

Las consecuencias de la anulación del laudo arbitral se miden en base a sus causa-
les:
- S
 i el laudo es anulado por la primera causal, se restablece la competencia judicial
o, si las partes lo quieren y pueden hacerlo, podrán pactar nuevamente el arbi-
traje.
- S
 i el laudo es anulado por la segunda causal, se anulará todo lo actuado hasta el
momento en que deberá corregirse el vicio que generó la nulidad.
- S
 i el laudo es anulado por la tercera causal, se anulará todo lo actuado hasta el
momento en que deberá corregirse el vicio que generó la nulidad.
- S
 i el laudo se anula por la cuarta causal, deberá emitirse un nuevo laudo.
- S
 i el laudo es anulado por la quinta causal, se restablece la competencia judicial.
- S
 i el laudo es anulado por la sexta causal, se restablece la competencia judicial.
- S
 i el laudo es anulado por la sétima causal, las partes podrán iniciar un nuevo
arbitraje, o conformar un nuevo tribunal para que resuelva sobre el expediente
dejado por el tribunal anterior u otorgar la potestad resolutoria a la sala que co-
noció el recurso.

Finalmente, la única forma de suspender los efectos del laudo es la garantía de


cumplimiento. Por esta figura, el impugnante que quiera el laudo no se ejecute
deberá ofrecer una garantía ante la autoridad judicial que conozca el proceso de
anulación, la misma que podrá realizarse de forma automática a las resultas negati-
vas del proceso de anulación.

3 Recurso de casación.
El medio impugnatorio extraordinario de casación sólo podrá interponerse siem-
pre que el laudo haya sido anulado parcial o totalmente. Las reglas aplicables son
aquellas dispuestas en el código procesal civil.

4 Amparo arbitral: evolución normativa y panorama actual.


El amparo arbitral es una figura procesal que no ha sido regulada por la legislación,
lo que ha llevado al Tribunal Constitucional (TC) ha regularla de manera jurispru-
dencial en ejercicio de su autonomía procesal.

Las sentencias más resaltantes en esta materia son:

- Expediente N° 189-99-AA/TC.
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ollo
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nadas
- Expediente N° 3261-2005-PA/TC.
- Expediente N° 6167-2005-PHC/TC.
- Expediente N° 4972-2006-PA/TC.
torio Anotaciones
- Expediente N° 1567-2006-PA/TC.
- Expediente N° 662-2006-PA/TC.
- Expediente N° 6149-2006-PA/TC.
- Expediente N° 7532-2006-PA/TC.
- Expediente N° 4195-2006-PA/TC.
- Expediente N° 5311-2007-PA/TC.
- Expediente N° 5771-2007-PA/TC.
- Expediente N° 142-2011-PA/TC.

El proceso de amparo es una garantía constitucional que sirve para proteger dere-
chos vulnerados o amenazados, los mismos que no se encuentran protegidos por el
habeas corpus o el habeas data.

En una edad temprana el amparo era presentado para cuestionar temas de fondo y
de forma, ello, en razón a que el TC lo permitía.

En el año 2006, la figura del amparo arbitral tuvo gran incidencia en vista a los
pronunciamientos del TC. Así en el caso Fernando Cantuarias Salaverry, el TC es-
tableció, con calidad de precedente vinculante, que el arbitraje es autónomo e in-
dependiente de otras jurisdicciones, por lo que su control sólo se lograría ex post,
esto es, terminado el arbitraje a través de la anulación. Asimismo, dispuso que el
arbitraje tiene un origen constitucional, lo cual fue duramente criticado pues el
arbitraje descansa en la voluntad de las partes, y el hecho de estar regulado en la
Constitución política resulta ser irrelevante, pues existen muchos países el arbitraje
es un tema legal más no constitucional y goza de legitimidad.

En ese mismo año, el TC estableció causales de procedencia del amparo, y estas


eran: i) procedía cuando la jurisdicción arbitral había sido impuesta, ii) cuando
se haya vulnerado la tutela procesal efectiva, y iii) cuando se arbitre sobre materias
que no son de libre disposición conforme a derecho.

No obstante, el TC cometió algunos atropellos en años posteriores pronunciándose


incluso sobre el fondo de lo decidido por los árbitros, situación que fue corregida
con el caso de la Minera María Julia, en donde el TC dispuso, con calidad de pre-
cedente vinculante, las causales de procedencia del amparo en materia arbitral, las
cuales son: i) cuando el laudo vulnere los precedentes vinculantes del TC, ii) cuan-
do el árbitro realice la labor de control difuso sobre una norma que haya declarada
constitucional por el TC, y iii) cuando lo interponga un tercero que no haya parti-
cipado en el arbitraje, fuera de lo dispuesto en el artículo 14° de la ley de arbitraje.
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TEMA N° 2: GENERALIDADES DEL ARBITRAJE CON EL ESTADO (CAN-
TUARIAS: 2007)
Recordatorio Anotaciones

1 Autorización constitucional al arbitraje.


La Constitución Política del Perú de 1993 establece lo siguiente:
“Artículo 62.- Libertad de contratar
La libertad de contratar garantiza que las partes pueden pactar válidamente según
las normas vigentes al tiempo del contrato. Los términos contractuales no pueden
ser modificados por leyes u otras disposiciones de cualquier clase. Los conflictos
derivados de la relación contractual sólo se solucionan en la vía arbitral o en la judi-
cial, según los mecanismos de protección previstos en el contrato o contemplados
en la ley.
Mediante contratos-ley, el Estado puede establecer garantías y otorgar seguridades.
No pueden ser modificados legislativamente, sin perjuicio de la protección a que se
refiere el párrafo precedente.”

De lo que se puede colegir que es la misma Constitución Política la que dispone los
mecanismos de resolución de conflictos heterocompositivos, a decir del proceso
judicial y el arbitraje.

Diagrama N° 32: Formas de resolver conflictos contractuales conforme a la Constitución Política


peruana.

Fuente: Elaboración del autor, Halley Lopez Zaldívar.

Actualmente se sabe que el Estado resulta ser un agente comercial


más, lo que provoca que éste pueda celebrar contratos, siendo que las
controversias suscitadas en la interpretación y/o ejecución de éstos con-
tratos podrán ser resultas mediante proceso judicial o arbitraje.

Imagen N° 6: Tribunal Constitucional.

Fuente: http://enfoquederecho.com/%C2%BFes-el-recurso-de-anulacion-una-via-igualmente-satisfacto-
ria-que-el-amparo-contra-laudos-arbitrales-el-nuevo-precedente-vinculante-del-tribunal-constitucional/
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nadas
2 Autorización y marco legal del arbitraje con el Estado.
“Artículo 4º.- Arbitraje del Estado Peruano.
1. P
 ara los efectos de este Decreto Legislativo, la referencia a Estado Peruano com-
torio Anotaciones
prende el Gobierno Nacional, los Gobiernos Regionales, los Gobiernos Locales
y sus respectivas dependencias, así como las personas jurídicas de derecho públi-
co, las empresas estatales de derecho público, de derecho privado o de econo-
mía mixta y las personas jurídicas de derecho privado que ejerzan función estatal
por ley, delegación, concesión o autorización del Estado.
2. L
 as controversias derivadas de los contratos y convenios celebrados entre estas
entidades estatales pueden someterse también a arbitraje nacional.
3. E
 l Estado puede someter a arbitraje nacional las controversias derivadas de los
contratos que celebre con nacionales o extranjeros domiciliados en el país.
4. E
 l Estado puede también someter a arbitraje internacional, dentro o fuera del
país, las controversias derivadas de los contratos que celebre con nacionales o
extranjeros no domiciliados en el país.
5. E
 n caso de actividades financieras, el arbitraje podrá desarrollarse dentro o fuera
del país, inclusive con extranjeros domiciliados en el país.”

La ley de arbitraje ratifica la labor del estado dentro de la economía como un agen-
te comercial, lo que le otorga facultades contractuales, siendo que las controversias
suscitadas puedan ser sometidas a arbitraje. Este dispositivo ratifica lo señalado por
la Constitución Política.

Asimismo, los artículos 40° y 52° de la ley de contrataciones del Estado señala que
las controversias que se susciten en la etapa de ejecución de los contratos públicos
deberán ser sometidas a conciliación o arbitraje, según el acuerdo de las partes.

A diferencia de la disposición de la Constitución Política y de la ley de arbitraje,


el sistema arbitral tiene cabida de manera obligatoria para resolver problemas en
la etapa de ejecución de los contratos que el Estado celebre y que se encuentren
regulados por la ley de contrataciones del Estado.

3 Arbitrajes sectoriales.
El arbitraje es sectorial por que se aplica a la resolución e conflictos regulados por
normas especiales.

Así tenemos que existe el arbitraje en contrataciones públicas, el arbitraje civil, el


arbitraje comercial, el arbitraje estatutario, el arbitraje laboral, el arbitraje suceso-
rio, el arbitraje deportivo, el arbitraje marítimo, el arbitraje en energía y minas,
el arbitraje en inversiones, el arbitraje ambiental, etc. En nuestro medio existen
alrededor de 60 normas que establecen al arbitraje como mecanismo de solución
del controversias.

A continuación daremos alcances generales sobre las formas más conocidas de ar-
bitrar:
- E
 l arbitraje en contrataciones públicas. Es el arbitraje aplicado a la resolución
de conflictos contractuales donde el Estado es parte. En nuestro medio, éste ar-
bitraje se encuentra regulado por la ley de contrataciones del Estado, Decreto
legislativo 1017.
- E
 l arbitraje civil. Donde el arbitraje se aplica para resolver conflictos de carácter
civil, es decir, regulados por normas del derecho privado, particularmente por el
Código Civil.
- E
 l arbitraje comercial. Donde el arbitraje se aplica para resolver conflictos relacio-
nados con el manejo de la empresa (EIRL, sociedades), temas cartulares (títulos
valores) o contractuales-mercantiles.
- E
 l arbitraje estatutario. Es aquel arbitraje que sirve para resolver conflictos suscita-
dos a nivel de una persona jurídica, el mismo que viene dispuesto por la incorpo-
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ración de un convenio arbitral dentro del Estatuto de una determinada persona
jurídica.
- E
 l arbitraje sucesorio. Es aquel que sirve para resolver conflictos provenientes
de la masa hereditaria. Este arbitraje puede pactarse incluyéndose un convenio
Recordatorio Anotaciones

arbitral en el testamento o por acuerdo de los herederos.


- E
 l arbitraje laboral. Según las normas domésticas, el arbitraje laboral puede llevar-
se a cabo sobre temas individuales o colectivos. En asuntos individuales de trabajo,
la ley procesal de trabajo establece que requisitos muy altos para su acceso, lo que
permite que el mecanismo sólo sea utilizado por trabajadores con remuneracio-
nes considerables. En asunto colectivo, por su parte, el arbitraje es un medio de
resolución de conflictos entre empleadores y grupo de trabajadores (sindicatos,
de ser el caso), ello a fin de determinar la razón que no pudo encontrada en vía
de la autocomposición de la negociación colectiva.

Diagrama N° 33: Arbitrajes sectoriales.

Fuente: Elaboración del autor, Halley Lopez Zaldívar.

4 Experiencia del Estado peruano en el arbitraje.


La experiencia del Estado puede ser medida de dos formas: a nivel doméstico y a
nivel internacional.

A nivel doméstico el Estado se encuentra participando en cientos de arbitrajes al


año sobre temas relacionados a la ejecución de los contratos que celebra y que se
encuentran regulados por la ley de contrataciones del Estado y disposiciones acce-
sorias.

A nivel internacional el Estado tiene cabida en asuntos relativos a la inversión ex-


tranjera. Así existen casos tramitados a nivel internacional con Doe Run Perú, Duke
Energy, Luchetti, entre otros.
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Diagrama N° 34: Experiencia del Estado en el arbitraje.

torio Anotaciones

Fuente: Elaboración del autor, Halley Lopez Zaldívar.


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LECTURA SELECCIONADA N.° 1


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Recordatorio Anotaciones

Latorre Boza, D. (2011) Transparencia e intervención de terceros en el arbitraje en el


Perú. Revista Arbitraje PUCP. N° 09. pp. 56-57.
Recordatorio Anotaciones

“4. El caso del arbitra je en la ejecución de obras públicas en el Perú


El caso del arbitraje en obras públicas encierra en sí mismo una temática variada
y compleja que no puedo abordar en el presente artículo. Sin embargo, creo
importante referirme a dos casos puntuales en los que se pone en evidencia la
necesidad de incorporar a terceros en el arbitraje.

Un primer caso es el de las controversias derivadas de un contrato de ejecución


de obra que tienen relación o vínculo con el Expediente Técnico, como podría
ser que se trate de controversias que se suscitan por errores en el Expediente
Técnico.

Para esto, tenemos que considerar la Resolución de Contraloría Nº 072-98-CG,


mediante la que se Aprueban normas técnicas de control interno para el Sec-
tor Público. En dicha norma se encuentra regulado, en su numeral 600-01, la
problemática relacionada con el Expediente Técnico. Sobre este documento se
señala en dicha norma que “es el instrumento elaborado por la entidad licitante
para los fines de contratación de una obra pública. Comprende, entre otros: ba-
ses de la licitación, memoria descriptiva, planos, especificaciones técnicas, me-
trados, precios unitarios y presupuesto, estudios de suelos, fórmulas polinómi-
cas, y proforma de contrato”. Este concepto resulta distinto al que se establece
en el Reglamento de la Ley de Contrataciones del Estado, aprobado por D.S. N°
184-2008-EF, que lo define como el conjunto “de documentos que comprende:
memoria descriptiva, especificaciones técnicas, planos de ejecución de obra,
metrados, presupuesto de obra, fecha de determinación del presupuesto de
obra, Valor Referencial, análisis de precios, calendario de avance de obra valo-
rizado, fórmulas polinómicas y, si el caso lo requiere, estudio de suelos, estudio
geológico, de impacto ambiental u otros complementarios”.

Ahora bien, al profesional o profesionales que lo elaboran se les denomina


como “Proyectista”. En el numeral 600-06 se regulan las modificaciones y sub-
sanación de errores u omisiones en el Expediente Técnico, estableciendo de
manera clara que las modificaciones sustanciales y la subsanación de errores y
omisiones en el Expediente Técnico, durante la ejecución de la obra, “deben
contar con la opinión del Proyectista”. Estos problemas tienen incidencia en el
cumplimiento de las metas físicas establecidas en el contrato y, podrían generar
mayores costos o eventualmente, daños y perjuicios a la entidad contratante.

Por tanto, conforme a la propia norma, en esos supuestos “resulta necesario que
el proyectista intervenga para aclarar y opinar sobre la situación presentada, a
fin que
la entidad contratante pueda adoptar las medidas que el caso requiera y diluci-
dar, de ser el caso, las responsabilidades emergentes, del consultor y/o del jefe
de la obra o proyecto”.

Se puede apreciar de lo anterior la importante función que cumple el proyec-


tista y lo grave de sus responsabilidades. Entonces, si durante la ejecución de
la obra surgiera un problema cuya solución pasa por determinar, primero, si
se trata de un error o no en el Expediente Técnico, resultaría esencial que en
el arbitraje que se desarrolle entre el contratista (del contrato de ejecución de
obra) y la Entidad, sea convocado o incorporado como tercero el proyectista;
asumiendo que la responsabilidad directa no resulta imputable a la Entidad,
correspondería determinar si la responsabilidad recae en el contratista o en el
proyectista.
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De ese modo, ejerciendo cada parte su derecho de defensa, el Tribunal Arbi-
tral que resuelva el arbitraje determinaría o dilucidaría “las responsabilidades
emergentes”, es decir, si en efecto se trata de un error en el Expediente Técnico,
torio Anotaciones
imputable por tanto al Proyectista o si, por el contrario, se trata de un error
imputable al contratista ejecutor. Esto evitaría, además, decisiones jurisdiccio-
nales, arbitrales y/o eventualmente judiciales contradictorias, en las que podría
presentarse los siguientes supuestos:

• En el arbitraje relacionado con el contrato de ejecución de obra, el Tribunal


Arbitral resuelve estableciendo que las controversias se suscitaron por errores o
problemas derivados del Expediente Técnico y por tanto imputables a la Enti-
dad, que aprobó el Expediente.
• La Entidad, sobre la base de esa decisión, recurre sea al arbitraje o a un proce-
so judicial, dependiendo del caso, para repetir contra el Proyectista por los da-
ños originados en los errores o problemas determinado en el Expediente Técni-
co. El Tribunal Arbitral o el Poder Judicial resuelven señalando que no existió
tal responsabilidad y que todo se debía a problemas en la ejecución de la obra.

Ese tipo de decisiones no generaran un ambiente de seguridad jurídica y, por


tanto, al tratarse de decisiones contradictorias, dan lugar a una situación de
incertidumbre
que no es aceptable en el desarrollo de un derecho contractual que requiere
que las titularidades y las responsabilidades sean determinadas de manera co-
herente y razonable.

Otro caso en el que se requiere determinar la incorporación de un tercero,


aunque en este caso, parecería más que tercero un litisconsorte necesario, es
el de la Contraloría General del República. Las controversias en las que dicho
Organismo resultaría de indispensable convocatoria serían las relacionadas con
las prestaciones adicionales de obra; en estos casos, la Ley de Contrataciones
del Estado, aprobada por Decreto Legislativo N° 1017, resulta clara al establecer
que nos encontramos frente a temas que no son susceptibles de arbitraje, razón
por la que no correspondería entrar más a detalle.

Sin embargo, en el ámbito doctrinario, se discute mucho si resulta coherente el


haber excluido un tema eminentemente contractual, como es el de la aproba-
ción de prestaciones y presupuestos adicionales, del ámbito de competencia de
los árbitros. Por tanto, dicha decisión legislativa es, cuando menos, discutible.

Ahora bien, poniéndonos en el supuesto de que se decidiera dejar sin efecto


las normas que disponen que estos temas no son arbitrables, creo que la me-
jor forma de efectuar la defensa de los intereses del Estado, sería a través del
ejercicio efectivo de la atribución de la Contraloría General de la República, en
casos emblemáticos por lo menos y que podrían servir incluso como preceden-
tes de observancia obligatoria, de “Participar directamente y/o en coordinación
con las entidades en los procesos judiciales, administrativos, arbitrales u otros,
para la adecuada defensa de los intereses del Estado, cuando tales procesos
incidan sobre recursos y bienes de éste” (artículo 22-o de la Ley Orgánica del
Sistema Nacional de Control y de la Contraloría General de la República, Ley
N° 27785). Ello permitiría que se cautele de mejor manera el manejo de los
recursos públicos y que los Tribunales Arbitrales decidan también con la mayor
transparencia sobre esas materias. Asimismo, la participación del Organismo
rector del sistema de control, permitiría que se ejerza una defensa conjunta y
realista de los intereses del Estado.”

Diagrama Objetivos Inicio

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TEMA N° 3: A
 RBITRAJE EN CONTRATACIONES PÚBLICAS Y ARBITRAJE
EN INVERSIONES (CANTUARIAS: 2007)
Recordatorio Anotaciones

1 Arbitraje en contrataciones públicas: clases de arbitraje,


convenio arbitral, árbitros, actuaciones arbitrales y laudo
arbitral.
Como ya fue explicado, el arbitraje en contrataciones públicas, es nada más que el
sistema arbitral aplicado a la resolución de conflictos suscitadas a raíz de la interpre-
tación y ejecución de los contratos públicos en la etapa de ejecución de los mismos.

- C
 lases de arbitraje. En contrataciones públicas el arbitraje sólo es de derecho,
pues el principio de legalidad no permite que las controversias contractuales sean
resueltas conforme al leal saber y entender de los árbitros.

En cuanto al número de árbitros, el arbitraje puede ser unipersonal o colegiado,


teniendo en cuenta que el colegiado sólo se integrará por 3 árbitros, no más.

El arbitraje sólo es nacional, pero llevado contra inversionistas extranjeros en el


marco de la ley de contrataciones del Estado.

- Convenio arbitral. Al respecto, el artículo 40° de la ley de contrataciones del Es-


tado señala:

“Artículo 40°.- Cláusulas obligatorias en los contratos


Los contratos regulados por la presente norma incluirán necesariamente y bajo
responsabilidad cláusulas referidas a:
a) Garantías: La Entidad establecerá en el contrato las garantías que deberán otor-
garse para asegurar la buena ejecución y cumplimiento del mismo.
b) Solución de controversias: Toda controversia surgida durante la etapa de ejecu-
ción del contrato deberá resolverse mediante conciliación o arbitraje. En caso que
en las Bases o el contrato no se incluya la cláusula correspondiente, se entenderá
incorporada de pleno derecho la cláusula modelo que establezca el Reglamento.
c) Resolución de contrato por incumplimiento: En caso de incumplimiento por
parte del contratista de alguna de sus obligaciones, que haya sido previamente ob-
servada por la Entidad, y no haya sido materia de subsanación, esta última podrá
resolver el contrato en forma total o parcial, mediante la remisión por la vía notarial
del documento en el que será aprobado por autoridad del mismo o superior nivel
jerárquico de aquella que haya suscrito el contrato. El contrato queda resuelto de
pleno derecho a partir de la recepción de dicha comunicación por el contratista.
El requerimiento previo por parte de la Entidad podrá omitirse en los casos que
señale el Reglamento. Igual derecho asiste al contratista ante el incumplimiento
por la Entidad de sus obligaciones esenciales, siempre que el contratista la haya
emplazado mediante carta notarial y ésta no haya subsanado su incumplimiento.”

Por su parte, el artículo 216° del Reglamento de la ley de contrataciones del Estado
determina que:

“Artículo 216°.- Convenio Arbitral


En el convenio arbitral las partes pueden encomendar la organización y administra-
ción del arbitraje a una institución arbitral, a cuyo efecto el correspondiente conve-
nio arbitral tipo puede ser incorporado al contrato. El OSCE publicará en su portal
institucional una relación de convenios arbitrales tipo aprobados periódicamente.
Si en el convenio arbitral incluido en el contrato, no se precisa que el arbitraje es
institucional, la controversia se resolverá mediante un arbitraje ad hoc. El arbitraje
ad hoc será regulado por las Directivas sobre la materia que para el efecto emita el
OSCE.
En el caso que el convenio arbitral establezca que el arbitraje es institucional, y no
UNIDAD IV : EJECUCIÓN E IMPUGNACIÓN DEL LAUDO ARBITRAL. ARBITRAJE CON EL ESTADO. PRINCI-
ollo
nidos 120
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se haga referencia a una institución arbitral determinada, se aplicará lo Si el contra-
to no incorpora un convenio arbitral, se considerará incorporado de pleno derecho
el siguiente texto, que remite a un arbitraje institucional del Sistema Nacional de
torio Anotaciones
Arbitraje - OSCE, cuya cláusula tipo es:
“Todos los conflictos que se deriven de la ejecución e interpretación del presente
contrato incluidos los que se refieren a su nulidad e invalidez, serán resueltos de
manera definitiva mediante arbitraje de derecho, de conformidad con lo estableci-
do en la normativa de contrataciones del Estado, bajo la organización y administra-
ción de los órganos del Sistema Nacional de Arbitraje del OSCE y de acuerdo con
su Reglamento.”
Cuando el convenio arbitral disponga que la organización y administración del ar-
bitraje se encontrará a cargo del SNA-OSCE, se entenderá que las partes han acep-
tado sujetarse a las disposiciones de su Reglamento y a las decisiones de sus órganos.
Asimismo, en caso el convenio arbitral señale que la organización y administración
del arbitraje estará a cargo de cualquiera de los órganos funcionales del OSCE, se
entenderá que dicho encargo le corresponde al SNA-OSCE.”

De las citas se concluye que la naturaleza del convenio arbitral en las contrataciones
públicas es de la una cláusula general de contratación, por lo que no puede ser
prescindida por las partes.

Aún cuando las partes hayan obviado consignar la cláusula arbitral dentro de su
contrato, la normativa señala que ésta se incluye de pleno derecho. Dicha cláusula
remitirá a un arbitraje administrado por el Sistema Nacional de Arbitraje del orga-
nismo Supervisor de las Contrataciones del Estado, institución que cumplirá sus
funciones conforme a su propio Reglamento.

- Á
 rbitros. Conforme al principio de legalidad y las directrices de la normativa en
contrataciones públicas, los árbitros deben cumplir los requisitos dispuestos por
la ley de arbitraje y la ley de contrataciones del Estado y su reglamento, esto es,
tanto el árbitro único como el presidente del tribunal arbitral deben ser abogados
con especialidad acreditada en arbitraje, derecho administrativo y contrataciones
públicas.

Sin embargo, existen problemas al momento de definir lo de “experiencia acredi-


tada”, lo que resulta ser un término algo difuso, pues la especialidad puede acredi-
tarse mediante certificados de formación o experiencia.

- A
 ctuaciones arbitrales. Al respecto, el desarrollo de las actuaciones arbitrales no
es diferente de las disposiciones de la ley de arbitraje para los arbitrajes privados,
pues son las partes las que conservan la facultad de reglar su proceso y, en su de-
fecto, el reglamento arbitral o los árbitros, de ser el caso.

Sin embargo, siempre deben estar presentes los principios de audiencia, contradic-
ción y trato igualitario de las partes.

- L
 audo arbitral. Asimismo, el régimen del laudo arbitral no varía en contrataciones
públicas, salvo por que el requisito de validez (y por ende de eficacia) del laudo
está dado por su notificación personal y electrónica (a través del SEACE) a las
partes.

Así también, es posible determinar que, como requisito previo a la admisión de la


demanda de anulación ante el poder judicial, las partes pacten la constitución de
una garantía de cumplimiento.
UNIDAD IV : EJECUCIÓN E IMPUGNACIÓN DEL LAUDO ARBITRAL. ARBITRAJE CON EL ESTADO. CONCILIACIÓN Y ARBITRAJE
PRINCIPIOS RECTORES DEL ARBITRAJE
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Imagen N° 7: El Organismo Supervisor de las Contrataciones del Estado (OSCE).

Recordatorio Anotaciones

Fuente: http://portal.osce.gob.pe/osce/content/osce-optimiza-compras-del-estado-mediante-convenio-mar-
co-para-la-compra-de-impresoras

2 Arbitraje en inversiones: clases de arbitraje, convenio arbi-


tral, árbitros, actuaciones arbitrales y laudo arbitral.
La seguridad jurídica se constituye en uno de los presupuestos vitales para la atrac-
ción de inversiones extranjeras, toda vez de que los inversionistas no compromete-
rían algún capital o recurso, si es que el Estado receptor de la inversión no dispone
de un régimen de solución de controversias especial. Es decir, es poco probable que
un inversionista comprometa algún recurso en el país si es que los conflictos sus-
citados en la relación de inversión serán resueltos por el poder judicial del Estado
receptor de la inversión.

Por ello se ha creado un sistema autónomo e imparcial, que genera la confianza de


solución de controversias, siendo que ambas partes se sentirán más cómodas con un
fallo emanado de una justicia neutral.

Debe entenderse que los asuntos relacionados a las inversiones extranjeras tienen
una doble vía de solución generalmente, a saber: la negociación y el arbitraje. Lo
que el trato directo no logra componer lo hará el arbitraje.

- C
 lases de arbitraje. Por razón del número de integrantes del tribunal, pueden
existir tribunales arbitrales unipersonales o colegiados. Por razón de la especiali-
dad, los arbitrajes pueden ser derecho o de conciencia. Por razón de la adminis-
tración, los arbitrajes pueden ser ad hoc o institucionales.
- C
 onvenio arbitral. El acuerdo de arbitraje puede manar de un contrato con el
Estado (un contrato-ley por ejemplo, a manera de cláusula) o de un tratado. En
éste último caso, los tratados de tercera generación que el Perú está suscribiendo
incorporan una cláusula que dispone el régimen de solución de controversias.
Así tenemos lo señalado por el Tratado de Libre Comercio suscrito entre Perú y
Estados Unidos:
UNIDAD IV : EJECUCIÓN E IMPUGNACIÓN DEL LAUDO ARBITRAL. ARBITRAJE CON EL ESTADO. PRINCI-
ollo
nidos 122
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PIOS RECTORES DEL ARBITRAJE

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Imagen N° 8: Centro Internacional de arreglo de diferencias relativas a Inversiones (CIADI).

torio Anotaciones

Fuente: http://www.latindadd.org/economiacritica/?p=1019

- Á
 rbitros. No existe parámetro legal alguno que disponga alguna calificación de
los árbitros en materia de inversiones, por lo que las partes pueden determinar
ello en el acuerdo de arbitraje o en un documento posterior.

Sin embargo, es sugerible que las partes designen a una persona conocedora de
éstos asuntos, pues resultan ser de suma delicadeza.

- A
 ctuaciones arbitrales. Si el proceso arbitral es ad hoc, el diseño del proceso sigue
la misma lógica que los arbitrajes domésticos. Si el arbitraje es institucional, el
diseño del proceso sigue la lógica del reglamento arbitral aplicable.

- L
 audo arbitral. No existe disposición alguna que no hayamos estudiado al respec-
to y que no sea aplicable a los arbitrajes en inversiones extranjeras. No obstante,
en la práctica, se suele cuestionar mucho la jurisdicción y competencia de los
tribunales arbitrales sobre inversiones, lo que fuerza a los árbitros a emitir pre-
viamente laudos de jurisdicción, los que se encargan de señalar si es factible o
no el arbitraje.
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PRINCIPIOS RECTORES DEL ARBITRAJE
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TEMA N° 4: PRINCIPIOS RECTORES DEL ARBITRAJE (CHOCRÓN: 2000)

Los principios son entes rectores que marcan el camino del sistema arbitral en la com-
Recordatorio Anotaciones
posición de controversias de diversa índole. En continuación estudiaremos aquellas
directrices que tienen como función el correcto funcionamiento del arbitraje desde
diversos puntos de vista.

1 Principios institucionales.
- P
 rincipio de oportunidad. Es aquel que determina el momento en el cual se pacta
el arbitraje, el mismo que puede ser determinado ex ante como ex post. Ex ante
cuando las partes, antes de presentarse el conflicto, someten cualquier situación
conflictiva futura a la decisión de un tribunal arbitral. Ex post cuando las partes
someten sus controversias a arbitraje después de haberse suscitado la situación
conflictiva.

- P
 rincipio de temporalidad. Es aquel de señala que el arbitraje es una jurisdicción
de carácter, en donde la competencia arbitral se inicia con la presentación de la
solicitud de arbitraje y finaliza (generalmente) con la emisión y notificación del
laudo arbitral que compone definitivamente la controversia suscitada.

- P
 rincipio de favor arbitri o favor arbitralis. Esta directriz nos dice que en caso de
duda respecto a la competencia del arbitraje, se deberá inclinar a favor de éste.

Diagrama N° 35: Principios institucionales.

Fuente: Elaboración del autor, Halley Lopez Zaldívar.

2 Principios relativos a las partes.


- P
 rincipio de dualidad de posiciones. Al ser un mecanismo de competencia, en el
arbitraje siempre se mostrarán y sustentarán posiciones contrapuestas. Es decir,
al presentarse una demanda, es muy probable que exista una contestación, lo
que equivale a decir que a cada acción le corresponde a reacción.

- P
 rincipio de igualdad de partes. Por éste principio se otorga las mismas prerro-
gativas a ambas partes para el diseño y puesta en marcha de las reglas de proceso
arbitral, como es para el caso de medios de defensa, plazos, entre otros.
UNIDAD IV : EJECUCIÓN E IMPUGNACIÓN DEL LAUDO ARBITRAL. ARBITRAJE CON EL ESTADO. PRINCI-
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nidos 124
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- P
 rincipio de buena fe. En este caso la buena fe debe ser entendida como la
colaboración que debe existir entre las partes para con el proceso y el tribunal
arbitral en la resolución del caso.
torio Anotaciones

Diagrama N° 36: Principios relativos a las partes.

Fuente: Elaboración del autor, Halley Lopez Zaldívar.

3 Principios relativos a las partes y al tribunal arbitral con


respecto a las actuaciones arbitrales.
- P
 rincipio dispositivo. Por el cual las partes determinan el inicio y la finalización
del proceso arbitral. El inicio, porque el proceso arbitral no puede ser instaurado
de oficio. El final porque los árbitros deben pronunciarse sobre lo determinado
por las partes.

- P
 rincipio de aportación de parte. El cual se basa en que la carga de la prueba
descansa en la parte que alega una determinada circunstancia. Ello resulta ser
universalmente aceptado en cualquier ordenamiento proceso, pues quien alega
se encuentra en la obligación de probar, salvo disposición distinta.

Diagrama N° 37: Principios relativos a las partes y al tribunal arbitral con respecto a las actuaciones
arbitrales.

Fuente: Elaboración del autor, Halley Lopez Zaldívar.


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4 Principios de la función arbitral.


- P
 rincipio de audiencia y contradicción. Por el cual se determina que las partes
tienen el derecho de ser oídas de manera verbal o escrita en su debida oportuni-
Recordatorio Anotaciones

dad. Asimismo, las partes tienen el derecho de defenderse frente a las alegacio-
nes dispuestas por su contraparte.

- P
 rincipio de valoración de la prueba. El régimen probático no es distinto en el
arbitraje respecto al proceso judicial, pues el árbitro tiene las mismas facultades
que un juez en el ordenamiento e instrucción del proceso arbitral.

Diagrama N° 38: Principios de la función arbitral.

Fuente: Elaboración del autor, Halley Lopez Zaldívar.

5 Principios de las actuaciones arbitrales.


- P
 rincipio de determinación de las reglas del proceso. Conforme al ordenamiento
jurídico arbitral peruano, dicho principio descansa primeramente en las partes,
luego en el reglamento arbitral aplicable y finalmente en los árbitros, siguiendo
dicho orden prelatorio.

- P
 rincipio de oralidad y escrituralidad. Por el cual se determina que los arbitrajes
pueden tener un soporte que pueda permitir ulteriores consultas o no. En la
práctica, ambas formas son llevadas de la mano pero con predominancia de la
escrituralidad.

Diagrama N° 39: Principios de las actuaciones arbitrales.

Fuente: Elaboración del autor, Halley Lopez Zaldívar.


UNIDAD IVObjetivos
: EJECUCIÓN E IMPUGNACIÓN DEL LAUDO ARBITRAL. ARBITRAJE CON EL ESTADO. PRINCI-
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LECTURA SELECCIONADA N.° 2


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torio Anotaciones

Kundmuller Caminiti, F. (2011) Es urgente “arbitralizar” el arbitraje peruano. Revista


arbitraje PUCP. N° 09. pp. 62-67.
Recordatorio Anotaciones

“5. Contradicciones en torno al desarrollo del arbitraje


Este proceso de “jurisdiccionalización”, “procesalización” e “hiperconstitucio-
nalización” del arbitraje peruano, se está dando a pesar de que el país cuenta
con una novísima Ley General de Arbitraje, que refleja una importante evolu-
ción normativa, donde precisamente se señala la aplicación preeminente de
la norma en mención, por encima de cualquier otra norma, incluyendo la del
Código Procesal Civil. Es decir, en vez de confirmarse en nuestro medio una
paulatina y creciente especialización del arbitraje; lo que se observa es un sín-
drome del “hijo pródigo”.

El arbitraje se jurisdiccionaliza y procesaliza cada vez más, regresando al “redil”


de la jurisdiccionalidad estatal y dejando de ser una “oveja descarriada” del De-
recho. Estamos a tiempo de corregir esto. El arbitraje no es un “hijo pródigo”
ni tampoco es una “oveja descarriada”. Pero tampoco es una panacea que resol-
verá las deficiencias estructurales inherentes a una sociedad y a una economía
“en vías” de desarrollo. Simplemente es un medio de solución de controversias
basado en el convenio arbitral y en la ley.

Como ya se ha adelantado, la Constitución Política del Estado contiene dispo-


siciones que se refieren al arbitraje. Una de ellas establece en forma indirecta
que el arbitraje es una “Jurisdicción Independiente”. El esforzado alegato de
diversos juristas peruanos a fines de los años setenta; alcanzó su pináculo con la
incorporación de esta disposición sin precedentes en sede constitucional, ahora
replicada en diversas Constituciones de la región.

Las actas del debate constitucional para la Constitución del año 1979 dan fe de
ello;
en particular, a partir de la dialéctica entre un concepto jurisdiccional por opo-
sición a un concepto netamente procesal del arbitraje peruano y correlativo
a la vieja regulación de raíz continental europea, contenida en el Código de
Enjuiciamientos Civiles de 1852.

De otro lado y no obstante el triunfo del “jurisdiccionalismo arbitral” en sede


constitucional, curiosamente el arbitraje nacional no se desarrolló a partir de la
vigencia de la Constitución de 1979. Esto ocurrió recién muchos años después
y con posterioridad a la promulgación de la Ley 26572, en los años noventa del
siglo XX; es decir, casi treinta años después.

En consecuencia, el desarrollo arbitral se ha dado con la liberalización del


instituto y la erradicación de la dicotomía que diferenciaba entre la cláusula
compromisoria y el compromiso arbitral y que hacía imposible llevar a cabo el
arbitraje, ya que era necesario volver a pactar un compromiso arbitral una vez
suscitada la controversia. Como sabemos, en un escenario de escalada del con-
flicto entre las partes, éstas no pactan nada.

Conclusión: el interesado debía acudir a la vía jurisdiccional estatal para logar el


otorgamiento del compromiso arbitral. Este era un proceso judicial que podía
durar varios años. Y cuando el demandante finalmente lograba se le otorgue el
compromiso arbitral, ya era demasiado tarde.

Hoy podemos decir que el desarrollo arbitral peruano emerge casi treinta años
después de promulgada la Constitución de 1979 y una vez que el mundo y el
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ordenamiento jurídico nacional cambiaron significativamente, mientras parale-
lamente se aceleraba el proceso de la última globalización económica.

Esto demuestra que el hecho de contar con una norma constitucional queRecordatorio
re- Anotaciones

conoce el rango jurisdiccional al arbitraje, no garantiza su desarrollo. A fin de


cuentas, lo que interesa es la utilidad, consistencia institucional, y congruencia
con la economía y el comercio, que hagan viable al arbitraje, a efectos de con-
tribuir a la paz social y empresarial, ambas necesarias para un mayor dinamismo
y desarrollo económico.

Súmese a ello la necesidad de propender a la integración y promulgación de


diversas normas, a lo que debe agregarse la ratificación de una gama de tratados
internacionales12 que hoy hacen posible que el Perú sea un foco de atracción
de inversiones y comercio.

De otro lado, algo se ha escrito sobre la jurisdiccionalidad arbitral en la doctrina


jurídica nacional. Pero sin duda, mas es lo que se ha “ejercido” en la práctica
legal nacional, siendo ahí donde se ve la secuela del pernicioso “jurisdicciona-
lismo arbitral”.

En efecto, estos años he podido leer; por ejemplo, infinidad de alegatos, argu-
mentos y sustentaciones, mas o menos barrocas, llevadas a cabo en centenares
de arbitrajes y donde la parte interesada en preservar la validez del convenio
arbitral, del laudo arbitral o la viabilidad del arbitraje en que se encuentra in-
merso, sostiene una y otra vez, rimbombantemente y en forma “jurídicamente
válida”, construcciones del tipo “de conformidad con la Constitución Política del Esta-
do y tomando en cuenta el carácter jurisdiccional del arbitraje...” A esto debemos agre-
gar las sentencias judiciales que hacen mención al tema en distintas instancias.
Como ya se ha
dicho, llaman la atención; especialmente, las sentencias del Tribunal Constitu-
cional Peruano, que no obstante estar orientado por la necesidad de preservar
la constitucionalidad del Derecho Nacional, prácticamente ha legislado en for-
ma especializada en materia arbitral y a partir de la misma precaria noción “ju-
risdiccional” objeto de crítica en estas líneas; pero “hiperconstitucionalizando”
innecesariamente al arbitraje nacional, atentando así flagrantemente en contra
del tantas veces mentado principio de exclusión jurisdiccional que comprende
ipso iure el arbitraje respecto del fondo de la controversia.

Tengamos en cuenta que nadie se hubiera imaginado ni en el año 1979, cuan-


do también innecesariamente se “constitucionalizó” el arbitraje peruano en la
norma positiva; ni en la década de los años noventa, cuando se promulgó la
primera Ley General de Arbitraje; que esta institución jurídica iba a terminar
aterrizando en la escena jurídico-procesal delimitada hoy por el Código Proce-
sal Constitucional.

En definitiva, para eso no se arbitra y para eso no se legisla en materia arbitral.


Es más, para eso existen los medios para impugnar el laudo previstos en la pro-
pia Ley General de Arbitraje, los mismos que permiten complementar la gama
de elementos de balance, pesos, contrapesos y equilibrios, de una disciplina de
solución de controversias especializada como el arbitraje, que se caracteriza por
ser flexible, pero también pragmática y expeditiva.

De otro lado y curiosamente, esta tendencia jurisdiccionalizante es muy débil


en la doctrina jurídica, pero a su vez es sorprendentemente fuerte en la práctica
local del Derecho. Se hace carne, se materializa en los arbitrajes nacionales y
luego en sede Jurisdiccional Estatal, cuando los jueces producen jurisprudencia
sobre la materia, basándose una y otra vez en la perspectiva jurisdiccional del ar-
bitraje, como si ésta fuera el ancla principal del instituto, el alfa y el omega del
“ius arbitrii peruviensis”. Pero paradójicamente la cosa no queda ahí. Además
de esta patología en la concepción jurídica del arbitraje nacional, enraizada en
sede Constitucional, tenemos también otras patologías.
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nidos 128
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Me refiero a la procesalización innecesaria del arbitraje, la misma que se ob-


serva en el plano operativo cotidiano, caso por caso. Muchas veces esta proce-
torio Anotaciones salización es generada por los propios árbitros y como correlato de su pobre
formación en materia arbitral. También los abogados de las partes que litigan
en sede arbitral procesalizan el arbitraje, siempre que ello reditúe a favor de la
posición de la parte que patrocinan. Esto no está permitido en otros ordena-
mientos jurídicos, donde dichas prácticas están sancionadas y tipificadas como
“mala práctica profesional”, de modo que el profesional del derecho que incu-
rre en este despropósito, es responsable ante quienes su “mala práctica” perju-
dica, pudiendo ser demandado por daños y perjuicios. De otro lado, es usual la
crítica a las normas “procesales” de la Ley General de Arbitraje porque “les falta
algo”, cuando lo que falta en realidad es capacidad argumentativa y jurídica de
los árbitros, para resolver conforme lo dispone el Derecho.

Es más, pareciera que en general existe en la mente de estas personas una suerte
de “terror al vacío legislativo”, siendo preocupante la incompetencia e incluso
la falta de determinación de algunos árbitros para fundamentar las decisiones
expresadas en las resoluciones emitidas en sede arbitral. En efecto, muchas ve-
ces los árbitros proceden sin tomar en cuenta los principios que sustentan las
disciplinas jurídicas arbitrales. E incluso, al no hacerlo, terminan prefiriendo la
aplicación de otras estructuras jurídicas diseñadas para lograr otros fines. Como
es, por ejemplo, lo que fluye de la aplicación irregular del Código Procesal Civil
a la secuela de un arbitraje.

No es que el arbitraje sea mejor o peor que el proceso civil o que el procedi-
miento administrativo o que cualquier otro medio de gestión o solución de
conflictos suministrado por el Estado. De lo que se trata acá es de resaltar la ne-
cesidad de diferenciar al arbitraje e identificarlo como una opción técnica para
manejar conflictos, concurrente con los demás medios, en el ámbito nacional
e internacional. Es decir, se trata de entender positivamente esa diferenciación
y aprender a identificar sus potencialidades en un medio que encara hoy más
que nunca el reto del desarrollo y la globalización económica, así como el rol
preponderante del comercio, los contratos y las inversiones.

Entendamos entonces que el mundo del constituyente del año 1979 no es equi-
valente al mundo contemporáneo. Las estructuras jurídicas, las prácticas comer-
ciales, los modelos de contratación y muchos otros factores, tienden a mostrar
una inusitada evolución ante las nuevas realidades y necesidades que compren-
den los flujos de comercio e inversiones. Algo similar ocurre hacia adentro,
al interior de las economías, donde hoy resulta indispensable contar con una
amplia gama de medios de gestión de conflictos que acompañen los procesos
de diversificación y especialización económica.

El arbitraje tiene las condiciones necesarias para adaptarse perfectamente a es-


tos nuevos escenarios, sin afectar la posibilidad de seguir brindando seguridad
jurídica a sus usuarios; es más y hasta donde he podido constatar a partir de
diversas fuentes, el arbitraje lo viene haciendo con mucho éxito en Occidente;
por lo menos, desde el siglo XI y desde que comenzaron a proliferar las ferias
comerciales de la Edad Media, durante la primera etapa de expansión de la Lex
Mercatoria. De otro lado, el desarrollo y el cada vez mayor dinamismo arbitral,
ya se está dando en el mundo; en particular, con el incremento significativo del
arbitraje comercial internacional y del arbitraje en inversiones.

Lo mismo ocurre con el incremento de los arbitrajes internacionales en don-


de los Estados son parte litigante. La razón para ello radica en el crecimiento
geométrico de los flujos comerciales, económicos y financieros, entre otros fac-
tores. Pero estos son solo algunos indicadores, regresemos a algunos aspectos
de fondo que conviene resaltar acá, para contribuir a reafirmar la idea de que
en materia de gestión de conflictos, una cosa es el arbitraje y otra son los proce-
sos judiciales y los procedimientos administrativos.
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Por lo pronto, el derecho arbitral comparado y la doctrina arbitral están de
acuerdo en que la base del arbitraje radica en el convenio arbitral. Sea que
éste resulte de un pacto, acuerdo o compromiso entre las partes o sea que éste
derive de alguna estructura jurídica preexistente, ley, reglamento, etc., que Recordatorio
nos Anotaciones
lleve necesariamente a un arbitraje estructurado a partir de las normas inheren-
tes a alguna competencia arbitral especializada. Es el caso; por ejemplo, de la
“arbitrabilización” de las controversias en la etapa de ejecución de los contratos
celebrados por las entidades públicas peruanas, bajo el ámbito de la Ley de
Contrataciones y Adquisiciones del Estado.

También es el caso de otras formas arbitrales, como la que encontramos en


la obligación de arbitrar por parte del Estado, cuando éste ha expresado su
consentimiento en forma anticipada y mediante un tratado internacional. Mu-
chos tratados bilaterales de promoción y protección recíproca de inversiones o
los capítulos de inversiones en los tratados de libre comercio, contienen reglas
adjetivas del Derecho Internacional de las Inversiones, que obligan al Estado a
arbitrar con particulares. Dichas reglas arbitrales simplemente son activadas por
la parte interesada, cuando se suscita la controversia y sin que necesariamente
tenga que existir un convenio arbitral de por medio. En este caso, la obligación
de arbitrar radica en el tratado que es vinculante para el Estado.

En consecuencia, las posibilidades arbitrales que se plasman en competencias


arbitrales especializadas, son múltiples. En todos estos escenarios el medio o
vehículo jurídico que sirve de acceso al arbitraje, difiere significativamente de
lo que es el medio de acceso a la Jurisdicción Estatal “estática”. Para comenzar,
ésta entraña una expresión de soberanía con alcance territorial limitado, que
justamente el arbitraje no tiene porqué tener; en especial, en el caso del arbi-
traje internacional. En consecuencia, la lógica en la conformación, distribución
y ejercicio del poder en el arbitraje, es diferente a la que encontramos en sede
Jurisdiccional Estatal.

Incluso en el arbitraje inversionista – Estado esta lógica se configura de otra ma-


nera, no obstante las características especiales de este tipo de arbitraje; el mismo
que por cierto incluye la participación activa del Estado como uno de sus princi-
pales actores. Claro que el arbitraje como institución jurídica tiene que ver con
el Poder Estatal, pero es necesario tener en cuenta que, estando a lo explicado
líneas arriba, el arbitraje no es una expresión directa del poder estatal, como si
lo es la actividad jurisdiccional estatal.

Es por ello que las leyes de arbitraje, tal como se aprecia en el Derecho Arbitral
Comparado, precisan los alcances de la “arbitrabilidad” de determinadas con-
troversias y generalmente no contienen definiciones taxativas de lo que es el
arbitraje, a efectos de no limitar sus contenidos.

Los Estados disponen entonces soberanamente y a partir del marco normativo


respectivo, sea éste nacional o internacional, lo que es y lo que no es arbitrable.
A ello sumemos el hecho que lo que las partes hacen regularmente en sede arbi-
tral, es poner en práctica y ejecutar las estipulaciones contenidas en el convenio
arbitral o en el instrumento jurídico que ha previsto el arbitraje. En cambio; en
sede judicial, es el ciudadano el que ejerce su derecho de acción recurriendo a
la tutela judicial efectiva ante la autoridad jurisdiccional estatal.

Mediante el ejercicio del derecho de acción, el ciudadano invoca el poder del


Estado por vía de la autoridad jurisdiccional. Lo hace transitando por una línea
vertical, al interponer la demanda judicial ante el Juez, como autoridad estatal
competente que

tiene jurisdicción. Para ello el ciudadano no requiere de convenio arbitral algu-


no, pues le bastan sus derechos civiles. En todo caso, el ciudadano debe cumplir
con los requisitos establecidos en el código procesal respectivo. A su vez, el Juez
actúa en ejercicio del poder soberano. Imparte Justicia en el marco del Estado
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ollo
nidos 130
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de Derecho.

Es un depositario del poder soberano con el que se encuentra investido y para


torio Anotaciones ser ejercido dentro de un ámbito territorial específico y como “juez natural”.
Desde esta perspectiva también es posible destacar una serie de características
inherentes a la función jurisdiccional y al rol del juez, que sería ocioso detallar
en este trabajo. En cambio, en el arbitraje los litigantes operan en el plano de
la horizontalidad que está condicionada generalmente por el convenio arbitral,
requiriendo el arbitraje incluso antes de que se constituya el tribunal arbitral.
A ésta se suman muchas otras características que han sido analizadas y susten-
tadas por la doctrina arbitral comparada, la misma que lo ha hecho en forma
exhaustiva durante los últimos cien años o más. Siendo ello así, sería deseable
que toda la discusión jurídica sobre el arbitraje en el Perú, redunde a favor de
una doctrina arbitral peruana congruente con los estándares jurídicos que ya
existen sobre la materia.

Es decir, una doctrina que se ocupe de temas arbitralmente relevantes como la


separabilidad y protección del convenio arbitral, las atribuciones de los árbitros
para decidir acerca de su propia competencia o “kompetenz-kompetenz”, el
principio de igualdad que rige entre las partes en sede arbitral, las causales de
anulación del laudo, los requisitos de validez del convenio arbitral y el uso de
tecnologías de la información y comunicaciones en el arbitraje, entre otros. Es
precisamente el análisis de estos y otros factores lo que permitirá estructurar
finalmente una cultura arbitral que responda a los retos y desafíos contempo-
ráneos. Esto implicaría pasar a una nueva etapa en el desarrollo del arbitraje
nacional, en armonía con las tendencias globales sobre la materia y en un con-
texto de especialización.”

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ACTIVIDAD N.° 2
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GLOSARIO DE LA UNIDAD IV
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Recordatorio Anotaciones

Audiencia: Es la diligencia por los árbitros dan cuenta de la realización de una actuación
o escuchan a las partes.
Recordatorio
Prueba:
Anotaciones
Prueba es el convencimiento que genera la actividad probatoria de las partes y
que permiten que el árbitro de por cierto una determinada circunstancia.
Interlocutorio: Es aquella actuación que se realiza estando en trámite un proceso arbi-
tral.
Comparecencia: Es aquella actuación de las partes de presentarse ante un tribunala
arbitral.
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BIBLIOGRAFÍA DE LA UNIDAD IV
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Cantuarias Salaverry, F. (2007). Arbitraje comercial y de las inversiones. Lima: UPC.


Chocrón Giráldez, A. (2000). Los principios procesales en el arbitraje. Barcelona: Bosch Edi-
Recordatorio Anotaciones
tor.
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s
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INSTRUCCIONES:
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s

Marque la respuesta correcta (2 puntos c/u):

o Anotaciones
1. C
 onforme a la ley de arbitraje, sólo pueden ejecutarse laudos:
a) Impugnados.
b) Firmes.
c) C
 ualquier laudo.
d) I nterlocutorios.
e) P
 or con comparecencia.

2. L
 a casación puede ser interpuesta siempre que el laudo:
a) H
 aya sido anulado.
b) H
 aya quedado consentido.
c) Infrinja un derecho fundamental.
d) Haya sido validado.
e) Haya sido confirmado.

3. El otorgamiento de una garantía de cumplimiento genera la … del laudo:


a) E
 jecución.
b) Interpretación.
c) Anulación.
d) Integración.
e) Suspensión.

4.  i el laudo es anulado porque el convenio arbitral es nulo, la consecuencia principal


S
de ello es:
a) Queda restablecida con competencia judicial.
b) Debe iniciarse necesariamente el arbitraje nuevamente.
c) D
 eben iniciar previamente la conciliación.
d) L
 a firmeza del laudo.
e) La suspensión del laudo.

5. S
 i el laudo es anulado por ser extemporáneo, la consecuencia de eso es que:
a) Se debe iniciar otra vez el arbitraje.
b) Solicitar al secretario la autorización correspondiente.
c) S
 e debe presentar el acuerdo de arbitraje.
d) P
 uede solicitarse a la sala que emitió la sentencia anulatoria para que sentencia
sobre el fondo de lo controvertido.
e) Solicitar al árbitro la autorización correspondiente.

6.  i el laudo es anulado por pronunciarse sobre una materia no arbitrable, la conse-


S
cuencia principal es:
a) I niciar un nuevo arbitraje.
b) E
 l convenio arbitral es ineficaz.
c) Se podrá pactar nuevamente el arbitraje de manera válida.
d) El juez no puede asumir competencia.
UNIDAD IV : EJECUCIÓN E IMPUGNACIÓN DEL LAUDO ARBITRAL. ARBITRAJE CON EL ESTADO. PRINCI-
ollo
nidos 134
Actividades Autoevaluación
PIOS RECTORES DEL ARBITRAJE

as Glosario Bibliografía
nadas
e) E
 l árbitro reasume competencia.

7. E
 n el arbitraje en contrataciones públicas, el árbitro debe ser:
torio Anotaciones
a) Abogado.
b) Ingeniero para el caso de obras públicas.
c) A
 dministrador.
d) Menor de edad.
e) Reconocido judicialmente.

8.  n el arbitraje en contrataciones públicas, para que se interponga una acción de


E
nulidad, las partes pueden consignar como presupuesto:
a) Una garantía de cumplimiento.
b) El consentimiento del laudo.
c) L
 a validez del laudo.
d) La ratificación del laudo.
e) La impugnabilidad del laudo.

9.  uando las partes diseñan su propio proceso, estamos ante la aplicación del prin-
C
cipio de:
a) Competencia de la competencia.
b) Separabilidad.
c) D
 eterminación.
d) Disposición.
e) Imparcialidad.

10. Cuando las partes determinan el inicio del proceso arbitral, estamos ante la aplica-
ción del principio de:
a) C
 ompetencia de la competencia.
b) S
 eparabilidad.
c) D
 eterminación.
d) D
 isposición.
e) I ndependencia.
CONCILIACIÓN Y ARBITRAJE
Desarrollo
de contenidos
Actividades Autoevaluación
MANUAL AUTOFORMATIVO 135

Lecturas Glosario Bibliografía


seleccionadas
MENSAJE FINAL

Habiendo llegado al final del desarrollo de la presente asignatura, espero que las ideas
Recordatorio Anotaciones
departidas, así como las herramientas otorgadas para el desarrollo de las mismas hayan
sido de su entero provecho, a fin de poder forjar aptitudes y conocimientos para un
mejor entendimiento de la rama del derecho dedicada al estudio de los instrumentos
legales-empresariales.

Asimismo, espero que la asignatura haya generado el interés necesario para un mayor
abundamiento sobre los temas tratados, pues resultan ser un hito importante en el ma-
nejo de la actividad empresarial; pues debemos tener presente que el derecho es una las
herramientas más importantes para el ejercicio de cualquier actividad humana.

Finalmente, agradezco la atención y consideración prestada a las ideas impartidas du-


rante las sesiones, deseándoles éxitos en su vida profesional.

Halley Esterhazy Lopez Zaldívar


Derecho Procesal Administrativo
Desarrollo Actividades Autoevaluación
ollo
nidos 136
Actividades Autoevaluación
de contenidos
ANEXO

Lecturas Glosario Bibliografía


seleccionadas
as Glosario Bibliografía
nadas

anexo 1: CLAVES DE LAS AUTOEVALUACIONES


Recordatorio Anotaciones
torio Anotaciones

Respuestas de la Autoevaluación Respuestas de la autoevaluación


de la Unidad I de la unidad II
Número Respuesta
Número Respuesta
1 B
1 B
2 A
2 A
3 C
3 E
4 D
4 C
5 D
5 C
6 E
6 D
7 C
7 A
8 A
8 E
9 B
9 A
10 E
10 A

Respuestas de la Autoevaluación Respuestas de la autoevaluación


de la Unidad III de la IV unidad
Número Respuesta Número Respuesta
1 C 1 C
2 A 2 A
3 E 3 E
4 B 4 A
5 C 5 D
6 B 6 C
7 A 7 A
8 D 8 A
9 E 9 C
10 A 10 D
Desarrollo Actividades Autoevaluación
CONCILIACIÓN Y ARBITRAJE
de contenidos
ANEXODesarrollo
de contenidos
Actividades Autoevaluación
MANUAL AUTOFORMATIVO 137

Lecturas Glosario Bibliografía


seleccionadas
Lecturas Glosario Bibliografía
seleccionadas

anexo 2: SOLUCIONARIO DE LOS CONTROLES DE LECTURA


Recordatorio Anotaciones
Recordatorio Anotaciones

control de lectura 1 control de lectura 2


Número Respuesta Número Respuesta
1 A 1 D
2 A 2 A
3 A 3 D
4 E 4 C
5 A 5 E
6 A 6 D
7 B 7 E
8 A 8 A
9 C 9 C
10 E 10 B

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