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LA CONSTITUCIÓN DE GUATEMALA; CARACTERÍSTICAS Y SU

PROCESO DE REFORMA.

GENERALIDADES: El proceso constituyente que da lugar a la formulación


de la Constitución Política de la República de Guatemala de 1985, se remonta
a la proclamación del ejército que anunciaba el golpe de Estado del 23 de
marzo de 1982. Dicha proclamación, dejaba ver sus motivaciones: El abuso de
prácticas electorales fraudulentas, el fraccionamiento de las fuerzas
democráticas, el desorden y la corrupción en la administración pública.

Como resultado de este Golpe de Estado, se hace con el poder un triunvirato


(Grupo de tres personas que dirigen algo o están al frente de algo), que luego
es desplazado en el poder, por uno de sus miembros, Efraín Ríos Montt.

En agosto del año 1983 es depuesto Ríos Montt y asume el poder Oscar
Mejía Víctores. Éste, se compromete a continuar el proceso de retorno al
orden constitucional y en efecto, el primero de julio de 1984 se realiza la
elección de diputados (El domingo 1 de julio de 1984 hubo elecciones para
elegir a los 88 miembros de la Asamblea Nacional Constituyente de
Guatemala, responsable para la elaboración de una nueva constitución) para
integrar la Asamblea Nacional Constituyente que presentó, como producto
final, la Constitución que actualmente tenemos vigente.

Dicha Asamblea fue integrada por una pluralidad de partidos políticos y


diversas tendencias ideológicas; siendo que, una de sus mejores características
es que dentro de ella no existía una bancada mayoritaria, cuestión que obligó a
la búsqueda de consensos de entre las diferentes formas de pensar, ideologías,
intereses y demás características tan propias de aquella colorida y pluri-
representada ANC.

El 31 de mayo de 1985 se promulga la nueva Constitución, misma que


contenía 281 artículos y 22 disposiciones transitorias y que entró en vigencia
el 14 de enero de 1986. Esta Asamblea Nacional Constituyente, también dicta
la Ley Electoral y de Partidos Políticos (Decreto 1-85) y la Ley de Amparo,
Exhibición Personal y de Constitucionalidad (Decreto 1-86).

Así, el nuevo presidente al igual que los diputados al Congreso, electos


democráticamente, inician funciones con la también nueva Constitución. Los
gobernantes son acogidos con gran expectativa por la sociedad. Cinco años
después, la frustración era por demás evidente y aun lo sigue siendo.

CARACTERÍSTICAS: Con base en la clasificación de las Constituciones


que hemos desarrollado en la clase de mérito, podemos afirmar que la actual
Constitución Política de la República de Guatemala es de tipo ESCRITA,
DESARROLLADA, RÍGIDA Y DEMOCRÁTICA (ultimo termino que es
medianamente nuevo para nosotros).

Según lo visto en clase, sabemos a qué hace referencia las características de


Escrita, Desarrollada y Rígida. Por otro lado, el termino Democrático
aplicado a la Constitución, hace referencia al hecho de que fue dictada por el
pueblo, en ejercicio de su facultad soberana, por medio de sus representantes
integrados en Poder Constituyente.

Además, se caracteriza por ser un documento jurídico-solemne, que limitan las


atribuciones del poder público y que reconoce y garantiza una inviolable
esfera de libertad a favor de cada individuo. Este tipo de constituciones resulta
de una decisión unilateral del pueblo y corresponde históricamente a la
consagración del principio de la soberanía popular.

SU INTEGRACIÓN: En cuanto a su integración, debemos decir que,


sobradamente hemos desarrollado las partes que integran la Constitución
Política de la República de Guatemala de 1985; por lo que solo diremos que la
conforman una parte DOGMÁTICA, otra ORGÁNICA y una tercera que es
eminentemente PRÁCTICA.

SU ORIENTACIÓN PERSONALISTA: La orientación personalista de


nuestra Constitución se distingue al evidenciar que nuestra Constitución y
todas las leyes giran alrededor de las personas humanas que habitan en nuestro
país y de la familia guatemalteca y de todos sus habitantes que forman nuestra
sociedad.

Nuestra Constitución Política, en su primer artículo, resguarda a la persona al


establecer claramente que el Estado de Guatemala se organiza para proteger a
la persona y a la familia; y que el fin supremo del Estado es la realización del
Bien Común. De tal manera que la razón fundamental del Estado
guatemalteco, es lograr el bienestar de todos los guatemaltecos."

Como lo señala la misma Corte de Constitucionalidad: si bien la Constitución


de 1985 “pone énfasis en la primacía de la persona humana… "

SUS ELEMENTOS LIBERALES, DEMOCRÁTICOS Y SOCIALES:


Con el fin de comprender, medianamente, los elementos liberales,
democráticos y sociales de la Constitución Política de la Republica de
Guatemala de 1985, Indicaremos lo siguiente:

• ELEMENTOS LIBERALES:

o Para distinguir los elementos liberales primero conoceremos a


que se le denomina LIBERALISMO. El liberalismo es un
movimiento o doctrina política, económica y social, que defiende
la libertad del individuo y una intervención mínima del Estado en
la vida social y económica. Así, un Estado liberal es el Estado
que permite la pérdida del monopolio del poder ideológico,
mediante la concesión de los derechos civiles, entre los cuales
destacan el derecho de libertad religiosa y de opinión política, y
la pérdida del monopolio del poder económico, por medio de la
concesión de la libertad económica y termina por conservar
únicamente el monopolio de la fuerza legitima, cuyo ejercicio
está limitado por el reconocimiento de los derechos humanos y de
las diversas obligaciones jurídicas que dan origen a la figura del
Estado de Derecho.

Algunas de las características liberales, antes enunciadas, se


pueden evidenciar dentro de nuestra Constitución: Libertad de
religión (36), Libertad de Emisión del Pensamiento (35), Libertad
de Industria, Comercio y Trabajo (43); etc.…

• ELEMENTOS DEMOCRÁTICOS:
o Para lo que concierne a los elementos democráticos,
comenzaremos por recordar que democracia se resume en el
SUFRAGIO UNIVERSAL, y por consiguiente, en un medio de
expresión de la libre voluntad de los individuos.

Los elementos democráticos mencionados los podemos encontrar


dentro de nuestra Constitución: Derecho de Libre Sindicalización
(102); Derecho de Elegir y Ser Electo, Optar a Cargos Públicos,
Participar en Actividades Políticas (137 y 137); Democracia
Representativa (140); Sufragio Universal (136 y 147) (12
L.E.P.P.); Derecho de Petición, Libertad de Pluralismo Político
(223).

• ELEMENTOS SOCIALES:

o Para efectos de este tema evidenciamos que los postulados


socialistas promulgaban que es necesario que el Estado no se
limite a mantener el orden público, sino que actúe positivamente
para que los derechos humanos de primera generación (vida,
libertad, propiedad etc.) y segunda generación (Derechos
Económicos, Sociales y Culturales), no sean un privilegio de
unos pocos, sino una realidad para todos; constituyéndose en un
conjunto de exigencias de igualdad.

Los elementos sociales que promueven esas exigencias de


igualdad, los podemos evidenciar en los siguientes artículos
constitucionales: Protección a la Familia (47); Derecho a la
Cultura (57); Protección de Grupos Étnicos (66); Derecho a la
Educación (71); Derecho a la Salud (93); Derecho a la Asistencia
Social Estatal (94); Derecho a la Seguridad Social (100); Derecho
al Trabajo (101); Tutelaridad de las leyes de trabajo (103)
Derecho a la Huelga (104); Irrenunciabilidad de los Derechos
Laborales (106); el Régimen Económico y Social (118); Acceso a
Vivienda (119, inciso "g"); etc.
ESTADO CONSTITUCIONAL DE DERECHO: Producto de la incesante
evolución del Derecho Constitucional en el transcurso de la historia, es que se
ha producido un salto de calidad de la concepción de Estado de Derecho a la
de Estado Constitucional de Derecho.

Ya hemos señalado que lo que por Estado de Derecho se entiende; en términos


generales, a aquel Estado en el que los poderes públicos y su actividad son
regulados por normas generales (las leyes fundamentales o constitucionales).
Así, los gobernantes, dentro de un Estado de Derecho, no son superiores a la
ley y mejor aún, deben adecuar sus actuaciones y el ejercicio del poder, a los
límites que ellas les establecen.

Conforme lo expuesto, podemos definir al ESTADO CONSTITUCIONAL


DE DERECHO; como aquel Estado en el que los poderes públicos y su
actividad son regulados por las leyes fundamentales o constitucionales que
han sido emitidas con base en la soberanía popular.

Así, los gobernantes, dentro de un Estado Constitucional de Derecho, no son


superiores a la Constitución; mejor aún, deben adecuar sus actuaciones y el
ejercicio del poder, a los límites que ella establece, puesto que la fuente de
esta misma ley, es la soberanía popular.

LOS PROCEDIMIENTOS DE REFORMA A LA CONSTITUCIÓN.

Esta parte tiene por objeto facilitar la comprensión de los temas jurídicos en
ella tratados y especialmente para quienes no cursan una carrera afín a los
temas desarrollados.

INTRODUCCIÓN: Pretender reformar la Constitución de un Estado es un


asunto muy serio, probablemente el asunto más serio que se pueda intentar en
el ámbito jurídico, debido a que la Constitución es la ley más importante del
Estado, es la ley suprema que está por encima de todas las demás leyes;
siendo que es la piedra angular de todo el ordenamiento jurídico político y el
documento que "reconoce" nuestros derechos humanos y la que "limita" el
poder, entre muchas otras cosas más.
PROCESO DE REFORMA: Iniciaremos hablando sobre un tema del que
ya saben un poco; el de Asamblea Nacional Constituyente y Poder
Constituyente.

Como Uds. bien sabrán, el poder que le da origen a una constitución se


denomina, Poder Constituyente; mismo que se deriva de la Soberanía o
Poder Soberano y que se divide en dos: Originario o Genuino y Derivado o
Constituido.

UNA ASAMBLEA NACIONAL CONSTITUYENTE ORIGINARIA O


GENUINA Y O DOTADA DE ESTE PODER CONSTITUYENTE
ORIGINARIO: La Constitución es la ley suprema; eso quiere decir que es
la ley más importante de todas, porque, entre otras cosas, fue hecha por los
representantes del “Poder Constituyente (Originario o Genuino)” encarnados
en la forma de una “Asamblea Nacional Constituyente Originaria o
Genuina”.

En una democracia representativa se considera que el poder constituyente, es


decir, el poder de hacer la Constitución, reside en el pueblo, es decir, en los
ciudadanos. Pero es imposible que todos y cada uno de los ciudadanos que
conforman la sociedad puedan participar personalmente en la elaboración de
la Constitución. Es por ello que esos ciudadanos, a través de elecciones,
eligen “representantes” o “diputados constituyentes” que integran lo que se
llama Asamblea Nacional Constituyente para que, por la facultad del Poder
Constituyente Originario, elaboren la Constitución.

Lo que caracteriza a esa Asamblea Nacional Constituyente que elabora o


hace la Constitución es que es “originaria o genuina” o que está dotada de
este poder. Usualmente, aunque no siempre, se forma o se convoca en casos
como los siguientes:
➢ Cuando un Estado nace o se forma por primera vez como Estado
independiente;
➢ Cuando ha habido un rompimiento del orden constitucional
existente (ya sea porque se dio un golpe de Estado o hubo una
revolución o alguna otra circunstancia semejante);
➢ Cuando existe un alto clamor popular por dotarse a sí mismos de
una nueva Constitución porque la Constitución vigente es muy
antigua, etc.

Así pues, una Asamblea Nacional Constituyente dotada de poder originario o


genuino tiene la función de elaborar totalmente una nueva Constitución.
(Independientemente de si es la primera o no)

Cabe destacar que este Órgano, no está sujeto, ni depende de ninguna norma
jurídica superior o ley anterior que limite su funcionamiento al elaborar la
Constitución. Con lo anterior sencillamente quiere decirse que no hay
ninguna norma jurídica positiva que esté vigente que le imponga
limitaciones, ni siquiera una Constitución, porque ésta o nunca ha existido
o dejó de existir si hubo un golpe de Estado, revolución, etc.

Lo anterior no quiere decir que los diputados constituyentes que la integran,


no tengan otro tipo de límites como lo serían principios universalmente
aceptados en relación con el respeto a la dignidad del ser humano, la libertad,
la igualdad, la justicia, etc.

Así pues, para el caso más reciente, quienes conformaron la Asamblea


Nacional Constituyente originaria o genuina encargada de elaborar nuestra
actual Constitución en 1984,1985, 1986, no estaban limitados por ninguna
“norma jurídica” superior o ley anterior que constriñera su labor.

Una Asamblea Nacional Constituyente originaria o genuina, es un órgano


temporal y no permanente. Se disuelve una vez concluida su labor que es
elaborar o redactar la Constitución.

Lo que es permanente, entonces, es el resultado de su labor que es la


Constitución.

Este fenómeno puede observarse, precisamente, en el artículo 7 de las


Disposiciones Transitorias y Finales de nuestra Constitución (Parte final o de
atrás de la misma) en el que la Asamblea Nacional Constituyente originaria
o genuina dispone y manda su propia disolución:

ARTÍCULO 7.- Disolución de la Asamblea Nacional Constituyente. Una vez


cumplido el mandato de dar posesión a los diputados electos al Congreso de
la República y quedar organizado el Congreso, el día 14 de enero de 1986,
la Asamblea Nacional Constituyente de la República de Guatemala, electa el
1o. de julio de 1984, dará por terminadas sus funciones y por agotado su
mandato ese mismo día, procediendo a disolverse. Previamente a su
disolución, examinará sus cuentas y les concederá su aprobación.

ASAMBLEA NACIONAL CONSTITUYENTE CONSTITUIDA O


DERIVADA: A diferencia de una Asamblea Nacional Constituyente
originaria o genuina, una Asamblea Nacional Constituyente dotada de Poder
Constituyente derivado o Constituido, NO tiene por objeto elaborar una
nueva Constitución, ni tiene un poder ilimitado y absoluto; esto, porque ésta
ya fue elaborada (la Constitución) por la Asamblea Nacional Constituyente
originaria o genuina.

Su objeto, el de la Asamblea Nacional Constituyente dotada de Poder


Constituyente derivado o Constituido, en algunas legislaciones como la
nuestra, es solo y exclusivamente ocuparse de la reforma, únicamente, de
determinados artículos de la Constitución y NO DE TODOS. (Los términos
“constituida y derivada” hacen alusión al hecho de que fue creada o
“constituida” por la Asamblea Nacional Constituyente originaria o genuina
y, por tanto, “deriva” de ella).

La Asamblea Nacional Constituyente constituida o derivada está


completamente limitada por la Constitución que le indica solo en qué casos
puede conformarse, solo qué artículos puede reformar, el procedimiento que
debe seguir para reformarlos, cómo debe integrarse y otra serie de más
limitaciones.

Además, como se verá más adelante, en Guatemala existen dos


procedimientos para reformar la Constitución y solo uno de ellos requiere la
conformación de una Asamblea Nacional Constituyente constituida o
derivada, así es que tampoco tiene el monopolio absoluto en materia de
reforma constitucional.

Por otro lado, al igual que una Asamblea Nacional Constituyente


originaria o genuina, una Asamblea Nacional Constituyente constituida o
derivada es también un órgano temporal y no permanente. UNA VEZ
CUMPLIDA SU LABOR, QUE ES REFORMAR SOLO ALGUNOS
ARTÍCULOS DE LA CONSTITUCIÓN, DEBE DISOLVERSE.

REFORMAS A LA CONSTITUCIÓN:

A partir de aquí ya va a empezar a hacerse referencia específica a los


artículos de la Constitución que regulan lo relativo a la reforma
constitucional. Lo ideal es que tengas a mano la Constitución, para que
pueda contrastar y corroborar todo lo que se dice aquí.

Ya se señaló que la Constitución es la ley suprema y, además, se estableció


porqué es la ley suprema. La mayoría de ciudadanos han escuchado alguna
que otra vez, la expresión “Principio de Supremacía Constitucional” que
significa que la Constitución está y debe estar por encima de cualquier otra
ley.

Para lograr que efectivamente se respete esa supremacía de la Constitución


existen varios mecanismos o vías. Uno de esos mecanismos, trata de
demostrar la Supremacía de la Constitución, estableciendo que la
Constitución no puede ser “reformada”, modificada o cambiada de una forma
tan fácil, que se pueda poner en riesgo esa Supremacía.

Lo anterior quiere decir que para que los artículos de los que se conforma la
Constitución puedan ser reformados o cambiados esas reformas o cambios
están sometidos a procedimientos de reforma mucho más rigurosos o más
difíciles que el procedimiento de reforma o de cambio de una simple ley
ordinaria (como el Código Civil, el Código Penal, el Código Laboral, etc.), e
incluso, procedimientos más rigurosos que el procedimiento de reforma o de
cambio de las leyes constitucionales.

Las leyes ordinarias, comunes y corrientes, pueden ser reformadas o


cambiadas por el Congreso. En la mayoría de los casos para aprobar
esas reformas o cambios se requiere sencillamente mayoría absoluta, es
decir, el voto de la mitad más uno de los diputados y, solo muy
excepcionalmente, se requiere de mayoría calificada, es decir, del voto de
las dos terceras partes del total de diputados.
Ahora bien, la Constitución es tan importante que las reformas o cambios
de los artículos que contiene no pueden hacerse de una forma tan
sencilla.

Con tal objeto, entonces, la Asamblea Nacional Constituyente


originaria o genuina, la que elaboró la Constitución, estableció las
reglas básicas que deben observarse en caso de que se pretenda
reformar la Constitución señalando:
1) Quienes pueden “proponer” reformas a la Constitución;
2) Los procedimientos o mecanismos de reforma; y,
3) Los artículos que no se pueden reformar.

Esas reglas básicas que deben observarse para la reforma a la


Constitución están establecidas en solo cinco artículos de la
Constitución: artículos 277, 278, 279, 280 y 281.

¿QUIÉNES PUEDEN PROPONER REFORMAS A LA


CONSTITUCIÓN?... No cualquiera puede proponer reformas a la
Constitución. Intentar reformar, cambiar o tocar la ley más importante o la
ley suprema es algo sumamente serio. Por ello es que la Constitución
establece expresamente quiénes pueden proponer reformas o cambios y a
eso le denomina “Iniciativa de Reforma Constitucional”.

➢ ARTÍCULO 277.- Iniciativa. Tiene iniciativa para proponer


reformas a la Constitución:
o El Presidente de la República en Consejo de Ministros (Tiene
que tomarse tal decisión junto con los Ministros de Estado.)

o Diez o más diputados al Congreso de la República.

o La Corte de Constitucionalidad (Un solo magistrado de la


Corte de Constitucionalidad individualmente considerado no
tiene iniciativa para proponer reformas a la Constitución. La
Constitución le confiere tal derecho a la Corte de
Constitucionalidad como órgano y no a ninguno de sus
miembros individualmente)

o El pueblo mediante petición dirigida al Congreso de la


República, por no menos de cinco mil ciudadanos debidamente
empadronados por el Registros de Ciudadanos.

En cualquiera de los casos anteriores, el Congreso de la República


debe ocuparse sin demora alguna del asunto planteado.

Insisto en que se preste atención a exactamente quiénes la Constitución


le confiere el derecho de “Iniciativa” para proponer reformas a la
Constitución.

Siendo que, en los casos en que alguien o algún órgano no comprendido


en el artículo 277 presenta un proyecto de reforma constitucional el
mismo NO puede ser considerado jurídicamente como una “Iniciativa”
de reforma a la Constitución.

¿ANTE QUIÉN DEBE PLANTEARSE LA INICIATIVA DE


REFORMA?... La iniciativa para proponer reformas a la Constitución debe
plantearse ante el Congreso de la República. … Si se lee otra vez, el
artículo 277, se observará que tiene un segundo párrafo y ahí se establece
que: "En cualquiera de los casos anteriores, el Congreso de la República
debe ocuparse sin demora alguna del asunto planteado".

Es decir, en cualquiera de los casos en que una iniciativa de reforma a la


Constitución es presentada por el presidente de la República, por diez o
más diputados al Congreso, por la Corte de Constitucionalidad o por
5,000 o más ciudadanos debidamente inscritos por el Registro de
Ciudadanos, esa propuesta debe presentarse al Congreso.

En ese segundo párrafo se indica también que el Congreso "debe


ocuparse sin demora alguna del asunto planteado", es decir, que a una
propuesta de reforma constitucional se le debe dar prioridad y no debe
dejarse su conocimiento para dentro de cualquier cantidad de años u
otro lapso de tiempo más extendido.

¿PROCEDIMIENTOS DE REFORMA CONSTITUCIONAL?... Lo


que es importante tener claro desde un principio es que en Guatemala para
reformar la Constitución no existe un procedimiento sino que existen 2
procedimientos distintos.
El que deba seguirse uno u otro procedimiento depende única y
exclusivamente del artículo o artículos que se quiera reformar, sin olvidar
que, además, hay algunos artículos que no se pueden reformar.

Los procedimientos de reforma constitucional los regula la Constitución en


los artículos 278, 279 y 280.
➢ Al primer procedimiento le denomina sencillamente "Asamblea
Nacional Constituyente" (artículo 278)
➢ Al segundo procedimiento le denomina "Reformas por el Congreso
y Consulta Popular" (artículo 280)

PRIMER PROCEDIMIENTO- ASAMBLEA NACIONAL


CONSTITUYENTE:

(ARTÍCULOS 278 Y 279 DE LA CONSTITUCIÓN)

ARTÍCULO 278.- Asamblea Nacional Constituyente. Para reformar éste o


cualquier artículo de los contenidos en el Capítulo I del Título II de esta
Constitución, es indispensable que el Congreso de la República, con el voto
afirmativo de las dos terceras partes de los miembros que lo integran,
convoque a una Asamblea Nacional Constituyente. En el decreto de
convocatoria señalará el artículo o los artículos que haya de revisarse y se
comunicará al Tribunal Supremo Electoral para que fije la fecha en que se
llevarán a cabo las elecciones dentro del plazo máximo de ciento veinte días,
procediéndose en lo demás conforme a la Ley Electoral Constitucional.

En primer lugar, nótese que se debe convocar a una Asamblea Nacional


Constituyente solo si lo que se pretende reformar es este mismo artículo
278 o cualquier artículo o artículos de los que están comprendidos en el
Capítulo I del Título II de la Constitución.
Si leemos la Constitución, nos daremos cuenta que los artículos contenidos
en el Capítulo I del Título II de la Constitución son únicamente los
artículos del 3 al 46, es decir, solo los Derechos Humanos Individuales.
Nótese que una Asamblea Nacional Constituyente de esta clase, según lo
dispone la Constitución, no puede decidir convocarse del aire o por
generación espontánea; alguien o algún órgano tiene que decidir y aprobar su
convocatoria.
En este sentido, de conformidad con la Constitución, ese alguien u órgano es
el Congreso de la República. Una Asamblea Nacional Constituyente de
esta clase solo puede convocarse si previamente el Congreso aprueba su
convocatoria, pero no basta solo con eso, sino que es necesario, además, que
dicha aprobación se haga con el voto de las 2/3 partes del total de diputados
que integran el Congreso. Si esa cantidad de votos necesaria no se consigue o
no se alcanza ahí terminó el asunto, es decir, no se puede convocar esa
Asamblea Nacional Constituyente.
En definitiva, entonces, es en manos del Congreso en quien está el poder de
decidir si se reforman o no uno o algunos o todos los artículos del 3 al 46
(Derechos Humanos Individuales) y el 278 porque es el órgano que tiene el
poder de decidir si convoca o no a una Asamblea Nacional Constituyente.

En caso de que el Congreso efectivamente haya aprobado la


convocatoria a una Asamblea Nacional Constituyente con la mayoría de
las 2/3 partes requerida, el Congreso debe emitir un Decreto de
Convocatoria y obsérvese que el artículo 278 señala que en tal decreto el
Congreso "... señalará el artículo o los artículos que haya de revisarse".
En este sentido, la Asamblea Nacional Constituyente NO puede decidir que
artículos va a reformar o no va a reformar porque solo puede reformar los
artículos que el Congreso le indique.
El Congreso, a su vez, no puede “sacarse de la manga” o decidir sin ningún
tipo de limitación qué artículos puede reformar la Asamblea Nacional
Constituyente porque eso ya está decidido o establecido en la Constitución en
el mismo artículo 278 que dispone que una Asamblea Nacional
Constituyente solo puede reformar los artículos del 3 al 46 (Derechos
Humanos Individuales) y el artículo 278.

El artículo 278 establece cómo debe procederse para la elección de los


integrantes de la Asamblea Nacional Constituyente, es decir, cómo debe
elegirse a los diputados constituyentes. Para que tal elección pueda llevarse
a cabo el Congreso debe comunicar al Tribunal Supremo Electoral que
se va a convocar a una Asamblea Nacional Constituyente para que el
Tribunal Supremo Electoral prepare y lleve a cabo el procedimiento de
elección. Esa elección de diputados constituyentes debe realizarse dentro
del plazo máximo de 120 días.

ARTÍCULO 279.- Diputados a la Asamblea Nacional Constituyente.


La Asamblea Nacional Constituyente y el Congreso de la República
podrán funcionar simultáneamente. Las calidades requeridas para ser
diputado a la Asamblea Nacional Constituyente son las mismas que se
exigen para ser Diputado al Congreso y los diputados constituyentes
gozarán de iguales inmunidades y prerrogativas.

No se podrá simultáneamente ser diputado a la Asamblea Nacional


Constituyente y al Congreso de la República.

Las elecciones de diputados a la Asamblea Nacional Constituyente, el


número de diputados a elegir y las demás cuestiones relacionadas, con
el proceso electoral se normarán en igual forma que las elecciones al
Congreso de la República.

El artículo 279 señala las calidades requeridas para poder ser diputado a la
Asamblea Nacional Constituyente y solo dice que deberán ser las mismas
que se exigen para ser Diputado al Congreso. Si leemos la Constitución,
veremos que los requisitos para ser Diputado al Congreso están
regulados en el artículo 162 de la Constitución que sencillamente
dispone que para ser electo diputado se requiere ser guatemalteco de
origen y estar en el ejercicio de sus derechos ciudadanos. Por lo tanto,
para ser diputado a la Asamblea Nacional Constituyente se tiene que
cumplir con esos mismos requisitos de ser guatemalteco de origen y estar en
el ejercicio de sus derechos ciudadanos.

No se puede al mismo tiempo ser diputado a la Asamblea Nacional


Constituyente y ser Diputado al Congreso, o se es miembro de un
órgano o se es miembro del otro pero no se puede ser miembro de
ambos órganos a la vez.

El número de diputados que conformarán la Asamblea Nacional


Constituyente será el mismo número de diputados que tenga el
Congreso.
Si el Congreso, por ejemplo, tiene 160 diputados entonces la Asamblea
Nacional Constituyente deberá tener también 160 diputados y así,
sucesivamente.
De los aspectos anteriores puede apreciarse que la convocatoria a una
Asamblea Nacional Constituyente es algo sumamente caro. Hay que
tener en cuenta el costo del proceso para elegir a los diputados que la
integrarán que es un proceso de elecciones que cuesta mucho dinero y,
además, hay que tener en cuenta también la cantidad de dinero que,
una vez electos, hay que gastar en pagarle sueldo a los diputados
constituyentes que la integrarán.
Dicho dinero, por supuesto, viene del pago de impuestos de los
contribuyentes. Es el pueblo, los ciudadanos, quienes tienen que pagar
por dicha Asamblea Nacional Constituyente.

SEGUNDO PROCEDIMIENTO - CONGRESO DE LA REPÚBLICA Y


CONSULTA POPULAR:

ARTICULO 280.- Reformas por el Congreso y consulta popular. Para


cualquier otra reforma constitucional, será necesario que el Congreso
de la República la apruebe con el voto afirmativo de las dos terceras
partes del total de diputados. Las reformas no entrarán en vigencia sino
hasta que sean ratificadas mediante la consulta popular a que ser
refiere el artículo 173 de esta Constitución.

Si el resultado de la consulta popular fuere de ratificación de la


reforma, ésta entrará en vigencia sesenta días después que el Tribunal
Supremo Electoral anuncie el resultado de la consulta.

Nótese que el artículo 280 empieza diciendo: "Para cualquier otra


reforma..." y ello quiere decir que para la reforma de los artículos 1, 2 y
para la reforma de los artículos del 47 al 280 (con excepción de los artículos
que no se pueden reformar) y habría que entender también que para la
reforma de las Disposiciones Transitorias y Finales de la Constitución, hay
que seguir el procedimiento establecido en este artículo 280.

Este procedimiento consta de dos fases. Si no se logra cumplir con la


primera fase es imposible, entonces, seguir a la segunda fase.

La primera fase es que el Congreso de la República apruebe la reforma


al artículo o artículos que se pretenda reformar. Para que se dé dicha
aprobación se debe contar con mayoría calificada, es decir, con el voto
de las 2/3 del total de diputados que integran el Congreso.

Si en el Congreso no se logra alcanzar esa mayoría calificada de las 2/3


partes entonces no se puede dar por aprobadas las reformas y ahí
termina el asunto, es decir, fracasa el intento de reformar la
Constitución.

Únicamente si se aprueban las reformas por parte de Congreso con la


mayoría calificada requerida, podrá pasarse a la segunda fase que
consiste en que esas reformas tienen que ser ratificadas por los
ciudadanos mediante el mecanismo de la consulta popular.

En este caso, los ciudadanos tienen que votar a favor o en contra de las
reformas.
➢ Si los ciudadanos votan a favor de las reformas entonces se
reformará la Constitución.
➢ Si los ciudadanos votan en contra de las reformas entonces el
intento de reforma constitucional fracasó.

Si los ciudadanos efectivamente votan a favor de las reformas


constitucionales esas reformas constitucionales no entran en vigencia
automática e inmediatamente sino hasta que hayan transcurrido
sesenta días contados a partir desde que se realizó la consulta popular.

Nótese que, si efectivamente se llega a la fase de la consulta popular, la


Constitución no exige o establece un número o porcentaje mínimo para que
se den por ratificadas dichas reformas, es decir, no se establece, por
ejemplo, que dichas reformas solo se tendrán por ratificadas si la mayoría
de ciudadanos, es decir, si por lo menos un 51% de los ciudadanos inscritos
en el Registro de Ciudadanos vota a favor de las reformas. Por lo tanto,
en caso de que acudan a votar, por ejemplo, solo un 20% de los
ciudadanos, si la mayoría de ese 20% vota a favor de las reformas éstas
se tendrán por aprobadas.

Hay que ponderar o cuestionarse si ello constituye un número


demasiado bajo como para otorgar legitimidad a las reformas y, de
hecho, un fenómeno parecido fue lo que sucedió con las reformas a la
Constitución que se aprobaron en 1994 en que solo un porcentaje
aproximadamente de 17% participó en la consulta popular, pero como
la mayoría de solo ese 17% votó a favor de las reformas, éstas se dieron
por aprobadas.

Aunque esta situación pueda parecer no adecuada, así es como está


regulado en la Constitución, por lo tanto, lo acatamos y respetamos.

Es de observar que en este procedimiento de reforma, el costo o gasto


de dinero también es grande, porque realizar una consulta popular
cuesta también mucho dinero.

ARTÍCULOS NO REFORMABLES:
Algunas Constituciones (y la Constitución de Guatemala es una de ellas),
contienen artículos que no se pueden reformar. A estos artículos también se
les llama “pétreos” dada la imposibilidad de modificarlos.
ARTÍCULO 281.- Artículos no reformables. En ningún caso podrán
reformarse los artículos 140, 141, 165 inciso g), 186 y 187, ni en
forma alguna toda cuestión que se refiera a la forma republicana de
gobierno, al principio de no reelección para el ejercicio de la
Presidencia de la República, ni restársele efectividad o vigencia a los
artículos que estatuyen la alternabilidad en el ejercicio de la
Presidencia de la República, así como tampoco dejárseles en
suspenso o de cualquier otra manera variar o modificar su
contenido.

El artículo 281 de la Constitución señala los artículos que no se pueden


reformar o que son irreformables. Es decir, son artículos que actualmente
no pueden modificarse, cambiarse o reformarse ni mediante la convocatoria
a una Asamblea Nacional Constituyente (como la regulada en el artículo
278 ya explicado) ni por el procedimiento de la aprobación del Congreso y
posterior consulta popular (como el regulado en el artículo 280 ya
explicado).

El artículo 281 expresamente señala, utilizando la expresión “En ningún


caso...”, que no pueden reformarse 5 artículos específicamente
determinados y otros pocos principios y artículos adicionales. Y como
ya se dijo, los artículos específicos que, en ningún caso, pueden
reformarse son: 140, 141, 165 inciso g), 186 y 187.

ARTÍCULO 140.- Estado de Guatemala. Guatemala es un Estado


libre, independiente y soberano, organizado para garantizar a sus
habitantes el goce de sus derechos y de sus libertades. Su sistema de
Gobierno es republicano, democrático y representativo.

ARTÍCULO 141.- Soberanía. La soberanía radica en el pueblo quien


la delega, para su ejercicio, en los Organismos Legislativo, Ejecutivo y
Judicial. La subordinación entre los mismos, es prohibida.

ARTÍCULO 165.- Atribuciones. Corresponde al Congreso de la


República:

… g) Desconocer al Presidente de la República si, habiendo vencido su


período constitucional, continúa en el ejercicio del cargo. En tal caso,
el Ejército pasará automáticamente a depender del Congreso;

ARTÍCULO 186.- Prohibiciones para optar a los cargos de Presidente


o Vicepresidente de la República. No podrán optar al cargo de
Presidente o Vicepresidente de la República:

a)El caudillo ni los jefes de un golpe de Estado, revolución armada o


movimiento similar, que haya alterado el orden constitucional, ni
quienes como consecuencia de tales hechos asuman la Jefatura de
Gobierno;

b) La persona que ejerza la Presidencia o Vicepresidencia de la


República cuando se haga la elección para dicho cargo, o que la
hubiere ejercido durante cualquier tiempo dentro del período
presidencial en que se celebren las elecciones;

c) Los parientes dentro de cuarto grado de consanguinidad y segundo


de afinidad del Presidente o Vicepresidente de la República, cuando
este último se encuentre ejerciendo la Presidencia, y los de las personas
a que se refiere el inciso primero de este artículo;

d) El que hubiese sido ministro de Estado, durante cualquier tiempo en


los seis meses anteriores a la elección;

e) Los miembros del Ejército, salvo que estén de baja o en situación de


retiro por lo menos cinco años antes de la fecha de convocatoria;

f) Los ministros de cualquier religión o culto; y

g) Los magistrados del Tribunal Supremo Electoral.

ARTÍCULO 187.- Prohibición de reelección. La persona que haya


desempeñado durante cualquier tiempo el cargo de Presidente de la
República por elección popular, o quien la haya ejercido por más de
dos años en sustitución del titular, no podrá volver a desempeñarlo en
ningún caso.

La reelección o la prolongación del período presidencial por cualquier


medio, son punibles de conformidad con la ley. El mandato que se
pretenda ejercer será nulo.

Otros principios y artículos que no se puede reformar “en ningún caso”,


aunque sin señalar específicamente el número de artículo porque la mayoría
son una repetición o forma condensada de lo que se prescribe en algunos de
los artículos que no se pueden reformar pero que sí se identifican
expresamente por su número, son:

a. Toda cuestión que se refiera a la forma Republicana de Gobierno.


b. Toda cuestión que se refiera al principio de no reelección para el ejercicio
de la Presidencia de la República.
c. Ni restársele efectividad o vigencia a los artículos que estatuyen la
alternabilidad en el ejercicio de la Presidencia de la República
d. Así como tampoco dejárseles en suspenso o de cualquier otra manera
variar o modificar su contenido.
Hay que señalar, sin embargo, que existe cierto debate respecto a si el
propio artículo 281, a su vez, puede ser objeto de reforma. Habrá que dejar
claro que el artículo 281 no puede ser objeto de reforma, porque nótese que
dicho artículo empieza, precisamente, utilizando la expresión “En ningún
caso podrán reformarse los artículos... La expresión "en ningún caso"
implica que sin ninguna excepción y bajo ninguna circunstancia podrán
reformarse los artículos que se indican en el artículo 281 lo cual elimina la
posibilidad de reformar el propio artículo 281.

No obstante lo anterior, se argumentan que el artículo 281 sí puede ser


objeto de reforma porque expresamente no se incluye a sí mismo entre los
artículos no reformables y, por lo tanto, podría reformarse en el sentido de
modificar o eliminar los artículos en él señalados como irreformables, o
bien, podría eliminarse por completo el artículo 281. Para justificar este
argumento hay quienes utilizan como ejemplo el artículo 278 que, en su
parte conducente, está redactado en los siguientes términos: “ARTÍCULO
278.- Asamblea Nacional Constituyente. Para reformar éste o cualquier
artículo de los contenidos en el Capítulo I del Título II de esta Constitución,
es indispensable que el Congreso de la República, con el voto afirmativo de
las dos terceras partes de los miembros que lo integran, convoque a una
Asamblea Nacional Constituyente...” Argumentando que en este caso el
artículo 278 se incluye a si mismo expresamente, cosa que no sucede con el
artículo 281.

Para aclarar dudas, La Corte de Constitucionalidad en reiteradas ocasiones


ha señalado que “... la Constitución debe interpretarse como un conjunto
armónico; En el significado de que cada parte debe determinarse en forma
acorde con las restantes, que ninguna disposición debe ser considerada
aisladamente y que debe preferirse la conclusión que armonice y no la que
coloque en pugna a las distintas cláusulas del texto”… (Expediente 280-90,
Gaceta Jurisprudencial No. 18, Considerando VIII), sin embargo, ello nunca
debe entenderse o utilizarse como pretexto para intentar despojar a una
disposición constitucional de su claro significado.

La Corte de Constitucionalidad aunque sin explicar por qué ni entrar en


detalles, tal vez por considerarlo evidente, también ha señalado que el
artículo 281 no puede ser reformado. Ello puede observarse en el
Expediente 931-98, Considerando II, en el que, entre otras cosas, se señala
"... el Congreso de la República tiene facultad para constituirse en poder
constituyente derivado, con capacidad para aprobar textos de reforma de
la Constitución Política, exceptuando los referidos en el Capítulo I del
Título II y sus artículos 278 y 281". Como puede apreciarse, la Corte de
Constitucionalidad incluye expresamente el artículo 281 entre los artículos
que no se pueden reformar.

LEYES CONSTITUCIONALES: En el caso específico de Guatemala, la


Asamblea Nacional Constituyente originaria o genuina de 1984-1985, y lo
mismo sucedió con otras Asambleas Nacionales Constituyentes anteriores de
la misma clase como la de 1965, decidió no solo elaborar la Constitución
sino también las denominadas “Leyes Constitucionales”.

Las Leyes Constitucionales tratan sobre temas tan importantes en materia


constitucional que la Asamblea Nacional Constituyente consideró necesario
redactarlas y/o dejar en vigencia algunas de las Leyes Constitucionales
redactadas por una Asamblea Nacional Constituyente originaria o genuina
anterior y no dejar su redacción o elaboración sencillamente al Congreso de
la República.

Las Leyes Constitucionales son solo cuatro:


1. Ley de Amparo, Exhibición Personal y de Constitucionalidad
2. Ley Electoral y de Partidos Políticos
3. Ley de Emisión del Pensamiento
4. Ley de Orden Público
Las dos primeras, es decir, la Ley de Amparo, Exhibición Personal y de
Constitucionalidad y la Ley Electoral y de Partidos Políticos fueron
decretadas, sancionadas y promulgadas por la Asamblea Nacional
Constituyente de 1984-1985 la cual, a su vez, dejó en vigencia las otras dos,
es decir, la Ley de Emisión del Pensamiento y la Ley de Orden Público;
estas habían sido decretadas, sancionadas y promulgadas por la Asamblea
Nacional Constituyente de 1965.

¿Y PARA SU REFORMA?… Para reformar la leyes constitucionales se


requiere de un procedimiento un poco menos riguroso que para
reformar la Constitución, pero más riguroso que el que es necesario
para reformar las leyes ordinarias. / “Las leyes calificadas como
constitucionales requieren, para su reforma, el voto de las dos terceras
partes del total de diputados que integran el Congreso, previo dictamen
favorable de la Corte de Constitucionalidad”. (Segundo párrafo del
artículo 175 de la Constitución).

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