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Simón Amenabar → Juan José Paso

Buenos días, yo soy comúnmente conocido como Juan Jose Paso, pero en
realidad, mi nombre completo es Juan Joseph Esteban del Paso Fernández y
Escandón Astudillo. Acá mismo, en la ciudad de Córdoba, estudié en el prestigioso
colegio Monserrat, leyes, es decir abogacía, egresé en el año 1779 y me quedé un
tiempo como profesor de filosofía. Esa experiencia de estudio me hizo conocer
numerosos compañeros, entre los que destaco a Juan José Castelli con quien
después participé en la primera Junta.
En la Primera Junta de 1810, me desempeñé como secretario y en junio de
ese año viajé a Montevideo para explicarles allí la posición de nuestras nuevas
autoridades y buscar adhesión internacional, pero lamentablemente, fui expulsado y
enviado nuevamente a Buenos Aires.
Debido a mi personalidad, nunca me constituí como un líder militar aguerrido,
sino que siempre más bien un intelectual, un magistrado moderado y encargado de
tareas de gestión, organización y consultoría dentro de la junta aportando a la
conformación de la patria desde las ideas y legislaciones.
Estuve presente en muchos de los futuros acontecimientos constitutivos de
nuestra patria: formé parte de los triunviratos y del congreso de Tucumán en 1816
en donde tuve el honor de leer lo que en ese momento fue la primera versión de la
constitución nacional.

https://www.infobae.com/2015/09/19/1756371-juan-jose-paso-el-primer-funcionario-
todoterreno-la-politica-argentina/

Agustín Raniti → Castelli


Mi nombre completo es Juan José Antonio Castelli, igual que mi compañero
Juan José Paso, me recibí como abogado en el colegio Monserrat.
Apenas me enteré de la crisis en el gobierno de los reyes de España, me
moví muy activamente en Buenos Aires, negociando con políticos, militares,
planificando y debatiendo los pasos a seguir para lograr nuestra tan ansiada
libertad.
En la primera junta, ocupé el lugar de vocal y protagonicé uno de los
discursos más movilizantes a mis compañeros en relación con las ideas para lograr
nuestra tan ansiada soberanía nacional. Por esto mismo, se me conoce como el
Orador de mayo, aunque siempre fui muy humilde y no hago alarde de esa
denominación. Mi idea respecto a la nación siempre fue muy clara: las
circunstancias y nuestras posibilidades estaban claras, a falta de una autoridad
legítima en estas tierras, la soberanía regresaba al pueblo, finalmente había llegado
la hora de gobernarnos a nosotros mismos.

Piero Guio → Alberti


Mi nombre es Manuel Maximiliano Alberti, sacerdote desde el año y fui vocal
en la Primera Junta. Estuve en contra de algunas medidas tomadas por sus
participantes, como la ejecución de Liniers, porque considero que no tenemos como
humanos el poder de decidir sobre la vida de los otros, pero lamentablemente, mi
opinión no fue tenida en cuenta.
Además, voté por la incorporación de representantes de las otras provincias
de nuestro país para que se incorporen a la Primera Junta que gracias a dichas
incorporaciones pasó a llamarse Junta Grande.
También fui redactor de la llamada Gazeta de Buenos Aires, un diario de la
época, en donde comunicaba a la sociedad en general las nuevas medidas y
decisiones políticas.
MUJERES
https://noticias.perfil.com/noticias/informacion-general/las-mujeres-en-la-revolucion-
de-mayo-un-rol-clave-que-fue-silenciado.phtml
Gianella Sparandino → Mariquita Sánchez de Thompson

Soy Mariquita Sánchez de Thompson, esposa de Nicolás Rodríguez Peña y


salonnière de aquella época. Ustedes se preguntaran que es salonniére, pues les
contare… Nosotras eramos las que brindabamos espacios para las reuniones,
abríamos los salones a intelectuales y políticos para que allí pudiesen realizarse
debates, discusiones, conversaciones. Esta es una práctica que se dio a lo largo del
siglo XVIII, y esto se debía a que en aquel entonces el sistema de gobierno era una
monarquía y la opinión pública era vista con mucha desconfianza. Precisamente por
esta razón, los salones privados se convirtieron en escenario de discusión política y
nosotras, las mujeres, las dueñas de casa, organizabamos dichos salones. Abrir las
puertas de nuestras casas, era también manifestar una opción y una posición
política clara.

Mi casa fue un espacio de tertulias culturales, pero también espacio de


encuentro para apoyar la la causa revolucionaria

Dequino → Casilda Igarzabal

Mi nombre es Casilda Igarzábal de Rodríguez, esposa de Nicolás Rodríguez


Peña, también participé y reuní sociedades secretas de emancipación americana,
entre el 1804 y 1810, el llamado Partido de la Independencia.
Recuerdo la madrugada del 18 de mayo de 1810 cuando junto a Mercedes
Lasala de Riglos, Angela Castelli y otras mujeres, le pedimos al comandante de
Regimiento de Patricios, Cornelio Saavedra, que ayudara en la revolución y se
reuniera en su quinta con Manuel Belgrano y Juan José Castelli para conspirar
contra el virrey…
«Coronel, no hay que vacilar, la Patria lo necesita para que la salve. Ya sabe usted
lo que quiere el pueblo, y usted no puede volvernos la espalda y dejar perdidos a
nuestros maridos, a nuestros hermanos y a todos nuestros amigos«.
La estrategia para el Cabildo Abierto del 22 de mayo comenzó a planearse
allí.
También fui fundadora de la Sociedad de Beneficencia organizada por
Bernardino Rivadavia. Junto a Mariquita Sánchez y otras mujeres, desde la
Sociedad nos hicimos cargo de todas las instituciones de bien público destinadas a
mujeres y niños.

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