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Estética, religión e identidad afrocubana como dominante en cinco testimonios documentales

producidos y dirigidos por Juanamaría Cordones-Cook.

Tesis

El reconocimiento de sus raíces africanas ancestrales, las manifestaciones de su espiritualidad, la


práctica de rituales religiosos, la conservación y transmisión de palabras del lenguaje originario, así
como el uso de colores primarios vibrantes u ocres que evocan el arte de diversas culturas africanas, y
que se han transmitido en Cuba a través de la historia oral, principalmente desde el ámbito familiar y
cotidiano; constituyen la estética dominante del grupo de intelectuales y artistas estudiados lo largo
casi dos décadas por Juanamaría Cordones-Cook y agrupados bajo la categoría de “Renacimiento Negro
en La Habana”. Se trata de una estética de resistencia o desde la resistencia, esta estrategia sin desafiar
de frente al poder lo cual podría acabar física y simbólicamente (Scott, ) con las y los autores, les ha
permitido existir y persistir.

En este grupo se cuentan al menos treinta y dos intelectuales entre poetas, ensayistas, historiadores,
artistas plásticos, grabadores, de entre los cuales he escogido cinco para identificar el principio
organizador de la obra de cada uno, como se indica en las orientaciones para la elaboración de este
trabajo. En consecuencia, del análisis de sus testimonios de vida, de la lectura y la observación de sus
obras este ensayo ofrece una perspectiva personal sobre las características que les son comunes en
cuanto; origen social, experiencias personales con las que se explican su cosmovisión, sus temas y
estéticas individuales, la posición ideológica y política, y sus modos de asumir la realidad política, social,
cultural, racial.

Los autores pertenecen a la poesía y el ensayo como Georgina Herrera, la promoción cultural y la
pintura, como Natalia Bolívar, y las artes plásticas y performativas como Manuel Mendive, Santiago
Rodríguez Olazábal, Alberto Lescay, y la creación de grabado y collagrafías de Belkis Ayón.

Arte desde y para la resistencia

Desde diferentes perspectivas y posicionamientos personales, la producción literaria y plástica de las y


los autores cuya obra se analiza en este trabajo se produce en resistencia y oposición. Desde principios
del siglo XX se identifica lo africano con la santería, una práctica social y religiosa entonces asociada a lo
rural y considerada por destacados intelectuales cubanos como Fernando Ortiz como “un culto pagano y
un mal moral poco digno ser estudiado seriamente” (González Kirby, 1985:39), mientras que después de
1959, el Estado proclamó que el racismo había acabado” (De la Fuente, 2008: 699).

Con la reivindicación de las y los ancestros africanos, en muchos casos identificados hasta la primera
generación forzada a desarraigarse y a vivir bajo esclavitud, las y los autores reclama el reconocimiento
de su diferencia identitaria contra la cubanidad que desde el Estado se impone como identidad nacional.

Las diferentes expresiones de la cultura popular y letrada constituyen un terreno de lucha por imponer
visiones del mundo. En el caso cubano la producción intelectual, agrupada bajo El Renacimiento Negro
en La Habana, produce un contra discurso que trasciende lo folclórico y se convierte en una posición
política.
Georgina Herrera sintetiza esta posición resistente en el poema Gritos. En este, la voz narrativa señala
que a pesar de ser “suaves y tranquilas” sus palabras son tenaces y así ella se “hace oír”. Olazabal, por su
parte, rechaza que, debido a la práctica de la santería, muchos artistas e intelectuales, le “hayan querido
tildar como un marginal” (Cordones-Cook - Aballí Morell, 2017:229), y señala que este señalamiento
obedece a que se le identifica con una religión que, aunque actualmente se ha hecho muy popular, pero,
“durante mucho tiempo vetada, prohibida… porque eran y son aún, cosas de negros, de marginales”
(Cordones-Cook - Aballí Morell, 2017:229).

En el caso de Natalia Bolívar, su resistencia también nace en oposición a su linaje aristocrático, que por
definición rechaza lo popular, desde niña ella se interesó por la cultura africana, y siendo muy joven
participó en rituales y se dedicó al estudio de la santería en Cuba. Bolívar. Esta resistencia a su destino
de clase también se extendió al sistema político dictatorial contra el régimen de Batista, pero también al
gobierno castrista.

Manuel Mendive, por su parte ha creado Mendive

como muchas religiones practicadas por el pueblo cubano, pero sobre todo las de

origen africano, sí, estuvieron prohibidas,

están dentro de mí, respiran junto conmigo, yo soy el resultado

de ese modo de concebir y hacer. Sin embargo por mucho que me quieran tildar—y

lo han hecho muchos artistas e intelectuales—como un marginal, si yo soy capaz

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230 ~ AHR

Juanamaría Cordones-Cook con Elvira Aballí Morell

de crear un objeto que tiene un valor estético, no lo soy, porque adquirí también

las referencias para trabajar y ordenar sobre un espacio, sea bidimensional o

tridimensional, formas, colores, líneas y puntos.

(De la Fuente, 2008: 699).


They considered Santería a so-

cial and moral evil, a pagan cult unwor-

1971). The present status of Santería in Cuban American communities will be explored, as well as its
evolution and status in Cuba. An annotated bibliography on Santería provides suggested readings for
more in- depth information. The purpose of this essay is to provide background information on Santería
using the resources of one of the most exciting collections in the Smithsonian Institution Libraries (SIL)
currently located in the Af- rican Art Branch Library in Washington, DC. In the aftermath of Jim Jones and
the Guyana disaster, and in view of rising public interest in religious and cultural phenomena as
witnessed recently in Hai- ti's nationwide wave of attacks on Voodoo practitioners following Jean-
Claude Duva- lier's exit from power, this essay also at- tempts to counter the vast amount of mis-
information currently being disseminated in the mass media. Cultural and Historical Beginnings The
topic of Santería is well known in Mi- ami and other American communities having large Cuban
populations, although it is less recognized, if at all, elsewhere in the US and certainly not at all outside of
the scholarly community. Indeed, very little had been written about the life and culture of Afro- Cubans
up until the beginning of the 20th century following the abolition of slavery in 1886 in Cuba. This gap in
the literature has been attributed to the indifference of the Cuban ruling elite and social litterateurs who
were extremely class and race- conscious. They considered Santería a so- cial and moral evil, a pagan
cult unwor- thy of serious study or scholarship (Oha ligado lo africano con

a la voluntad de ignorar al sujeto social de ascendencia africana hacer invisible las raíces africanas y

Reconocimiento de la historia desde lo cotidiano, las prácticas de santería y la oralidad

Obras Citadas

Kirby, Diana H. Gonzalez. “Santeria: African Influences On Religion in Cuba.” Negro History Bulletin,
vol. 48, no. 3, 1985, pp. 39–44. JSTOR, http://www.jstor.org/stable/44176632. Accessed 10 Nov.
2022.

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