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CONTROL PROVISIONAL PREVENTIVO.

PARÁMETROS A SEGUIR POR LOS ELEMENTOS


DE LA POLICÍA PARA QUE AQUÉL TENGA VALIDEZ CON POSTERIORIDAD A LA
DETENCIÓN EN FLAGRANCIA. La finalidad de los controles preventivos provisionales es evitar
la comisión de algún delito, salvaguardar la integridad y la vida de los agentes policiacos, o
corroborar la identidad de alguna persona, con base en información de delitos previamente
denunciados ante la policía o alguna autoridad. En este sentido, la realización de esos controles
excluye la posibilidad de que la autoridad pueda detener a una persona sin causa mínima que lo
justifique, de lo contrario, bajo una circunstancia abstracta -como la apariencia física de las
personas, su forma de vestir, hablar o comportarse-, podrían justificar su detención y revisión
física cuando es evidente que no existen circunstancias que permitan explicar la sospecha de
que se está cometiendo un delito. Por tanto, para que se justifique la constitucionalidad de un
control preventivo provisional es necesario que se actualice la sospecha razonada objetiva de
que se está cometiendo un delito y no sólo una sospecha simple que derive de un criterio
subjetivo del agente de la autoridad. Así, las circunstancias para acreditar empíricamente la
sospecha razonable objetiva son relativas a los objetos materiales del ilícito, los sujetos, lugares
y horarios descritos por las víctimas y los testigos de algún delito con las denuncias que haya
recibido la policía. En este contexto, las condiciones en las cuales la policía estará en posibilidad
de llevar a cabo un control de detención, se actualizan cuando la persona tenga un
comportamiento inusual, así como conductas evasivas y/o desafiantes frente a los agentes de la
policía. Sin embargo, en la actualización del supuesto de sospecha razonada, no existe la
condición fáctica descrita, la comisión del delito evidente y apreciable de forma directa, pero sí
las condiciones circunstanciales que justifican la realización de un control preventivo provisional
por parte de los agentes de la autoridad, ya sea porque haya una denuncia informal o anónima,
o porque el sujeto exteriorice acciones que objetivamente den lugar a considerar que se
pretende ocultar la realización de un delito. Aunado a lo anterior, las condiciones fácticas son las
que van a determinar el grado de intensidad del control preventivo por parte de la autoridad. En
este sentido, existen dos tipos de controles que pueden realizarse: 1. Preventivo en grado
menor, en el cual, los agentes de la policía pueden limitar provisionalmente el tránsito de
personas y/o vehículos con la finalidad de solicitar información a la persona controlada, por
ejemplo, su identidad, ruta, motivos de su presencia, etcétera. En este control preventivo de
grado menor, también los agentes de la policía pueden efectuar una revisión ocular superficial
exterior de la persona o del interior de algún vehículo. 2. Preventivo en grado superior, el cual
está motivado objetivamente por conductas proporcionales y razonablemente sospechosas, lo
que implica que los agentes policiales estén en posibilidad de realizar sobre la persona y/o
vehículos un registro más profundo, con la finalidad de prevenir algún delito, así como para
salvaguardar la integridad y la vida de los propios agentes. En este supuesto, éstos podrían,
además, registrar las ropas de las personas, sus pertenencias así como el interior de los
vehículos. Este supuesto se actualiza si las circunstancias objetivas y particulares del delito y el
sujeto corresponden ampliamente con las descritas en una denuncia previa, o bien si los sujetos
controlados muestran un alto nivel de desafío o de evasión frente a los agentes de la autoridad.
En consecuencia, si después de realizar el control provisional legítimo los agentes de la policía
advierten la comisión flagrante de algún delito, la detención del sujeto controlado será lícita, y
también lo serán las pruebas descubiertas en la revisión que, a su vez, tendrán pleno valor
jurídico para ser ofrecidas en juicio. Época: Décima Época; Registro: 2010961; Instancia: Primera Sala; Tipo
de Tesis: Aislada; Fuente: Gaceta del Semanario Judicial de la Federación; Libro 27, Febrero de 2016, Tomo I;
Materia(s): Constitucional; Tesis: 1a. XXVI/2016 (10a.); Página: 669. Amparo directo en revisión 3463/2012. 22 de
enero de 2014. Cinco votos de los Ministros Arturo Zaldívar Lelo de Larrea, José Ramón Cossío Díaz, Alfredo
Gutiérrez Ortiz Mena, Olga Sánchez Cordero de García Villegas y Jorge Mario Pardo Rebolledo. Ponente: José
Ramón Cossío Díaz. Secretario: Julio Veredín Sena Velázquez. Esta tesis se publicó el viernes 19 de febrero de
2016 a las 10:15 horas en el Semanario Judicial de la Federación.

DERECHO HUMANO A LA LIBERTAD PERSONAL. CARACTERÍSTICAS DE LOS NIVELES


DE CONTACTO ENTRE UNA AUTORIDAD QUE EJERCE FACULTADES DE SEGURIDAD
PÚBLICA Y UNA TERCERA PERSONA. De conformidad con la Constitución Política de los
Estados Unidos Mexicanos y con los tratados internacionales, si bien todas las personas gozan
de los derechos a la libertad personal, a la intimidad, a no ser molestadas en sus posesiones o
propiedades y a la libre circulación, como cualquier otro derecho humano, al no ser absolutos, su
ejercicio puede ser restringido o limitado con base en criterios de proporcionalidad. En ese
sentido, el artículo 16 de la Constitución prevé que para que una persona pueda ser privada de
su libertad debe existir una orden de aprehensión o la concurrencia de flagrancia o caso urgente
en la comisión de una conducta delictiva; accionar al que el texto constitucional le denomina
"detención". Sin embargo, no todo contacto entre una autoridad de seguridad pública y una
persona puede catalogarse de esa forma, pues las competencias propias de los agentes de
seguridad pública implican también actos de investigación o prevención del delito. En ese tenor,
se pueden distinguir tres niveles de contacto entre una autoridad que ejerce facultades de
seguridad pública y una tercera persona: a) simple inmediación entre el agente de seguridad y el
individuo, para efectos de investigación, identificación o prevención; b) restricción temporal del
ejercicio de un derecho, como pueden ser la libertad personal, propiedad, libre circulación o
intimidad, y c) detención en sentido estricto. El primer nivel de contacto no requiere justificación,
ya que es una simple aproximación de la autoridad con la persona que no incide en su esfera
jurídica, el cual se actualiza, por ejemplo, cuando un agente de policía se acerca a una persona
en la vía pública y le hace cierto tipo de preguntas sin ejercer ningún medio coactivo y bajo el
supuesto de que dicha persona puede retirarse en cualquier momento. En cambio, la restricción
temporal del ejercicio de la libertad surge cuando una persona se siente razonablemente
obligada por la autoridad a obedecer sus órdenes expresas o implícitas, mismas que pueden
derivar en una ausencia de movimiento físico. Esta restricción debe ser excepcional y admitirse
únicamente en casos en los que no es posible, por cuestión temporal, conseguir un
mandamiento escrito u orden judicial para ejercer actos de molestia a una persona o a sus
posesiones. Para ello, la autoridad deberá acreditar la concurrencia de una suposición razonable
de que se está cometiendo una conducta delictiva, la cual variará en cada caso concreto y debe
ser acreditable empíricamente. Así, a saber, la autoridad deberá señalar detenidamente cuál era
la información (hechos y circunstancias) con la que contaba en ese momento para suponer
razonablemente que la persona en cuestión estaba cometiendo una conducta ilícita o, por el
contrario, si el registro o revisión fue autorizado libremente por el posible afectado,
entendiéndose que existe consentimiento cuando fue prestado consciente y libremente; es decir,
ausente de error, coacción o de un acto de violencia o intimidación por parte de los agentes de
policía. Época: Décima Época; Registro: 2008638; Instancia: Primera Sala; Tipo de Tesis: Aislada; Fuente: Gaceta
del Semanario Judicial de la Federación; Libro 16, Marzo de 2015, Tomo II; Materia(s): Constitucional; Tesis: 1a.
XCIII/2015 (10a.); Página: 1096. Amparo directo en revisión 1596/2014. 3 de septiembre de 2014. Mayoría de tres
votos de los Ministros Arturo Zaldívar Lelo de Larrea, Alfredo Gutiérrez Ortiz Mena y Olga Sánchez Cordero de
García Villegas. Disidentes: José Ramón Cossío Díaz, quien formuló voto particular, y Jorge Mario Pardo Rebolledo.
Ponente: Alfredo Gutiérrez Ortiz Mena. Secretario: Miguel Antonio Núñez Valadez. Esta tesis se publicó el viernes
13 de marzo de 2015 a las 9:00 horas en el Semanario Judicial de la Federación.

DETENCIÓN Y RESTRICCIÓN PROVISIONAL DE LA LIBERTAD PERSONAL. SU


INTERRELACIÓN Y DIFERENCIAS CONCEPTUALES. En materia de seguridad pública
existen diferentes niveles de contacto entre la autoridad y las terceras personas para efectos de
prevenir, investigar y perseguir las posibles conductas delictivas, en términos del artículo 21 de
la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos. El primer nivel de contacto es la
restricción temporal del ejercicio de un derecho como puede ser la libertad personal, que surge
como una afectación momentánea de esa libertad que debe estar justificada constitucionalmente
bajo la existencia de una suposición razonable de que se está cometiendo una conducta
delictiva. El segundo nivel se origina con la privación de dicho derecho a partir de una detención,
el cual se justifica con base en ciertos requisitos constitucionalmente exigidos, entre ellos, la
flagrancia. Bajo esa tónica, resulta importante resaltar que no deben confundirse los citados
niveles de actuación, pues habrá situaciones en las que restricciones temporales a la libertad
personal se conviertan en detenciones, al verificarse en el instante de la restricción la
actualización de una conducta delictiva, mientras que en otros casos se agotará la actuación
policial en dicha restricción sin que exista propiamente una detención; en ese caso, la suposición
razonable deberá acreditarse en su momento por la autoridad para que el juzgador pueda tomar
como válidas las consecuencias o pruebas conseguidas a partir de aquél. Dicho lo anterior,
podría darse el supuesto de que un control preventivo provisional tenga una relación directa con
una detención en flagrancia, por lo cual esta última no se justificaría si los elementos con los
cuales pretende acreditarse derivan o provienen únicamente de una restricción temporal de la
libertad personal carente de razonabilidad constitucional; es decir, no es posible justificar en
todos los casos la flagrancia a partir de elementos conocidos por una restricción temporal de la
libertad de una persona que no se realice de conformidad con los límites establecidos
constitucionalmente. En cambio, si la detención en flagrancia es autónoma respecto a la
restricción temporal de la libertad, es posible validar la detención sin tener que analizar si el
control preventivo provisional se efectuó conforme a los citados lineamientos constitucionales, ya
que en ese supuesto nunca hubo restricción temporal, sino directamente detención. Época: Décima
Época; Registro: 2008639; Instancia: Primera Sala; Tipo de Tesis: Aislada; Fuente: Gaceta del Semanario Judicial
de la Federación; Libro 16, Marzo de 2015, Tomo II; Materia(s): Constitucional; Tesis: 1a. XCIV/2015 (10a.); Página:
1097. Amparo directo en revisión 1596/2014. 3 de septiembre de 2014. Mayoría de tres votos de los Ministros Arturo
Zaldívar Lelo de Larrea, Alfredo Gutiérrez Ortiz Mena y Olga Sánchez Cordero de García Villegas. Disidentes: José
Ramón Cossío Díaz, quien formuló voto particular, y Jorge Mario Pardo Rebolledo. Ponente: Alfredo Gutiérrez Ortiz
Mena. Secretario: Miguel Antonio Núñez Valadez. Esta tesis se publicó el viernes 13 de marzo de 2015 a las 9:00
horas en el Semanario Judicial de la Federación.
DETENCIÓN EN FLAGRANCIA. LOS ELEMENTOS POLICIALES QUE PARTICIPEN EN
ÉSTA CARECEN DE FACULTADES PARA REALIZAR ACTUACIONES SOBRE LA
INVESTIGACIÓN DEL DELITO, SIN AUTORIZACIÓN DEL MINISTERIO PÚBLICO. La
detención en flagrancia, como excepción a la afectación del derecho humano a la libertad
personal, constituye un ejemplo del parámetro restringido de la intervención de la policía, el cual
aporta un fuerte contenido de seguridad jurídica para los gobernados, ya que los cuerpos de las
instituciones policiales que participen en dicha detención no tienen autorización, en términos
constitucionales, para actuar arbitrariamente; es decir, una vez lograda la detención del
indiciado, la policía tiene la obligación de presentarlo inmediatamente ante el Ministerio Público,
sin que esté facultada para realizar acciones relacionadas con la investigación del delito, sin
autorización de aquél. El anterior imperativo persigue un objetivo constitucional: hacer que la
detención en flagrancia opere materialmente como una verdadera excepción a la afectación del
derecho humano a la libertad personal. Además, dicho mandato busca que al indiciado se le
presente sin demora injustificada ante la autoridad a quien le competa verificar si es correcta la
causa que dio lugar a su detención y determinar la situación que guarda frente al sistema jurídico
positivo y vigente. Época: Décima Época; Registro: 2011527; Instancia: Primera Sala; Tipo de Tesis: Aislada;
Fuente: Gaceta del Semanario Judicial de la Federación; Libro 29, Abril de 2016, Tomo II; Materia(s): Constitucional,
Penal; Tesis: 1a. CXXXVII/2016 (10a.); Página: 1113. Amparo en revisión 549/2014. 8 de abril de 2015. Cinco votos
de los Ministros Arturo Zaldívar Lelo de Larrea, José Ramón Cossío Díaz, Jorge Mario Pardo Rebolledo, Olga
Sánchez Cordero de García Villegas y Alfredo Gutiérrez Ortiz Mena. Ponente: José Ramón Cossío Díaz. Secretario:
Julio Veredín Sena Velázquez. Esta tesis se publicó el viernes 29 de abril de 2016 a las 10:29 horas en el
Semanario Judicial de la Federación.

DETENCIÓN EN FLAGRANCIA. APRECIACIÓN DE SU VALIDEZ CONSTITUCIONAL


CUANDO LA AUTORIDAD TIENE CONOCIMIENTO, POR MEDIO DE UNA DENUNCIA
INFORMAL, QUE SE ESTÁ COMETIENDO O SE ACABA DE COMETER UN DELITO. La
Primera Sala de la Suprema Corte de Justicia de la Nación ha determinado el procedimiento que
debe seguirse para efectuar una detención cuando la autoridad tiene conocimiento por medio de
una denuncia informal sobre un delito cometido en flagrancia; y para que aquélla pueda ser
válida (por guardar correspondencia formal y material con la normativa que rige el actuar de la
policía) tiene que ceñirse al concepto constitucional estricto de flagrancia, es decir, debe
actualizarse alguno de los supuestos siguientes: 1. La autoridad puede aprehender al aparente
autor del delito si observa directamente que la acción se comete en ese preciso instante, esto
es, en el iter criminis; o, 2. La autoridad puede iniciar la persecución del aparente autor del delito
a fin de aprehenderlo si, mediante elementos objetivos, le es posible identificarlo y corroborar
que, apenas en el momento inmediato anterior, se encontraba cometiendo el delito. Ahora bien,
tratándose de la detención en flagrancia en el supuesto de denuncia informal (aquella que no se
rinde ante el Ministerio Público en las condiciones de regularidad formal que deben operar
ordinariamente), al evaluar la validez constitucional, el juez debe ponderar si la autoridad
aprehensora contaba con datos suficientes que le permitieran identificar con certeza a la
persona acusada y evaluar el margen de error que pudo haberse producido tomando como base
la exactitud y la precisión de los datos aportados en la denuncia. Época: Décima Época; Registro:
2010963; Instancia: Primera Sala; Tipo de Tesis: Aislada; Fuente: Gaceta del Semanario Judicial de la Federación;
Libro 27, Febrero de 2016, Tomo I; Materia(s): Constitucional, Penal; Tesis: 1a. XXV/2016 (10a.); Página: 671.
Amparo directo en revisión 3463/2012. 22 de enero de 2014. Cinco votos de los Ministros Arturo Zaldívar Lelo de
Larrea, José Ramón Cossío Díaz, Alfredo Gutiérrez Ortiz Mena, Olga Sánchez Cordero de García Villegas y Jorge
Mario Pardo Rebolledo. Ponente: José Ramón Cossío Díaz. Secretario: Julio Veredín Sena Velázquez. Esta tesis se
publicó el viernes 19 de febrero de 2016 a las 10:15 horas en el Semanario Judicial de la Federación.

DERECHO FUNDAMENTAL DEL DETENIDO A SER PUESTO SIN DEMORA A DISPOSICIÓN


DEL MINISTERIO PÚBLICO. ALCANCES Y CONSECUENCIAS JURÍDICAS GENERADAS
POR LA VULNERACIÓN A TAL DERECHO. El artículo 16 de la Constitución Política de los
Estados Unidos Mexicanos consagra un régimen general de libertades a favor de la persona,
entre las cuales, destaca el derecho a la libertad personal. Sin embargo, como todo derecho
humano, éste no es absoluto, por lo que la citada norma fundamental también delimita
exhaustivamente diversas hipótesis para su afectación, a saber: a) la orden de aprehensión; b)
las detenciones en flagrancia; y, c) el caso urgente. En tratándose de la flagrancia, esta Primera
Sala ha puntualizado que la misma constituye una protección a la libertad personal, cuyo control
judicial ex post debe ser especialmente cuidadoso, ya que quien afirma la legalidad y
constitucionalidad de una detención, debe poder defenderla ante el juez respectivo. Ahora bien,
por cuanto se refiere al derecho fundamental de "puesta a disposición ministerial sin demora", es
dable concluir que dentro del régimen general de protección contra detenciones que prevé el
artículo 16 constitucional, se puede derivar la exigencia de que la persona detenida sea
presentada ante el Ministerio Público lo antes posible, esto es, que sea puesta a disposición de
la autoridad ministerial o judicial respectiva, sin dilaciones injustificadas. Así, se está ante una
dilación indebida en la puesta a disposición inmediata del detenido ante el Ministerio Público,
cuando no existan motivos razonables que imposibiliten esa puesta inmediata, los cuales
pueden tener como origen impedimentos fácticos reales, comprobables y lícitos, los que deben
ser compatibles con las facultades concedidas a las autoridades, lo que implica que los agentes
aprehensores no pueden retener a una persona por más tiempo del estrictamente necesario
para trasladarla ante el Ministerio Público; desechando cualquier justificación que pueda estar
basada en una supuesta búsqueda de la verdad o en la debida integración del material
probatorio y, más aún, aquellas que resulten inadmisibles como serían la presión física o
psicológica al detenido para que acepte su responsabilidad o la manipulación de las
circunstancias y hechos de la investigación. En suma, esta Primera Sala de la Suprema Corte de
Justicia de la Nación estima que la violación al derecho fundamental de "puesta a disposición del
indiciado ante el Ministerio Público sin demora" genera como consecuencias: a) la anulación de
la confesión del indiciado, obtenida con motivo de esa indebida retención; b) la invalidez de
todos los elementos de prueba que tengan como fuente directa la demora injustificada, los
cuales no producirán efecto alguno en el proceso ni podrán ser valorados por el juez; y, c) la
nulidad de aquellas pruebas que a pesar de estar vinculadas directamente con el hecho delictivo
materia del proceso penal, sean recabadas por iniciativa de la autoridad aprehensora so pretexto
de una búsqueda de la verdad o debida integración del material probatorio -en el supuesto de
prolongación injustificada de la detención-, sin la conducción y mando del Ministerio Público; es
decir, sin la autorización de este último. No obstante, debe precisarse que las pruebas obtenidas
estrictamente con motivo de una detención en flagrancia no pueden ser invalidadas por actos
posteriores, como la obtención de pruebas que tengan como fuente directa la demora
injustificada, a menos que se acredite la existencia de vicios propios de la misma detención del
inculpado que determinen que ésta sea considerada inconstitucional. Época: Décima Época; Registro:
2005527; Instancia: Primera Sala; Tipo de Tesis: Aislada; Fuente: Gaceta del Semanario Judicial de la Federación;
Libro 3, Febrero de 2014, Tomo I; Materia(s): Constitucional, Penal; Tesis: 1a. LIII/2014 (10a.); Página: 643. Amparo
directo en revisión 3229/2012. 4 de diciembre de 2013. Mayoría de tres votos de los Ministros Arturo Zaldívar Lelo
de Larrea, José Ramón Cossío Díaz y Olga Sánchez Cordero de García Villegas. Disidentes: Alfredo Gutiérrez Ortiz
Mena y Jorge Mario Pardo Rebolledo, quienes reservaron su derecho a formular voto particular. Ponente: Olga
Sánchez Cordero de García Villegas. Secretarios: Julio Veredín Sena Velázquez, José Alberto Mosqueda
Velázquez, Javier Mijangos y González, José Díaz de León Cruz, Beatriz Joaquina Jaimes Ramos y Francisco
Octavio Escudero Contreras. Esta tesis se publicó el viernes 14 de febrero de 2014 a las 11:05 horas en el
Semanario Judicial de la Federación.

DETENCIÓN EN FLAGRANCIA. LA DEMORA INJUSTIFICADA DE LA PUESTA DEL


DETENIDO A DISPOSICIÓN DEL MINISTERIO PÚBLICO NO IMPLICA QUE AQUÉLLA SEA
ILEGAL. La detención de una persona y la inmediatez de su puesta a disposición ante el
Ministerio Público son actos diferentes, por ello, es importante considerar que ambos supuestos
tienen autonomía y deben analizarse en ese contexto; es decir, se trata de dos acciones que si
bien tienen una relación causal y sucesiva, mantienen independencia fáctica y sustancial. Así, en
el supuesto constitucional de detención en flagrancia, la primera acción que deben realizar los
policías es la detención; y la siguiente es presentar de inmediato al detenido ante el Ministerio
Público, para el efecto de que éste defina su situación jurídica. Sin embargo, el hecho de que la
policía demore injustificadamente la presentación, no implica que pueda afirmarse jurídicamente
que la persona fue detenida de forma ilegal; esto es, si la detención se ajustó a los parámetros
constitucionales, no existe razón jurídica por la que deba afectarse la declaratoria de validez
constitucional que se realice de ésta. Consecuentemente, la prolongación injustificada de la
puesta a disposición del detenido ante el Ministerio Público es una condición fáctica sucesiva e
independiente; de ahí que en caso de flagrancia, aquélla tendrá que calificarse de legal por estar
apegada a los parámetros constitucionales, sin perder validez jurídica, a pesar de que los
aprehensores, después de la detención y el aseguramiento de las evidencias, retrasen la
entrega del detenido de forma injustificada ante el Ministerio Público. Ello, porque la violación se
suscita con posterioridad a la detención que fue legal, por lo que el impacto deberá reflejarse a
partir de que la retención del detenido se torna injustificada. Época: Décima Época; Registro: 2010491;
Instancia: Primera Sala; Tipo de Tesis: Aislada; Fuente: Gaceta del Semanario Judicial de la Federación; Libro 24,
Noviembre de 2015, Tomo I; Materia(s): Constitucional, Penal; Tesis: 1a. CCCLXII/2015 (10a.); Página: 972.
Amparo directo en revisión 2190/2014. 26 de noviembre de 2014. Mayoría de tres votos de los Ministros Arturo
Zaldívar Lelo de Larrea, quien reservó su derecho para formular voto concurrente, José Ramón Cossío Díaz y Olga
Sánchez Cordero de García Villegas, quien reservó su derecho para formular voto concurrente. Disidentes: Jorge
Mario Pardo Rebolledo y Alfredo Gutiérrez Ortiz Mena. Ponente: José Ramón Cossío Díaz. Secretario: Julio Veredín
Sena Velázquez. Esta tesis se publicó el viernes 27 de noviembre de 2015 a las 11:15 horas en el Semanario
Judicial de la Federación.

FLAGRANCIA. EL ARTÍCULO 134, PRIMERA PARTE, DEL CÓDIGO DE PROCEDIMIENTOS


PENALES DEL ESTADO DE NUEVO LEÓN, AL PREVER LOS SUPUESTOS EN QUE EL
INDICIADO PUEDE SER DETENIDO DENTRO DE LAS 72 HORAS POSTERIORES A LA
COMISIÓN DEL HECHO DELICTIVO, ES INCONVENCIONAL Y DEBE INAPLICARSE POR
CONTRAVENIR LOS DERECHOS DE LIBERTAD Y DEBIDO PROCESO. El artículo 16,
párrafo quinto, de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos establece que
cualquier persona puede detener al indiciado en el momento en que esté cometiendo un delito o
inmediatamente después de haberlo cometido, poniéndolo sin demora a disposición de la
autoridad más cercana y ésta con la misma prontitud, a la del Ministerio Público, y que existirá
un registro inmediato de la detención. Luego, para determinar los alcances de la expresión
"inmediatamente después de la comisión del delito", contenida en ese precepto, la Primera Sala
de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, al resolver el 19 de septiembre de 2012, por
mayoría de cuatro votos, el amparo directo en revisión 991/2012, estableció que aquélla se
refiere a lo que doctrinariamente se identificó como cuasiflagrancia, que abarca la persecución
durante la huida física u ocultamiento del sujeto, los cuales se generan justo después de la
realización del ilícito penal, por lo que el concepto de flagrancia está limitado constitucionalmente
al instante de la comisión del delito -flagrancia stricto sensu- y al de la huida u ocultamiento del
sujeto que se genera inmediatamente después de la realización de los hechos delictivos -
cuasiflagrancia-, excluyendo la flagrancia equiparada. Ahora bien, el artículo 134, primera parte,
del Código de Procedimientos Penales del Estado de Nuevo León prevé que el indiciado puede
ser detenido dentro de las 72 horas posteriores a la comisión del hecho delictivo, siempre que
sea perseguido materialmente, alguien lo señale como responsable, se encuentre en su poder el
objeto del delito o el instrumento con el que se hubiera cometido, o existan huellas o indicios que
hagan presumir fundadamente su intervención en la comisión de aquél. Así, dicho precepto, al
ampliar a 72 horas -bajo determinados supuestos-, el periodo en que puede considerarse que se
está en presencia de flagrancia, para detener -sin orden judicial o de autoridad competente- al
sujeto que se considere como responsable de un ilícito, contraviene los derechos humanos de
libertad y debido proceso, reconocidos en los artículos 9 de la Declaración Universal de los
Derechos Humanos; 9, numerales 1 y 4 del Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos; I
y XXV de la Declaración Americana de los Derechos y Deberes del Hombre y 7, numerales 2, 3
y 6 de la Convención Americana sobre Derechos Humanos, pues la porción normativa en
estudio contempla diversos supuestos en los que puede estimarse -de manera similar o análoga-
a la flagrancia en el delito, siempre que se presenten dentro del término de 72 horas posteriores
a la comisión de los hechos delictivos, es decir, una flagrancia equiparada, institución prohibida
por los instrumentos internacionales invocados y por la Constitución, lo que no permite
armonizar ese acto legislativo con los artículos convencionales en comento; por tanto, en
aplicación del principio pro persona establecido en el artículo 1o. constitucional, dicho precepto
es inconvencional y debe inaplicarse. Época: Décima Época; Registro: 2010937; Instancia: Tribunales
Colegiados de Circuito; Tipo de Tesis: Jurisprudencia; Fuente: Gaceta del Semanario Judicial de la Federación;
Libro 26, Enero de 2016, Tomo IV; Materia(s): Constitucional; Tesis: IV.1o.P. J/7 (10a.); Página: 3012. PRIMER
TRIBUNAL COLEGIADO EN MATERIA PENAL DEL CUARTO CIRCUITO. Amparo directo 365/2014. 15 de enero
de 2015. Unanimidad de votos. Ponente: José Heriberto Pérez García. Secretaria: María Mercedes Ávila Arias.
Amparo directo 179/2014. 22 de enero de 2015. Unanimidad de votos. Ponente: Juan Manuel Rodríguez Gámez.
Secretario: Francisco Ángel Rangel Mendoza. Amparo directo 437/2014. 12 de marzo de 2015. Unanimidad de
votos. Ponente: Juan Manuel Rodríguez Gámez. Secretario: Jorge Xavier Zamora Barrón. Amparo directo 287/2014.
20 de marzo de 2015. Unanimidad de votos. Ponente: Juan Manuel Rodríguez Gámez. Secretaria: María Guadalupe
Briones Rodríguez. Amparo directo 363/2014. 9 de abril de 2015. Unanimidad de votos. Ponente: Ramón Ojeda
Haro. Secretario: David Acosta Huerta. Esta tesis se publicó el viernes 29 de enero de 2016 a las 11:00 horas en el
Semanario Judicial de la Federación y, por ende, se considera de aplicación obligatoria a partir del martes 2 de
febrero de 2016, para los efectos previstos en el punto séptimo del Acuerdo General Plenario 19/2013.

FLAGRANCIA EQUIPARADA. EFECTOS JURÍDICOS DERIVADOS DE LA DECLARATORIA


DE INCONSTITUCIONALIDAD DEL ARTÍCULO 267, PÁRRAFO SEGUNDO, DEL CÓDIGO DE
PROCEDIMIENTOS PENALES PARA EL DISTRITO FEDERAL, QUE LA PREVÉ. La Primera
Sala de la Suprema Corte de Justicia de la Nación ha determinado que la invalidez de medios
probatorios no sólo afecta a aquellas pruebas obtenidas directamente con motivo del acto que
provocó la violación a los derechos humanos, sino también a todas aquellas que tengan un
vínculo directo con dicha violación. Asimismo, que las pruebas obtenidas como resultado de una
prueba ilícita son igualmente inválidas, aunque para su consecución se hayan cumplido todos
los requisitos legales y constitucionales, al derivar de la violación de algún derecho humano, ya
sea directa o indirectamente, por lo que, de conformidad con la regla de exclusión probatoria, no
deben ser empleadas en un procedimiento jurisdiccional. De ahí que el alcance de dicha
interpretación, en relación con el artículo 16 de la Constitución Política de lo Estados Unidos
Mexicanos, respecto de las condiciones excepcionales que justifican válidamente la afectación a
la libertad personal de los individuos, con base en la cual declaró inconstitucional el artículo 267,
párrafo segundo, del Código de Procedimientos Penales para el Distrito Federal, que prevé el
supuesto de detención por flagrancia equiparada, tiene como efecto jurídico la exclusión de las
pruebas que tienen un impacto real en el proceso, lo que constituye una vía de reparación del
derecho humano vulnerado. Época: Décima Época; Registro: 2010499; Instancia: Primera Sala; Tipo de Tesis:
Aislada; Fuente: Gaceta del Semanario Judicial de la Federación; Libro 24, Noviembre de 2015, Tomo I; Materia(s):
Constitucional, Penal; Tesis: 1a. CCCLXXIV/2015 (10a.); Página: 979. Amparo directo en revisión 6024/2014. 2 de
septiembre de 2015. Cinco votos de los Ministros Arturo Zaldívar Lelo de Larrea, José Ramón Cossío Díaz, Jorge
Mario Pardo Rebolledo, quien formuló voto concurrente en el que se aparta de las consideraciones contenidas en la
presente tesis, Olga Sánchez Cordero de García Villegas y Alfredo Gutiérrez Ortiz Mena. Ponente: José Ramón
Cossío Díaz. Secretario: Julio Veredín Sena Velázquez. Esta tesis se publicó el viernes 27 de noviembre de 2015 a
las 11:15 horas en el Semanario Judicial de la Federación.

FLAGRANCIA. EL ARTÍCULO 202, FRACCIÓN III, DEL CÓDIGO DE PROCEDIMIENTOS


PENALES PARA EL ESTADO DE VERACRUZ, ABROGADO, AL ESTABLECER QUE LA
DETENCIÓN DE LA PERSONA PUEDE REALIZARSE DENTRO DE LAS CUARENTA Y
OCHO HORAS POSTERIORES A LA COMISIÓN DEL HECHO DELICTIVO, VULNERA EL
DERECHO HUMANO AL DEBIDO PROCESO. El artículo 16, párrafos primero y quinto, de la
Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos establece la posibilidad de realizar
detenciones en flagrancia, entendiéndose por éstas, aquellas en que se sorprenda a una
persona durante la comisión del delito; y como una segunda hipótesis, contempla que también
existirá flagrancia cuando se detenga al probable responsable en el "momento inmediato
posterior" a la comisión del delito, entendiendo por éste al que se genera con la persecución
material del sujeto, es decir, durante su huida física u ocultamiento cuando se acaba de cometer
el ilícito; disposición que es acorde con el artículo 7, numeral 3, de la Convención Americana
sobre Derechos Humanos (Pacto de San José de Costa Rica), que prohíbe la detención
arbitraria. Por su parte, el artículo 202, fracción III, del Código de Procedimientos Penales para el
Estado de Veracruz, abrogado, prevé que en el caso de delitos graves, las personas pueden ser
detenidas "dentro de las cuarenta y ocho horas" posteriores a la comisión del hecho delictivo,
cuando sean señaladas como responsables por el ofendido, la víctima, por algún testigo o quien
hubiese participado con ellos en la comisión del delito; cuando se encuentre en su poder el
instrumento o producto del delito, o aparezcan huellas o indicios que hagan presumir
fundadamente su participación en éste, siempre que se haya iniciado la investigación ministerial
y no exista interrupción en la persecución de la persona. Ahora bien, el citado precepto vulnera
el derecho humano al debido proceso, por no respetar la ratio que gira en torno a la flagrancia,
pues el Constituyente Permanente no autorizó aquella excepción para detener a una persona
con una extensión de hasta cuarenta y ocho horas más de haber cometido los hechos
delictuosos, lo que contraviene el mencionado artículo 16, párrafo quinto, constitucional, en tanto
que sólo puede detenerse a una persona en el momento en que está cometiendo el delito o
inmediatamente después. Época: Décima Época; Registro: 2008844; Instancia: Tribunales Colegiados de
Circuito; Tipo de Tesis: Aislada; Fuente: Gaceta del Semanario Judicial de la Federación; Libro 17, Abril de 2015,
Tomo II; Materia(s): Constitucional; Tesis: VII.4o.P.T.16 P (10a.); Página: 1728. CUARTO TRIBUNAL COLEGIADO
EN MATERIAS PENAL Y DE TRABAJO DEL SÉPTIMO CIRCUITO. Amparo directo 40/2014. 21 de noviembre de
2014. Unanimidad de votos. Ponente: Jorge Sebastián Martínez García. Secretario: Ismael Martínez Reyes. Nota:
La denominación actual del órgano emisor es la de Segundo Tribunal Colegiado en Materia de Trabajo del Séptimo
Circuito. Esta tesis refleja un criterio firme sustentado por un Tribunal Colegiado de Circuito al resolver un juicio de
amparo directo, por lo que atendiendo a la tesis P. LX/98, publicada en el Semanario Judicial de la Federación y su
Gaceta, Novena Época, Tomo VIII, septiembre de 1998, página 56, de rubro: "TRIBUNALES COLEGIADOS DE
CIRCUITO. AUNQUE LAS CONSIDERACIONES SOBRE CONSTITUCIONALIDAD DE LEYES QUE EFECTÚAN
EN LOS JUICIOS DE AMPARO DIRECTO, NO SON APTAS PARA INTEGRAR JURISPRUDENCIA, RESULTA
ÚTIL LA PUBLICACIÓN DE LOS CRITERIOS.", no es obligatorio ni apto para integrar jurisprudencia. Esta tesis se
publicó el viernes 10 de abril de 2015 a las 9:30 horas en el Semanario Judicial de la Federación.

DETENCIÓN POR CASO URGENTE. REQUISITOS PARA SU VALIDEZ. El artículo 16, párrafo
sexto, de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, prevé que sólo en casos
urgentes, cuando se trate de delito grave así calificado por la ley y ante el riesgo fundado de que
el indiciado pueda sustraerse a la acción de la justicia, siempre que no se pueda ocurrir ante la
autoridad judicial por razón de la hora, lugar o circunstancia, el Ministerio Público podrá, bajo su
responsabilidad, ordenar su detención, fundando y expresando los indicios que motiven su
proceder. Ahora bien, de las características ontológicas de la detención por caso urgente,
destaca que: a) es una restricción al derecho a la libertad personal; b) es extraordinaria, pues
deriva de condiciones no ordinarias, como el riesgo fundado de que la persona acusada de
cometer un delito grave se sustraiga a la acción de la justicia y que por razón de la hora, lugar o
circunstancia, el Ministerio Público no pueda ocurrir ante la autoridad judicial a solicitar una
orden de aprehensión; y, c) es excepcional, pues se aparta de la regla general sobre el control
judicial previo dentro del régimen de detenciones. En ese sentido, para que sea válida o legal la
detención por caso urgente debe estar precedida de una orden del Ministerio Público, una vez
que se han acreditado los tres requisitos que la autorizan: i) que se trate de un delito grave; ii)
que exista riesgo fundado de que el inculpado se fugue; y, iii) que por razones extraordinarias no
sea posible el control judicial previo. Así, estos requisitos constitucionales a los que está sujeta
la detención por caso urgente configuran un control normativo intenso dispuesto por el
legislador, que eleva el estándar justificativo para que el Ministerio Público decida ordenar la
detención de una persona sin control previo por parte de un juez. Por ello, esta Primera Sala de
la Suprema Corte de Justicia de la Nación considera razonable que el Constituyente determinara
que el Ministerio Público deba demostrar que los tres requisitos establecidos en el artículo 16
constitucional se actualizan concurrentemente. Además, deben existir motivos objetivos y
razonables que el Ministerio Público tiene la carga de aportar para que la existencia de dichos
elementos pueda corroborarse posteriormente por un juez, cuando éste realice el control
posterior de la detención, como lo dispone el artículo constitucional referido. Época: Décima Época;
Registro: 2009821; Instancia: Primera Sala; Tipo de Tesis: Aislada; Fuente: Gaceta del Semanario Judicial de la
Federación; Libro 21, Agosto de 2015, Tomo I; Materia(s): Constitucional, Penal; Tesis: 1a. CCLII/2015 (10a.);
Página: 466. Amparo directo en revisión 3506/2014. 3 de junio de 2015. Cinco votos de los Ministros Arturo Zaldívar
Lelo de Larrea, José Ramón Cossío Díaz, Jorge Mario Pardo Rebolledo, Olga Sánchez Cordero de García Villegas
y Alfredo Gutiérrez Ortiz Mena. Los Ministros Zaldívar, Pardo, Sánchez Cordero y Gutiérrez, reservaron su derecho
para formular voto concurrente. Ponente: José Ramón Cossío Díaz. Secretaria: Rosalba Rodríguez Mireles. Esta
tesis se publicó el viernes 28 de agosto de 2015 a las 10:30 horas en el Semanario Judicial de la Federación.

PARTE INFORMATIVO DE LA POLICÍA EN EL SUPUESTO DE DETENCIÓN POR


FLAGRANCIA. PARÁMETROS QUE DETERMINAN SU NATURALEZA JURÍDICA COMO
PRUEBA. En el supuesto de detención por flagrancia, la licitud del parte informativo de la
policía, como medio de prueba, no está supeditada a su ratificación por parte de sus signatarios
en la averiguación previa o en el proceso penal, toda vez que el reconocimiento del informe de la
policía y la reiteración de los hechos que en él se describen, constituyen una circunstancia
formal en la configuración de la prueba; de ahí que si no se realiza la diligencia en la que se
ratifique el informe por los policías que lo suscriben, éste mantendrá el carácter de prueba
documental; sin embargo, cuando se ratifica, debe valorarse en términos de una prueba
testimonial. Así, el informe del agente de la policía que realizó la detención de una persona en el
supuesto de flagrancia tiene validez jurídica como dato indiciario, ya que la configuración de la
prueba es una circunstancia independiente y no tiene relación con la determinación de validez
lícita de la prueba. Época: Décima Época; Registro: 2010504; Instancia: Primera Sala; Tipo de Tesis: Aislada;
Fuente: Gaceta del Semanario Judicial de la Federación; Libro 24, Noviembre de 2015, Tomo I; Materia(s): Penal;
Tesis: 1a. CCCLXI/2015 (10a.) Página: 987. Amparo directo en revisión 2190/2014. 26 de noviembre de 2014.
Mayoría de tres votos de los Ministros Arturo Zaldívar Lelo de Larrea, quien reservó su derecho para formular voto
concurrente, José Ramón Cossío Díaz y Olga Sánchez Cordero de García Villegas, quien reservó su derecho para
formular voto concurrente. Disidentes: Jorge Mario Pardo Rebolledo y Alfredo Gutiérrez Ortiz Mena. Ponente: José
Ramón Cossío Díaz. Secretario: Julio Veredín Sena Velázquez. Esta tesis se publicó el viernes 27 de noviembre de
2015 a las 11:15 horas en el Semanario Judicial de la Federación.

PARTE INFORMATIVO POLICIAL. DEBE SER OBJETO DE REVISIÓN BAJO EL


ESCRUTINIO JUDICIAL ESTRICTO DE VALORACIÓN PROBATORIA, ATENDIENDO A LAS
CONSECUENCIAS JURÍDICAS QUE DERIVAN DE SU CONTENIDO. Esta Primera Sala de la
Suprema Corte de Justicia de la Nación ha interpretado el artículo 16 de la Constitución Federal,
del cual derivan las condiciones constitucionalmente válidas para privar de la libertad a una
persona -orden de aprehensión, flagrancia y caso urgente-; sin embargo, es importante precisar
la trascendencia que tiene el parte informativo en cada uno de ellos. Así, en el supuesto relativo
a la orden de aprehensión, la intervención de la policía tiene un carácter meramente ejecutivo, al
derivar de un mandato judicial que le impone avocarse a la búsqueda, localización y detención
de la persona requerida. En este caso, el informe de los agentes aprehensores tiene por objeto
comunicar a la autoridad judicial el día y la hora en que se realizó la detención, así como el lugar
en el que se encuentra recluido el detenido. La razón de ello, es que el informe no tiene relación
con el delito por el que se ordenó la aprehensión del probable responsable. Por su parte, en el
supuesto relativo a que cuando con motivo del cumplimiento de una orden de aprehensión
expedida por la autoridad judicial competente, la policía detenga al detenido y,
circunstancialmente, descubra que está en el supuesto de comisión de delito flagrante, así como
si al detener a una persona por la comisión de un delito flagrante, cuando es presentada ante el
Ministerio Público, se tiene conocimiento de que existe una orden de aprehensión en su contra,
cuyo cumplimiento está pendiente, el informe de la policía debe comprender dos elementos
independientes: 1) la información relacionada con el cumplimiento de la orden de aprehensión; y,
2) la información relativa a los datos que sustentan la detención por un delito flagrante que no
tiene relación con el que motivó la orden judicial de captura. Ahora bien, en el supuesto de caso
urgente, la detención está motivada por una orden de captura emitida por el Ministerio Público;
aquí, el informe de la policía tiene por objeto dar a conocer a la representación social que se
ejecutó la detención y presentación del requerido conforme a los datos temporales que se
precisen en ese documento; sin embargo, no se espera que el informe aporte datos
trascendentales respecto del delito por el que se apertura la indagatoria. Pero si esto último
aconteciera, será una circunstancia excepcional que determine la adhesión del informe de la
policía al conjunto de pruebas que pueden ser incorporadas al juicio penal. También constituye
un supuesto particular cuando en el cumplimiento de una orden de detención por caso urgente,
la policía detuviera al requerido al momento de estar cometiendo un delito (en flagrancia); en
este caso, el informe de la policía estará configurado por dos apartados: 1) el relativo al
cumplimiento de la orden de detención por caso urgente; así como 2) la información relacionada
con el descubrimiento de un delito flagrante diverso al que motivó la orden ministerial de captura.
Finalmente, cuando se trata de detención en flagrancia, el informe tiene una particular
trascendencia porque es el documento sobre el que es posible constituir la base para la
formulación de la imputación jurídico-penal. En el informe, los policías describen las
circunstancias de tiempo, modo y lugar en que se efectúo la detención del probable responsable
y la descripción, a detalle, de las circunstancias que motivaron la detención y de las evidencias
que se encontraron, erigiéndose como un elemento de particular importancia para el acusador,
por lo que debe ser objeto de revisión bajo el escrutinio judicial estricto de valoración probatoria,
sobre todo cuando tiene diversas consecuencias jurídicas que derivan de su contenido. Época:
Décima Época; Registro: 2010505; Instancia: Primera Sala; Tipo de Tesis: Aislada; Fuente: Gaceta del Semanario
Judicial de la Federación; Libro 24, Noviembre de 2015, Tomo I; Materia(s): Constitucional, Penal; Tesis: 1a.
CCCLX/2015 (10a.); Página: 987. Amparo directo en revisión 2190/2014. 26 de noviembre de 2014. Mayoría de tres
votos de los Ministros Arturo Zaldívar Lelo de Larrea, quien reservó su derecho para formular voto concurrente, José
Ramón Cossío Díaz y Olga Sánchez Cordero de García Villegas, quien reservó su derecho para formular voto
concurrente. Disidentes: Jorge Mario Pardo Rebolledo y Alfredo Gutiérrez Ortiz Mena. Ponente: José Ramón Cossío
Díaz. Secretario: Julio Veredín Sena Velázquez. Esta tesis se publicó el viernes 27 de noviembre de 2015 a las
11:15 horas en el Semanario Judicial de la Federación.
TESTIGOS MENORES DE EDAD. PARA LA VALIDEZ Y EFICACIA DE SUS
DECLARACIONES MINISTERIALES DEBEN ESTAR ASISTIDOS POR ABOGADO O
DEFENSOR PÚBLICO, ASÍ COMO POR SUS PADRES O TUTOR. De acuerdo con los
artículos 8, numeral 1, de la Convención Americana sobre Derechos Humanos, 40 de la
Convención sobre los Derechos del Niño, 8, inciso d), 9, inciso a), 16 y 26, incisos a) y b), de las
Directrices sobre la justicia para los niños víctimas y testigos de delitos, el testimonio de un
menor tiene validez si se lleva a cabo observando el protocolo nacional e internacional en la
materia; de manera que para su aprobación y eficacia procesal, será indispensable observar una
serie de condiciones, a fin de que su información sea recogida de manera óptima, sin producir
algún menoscabo en su persona; para lo cual se requiere que estén asistidos por abogado o
defensor público, así como por sus padres o tutor; ello, en virtud de que al rendir su declaración
sobre hechos que impliquen la comisión de delitos, los menores de edad se encuentran
expuestos a un estado de vulnerabilidad tanto física como emocional, que puede poner en tela
de juicio su espontaneidad, veracidad e imparcialidad, al estar sujetos a vicios e irregularidades
durante la investigación ministerial. Época: Décima Época; Registro: 2006729; Instancia: Tribunales
Colegiados de Circuito; Tipo de Tesis: Aislada; Fuente: Gaceta del Semanario Judicial de la Federación; Libro 7,
Junio de 2014, Tomo II; Materia(s): Penal; Tesis: (X Región)1o.4 P (10a.); Página: 1935. PRIMER TRIBUNAL
COLEGIADO DE CIRCUITO DEL CENTRO AUXILIAR DE LA DÉCIMA REGIÓN. Amparo directo 861/2013
(expediente auxiliar 665/2013) del índice del Segundo Tribunal Colegiado en Materias Penal y de Trabajo del
Décimo Noveno Circuito, con apoyo del Primer Tribunal Colegiado de Circuito del Centro Auxiliar de la Décima
Región. 10 de enero de 2014. Unanimidad de votos. Ponente: Yair Mendiola del Ángel, secretario de tribunal
autorizado para desempeñar las funciones de Magistrado, en términos del artículo 81, fracción XXII, de la Ley
Orgánica del Poder Judicial de la Federación, en relación con el diverso 42, fracción V, del Acuerdo General del
Pleno del Consejo de la Judicatura Federal, que reglamenta la organización y funcionamiento del propio Consejo.
Secretario: Julio Humberto Tapia Estrada. Esta tesis se publicó el viernes 13 de junio de 2014 a las 9:37 horas en el
Semanario Judicial de la Federación.

AUTO DE VINCULACIÓN A PROCESO. EL JUEZ DE CONTROL, AL RESOLVER SOBRE SU


PROCEDENCIA, NO DEBE ESTUDIAR LOS DATOS DE LA CARPETA DE INVESTIGACIÓN,
SINO VALORAR LA RAZONABILIDAD DE LAS MANIFESTACIONES EXPUESTAS POR EL
MINISTERIO PÚBLICO Y, EN SU CASO, LA CONTRA-ARGUMENTACIÓN O REFUTACIÓN
DEL IMPUTADO O SU DEFENSOR (NUEVO SISTEMA DE JUSTICIA PENAL EN EL ESTADO
DE CHIHUAHUA). De los artículos 16, párrafo tercero, 19, párrafo primero y 20, apartado A, de
la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, se advierte que el Constituyente
Permanente determinó, entre otras cuestiones, la no formalización de las pruebas en cualquiera
de las fases del procedimiento penal acusatorio, salvo excepciones. Asimismo, que el
impedimento a los Jueces del proceso oral para revisar las actuaciones practicadas en la
indagatoria fue con el fin de evitar que prejuzguen, manteniendo con ello la objetividad e
imparcialidad de sus decisiones, así como los principios de igualdad y contradicción; lo anterior,
dada la horizontalidad de la posición de las teorías del caso de los contendientes, por una parte,
las del Ministerio Público, víctima u ofendido del delito y, por otra, del inculpado y su defensa, en
relación con un hecho que la ley señale como delito y cuando exista la probabilidad de que el
indiciado lo cometió o participó en su comisión; de ahí que en el nuevo sistema de justicia penal
acusatorio adversarial del Estado de Chihuahua, el Juez de control, al resolver sobre la
procedencia del auto de vinculación del imputado, no debe estudiar los datos de la carpeta de
investigación, sino valorar la razonabilidad de las manifestaciones expuestas por dicha
representación social y, en su caso, la contra-argumentación o refutación del imputado o su
defensor. Época: Décima Época; Registro: 2007811; Instancia: Tribunales Colegiados de Circuito; Tipo de Tesis:
Jurisprudencia; Fuente: Gaceta del Semanario Judicial de la Federación; Libro 11, Octubre de 2014, Tomo III;
Materia(s): Constitucional, Penal; Tesis: XVII.1o.P.A. J/5 (10a.); Página: 2377. PRIMER TRIBUNAL COLEGIADO
EN MATERIAS PENAL Y ADMINISTRATIVA DEL DÉCIMO SÉPTIMO CIRCUITO. Amparo en revisión 22/2010. 16
de abril de 2010. Unanimidad de votos. Ponente: José Martín Hernández Simental. Secretario: Guillermo Alberto
Flores Hernández. Amparo en revisión 110/2010. 2 de julio de 2010. Unanimidad de votos. Ponente: José Martín
Hernández Simental. Secretario: Guillermo Alberto Flores Hernández. Amparo en revisión 147/2010. 19 de agosto
de 2010. Unanimidad de votos. Ponente: José Martín Hernández Simental. Secretario: Guillermo Alberto Flores
Hernández. Amparo en revisión 333/2013. 5 de septiembre de 2013. Unanimidad de votos. Ponente: José Martín
Hernández Simental. Secretaria: Rosalba Salazar Luján. Amparo en revisión 265/2014. 22 de agosto de 2014.
Unanimidad de votos. Ponente: José Martín Hernández Simental. Secretaria: Rosalba Salazar Luján. Nota: Por
ejecutoria del 16 de febrero de 2011, la Primera Sala declaró inexistente la contradicción de tesis 291/2010,
derivada de la denuncia de la que fue objeto el criterio contenido en esta tesis, al estimarse que no son discrepantes
los criterios materia de la denuncia respectiva. Esta tesis se publicó el viernes 31 de octubre de 2014 a las 11:05
horas en el Semanario Judicial de la Federación y, por ende, se considera de aplicación obligatoria a partir del lunes
3 de noviembre de 2014, para los efectos previstos en el punto séptimo del Acuerdo General Plenario 19/2013.

AUTO DE VINCULACIÓN A PROCESO. PARA QUE EL JUEZ DE CONTROL PUEDA


DETERMINAR SI EL HECHO IMPUTADO POR EL MINISTERIO PÚBLICO AL ACUSADO ES
O NO CONSTITUTIVO DE DELITO, DEBE ANALIZAR LOS ELEMENTOS DE LA
DESCRIPCIÓN TÍPICA DEL ILÍCITO CORRESPONDIENTE, ESTO ES, SUS ELEMENTOS
OBJETIVOS, NORMATIVOS Y SUBJETIVOS. De la interpretación armónica de los artículos 19
de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos y 316, fracción III, del Código
Nacional de Procedimientos Penales, se colige que para el dictado de un auto de vinculación a
proceso, es necesario que de los antecedentes de investigación expuestos por el Ministerio
Público se adviertan datos de prueba (indicios razonables) que establezcan que se ha cometido
un hecho que la ley señale como delito y exista la probabilidad de que el imputado lo cometió o
participó en su comisión. Ahora bien, lo anterior no puede lograrse sin antes determinar el delito,
es decir, la conducta típica, antijurídica y culpable prevista por el legislador como merecedora de
una sanción penal. Esto es así, porque si no se establece con precisión el ilícito con todos los
elementos normativos y subjetivos específicos que lo integran, esa circunstancia provoca que no
se esté en aptitud de determinar si el hecho extraído de los datos de prueba encuadra como
delito, pues es necesario que el Juez de control conozca cuál es el ilícito materia de la
imputación, lo que implica -inmediata o intrínsecamente- que éste efectúe un análisis de los
elementos de la descripción típica del delito correspondiente, esto es, sus elementos objetivos,
normativos y subjetivos específicos previstos en la ley, que le permitan calificar si los hechos que
el Ministerio Público imputa al acusado son o no constitutivos de delito y, posteriormente,
determinar con base en aquéllos si se desprenden indicios razonables que permitan suponer
que efectivamente se cometió, lo que no se logra, sin antes analizar los elementos mencionados;
máxime que este estudio contribuye al respeto del derecho de defensa del inculpado y crea
seguridad jurídica, incluso, conlleva que se prepare adecuadamente la defensa para desvanecer
la imputación o la pena que pretenda imponerse en la etapa del juicio correspondiente. Época:
Décima Época; Registro: 2011026; Instancia: Tribunales Colegiados de Circuito; Tipo de Tesis: Aislada; Fuente:
Gaceta del Semanario Judicial de la Federación; Libro 27, Febrero de 2016, Tomo III; Materia(s): Penal; Tesis:
XXVII.3o.20 P (10a.); Página: 2025. TERCER TRIBUNAL COLEGIADO DEL VIGÉSIMO SÉPTIMO CIRCUITO.
Amparo en revisión 175/2015. 7 de septiembre de 2015. Unanimidad de votos. Ponente: Juan Ramón Rodríguez
Minaya. Secretario: José Luis Orduña Aguilera. Nota: Esta tesis es objeto de la denuncia relativa a la contradicción
de tesis 87/2016, pendiente de resolverse por la Primera Sala. Esta tesis se publicó el viernes 19 de febrero de 2016
a las 10:15 horas en el Semanario Judicial de la Federación.

AUTO DE VINCULACIÓN A PROCESO. EN SU DICTADO LA ACREDITACIÓN DEL


REQUISITO "HECHO ILÍCITO" DEBE LIMITARSE AL ESTUDIO CONCEPTUAL (NUEVO
SISTEMA DE JUSTICIA PENAL EN EL ESTADO DE CHIHUAHUA). Este Tribunal Colegiado,
en la jurisprudencia XVII.1o.P.A. J/25 (9a.), publicada en la página 1942, Libro V, Tomo 3,
febrero de 2012, Décima Época del Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta, de rubro:
"AUTO DE VINCULACIÓN A PROCESO. EN SU DICTADO NO ES NECESARIO ACREDITAR
EL CUERPO DEL DELITO (ELEMENTOS OBJETIVOS, NORMATIVOS Y SUBJETIVOS) Y
JUSTIFICAR LA PROBABLE RESPONSABILIDAD DEL INCULPADO, SINO QUE SÓLO DEBE
ATENDERSE AL HECHO ILÍCITO Y A LA PROBABILIDAD DE QUE EL INDICIADO LO
COMETIÓ O PARTICIPÓ EN SU COMISIÓN (NUEVO SISTEMA DE JUSTICIA PENAL EN EL
ESTADO DE CHIHUAHUA).", estableció que para dictar un auto de vinculación a proceso el
Juez de garantía no necesita acreditar el cuerpo del delito ni justificar la probable
responsabilidad del inculpado, sino únicamente atender al hecho ilícito y a la probabilidad de que
el indiciado lo cometió o participó en su comisión. Ahora bien, atento al artículo 280 del Código
de Procedimientos Penales del Estado de Chihuahua, por hecho ilícito no debe entenderse el
anticipo de la tipicidad en esta etapa (acreditar los elementos objetivos, subjetivos y normativos
del tipo) con la ya de por sí reducción del estándar probatorio, sino que su actualización debe
limitarse al estudio conceptual (acreditar los elementos esenciales y comunes del concepto,
desde la lógica formal), esto, a fin de evitar una anticipación a la etapa de juicio sobre el estudio
técnico-procesal de los elementos del tipo, no con pruebas, sino con datos; pues en esta fase
inicial debe evitarse la formalización de los medios de prueba para no "contaminar" o anticipar
juicio sobre el delito y su autor, y el Juez de garantía debe, por lo común, resolver sólo con
datos. Época: Décima Época; Registro: 2004857; Instancia: Tribunales Colegiados de Circuito; Tipo de Tesis:
Jurisprudencia; Fuente: Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta; Libro XXVI, Noviembre de 2013, Tomo 1;
Materia(s): Penal; Tesis: XVII.1o.P.A. J/2 (10a.); Página: 757. PRIMER TRIBUNAL COLEGIADO EN MATERIAS
PENAL Y ADMINISTRATIVA DEL DÉCIMO SÉPTIMO CIRCUITO. Amparo en revisión 724/2012. 1 de febrero de
2013. Unanimidad de votos. Ponente: José Martín Hernández Simental. Secretario: Juan Fernando Luévano Ovalle.
Amparo en revisión 811/2012. 28 de febrero de 2013. Unanimidad de votos. Ponente: José Martín Hernández
Simental. Secretaria: Rosalba Salazar Luján. Amparo en revisión 6/2013. 12 de abril de 2013. Unanimidad de votos.
Ponente: José Martín Hernández Simental. Secretario Juan Fernando Luévano Ovalle. Amparo en revisión
423/2013. 13 de septiembre de 2013. Unanimidad de votos. Ponente: Jesús Martínez Calderón. Secretario: Jorge
Luis Olivares López. Amparo en revisión 440/2013. 30 de septiembre de 2013. Unanimidad de votos. Ponente:
Jesús Martínez Calderón. Secretario: Jorge Luis Olivares López. Nota: Esta tesis es objeto de la denuncia relativa a
la contradicción de tesis 87/2016, pendiente de resolverse por la Primera Sala.
PRESUNCIÓN DE INOCENCIA. ESTE DERECHO FUNDAMENTAL IMPONE A LOS JUECES
DE AMPARO EL DEBER DE CONTROLAR LA RAZONABILIDAD DE LAS INFERENCIAS
QUE SE HACEN CON LAS PRUEBAS DE CARGO INDIRECTAS. El primer requisito que
deben cumplir los medios probatorios para poder vencer la presunción de inocencia es que
puedan calificarse como pruebas de cargo. Al respecto, esta Suprema Corte de Justicia de la
Nación ha establecido que las pruebas de cargo pueden ser directas o indirectas y que para
determinar si se trata de una u otra hay que atender a la relación entre el objeto del medio
probatorio y los hechos a probar en el proceso penal. Así, la prueba de cargo será directa si el
medio de prueba versa sobre el hecho delictivo en su conjunto o algún aspecto de éste
susceptible de ser observado (elementos del delito) y/o sobre la forma en la que una persona ha
intervenido en esos hechos (responsabilidad penal); mientras que la prueba de cargo será
indirecta si el medio probatorio se refiere a un hecho secundario a partir del cual pueda inferirse
la existencia del delito, de alguno de sus elementos y/o la responsabilidad del procesado. Así las
cosas, al analizar la legalidad de una sentencia, los tribunales de amparo deben verificar que las
pruebas en las que se apoya la condena puedan considerarse de cargo, de tal manera que no
pueden asumir acríticamente que todo el material probatorio que obra en autos constituye
prueba de cargo susceptible de enervar la presunción de inocencia. Específicamente, cuando se
considere que lo que existe es una prueba de cargo indirecta, los tribunales de amparo están
obligados a controlar la razonabilidad de la inferencia realizada por los jueces de instancia para
acreditar la existencia del hecho a probar en el proceso penal, ya sea la existencia de los
elementos del delito o la responsabilidad del imputado. De esta forma, la presunción de
inocencia se vulnera cuando por ilógico o por insuficiente no sea razonable el iter discursivo que
conduce de la prueba de cargo indirecta al hecho probado. Época: Décima Época; Registro: 2009466;
Instancia: Primera Sala; Tipo de Tesis: Aislada; Fuente: Gaceta del Semanario Judicial de la Federación; Libro 19,
Junio de 2015, Tomo I; Materia(s): Constitucional, Común; Tesis: 1a. CCXXII/2015 (10a.); Página: 593. Amparo
directo en revisión 3457/2013. 26 de noviembre de 2014. Mayoría de cuatro votos de los Ministros Arturo Zaldívar
Lelo de Larrea, José Ramón Cossío Díaz, Olga Sánchez Cordero de García Villegas y Alfredo Gutiérrez Ortiz Mena.
Disidente: Jorge Mario Pardo Rebolledo. Ponente: Arturo Zaldívar Lelo de Larrea. Secretario: Arturo Bárcena
Zubieta. Esta tesis se publicó el viernes 26 de junio de 2015 a las 9:20 horas en el Semanario Judicial de la
Federación.

PRESUNCIÓN DE INOCENCIA COMO REGLA DE TRATAMIENTO DEL IMPUTADO. EL


ARTÍCULO 34, FRACCIÓN II, INCISO E), EN RELACIÓN CON SU FRACCIÓN I, INCISO F),
DE LA LEY ORGÁNICA DE LA PROCURADURÍA GENERAL DE LA REPÚBLICA, DEBE
INTERPRETARSE DE CONFORMIDAD CON AQUEL DERECHO FUNDAMENTAL. El inciso e)
de la fracción II del artículo 34 de la Ley Orgánica de la Procuraduría General de la República,
en relación con el inciso f) de la fracción I del citado precepto, debe interpretarse de conformidad
el derecho a la presunción de inocencia, de tal manera que cuando un agente del Ministerio
Público Federal esté sujeto a proceso penal debe ser suspendido de su cargo hasta en tanto se
resuelva el proceso penal correspondiente, de tal modo que si dicho proceso penal no culmina
con el dictado de una sentencia en la que se declare la plena responsabilidad penal del agente
respectivo, éste pueda ser reinstalado. En cambio, si el proceso penal respectivo concluye con el
dictado de una sentencia en la que se declare la culpabilidad del agente en cuestión, entonces la
suspensión decretada válidamente podrá derivar en una separación definitiva. Época: Décima
Época; Registro: 2007928; Instancia: Primera Sala; Tipo de Tesis: Aislada; Fuente: Gaceta del Semanario Judicial
de la Federación; Libro 12, Noviembre de 2014, Tomo I; Materia(s): Constitucional, Penal; Tesis: 1a.
CCCLXXXI/2014 (10a.); Página: 728. Amparo en revisión 590/2013. 18 de junio de 2014. Cinco votos de los
Ministros Arturo Zaldívar Lelo de Larrea, José Ramón Cossío Díaz, Alfredo Gutiérrez Ortiz Mena, Olga Sánchez
Cordero de García Villegas y Jorge Mario Pardo Rebolledo. Ponente: Arturo Zaldívar Lelo de Larrea. Secretario:
Arturo Bárcena Zubieta. Esta tesis se publicó el viernes 14 de noviembre de 2014 a las 9:20 horas en el Semanario
Judicial de la Federación.

PRESUNCIÓN DE INOCENCIA COMO ESTÁNDAR DE PRUEBA. CONDICIONES PARA


ESTIMAR QUE EXISTE PRUEBA DE CARGO SUFICIENTE PARA DESVIRTUARLA. Para
poder considerar que hay prueba de cargo suficiente para enervar la presunción de inocencia, el
juez debe cerciorarse de que las pruebas de cargo desvirtúen la hipótesis de inocencia
efectivamente alegada por la defensa en el juicio y, al mismo tiempo, en el caso de que existan,
debe descartarse que las pruebas de descargo o contraindicios den lugar a una duda razonable
sobre la hipótesis de culpabilidad sustentada por la parte acusadora. Época: Décima Época; Registro:
2007733; Instancia: Primera Sala; Tipo de Tesis: Aislada; Fuente: Gaceta del Semanario Judicial de la Federación;
Libro 11, Octubre de 2014, Tomo I; Materia(s): Constitucional, Penal; Tesis: 1a. CCCXLVII/2014 (10a.); Página: 611.
Amparo directo 21/2012. 22 de enero de 2014. Cinco votos de los Ministros Arturo Zaldívar Lelo de Larrea, José
Ramón Cossío Díaz, quien formuló voto concurrente, Alfredo Gutiérrez Ortiz Mena, Olga Sánchez Cordero de
García Villegas y Jorge Mario Pardo Rebolledo, quien formuló voto concurrente. Los Ministros Alfredo Gutiérrez
Ortiz Mena y Olga Sánchez Cordero de García Villegas, reservaron su derecho a formular voto concurrente.
Ponente: Arturo Zaldívar Lelo de Larrea. Secretario: Arturo Bárcena Zubieta. Amparo directo en revisión 4380/2013.
19 de marzo de 2014. Cinco votos de los Ministros Arturo Zaldívar Lelo de Larrea, José Ramón Cossío Díaz, Alfredo
Gutiérrez Ortiz Mena, Olga Sánchez Cordero de García Villegas y Jorge Mario Pardo Rebolledo. Ponente: Arturo
Zaldívar Lelo de Larrea. Secretario: Arturo Bárcena Zubieta. Esta tesis se publicó el viernes 24 de octubre de 2014 a
las 9:35 horas en el Semanario Judicial de la Federación.

TUTELA JURISDICCIONAL EFECTIVA Y DEBIDO PROCESO. CUALIDADES DE LOS


JUECES CONFORME A ESOS DERECHOS FUNDAMENTALES. El derecho fundamental a la
tutela jurisdiccional efectiva, como lo ha establecido la Primera Sala de la Suprema Corte de
Justicia de la Nación, puede definirse como el derecho público subjetivo que toda persona tiene,
dentro de los plazos y términos que fijen las leyes, para acceder de manera expedita a tribunales
independientes e imparciales, a plantear una pretensión o a defenderse de ella, con el fin de que
a través de un proceso en el que se respeten ciertas formalidades, se decida sobre la pretensión
o la defensa y, en su caso, se ejecute esa decisión. Asimismo, la propia Primera Sala estableció
que el derecho a la tutela jurisdiccional tiene tres etapas que corresponden a tres derechos bien
definidos, que son: 1. Una previa al juicio, a la que le corresponde el derecho de acceso a la
jurisdicción, que parte del derecho de acción como una especie del de petición dirigido a las
autoridades jurisdiccionales y que motiva un pronunciamiento por su parte; 2. Una judicial, que
va desde el inicio del procedimiento hasta la última actuación y a la que corresponden los
derechos fundamentales del debido proceso; y, 3. Una posterior al juicio, identificada con la
eficacia de las resoluciones emitidas o el derecho a ejecutar la sentencia. Vinculado a este
derecho fundamental, en específico, a la etapa judicial, el artículo 14, segundo párrafo, de la
Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos establece el derecho al debido proceso
que tiene toda persona como parte sustancial de cualquier procedimiento de naturaleza
jurisdiccional y que comprende a las denominadas formalidades esenciales del procedimiento,
que permiten una defensa previa a la afectación o modificación jurídica que puede provocar el
acto de autoridad y que son (i) la notificación del inicio del procedimiento; (ii) la oportunidad de
ofrecer y desahogar las pruebas en que se finque la defensa; (iii) la oportunidad de alegar; (iv)
una resolución que dirima las cuestiones debatidas; y, (v) la posibilidad de impugnar dicha
resolución. Ahora bien, cada una de esas etapas y sus correlativos derechos también están
relacionados con una cualidad del juzgador. La primera cualidad (etapa previa al juicio), es la
flexibilidad, conforme a la cual, toda traba debida a un aspecto de índole formal o a cualquier
otra circunstancia que no esté justificada y que ocasione una consecuencia desproporcionada
deberá ser removida a efecto de que se dé curso al planteamiento y las partes encuentren una
solución jurídica a sus problemas. Conforme a esta cualidad, los juzgadores deben distinguir
entre norma rígida y norma flexible, y no supeditar la admisión de demandas o recursos al
cumplimiento o desahogo de requerimientos intrascendentes, que en el mejor de los casos
vulneran la prontitud de la justicia y, en el peor de ellos, son verdaderos intentos para evitar el
conocimiento de otro asunto. La segunda cualidad, vinculada al juicio, es decir, a la segunda
etapa del acceso a la justicia, que va desde la admisión de la demanda hasta el dictado de la
sentencia, donde como se indicó, deben respetarse las citadas formalidades esenciales que
conforman el debido proceso, es la sensibilidad, pues el juzgador, sin dejar de ser imparcial,
debe ser empático y comprender a la luz de los hechos de la demanda, qué es lo que quiere el
actor y qué es lo que al respecto expresa el demandado, es decir, entender en su justa
dimensión el problema jurídico cuya solución se pide, para de esa manera fijar correctamente la
litis, suplir la queja en aquellos casos en los que proceda hacerlo, ordenar el desahogo oficioso
de pruebas cuando ello sea posible y necesario para conocer la verdad, evitar vicios que
ocasionen la reposición del procedimiento y dictar una sentencia con la suficiente motivación y
fundamentación para no sólo cumplir con su función, sino convencer a las partes de la justicia
del fallo y evitar en esa medida, la dilación que supondría la revisión de la sentencia. Con base
en esa sensibilidad, debe pensar en la utilidad de su fallo, es decir, en sus implicaciones
prácticas y no decidir los juicios de manera formal y dogmática bajo la presión de las partes, de
la estadística judicial o del rezago institucional, heredado unas veces, creado otras. La última
cualidad que debe tener el juzgador, vinculada a la tercera etapa del derecho de acceso a la
justicia, de ejecución eficaz de la sentencia, es la severidad, pues agotado el proceso, declarado
el derecho (concluida la jurisdicción) y convertida la sentencia de condena en cosa juzgada, es
decir, en una entidad indiscutible, debe ser enérgico, de ser necesario, frente a su eventual
contradicción por terceros. En efecto, el juzgador debe ser celoso de su fallo y adoptar de oficio
(dado que la ejecución de sentencia es un tema de orden público), todas las medidas necesarias
para promover el curso normal de la ejecución, pues en caso contrario las decisiones judiciales y
los derechos que en las mismas se reconozcan o declaren no serían otra cosa que meras
declaraciones de intenciones sin alcance práctico ni efectividad alguna. El juzgador debe
entender que el debido proceso no aplica a la ejecución con la misma intensidad que en el juicio;
que el derecho ya fue declarado; que la ejecución de la sentencia en sus términos es la regla y
no la excepción; que la cosa juzgada no debe ser desconocida o ignorada bajo ninguna
circunstancia y, en esa medida, que todas las actuaciones del condenado que no abonen a
materializar su contenido, deben considerarse sospechosas y elaboradas con mala fe y, por
ende, ser analizadas con suma cautela y desestimadas de plano cuando sea evidente que su
único propósito es incumplir el fallo y, por último, que la normativa le provee de recursos
jurídicos suficientes para hacer cumplir sus determinaciones, así sea coactivamente. Época:
Décima Época; Registro: 2009343; Instancia: Tribunales Colegiados de Circuito; Tipo de Tesis: Aislada; Fuente:
Gaceta del Semanario Judicial de la Federación; Libro 19, Junio de 2015, Tomo III; Materia(s): Constitucional; Tesis:
I.3o.C.79 K (10a.); Página: 2470. TERCER TRIBUNAL COLEGIADO EN MATERIA CIVIL DEL PRIMER CIRCUITO.
Amparo directo 473/2014. Javier Héctor Benítez Vázquez. 2 de octubre de 2014. Unanimidad de votos. Ponente:
Víctor Francisco Mota Cienfuegos. Secretario: Karlo Iván González Camacho. Esta tesis se publicó el viernes 5 de
junio de 2015 a las 9:30 horas en el Semanario Judicial de la Federación.

CONTROL DE CONSTITUCIONALIDAD Y CONVENCIONALIDAD EX OFFICIO.


CONDICIONES GENERALES PARA SU EJERCICIO. La autoridad judicial, para ejercer el
control ex officio en los términos establecidos en el expediente Varios 912/2010 de la Suprema
Corte de Justicia de la Nación, debe asegurarse que se ha actualizado la necesidad de hacer
ese tipo de control, es decir, en cada caso debe determinar si resulta indispensable hacer una
interpretación conforme en sentido amplio, una en sentido estricto o una inaplicación, lo cual
ocurre cuando se está en presencia de una norma que resulta sospechosa o dudosa de cara a
los parámetros de control de los derechos humanos. De este modo, cuando una norma no
genera sospechas de invalidez para el juzgador, por no parecer potencialmente violatoria de
derechos humanos, entonces no se hace necesario un análisis de constitucionalidad y
convencionalidad exhaustivo, porque la presunción de constitucionalidad de que gozan todas las
normas jurídicas no se ha puesto siquiera en entredicho. Lo anterior es así, porque como se
señaló en el citado expediente Varios, las normas no pierden su presunción de
constitucionalidad sino hasta que el resultado del control así lo refleje, lo que implica que las
normas que son controladas puedan incluso salvar su presunción de constitucionalidad mediante
la interpretación conforme en sentido amplio, o en sentido estricto. Época: Décima Época; Registro:
2010954; Instancia: Primera Sala; Tipo de Tesis: Jurisprudencia; Fuente: Gaceta del Semanario Judicial de la
Federación; Libro 27, Febrero de 2016, Tomo I; Materia(s): Común; Tesis: 1a./J. 4/2016 (10a.); Página: 430. Amparo
directo en revisión 3200/2012. 8 de mayo de 2013. Cinco votos de los Ministros Arturo Zaldívar Lelo de Larrea,
quien reservó su derecho para formular voto concurrente, José Ramón Cossío Díaz, Alfredo Gutiérrez Ortiz Mena,
Olga Sánchez Cordero de García Villegas, quien reservó su derecho para formular voto concurrente y Jorge Mario
Pardo Rebolledo. Ponente: José Ramón Cossío Díaz. Secretario: Roberto Lara Chagoyán. Amparo directo en
revisión 3797/2013. 3 de septiembre de 2014. Cinco votos de los Ministros Arturo Zaldívar Lelo de Larrea, José
Ramón Cossío Díaz, Alfredo Gutiérrez Ortiz Mena, Olga Sánchez Cordero de García Villegas y Jorge Mario Pardo
Rebolledo. Ponente: Alfredo Gutiérrez Ortiz Mena. Secretario: Horacio Nicolás Ruiz Palma. Amparo directo en
revisión 2271/2014. Acumuladores, Filtros y partes eléctricas, S.A. de C.V. 24 de septiembre de 2014. Cinco votos
de los Ministros Arturo Zaldívar Lelo de Larrea, José Ramón Cossío Díaz, Alfredo Gutiérrez Ortiz Mena, Olga
Sánchez Cordero de García Villegas y Jorge Mario Pardo Rebolledo. Ponente: Jorge Mario Pardo Rebolledo.
Secretario: Alejandro Castañón Ramírez. Amparo directo en revisión 925/2014. Telecomunicaciones del Golfo, S.A.
de C.V. 4 de febrero de 2015. Cinco votos de los Ministros Arturo Zaldívar Lelo de Larrea, José Ramón Cossío Díaz,
quien formuló voto concurrente, Jorge Mario Pardo Rebolledo, Olga Sánchez Cordero de García Villegas y Alfredo
Gutiérrez Ortiz Mena. Ponente: Arturo Zaldívar Lelo de Larrea. Secretario: Carlos Enrique Mendoza Ponce. Recurso
de reclamación 753/2014. 25 de febrero de 2015. Cinco votos de los Ministros Arturo Zaldívar Lelo de Larrea, José
Ramón Cossío Díaz, Jorge Mario Pardo Rebolledo, Olga Sánchez Cordero de García Villegas y Alfredo Gutiérrez
Ortiz Mena. Ponente: Jorge Mario Pardo Rebolledo. Secretario: Armando Argüelles Paz y Puente. Tesis de
jurisprudencia 4/2016 (10a.). Aprobada por la Primera Sala de este Alto Tribunal, en sesión de fecha veintisiete de
enero de dos mil dieciséis. Nota: La ejecutoria relativa al expediente Varios 912/2010 citada, aparece publicada en
el Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta, Décima Época, Libro I, Tomo 1, octubre de 2011, página 313.
Esta tesis se publicó el viernes 19 de febrero de 2016 a las 10:15 horas en el Semanario Judicial de la Federación y,
por ende, se considera de aplicación obligatoria a partir del lunes 22 de febrero de 2016, para los efectos previstos
en el punto séptimo del Acuerdo General Plenario 19/2013.

CONTROL DE CONVENCIONALIDAD EX OFFICIO. EN EL ANÁLISIS DE LA PROCEDENCIA


DEL RECURSO DE REVISIÓN EN AMPARO DIRECTO DEBE CONSTATARSE LA
APLICABILIDAD DE LA NORMA, COMO PRESUPUESTO LÓGICO DE SU EJERCICIO. El
control de convencionalidad exige, como presupuesto lógico para su ejercicio, que la norma de
derecho interno sea "aplicable al caso" y que represente un obstáculo infranqueable para
resolver el asunto, de forma que sólo desbordando su contenido se lograría la tutela efectiva del
derecho humano de que se trata. Por el contrario, si la norma recoge un supuesto distinto al que
ha de resolverse, o simplemente no impide a la autoridad tomar una decisión compatible con los
derechos humanos involucrados, la declaración de inaplicabilidad es una mera manifestación
subjetiva, pero no un ejercicio de control de convencionalidad. En este tenor, al decidir sobre la
procedencia del recurso de revisión en amparo directo, debe constatarse no sólo que el tribunal
colegiado de circuito haya verificado esa condición de aplicabilidad de la norma, sino también
debe analizarse si la autoridad responsable que determinó aplicables las normas, en realidad le
dio el alcance específico a su contenido para individualizarlo al caso concreto, de manera que
efectivamente resulten aplicables, esto como presupuesto lógico para realizar un control de
convencionalidad ex officio. Época: Décima Época; Registro: 2010957; Instancia: Primera Sala; Tipo de Tesis:
Aislada; Fuente: Gaceta del Semanario Judicial de la Federación; Libro 27, Febrero de 2016, Tomo I; Materia(s):
Común; Tesis: 1a. XXIV/2016 (10a.); Página: 666. Amparo directo en revisión 1083/2014. 9 de septiembre de 2015.
Mayoría de tres votos de los Ministros Arturo Zaldívar Lelo de Larrea, Olga Sánchez Cordero de García Villegas y
Alfredo Gutiérrez Ortiz Mena, quien reservó su derecho para formular voto concurrente. Disidentes: José Ramón
Cossío Díaz, quien reservó su derecho para formular voto particular y Jorge Mario Pardo Rebolledo, quien formuló
voto particular. Ponente: Arturo Zaldívar Lelo de Larrea. Secretario: Julio César Ramírez Carreón. Esta tesis se
publicó el viernes 19 de febrero de 2016 a las 10:15 horas en el Semanario Judicial de la Federación.

CONTROL DE CONVENCIONALIDAD EX OFFICIO. LAS AUTORIDADES JUDICIALES,


PREVIO A LA INAPLICACIÓN DE LA NORMA EN ESTUDIO, DEBEN JUSTIFICAR
RAZONADAMENTE POR QUÉ SE DESTRUYÓ SU PRESUNCIÓN DE
CONSTITUCIONALIDAD. Para que las autoridades den cumplimiento a la obligación contenida
en el artículo 1o. de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, en caso de
considerar una norma contraria a los derechos humanos, deberán actuar en aras de proteger el
derecho que se estime vulnerado y, en todo caso, realizar un control ex officio del que puede
resultar, como última opción, la inaplicación de una norma al estimarla incompatible con los
derechos humanos. No obstante, el nuevo paradigma constitucional a que se refiere el precepto
citado no destruye la presunción de constitucionalidad de las normas que conforman el sistema
jurídico mexicano, por lo cual, debe agotarse cada uno de los pasos del control ex officio, con la
finalidad de verificar si la norma es acorde con los derechos humanos, ya sea de los reconocidos
por la Constitución Federal o por los tratados internacionales de los que el Estado Mexicano es
parte. Lo anterior implica que las autoridades judiciales, previo a la inaplicación de la norma en
estudio, deben justificar razonadamente por qué se derrotó la presunción de su
constitucionalidad. Época: Décima Época; Registro: 2010959; Instancia: Primera Sala; Tipo de Tesis: Aislada;
Fuente: Gaceta del Semanario Judicial de la Federación; Libro 27, Febrero de 2016, Tomo I; Materia(s): Común;
Tesis: 1a. XXII/2016 (10a.); Página: 667. Amparo directo en revisión 1083/2014. 9 de septiembre de 2015. Mayoría
de tres votos de los Ministros Arturo Zaldívar Lelo de Larrea, Olga Sánchez Cordero de García Villegas y Alfredo
Gutiérrez Ortiz Mena, quien reservó su derecho para formular voto concurrente. Disidentes: José Ramón Cossío
Díaz, quien reservó su derecho para formular voto particular y Jorge Mario Pardo Rebolledo, quien formuló voto
particular. Ponente: Arturo Zaldívar Lelo de Larrea. Secretario: Julio César Ramírez Carreón. Esta tesis se publicó el
viernes 19 de febrero de 2016 a las 10:15 horas en el Semanario Judicial de la Federación.

CONTROL DE CONVENCIONALIDAD EX OFFICIO. LA APLICABILIDAD DE LA NORMA AL


CASO CONCRETO ES UN REQUISITO LÓGICO PARA EL EJERCICIO DE AQUÉL. El control
de convencionalidad exige, como presupuesto lógico para su ejercicio, sobre todo cuando lo que
se busca es declarar la inaplicación de una norma de derecho interno, que ésta sea aplicable, es
decir, que efectivamente regule el caso concreto. De ahí que para considerar que se realizó un
control de convencionalidad no basta la simple consideración de la autoridad de que la norma
contradice un derecho humano, sino que previamente debe verificarse la condición de
aplicabilidad de ésta. Lo anterior deriva en dos conclusiones: 1) la autoridad no puede declarar la
inaplicación de una norma cuyo contenido no es aplicable al caso concreto; y, 2) no cualquier
inaplicación de alguna norma que la autoridad afirme realizar constituye un genuino control de
convencionalidad. Época: Décima Época; Registro: 2010958; Instancia: Primera Sala; Tipo de Tesis: Aislada;
Fuente: Gaceta del Semanario Judicial de la Federación; Libro 27, Febrero de 2016, Tomo I; Materia(s): Común;
Tesis: 1a. XXIII/2016 (10a.); Página: 667. Amparo directo en revisión 1083/2014. 9 de septiembre de 2015. Mayoría
de tres votos de los Ministros Arturo Zaldívar Lelo de Larrea, Olga Sánchez Cordero de García Villegas y Alfredo
Gutiérrez Ortiz Mena, quien reservó su derecho para formular voto concurrente. Disidentes: José Ramón Cossío
Díaz, quien reservó su derecho para formular voto particular y Jorge Mario Pardo Rebolledo, quien formuló voto
particular. Ponente: Arturo Zaldívar Lelo de Larrea. Secretario: Julio César Ramírez Carreón. Esta tesis se publicó el
viernes 19 de febrero de 2016 a las 10:15 horas en el Semanario Judicial de la Federación.

APARIENCIA DEL BUEN DERECHO. CUESTIONES JURÍDICAS. La apariencia del buen


derecho se traduce en un estudio previo de la cuestión planteada para realizar un juicio de
probabilidad sobre la procedencia de lo solicitado por quien promovió el juicio de amparo. Ese
análisis no implica una declaratoria de inconstitucionalidad del acto reclamado, porque ello debe
ser materia de la sentencia. Ahora, cuando el peticionario de garantías hace valer un punto de
derecho, sin referirse a cuestiones de hecho, su pretensión no puede ser descartada en forma
superficial, aun cuando existan tesis aisladas que desvirtúen la postura de la parte quejosa. Por
consiguiente, la apariencia del buen derecho no puede servir como justificante para negar la
suspensión del acto reclamado, cuando el peticionario de amparo hizo valer cuestiones jurídicas
que pueden ser debatidas y que, en todo caso, deben ser materia de un análisis exhaustivo en la
sentencia que resuelva el caso concreto. Época: Décima Época; Registro: 2001572; Instancia: Tribunales
Colegiados de Circuito; Tipo de Tesis: Aislada; Fuente: Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta; Libro XII,
Septiembre de 2012, Tomo 3; Materia(s): Común; Tesis: I.3o.C.15 K (10a.); Página: 1510. TERCER TRIBUNAL
COLEGIADO EN MATERIA CIVIL DEL PRIMER CIRCUITO. Queja 10/2012. Jesús Hernán Cabalceta Vara. 9 de
febrero de 2012. Unanimidad de votos. Ponente: Víctor Francisco Mota Cienfuegos. Secretario: Arturo Alberto
González Ferreiro.

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