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CLASE 12 - El futuro biológico de la Tierra.

Nuestro planeta, un oasis de vida en la vastedad de un Universo hasta el


momento deshabitado, presenta características únicas que lo hacen ser
merecedor de un precioso desarrollo vital.
Las características determinantes que son responsables de ello son:
- El tamaño. La masa y el diámetro del planeta determina una fuerza
gravitatoria adecuada para el desarrollo de formas de vida
“macroscópicas”. Una mayor o menor fuerza gravitatoria podría
anular completamente la posibilidad de formas vivientes.
- El rango de temperaturas. El abanico térmico que se registra a lo
largo del globo son absolutamente compatibles con las reacciones
químicas que son necesaria para las formas de vida y la química
orgánica que las domina. Sin dudas que unas decenas de grados por
encima o por debajo de los límites que presenta el planeta, harían de
nuestro planeta un desierto inhabitable.
- La composición química. La química orgánica es la química del
Carbono. Un elemento muy representado en el Universo y en la
Tierra, aunque no tan bien representado en todos los planetas. La
relación química entre los componentes de los planetas varía
grandemente. Por ejemplo, nuestro planeta es celeste porque su
atmósfera -basada en dióxido de carbono, oxígeno y vapor de agua-
dispersa el color celeste. Sin embargo, Marte presenta una atmósfera
cargada de Hierro lo que determina su predominante color rojo.

Se pueden sumar a estas características físico-químicas algunas otras


más, que hacen que finalmente el planeta Tierra cuente con una atmósfera
cargada de agua que está disponible en forma líquida como determinante
último en nuestra lista de variables capitales que hacen que la vida florezca a
nuestro alrededor.
Sin embargo todo indica que estas condiciones se han modificado en el
pasado geológico y lo harán en el futuro. Descontando las alteraciones que la
presencia del ser humano causa y causará -y las posibilidades de que estas
alteraciones puedan llevarnos a la extinción- existen una serie de eventos
planetarios que pueden empujarnos naturalmente a la desaparición.
El desarrollo de eras glaciales de envergadura, el impacto de meteoritos
o el acercamiento al sol son algunas situaciones que generarían
modificaciones de tal envergadura que dispararían finalmente eventos de
extinción en masa de las cuales podemos no estar exentos.
Repasando datos y poniéndonos en perspectiva

Como vimos, el planeta Tierra “nace” hace alrededor de 4.570 Ma.


Tuvieron que pasar menos de 800 Ma para que aparezcan los primeros signos
de vida. Dicho de otra manera: la vida en el planeta existe desde hace no
menos de 3.800 Ma.
Aunque no tenemos conocimiento de otros planetas que alberguen vida,
no hay discusión en el ámbito científico que dadas condiciones similares a la
Tierra en otros puntos del Universo, la aparición de formas de vida sería un
evento inevitable. Es decir: una consecuencia natural y espontánea.
Desde la aparición de la vida en la Tierra, la biósfera fue modificándose
de maneras que no terminamos -ni vamos a poder nunca- describir en su
totalidad. Nuestro conocimiento actual se basa en el registro fósil, que sin
dudas nos deja ver solo una pequeñísima ventanita de todas las variantes
vivas que pisaron el globo terrestre.
La representación de los seres vivos fue modificándose drásticamente
en todo este tiempo, debido a la competencia entre ellos y a factores externos
que afectaron su supervivencia. En el registro fósil, se pueden encontrar al
menos seis grandes extinciones en masa, debidas a posibles impactos de
meteoritos, glaciaciones o super-vulcanismos (entre las explicaciones mas
verificables). Estos hechos determinaron en su momento, la recolonización del
planeta por nuevas formas de vida que rápidamente (considerando la escala
geológica) repoblaron el planeta.
La aparición de linaje que deriva en el ser humano data de hace no mas
de 4,4 Ma y particularmente la presencia del ser humano surge hace tan solo
80.000 años.
Hasta donde llegan nuestros conocimientos, ninguna especie ha logrado
aumentar su capacidad de carga de la manera que lo ha hecho la especie
humana. Esta situación es nueva para el planeta. Nuestras capacidades de
raciocinio sumado a la curiosidad y la iniciativa que presenta nuestra especie,
hicieron posible que logremos evitar estar sujetos a buena parte de las leyes
del mundo natural. La selección natural no opera en gran medida sobre nuestra
especie, hemos extendido la expectativa de vida mas allá del tiempo necesario
para la procreación de la especie y conseguimos vivir en ambientes artificiales
que nos aseguran un ambiente confortable para nuestra supervivencia.
Es asi que, gracias a las magníficas capacidades que tiene nuestra
especie, en los últimos 200 años hemos pasado de ser 1.000 a ser 7.000
millones de individuos sobre el planeta.
Sin embargo, nada nos indica que seamos capaces de seguir en esta
vorágine de crecimiento y extracción de recursos sin pagar ningún precio.
Estamos en un momento histórico en donde la humanidad debe
enfrentar la pregunta ¿cuáles son las políticas que nos permitirían sobrevivir
sin el costo de miles de habitantes desplazados de la sociedad y un medio
ambiente desbastado?
Mirando al futuro

Analizando la evolución natural de los seres vivos en el planeta, la


aparición del ser humano responde en este escenario a la deriva biológica
propia de nuestro planeta, que sucede en sintonía con la selección natural. Es
por eso que no deberíamos tener argumentos para pensar que el ser humano
es capaz de escapar a las leyes generales que el planeta impone.
Por ejemplo, en el período Jurásico dominaron unas formas de vida que
conocemos en conjunto como Dinosaurios. Las diversas especies de este
grupo, se irradiaron virtualmente por todo el planeta dominándolo por un
período que duró cerca de 100 Ma. Como contraparte, se registra la aparición
de los homínidos desde hace alrededor del 0,5% de ese tiempo.
¡Los dinosaurios estuvieron parados sobre el planeta 100.000.000 años
y nosotros tan solo 80.000!
Entonces…

¿Porqué pensamos que este planeta está hecho


para que nosotros seamos los depositarios últimos de
sus comodidades?

Sin dudas -mucho mas adelante o en muy poco tiempo- en algún


momento la especie Homo sapiens desaparecerá del planeta. Sin embargo la
vida en sus diversas formas seguirá expresándose, mientras existan las
condiciones ambientales adecuadas.

Se deja en este link el primero de los documentales (son 9) de una saga de History Chanel
que se emitió bajo el nombre “La tierra sin humanos”
 http://www.youtube.com/watch?v=rDHOis0ZmI8
Comentarios finales

No existe la verdad.
Las verdades son relativas a las condiciones en las que se generan y a
la subjetividad del observador.

¿Es un elefante un animal grande?


¿90°C es una alta temperatura?
¿Es un ácaro un ser vivo pequeño?
¿1 año luz es una distancia larga?
¿10 millones de años es mucho tiempo?
¿La luz siempre viaja en dirección recta?
¿Existe la fuerza de gravedad sin la presencia de un cuerpo?
¿Es el Ser humano el fin de la evolución?

A lo largo de la cursada, hemos intentado abordar mas de una vez la


relatividad de los hechos, las magnitudes y los tiempos.
Buena parte de nosotros considera que el ser humano está asesinando
el planeta. Podemos ver muy buenas campañas publicitarias respecto a ello.
¡Nada mas alejado de la realidad!
Es cierto que la biodiversidad del planeta está siendo fuertemente
desafiada por la presencia del ser humano, cosa que es de lo mas dolorosa
para los que somos amantes de la naturaleza.
Sin embargo, si el ser humano desapareciera de la faz de la Tierra -no
importa cuál sea la causa- le tomaría muy poco tiempo al planeta repoblarse de
las mas variadas criaturas ¡y esto podría durar por miles de millones de años
mas! No nos olvidemos que nuestra presencia, representa -en términos de
tiempo geológico- lo que un bote a un océano.
¿La alternativa es entonces aceptar la devastación de recursos, la
desigualdad social y las extinciones de especies con los brazos cruzados
aceptando que este es un “mal trago” que el planeta solo solucionará con el
tiempo?

Creo que no.

Mirando el mismo problema desde otra perspectiva, puede ser que no


seamos los asesinos del planeta sino que, mas que homicidas, estemos siendo
suicidas. Mantener la biodiversidad, el equilibrio hídrico y térmico, entre tantas
otras cosas, puede ser la única manera de poder seguir presentes sobre el
planeta.
En este punto, considero que es necesario cambiar el discurso de “no
matemos al planeta” por el de “no nos suicidemos”.
Con esta cursada se ha querido poner las cosas en perspectiva. Mostrar
la biología del planeta de la manera más objetiva posible para que desde ese
lugar, podamos reconstruir el discurso ambientalista de una manera
equilibrada.

Nos estamos acercando al límite de individuos que este planeta puede


albergar. Es momento de trabajar en función de encontrar los mecanismos que
hagan que la población humana encuentre un equilibrio poblacional
respetándonos a nosotros mismos y a las demás formas de vida del planeta.

Sin dudas, no se puede llegar a una cosa sin alcanzar la otra.

Les dejo un afectuoso saludo a todos. Ha sido un gusto ser su docente


en esta cursada y que permitan expresarme de esta manera a veces cargada
de razonamientos tan íntimos.
Espero que la vida nos de la oportunidad de mantenernos en contacto.

Mariano R. Gabri

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