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La tecnología cada día avanza y es por eso que ahora todo lo tenemos al alcance de

nuestras manos, pero con esto llegan cosas buenas y malas, pero ¿A que me refiero
con cosas malas? Bueno en plena pandemia del covid-19 el secretario general de las
Naciones Unidas advirtió sobre una epidemia muy peligrosa de información falsa ¿Qué
puede hacer para protegerse de la información falsa y de las teorías conspiratorias?
Aquí encontrará algunos consejos de la Biblia que le pueden servir:

No crea todo lo que ve y todo lo que oye

Lo que dice la Biblia: “El ingenuo se cree todo lo que le dicen, pero el prudente
mide bien todos sus pasos” (Proverbios 14:15).

Si no tiene cuidado, lo pueden engañar fácilmente. Por ejemplo, piense en los


videos cortos o en las imágenes con mensajes que se vuelven tan populares en
internet, especialmente en las redes sociales. Estamos hablando de lo que la
gente llama memes, que se crean para hacer reír. Pero las imágenes y los
videos pueden manipularse o sacarse de contexto fácilmente. Hasta se pueden
hacer videos de personas reales haciendo o diciendo cosas que nunca hicieron
ni dijeron.

“La mayor parte de la información falsa que los investigadores encuentran en


las plataformas sociales incluye contenidos, como los memes, que manipulan el
contexto” (Axios Media).

Pregúntese: “¿Es una noticia real o solo un meme?”.

Analice la fuente y el contenido

Lo que dice la Biblia: “Comprueben todas las cosas” ().

Puede que una historia sea muy popular o se repita muchas veces en las
noticias, pero antes de creerla o reenviarla, compruebe que sea cierta. ¿Cómo?

Vea si puede confiar en la fuente, es decir, el origen de la información. Es


posible que las agencias de noticias y otras organizaciones manipulen una
historia por sus intereses económicos o políticos. Por eso, compare la misma
información en diferentes medios de comunicación. Hasta los amigos podrían,
sin darse cuenta, enviar información falsa en correos electrónicos o en las redes
sociales. Así que no confíe en una noticia a menos que pueda comprobar la
fuente original.

Asegúrese de que el contenido está al día y es exacto. Fíjese en las fechas y en


los datos que pueda verificar. También fíjese si lo que se dice está bien
respaldado. Sobre todo, tenga mucho cuidado si se simplifica demasiado la
explicación de un tema complejo o si un informe está preparado para provocar
una respuesta emocional.
“Me atrevería a decir que comprobar los hechos es ahora tan importante como
lavarse las manos” (Sridhar Dharmapuri, oficial superior de inocuidad
alimentaria y nutrición de las Naciones Unidas).

Pregúntese: “¿Presenta esta noticia una opinión como si fuera un hecho


probado? ¿Da solo una versión de la historia?”.

Déjese guiar por los hechos, no por sus preferencias personales

Lo que dice la Biblia: “El que confía en su propio corazón es un insensato”


(Proverbios 28:26).

La gente normalmente confía en la información que apoya lo que ellos quieren


creer. Y, por otro lado, las compañías de internet se basan en los historiales de
búsqueda y las preferencias personales para mandar noticias y alertas. Pero lo
que nos gusta oír no siempre es lo que necesitamos oír.

“Todos tenemos la capacidad de pensar y ser razonables, pero nuestros deseos,


esperanzas, miedos y motivaciones muchas veces inclinan la balanza para que
aceptemos que una información es cierta si apoya lo que nosotros queremos
creer” (Peter Ditto, psicólogo social).

Pregúntese: “¿Me fio de esta información simplemente porque es lo que


quiero creer?”.

No divulgue información falsa

Lo que dice la Biblia: “No divulgues una noticia falsa” (Éxodo 23:1).

Recuerde que la información que usted comparte con otros puede influir en lo
que ellos piensen y hagan. Si manda información falsa, aunque sea sin querer,
eso puede tener malas consecuencias.

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