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¿Acaso esto, no es un llamado de atención y una respuesta a los ¿Porqué la bendición escasea y por qué
la naturaleza no fructifica en nuestros días? Y más aún, ¿Por qué la vida espiritual se seca y se transforma
en un desierto? ¿Qué vinculación y qué relación guarda esta realidad espiritual con la efectividad de la
palabra de Dios en la vida del cristiano? (Ver Salmo 1: 2 y 3; Jeremías 17: 8 y 13 al 15)
No hay lugar a dudas que, Dios por medio del año sabático y el Jubileo, estaba sembrando en la conciencia
el valor del descanso y el reposo no sólo en la tierra, sino también en la vida humana. Y junto con ello,
enseñaba la dependencia absoluta de Él cuando no se sembrará la tierra. (Ver 25: 20, 21). Pero, aún más,
Dios quería inculcar que la tierra y todo lo que en ella existe es propiedad Suya, prestada al hombre para
administrarla. Lamentablemente, todo el caos climático y el cansancio de la tierra ha sido ocasionado por
el pecado del hombre y la nefasta mala administración de los recursos. (Ver Génesis 1:28 y 2:15 y Levítico
25:23)
vv. 18 al 22
Practicar y observar las leyes dadas prometía “seguridad confiada” en la tierra prometida. A pesar de los
enemigos circundantes Dios sería su “Guardián”. La palabra “seguros” en ese contexto significa, tanto
seguridad exterior como interior, es decir, una confianza de
ánimo. (vv. 18 y 19).
La base bíblica sobre la que se construyen estas leyes, como hemos dicho, está en que la tierra le pertenecía
a Dios, pero permitía que su pueblo la utilizara bajo ciertas condiciones. Nunca se debía utilizar las
ordenanzas como un medio de injusticia o de quedar por encima económicamente de los demás y de los
más desposeídos. Las leyes todas están basadas en el Amor, primero a Dios, y luego, al prójimo. (Ver
Gálatas 5:14)
PRIMER TÍTULO: “PLENO BIENESTAR AL PONER POR OBRA LA PALABRA DE DIOS” vv. 18 y 19 (Ver Levítico
26:5; Proverbios 22:4)
Es muy evidente en las Escrituras que la bendición y la prosperidad están ligadas a la obediencia. Tal vez,
esta verdad bíblica no es desconocida, sin embargo, lo que presenta cierta dificultad es comprender hoy
qué implicancias tiene la obediencia. Es una obediencia al modo “fariseo” de diezmar la “menta” y el
“comino”, o es vivir un evangelio de la integridad y la coherencia entre el decir y el vivir o el afanarnos en
una oración al modo del que oraba en pie. (Lucas 18:11 y 12).
SEGUNDO TÍTULO: “PROMESA DIVINA ANTE LA POSIBLE INQUIETUD DE SU PUEBLO”. vv. 20 y 21 (Ver
Salmo 132:15; Mateo 6:25,26)
Esa “inquietud” del pueblo de Israel por el ¿Qué pasará mañana? es un reflejo de nuestras propias
preocupaciones el día de hoy. La incertidumbre es un monstruo que creció durante la pandemia, y aún
sigue rondando nuestro corazón. Pareciera que cuando cunde el pánico por el “mañana”, no estamos
exentos de contagiarnos .En esos momentos ¿Dónde quedan las promesas que Dios nos ha dado? Si
nuestra fidelidad en buscarle y vivir su evangelio ¿Podrá Dios apagar esa incertidumbre del siglo?
TERCER TÍTULO: “BENDICIONES ANTICIPADAS DE DIOS DAN SEGURIDAD A SU PUEBLO” v.22 (Ver
Deuteronomio 28:12)
Alguien contó 3.573 promesas bíblicas en AT y NT. ¿Cuántas de ellas ha tomado y vivido usted en su
caminar? ¿Cuál está viviendo en estos momentos que lee este título? En el mundo que vivimos, la única
seguridad que podemos tener es aquella que se basa en las Palabras de Dios. La dificultad, es que tenemos
mucho de Tomás y queremos “ver” primero, y, después “creer”. (2° Reyes 6:17). Aún así, Dios perdona
nuestra incredulidad que, casi siempre va acompañada de la murmuración. (Números 11: 4, 5 y 6)
UNA REFLEXIÓN:
La lección de esta semana nos confronta con nuestra relación con la Palabra de Dios. Cada vez que hay
esterilidad y sequedad espiritual, y cada vez que estamos inmersos en necesidades de cualquier tipo,
debemos preguntarnos ¿Qué tipo de relación tengo con la Biblia y cómo la Escritura nutre mi vida de
oración? Son las dos alas de un avión. Un avión movido por el Espíritu Santo. Si Dios ha establecido que, si
el timón, la brújula y el ancla es Su Palabra, nada nos podrá faltar, entonces ¿Por qué la incertidumbre del
mañana puede más que sus promesas? Si buscamos su reino todo será añadido. Sin embargo, esperamos,
generalmente, “la añadidura” para orar, escudriñar y adorar. Ese, no es el orden divino; su orden es creer
para recibir. (Juan 20:29)
¿Usted piensa que, en algunas ocasiones, “la bendición” nos hace mal? ¿En qué
circunstancias y por qué?
¿De qué forma esa actitud del israelita de añorar los pepinos y el pescado de Egipto, se ha
enraizado en nosotros también? ¿A usted le es suficiente el “abrigo y el sustento para ser
feliz?
ESTUDIO BÍBLICO, DOMINGO 02 ABRIL 2023, EFESIOS 4:12.HNO. SERGIO JERIA CARRASCO