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Informe Diagnóstico

2do 3era

Prácticas del lenguaje

Profesora: Magalí Barreto

Los y las alumnas del curso en general respondieron de manera positiva las actividades que
se realizaron en clase durante la etapa de diagnóstico, en el sentido de que las reciben con buena
predisposición. Esas actividades consistieron en intervenciones, en algunos casos individuales
y en otros grupales, en las que se apuntó a indagar sobre cómo leen, escriben, participan
oralmente e interpretan tanto la lectura como la oralidad los chicos y chicas de 2do 3era.
Además del manejo en las prácticas que mencionamos antes, también se indagó en otros
conocimientos previos que tienen un carácter más teórico y abstracto, como la clasificación y la
construcción de las palabras, de las oraciones y de los textos.
En este sentido el manejo que tiene el grupo en general de las prácticas que refieren a la
lectura, la escritura y la oralidad, es regular. Es decir, escriben y leen pero con algunas
deficiencias que tienen que ver con la relación de esas actividades con los aspectos teóricos que
marcábamos antes, en los que también se observa poco manejo. En este sentido, al no manejar
los y las alumnas la unidad de sentido que constituye, por ejemplo, la oración dentro de un
párrafo, se ven afectadas las prácticas de lectura y escritura. Además y en esta línea tampoco
tienen el hábito de la lectura en voz alta, hábito que necesita de la práctica recurrente. Aunque,
por otro lado, la participación oral en el grupo es muy buena.
En particular hay tres aspectos que son preocupantes, la falta de alfabetización, las
inasistencias y la falta de trabajo en clase.
Sobre la primera podemos decir que hay dos estudiantes que no manejan la lectura y la
escritura y uno sobre el que hay evidencias que apuntan a lo mismo aunque no lo podemos
asegurar con contundencia. En primer lugar tenemos el caso de la alumna Oriana Algarañaz.
Ella no está alfabetizada, sí puede copiar, pero sin comprender lo que está copiando. No
establece una relación entre la forma, el sonido y el sentido de una palabra. Tampoco puede
reconocer todas las letras, sobre todo las consonantes. No establece relación entre el nombre de
la letra y su grafía. La alumna tiene ganas de aprender hay buena predisposición y encuentra
entusiasmo cuando, con ayuda, puede escribir (no copiar) una palabra en particular. Otro
aspecto importante es que se estableció una relación estudiante-docente de confianza. Por otro
lado, Oriana entregó las actividades y cada vez participa más en clase.
Otro alumno que no está alfabetizado es Guillermo Tello. En este alumno se presenta una
dificultad adicional, tiene mucha vergüenza. Es difícil hablar con él de temas que puedan
introducir la lectura y la escritura de una forma mucho más amable y menos expuesta, como por
ejemplo qué le gusta hacer. Mucho más difícil es hacerlo de manera directa. De la misma
manera que Oriana, Guillermo puede copiar. Al no poder establecer la misma relación que con
Oriana, por ejemplo, no se puede asegurar si sabe o no las letras y si reconoce a partir del
nombre la grafía de cada una. Se puede suponer, aunque sería mucho más importante tener
certezas, que maneja la escritura y lectura de algunas palabras cortas y conocidas para él. La
base de esta suposición es que el alumno sabe escribir “Mess”i. Esa escritura fue el punto
máximo al que llegamos en clase. Otra dificultad es que Guillermo solo entregó una actividad
de las cuatro que hicimos y no participa oralmente en clase.
El otro alumno del que se tiene fuertes sospechas sobre su manejo de la lectura y la
escritura es Ángel Ramírez. Él copia del pizarrón sin grandes problemas. Como Guillermo,
Ángel tiene mucha vergüenza, pero en este caso llega al punto de que el alumno casi no habla.
Ante preguntas muy sencillas y también relacionadas con otros temas que no tienen que ver con
la lectura y la escritura, sus respuestas son muy cortas o casi no hay. Preguntas que tienen que
ver con el orden de lo práctico, por ejemplo, si tiene celular o si terminó de copiar, sí las
responde de manera directa. Esta comunicación hace que se dificulte aún más saber si el alumno
sabe o no leer y escribir. No lee en clase, no hace las actividades y no escribe por sí mismo,
elementos que apuntan a que no está alfabetizado o que está en proceso, pero la causa o causas
podrían ser otras. Es por esto, para aclarar la situación y para trabajar sobre certezas, que se
necesita el apoyo del Equipo de Orientación Escolar de la misma forma que lo necesitan los
casos de Guillermo y Oriana.
El otro tema particular es la inasistencia de estuantes. No se puede dejar de mencionar esto
ya que la inasistencia afecta a la percepción que se tuvo de ellos y ellas durante las semanas de
diagnóstico. Las y los estuantes que faltan seguido a la clase de Prácticas del lenguaje son:
Dylan Bardiola, José Caballero, Sebastián Cáceres, Santiago Rodríguez y Samira Rolón.
El último tema particular es la falta de trabajo en clase, hay algunos/as estudiantes a los
que todavía les cuesta retomar el ritmo de la secundaria, pero hay otros que no completaron ni
una actividad y no participan oralmente en clase, a pesar de que los plazos son flexibles y las
actividades concluyen, por lo general, en puestas en común. Son los casos de José Caballero,
Sebastián Cáceres, Matías Leguizamón, Santiago Rodríguez y Thiago Videz. Algunos de estos
casos coinciden con los de inasistencia. El caso más preocupante es el de Thiago Videz ya que
por lo general no saca los útiles escolares, no trabaja en clase, tampoco copia del pizarrón.
Durante la clase se dedica a estar con su celular o a tirarse papeles con otros compañeros,
motivos por los que se le ha llamado la atención y se le ha escrito a la familia mediante el
cuaderno de comunicados. Si bien su actitud no es conflictiva en sí, tampoco tiene en cuenta lo
que se le dice. Este alumno, a pesar de no haber trabajado en clase, sabe leer. Accedió a leer una
oración muy corta.

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